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¿Por qué es difícil mentir?<br />
Como dijimos en el capítulo 3, la mayoría de la gente cree que cuando alguien miente<br />
sonríe más de lo habitual, pero las investigaciones demuestran que es precisamente al<br />
contrario, que la persona que miente sonríe menos. Lo difícil de la mentira es que el subconsciente<br />
actúa de forma automática e independiente de nuestra mentira verbal, y por eso<br />
el <strong>lenguaje</strong> <strong>del</strong> cuerpo nos <strong>del</strong>ata. Esta es la razón por la cual la gente que miente poco es la<br />
que más a menudo es sorprendida mintiendo, por convincente que parezca. En el momento<br />
en que estas personas empiezan a mentir, su cuerpo emite señales contradictorias, lo que<br />
nos da la sensación de que no están diciendo la verdad. En el momento de la mentira el<br />
subconsciente emite energía nerviosa que se presenta en forma de un gesto capaz de contradecir<br />
lo que sé dice. Los mentirosos profesionales, como políticos, abogados, actores y<br />
anunciantes de televisión, han redefinido los gestos de su cuerpo hasta el punto de que<br />
resulta difícil «ver» la mentira y la gente cae en la trampa víctima de sus mentiras.<br />
Lo consiguen de una de las dos formas siguientes. En primer lugar, cuando mienten<br />
practican lo que «perciben» como los gestos correctos, aunque esto sólo funciona después<br />
de practicar muchas mentiras y durante periodos de tiempo prolongados. En segundo lugar,<br />
son capaces de reducir su gesticulación, de modo que cuando mienten no utilizan ni gestos<br />
positivos ni negativos, algo que también resulta difícil de poner en práctica.<br />
Con la práctica, los mentirosos pueden acabar siendo convincentes, como los actores.<br />
Haga esta sencilla prueba: mienta <strong>del</strong>iberadamente a alguien y haga un esfuerzo consciente<br />
para eliminar todos los gestos <strong>del</strong> cuerpo. Aunque los gestos principales <strong>del</strong> cuerpo<br />
queden eliminados, seguirá transmitiendo abundantes microgestos. Entre ellos destacan los<br />
movimientos musculares, la dilatación y la contracción de las pupilas, la sudoración, el<br />
enrojecimiento de las mejillas, el aumento <strong>del</strong> parpadeo de los habituales diez parpadeos<br />
por minuto, hasta incluso cincuenta, y muchas otras microseñales que indican que estamos<br />
engañando. Las investigaciones llevadas a cabo con la ayuda de grabaciones a cámara lenta<br />
muestran que estos microgestos pueden producirse durante una décima de segundo y que<br />
sólo pueden percibirlos personas como los entrevistadores profesionales, los vendedores y<br />
la gente muy perceptiva.<br />
Es evidente, por lo tanto, que para ser capaz de mentir con éxito es necesario esconder el<br />
cuerpo o dejarlo fuera de la vista. Los interrogatorios consisten en poner a la persona interrogada<br />
en una silla, en una zona abierta, o bajo focos, de modo que los interrogadores<br />
puedan ver, por completo, su cuerpo; bajo estas circunstancias las mentiras serán mucho<br />
más visibles. Mentir es más fácil estando sentado detrás de una mesa, ya que el cuerpo<br />
queda parcialmente escondido, o mirando por encima de una valla o estando detrás de una<br />
puerta cerrada. La mejor situación para mentir es por teléfono o por correo electrónico.<br />
Los ocho gestos más comunes de la mentira<br />
1. Taparse la boca<br />
La mano tapa la boca porque subconscientemente el cerebro le ordena<br />
que intente eliminar las palabras de engaño que la persona dice. A<br />
veces este gesto puede realizarse con sólo unos cuantos dedos <strong>del</strong>ante<br />
de la boca o incluso con el puño cerrado. <strong>El</strong> significado sigue siendo<br />
el mismo.<br />
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