Desarrollo social inclusivo: una nueva generación de políticas para superar la pobreza y reducir la desigualdad en América Latina y el Caribe

América Latina y el Caribe logró en el último decenio notables avances en materia de desarrollo social. Sin embargo, aún hay un largo camino por recorrer. Persisten, como desafíos ineludibles, la definitiva superación de la pobreza y la sustancial reducción de la desigualdad que, además de ser un imperativo ético, constituyen una condición imprescindible para avanzar en el desarrollo sostenible, en sintonía con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, recién aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Pese al actual escenario económico mundial, más complejo e incierto que el de los años anteriores y que, al menos en el corto plazo, será menos favorable para la región, es fundamental asegurar los avances en materia de desarrollo social alcanzados en el último decenio y no postergar las asignaturas pendientes en ámbitos en que el progreso ha sido insuficiente. América Latina y el Caribe logró en el último decenio notables avances en materia de desarrollo social. Sin embargo, aún hay un largo camino por recorrer. Persisten, como desafíos ineludibles, la definitiva superación de la pobreza y la sustancial reducción de la desigualdad que, además de ser un imperativo ético, constituyen una condición imprescindible para avanzar en el desarrollo sostenible, en sintonía con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, recién aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Pese al actual escenario económico mundial, más complejo e incierto que el de los años anteriores y que, al menos en el corto plazo, será menos favorable para la región, es fundamental asegurar los avances en materia de desarrollo social alcanzados en el último decenio y no postergar las asignaturas pendientes en ámbitos en que el progreso ha sido insuficiente.

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Desarrollo social inclusivo: una nueva generación de políticas para superar la pobreza... para la cobertura contributiva. Entre ellos se destacan: esquemas impositivos simplificados que conjugan los componentes previsional e impositivo; procedimientos que facilitan la inscripción de trabajadores y empleadores y su fiscalización; reducciones de diferentes gradientes de las contribuciones patronales para empresas de menores dimensiones; regímenes especiales simplificados para categorías de trabajadores (tales como el servicio doméstico) y deducciones tributarias que incentivan el pago de sus cotizaciones; deducciones tributarias a las empresas que se formalizan; medidas para formalizar a personas sin ingresos que se dedican exclusivamente al trabajo doméstico no remunerado; recorte de los períodos de carencia previos al acceso a prestaciones de salud; ampliación de coberturas familiares a cargo del cotizante, y leyes de inversión con incentivos a la formalización 12 . La formalización de los trabajadores por cuenta propia y de micro y pequeñas empresas se ha propiciado con diversos mecanismos, tales como medidas especiales para gravar a los pequeños contribuyentes (personas físicas o empresas), exenciones generales del IVA o del impuesto sobre la renta, o tasas más reducidas (Cetrángolo y otros, 2014). Destacan los casos del monotributo en la Argentina y el Uruguay, y del Simples, el Super Simples y el régimen del Micro Emprendedor Individual (MEI) en el Brasil (OIT, 2014b). En el Brasil, por ejemplo, el programa MEI en seis años logró formalizar a cinco millones de brasileños y brasileñas que pasaron a contar con los beneficios previsionales 13 . Más allá de los efectos positivos directos que tiene en materia de protección social, la rebaja de la informalidad ha permitido reducir la desigualdad salarial en algunos países, ya que, al favorecer especialmente a los tramos más bajos de la distribución, ha tenido un efecto desconcentrador (Amarante y Arim, 2015, págs. 285-292). Para fortalecer la capacidad de asumir los costos de la formalización y aumentar sus beneficios, también se han tomado medidas de asistencia técnica, capacitación y acceso a recursos financieros, entre otras, a fin de mejorar la capacidad productiva de micro y pequeñas empresas. Asimismo, se ha buscado mejorar su acceso a los mercados por medio de compras estatales y la articulación con cadenas productivas (Weller y Kaldewei, 2013). La extensión de la protección social es otro objetivo estratégico clave para el trabajo decente. La región ha progresado en esa materia tanto en lo que se refiere a la protección social no contributiva como a la contributiva (esta última directamente asociada a los procesos de formalización del trabajo, tanto asalariado como independiente, y de empresas). En vista de la mayor incertidumbre relacionada con un escenario económico complejo, que tiende a reducir el empleo y a aumentar las relaciones laborales de corto plazo, es urgente construir y reforzar instrumentos de protección al desempleo. Al proveer ingresos, los seguros de desempleo se convierten en una de las políticas más importantes en esa área debido a su efecto estabilizador. Sin embargo, pocos países de la región cuentan con un seguro de desempleo, o con normativas que establecen cuentas de ahorro individual para la protección en esa circunstancia, y en aquellos donde está establecido, la cobertura es limitada debido a las altas tasas de informalidad que siguen caracterizando el mercado de trabajo en todos los países de la región (CEPAL, 2012a). Por tal motivo, los seguros de desempleo deben establecer o expandir su base de financiamiento y sus criterios de elegibilidad, e incluir desde trabajadores formales hasta formas de empleo más precarias y temporales (CEPAL, 2010a). También es deseable que los seguros de desempleo se complementen con políticas activas de empleo, como servicios de intermediación laboral, creación directa de empleo por parte del Estado en determinados casos y programas de capacitación y certificación de competencias. 3. El papel del salario mínimo La regularidad y el nivel de los ingresos son elementos clave de la calidad del empleo. Según la CEPAL (2014a), el fortalecimiento del salario mínimo ha sido uno de los motores principales para la reducción de la pobreza y la desigualdad en la región. Además de elevar el piso de la estructura salarial formal, el salario mínimo sirve como referencia para los salarios del sector informal (“efecto faro”). Un ejercicio de simulación muestra que el fortalecimiento del salario mínimo ha contribuido al descenso en la desigualdad del ingreso en la Argentina, el Brasil y el Uruguay, lo que ha tenido lugar conjuntamente con el aumento del empleo en un contexto de fuerte formalización laboral (CEPAL, 2014a) 14 . Para que el salario mínimo desempeñe su papel, debe asegurarse el cumplimiento efectivo de la 12 Véanse OIT (2014b) y Amarante y Arim (2015). 13 Véase Portal Brasil [en línea] http://www.brasil.gov.br/economia-e-emprego/2015/06/brasil-alcanca-marca-de-cinco-milhoes-demicroempreendedores-individuais. 14 Entre 2003 y 2012, el fortalecimiento del salario mínimo ha contribuido a la reducción del índice de Gini en la Argentina (alrededor de un tercio), el Brasil (84%) y el Uruguay (aproximadamente un 7%) (CEPAL, 2014a). Capítulo IV 133

Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) normativa laboral y plantear esta política como una estrategia de largo plazo, vinculada a las políticas económicas y las instituciones laborales, en la que se considere su progresivo incremento. Es importante también que la definición del salario mínimo sea coherente con las políticas macroeconómicas y productivas y que considere el nivel y la estructura salarial existente (Weller y Roethlisberger, 2011). En algunos países, como el Brasil y el Uruguay (CEPAL, 2014a), la valorización del salario mínimo tiene efectos positivos para prestaciones sociales, como las pensiones, ya que estas están vinculadas a su valor o lo usan como punto de referencia. La experiencia internacional también indica que el salario mínimo puede tener un efecto positivo en la reducción de las brechas de ingreso entre hombres y mujeres, ya que estas están sobrerrepresentadas en la base de la pirámide salarial y en general es mayor la proporción de ocupadas que reciben un ingreso equivalente a un salario mínimo en comparación con los ocupados. En el caso del Brasil, por ejemplo, según Guimarães (2012), en el período 2004-2011 se observa una importante reducción de las brechas de ingreso entre hombres y mujeres y entre blancos y afrodescendientes: la variación positiva del ingreso medio real del trabajo principal de las personas de 16 años y más en ese período fue del 29% en el caso de los hombres, del 36% en el caso de las mujeres, del 28% para los blancos, del 44% para los afrodescendientes y del 47% en el caso de las mujeres afrodescendientes. Según el autor, esas importantes diferencias, que favorecieron a las mujeres y a los afrodescendientes, se asocian a una mayor representación de esos sectores entre los que reciben el equivalente a un salario mínimo 15 . Es necesario señalar, sin embargo, que a pesar de esa evolución positiva, las brechas de ingreso entre hombres y mujeres, blancos y afrodescendientes siguen siendo elevadas 16 . 4. Promover los derechos en el trabajo Impulsar el trabajo decente implica también promover y asegurar la garantía de los derechos laborales, en especial los derechos fundamentales en el trabajo: la libertad sindical y la negociación colectiva, la eliminación de todas las formas de discriminación y la erradicación del trabajo infantil y del trabajo forzoso y obligatorio. Recuadro IV.3 Declaración de la OIT Relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo y su seguimiento En 1998, los constituyentes tripartitos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) adoptaron la Declaración Relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo y su seguimiento, definidos como el respeto a la libertad sindical y de asociación y el reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva, la eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio, la efectiva abolición del trabajo infantil y la eliminación de la discriminación en el empleo y la ocupación. La Declaración asocia a esos cuatro derechos y principios ocho convenios internacionales del trabajo, que pasan a ser definidos como fundamentales: Convenio sobre el Trabajo Forzoso, 1930 (núm. 29); Convenio sobre la Libertad Sindical y la Protección del Derecho de Sindicación, 1948 (núm. 87); Convenio sobre el Derecho de Sindicación y de Negociación Colectiva, 1949 (núm. 98); Convenio sobre Igualdad de Remuneración, 1951 (núm. 100); Convenio sobre la Abolición del Trabajo Forzoso, 1957 (núm. 105); Convenio sobre la Discriminación (Empleo y Ocupación), 1958 (núm. 111); Convenio sobre la Edad Mínima, 1973 (núm. 138); Convenio sobre las Peores Formas de Trabajo Infantil, 1999 (núm. 182). En la Declaración se establece que todos los Estados Miembros de la OIT son obligados a respetar esos derechos y principios, independientemente de que hayan ratificado los convenios correspondientes. La Conferencia Internacional del Trabajo que adopta la Declaración define también la ratificación universal de esos convenios como un objetivo, establece las bases para un amplio programa de cooperación técnica de la OIT con sus Estados Miembros con el objetivo de contribuir a su efectiva aplicación y define un mecanismo de monitoreo de los avances realizados. Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de Organización Internacional del Trabajo (OIT). El fortalecimiento de la sindicalización y de la negociación colectiva puede contribuir significativamente a las mejoras distributivas del ingreso, la calidad del empleo y la productividad. Ambos son elementos importantes, junto con la inspección laboral y el fortalecimiento de la administración del trabajo, para ampliar los derechos laborales y garantizar su cumplimiento en otros aspectos de las relaciones y condiciones de trabajo además de los salarios, 15 En 2011, según los datos de la Encuesta Nacional de Hogares (PNAD), el 9% de los hombres ocupados recibía un salario mínimo, mientras que esa proporción era del 13% en el caso de las mujeres, del 8% en el caso de los blancos, del 13% en el caso de los afrodescendientes y del 16% en el caso de las mujeres afrodescendientes. Estas últimas correspondían al 30,5% del total de trabajadores que recibían un salario mínimo (Guimarães, 2012). 16 En 2011, el ingreso medio de las mujeres correspondía al 73,3% del ingreso medio de los hombres. En comparación con los blancos, el ingreso medio de los afrodescendientes era del 59,8% y el de las mujeres afrodescendientes representaba el 49,1% (Guimarães, 2012). Capítulo IV 134

<strong>Desarrollo</strong> <strong>social</strong> <strong>inclusivo</strong>: <strong>una</strong> <strong>nueva</strong> <strong>g<strong>en</strong>eración</strong> <strong>de</strong> <strong>políticas</strong> <strong>para</strong> <strong>superar</strong> <strong>la</strong> <strong>pobreza</strong>...<br />

<strong>para</strong> <strong>la</strong> cobertura contributiva. Entre <strong>el</strong>los se <strong>de</strong>stacan: esquemas impositivos simplificados que conjugan los<br />

compon<strong>en</strong>tes previsional e impositivo; procedimi<strong>en</strong>tos que facilitan <strong>la</strong> inscripción <strong>de</strong> trabajadores y empleadores y<br />

su fiscalización; reducciones <strong>de</strong> difer<strong>en</strong>tes gradi<strong>en</strong>tes <strong>de</strong> <strong>la</strong>s contribuciones patronales <strong>para</strong> empresas <strong>de</strong> m<strong>en</strong>ores<br />

dim<strong>en</strong>siones; regím<strong>en</strong>es especiales simplificados <strong>para</strong> categorías <strong>de</strong> trabajadores (tales como <strong>el</strong> servicio doméstico)<br />

y <strong>de</strong>ducciones tributarias que inc<strong>en</strong>tivan <strong>el</strong> pago <strong>de</strong> sus cotizaciones; <strong>de</strong>ducciones tributarias a <strong>la</strong>s empresas que se<br />

formalizan; medidas <strong>para</strong> formalizar a personas sin ingresos que se <strong>de</strong>dican exclusivam<strong>en</strong>te al trabajo doméstico no<br />

remunerado; recorte <strong>de</strong> los períodos <strong>de</strong> car<strong>en</strong>cia previos al acceso a prestaciones <strong>de</strong> salud; ampliación <strong>de</strong> coberturas<br />

familiares a cargo <strong>de</strong>l cotizante, y leyes <strong>de</strong> inversión con inc<strong>en</strong>tivos a <strong>la</strong> formalización 12 .<br />

La formalización <strong>de</strong> los trabajadores por cu<strong>en</strong>ta propia y <strong>de</strong> micro y pequeñas empresas se ha propiciado con<br />

diversos mecanismos, tales como medidas especiales <strong>para</strong> gravar a los pequeños contribuy<strong>en</strong>tes (personas físicas o<br />

empresas), ex<strong>en</strong>ciones g<strong>en</strong>erales <strong>de</strong>l IVA o <strong>de</strong>l impuesto sobre <strong>la</strong> r<strong>en</strong>ta, o tasas más reducidas (Cetrángolo y otros, 2014).<br />

Destacan los casos <strong>de</strong>l monotributo <strong>en</strong> <strong>la</strong> Arg<strong>en</strong>tina y <strong>el</strong> Uruguay, y <strong>de</strong>l Simples, <strong>el</strong> Super Simples y <strong>el</strong> régim<strong>en</strong> <strong>de</strong>l<br />

Micro Empr<strong>en</strong><strong>de</strong>dor Individual (MEI) <strong>en</strong> <strong>el</strong> Brasil (OIT, 2014b). En <strong>el</strong> Brasil, por ejemplo, <strong>el</strong> programa MEI <strong>en</strong> seis años<br />

logró formalizar a cinco millones <strong>de</strong> brasileños y brasileñas que pasaron a contar con los b<strong>en</strong>eficios previsionales 13 .<br />

Más allá <strong>de</strong> los efectos positivos directos que ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> materia <strong>de</strong> protección <strong>social</strong>, <strong>la</strong> rebaja <strong>de</strong> <strong>la</strong> informalidad<br />

ha permitido <strong>reducir</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>sigualdad sa<strong>la</strong>rial <strong>en</strong> algunos países, ya que, al favorecer especialm<strong>en</strong>te a los tramos más<br />

bajos <strong>de</strong> <strong>la</strong> distribución, ha t<strong>en</strong>ido un efecto <strong>de</strong>sconc<strong>en</strong>trador (Amarante y Arim, 2015, págs. 285-292).<br />

Para fortalecer <strong>la</strong> capacidad <strong>de</strong> asumir los costos <strong>de</strong> <strong>la</strong> formalización y aum<strong>en</strong>tar sus b<strong>en</strong>eficios, también se han<br />

tomado medidas <strong>de</strong> asist<strong>en</strong>cia técnica, capacitación y acceso a recursos financieros, <strong>en</strong>tre otras, a fin <strong>de</strong> mejorar <strong>la</strong><br />

capacidad productiva <strong>de</strong> micro y pequeñas empresas. Asimismo, se ha buscado mejorar su acceso a los mercados<br />

por medio <strong>de</strong> compras estatales y <strong>la</strong> articu<strong>la</strong>ción con ca<strong>de</strong>nas productivas (W<strong>el</strong>ler y Kal<strong>de</strong>wei, 2013).<br />

La ext<strong>en</strong>sión <strong>de</strong> <strong>la</strong> protección <strong>social</strong> es otro objetivo estratégico c<strong>la</strong>ve <strong>para</strong> <strong>el</strong> trabajo <strong>de</strong>c<strong>en</strong>te. La región ha<br />

progresado <strong>en</strong> esa materia tanto <strong>en</strong> lo que se refiere a <strong>la</strong> protección <strong>social</strong> no contributiva como a <strong>la</strong> contributiva (esta<br />

última directam<strong>en</strong>te asociada a los procesos <strong>de</strong> formalización <strong>de</strong>l trabajo, tanto asa<strong>la</strong>riado como in<strong>de</strong>p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te, y<br />

<strong>de</strong> empresas). En vista <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor incertidumbre re<strong>la</strong>cionada con un esc<strong>en</strong>ario económico complejo, que ti<strong>en</strong><strong>de</strong> a<br />

<strong>reducir</strong> <strong>el</strong> empleo y a aum<strong>en</strong>tar <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones <strong>la</strong>borales <strong>de</strong> corto p<strong>la</strong>zo, es urg<strong>en</strong>te construir y reforzar instrum<strong>en</strong>tos<br />

<strong>de</strong> protección al <strong>de</strong>sempleo. Al proveer ingresos, los seguros <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo se conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> <strong>una</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>políticas</strong><br />

más importantes <strong>en</strong> esa área <strong>de</strong>bido a su efecto estabilizador. Sin embargo, pocos países <strong>de</strong> <strong>la</strong> región cu<strong>en</strong>tan con<br />

un seguro <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo, o con normativas que establec<strong>en</strong> cu<strong>en</strong>tas <strong>de</strong> ahorro individual <strong>para</strong> <strong>la</strong> protección <strong>en</strong> esa<br />

circunstancia, y <strong>en</strong> aqu<strong>el</strong>los don<strong>de</strong> está establecido, <strong>la</strong> cobertura es limitada <strong>de</strong>bido a <strong>la</strong>s altas tasas <strong>de</strong> informalidad<br />

que sigu<strong>en</strong> caracterizando <strong>el</strong> mercado <strong>de</strong> trabajo <strong>en</strong> todos los países <strong>de</strong> <strong>la</strong> región (CEPAL, 2012a). Por tal motivo,<br />

los seguros <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo <strong>de</strong>b<strong>en</strong> establecer o expandir su base <strong>de</strong> financiami<strong>en</strong>to y sus criterios <strong>de</strong> <strong>el</strong>egibilidad, e<br />

incluir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> trabajadores formales hasta formas <strong>de</strong> empleo más precarias y temporales (CEPAL, 2010a). También<br />

es <strong>de</strong>seable que los seguros <strong>de</strong> <strong>de</strong>sempleo se complem<strong>en</strong>t<strong>en</strong> con <strong>políticas</strong> activas <strong>de</strong> empleo, como servicios <strong>de</strong><br />

intermediación <strong>la</strong>boral, creación directa <strong>de</strong> empleo por parte <strong>de</strong>l Estado <strong>en</strong> <strong>de</strong>terminados casos y programas <strong>de</strong><br />

capacitación y certificación <strong>de</strong> compet<strong>en</strong>cias.<br />

3. El pap<strong>el</strong> <strong>de</strong>l sa<strong>la</strong>rio mínimo<br />

La regu<strong>la</strong>ridad y <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> <strong>de</strong> los ingresos son <strong>el</strong>em<strong>en</strong>tos c<strong>la</strong>ve <strong>de</strong> <strong>la</strong> calidad <strong>de</strong>l empleo. Según <strong>la</strong> CEPAL (2014a),<br />

<strong>el</strong> fortalecimi<strong>en</strong>to <strong>de</strong>l sa<strong>la</strong>rio mínimo ha sido uno <strong>de</strong> los motores principales <strong>para</strong> <strong>la</strong> reducción <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>pobreza</strong> y <strong>la</strong><br />

<strong>de</strong>sigualdad <strong>en</strong> <strong>la</strong> región. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> <strong>el</strong>evar <strong>el</strong> piso <strong>de</strong> <strong>la</strong> estructura sa<strong>la</strong>rial formal, <strong>el</strong> sa<strong>la</strong>rio mínimo sirve como<br />

refer<strong>en</strong>cia <strong>para</strong> los sa<strong>la</strong>rios <strong>de</strong>l sector informal (“efecto faro”). Un ejercicio <strong>de</strong> simu<strong>la</strong>ción muestra que <strong>el</strong> fortalecimi<strong>en</strong>to<br />

<strong>de</strong>l sa<strong>la</strong>rio mínimo ha contribuido al <strong>de</strong>sc<strong>en</strong>so <strong>en</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>sigualdad <strong>de</strong>l ingreso <strong>en</strong> <strong>la</strong> Arg<strong>en</strong>tina, <strong>el</strong> Brasil y <strong>el</strong> Uruguay,<br />

lo que ha t<strong>en</strong>ido lugar conjuntam<strong>en</strong>te con <strong>el</strong> aum<strong>en</strong>to <strong>de</strong>l empleo <strong>en</strong> un contexto <strong>de</strong> fuerte formalización <strong>la</strong>boral<br />

(CEPAL, 2014a) 14 . Para que <strong>el</strong> sa<strong>la</strong>rio mínimo <strong>de</strong>sempeñe su pap<strong>el</strong>, <strong>de</strong>be asegurarse <strong>el</strong> cumplimi<strong>en</strong>to efectivo <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

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Véanse OIT (2014b) y Amarante y Arim (2015).<br />

13<br />

Véase Portal Brasil [<strong>en</strong> línea] http://www.brasil.gov.br/economia-e-emprego/2015/06/brasil-alcanca-marca-<strong>de</strong>-cinco-milhoes-<strong>de</strong>microempre<strong>en</strong><strong>de</strong>dores-individuais.<br />

14<br />

Entre 2003 y 2012, <strong>el</strong> fortalecimi<strong>en</strong>to <strong>de</strong>l sa<strong>la</strong>rio mínimo ha contribuido a <strong>la</strong> reducción <strong>de</strong>l índice <strong>de</strong> Gini <strong>en</strong> <strong>la</strong> Arg<strong>en</strong>tina (alre<strong>de</strong>dor<br />

<strong>de</strong> un tercio), <strong>el</strong> Brasil (84%) y <strong>el</strong> Uruguay (aproximadam<strong>en</strong>te un 7%) (CEPAL, 2014a).<br />

Capítulo IV<br />

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