Rocktopía Mx - Número 4 - Febrero 2016

Alexander Norets en los sintetizadores fue el más introvertido de todos, si no le tocaba ejecutar uno de
sus serenos sonidos ornamentales miraba hacia un punto en el piso e introducía sus manos en las bolsas
de su chamarra, parecía una especie de ritual que realizó una y otra vez a lo largo del concierto. Oleg
Chernov estuvo concentrado todo el tiempo en llevar el tan característico ritmo frenético en la batería,
llevaba un compás que en casi todas las rolas nos hizo bailar. Finalmente Maxim Polivanov en el bajo
también estuvo inserto en su mundo, la mirada en su instrumento, concentrado en una buena ejecución de
sus líneas, alternando con Vlad la guitarra, sólo entre ellos se dirigieron unas palabras y todo lo demás se
centraba en su música.