Pease-Allan El lenguaje del-Cuerpo1
Los vendedores de productos agrícolas que viven en la ciudad encontrarán esta información muy útil para su trato con granjeros de zonas rurales poco pobladas. Teniendo en cuenta, por ejemplo, que un granjero podría tener una «burbuja» de entre uno y dos metros, o más, podría considerar que un saludo con un apretón de manos es una intrusión en su territorio y reaccionar negativamente a ello o a la defensiva. Los vendedores de éxito afirman de manera casi unánime que las mejores condiciones de venta se establecen cuando saludan a los clientes de las zonas rurales con un apretón de manos alejado y a los granjeros de zonas más aisladas con un saludo a lo lejos. Territorio y propiedad La propiedad de una persona o el espacio que regularmente utiliza constituye un territorio privado e, igual que sucede con su burbuja personal, luchara por defenderlo. La casa de una persona, su oficina y su coche representan un territorio con límites claramente marcados en forma de paredes, puertas, vallas y verjas. Cada territorio puede tener varios subterritorios. Por ejemplo, en una casa el territorio privado de una persona podría ser la cocina, y esa persona podría no permitir que nadie la invadiera cuando está utilizándola; un hombre de negocios tiene en la mesa de la sala de conferencias su lugar favorito; los habituales de un restaurante tienen su mesa favorita, y mamá y papá tienen su sofá favorito en casa. Estas áreas suelen marcarse dejando posesiones personales en la zona o cerca de ella o bien utilizándolas con frecuencia. El habitual de un restaurante puede llegar incluso a dejar sus iniciales grabadas en «su» lugar en la mesa y el hombre de negocios marca su territorio en la - 148 -
mesa con cosas como una carpeta personal, bolígrafos, libros y ropa repartida dentro del límite de cuarenta y seis centímetros de su zona íntima. Los estudios llevados a cabo por Desmond Morris sobre los asientos de una biblioteca mostraron que dejar un libro o un objeto personal en un lugar de la biblioteca servía para reservar ese lugar durante una media de setenta y siete minutos, mientras que dejar la chaqueta en la silla lo reservaba por dos horas. En casa, un miembro de la familia podría marcar su sillón favorito dejando en él o en sus cercanías un objeto personal, como un bolso o una revista. Si el jefe de la casa invita a un visitante a sentarse y este elige inocentemente el asiento equivocado, el jefe podría sentirse molesto “ante tal invasión de su territorio y ponerse a la defensiva. Una pregunta tan sencilla como «¿Qué lugar es el tuyo?» evita los resultados negativos de un error territorial de este calibre. Territorio del coche La gente que conduce un coche puede reaccionar de una forma que a menudo es completamente improbable en su comportamiento territorial y social. El coche parece tener un efecto magnificador sobre el tamaño del espacio personal. En algunos casos este territorio se agranda hasta alcanzar diez veces el tamaño normal, de modo que el conductor tiene la sensación de que puede reclamar un territorio de entre ocho y diez metros por delante y por detrás de su coche. Cuando otro conductor lo adelanta y lo cierra, aunque la maniobra no haya sido peligrosa, el conductor puede experimentar un cambio físico, ponerse furioso e incluso atacar al otro conductor. Es lo que se conoce en la actualidad como «violencia en la carretera». Compárelo a la situación que se produce cuando la misma persona entra en un ascensor y otra persona se le adelanta, invadiendo su territorio personal. Su reacción normal en estas circunstancias es la de permitir que la otra persona pase primero: totalmente distinta a lo que sucede cuando esa misma persona lo adelanta en la carretera. En el coche mucha gente se considera invisible. Esta es la razón por la cual pueden realizar composturas íntimas delante de todo el mundo. Para algunos el coche se convierte en una crisálida protectora en la que poder esconderse del mundo exterior. Los que conducen lentamente junto a la cuneta pueden ser, en la carretera, un problema tan grave como el conductor con un espacio personal ampliado. Con frecuencia se acusa a los italianos de que tienen unas necesidades espaciales pequeñas, de ir siempre pegados al coche de delante y de ser pesados en la carretera porque se acercan más de lo que culturalmente está aceptado en la mayoría de lugares. Sométase al test Observe la ilustración de la página siguiente y decida los posibles escenarios que podrían estar desarrollándose entre estas dos personas basándose únicamente en sus distancias espaciales. Unas cuantas preguntas sencillas y la observación detallada revelará la respuesta correcta y le ayudará a evitar realizar supuestos equivocados. - 149 -
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mesa con cosas como una carpeta personal, bolígrafos, libros y ropa repartida dentro <strong>del</strong><br />
límite de cuarenta y seis centímetros de su zona íntima.<br />
Los estudios llevados a cabo por Desmond Morris sobre los asientos de una biblioteca<br />
mostraron que dejar un libro o un objeto personal en un lugar de la biblioteca servía para<br />
reservar ese lugar durante una media de setenta y siete minutos, mientras que dejar la chaqueta<br />
en la silla lo reservaba por dos horas. En casa, un miembro de la familia podría marcar<br />
su sillón favorito dejando en él o en sus cercanías un objeto personal, como un bolso o una<br />
revista.<br />
Si el jefe de la casa invita a un visitante a sentarse y este elige inocentemente el asiento<br />
equivocado, el jefe podría sentirse molesto “ante tal invasión de su territorio y ponerse a la<br />
defensiva. Una pregunta tan sencilla como «¿Qué lugar es el tuyo?» evita los resultados<br />
negativos de un error territorial de este calibre.<br />
Territorio <strong>del</strong> coche<br />
La gente que conduce un coche puede reaccionar de una forma que a menudo es completamente<br />
improbable en su comportamiento territorial y social.<br />
<strong>El</strong> coche parece tener un efecto magnificador sobre el tamaño <strong>del</strong> espacio personal. En<br />
algunos casos este territorio se agranda hasta alcanzar diez veces el tamaño normal, de modo<br />
que el conductor tiene la sensación de que puede reclamar un territorio de entre ocho y diez<br />
metros por <strong>del</strong>ante y por detrás de su coche. Cuando otro conductor lo a<strong>del</strong>anta y lo cierra,<br />
aunque la maniobra no haya sido peligrosa, el conductor puede experimentar un cambio<br />
físico, ponerse furioso e incluso atacar al otro conductor. Es lo que se conoce en la actualidad<br />
como «violencia en la carretera». Compárelo a la situación que se produce cuando la misma<br />
persona entra en un ascensor y otra persona se le a<strong>del</strong>anta, invadiendo su territorio personal.<br />
Su reacción normal en estas circunstancias es la de permitir que la otra persona pase primero:<br />
totalmente distinta a lo que sucede cuando esa misma persona lo a<strong>del</strong>anta en la carretera.<br />
En el coche mucha gente se considera invisible. Esta es la razón por<br />
la cual pueden realizar composturas íntimas <strong>del</strong>ante de todo el mundo.<br />
Para algunos el coche se convierte en una crisálida protectora en la que poder esconderse<br />
<strong>del</strong> mundo exterior. Los que conducen lentamente junto a la cuneta pueden ser, en la carretera,<br />
un problema tan grave como el conductor con un espacio personal ampliado. Con<br />
frecuencia se acusa a los italianos de que tienen unas necesidades espaciales pequeñas, de ir<br />
siempre pegados al coche de <strong>del</strong>ante y de ser pesados en la carretera porque se acercan más<br />
de lo que culturalmente está aceptado en la mayoría de lugares.<br />
Sométase al test<br />
Observe la ilustración de la página siguiente y decida los posibles escenarios que podrían<br />
estar desarrollándose entre estas dos personas basándose únicamente en sus distancias espaciales.<br />
Unas cuantas preguntas sencillas y la observación detallada revelará la respuesta<br />
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