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Esclavos-del-franquismo-Trabajos-forzados_VAL
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mejoramiento de otros treinta y un mil, o la supresión de pasos a nivel, estaba un centenar de<br />
grandes obras hidráulicas, entre ellas el Canal del Bajo Guadalquivir que, por un decreto de<br />
25 de noviembre de 1940 (33) , fueron declaradas de “interés nacional”. Los trámites<br />
terminaron a fines de 1941 con la aprobación del proyecto tras pasar la correspondiente<br />
información pública. Para entonces las obras ya habían comenzado. Las realizaban los<br />
penados pertenecientes a la 1ª Agrupación del Servicio de Colonias Penitenciarias<br />
Militarizadas, instalados en el campo de concentración de La Corchuela.<br />
3. El canal de los presos<br />
Desde mayo de 1939, las autoridades militares habían efectuado gestiones para buscar el<br />
emplazamiento adecuado para el campo de concentración donde se iban a alojar los presos<br />
que trabajarían en las obras de las marismas. Tras la visita del coronel Martín Pinilla, jefe del<br />
Servicio de Campos de Concentración, a mediados de mes los contactos se agilizaron y, antes<br />
de terminar mayo, Queipo de Llano había ordenado a la Inspección de Sanidad que nombrara<br />
al personal médico del botiquín (34) . Tras la creación del SCPM y la autorización para<br />
comenzar las obras del canal, se pensó situar el campo en las inmediaciones de donde<br />
tendrían lugar los primeros trabajos. Estos iban a ser, como sabemos, la construcción de la<br />
sección VI. En ella iba un sifón, mediante el que se salvaría el arroyo del Copero. En la<br />
dehesa de La Corchuela, muy cercano a los trabajos, se levantó el campo que pronto sería<br />
conocido por los alrededores como “el campamento”. Porque en realidad no era, en un<br />
principio, como recuerdan algunos presos, más que unas tiendas de campaña (35) .<br />
Terminado el acondicionamiento del campo, por los mismos días en los que se<br />
declaraban de urgencia las obras del canal, llegaron a La Corchuela las primeras cuadrillas de<br />
penados (36) . De todas formas hasta marzo de 1940, la Confederación Hidrográfica del<br />
Guadalquivir no firmó el convenio con el SCPM para la construcción de los dos trozos que<br />
formaban la sección VI del canal (37) . Era el comienzo de una larga relación. Hasta junio de<br />
1958, los penados de las dos agrupaciones del SCPM trabajaron en casi todos los tramos y<br />
obras accesorias del canal que se estaba construyendo (38) . Prácticamente todas las grandes<br />
obras de fábrica las hicieron ellos en duras condiciones. Tanto por la carencia de medios<br />
técnicos, que se suplían con la fuerza de sangre, de hombres y bestias, como por el propio<br />
régimen de vida de una unidad militarizada. Además de las dificultades de aprovisionamiento<br />
y energía, ya citadas, de la postguerra. A mediados de agosto de 1940, el ingeniero de la<br />
Confederación Carlos Conradi informaba que las obras iban cada vez más lentas por la falta<br />
de cemento (39) .<br />
Trabajaron mayoritariamente en la construcción de las secciones II, III, IV, V y VI del<br />
canal. Pero, sobre todo, en los acueductos sobre el arroyo de san Juan, de la Almonaza y el<br />
río Corbones o el sifón de desagüe del arroyo del Copero. Aunque no fueron estas obras las<br />
únicas que realizaron para el ministerio de Obras Públicas. También lo hicieron en la<br />
construcción de la presa y torre de maniobras del pantano de la Torre del Águila, en el<br />
término de Utrera, que abastece la zona de riego del Salado de Morón, así como en el propio<br />
canal y caminos de servicio; en las acequias, conducciones principales, desagües y