Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Los ojos de poder<br />
Si su mirada es suave o débil, practique utilizando los ojos de<br />
poder para conferirse más autoridad. Cuando se sienta atacado<br />
por alguien, intente no pestañear y no perder el contacto visual.<br />
Cuando mire al atacante, entrecierre los ojos y céntrese exclusivamente<br />
en esa persona. Es lo que hacen los animales predadores<br />
antes de lanzarse sobre su presa. Cuando pasa la mirada de<br />
una persona a otra sin pestañear, conseguirá amilanar a cualquiera<br />
que lo mire.<br />
Para hacerlo, mueva primero los ojos y luego siga el<br />
movimiento con la cabeza, pero sin mover los hombros. Es la<br />
mirada que utilizaba Arnold Schwarzenegger en Terminator y<br />
una mirada capaz de llenar de miedo el corazón de los posibles<br />
intimidadores. Mejor aún, siga la política de tratar sólo con<br />
gente agradable y así nunca tendrá que recurrir a esa mirada.<br />
La historia <strong>del</strong> político<br />
Cuando alguien mira de un lado a otro o no nos mira a los ojos cuando habla, nuestra confianza<br />
y credibilidad disminuyen notablemente, aunque esa persona lo haga por simple<br />
cuestión de timidez. Tuvimos como cliente a un político que era novato en lo que a entrevistas<br />
en televisión se refería y que constantemente movía los ojos de un periodista a otro y<br />
de una cámara a otra cuando le entrevistaban. <strong>El</strong> resultado era que en pantalla aparecía<br />
mirando de un lado a otro y, cada vez que salía en televisión, su popularidad decaía. Su<br />
credibilidad aumentó sólo entrenándolo para que mirase al periodista y se olvidase de las<br />
cámaras. Entrenamos a otro político para que cuando participara en debates televisados<br />
dirigiera sus respuestas, básicamente, a la lente de la cámara. Aunque con ello dejó de lado<br />
a los ciento cincuenta invitados <strong>del</strong> estudio, impresionó a millones de espectadores de televisión<br />
que tuvieron la sensación de que el político se dirigía directamente a ellos.<br />
Mírame bien a los ojos, pequeña<br />
Para un programa de televisión llevamos a cabo un experimento con una agencia de contactos.<br />
Seleccionamos a diversos hombres y les dijimos que su próxima cita les encajaba a<br />
la perfección y que debían esperar pasar un rato estupendo. Explicamos a los hombres que<br />
la mujer con la que se habían citado había sufrido un accidente en el ojo de pequeña y que<br />
era muy sensible a ese tema porque aquel ojo carecía de una visión al cien por cien.<br />
Les dijimos que no estábamos seguros de qué ojo se trataba, pero que observándola<br />
bien lo adivinarían sin problema. A las mujeres les contamos la misma historia sobre su cita,<br />
diciéndoles también que si observaban con detalle detectarían el ojo que no funcionaba bien.<br />
Cuando las parejas se reunieron, pasaron la velada entera mirándose a los ojos y buscando<br />
en vano el «ojo problemático». <strong>El</strong> resultado fue que todas las parejas informaron de un<br />
elevado grado de intimidad y romanticismo en el encuentro y que la probabilidad de que la<br />
pareja volviera a reunirse para una segunda cita era un doscientos por ciento superior a la<br />
media de la agencia.<br />
Las miradas prolongadas generan sentimientos de intimidad.<br />
- 134 -