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Prólogo
Estela Barnes de Carlotto
Las Abuelas de Plaza de Mayo pronto cumpliremos 38 años de lucha. Nacimos como
grupo con doce Abuelas fundadoras en octubre de 1977 y, desde entonces, emprendemos
este camino para recuperar la identidad de los casi quinientos bebés y niños,
hoy adultos, robados a partir del perverso plan instaurado por la última dictadura
cívico-militar.
Día a día luchamos con la fuerza del amor a nuestros hijos y nietos; en paz, pero con
un inexorable e inflexible reclamo de Memoria, Verdad y Justicia.
Dimos nuestros primeros pasos desconociendo hacia dónde ir; en los inicios caminamos
en soledad. Con miedo, dolor, angustia pero también con la fuerza del trabajo
colectivo, fuimos elaborando estrategias para dar a conocer en todo el país y el mundo
lo que estaba sucediendo en la Argentina. De a poco, comenzaron a verse los resultados
de esta inédita lucha: en 1979 encontramos, con la ayuda de Clamor, Brasil, a los
dos primeros niños; luego, en 1980, a dos hermanitas.
Las Abuelas, con nuestra larga búsqueda, logramos hacer aportes a la legislación internacional,
a la psicología, a la genética, a la jurisprudencia. Fuimos reconocidas a
nivel mundial. Pero, como siempre decimos, nuestro mayor logro es cada una de
las historias que logramos recomponer. Al día de hoy, son 116 los nietos restituidos,
batallas ganadas al olvido que intentó imponer el terrorismo de Estado. Ellos ya son
adultos, muchos tienen hijos, nuestros bisnietos. Los niños y niñas de esta cuarta
generación también pueden saber quiénes son, reconocerse en su verdadera historia
familiar.
Este libro reconstruye esas historias a través de los casos. Desde la última reedición,
en 2007, a partir de una rigurosa investigación continuamos incorporando datos familiares
y de militancia. Afortunadamente, este libro también fue modificado porque,
en estos últimos ocho años, 28 nietos más recuperaron su identidad.
Estas páginas dan cuenta de la aberración del delito de los genocidas al apropiarse
de los bebés nacidos en cautiverio y de los niños pequeños de nuestros hijos e hijas
desaparecidos. Pero, también, interpelan a quien las recorre a aportar información o,
tal vez, a sentirse identificado y animarse a indagar sobre el propio origen.
Mucho hemos logrado pero todavía falta encontrar alrededor de cuatrocientos nietos
y nietas. El tiempo corre y no queremos partir sin abrazarlos. Los buscamos y esperamos
con amor y verdad.
ASOCIACIÓN ABUELAS DE PLAZA DE MAYO | 11