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Rota Punctatis - Volumen 2

- Barra libre: Ciclodesplazamiento interurbano. Una filosofía sobre movilidad en bicicleta. Reflexión acerca del uso del ciclo para desplazarse entre diferentes lugares. - Puertos en blanco y negro: Passage du Gois. Breve repaso histórico de este peculiar enclave situado en la costa francesa. - Siguiendo la pista: Intentos fallidos del récord de la hora. La cara B del mítico desafío a la hora. Desamores en el anillo a los sesenta minutos de dolor. - Rutas bizarras: La Quebrantacerros de Astudillo. Itinerario ciclista por la ancha Castilla creado como alternativa a la archiconocida Quebrantahuesos. - Mármol por esculpir: El legendario Kaiku. La historia de uno de los equipos ciclistas aficionados mas fructíferos de los últimos tiempos y de su alma mater, Iñaki Juanikorena. - Enfants terribles: Armand de las Cuevas. Un personaje incontrolable y con un potencial enorme. Extravagancias y destellos de un corredor que no dejó indiferente a nadie. - Farolillo rojo: Ciclismo disidentes. Una mirada a esas federaciones alternativas al establishment. ¿Otra forma de enfocar el deporte o un cementerio de elefantes?

- Barra libre: Ciclodesplazamiento interurbano. Una filosofía sobre movilidad en bicicleta. Reflexión acerca del uso del ciclo para desplazarse entre diferentes lugares.
- Puertos en blanco y negro: Passage du Gois. Breve repaso histórico de este peculiar enclave situado en la costa francesa.
- Siguiendo la pista: Intentos fallidos del récord de la hora. La cara B del mítico desafío a la hora. Desamores en el anillo a los sesenta minutos de dolor.
- Rutas bizarras: La Quebrantacerros de Astudillo. Itinerario ciclista por la ancha Castilla creado como alternativa a la archiconocida Quebrantahuesos.
- Mármol por esculpir: El legendario Kaiku. La historia de uno de los equipos ciclistas aficionados mas fructíferos de los últimos tiempos y de su alma mater, Iñaki Juanikorena.
- Enfants terribles: Armand de las Cuevas. Un personaje incontrolable y con un potencial enorme. Extravagancias y destellos de un corredor que no dejó indiferente a nadie.
- Farolillo rojo: Ciclismo disidentes. Una mirada a esas federaciones alternativas al establishment. ¿Otra forma de enfocar el deporte o un cementerio de elefantes?

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<strong>Rota</strong> <strong>Punctatis</strong><br />

nº2


<strong>Rota</strong> <strong>Punctatis</strong>


Historias ciclistas


Bienvenidos


SUMARIO


Editorial | pág. 8<br />

Barra libre | Ciclodesplazamiento interurbano | pág. 10<br />

Puertos en blanco y negro | Passage du Gois | pág. 12<br />

Siguiendo la pista | La hora imputual | pág. 16<br />

Rutas bizarras | Quebrantacerros astudillana | pág. 26<br />

Mármol por esculpir | El legendario Kaiku | pág. 32<br />

Enfants terribles | Armand de las Cuevas | pág. 38<br />

Farolillo rojo | Ciclismo disidente | pág. 44


EDITORIAL<br />

No hay nada como adentrarse en un mundo nuevo para<br />

darse cuenta de que las ideas preconcebidas, normalmente,<br />

no valen de nada. Algo de eso nos ha pasado con<br />

el nacimiento de la revista. De creer que íbamos a dar<br />

la campanada a darnos cuenta de que había que coger<br />

ticket y esperar en la cola, dado el boom que se está viviendo<br />

en torno a las publicaciones digitales relacionadas<br />

con el ciclismo. Un saludo a todas ellas.<br />

Sin embargo, en lugar de venirnos abajo nos hemos motivado<br />

más, si cabe. Tenemos la convicción de que con<br />

nuestra filosofía aportamos algo diferente, bien por la<br />

forma de enfocar los temas escogidos, bien por la estructura<br />

de <strong>Rota</strong> <strong>Punctatis</strong>. Lo que sí tenemos claro es que<br />

una de nuestras principales bazas es la independencia.<br />

Si en el primer número dimos rienda suelta a nuestra<br />

imaginación creando una serie de secciones, en este<br />

segundo volumen hemos incluído alguna más y hemos<br />

sustituido otras. Pretendemos que <strong>Rota</strong> <strong>Punctatis</strong> sea<br />

dinámica y tenga fluidez, sin anclarnos necesariamente<br />

en ciertas categorías e incluso dándole un giro a alguna<br />

de ellas, tal y como hemos hecho esta vez con Puertos<br />

en blanco y negro. El lector fiel de la revista lo percibirá<br />

perfectamente, el nuevo seguidor se extrañará. Queremos<br />

engancharlo a él también. Pero haciéndolo a nuestra<br />

manera, aunque no negaremos que tenemos alguna que<br />

otra sección fetiche. Os daréis cuenta.<br />

Queremos seguir contando historias ciclistas. Queremos<br />

seguir progresando y para ello los lectores sois imprescindibles.<br />

Las críticas, sugerencias y colaboraciones son<br />

bienvenidas. Las puertas de <strong>Rota</strong> <strong>Punctatis</strong> están abiertas<br />

y nos encantan las visitas. Doble guiño a ilustradores.<br />

Disfrutad.<br />

<strong>Rota</strong> <strong>Punctatis</strong>


CICLODESPLAZAMIENTO<br />

INTERURBANO


Barra libre<br />

E n este texto no voy a comentar sobre ciclistas profesionales,<br />

ni de duros puertos, ni de grandes hazañas.<br />

Voy a hablar de una decisión que tomé y que pongo en<br />

práctica.<br />

Se trata de ir en bici a los sitios por falta de tiempo, por<br />

afición al ciclismo desde pequeño y porque me fui a vivir<br />

a veinte kilómetros del centro de trabajo y de la familia<br />

y amigos.<br />

No defiendo el uso de la bicicleta sólo como medio de<br />

transporte urbano, sino que va más allá, y nunca mejor<br />

dicho, ya que se trata de desplazarse en bici de un municipio<br />

a otro sustituyendo ésta al coche o el transporte<br />

público.<br />

Es una combinación de deporte y movilidad, una especie<br />

de pedaleo pragmático, algo así como maximizar nuestra<br />

afición a este deporte aplicándola al desplazamiento<br />

o a la logística al igual que ocurre en tantos deportes,<br />

como por ejemplo en el montañismo. He de añadir que<br />

es muy gratificante la sensación que da el hecho de avanzar<br />

impulsados por nuestras propias fuerzas para llegar<br />

al destino.<br />

El fin de este práctica queda muy lejos de la competición<br />

o del entrenamiento específico es, más bien, disfrutar del<br />

viaje. Me acabo de acordar de una frase que suelo comentar<br />

a mis amistades y/o familia la cual podría resumir<br />

el enfoque de este tema que estoy tratando: De cada día<br />

intento hacer un pequeño viaje.<br />

Según uno va hacia el destino, acoplado en su bicicleta y<br />

disfrutando del rodar, se puede sentir como si campease<br />

siendo una especie de hidalgo asceta que avanza concentrado<br />

en el pedaleo atravesando bien accidentes geográficos<br />

o bien municipios, con el objetivo de disfrutar y de<br />

llegar a sus compromisos.<br />

Opino que el hecho de presentarse en los diferentes lugares<br />

en bicicleta tiene una especie de toque minimalista<br />

y de sencillez que me encanta. La bici es una mezcla de<br />

vehículo ligero, juguete y artículo deportivo que no ocupa<br />

demasiado espacio y que no emite ruido.<br />

Hay que tener en cuenta que el cicloturismo intercity casi<br />

siempre conlleva el porteo de mochila para transportar<br />

la ropa para cambiarnos, el almuerzo, los recados realizados,<br />

algo de lectura o el candado de seguridad.<br />

Animo a poner en práctica esta idea, aunque sea de vez<br />

en cuando, ya que entiendo que en muchas ocasiones no<br />

es sencillo, no es factible o, simplemente, nos da pereza.<br />

Se puede ir en bici al trabajo, a visitar lugares, al cine o<br />

también a una taberna de la provincia a disfrutar de una<br />

gran alubiada con la cuadrilla.<br />

¡Feliz pedaleo!


Puertos en<br />

blanco y negro<br />

PASSAGE<br />

DU GOIS


Puertos en blanco y negro<br />

P uertos en blanco y negro busca relatos de lugares<br />

ciclistas con historia más allá de porcentajes, longitudes<br />

o categorías de montaña. Esto nos ha llevado hasta un<br />

departamento francés con gran arraigo ciclista como es<br />

el de la Vendée. Conectando la isla de Noirmoutier perteneciente<br />

a la comuna de Barbâtre y la la comuna de<br />

Beauvoir-Sur-Mer, tenemos el puente de Noirmoutier y<br />

el Passage du Gois.<br />

El Passage du Gois, o de Goa, es un camino artificial de<br />

cuatro kilómetros y medio construido sobre una zona<br />

poco profunda en la bahía de Bourgneuf. Esto es fruto<br />

del choque de dos corrientes marinas la del norte y la<br />

del sur. Del enfrentamiento entre ellas surgió un banco<br />

arenoso poco profundo que ha acabado por estabilizarse<br />

en lo que hoy denominamos Passage du Gois.<br />

Cuentan que en el año 843 los normandos tenían cautiva<br />

a una burguesa de Nantes en la isla de Noirmoutier<br />

y que ésta huyó al continente valiéndose de esta zona<br />

poco profunda.<br />

Su primera referencia cartográfica data de 1701. Por<br />

aquel entonces los lugareños cruzaban entre bancos de<br />

arena, con el peligro que conllevaba ello, ante la posibilidad<br />

de quedar aislado con el cambio de marea. En 1780<br />

se tiene conocimiento de una primera colocación de<br />

maderos y travesaños sobre los bancos de arena. Pocos<br />

años después, durante la guerra de la Vendée en plena<br />

Revolución Francesa, quedó registrado el uso de dicho<br />

paso habilitado.<br />

En el siguiente siglo, concretamente en 1840, se tiene<br />

constancia de una línea regular tirada por un carro que<br />

cruzaba el paso sobre un piso de madera fijo. Pero 1924<br />

fue el año en que se marcó con hitos cada cien metros<br />

y se pavimentó definitivamente. Esto hizo que pasara a<br />

formar parte de la red de carreteras francesa de manera<br />

oficial, concretamente de la carretera nacional 148. Y<br />

desde el 11 de junio de 1942 está declarado monumento<br />

histórico.


Puertos en blanco y negro<br />

Autor: Raphaël Toussaint Foto : Thomas Bresson


Puertos en blanco y negro<br />

“El pelotón entró enfilado y<br />

en cuanto un corredor patinó<br />

el desastre se hizo patente”<br />

Aprovechando el paso de la Grande Boucle de 1999 por<br />

la región de la Vendée el entonces director del Tour de<br />

Francia, Jean-Marie Leblanc junto a su equipo, decidió<br />

meter al pelotón por el Passage du Gois en el transcurso<br />

de la segunda etapa entre Montaiugu y Challans.<br />

El resultado fue fatídico. El pelotón entró enfilado y alta<br />

velocidad y en cuanto un corredor patinó, ya que el piso,<br />

dadas las circunstancias, siempre se encuentra húmedo,<br />

el desastre se hizo patente. Ciclistas por el suelo, incluso<br />

cayendo a ambos lados del dique del paso y en cabeza<br />

un grupo de supervivientes que no esperaba a nadie y<br />

con un Lance Armstrong que comenzaría su idilio particular<br />

con la gran carrera francesa. La etapa la acabaría<br />

ganando el estonio del Casino-Ag2r, pero esto era algo<br />

anecdótico.<br />

La imagen del día la protagonizaba un Alex Zulle, que<br />

defendía los colores del Banesto, cortado fruto de una<br />

caída que se dejaba una minutada en la meta de de aquella<br />

etapa. Lo que posteriormente le lastró sobremanera<br />

pero que no le impediría reeditar, en el pódium final de<br />

París, la segunda plaza de 1995 tras Indurain.<br />

Nueve años después, en el año 2005, la ronda gala tocaría<br />

este lugar teniendo una crono individual entre Noirmoutier-en-I´ile<br />

y Fromentine, en la que se impondría David<br />

Zabriskie.<br />

En el año 2010, durante la retransmisión de la segunda<br />

etapa de la Grande Boucle, tuvo lugar una anécdota que<br />

atañe a este paso. Sylvain Chavanel marchaba escapado<br />

en solitario en la jornada que unía Bruselas con Spa, en<br />

terreno belga. Cuando parecía que el pelotón lo tenía<br />

controlado y que su aventura estaba abocada al fracaso,<br />

se sucedieron una serie de caídas en el pelotón. Andy<br />

Schleck y alguna que otra figura fueron los mayores<br />

damnificados. Fabian Cancellara que portaba el maillot<br />

amarillo, se autoerigió en líder del pelotón e hizo que se<br />

esperara a que los afectados empalmaran con el grupeto.<br />

Esto benefició a un Chavanel que consiguió llegar victorioso<br />

a meta y de paso vestir el maillot jaune. En el transcurso<br />

de la prueba, Carlos de Andrés y Perico Delgado<br />

empezaron a debatir sobre lo ético, moral, deportivo y<br />

demás. Hasta que al señor Delgado le llegó un mensaje<br />

telefónico de José Miguel Echavarri que decía de manera<br />

textual: “hace once años pasó lo mismo en el Passage du<br />

Gois y ni Dios esperó a Alex Zulle” (entonces el ciclista<br />

hélvetico corría en Banesto para el director navarro).<br />

En 2011 el Tour de Francia comenzaría con un paso<br />

neutralizado por el Passage du Gois. La lección estaba<br />

aprendida y los gerifaltes sabían de sobra que si querían<br />

enseñar al mundo esta maravilla francesa, no podía ser<br />

con los ciclistas metidos en faena en plena etapa.


Siguiendo la pista<br />

La hora<br />

impuntual


Siguiendo la pista<br />

E l Record de la Hora es una historia de gloria escrita<br />

en pizarras que marcan distancias hasta entontes<br />

inalcanzables. Ramos de flores, euforia y ciclistas degustando<br />

las mieles del triunfo en escenarios únicos como<br />

el Vigorelli de Milán, el stadium vélodrome du Bourdeux,<br />

el olímpico de Ciudad de México e incluso otros mucho<br />

menos conocidos como el Vikingskipet de Hamar, en<br />

Noruega. Éste es el camino de rosas. Es la cara de la<br />

moneda. Son días en que los protagonistas disfrutan de<br />

honores dignos del César.<br />

Y como toda cara, esta leyenda también tiene su cruz.<br />

Intentos fallidos, hombres reculando según se acercaba la<br />

fecha en cuestión e incluso respuestas evasivas a los periodistas,<br />

de tan solo mentar “el temido asalto a la hora<br />

del dolor”. Recordar que todo un Eddy Merckx, al finalizar<br />

con éxito su ofensiva de 1972, dijo que nunca más se<br />

sometería a semejante tortura. El actual poseedor “del<br />

cetro horario”, Bradley Wiggins”, fue muy explícito: “ha<br />

sido una tortura, esto es lo más próximo que he estado<br />

de sentir cómo tiene que ser parir”.<br />

Podríamos hablar largo y tendido de todos los campeones<br />

que sucesivamente fueron rompiendo las diferentes<br />

barreras establecidas. Una historia que comenzaría con<br />

los 35,325 kilómetros recorridos en París en un ya lejano<br />

11 de mayo de 1893, por el cofundador del diario<br />

L´Auto, y creador del Tour de Francia, Henri Desgrande.<br />

Pero me temo que de esto se ha escrito mucho y bien.<br />

Vamos a ocuparnos de la otra vertiente, la de los ciclistas<br />

que atacaron los sesenta minutos de agonía llevados por<br />

diferentes motivaciones, situaciones, contextos e incluso<br />

medios, no logrando superar la anterior mejor marca en<br />

el anillo. Estos son los intentos fallidos (e inexistentes) al<br />

Récord de la Hora.<br />

El 7 de noviembre de 1942, en plena Segunda Guerra<br />

Mundial, Fausto Coppi, uno de los grandes ciclistas que<br />

nos ha dado la historia, era llevado por su esfuerzo hasta<br />

unos por entonces estratosféricos 45,848 kilómetros.<br />

Una distancia aguantaría catorce años imbatida. No fue<br />

la primera marca, ni mucho menos, la que más tiempo<br />

duraría sin mejora. Sin embargo, Coppi sí que fue, tras<br />

Lucien Petit Bretón, de los primeros vencedores en grandes<br />

vueltas en apostar por este récord (Fausto ya tenía<br />

un Giro d´Italia en su haber). El logro de Coppino le daría<br />

caché a la carrera y el hecho de que fuera una figura<br />

emergente en Europa hizo el récord empezara a verse<br />

de otro modo.<br />

El récord más duradero los ostentaría durante casi veinte<br />

años el helvético Oscar Egg, que en 1914, tras superar<br />

por tercera vez el reto en cuestión, ostentó el trono<br />

hasta 1933, año en el que se lo arrebatara el neerlandés<br />

Jan Van Haout.<br />

En el periodo comprendido entre 1945 y 1955 se tiene<br />

constancia de dos grandes figuras que asaltaron sin éxito<br />

la marca de Fausto Coppi. Esto haría que el mito del<br />

record de la figura azurra creciera, así como el miedo<br />

al momento de afrontarlo. Uno de estos valientes fue<br />

el diez veces campeón de Holanda en la modalidad de<br />

“Esto es lo más próximo<br />

que he estado de sentir<br />

cómo tiene que ser parir”


Siguiendo la pista<br />

persecución Gerrit Schulte, toda una leyenda en la nación<br />

de los tulipanes. De hecho, la federación neerlandesa<br />

otorga cada año el trofeo que lleva su al mejor ciclista<br />

profesional de los Países Bajos. Otro titán sería el galo<br />

tres veces vencedor de La Grande Boucle, campeón del<br />

mundo en ruta y todo un héroe nacional, Louison Bobet.<br />

Éste, en pleno apogeo de su carrera, atacó sin éxito el<br />

record de marras con parecido resultado al del anterior<br />

protagonista.<br />

Llegaría 1955 y tras una orden, un tanto extraña, emitida<br />

por el 406 regimiento de Richepanse adscrito al cuartel<br />

de Rouen-Francia, se le ordenaba al soldado-artillero Jaques<br />

Anquetil lo siguiente: “Usted debe batir el Récord<br />

de la Hora de Fausto Coppi”. El que acabaría siendo conocido<br />

como Monsieur Chrono no tuvo éxito en su primera<br />

intentona. Con unos paupérrimos 41,326 kilómetros,<br />

Jaques acababa hundido y cabizbajo en un rincón del<br />

velódromo milanés de Vigorelli. Era el 23 de noviembre<br />

de 1955. En junio del año siguiente, concretamente el día<br />

29 y en el mismo escenario, lograría cumplir con creces<br />

la orden de sus superiores, siendo el primer hombre que<br />

sobrepasaba los 46 kilómetros (46,159).<br />

Años más tarde, cuando el transalpino Ercole Baldini y<br />

Roger Le Roi du Vigorelli Rivière (por dos veces) habían<br />

superado su marca, Anquetil volvió a la carga. El 27 de<br />

septiembre de 1967 se presentó en el mismo escenario<br />

que los anteriores, el velódromo de Vigorelli-Milan. Los<br />

47,493 kilómetros que recorrió nunca fueron homologados<br />

ya que Monsieur Chrono se negó a pasar el control<br />

antidopaje en el lugar de la prueba, alegando que quería<br />

hacerlo en el hotel donde se encontraba alojado. Al año<br />

siguiente el belga Ferdinad Bracke dejaría su huella en la<br />

historia ciclista, seguido otro año más tarde del danés<br />

Ole Ritter.<br />

“Con toda su parafernlia<br />

científica empujó el récord<br />

más allá de los 51 km”<br />

En 1970, dos años antes de la exhibición de Eddy Merckx<br />

en el velódromo de Ciudad de México y en este mismo<br />

escenario, el colombiano Martín Emilio Cochise Rodríguez<br />

recorrería una distancia de 47,566 kilómetros. Esto<br />

no le valió para superar los 48,653 que acreditaba Ole<br />

Ritter, pero sí le proporcionó el poco conocido Récord<br />

de la Hora amateur. Un año más tarde este atípico ciclista<br />

colombiano sería campeón del mundo de 4 kilómetros<br />

persecución individual en Varesse-Italia. En 1973,<br />

formando pareja con Felice Gimondi, vencería en el por<br />

entonces prestigioso Trofeo Baracchi (contrarreloj por<br />

parejas).<br />

Pasados dos años de la actuación de Eddy El Canibal<br />

Merckx en 1972, Ole Ritter se vio en la tesitura de intentar<br />

recuperar su corona. El velódromo de Ciudad de<br />

México volvería a ser protagonista del evento y todo ello<br />

quedó inmortalizado en el documental “La Hora Imposible”.<br />

Ritter tuvo a su disposición la mejor tecnología de<br />

la época, un cuadro de acero cromolio y componentes<br />

de aluminio ergal, pero ni con ello consiguió superar al<br />

mejor ciclista de la historia. Su esfuerzo le llevaría hasta


Siguiendo la pista<br />

unos 48,739 kilómetros que de nada le valdrían.<br />

Doce años tuvieron que pasar desde la paliza que se<br />

metiera el astro belga en 1972 para que algún valiente<br />

asaltara una marca que se acercaba peligrosamente a los<br />

50 kilómetros. Éste sería el potente ciclista, proveniente<br />

del norte de Italia, del Trentino concretamente, Francesco<br />

Moser. Corría 1984 cuando Checco, acompañado de<br />

toda su parafernalia científica y en un plazo de apenas<br />

tres días, empujó el record, por dos veces, más allá de<br />

los 51 kilómetros.<br />

Esta modalidad parecía avocada al olvido y más cuando<br />

grandes estrellas de los 80 como Greg Lemond, Laurent<br />

Fignon o Bernard Hinault no parecían tener la menor<br />

intención de atacarlo. De hecho, Bernard el Tejón Hinault<br />

llegó a decir que nunca participaría en una carrera en la<br />

que no pudiera quedar delante de nadie, dejando claro<br />

que verle a él solo metido en un velódromo dando vueltas<br />

era una quimera. Otro galo que tampoco lo intentó,<br />

pese a ser un gran rodador y especialista en la lucha<br />

contra el crono, fue Thierry Marie.<br />

De las islas británicas llegaría aire fresco. Graeme Obre,<br />

un ciclista amateur, escocés de adopción, montado en<br />

una estrafalaria bicicleta llamada The Old Faithul y con<br />

escasos medios, tanto económicos como logísticos, a su<br />

alcance se lanzó a por todas un 16 de julio de 1993. El<br />

lugar elegido para tal efecto sería el velódromo noruego<br />

de Hamar. El resultado no fue el esperado y Obree paró<br />

antes de cumplir los sesenta minutos de rigor. Al día siguiente,<br />

sin haber conseguido dormir lo previsto y tras<br />

desayunar bien de emparedados de mermelada de fresa<br />

(lo cual era costumbre según decía), volvió a intentarlo y<br />

esta vez mandó el récord a los 51,596 km. A los seis días,<br />

el entonces campeón olímpico de persecución en Barcelona<br />

92, Chris Boardman le arrebataría el número uno.<br />

1994 sería el año de moda en cuanto al record de la<br />

hora se refiere. El 15 de enero, en Ciudad de Méjico,<br />

un cuarentón retirado hacía tiempo volvió para intentar<br />

romper la barrera de los 52 kilómetros. Su nombre,<br />

Francesco Moser. Utilizando la postura de Obree consiguió<br />

completar la hora con 51, 840 kilómetros. Esto no le<br />

daría el record, pero si levantaría muchas dudas respecto<br />

a su rendimiento con 42 años, y más cuando llevaba retirado<br />

desde hacía nueve. Se daba una situación tan poco<br />

frecuente como difícil de explicar, ya que logró superar<br />

de manera amplia su propio record que databa de 1984<br />

cuando era profesional y estaba en plena forma. Ese mismo<br />

1984 había ganado la Milán-san remo, el Giro d´Italia<br />

y dos etapas en la Vuelta España, por ejemplo. Cuanto<br />

menos curioso.<br />

Mientras tanto, en este 1994 se hablaba muy tímidamente<br />

de un posible intento por parte del entonces pupilo<br />

de Manolo Saiz en la ONCE Alex Zulle, o del impredecible<br />

Armand de las Cuevas. El que sí volvió al ruedo<br />

fue Graeme Obre. A lo que seguiría una historia por todos<br />

conocida: la de Miguel Indurain con sus 53,040 y los<br />

dos posteriores golpes de mano de un Tony Rominger<br />

totalmente inexperto en la pista. Lo cual no impidió a<br />

este suizo, nacido en Dinamarca, apretar las tuercas hasta<br />

unos sobrenaturales 55,291 kilómetros.<br />

Para la prensa española fue un trago duro, tanto que nun-


Siguiendo la pista<br />

ca lo llegó a asimilar y hasta que el 15 de octubre de<br />

1995 Miguel Indurain volviera a Colombia con el objetivo<br />

de recuperar el ansiado Récord, muchos no durmieron<br />

tranquilos. No fueron las mejores condiciones para<br />

batir nada y Miguel paró. Al retornar a España, hubo un<br />

discreto ensayo en el velódromo de Bourdeux, pero se<br />

desestimó. Miguel descansaría para afrontar la que nadie<br />

pensaría que fuera su última temporada como profesional,<br />

la de 1996.<br />

Posteriormente Chris Boardman, el Señor de la Hora,<br />

daría un puñetazo en la mesa. Montado sobre su bicicleta<br />

prototipo de la marca Eddy Merckx (curioso) y ayudado<br />

de su postura superman (que también utilizara unos meses<br />

antes el pistard Andrea Collinelli para ser campeón<br />

olímpico en Atlanta´96), logró algo tan difícil como ilógico.<br />

Se dio la circunstancia de que Mr. Boardman lograría<br />

recorrer 56,375 kilómetros, algo que nadie ha conseguido<br />

superar jamás. Pese a ser el hombre que más distancia<br />

ha recorrido sobre una bicicleta durante una hora en un<br />

velódromo, la UCI, que todo lo sabe, no le tiene otorgado<br />

a día de hoy el record de la hora. Incongruente.<br />

Un año más tarde, concretamente el 19 de octubre<br />

de 1997, el entonces miembro del Batik (secuela de la<br />

Gewis) Evgeni Berzin se tiraba al barro. El estado de forma<br />

en que se había presentado un mes antes en el mundial<br />

de ciclismo de Donostia-San Sebastián hacía presagiar<br />

lo que acabaría ocurriendo. A los diecisiete minutos<br />

el ruso acumulaba un retraso de 42 segundos respecto<br />

al inglés y esto le hizo parar. Sus pasos apuntaban a una<br />

distancia final de 51,958 kilómetros. Evgeni declaró que<br />

ante la prohibición por parte de la UCI, de la postura<br />

superman de Boardman, el récord era inalcanzable.<br />

En años venideros se habló tímidamente de Abraham<br />

Olano, el ucraniano Serhi Honchar y Melcior Mauri<br />

como serios aspirantes, pero nunca llegaron a materializarse<br />

ninguno de los proyectos. Los rodadores germanos<br />

Uwe Peschel, Michael Rich y Bert Grabsch, así como el<br />

citado Andrea Collinelli, fueron mencionados de pasada<br />

en algunos círculos, pero el registro de Chris Boardman<br />

se presentaba complicado de superar.<br />

Al citar la UCI me viene a la mente aquello de con la Iglesia<br />

hemos topado. En una de sus múltiples y arbitrarias<br />

decisiones, este estamento repleto de gente muy sabia<br />

certificó en el año 2000 que todas las marcas realizadas<br />

con bicicletas no convencionales quedaban anuladas<br />

como Récord de la Hora. O lo que es lo mismo, que los<br />

49,431 kilómetros de Eddy Merckx en 1972, volvían a<br />

estar vigentes.<br />

Chris Boardman, que se retiraba ese mismo año, cogió<br />

una bicicleta convencional y el 27 de octubre en el velódromo<br />

de Manchester se daba un merecido homenaje<br />

ante su afición. A punto estuvo de acabar en tragedia la<br />

fiesta, pero un último esfuerzo le valió para superar, por<br />

unos exiguos 110 metros, el registro de El Caníbal.<br />

Se abría una nueva era, o eso pensaba la UCI. Estos especularon<br />

que con esta decisión un montón de figuras se<br />

embarcarían en la aventura del récord. Pero no fue así.<br />

Graeme Obree, tras dos años sumidos en uno de sus comunes<br />

estados depresivos, intentaría retornar a su senda<br />

pero no consiguió recuperar su mejor golpe de pedal y<br />

ni tan siquiera llegó a haber fecha señalada.<br />

Otro que se enfrentaría hasta en dos ocasiones a los<br />

3600 segundos de agonía, fue el helvético que militaba en<br />

el equipo francés Team Oktos-Saint Quentin, Jean Nuttli.<br />

Este suizo tiene una historia particular. Con 21 años<br />

pesaba 120 kilos, tras una espartana dieta y meter unas<br />

brutales sesiones de rodillo a diario, logró bajar hasta<br />

68 kilos. Fue durante seis años profesional y debutó con<br />

Phonak, destacando siempre como notable contrarrelojista.<br />

Esto le llevaría a enfrentarse el 16 de noviembre de<br />

“Con 21 años pesaba 120<br />

kg, tras una espartana dieta<br />

logró bajar hasta 68 y<br />

debutó con Phonak”


Siguiendo la pista<br />

“Un mes antes le hubieran<br />

otorgado el récord y<br />

posiblemente un contrato<br />

profesional”<br />

2002 a la marca de Boardman, pero sus 47,093 cayeron<br />

en el olvido, como también lo harían los 46,642 recorridos<br />

en su segundo intento el 14 de diciembre de 2004<br />

en Viena.<br />

Jan Ullrich nos abandonaría como ciclista debiéndonos<br />

un record de la hora, al igual que el húngaro nacionalizado<br />

francés Laszlo Bodriogi, el norteamericano David<br />

Zabriskie o el todavía profesional y tres veces campeón<br />

del mundo contrarreloj Michael Rogers.<br />

Siguiendo con la historia, el especialista checo Ondrej<br />

Sosenka se echaría la manta a la cabeza y batiría el descafeinado<br />

récord. Lo hizo el 19 de julio de 2005 en Moscú,<br />

alcanzando los 49,700 kilómetros. En 2008 daría positivo<br />

con metanfetamina, lo que le haría cumplir la sanción<br />

correspondiente. Esto no le echó atrás y puso fecha de<br />

cara a un nuevo intento del Récord, el 19 de julio de<br />

2015, que acabaría no teniendo lugar.<br />

El 17 de mayo de 2014 Fabian Cancellara, una de la últimas<br />

esperanzas del aficionado de a pie, se retiraba definitivamente<br />

de la lucha por el cetro de la hora. La nueva<br />

decisión de admitir bicicletas de contrarreloj por parte<br />

de la UCI no le gustó según parece.<br />

Y a partir de ahí comenzaría la era, hasta ahora definitiva<br />

y que sinceramente no sé cómo denominar, en la que se<br />

permite el uso de bicicletas convencionales de contrarreloj.<br />

El 18 de septiembre de 2014, Jens Voight organizó<br />

una fiesta de retirada ciclista y de pasó batió este camaleónico<br />

Récord de la Hora. 51,115 kilómetros.<br />

Esto sí que fue un impulso y ante el aviso de ofensiva<br />

por parte de Sir Bradley Wiggins, varios fueron los que<br />

se apresuraron a aprovechar una oportunidad única de<br />

poder escribir su nombre en la historia del ciclismo.<br />

Mathias Brandel, el 30 de octubre de 2014, en Aigle llegaba<br />

a los 51,852 kilómetros. Jack Bobridge (actual campeón<br />

de ruta australiano) se la pegaba el 31 de enero<br />

de 2015 en el velódromo de Melbourne con unos insuficientes<br />

51,300 que tan sólo cuatro meses antes le<br />

hubieran abierto las puertas del Olimpo ciclista.<br />

Rohan Dennis era otro que espabilaba a tiempo con<br />

52,491 kilómetros el 8 de febrero de 2015 en Grenchen.<br />

Lo contrario de Thomas Dekker, que diecisiete días más<br />

tarde en Aguascalientes-México llegó a los 52,221 kilómetros.<br />

Un mes antes le hubieran otorgado el récord<br />

y posiblemente un contrato profesional que le hubiera<br />

permitido seguir siendo ciclista.<br />

La carrera por el récord estaba lanzada y más ante la<br />

inminente noticia de Wggins: la fecha prevista para el record<br />

es junio de 2015. Antes lo intentaría el sueco Gustav<br />

Larsson, el 14 de marzo del mismo año, pero de sus<br />

50,016 kilómetros recorridos en el velódromo de Manchester<br />

no se hizo eco mucha gente.<br />

Alex Dowsett, el rodador del Movistar dirigido por Eusebio<br />

Unzue, a punto estuvo de no llegar a tiempo. Una<br />

rotura de clavícula poco antes del ataque previsto para<br />

principios de año casi hizo que se le escapara el tren y<br />

si no llega a intentarlo antes que el coco Wiggins, adiós<br />

muy buenas. 52,937 kilómetros sobre la bocina. Me hubiera<br />

gustado que en su día esta formación hubiera cuidado<br />

tanto al excelente rodador Sergi Escobar.<br />

El final ha sido el que tenía que ser. Ante el rechazo de<br />

Fabian Cancellara, Sir Bradley Wiggins ostenta un récord<br />

oficial con sus 54,526 kilómetros recorridos el 7 de junio<br />

de 2015 en Londres. Lejos de los 56,375 de su compatriota<br />

Boardman. O, ¿acaso Boardman en 1996 tuvo a su<br />

alcance mayores avances tecnológicos, que Wiggins en<br />

2015?<br />

Tony Martin y Taylor Phinney, si recupera su mejor versión,<br />

pueden ser nuestras esperanzas.


Siguiendo la pista


quebrantacerros<br />

astudillana


Desde hace cinco años a esta parte viene teniendo<br />

lugar en tierras castellanoleonesas una cita ciclista<br />

a la que únicamente se puede acudir previa invitación.<br />

Esta no es otra que la “Quebrantacerros<br />

astudillana”.<br />

La creación de esta prueba lúdico-ciclista nació<br />

ante la imposibilidad de poder tomar parte, por<br />

varios de los ciclistas astudillanos, en la marcha ciclista<br />

que tiene lugar en Sabiñánigo justo antes de<br />

verano. Bajo el lema “¡No pasa nada, la hacemos<br />

aquí!” nuestros cicerones “Che”, Luis Ángel y Javi<br />

“el Parches” dejan claro que cuando hay ganas<br />

casi todo se puede. Circulando en todo momento en<br />

grupo, se completa un itinerario mucho más corto y<br />

notablemente menos duro que la cita oscense en la<br />

que está inspirada.<br />

“Adusta, fina y guerrera Castilla, de largos ríos,<br />

tiene un puñado de sierras entre Soria y Burgos como reductos de fortaleza”<br />

Recorremos las comarcas del Cerrato palentino y<br />

el Odra-Pisuerga burgalés, completando una ruta<br />

circular de ciento veinte kilómetros y en la que nos<br />

enfrentaremos a un perfil de continuos toboganes.<br />

Partiendo de una cota de 740 metros de altura sobre<br />

el nivel del mar no superaremos los 930 en ningún<br />

momento, lo que da motivo a engaño ya que al<br />

no haber grandes puertos en el perfil de la jornada<br />

puede hacer dudar a más de uno sobre la dureza de<br />

la ruta. Opinión que seguramente cambie tras superar<br />

los veinticinco repechos, pequeños puertecillos,<br />

lomas o como gusten de ser llamados.


Comenzaremos en Astudillo, localidad de mil habitantes<br />

cercana tanto al camino de Santiago como<br />

al Canal de Castilla. Remontaremos el rio Pisuerga<br />

para poco después entrar en la provincia de Burgos,<br />

cruzar la localidad de Pedrosa del Príncipe y seguir<br />

a la vega del Odra u Odrilla.<br />

Éste nos hará pasar por Castrojeriz, conocida villa<br />

por ser parada del Camino de Santiago así como por<br />

las ruinas de su castillo que dominan desde lo alto todas<br />

las rutas de comunicación.<br />

Poco antes de llegar al kilómetro veinticinco<br />

de la jornada tendremos ocasión de<br />

disfrutar de las ruinas del convento de San<br />

Antón, de estilo gótico y con una arcada<br />

imponente donde se conservan dos alacenas.<br />

Como anécdota podemos citar que el<br />

complejo conocido como ruinas de San Antón<br />

ha estado en manos privadas desde la<br />

desamortización de Mendizabal en 1836.<br />

En el año 2001, su entonces propietario<br />

Elicer Diez Temiño, firmaba un contrato<br />

de arrendamiento con Ovidio Campo por<br />

una duración de treinta y cinco años, con<br />

el fin de crear un albergue de peregrinos a<br />

la vieja usanza.<br />

Seguiremos ascendiendo poco a poco por la carretera<br />

que lleva a Hontanas y Castellanos de<br />

Castro, para coger la BU-4041 sentido Iglesias.<br />

En el tramo comprendido entre Iglesias y Vilviestre<br />

del Muño tocaremos techo en el itinerario<br />

con una ascensión que nos llevará hasta los<br />

926 metros.<br />

Llegados a Estepar saldrá a nuestro paso la Autovía<br />

de Castilla, que une Burgos con Palencia,<br />

la cual sortearemos en nuestro camino hacia<br />

Villamieja de Muño, Quintanilla de Somuño, Arenillas<br />

de Muño, Presencio, Mazuela u Olmillos de<br />

Muño.


La ruta nos llevará a Pampliega, localidad<br />

anteriormente denominada Ambisna o Pamplica,<br />

y en la que el noble godo Chindasvinto<br />

fue coronado como rey por los visigodos en el<br />

año 642. Dejando la iglesia renacentista de<br />

San Pedro atrás y saliendo de la villa por la<br />

muralla de Presencio circularemos con el río<br />

Alarzón a nuestra derecha en su curso hacia<br />

Palazuelos del Muño.<br />

“Allá en Castilla, mística y guerrera;<br />

Castilla la gentil, humilde y brava;<br />

Castilla del desdén y de la fuerza”<br />

Antes de cruzar definitivamente y dejar<br />

atrás el citado Alarzón atravesaremos<br />

Barrio del Muño, Belmimbre y Villaverde<br />

Mogina. La vía BU-4011 nos llevará a Los<br />

Balbases, localidad en la que tras girar a<br />

mano izquierda, y tomar una ruta más estrecha,<br />

enfrentaremos un tramo de treinta<br />

y cinco kilómetros en los que se concentra<br />

la mayor dureza del itinerario del día.


Vallajera, Valbonilla y Pedrosa del Príncipe<br />

forman parte del último plato del menú, enclavados<br />

en el sector que aglutina mayor dureza.<br />

Esto nos llevará a pedalear una vez más<br />

por la vega de los ríos Odre primero y Pisuerga<br />

después, mientras rodamos de vuelta a Astudillo.<br />

Y es en este momento, mientras se divisa<br />

el castillo de la Mota en el horizonte, cuando<br />

a uno se le viene a la cabeza aquello de: por<br />

Astudillo sale el sol.<br />

Cerca nos queda,<br />

como ya hemos citado en un principio, el Canal<br />

de Castilla. Construcción faraónica comenzada a<br />

mediados del siglo XVIII, siendo una de las obras<br />

de ingeniería hidráulica más importantes de su<br />

era, destinada al transporte del trigo producido<br />

en estas tierras, y que quedaría obsoleta con la<br />

llegada del ferrocarril. A día de hoy es un destino<br />

cicloturista recomendado.<br />

Destacar la prueba retro Gran Premio Canal de<br />

Castilla que tiene lugar en Medina de Rioseco<br />

cada mes de Julio, también conocido como “la<br />

Roubaix castellana”.<br />

FIN<br />

“Veréis llanuras bélicas y páramos de asceta<br />

—no fue por estos campos el bíblico jardín—;<br />

son tierras para el águila, un trozo de planeta<br />

por donde cruza errante la sombra de Caín.”<br />

“Y cuando llegue el día del último viaje<br />

y esté a partir la nave que nunca ha de tornar,<br />

me encontraréis a bordo ligero de equipaje,<br />

casi desnudo, como los hijos de la mar.”<br />

Rutas bizarras


Mármol por esculpir<br />

El legendario


Kaiku


Mármol por esculpir<br />

E n otros tiempos los tratos se cerraban con un apretón<br />

de manos. El paso a profesionales se fraguaba en las<br />

metas de muchas carreras amateur, entre la amalgama<br />

que formaban los diferentes coches de equipo y ciclistas<br />

que se cambiaban a la intemperie. Sin teléfonos móviles,<br />

con mucho carácter y aprendiendo a sobrevivir. Así fue<br />

como Iñaki Juanikorena se hizo un hueco y cimentó El<br />

legendario Kaiku.<br />

Podría poner mil y un adjetivos a lo que representó esta<br />

escuadra, con raíces en la localidad guipuzcoana de Hernani<br />

y que sembraría toda la península de victorias. Pero,<br />

¿qué mejor que hablar con su capo y alma mater? Gracias<br />

a la disposición de Juan Ramón Cendrero quedamos<br />

con Iñaki Juanikorena y, simplemente, escuchamos.<br />

Si un día hubo un equipo en el que todo ciclista quería<br />

correr para tener ocasión de poder ser profesional<br />

ése fue el Gurelesa-G.A.C., que es como se llamó en su<br />

origen, seguido de la retahíla de denominaciones (Gurelesa-Cegasa,<br />

Frinat-Cegasa, Kaiku-Cegasa, Kaiku-Laiz,<br />

Kaiku-Fast Rock) que lo llevarían a ser simplemente: el<br />

temido Kaiku.<br />

El proyecto fue iniciado en 1983 con el apoyo de Agustín<br />

Lasarte, por entonces director comercial de Gurelesa,<br />

la aportación de bicicletas G.A.C. por parte de José<br />

Luis Miner y dirigido por nuestro protagonista, con la<br />

ayuda de Felix Ugalde. Iñaki nos dejó claro que la liebre<br />

la levantaría Periko Matxain, pero los que se acabarían<br />

mojando serían los anteriormente citados. Hasta aquí<br />

un adelanto, pero echemos un vistazo a los orígenes de<br />

“Juano” y de donde le venía el interés por querer dirigir<br />

un equipo ciclista.<br />

Iñaki Juanikorena fue, como suelen decir, cocinero antes<br />

que fraile. Compitió hasta amateur con buenos resultados<br />

y formando parte de excelentes equipos. Corredor<br />

correoso, rápido e igual de espabilado que como director.<br />

Cualidades que, dichas sean de paso, bien pasado el<br />

tiempo heredó su primogénito Alexander, con el cual<br />

tuve la suerte de correr.<br />

“Juanikorena fue cocinero<br />

antes que fraile. Compitió<br />

hasta amateur con buenos<br />

resultados”<br />

Defendió primeramente los colores del Dicoproga, donde<br />

sería su director el polifacético Almanzor (descubridor<br />

pugilístico de Urtain). Seguido, vistió los maillots de<br />

La Casera y OLSA, donde sería dirigido por Miguel Madariaga<br />

o Super Ser. Con estos últimos, tuvo ocasión de<br />

participar en varias carreras Open, a las cuales los equipos<br />

profesionales acudían con sus formaciones apuntaladas<br />

por ciclistas amateur de sus escuadras filiales. Como<br />

anécdota de esto último queda que coincidiría con un tal<br />

Luis Ocaña.<br />

Aunque no era su especialidad formó parte de la selección<br />

guipuzcoana junto a Nazabal, Andiano y Nico<br />

Santesteban (padre de Ane la actual profesional) que lograría<br />

medalla de bronce en un campeonato de España<br />

contrarreloj por equipos disputado en Andoain. Con la<br />

mili de por medio y la encrucijada marcada por unos estudios<br />

de ingeniero industrial bien encaminados el paso<br />

al ciclismo profesional quedó relegado al olvido. Antes<br />

de colgar le daría tiempo a competir con el C.C. Vigués<br />

(actualmente patrocinado por Super Froiz) en su periplo<br />

pontevedrés, cumpliendo el servicio obligatorio militar.<br />

En 1979 comenzaría su andadura tomando las riendas de<br />

un equipo ciclista. Concretamente lo haría con el Transportes<br />

Uriarte que a mediados de temporada los dejaría<br />

colgados. Teka, a modo de favor, los esponsorizaría hasta<br />

finalizar el año en curso. En 1981 formaría parte del<br />

Transportes la Guipuzcoana, para después pasar 1982 en<br />

blanco mientras se cocinaba el equipo que marcaría la<br />

juventud de muchos corredores.


Mármol por esculpir<br />

Llegaría 1983 y con él arrancaría la escuadra lechera,<br />

formación que desde un principio mantuvo unas miras<br />

elevadas y un buen presupuesto, llegando a completar<br />

una lista de en torno a cien nombres que lograrían dar<br />

el ansiado “salto”. Iñaki Juanikorena los va citando según<br />

le van pasando por la cabeza a lo largo de nuestra charla.<br />

Desde el inicio el grupo aunó corredores de todo Euskadi,<br />

de otras provincias, más alguna aportación puntual<br />

extranjera. En la primera temporada<br />

contaron con dos suecos,<br />

Gustaffson y Backmann, a los que<br />

Iñaki les tenía echado el ojo de<br />

carreras francesas. En la segunda<br />

llegaría Rolando Obando, del que<br />

ya he oído hablar en más de una<br />

ocasión a Luis Mari Urizar (otro<br />

ilustre ex Kaiku).<br />

La progresiva llegada de extranjeros<br />

a lo largo de la dilatada carrera<br />

de este equipo (los hubo de<br />

todos los tipos como Eric Pascal,<br />

Kenneth Weltz, Gabrilov, Peter<br />

Meinert, Gustavo Toledo, Rob Acciavatti,<br />

Chaumontet, Thierry Elissalde,<br />

Frederic Guedon, Jacques<br />

Otegui, Werner Nijboer, Castañeda,<br />

Eric Lasserre o Bruno de Santi<br />

entre otros) estaba marcada en<br />

casi todos los casos por la misma<br />

obsesión: andar más y llegar a<br />

profesionales. A esto se debía añadir<br />

el alto rendimiento que daban<br />

los nacionales, lo cual hizo que a<br />

esta formación se le abrieran las<br />

puertas de carreras, al alcance de<br />

muy pocos, en países como Italia,<br />

Bélgica o Francia. Como muestra<br />

de ello tenemos la invitación a la París-Roubaix amateur<br />

en 1984.<br />

El engranaje del equipo funcionaba, en la primera temporada<br />

en activo se venció en una vuelta del prestigio<br />

de Bidasoa por medio de Pedro Díaz Zabala. El segundo<br />

De izq. a der. y de arriba abajo: Agustin Sagasti, Thierry Elissalde,<br />

Txente García Acosta e Iñigo Chaurreau<br />

año, su hermano Herminio haría lo propio con la Bira<br />

bizkaina. Y ya en la tercera, consiguieron tomar parte<br />

en alguna prueba open, en la que pudieron medirse a<br />

equipos profesionales, como la Volta Galicia. La Vuelta a<br />

La Rioja sería otra de esas rondas en la que, a lo largo<br />

de diecisiete temporadas, los corredores de Juanikorena<br />

podrían enseñar los dientes a los “pros”.<br />

En 1985 decidieron crear otro<br />

equipo denominado Gurea y que<br />

pasaría a dirigir Felix Ugalde. Gurea<br />

estaba destinado a los corredores<br />

que el potente equipo que<br />

Iñaki ya tenía entre manos quedaba<br />

demasiado grande. La idea<br />

era la formación. Ese mismo año<br />

pasaría a ser su mano derecha<br />

José María Goñi, ciclista de la casa<br />

hasta la temporada anterior y, por<br />

tanto, hombre de total confianza<br />

de Iñaki. Lo fue hasta el trágico accidente<br />

que segaría su vida al finalizar<br />

una etapa del Circuito Montañés<br />

de 1992. Tras esto, como es<br />

normal, el proyecto se tambaleó.<br />

Entraron a escena los hermanos<br />

Jon y Eugenio Goikoetxea (este<br />

último actual director de Caja<br />

Rural Profesional) y el equipo se<br />

modernizó.<br />

Como lo define Oscar Gogorza<br />

en una entrevista realizada al diario<br />

El País en 1998, la formación<br />

hernaniarra, “era un rodillo de<br />

triunfos, con más de 500 “. Iñaki<br />

Juanikorena va más allá y cita las<br />

25 carreras ganadas en su peor<br />

temporada y el logro de todo un record apabullante de<br />

70 victorias en 1989, casi nada. Entre tanto número y<br />

dato preguntamos a nuestro protagonista sobre cómo<br />

se realizaban los fichajes de gente ya no de fuera de España<br />

sino también de fuera del círculo de carreras vasco-navarras.<br />

En un mundo sin teléfonos móviles y en el


Mármol por esculpir<br />

vistiendo el maillot de Kaiku Miguel Ángel Martín Perdiguero.<br />

“El Perdi” corría en el Seguros Solís de Federico<br />

Martín Bahamontes. Pelo largo, uñas pintadas, todo<br />

un rara avis en un mundillo por entonces tan ortodoxo<br />

como el ciclista. Miguel Ángel tuvo alguna desavenencia<br />

con el “Águila de Toledo” y, por medio de un periodista<br />

que contactó con Juanikorena, acabó corriendo en el<br />

País Vasco. Una vez aterrizó en Kaiku dejó claro que su<br />

fichaje había sido todo un acierto, logrando 15 victorias<br />

en su mejor temporada. Junto a Juan Carlos Domínguez,<br />

dos de los ciclistas que más impresionaron al dirigente<br />

donostiarra.<br />

De izq. a der. y de arriba abajo: Imanol Ayestaran, un servidor, Richi Serrano y Joan Antoni Flecha<br />

que internet era poco más o menos ciencia ficción, el<br />

correo postal y los consejos de algunos allegados eran<br />

el mercado del que se surtía el equipo. Cartas con algún<br />

palmarés difícil de creer, así como algún corredor que<br />

se volvió a casa al de poco de aterrizar en la base sita<br />

en Lauhaizeta, son los capítulos menos conocidos de la<br />

historia del Kaiku.<br />

En este apartado no se olvida de la fortaleza, tanto física<br />

como mental, del menudo murciano Jesús Montoya.<br />

También recuerda a modo de anécdota como acabó<br />

En una larga lista de corredores y victorias, no olvida la<br />

Clásica de Primavera vencida por Ignacio García Camacho<br />

(más tarde campeón de España en ruta con Kelme)<br />

bajo una fuerte lluvia y tras toda una exhibición en solitario.<br />

Las vueltas casi seguidas como, la Bizkaiko Bira<br />

y Vuelta Álava que Juan Carlos Domínguez se metió al<br />

zurrón, la Clásica Lasarte de Eric Pascal o la del recalificado<br />

Javier Palacín. La clase de Mikel Zarrabeitia al que<br />

ya se le veía que sería muy bueno, Ramontxu González<br />

Arrieta, Peio Arreitunandia, Enrique Alonso en la Bira<br />

de 1987, Roberto Sierra, Barrigón, el malogrado Agustín<br />

Sagasti, “Chente” García… Saca la cara por los ciclistas<br />

que tuvieron una segunda oportunidad en Kaiku, tras un<br />

primer paso no del todo alentador en el profesionalismo.<br />

Según Juanikorena daban seriedad y saber estar al equipo<br />

en carrera, como fueron los casos de Luis Vicente Otín,<br />

alias “El cartero de Leiza”, o Abraham Olano. Además<br />

ambos consiguieron volver a la máxima categoría.<br />

De su relación con los diferentes directores profesionales<br />

destaca el trato recibido por Manuel Saiz, al que<br />

“Una vez aterrizó en<br />

Kaiku dejó claro que su<br />

fichaje había sido<br />

todo un acierto”


Mármol por esculpir<br />

ya conocía antes de ser seleccionador. El sheriff de la<br />

ONCE le cedía material a fondo perdido, cabras, ruedas<br />

de bastones, lenticulares, manillares y todo a cambio de<br />

nada, sin ningún favor especial a cambio, ni ningún tipo de<br />

privilegio especial. Y con el que compartía la predilección<br />

por la innovación. Kaiku fue el primer equipo amateur<br />

con una furgoneta preparada expresamente para las carreras,<br />

con compartimentos específicos para lavadora,<br />

bicis, corredores, etc.<br />

Como todo director Juano tiene recuerdo especial de<br />

varios ciclistas. Uno en concreto, del que ya tenía conocimiento<br />

de su predilección, es Xabier Lazpiur, al que<br />

he leído que Iñaki lo definía como un Eddy Merckx del<br />

campo amateur; y otro el tafallés Javier Araiz. Respecto<br />

a corredores que no llegó a dirigir y que le hubiera gustado<br />

hacerlo no lo duda, Iñaki Gastón, y tras recapacitar<br />

un rato añade el bizkaino que se le escapó tras haberse<br />

hecho la foto de equipo pero que por temas federativos<br />

tuvo que correr en su provincia, Iñaki Balboa.<br />

En 1991 el salto al profesionalismo casi pasó a ser un<br />

hecho. Con Gurelesa y Cegasa como patrocinadores el<br />

dichoso salto se paralizó en el último momento. La idea<br />

era dar paso al bloque duro de la escuadra y hacerse con<br />

los servicios de cinco o seis profesionales con experiencia<br />

que ya hubieran pasado por la formación amateur.<br />

Iñaki nos reconoce que eran otros tiempos, había muchos<br />

equipos y que a día de hoy, existiendo la categoría<br />

Continental (BH-Buergos y Murias-Euskadi, la cosa pintaría<br />

de otro modo y seguramente hubieran sacado el<br />

tema adelante.<br />

Ocho años más tarde, en 1999, echaría a andar su última<br />

temporada bajo el nombre de Kaiku uno de los equipos<br />

con más solera del panorama ciclista. Richi Serrano, Antonio<br />

“el Pispajo” Martín, Jokin Ormaetxea, Asier Maeztu,<br />

Mikel Astarloza, Cristian Sorreluz, Dioni Galpasoro, Imanol<br />

Ayestaran, Jose Angel Gómez Marchante, Iñigo Iparragirre,<br />

Iñaki González, Angel Arrieta, José Luis Fernández,<br />

Eric Pascal, Unai Yus, Gustavo Toledo, su propio hijo<br />

Alexander Juanikorena o mi amigo Edu De Miguel, eran<br />

integrantes de ese grupo del club JOCC de Hernani.<br />

G.P. Tarbes-Sauveterre 2003 - Selección de Euskadi<br />

Equipo: Urberuaga, Gaztañaga, Ormaetxea, Del Rio (vencedor),<br />

Aitor Perez Arrieta, Otxotorena, Julen Urbano y David Perez.<br />

Iñaki Juanikorena se mantuvo cinco temporadas más<br />

como seleccionador de aficionados en la federación vasca.<br />

Tras una más que breve estancia en el hispano-colombiano<br />

ATOM de Elguezabal, Gaztañaga, Vázquez o Tamayo,<br />

pasaría a Caja Rural amateur para en 2009-2010 dar el<br />

salto junto a Eugenio Goikoetxea al Caja Rural Continental.<br />

Allí llevaría a los Victor de la Parte, Guillermo<br />

Lana, hermanos Herrada o Gari Bravo. En este último<br />

equipo hicieron un hueco a un polaco que venía avalado<br />

por Eusebio Unzue, un tal Michael Kwiatkowski.<br />

En 2011 Iñaki ya no fue de la partida de Caja Rural, dando<br />

por finalizada una larga trayectoria como director, compaginada<br />

siempre con su actividad laboral de ingeniero.<br />

Esto da más valor a una afición de la que no dependía<br />

económicamente, la cual llevada al límite, proporcionó la<br />

posibilidad de ser ciclista profesional a no pocos jóvenes<br />

de aquí y de allá.<br />

(Fotografía de portada: Kaiku 1993. Entre otros : Txente, Rassmusen,<br />

Martinez Heredia, Sagasti, Palacin, Gabrilov, Elissalde, Arraitunandia,<br />

Huelamo, Chaurre, Eugenio Goiko, Beloki, Barrigón... Entre auxiliares:<br />

Jon Goiko, Ainhoa Etxegoien y Joseba Arizaga)


Armand de las Cuevas<br />

H oy nos atañe la historia de un hijo de la Francia<br />

enriquecida por la emigración, algo a lo que nos está<br />

costando demasiado acostumbrarnos por aquí. Un ciclista<br />

digamos que diferente, según la prensa gala “excesivamente<br />

franco” y que se dio cuenta tarde que decir<br />

siempre la verdad (a cañonazos) no es lo mejor. Aunque<br />

también es cierto que uno de los pocos periodistas que<br />

le pudo hacer una entrevista, si no fue la última, mientras<br />

paseaban en enero de 2010 por la Gironda francesa, lo<br />

definió como “exquisitamente amable”.<br />

Jean Francois Bernard, una de las grandes figuras galas<br />

que ademásde nacionalidad, llegó a compartir equipo<br />

con este enfant terrible, llegó a decir de él: Un día llegó un<br />

OVNI a la tierra, se bajó Armand y el OVNI se marchó.<br />

En cierto foro pude leer una frase, cuando menos de<br />

un modo original, que describe a nuestro protagonista:<br />

“Armand de las Cuevas estaba como un rebaño de cien<br />

cabras.”<br />

Su padre, de origen español (cántabro exiliado del régimen<br />

franquista), fue muy reticente a que su hijo corriera<br />

en España pese a que ya no había dictadura. Armand desobedeció<br />

y tuvo sus más y sus menos con su progenitor.<br />

Para entender su personalidad, o al menos intentarlo, hay<br />

que comenza por el principio. Nuestro protagonista no<br />

debía destacar como un estudiante brillante, amén de ser<br />

un tanto bala desde chaval, por lo que su padre, sin siquiera<br />

tener en cuenta su opinión, le apuntó a la escuela<br />

ciclista ASPTT de su Troyes natal. El ciclismo no era santo<br />

de su devoción, o al menos su mayor prioridad, hasta que<br />

siendo cadete se dio cuenta del potencial que albergaba<br />

en su interior.<br />

En 1983 aterrizó en Bourdeux, todavía en periodo de<br />

formación, y se desató una bestia que únicamente sabía<br />

ganar. En tan solo dos temporadas como amateur consiguió<br />

victorias destacadas como el Circuit des Vins du<br />

Blayais, el G.P. de la Tomate o el Ruban Granitier Breton,<br />

amén de llamar la atención de los directores de toda<br />

Francia y parte de Europa. Había surgido la enésima esperanza<br />

gala. Tanto es así que su director en aficionados<br />

comentó: “Es el ciclista con mayor potencial que he tenido,<br />

uno de esos deportistas que te aparecen una vez en<br />

la vida. Sin duda puede llegar a ganar el Tour de Francia,<br />

únicamente no hay que estropearlo.”<br />

Este último año 1988 como amateur, formando parte de<br />

la preselección gala para los Juegos Olímpicos de Seul,<br />

acabó por ser uno de los descartados pese a marcar<br />

mejores tiempos del que fuera su sustituto, según declaraciones<br />

del propio Armand.<br />

El joven prometedor De las Cuevas daría el salto al profesionalismo<br />

de la mano de José Miguel Echavarri y Eusebio<br />

Unzúe en 1989 formando parte del Reynolds. La historia<br />

tiene su miga. Armand debía de firmar por el equipo Z<br />

de Roger Legeay. El director del equipo, que contara con<br />

Greg Lemond, Eric Boyer, Ronan Pensec, Robert Millar,<br />

Jerôme Simon Thierry Gouvenou, Bruno Cornillet, Eddy<br />

Seigneur o el vetarano Gilbert Duclos-Lassalle, pretendía<br />

mantener un año más a su diamante en bruto en el cam-


Enfants terribles<br />

po amateur. Sin embargo, el ansia de nuestro protagonista<br />

no le permitía esperar esa temporada extra y, gracias a<br />

la mediación del ciclista de Reynolds Dominique Arnaud,<br />

el paso a profesionales fue un hecho en aquel 1989. La<br />

prensa francesa lo tomó poco menos que como una alta<br />

traición, ya que uno de sus futuros baluartes marchaba<br />

al extranjero. Pero Armand volaba libre y poco más le<br />

importaba.<br />

Los dos primeros años en la formación navarra no fueron<br />

especialmente convulsos. En su primera temporada<br />

corrió poco, al igual que el resto de jóvenes del equipo,<br />

y esto le dio que pensar. Pero el paternalismo de José<br />

Miguel Echavarri hizo efecto balsámico de manera temporal.<br />

Poco reseñable pero ocurrido entonces fue que<br />

mientras nuestro protagonista encontraba su hueco en<br />

la élite Perico Delgado, el líder del equipo, se perdía por<br />

la calles de Luxemburgo dando lugar a una historia por<br />

todos conocida.<br />

Nuestro enfant terrible creció rápido a la sombra de otro<br />

gigante en ciernes, Miguel Indurain. Con apenas veintiún<br />

años, en su segundo año como profesional y ya enfundado<br />

en el maillot banquero auspiciado por el capital<br />

de Mario Conde, conseguiría su primera victoria. Concretamente<br />

en una etapa de la Vuelta Asturias de 1990,<br />

en la que se subía Leitariegos y Somiedo con meta en<br />

Cangas de Narcea. Cabe destacar que ese día se impuso<br />

a hombres consagrados de la época como Peio Ruiz Cabestany<br />

o Raúl Alcalá. Respecto a esta victoria queda una<br />

anécdota que deja patente como se las gastaba Monsieur<br />

De las Cuevas. La víspera llegó muy rezagado a meta.<br />

Él comentaba que marchaba parado. Al finalizar la etapa<br />

se le acercó un mecánico del equipo y observó que, en<br />

efecto, la llanta rozaba con la zapata de freno. Medio de<br />

cachondeo le comentó a Armand que si aquel día en ese<br />

estado había conseguido acabar, al día siguiente con la<br />

bici bien podría ganar. Y así fue.<br />

Durante ese mismo año, 1990, también le daría tiempo<br />

a cosechar una medalla de bronce en la modalidad<br />

de persecución del Mundial de Pista que tuvo lugar en<br />

Maebashi, Japón. Las dos medallas precedentes se las<br />

colgarían dos viejos conocidos del gran público como<br />

“Arrebatos, momentos de<br />

locura deportiva, pinceladas<br />

propias de un artista”<br />

son Viacheslav Ekimov (la mano que mece la cuna del<br />

Katusha), seguido del espigado y eternamente sonriente<br />

Francis Moreau .<br />

En 1991, estando centrado en la preparación de los<br />

mundiales de pista y, según se deduce de sus encriptadas<br />

declaraciones, tocando más bien poco la bici de carretera,<br />

se presentó en el campeonato de Francia de fondo<br />

en carretera con tan solo dos compañeros de equipo,<br />

Jean Francois Bernard y Dominique Arnaud. Armand no<br />

quería acabar la carrera, decía que tenía calambres y sus<br />

compañeros le instaron a que finalizara la competición<br />

ya que le vendría bien para la pista. Esos alientos debieron<br />

surgir efecto ya que no solo acabó si no que se<br />

presentó a pie del repecho final en el grupo cabecero,<br />

donde fue pasando uno a uno a todos los supervivientes<br />

de la carrera. Hasta que a cincuenta metros de meta sobrepasó<br />

a un Thierry Claveyrolat que, sentado en el sillín<br />

derrotado por el esfuerzo, era testigo de lujo de una<br />

victoria por todos inesperada.<br />

En esta misma temporada, previo al campeonato francés<br />

anteriormente citado, otro cortocircuito delascuevista<br />

tuvo lugar en tierras transalpinas. Participando por primera<br />

vez en el Giro de Italia fue expulsado del mismo<br />

por enzarzarse en una pelea en plena carrera con el colombiano<br />

Arias Acosta, del equipo Pony Malta.<br />

A finales de 1991 quedaría claro que Armand de las<br />

Cuevas no era un ciclista cualquiera. Demasiado genio.<br />

El clásico deportista de naturaleza rebelde. Excéntrico<br />

y a la vez muy reservado. Dueño de una energía la cual<br />

parecía en ocasiones no poder controlar y que acababa<br />

por desbordarlo. Arrebatos, momentos de locura deportiva,<br />

pinceladas propias de un artista, que hacían que sus


Enfants terribles<br />

directores mordieran el volante de los coches de equipo<br />

y se rebanaran la sesera pensando en como meter en<br />

vereda a este ciclista.<br />

Formando parte de la selección francesa del mundial de<br />

ruta de Stuttgart, donde se acabaría imponiendo Gianni<br />

Bugno, nuestro calvo greñudo hizo de las suyas. Laurent<br />

Jalabert, que era el líder del equipo señalado por Bernard<br />

Hinault, que a su vez era el seleccionador, pinchó.<br />

Armand marchaba en un buen corte y se le ordenó parar,<br />

con su consecuente cabreo. Por la noche en el hotel<br />

donde se hospedaban los franceses hubo de todo menos<br />

bromas. De las Cuevas con apenas veintitrés añitos, y sin<br />

haber hecho aún nada como ciclista, se encaró a Bernard<br />

Hinault, que lo había ganado absolutamente todo y que<br />

precisamente no se distinguía por su tacto y falta de carácter,<br />

y se montó el Belén.<br />

1992 nos mostraría otro brote de esquizofrenia deportiva.<br />

En la memoria de todos queda como se exprimió<br />

en la contrarreloj individual de Luxemburgo durante el<br />

Tour de Francia en la que acabaría en segunda posición<br />

a tres minutos de su jefe de filas Miguel Indurain. Como<br />

guinda al pastel el dúo Echavarri-Unzúe echando espuma<br />

por la boca ya que las órdenes de equipo de aquel día<br />

eran claras, “únicamente Miguel y Perico deben disputar<br />

la crono”. Sesenta y seis kilómetros de esfuerzo extenuado<br />

que no le valdrían de nada, ni a él personalmente<br />

y mucho menos a su equipo de cara a etapas venideras.<br />

Hizo lo que hoy llamaríamos un Richie Porte.<br />

En la Corsa Rosa de 1993 Monsieur De las Cuevas volvió<br />

a exprimirse sobradamente en una crono. Tan solo<br />

fue aventajado por Miguel Indurain por 52 segundos. Tras<br />

el consecuente mosqueo de sus dirigentes acordaron<br />

que su comportamiento debía cambiar. Días después volvió<br />

por sus derroteros colándose con Moreno Argentin<br />

en una fuga y colaborando con Il Furbo (apodo con el<br />

que se conocía en Italia a Argentin), que era a su vez<br />

compañero de equipo del más directo rival de Indurain,<br />

el letón Piotr Ugrumov. Aquel Giro acabó como el rosario<br />

de la Aurora con Miguel aguantando el tipo camino<br />

de Oropa, y Armand echando el higadillo por carreteras<br />

transalpinas.<br />

Foto: Cyclisme International. Cedida por @urtekaria.<br />

Bueno, joven e incapaz de entender que debía rendir<br />

pleitesía al semidiós que lideraba la escuadra en la que él<br />

corría, fueron los ingredientes perfectos para una bomba<br />

que más pronto que tarde acabaría por estallar. En<br />

el equipo navarro, se vivió una revolución silenciosa de<br />

cara al público tras las discrepancias surgidas en el Giro<br />

de Italia. José Miguel Echavarrí le diría que si encontraba<br />

un equipo que le quisiera era libre de marcharse. Todo<br />

esto haría que a mediados de 1993 el indomable galo<br />

fuera acogido por el Castorama, del no menos controvertido<br />

Cyrille Guimard. En relación con este último os<br />

recomiendo dos libros de la editorial Cultura Ciclista,<br />

“Metido en carrera” y “Éramos jóvenes e inconscientes”.


Enfants terribles<br />

Ya en manos del que fuera director de grandes corredores<br />

como Lucien Van Impe, Bernard Hinault, Laurent<br />

Fignon, Greg Lemond, Charly Mottet, Marc Madiot o de<br />

manera testimonial años más tarde en Cofidís, de Lance<br />

Armstrong , Armand se desató. A finales de 1993, ya<br />

enfundado en el mono del Castorama galo, reapareció<br />

como el Guadiana para arrasar en la cita contrarreloj del<br />

Gran premio de las Naciones.<br />

Un año después, en 1994, vivió la que fuera su mejor<br />

temporada ciclista. Venció el segundo sector de la primera<br />

etapa del Giro de Italia, lo que le hizo vestir la preciada<br />

maglia rosa. Acabó noveno en la clasificación final y según<br />

dijo en su día un golpe en las costillas fue el que le apartó<br />

del pódium final. Ahí queda eso para el que lo quiera<br />

creer. Cierto es que fue el último en quedarse de la<br />

rueda de un tal Marco Pantani ascendiendo el Mortirolo.<br />

Al acabar dicha etapa Armand le dijo a un periodista galo:<br />

“He tenido una granada en las manos y me ha estallado”.<br />

El prólogo del Tour de Romandía, la París-Camembert,<br />

dos etapas más la general de la Vuelta a Burgos y una<br />

victoria con ataque a pie de Jaizkibel con galopada de<br />

cuarenta kilómetros inclusive en la Clásica San Sebastián,<br />

que entonces formaba parte de la extinta Copa del Mundo.<br />

De esta última victoria, queda como delicatesen lo<br />

primero que dijo en cuanto le pusieron un micro ante la<br />

boca: “Dedico este triunfo a la luz”. Las compañías eléctricas<br />

dejaron escapar un buen eslogan y los amantes<br />

del ciclismo se deleitaron con una exhibición digna de<br />

grandes campeones.<br />

Tras unos más que discretos 1995 en Castorama (se<br />

impuso en la Copa de Francia) y 1996 con Casino (de<br />

donde surgirían elementos del tallaje de Vino4ever), en<br />

1997 para sorpresa de propios y extraños, nuestro protagonista<br />

volvería al redil, al Banesto de sus desamores.<br />

Con veintinueve años Armand estaba de vuelta de todo<br />

y por un momento pareció encontrar el equilibrio que<br />

tanto necesitaba. En el año del retorno con los navarros<br />

ganó la extinta Clásica Sabiñanigo. Ya en 1998 vencía en<br />

dos prestigiosas carreras previas al Tour de Francia, la<br />

Route du Sud y el Critérium du Dauphiné Libéré. Pero<br />

no fue de la partida en la ronda gala. De hecho, la Dauphiné,<br />

según órdenes de equipo, la debía haber ganado su<br />

compañero Miguel Angel Peña. Órdenes a las que, huelga<br />

decir, hizo caso omiso. Si que fue de la partida en la Vuelta<br />

a España de ese mismo año, que venciera su compañero<br />

Abraham Olano. Aunque Armand sería el único ciclista<br />

de Banesto que no conseguiría completar dicha ronda<br />

hispana.<br />

Y así en 1999 corría su última temporada como ciclista<br />

profesional en el Amica-Chips con más pena que gloria.<br />

Contando con tan solo treinta y un años echaba la persiana<br />

a su carrera deportiva. Un ciclista al que no se le<br />

sacó partido ni tan siquiera a la mitad de su potencial. Un<br />

diamante en bruto víctima de su propia brutalidad interior.<br />

Una vez retirado, no dejó de soltar perlas. En 2002<br />

concedió la que él mismo dijo sería su última entrevista.<br />

Hay respuestas que no tienen desperdicio:<br />

“Con veintinueve años<br />

Armand estaba de vuelta<br />

de todo y pareció<br />

encontrar el equilibrio”


Enfants terribles<br />

- Periodista: ¿Añora su vida ciclista?<br />

- Armand de las Cuevas: No tuve en ningún momento<br />

pasión por la bici y si no hubiera sido por la<br />

elección de mi padre, jamás hubiera sido corredor.<br />

Para mí fue simplemente un oficio, el cual me esforcé<br />

por llevarlo a cabo de la mejor manera posible.<br />

- Periodista: ¿A qué se debe su distanciamiento con<br />

la prensa y los aficionados?<br />

- Armand de las Cuevas: Mi inspiración era Laurent<br />

Fignon, y si en los días de competición la prensa<br />

no ha querido acercarse a mí que los periodistas no<br />

esperaran que los reciba en mi tiempo libre en casa.<br />

No aguanto que un seguidor se me siente sin mi consentimiento<br />

en la mesa de un restaurante en el que<br />

estoy comiendo con mi mujer, por ahí no paso.<br />

Respecto a su tiempo libre, dijo que lo estaba dedicando<br />

a su gran pasión, el boxeo,en el que ya había disputado<br />

tres combates, ganando dos a los puntos. El otro suponemos<br />

lo perdió, pero de las derrotas nunca fue amigo<br />

de hablar demasiado.<br />

Debe constar que ha sido cabeza visible del ciclismo<br />

en el territorio de ultramar francés de Reunión, donde<br />

volvió años después de su retirada a competir e incluso<br />

ganar una carrera. Se dice que intentó de manera sigilosa<br />

reaparecer en la escena profesional, pero que el hecho<br />

de no pasar un control de salud reglamentari, se lo impidió.<br />

Ce fut le cycliste Armand de las Cuevas.<br />

Armand haciendo de las suyas. Tour de Francia 1992.


Enfants terribles<br />

VICTORIAS DESTACADAS<br />

Bronce Mundial Persecución (1990)<br />

Campeón de Francia en ruta (1991)<br />

G:P. Plouay (1991)<br />

Ètoile de Bessèges (1993)<br />

G.P. de las Naciones (1993)<br />

Prólogo Giro de Italia (1994)<br />

Vuelta a Burgos (1994)<br />

Clásica San Sebastián (1994)<br />

Copa de Francia (1995)<br />

Route du Sud (1998)<br />

Criterium Daulphine Libere (1998)


CICLISMO DISIDENTE<br />

En todos los órdenes de la vida hay quien prefiere seguir<br />

la senda oficial y a quien le apetece disentir. En el mundo<br />

ciclista que conocemos esto último no es posible, pues<br />

solamente un camino conduce a practicar este deporte<br />

en competición o como cicloturista: acudir a la Federación<br />

más cercana y pedir una licencia. Una sola Federación<br />

y una única posibilidad. Pero eso no es igual en todas<br />

partes. En otros países sí se puede disentir.<br />

En Italia, Bélgica, Francia y otros países se puede obtener<br />

una licencia en la federación, llamémosla oficial, la equivalente<br />

a la Real Federación Española de Ciclismo (lo de<br />

Real para que no se nos olvide que somos súbditos de un<br />

monarca), pero también se puede ser ciclista, y una estrella<br />

por qué no, en otras asociaciones u organizaciones<br />

diferentes que cuentan con sus estatutos y reglamentos<br />

propios y que permiten la práctica de la bicicleta en casi<br />

todas sus modalidades.<br />

En Italia, por ejemplo, podemos encontrar a los denominados<br />

Entes de Promoción Deportiva, asociaciones<br />

multideporte que incluyen también la sección de ciclismo.<br />

Una de ellas es la UISP-(Unione Italiana Sport per<br />

Tutti), Lega Nazionale Ciclismo que se define a sí misma<br />

como “la asociación de los derechos, el medio ambiente,<br />

la solidaridad y la organización de deporte para todos los<br />

ciudadanos de todas las edades y sexo, riqueza o color<br />

de la piel.” Su filosofía es garantizar a todas las personas


Farolillo Rojo<br />

la oportunidad de practicar deportes de acuerdo a sus<br />

necesidades y posibilidades. En ciclismo tienen más de<br />

46.000 licencias.<br />

Hay muchas otras entidades de este tipo, como la EN-<br />

DAS (Ente Nazionale Democratico de Azione Soziale)<br />

LIBERTAS (surgida con la Liberación de Italia tras la Segunda<br />

Guerra Mundial), la AICS (Associazione Italiana<br />

Cultura Sport) o la ACSI (Associazione Centri Sportivi<br />

Italiani). En esta última agrupación se puede tomar parte<br />

en pruebas de carretera, pista, mountain bike, ciclocross<br />

y BMX. En carretera las modalidades son línea, montaña,<br />

carreras en circuito, contrarrelojes (individuales, por<br />

parejas y por escuadras), por etapas, fondo, gran fondo<br />

y medio fondo (lo que aquí llamaríamos pruebas de cicloturismo).<br />

Vamos a detenernos en una agrupación italiana, ya desaparecida,<br />

la UDACE (Unione Degli Amatori Ciclismo<br />

Europeo), pues era una asociación muy potente, que<br />

organizaba hasta campeonatos mundiales, incluida la entrega<br />

de maillots arco iris, aunque la participación era<br />

mayoritariamente italiana. A esa federación se afiliaban<br />

corredores profesionales en declive o indeseables en la<br />

federación oficial. Como ejemplo, Raimondas Rumsas fue<br />

una de las estrellas del ciclismo UDACE, donde también<br />

corrieron ciclistas célebres de los años 90 o 2000 como<br />

Francesco Secchiari, Samuele Schiavina o Giampaolo<br />

Mondini.<br />

Actualmente, una federación como la ACSI impone limitaciones<br />

para que los expros no invadan de forma masiva<br />

y dejen sin premios a la pobre gente que pedalea en esa<br />

asociación. Según sus reglamentos deben pasar 4 años<br />

desde que tuvieron la última licencia profesional para poderse<br />

afiliar a la ACSI. La ACSI no tiene Campeonatos del<br />

Mundo, como tenía UDACE, pero sí Copa del Mundo y<br />

Challenge Europea.<br />

En Francia nos encontramos con cuatro federaciones<br />

diferentes: la FFC, la FFCT, la FSGT y la UFOLEP. Tras<br />

esta sopa de letras vamos a intentar descifrar qué significa<br />

cada una de ellas. La FFC es la oficial, la Federación<br />

Francesa de Ciclismo, conocida durante la década pasada<br />

“Ahí se afiliaban corredores<br />

en declive o indeseables de<br />

la federación oficial”<br />

por estar a la greña con la UCI, un año sí y otro también,<br />

debido a su apoyo a ASO, empresa organizadora del Tour<br />

de Francia, entre otros negocios.<br />

En segundo término tenemos la FFCT o Federación<br />

Francesa de Cicloturismo. Aunque pueda sorprender<br />

por estos lares, donde no es fácil distinguir a un ciclista<br />

de competición de un cicloturista especializado en marchas,<br />

en Francia se distingue entre el ciclismo y el cicloturismo.<br />

En el primero entran todas aquellas pruebas en<br />

las que se compite, mientras que el segundo sector se<br />

centra en el excursionismo y la práctica de la bicicleta<br />

de tiempo libre. Pero la FFCT no se limita solamente al<br />

ciclismo en carretera, sino que engloba también a la bici<br />

de montaña. En su página web la citada entidad se define<br />

como la federación más importante del mundo de las<br />

que gestiona la práctica de la bicicleta de ocio con exclusión<br />

de toda forma y todo espíritu de competición. Esta<br />

federación cuenta con 1.300 clubes y 120.000 afiliados.<br />

Más original todavía que la FFCT es la FSGT (Federación<br />

Deportiva y Gimnástica del Trabajo). Se puede considerar<br />

que es la federación del movimiento obrero. Se creó<br />

en 1934 de la fusión de organizaciones deportivas del<br />

mundo del trabajo, “para hacer frente al ascenso del fascismo<br />

en Francia y preparar a sus adheridos a un papel<br />

de ciudadano al servicio de una República Laica y Democrática”<br />

según rezaba en el art 1 de sus estatutos.<br />

Después de la Segunda Guerra Mundial la FSGT tuvo<br />

estrechas relaciones con los países comunistas, pero a<br />

partir de los años 80 se emancipó progresivamente de<br />

sus dependencias ideológicas para dar a la asociación una<br />

aproximación socio-cultural. Se concentró en la educación<br />

popular por el deporte “sin olvidar sus principios de<br />

solidaridad y antifascismo”.


Farolillo Rojo<br />

La FSGT es también una federación multidisciplinar que<br />

agrupa a una veintena de deportes. El ciclismo es uno de<br />

los más importantes, pero es interesante subrayar que<br />

en la FSGT es posible obtener una licencia llamada “omnisport”<br />

que permite competir en cualquier deporte<br />

de la federación. Otra curiosidad es que se puede pedir<br />

una licencia familiar, con un precio muy interesante, en<br />

el caso de que practiquen el deporte padres e hijos u<br />

otros familiares.<br />

En la sección de ciclismo esta federación obrera tiene cicloturismo,<br />

ciclocross, ruta, mountain bike y pista. En esta<br />

última disciplina cuentan con un cuadro de récords homologados,<br />

incluido el record de la hora, que actualmente<br />

está en poder de Alain Deslandes con 42,815 desde<br />

el año 1989. Una marca muy terrestre y lejos, claro está,<br />

de monstruos como Sir Bradley Wiggins, que son capaces<br />

de recorrer 12 kilómetros más. Se han dado casos<br />

de ciclistas célebres que comenzaron con una licencia<br />

FSGT y que se pasaron a la FFC. De hecho, los dirigentes<br />

de la federación obrera indican que si ven a un joven<br />

portento en sus competiciones le aconsejan que se pase<br />

a la federación oficial. Por otra parte, cabe añadir que la<br />

FSGT tiene un acuerdo con la FFC para que los clubes<br />

se puedan afiliar a las dos entidades al mismo tiempo, lo<br />

que permite a los ciclistas tomar parte en competiciones<br />

de una y otra federación.<br />

“Hay quién la definía como<br />

la federación de los ciclistas<br />

con pelo en las patas”<br />

Por último, en Francia nos encontramos también con la<br />

UFOLEP (Unión Francesa de Obras Laicas de Educación<br />

Física). Es quizás la federación más singular de todas y se<br />

trata también de una asociación que agrupa a muchos<br />

deportes, que van desde los de conjunto (fútbol, rugby,<br />

baloncesto…) a las disciplinas de motor (como el motocross<br />

o el karting) pasando por especialidades de puro<br />

ocio (como el vuelo de cometas o la marcha nórdica).<br />

En lo que respecta al ciclismo, hay quien definía a UFO-<br />

LEP como la federación de los ciclistas con pelo en las<br />

patas, para dar a entender que era una asociación de lo<br />

que aquí llamaríamos “globeros”. También se decía que<br />

la diferencia entre la UFOLEP y la FFC estaba en que en<br />

lugar de recibir un premio en metálico, generalmente se<br />

recompensaba al ganador con un apretón de manos de<br />

un prócer local y, con algo de suerte, con un salchichón.<br />

Es decir, poco menos que una banda de amigos que iban<br />

en bici mirando a las mariposas por el camino y que resolvían<br />

la carrera en un sprint de colegas. Esta visión de<br />

un ciclismo para corredores un poco despreocupados<br />

ha ido cambiando, pues hoy en día los participantes se<br />

presentan con buen material, bien equipados y… con<br />

las extremidades inferiores rasuradas. Actualmente a un<br />

espectador común le sería difícil diferenciar una carrera<br />

FFC de una UFOLEP, aunque esta última agrupación no<br />

deje de tener muchas peculiaridades. Vamos con ellas.<br />

La UFOLEP fue creada en 1928 en el seno de la Liga de<br />

la Enseñanza, un movimiento de educación popular que<br />

pretendía responder a las expectativas de sus afiliados<br />

con una oferta de diversas actividades. La organización<br />

de pruebas ciclistas es muy antigua dentro de la asociación.<br />

Según los propios reglamentos de UFOLEP, sus<br />

pruebas “aunque son semejantes a las carreras ciclistas<br />

por su organización, difieren de éstas por el estado de<br />

espíritu de los participantes y de los organizadores, así<br />

como por la filosofía que los anima” El texto añade que<br />

“el objetivo primordial que se persigue es el esfuerzo<br />

deportivo y la superación de uno mismo”<br />

A efectos de conservar este espíritu desinteresado con<br />

respecto al deporte, el corredor no se debe limitar a<br />

participar en las carreras sino que ha de esforzarse en<br />

colaborar en la organización de pruebas propuestas por<br />

el club al que pertenece o por la comisión del departamento<br />

en el que reside.


Farolillo Rojo<br />

“Se descarta la tentación de<br />

los abusones para convertirse<br />

en el caníbal del pelotón”<br />

Las modalidades ciclistas en las que se puede tomar parte<br />

en esta federación son el ciclismo en ruta, el cicloturismo,<br />

la bici de montaña, el ciclocross, el bike trial, la dirt<br />

bike y la bici reclinada. En total, sumadas todas las modalidades,<br />

cuentan con 44.000 practicantes. Casi la mitad de<br />

ellos, unos 20.000 aproximadamente, tienen licencia para<br />

correr en ciclismo en ruta. Las pruebas competitivas de<br />

esta federación, llamadas “ciclodeportivas” están abiertas<br />

solamente a los que poseen una licencia UFOLEP y<br />

que sean, a su vez, titulares de una tarjeta ciclodeportiva,<br />

si bien se organizan también las carreras denominadas<br />

“abiertas” que son accesibles a corredores con licencia<br />

de otras federaciones ciclistas.<br />

Según la reglamentación de esta federación, tanto los<br />

ciclodeportistas como los dirigentes de UFOLEP deben<br />

mantener una conducta “decente y apropiada” y se recuerda<br />

que por el comportamiento y actitudes de los<br />

corredores se juzga el deporte que practican y la federación<br />

a la que pertenecen. Impactante, sin duda, esta<br />

declaración, aunque ello no quita para que en el UFOLEP<br />

existan los controles antidopaje.<br />

Otro detalle que distingue a UFOLEP es el de las categorías.<br />

Sorprenden la distribución de las categorías de<br />

edad, pues solamente hay dos: los menores de 17 años<br />

(los cadetes) y los mayores de esa edad, llamados senior.<br />

En lo que respecta a estos últimos, la asociación<br />

persigue, como se indicaba anteriormente, disponer de<br />

carreras para todos los niveles competitivos. Por ello, se<br />

establecen categorías en función del rendimiento de los<br />

corredores. En concreto, hay tres y existen ascensos y<br />

descensos. El que se apunta por primera vez a UFOLEP<br />

se integra directamente en la tercera categoría, pero<br />

puede ir escalando con una suma de puntos. Cuando se<br />

obtienen 30 se sube obligatoriamente de categoría. Por<br />

ejemplo, si un corredor de tercera gana tres carreras de<br />

más de 30 participantes (el número de participantes es<br />

un factor que también cuenta) debe subir inmediatamente<br />

a segunda. De esa manera se descarta la tentación de<br />

los abusones que se apuntan a una categoría baja para<br />

convertirse en el caníbal del pelotón. Por otra parte, si<br />

un corredor de una categoría superior no suma ningún<br />

punto puede pedir voluntariamente descender a la inferior.<br />

Se trata de una distribución muy original y permite<br />

a cada uno competir con los suyos.<br />

Los dirigentes de UFOLEP explican que esta federación<br />

es la adecuada para aquellos ciclistas que no se pueden<br />

dedicar de lleno a entrenar y que pedalean como actividad<br />

de ocio, aunque al mismo tiempo quieren competiciones<br />

reguladas y reglamentadas. Lo que más llama la<br />

atención es el ambiente familiar de estas pruebas, en las<br />

que se junta toda la familia para competir y en las que<br />

se organizan tómbolas o se sortean embutidos entre el<br />

público.<br />

Con el repaso de estas federaciones disidentes se puede<br />

apreciar que hay distintas maneras de organizar el ciclismo.<br />

Como expresa el dicho popular, en la variedad está<br />

el gusto. Aquí no tenemos opciones diferentes y debemos<br />

someternos a lo que hay. No hay posibilidad de elegir,<br />

lo que lleva a que se vean corredores desorientados<br />

que practican ciclismo en un mundo que no es verdaderamente<br />

el suyo. Les vendría muy bien una federación<br />

que se adaptara a sus circunstancias. Habría que ayudar<br />

a todos estos individuos ¿Quién se animará a crear una<br />

federación disidente?


Equipo<br />

Imanol González: Redactor jefe.<br />

Josu González: Diseño, maquetacíón y fotografía.<br />

Manuel González: Ilustraciones.<br />

Juan Ramón Cendrero: Farolillo rojo.<br />

Agradecimientos<br />

Josema Cestero Ezenarro por sus textos en Barra libre.<br />

Iñaki Juanikorena por su colaboración y fotografías en Mármol por esculpir.<br />

Javier Sandino Vallejo por sus fotografías en Rutas bizarras.<br />

Antonio Machado por los versos, extraídos de su obra “Campos de Castilla”, en Rutas bizarras.<br />

Ion Grijalba por posar en el afiche para su marca Fix’n’chill.


Contacto<br />

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Febrero<br />

2016

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