Desarrollo social inclusivo: una nueva generación de políticas para superar la pobreza y reducir la desigualdad en América Latina y el Caribe

América Latina y el Caribe logró en el último decenio notables avances en materia de desarrollo social. Sin embargo, aún hay un largo camino por recorrer. Persisten, como desafíos ineludibles, la definitiva superación de la pobreza y la sustancial reducción de la desigualdad que, además de ser un imperativo ético, constituyen una condición imprescindible para avanzar en el desarrollo sostenible, en sintonía con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, recién aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Pese al actual escenario económico mundial, más complejo e incierto que el de los años anteriores y que, al menos en el corto plazo, será menos favorable para la región, es fundamental asegurar los avances en materia de desarrollo social alcanzados en el último decenio y no postergar las asignaturas pendientes en ámbitos en que el progreso ha sido insuficiente. América Latina y el Caribe logró en el último decenio notables avances en materia de desarrollo social. Sin embargo, aún hay un largo camino por recorrer. Persisten, como desafíos ineludibles, la definitiva superación de la pobreza y la sustancial reducción de la desigualdad que, además de ser un imperativo ético, constituyen una condición imprescindible para avanzar en el desarrollo sostenible, en sintonía con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, recién aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Pese al actual escenario económico mundial, más complejo e incierto que el de los años anteriores y que, al menos en el corto plazo, será menos favorable para la región, es fundamental asegurar los avances en materia de desarrollo social alcanzados en el último decenio y no postergar las asignaturas pendientes en ámbitos en que el progreso ha sido insuficiente.

ECLAC.PUBLICATIONS
from ECLAC.PUBLICATIONS More from this publisher
11.01.2016 Views

Desarrollo social inclusivo: una nueva generación de políticas para superar la pobreza... vulnerables a la indigencia, que incluye a quienes se encuentran en situación de indigencia o en sus límites y que, por tanto, tienden a entrar y salir de dicha situación (hasta 0,6 líneas de pobreza); ii) pobres o altamente vulnerables a la pobreza, es decir, aquellos cuyos ingresos son inferiores o cercanos a la línea de pobreza y que entran y salen de esa condición en ciclos económicos normales (entre 0,6 y 1,2 líneas de pobreza); iii) vulnerables a la pobreza, que comprende a aquellos cuyos ingresos se sitúan entre 1,2 y 1,8 líneas de pobreza, y iv) no vulnerables, que incluye a aquellas personas cuyos ingresos son superiores a 1,8 líneas de pobreza. Los sectores vulnerables presentan una larga lista de carencias, ya que, por lo general, no disponen de seguro de desempleo, ahorro monetario, seguro de salud, buenas pensiones o jubilaciones, seguros privados para las más diversas eventualidades ni, en muchos casos, vivienda propia. En general, también presentan altas tasas de dependencia y no cuentan con las capacidades para acceder a empleos de calidad y con protección social. Por ello, las políticas de combate a la pobreza deben no solo contribuir a que las personas superen la condición de pobreza, sino también impedir que recaigan. Los datos regionales evidencian la magnitud del problema, esto es, la exposición de significativos contingentes de la población latinoamericana al riesgo de retroceder a una situación de pobreza o indigencia, en un contexto de menor crecimiento económico, disminución del ritmo de generación del empleo, aumento del desempleo y de la informalidad, y dificultades de expansión del gasto social. En el gráfico I.3 se muestra la gran proporción de la población de América Latina que aún vive en situación de indigencia, pobreza o vulnerabilidad a la pobreza. A pesar de haberse registrado una importante reducción en el período analizado (del 70,4% en 1990 al 50,9% en 2013), menos de la mitad de la población de la región (49,1%) puede ser considerada no vulnerable según los criterios definidos por la CEPAL 3 . El gráfico también indica que las tasas de indigencia, pobreza y vulnerabilidad afectan en mayor medida a grupos poblacionales que habitualmente, por falta de información adecuada y sistemática, no son visibilizados en los análisis. En efecto, cuando se desagrega la población por su origen étnico o racial, se advierte que esas tasas son mucho más elevadas entre las poblaciones indígena y afrodescendiente, lo que evidencia la necesidad de enfocar acciones hacia ellas 4 . Gráfico I.3 América Latina (promedio ponderado de 18 países y de 8 países): perfil de la vulnerabilidad por ingresos, alrededor de 1990, 2002, 2008 y 2013, y según origen étnico o racial, alrededor de 2011 (En porcentajes) 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 29,6 33,5 15,2 27,2 28,0 16,4 27,7 22,4 42,0 17,4 24,5 49,1 17,0 21,8 16,0 12,1 62 15 16 56 16 17 7 11 1990 2002 2008 2013 Población no Población indígena ni afrodescendiente afrodescendiente Indigentes o altamente vulnerables a la indigencia Vulnerables a la pobreza No vulnerables 2011 (8 países a ) 33 19 29 18 Población indígena Pobres o altamente vulnerables a la pobreza Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares de los países. a Promedio ponderado de Bolivia (Estado Plurinacional de) (2009), Brasil (2011), Chile (2011), Ecuador (2011), México (2010), Paraguay (2011), Perú (2011) y Uruguay (2011). 3 En apenas 6 de los 18 países latinoamericanos considerados en el gráfico I.3 la población no vulnerable correspondía a más de la mitad de la población (Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Panamá y Uruguay); en otros 6, la población en esa condición correspondía al 25% o menos de la población (Bolivia (Estado Plurinacional de), El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Paraguay). 4 Para obtener una aproximación al nivel de pobreza que afecta a la población indígena y afrodescendiente, en este informe se utiliza la información de las encuestas de hogares de ocho países que en 2011 incorporaban preguntas en sus cuestionarios que permitían identificar a la población según su origen étnico o racial: Bolivia (Estado Plurinacional de) (2009), Brasil, Chile, Ecuador, México (2010), Paraguay, Perú y Uruguay. Los resultados, aunque no representativos de toda la región, permiten aproximarse a la magnitud de la indigencia, la pobreza y la desigualdad que afecta a estos grupos, y a otros indicadores sociales que se presentarán en este capítulo. Capítulo I 21

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) Para cubrir al amplio conjunto de la población que se encuentra por debajo de la línea de vulnerabilidad, es necesario ampliar las oportunidades de trabajo decente y fortalecer los sistemas de protección social de modo que encaren la vulnerabilidad a que están expuestas las familias, más aún en contextos de crisis. C. La desigualdad de los ingresos La desigualdad es una característica histórica y estructural de las sociedades latinoamericanas. Su manifestación más elocuente es la distribución del ingreso, que constituye, a la vez, la causa y el efecto de otras desigualdades en ámbitos tales como la educación y el mercado de trabajo. La matriz de la desigualdad social en América Latina y el Caribe está fuertemente condicionada por la estructura productiva, pero también por determinantes de género, raza y etnia, que se entrecruzan y se potencian. Entender esos determinantes, sus magnitudes e interrelaciones es fundamental para formular políticas que permitan avanzar hacia la igualdad. Como es sabido, América Latina y el Caribe es la región más desigual del mundo en términos de distribución del ingreso. Este rasgo estructural se ha mantenido sin grandes alteraciones a lo largo de mucho tiempo, incluso en coyunturas de alto crecimiento económico. Sin embargo, a principios de la década de 2000, en la mayoría de los países se inició un proceso de reducción de la desigualdad de los ingresos que pueden medirse en las encuestas de hogares, las que por su naturaleza subregistran los ingresos más altos. Dentro de estos parámetros, la caída de la desigualdad observada en este período modificó la tendencia que había prevalecido durante al menos las dos décadas anteriores, marcada por un aumento de la concentración del ingreso en la mayoría de los países (CEPAL, 2011a). Tomando como referencia la información en torno a 2002, los datos de las encuestas de hogares indican que en ocho países la participación del quintil más pobre (es decir, el 20% de los hogares con menores ingresos) en los ingresos totales se incrementó al menos 1 punto porcentual, llegando a captar, en promedio, un 5,5% de los ingresos totales en 2013. A su vez, en nueve países, la participación relativa del quintil más rico se redujo 5 puntos porcentuales o más. Si bien en siete países la participación de este grupo en los ingresos sigue excediendo el 50%, en 2002 eran diez los países donde el 20% de la población más rica percibía más de la mitad de todos los ingresos nacionales (véase el gráfico I.4). Los cambios que se constatan en la participación de los quintiles extremos en los ingresos totales se reflejan también en las variaciones de los coeficientes de desigualdad. De 15 países con información disponible, en 12 se observó una reducción del coeficiente de Gini entre 2008 y 2012, que en promedio simple fue de un 1% al año. Diez países superaron ese porcentaje y otros dos alcanzaron al menos un 0,5% anual. La tendencia a la reducción de la desigualdad también se manifestó en los últimos cinco años del período 2002-2013. Seis países exhibieron caídas de los coeficientes de Gini durante el segundo subperíodo (2008-2013) que fueron más altas que las registradas en el primer subperíodo (2002-2008), y un país presentó reducciones superiores al 3% anual. Por otra parte, en dos casos la desigualdad se incremenen el segundo subperíodo. Aunque la mejora es importante, se observó un pequeño retroceso en los índices de desigualdad entre 2012 y 2013, lo que indica un avance menos auspicioso que el previsto un año antes (véanse los resultados hasta 2012 en CEPAL, 2013b). La elevada concentración del ingreso en América Latina está fuertemente relacionada con la aún insuficiente progresividad de sus políticas fiscales y sociales, especialmente en comparación con los países desarrollados. En la región, los niveles medios de desigualdad de los ingresos de mercado (es decir, antes de impuestos directos y transferencias) son solo levemente superiores a los valores medios que presentan los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), pero los sistemas tributarios y el gasto público social tienen una menor efectividad a la hora de mejorar la distribución de los ingresos disponibles (CEPAL, 2015c). En la región el índice de concentración de Gini solo cae 3 puntos porcentuales tras la acción fiscal directa, en tanto que la provisión pública de servicios educativos y de salud lo reduciría unos 6 puntos porcentuales adicionales 5 . A su vez, en las economías de la OCDE el efecto redistributivo conjunto de las transferencias monetarias y del impuesto sobre la renta personal alcanza en promedio valores de alrededor de 17 puntos porcentuales del coeficiente de Gini, mientras que la redistribución efectuada mediante el gasto público alcanza los 7 puntos porcentuales (véase el gráfico I.5). 5 La valorización se hace a costo de factores y no a precios de mercado, lo que aumentaría el efecto reductor de la desigualdad si se consideran estas transferencias en especie. Capítulo I 22

<strong>Desarrollo</strong> <strong>social</strong> <strong>inclusivo</strong>: <strong>una</strong> <strong>nueva</strong> <strong>g<strong>en</strong>eración</strong> <strong>de</strong> <strong>políticas</strong> <strong>para</strong> <strong>superar</strong> <strong>la</strong> <strong>pobreza</strong>...<br />

vulnerables a <strong>la</strong> indig<strong>en</strong>cia, que incluye a qui<strong>en</strong>es se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran <strong>en</strong> situación <strong>de</strong> indig<strong>en</strong>cia o <strong>en</strong> sus límites y que,<br />

por tanto, ti<strong>en</strong><strong>de</strong>n a <strong>en</strong>trar y salir <strong>de</strong> dicha situación (hasta 0,6 líneas <strong>de</strong> <strong>pobreza</strong>); ii) pobres o altam<strong>en</strong>te vulnerables<br />

a <strong>la</strong> <strong>pobreza</strong>, es <strong>de</strong>cir, aqu<strong>el</strong>los cuyos ingresos son inferiores o cercanos a <strong>la</strong> línea <strong>de</strong> <strong>pobreza</strong> y que <strong>en</strong>tran y sal<strong>en</strong> <strong>de</strong><br />

esa condición <strong>en</strong> ciclos económicos normales (<strong>en</strong>tre 0,6 y 1,2 líneas <strong>de</strong> <strong>pobreza</strong>); iii) vulnerables a <strong>la</strong> <strong>pobreza</strong>, que<br />

compr<strong>en</strong><strong>de</strong> a aqu<strong>el</strong>los cuyos ingresos se sitúan <strong>en</strong>tre 1,2 y 1,8 líneas <strong>de</strong> <strong>pobreza</strong>, y iv) no vulnerables, que incluye<br />

a aqu<strong>el</strong><strong>la</strong>s personas cuyos ingresos son superiores a 1,8 líneas <strong>de</strong> <strong>pobreza</strong>.<br />

Los sectores vulnerables pres<strong>en</strong>tan <strong>una</strong> <strong>la</strong>rga lista <strong>de</strong> car<strong>en</strong>cias, ya que, por lo g<strong>en</strong>eral, no dispon<strong>en</strong> <strong>de</strong> seguro<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo, ahorro monetario, seguro <strong>de</strong> salud, bu<strong>en</strong>as p<strong>en</strong>siones o jubi<strong>la</strong>ciones, seguros privados <strong>para</strong> <strong>la</strong>s<br />

más diversas ev<strong>en</strong>tualida<strong>de</strong>s ni, <strong>en</strong> muchos casos, vivi<strong>en</strong>da propia. En g<strong>en</strong>eral, también pres<strong>en</strong>tan altas tasas <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>p<strong>en</strong><strong>de</strong>ncia y no cu<strong>en</strong>tan con <strong>la</strong>s capacida<strong>de</strong>s <strong>para</strong> acce<strong>de</strong>r a empleos <strong>de</strong> calidad y con protección <strong>social</strong>. Por <strong>el</strong>lo,<br />

<strong>la</strong>s <strong>políticas</strong> <strong>de</strong> combate a <strong>la</strong> <strong>pobreza</strong> <strong>de</strong>b<strong>en</strong> no solo contribuir a que <strong>la</strong>s personas super<strong>en</strong> <strong>la</strong> condición <strong>de</strong> <strong>pobreza</strong>,<br />

sino también impedir que recaigan.<br />

Los datos regionales evi<strong>de</strong>ncian <strong>la</strong> magnitud <strong>de</strong>l problema, esto es, <strong>la</strong> exposición <strong>de</strong> significativos conting<strong>en</strong>tes<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción <strong>la</strong>tinoamericana al riesgo <strong>de</strong> retroce<strong>de</strong>r a <strong>una</strong> situación <strong>de</strong> <strong>pobreza</strong> o indig<strong>en</strong>cia, <strong>en</strong> un contexto <strong>de</strong><br />

m<strong>en</strong>or crecimi<strong>en</strong>to económico, disminución <strong>de</strong>l ritmo <strong>de</strong> <strong>g<strong>en</strong>eración</strong> <strong>de</strong>l empleo, aum<strong>en</strong>to <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sempleo y <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

informalidad, y dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> expansión <strong>de</strong>l gasto <strong>social</strong>.<br />

En <strong>el</strong> gráfico I.3 se muestra <strong>la</strong> gran proporción <strong>de</strong> <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> <strong>América</strong> <strong>Latina</strong> que aún vive <strong>en</strong> situación <strong>de</strong><br />

indig<strong>en</strong>cia, <strong>pobreza</strong> o vulnerabilidad a <strong>la</strong> <strong>pobreza</strong>. A pesar <strong>de</strong> haberse registrado <strong>una</strong> importante reducción <strong>en</strong> <strong>el</strong><br />

período analizado (<strong>de</strong>l 70,4% <strong>en</strong> 1990 al 50,9% <strong>en</strong> 2013), m<strong>en</strong>os <strong>de</strong> <strong>la</strong> mitad <strong>de</strong> <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> <strong>la</strong> región (49,1%)<br />

pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rada no vulnerable según los criterios <strong>de</strong>finidos por <strong>la</strong> CEPAL 3 . El gráfico también indica que <strong>la</strong>s<br />

tasas <strong>de</strong> indig<strong>en</strong>cia, <strong>pobreza</strong> y vulnerabilidad afectan <strong>en</strong> mayor medida a grupos pob<strong>la</strong>cionales que habitualm<strong>en</strong>te,<br />

por falta <strong>de</strong> información a<strong>de</strong>cuada y sistemática, no son visibilizados <strong>en</strong> los análisis. En efecto, cuando se <strong>de</strong>sagrega<br />

<strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción por su orig<strong>en</strong> étnico o racial, se advierte que esas tasas son mucho más <strong>el</strong>evadas <strong>en</strong>tre <strong>la</strong>s pob<strong>la</strong>ciones<br />

indíg<strong>en</strong>a y afro<strong>de</strong>sc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te, lo que evi<strong>de</strong>ncia <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong> <strong>en</strong>focar acciones hacia <strong>el</strong><strong>la</strong>s 4 .<br />

Gráfico I.3<br />

<strong>América</strong> <strong>Latina</strong> (promedio pon<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> 18 países y <strong>de</strong> 8 países): perfil <strong>de</strong> <strong>la</strong> vulnerabilidad por ingresos,<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 1990, 2002, 2008 y 2013, y según orig<strong>en</strong> étnico o racial, alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> 2011<br />

(En porc<strong>en</strong>tajes)<br />

100<br />

90<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

29,6 33,5<br />

15,2<br />

27,2<br />

28,0<br />

16,4<br />

27,7<br />

22,4<br />

42,0<br />

17,4<br />

24,5<br />

49,1<br />

17,0<br />

21,8<br />

16,0 12,1<br />

62<br />

15<br />

16<br />

56<br />

16<br />

17<br />

7 11<br />

1990 2002 2008 2013 Pob<strong>la</strong>ción no Pob<strong>la</strong>ción<br />

indíg<strong>en</strong>a ni afro<strong>de</strong>sc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te<br />

afro<strong>de</strong>sc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te<br />

Indig<strong>en</strong>tes o altam<strong>en</strong>te vulnerables a <strong>la</strong> indig<strong>en</strong>cia<br />

Vulnerables a <strong>la</strong> <strong>pobreza</strong><br />

No vulnerables<br />

2011 (8 países a )<br />

33<br />

19<br />

29<br />

18<br />

Pob<strong>la</strong>ción<br />

indíg<strong>en</strong>a<br />

Pobres o altam<strong>en</strong>te vulnerables a <strong>la</strong> <strong>pobreza</strong><br />

Fu<strong>en</strong>te: Comisión Económica <strong>para</strong> <strong>América</strong> <strong>Latina</strong> y <strong>el</strong> <strong>Caribe</strong> (CEPAL), sobre <strong>la</strong> base <strong>de</strong> tabu<strong>la</strong>ciones especiales <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>en</strong>cuestas <strong>de</strong> hogares <strong>de</strong> los países.<br />

a<br />

Promedio pon<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> Bolivia (Estado Plurinacional <strong>de</strong>) (2009), Brasil (2011), Chile (2011), Ecuador (2011), México (2010), Paraguay (2011), Perú (2011) y Uruguay (2011).<br />

3<br />

En ap<strong>en</strong>as 6 <strong>de</strong> los 18 países <strong>la</strong>tinoamericanos consi<strong>de</strong>rados <strong>en</strong> <strong>el</strong> gráfico I.3 <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción no vulnerable correspondía a más <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

mitad <strong>de</strong> <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción (Arg<strong>en</strong>tina, Brasil, Chile, Costa Rica, Panamá y Uruguay); <strong>en</strong> otros 6, <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción <strong>en</strong> esa condición correspondía<br />

al 25% o m<strong>en</strong>os <strong>de</strong> <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción (Bolivia (Estado Plurinacional <strong>de</strong>), El Salvador, Guatema<strong>la</strong>, Honduras, Nicaragua y Paraguay).<br />

4<br />

Para obt<strong>en</strong>er <strong>una</strong> aproximación al niv<strong>el</strong> <strong>de</strong> <strong>pobreza</strong> que afecta a <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción indíg<strong>en</strong>a y afro<strong>de</strong>sc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> este informe se utiliza<br />

<strong>la</strong> información <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>en</strong>cuestas <strong>de</strong> hogares <strong>de</strong> ocho países que <strong>en</strong> 2011 incorporaban preguntas <strong>en</strong> sus cuestionarios que permitían<br />

i<strong>de</strong>ntificar a <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción según su orig<strong>en</strong> étnico o racial: Bolivia (Estado Plurinacional <strong>de</strong>) (2009), Brasil, Chile, Ecuador, México<br />

(2010), Paraguay, Perú y Uruguay. Los resultados, aunque no repres<strong>en</strong>tativos <strong>de</strong> toda <strong>la</strong> región, permit<strong>en</strong> aproximarse a <strong>la</strong> magnitud <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> indig<strong>en</strong>cia, <strong>la</strong> <strong>pobreza</strong> y <strong>la</strong> <strong>de</strong>sigualdad que afecta a estos grupos, y a otros indicadores <strong>social</strong>es que se pres<strong>en</strong>tarán <strong>en</strong> este capítulo.<br />

Capítulo I<br />

21

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!