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tamaño y avanzando en una distancia que para él es normal. La mujer podría interpretarlo<br />
como un avance sexual.<br />
¿Por qué los japoneses siempre son los que guían cuando bailan el vals?<br />
En nuestras conferencias internacionales los norteamericanos suelen situarse entre ellos a<br />
una distancia de entre cuarenta y seis y ciento veintidós centímetros, y cuando hablan permanecen<br />
en el mismo sitio. Si observamos a un norteamericano y a un japonés hablando,<br />
vemos que los dos empiezan a dar lentamente vueltas por la sala, el norteamericano apartándose<br />
<strong>del</strong> japonés y el japonés acercándose al norteamericano. Es un intento, tanto por<br />
parte <strong>del</strong> norteamericano como <strong>del</strong> japonés, de ajustarse a una distancia que culturalmente<br />
sea cómoda para ambos. <strong>El</strong> japonés, con una zona intima más pequeña (veinticinco centímetros),<br />
avanza continuamente para ajustarse a sus necesidades espaciales, pero con ello<br />
invade la zona intima <strong>del</strong> norteamericano, obligándolo a retroceder para ajustar su espacio.<br />
Las grabaciones de este fenómeno reproducidas a alta velocidad, producen la sensación de<br />
que ambos hombres están bailando un vals por la sala y de que es el japonés quien guía. Este<br />
es uno de los motivos por los que los asiáticos, los europeos y los norteamericanos se miran<br />
con recelo cuando hablan de negocios. Los europeos y los norteamericanos dicen de los<br />
japoneses que son «pesados» y que se toman muchas «familiaridades», mientras que los<br />
asiáticos dicen de los europeos y los norteamericanos que son «fríos» y «mantienen las<br />
distancias». Este desconocimiento de las variaciones de la zona íntima entre distintas culturas<br />
lleva a interpretaciones erróneas y a supuestos inexactos respecto a cada cultura.<br />
Zonas espaciales de país con respecto a las de la ciudad<br />
Como hemos mencionado, la cantidad de espacio personal que una persona necesita tiene<br />
que ver con la densidad de población de la zona donde se vive. La gente criada en zonas<br />
rurales poco pobladas, por ejemplo, necesita más espacio personal que la que se ha criado en<br />
ciudades densamente pobladas. Si observamos hasta dónde extiende una persona el brazo<br />
cuando estrecha la mano a alguien, tendremos una pista que nos indicará si esa persona es de<br />
ciudad o de una zona rural. Los ciudadanos tienen típicamente una «burbuja» privada de<br />
cuarenta y seis centímetros, justamente la distancia entre la muñeca y el torso cuando extienden<br />
el brazo para estrechar la mano a alguien.<br />
Esto permite que las manos se encuentren en territorio neutral. La gente que se ha criado<br />
en una ciudad rural con poca población puede tener una «burbuja» espacial de hasta un<br />
metro o más, y esta es la distancia entre la muñeca y el torso cuando las personas de campo<br />
extienden el brazo para estrechar la mano a alguien.<br />
Las personas de origen rural permanecen con los pies firmemente apoyados en el suelo y<br />
se inclinan hacia a<strong>del</strong>ante para estrecharse la mano, mientras que las personas de ciudad dan<br />
un paso a<strong>del</strong>ante. Las personas criadas en zonas muy apartadas pueden tener una necesidad<br />
de espacio personal aún mayor, que podría llegar hasta los seis metros. Suelen preferir no<br />
estrecharse la mano y mantenerse a cierta distancia y saludarse de lejos.<br />
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