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pesar de que pegarse en la cabeza se utiliza para comunicar un olvido, es importante observar<br />
si la palmada es en la frente o en la nuca. La palmada en la frente indica que esa<br />
persona no se siente intimidada ante usted al mencionarle su olvido.<br />
Pero si la palmada es en la nuca, con la intención de calmar el<br />
hormigueo provocado por la erección de los músculos pillae, quiere<br />
decir que está usted provocándole un verdadero «dolor en la nuca»<br />
al mencionarlo.<br />
E1 gesto <strong>del</strong> dolor<br />
en la nuca.<br />
Gerard Nierenberg, <strong>del</strong> Negotiation Institute de Nueva York,<br />
descubrió que las personas que se rascan la nuca con asiduidad<br />
tienen tendencia a ser negativas o críticas, mientras que las que<br />
habitualmente se rascan la frente para no verbalizar un error tienden<br />
a ser más abiertas y fáciles de llevar.<br />
Adquirir la habilidad necesaria para interpretar con exactitud los<br />
gestos de llevarse las manos a la cara dentro de un conjunto dado de<br />
circunstancias, exige tiempo y dotes de<br />
observación. Siempre que una persona utilice<br />
alguno de los gestos de llevarse las manos a la cara que se han<br />
comentado en este capítulo, es razonable pensar que por su cabeza<br />
pasa algún pensamiento negativo. Pero, ¿cuál es ese pensamiento<br />
negativo? Podría tratarse de duda, engaño, incertidumbre, exageración,<br />
aprensión o mentira. La verdadera habilidad es la de saber<br />
interpretar de cuál de estos pensamientos negativos se trata. La<br />
mejor manera de averiguarlo es analizando los gestos que puedan<br />
haber precedido el gesto concreto de llevarse la mano a la cara e<br />
interpretándolos en contexto.<br />
¿Por qué Bob siempre perdía al ajedrez?<br />
Tenemos un colega, Bob, al que le encanta jugar al ajedrez. Lo retamos a una partida, que<br />
grabamos en secreto para, posteriormente, analizar el <strong>lenguaje</strong> de su cuerpo. <strong>El</strong> vídeo reveló<br />
que mientras jugaba, Bob solía tocarse la oreja o la nariz, pero que sólo lo hacía cuando no<br />
estaba seguro de cuál sería su siguiente movimiento. Descubrimos que cuando nosotros<br />
indicábamos nuestra intención de mover una pieza, tocándola, el <strong>lenguaje</strong> <strong>del</strong> cuerpo de<br />
Bob indicaba que estaba pensando sobre el movimiento propuesto. Cuando tenía la sensación<br />
de que podía realizar un movimiento ganador, y probablemente había pensado ya en el<br />
movimiento <strong>del</strong> marcador, indicaba su confianza mediante el gesto <strong>del</strong> campanario; cuando<br />
no estaba seguro o se sentía a disgusto, utilizaba el gesto de taparse la boca, tocarse la oreja<br />
o rascarse el cuello. Todo esto sucedía de un modo tan predecible que cuando explicamos a<br />
los demás miembros <strong>del</strong> grupo de ajedrez las pistas para derrotar al viejo Bob, empezaron a<br />
ganarle. A Bob nunca le ofrecimos un ejemplar de este libro.<br />
<strong>El</strong> doble significado<br />
Durante una falsa entrevista que grabamos para su estudio, nuestro entrevistado se llevó, de<br />
pronto, la mano a la boca y se tocó la nariz después de que el entrevistador le formulara una<br />
pregunta. Antes de responder permaneció varios segundos con el gesto de taparse la boca y<br />
luego volvió a su posición abierta. Hasta aquel momento el entrevistado había mantenido<br />
una posición abierta, con la chaqueta desabrochada, exponiendo las palmas de las manos,<br />
moviendo afirmativamente la cabeza e inclinándose hacia a<strong>del</strong>ante cuando respondía a las<br />
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