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Genesis of the celestite and fluorite ore deposit El Tule, Coahuila, Mexico

Undergraduate Thesis Hector Lamadrid in spanish (abstract in english)

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INGENIERÍA EN GEOCIENCIAS<br />

“GENESIS DE LOS YACIMIENTOS DE CELESTINA Y<br />

FLUORITA DEL DISTRITO MINERO EL TULE, ESTADO<br />

DE COAHUILA, MÉXICO”<br />

TESIS<br />

QUE PARA OBTENER EL TITULO DE<br />

INGENIERO EN GEOCIENCIAS<br />

PRESENTA<br />

HÉCTOR MANUEL LAMADRID DE AGUÍNACO<br />

DIRECTOR DE TESIS<br />

DR. JORDI TRITLLA i CAMBRA<br />

ASESOR INTERNO<br />

ING. ARTURO RODRIGUEZ SALAZAR<br />

Cd. Madero, Tamps. Marzo, 2007


Agradecimientos<br />

Al personal del Departamento de Ciencias de la Tierra del Instituto Tecnológico<br />

de Cd. Madero y, en especial, al Ing. Juan Pasillas Ramírez Jefe del Departamento por<br />

su apoyo en los trámites para esta tesis y a través de toda mi estadía en el ITCM.<br />

Al Centro de Geociencias de la UNAM, Campus Juriquilla y al Dr. Luca Ferrari<br />

director del Centro, por la oportunidad de realizar mi estadía como practicante y tesista.<br />

Al Dr. Jordi Tritlla director de este trabajo de Tesis, por sus comentarios,<br />

críticas, jalones de <strong>ore</strong>ja y apoyo durante la realización de la misma, así como por<br />

aceptarme como su estudiante en la maestría.<br />

Al Dr. Gilles Levresse por su asesoría y comentarios durante la escritura de esta<br />

Tesis y su guía en el trabajo de laboratorio para el proyecto PEMEX-UNAM.<br />

A Julien Bourdet por su apoyo en el laboratorio y el análisis de la modelización<br />

de las inclusiones fluidas de hidrocarburo en el laboratorio CREGU en Nancy, Francia y<br />

al Dr. Jacques Pironon, Jefe del laboratorio.<br />

Al jurado evaluador de esta tesis y al Ing. Arturo Rodríguez Salazar por su<br />

asesoría interna. A Rosi Irl<strong>and</strong>a secretaria de la subdirección académica del ITCM por<br />

todo el apoyo con <strong>of</strong>icios y tramites <strong>of</strong>iciales.<br />

A la Lic. Martha Pereda por su apoyo en la inscripción al Posgrado en Ciencias<br />

de la Tierra de la UNAM y al Dr. Alex<strong>and</strong>er Iriondo por sus comentarios sobre los<br />

modelos de circulación de fluidos.<br />

Principalmente quiero agradecer a mi familia (Emilio Manuel, Gertrudis María,<br />

Emilio Mariano, Luisa Fern<strong>and</strong>a, Isabel Alej<strong>and</strong>ra, Alberto, John, Graciela, Marifer,<br />

Andrea, Juan Andrés, Emilio Jr. y S<strong>of</strong>ía Alej<strong>and</strong>ra) por su cariño, apoyo incondicional,<br />

sus enseñanzas, por dejarme aprender de sus err<strong>ore</strong>s y permitirme cometer los míos.<br />

A mis amigos, por la suerte del coincidir en la misma coordenada espacio y<br />

tiempo. En especial a: Carlos, Jaime Eduardo, Franco, Ricardo Alfonso, Belisario,<br />

Isidro, Álvaro, Ricardo Aurelio, Jaime Alberto, Gabriel, Jorge Luis, Fern<strong>and</strong>o Fraustro,<br />

Isaac Fraustro, Marcela, Carlos Andrés, Adrián, Alicia, Gerardo, Marco, Rodolfo,<br />

Tania, Alma, Irene, S<strong>and</strong>ra, Camila, Aleí, Perla, Ana María, Carolina, Martín, Donato,<br />

Iván Manuel, Constancio Iván, José Luis, Ladislao, Aurora, Adriana, Carlos Galiano,<br />

Logan, José Alberto, Luigi, Juan Manuel, Gilberto, Ernesto, Flor Jocelyn, Manuel, Luis<br />

Álvarez, Mariela, Luz Angélica, Mario, Jorge Tenorio, Omar, Fern<strong>and</strong>o, Daniel, Lina,<br />

Alej<strong>and</strong>ra, Montserrat, Nelly, Marisol, Javier, Blanca, Laura, Isaac, Oscar, Rafael, Aldo


Ramos, Toño, Lenin, Ramón, Víctor, Aldo Izaguirre, Joel, Michelangelo, Gloria,<br />

Marian, Cinthya y a Enrique, Joaquín, Juan, Pedro y Alan, en general a todos mis<br />

compañeros del ITCM y del CGEO.<br />

Por último, a los proyectos PAPIIT INT114002, IN114106 y CONACYT<br />

49234-F, con los que se financió este trabajo.


Resumen<br />

En los últimos años se han llevado a cabo una serie de estudios (González-<br />

Partida et al., 2002, 2003; Ramos-Rosique et al., 2005; Puente-Solís et al., 2005, Tritlla<br />

et al., 2004, 2005, 2006; Lamadrid et al., 2006; Levresse et al., 2006) que han<br />

demostrado que muchos de los yacimientos de F, Sr, Ba, Pb y Zn que aparecen<br />

encajonados en rocas sedimentarias mesozoicas en el NE de México, guardan gran<br />

similitud con los depósitos de tipo MVT (Mississippi Valley-Type).<br />

<strong>El</strong> distrito minero de “<strong>El</strong> <strong>Tule</strong>”, en <strong>Coahuila</strong>, presenta algunas características<br />

únicas a nivel de los depósitos estratoligados encajonados en rocas carbonatadas<br />

mesozoicas. La más destacable es la coexistencia en un mismo depósito de cantidades<br />

significativas de celestina y fluorita. Esta estructura mineralizada se localiza a favor de<br />

las superficies de estratificación en los carbonatos de la Fm. Buda (Cretácico superior),<br />

en una zona levemente deformada, y muestra evidencias de movimiento sub-horizontal<br />

(layer-parallel slip). La superficie estructural mineralizada es ondulada y, en las zonas<br />

de mayor apertura, se presenta parcialmente cementada por varias generaciones de<br />

celestina, la primera de las cuales presenta indicios de deformación, así como por una<br />

generación tardía de fluorita.<br />

Se observan dos episodios de mineralización de celestina: (1) una primera<br />

generación temprana caracterizada por b<strong>and</strong>eamientos rítmicos (ritmitas) de celestina<br />

bajo la forma de cristales pequeños y deformados, que se disponen sub paralelas a las<br />

paredes del manto; y (2) cristales euhedrales idiomórficos centimétricos (varios cm.)<br />

que gradan a b<strong>and</strong>as de reemplazamiento de celestina, sin evidencias de deformación.<br />

La fluorita aparece de forma subordinada a la celestina, como un mineral tardío que<br />

precipita en las cavidades y espacios vacíos dejados por la celestina.<br />

La celestinas presentan inclusiones fluidas bifásicas (L+V) y escasas trifásicas<br />

(L+V+S azufre ), con Temperaturas de homogeneización (Th) entre 100° y 180°C y<br />

salinidades de entre 7-9% en wt. de NaCl. La fluorita presenta dos familias de<br />

inclusiones fluidas: (1) inclusiones trifásicas acuosas (L+V+S no identificado ), cuya fase<br />

vapor contiene CH 4 , H 2 S y trazas de CO 2 , con Th alrededor de 130°C y salinidad de<br />

13.5%; (2) inclusiones de hidrocarburos bifásicas a trifásicas (L+V+S bitumen ), de color<br />

café oscuro a claro con Th de alrededor de 65°-70°C.


La reconstrucción de las condiciones de atrapamiento para la fluorita indica<br />

presiones de alrededor de 400 bares a una temperatura de 135°C. La presencia de<br />

azufre nativo (S 0 ) como sólido en las inclusiones fluidas de los cristales de celestina<br />

junto con la ausencia actual de materia orgánica, sugiere la presencia de un ambiente<br />

oxidante, con exceso de sulfato y con pequeñas cantidades de materia orgánica en la<br />

roca. Esta última habría sido completamente oxidada mediante un proceso de<br />

termorreducción de sulfato (TSR), d<strong>and</strong>o origen a las pequeñas cantidades de azufre<br />

detectadas.


ABSTRACT<br />

In <strong>the</strong> last years a series <strong>of</strong> studies have suggested that many <strong>of</strong> <strong>the</strong> <strong>deposit</strong>s <strong>of</strong> F,<br />

Sr, Ba, Pb <strong>and</strong> Zn that appears boxed on mesozoic sedimentary rocks in <strong>the</strong> NE <strong>of</strong><br />

<strong>Mexico</strong>, keeps great similarity with <strong>the</strong> MVT <strong>deposit</strong>s (Mississippi Valley-Type)<br />

The mining district <strong>of</strong> "<strong>the</strong> <strong>Tule</strong>" in <strong>Coahuila</strong> displays some unique<br />

characteristics at <strong>of</strong> stratiform carbonated mesozoic rock <strong>deposit</strong>s. Most remarkable it is<br />

<strong>the</strong> presence in a same <strong>deposit</strong> <strong>of</strong> significant amounts <strong>of</strong> celestine <strong>and</strong> fluorita,<br />

coexisting in <strong>the</strong> same structures. This structure locates in favor <strong>of</strong> surfaces <strong>of</strong><br />

stratification in carbonates <strong>of</strong> <strong>the</strong> Buda Formation (upper cretacic) in a zone slightly<br />

deformed, that shows evidences <strong>of</strong> sub-horizontal movement (layer-parallel slip). The<br />

mineralized structural surface is waved <strong>and</strong>, in <strong>the</strong> zones <strong>of</strong> greater opening, it appears<br />

partially cemented by several generations <strong>of</strong> celestine, first <strong>of</strong> who it presents/displays<br />

deformation indications, as well as by a delayed generation <strong>of</strong> fluorine.<br />

The mineralización exclusively appears concentrated in this structure. Two<br />

episodes <strong>of</strong> mineralización <strong>of</strong> celestine are observed, (1) one first early generation<br />

characterized by rythmical b<strong>and</strong>ing (ritmitas) <strong>of</strong> small <strong>and</strong> deformed crystals, that are<br />

arranged according to b<strong>and</strong>s <strong>of</strong> high <strong>and</strong> low replacement <strong>of</strong> <strong>the</strong> original rock in <strong>the</strong><br />

walls <strong>of</strong> <strong>the</strong> mantle, <strong>and</strong> (2) big idiomorfic euhedral crystals (several cm) in<br />

reeplacemente b<strong>and</strong>s <strong>of</strong> celestine that shows no evidences <strong>of</strong> deformation. The fluorine<br />

appears <strong>of</strong> subordinated to <strong>the</strong> celestine, like a delayed mineral that forms in <strong>the</strong> cavities<br />

<strong>and</strong> empty spaces lazy by <strong>the</strong> celestine.<br />

The celestines shows two-phase fluid inclusions (L+V) <strong>and</strong> a few three-phase<br />

fliud inclusions (L+V+S) with Th between 130 <strong>and</strong> 180°C <strong>and</strong> salinities <strong>of</strong> between 7-<br />

9% wt. <strong>of</strong> NaCl. The fluorine shows two families <strong>of</strong> fluid inclusions: (1) three-phase<br />

inclusions (identified L+V+Sno) whose vapor phase contains CH4, H2S <strong>and</strong> plans <strong>of</strong><br />

CO2, with Th around 130°C <strong>and</strong> 13.5% wt. <strong>of</strong> NaCl; (2) three-phase two-phase<br />

hydrocarbon inclusions (L+V+Sbitumen) with deep to clear brown colors with Th <strong>of</strong><br />

around 65°-70°C.<br />

The reconstruction <strong>of</strong> <strong>the</strong> entrampment conditions for <strong>the</strong> fluorine indicates<br />

pressures <strong>of</strong> around 400 bars to 135°C. The presence <strong>of</strong> solid S 0 as in <strong>the</strong> fluid<br />

inclusions <strong>of</strong> celestine crystals along with <strong>the</strong> absence <strong>of</strong> organic matter suggests <strong>the</strong><br />

presence <strong>of</strong> a highly oxidating conditions, with excess <strong>of</strong> sulphate <strong>and</strong> small amounts <strong>of</strong>


organic matter. This last one unexisting in celestine is interpreted as it have been<br />

oxidized by means <strong>of</strong> a process <strong>of</strong> Termal sulphate reduction (TSR).


Índice<br />

Capitulo I: Introducción<br />

1.1 Ubicación Geográfica<br />

1.2 Planteamiento del Problema<br />

1.3 Objetivos<br />

Capitulo II: Principios teóricos<br />

2.1 Introducción al estudio microtermométrico de las inclusiones fluidas<br />

2.1.1 Introducción<br />

2.1.2 Clasificación<br />

2.1.3 Hipótesis de Estudio<br />

2.1.4 Termodinámica de las Inclusiones Fluidas<br />

2.1.5 Medidas microtermométricas<br />

2.1.6 Fluidos Acuosos<br />

2.1.6.1 Propiedades generales del sistema NaCl- H 2 O<br />

2.1.6.2 Propiedades generales del sistema H 2 O-NaCl-CaCl 2<br />

2.2 Generalidades sobre los depósitos tipo MVT.<br />

2.2.1 Introducción<br />

2.2.2 Depósitos MVT<br />

2.2.3 Características Regionales<br />

2.2.4 Características Generales de los depósitos MVT<br />

2.2.5 Texturas<br />

2.2.6 Génesis<br />

Capitulo III Metodología, técnicas y equipos<br />

3.1 Metodología<br />

3.1.1 Selección de las muestras<br />

3.1.2 Descripción macroscópica<br />

3.1.3 Laminación<br />

3.1.4 Petrografía<br />

3.1.5 Petrografía de las inclusiones fluidas<br />

3.2 Técnicas y Equipos<br />

3.2.1 Microtermometría<br />

3.2.2 Microscopía UV (flu<strong>ore</strong>scencia ultravioleta, UVF)<br />

3.2.3 Microespectroscopía Raman<br />

3.2.4 Microespectroscopía infrarroja (IR)


3.2.5 Microscopía láser confocal (CLSM)<br />

3.2.6 Modelado por el método DUAN-EOS y PIT.<br />

Capitulo IV: Marco Geológico<br />

4.1 Geología Regional<br />

4.2 Serie Estratigráfica<br />

4.3 Evolución Sedimentaria<br />

4.3.1Primera supersecuencia (Pre Calloviano – Oxfordiano)<br />

4.3.2 Segunda supersecuencia (Kimmeridgiano- Cenomaniano)<br />

4.3.3 Tercera supersecuencia (Cenomaniano – Paleógeno)<br />

4.4 Marco Geológico del Distrito Minero <strong>El</strong> <strong>Tule</strong><br />

4.4.1 Grupo Washita<br />

4.4.2 Formación Georgetown<br />

4.4.3 Formación Del Río<br />

4.4.4 Formación Buda<br />

Capitulo V: Descripción del Distrito Minero <strong>El</strong> <strong>Tule</strong><br />

5.1 Antecedentes de los depósitos de fluorita y celestina en el NE de México<br />

5.2 Distrito Minero de <strong>El</strong> <strong>Tule</strong>.<br />

5.3 Estructura del Yacimiento<br />

5.4 Petrografía y Mineragrafía<br />

5.4.1 Roca Encajonante<br />

5.4.2 Celestina<br />

5.4.3 Fluorita<br />

5.4.4 Secuencia Mineral (Paragénesis)<br />

5.5 Resultados Geoquímica<br />

5.5.1 Inclusiones Fluidas<br />

5.5.1.1 Petrografía<br />

5.5.1.2 Celestina<br />

5.5.1.3 Fluorita<br />

5.5.1.4 Evolución de los fluidos durante la formación del depósito<br />

5.5.2 Análisis y modelación de Inclusiones fluidas con hidrocarburos<br />

5.5.3 Tierras Raras<br />

Capitulo VI: Discusión de los resultados<br />

6.1 Generalidades sobre la celestina en sistemas de baja temperatura<br />

6.1.1. Geoquímica de la Celestina


6.1.2 Tipos de yacimientos de Celestina<br />

6.1.3 Mecanismos de Precipitación<br />

6.1.4 Depósitos singenéticos producto de diagénesis temprana<br />

6.1.5 Depósitos epigenéticos producto de diagénesis pr<strong>of</strong>unda<br />

6.2 Generalidades sobre la fluorita en sistemas de baja temperatura<br />

6.2.1 Origen del F<br />

6.2.2 Mecanismos de precipitación en yacimientos de baja temperatura<br />

6.3 Discusión sobre la génesis del Distrito Minero “<strong>El</strong> <strong>Tule</strong>”<br />

6.3.1 Orogenia Larámide (precipitación celestina)<br />

6.3.2 Cambio de régimen de fluidos (precipitación de ultima celestina y fluorita)<br />

6.4 Mecanismos de precipitación y Modelo Genético<br />

Capitulo VII: Conclusiones<br />

Bibliografía<br />

Anexo A Gráficas de Microtermometría<br />

Anexo B Tablas de Temperaturas<br />

Anexo C Artículos y Resúmenes Publicados


Capitulo I<br />

Introducción<br />

1


2


México ha sido durante los últimos 50 años uno de los may<strong>ore</strong>s product<strong>ore</strong>s de<br />

celestina (SrSO 4 ) y fluorita (CaF 2 ) a nivel mundial, siendo el estado de <strong>Coahuila</strong> el que<br />

más ha aportado a nivel nacional. Recientemente, la producción de estos minerales<br />

adquirió cierta importancia debido a que los precios de estos minerales sufrieron<br />

aumentos significativos (Ober, 2000). No obstante, en los últimos dos años numerosas<br />

minas cerraron debido a un decremento considerable del precio de la celestina.<br />

<strong>El</strong> estroncio extraído de la celestina tiene muchas utilidades prácticas (Korbell &<br />

Novak, 1999), debido a su resistividad térmica y eléctrica. Se utiliza para mejorar la<br />

calidad del vidrio en las pantallas de televis<strong>ore</strong>s, computadoras, sonares, radares e<br />

instrumentos de control, así como mejora la calidad del vidriado en la cerámica. En<br />

pirotécnia, el nitrato de estroncio produce una flama roja brillante única (Korbell &<br />

Novak, 1999). <strong>El</strong> estroncio metálico también se usa en varias aleaciones, y la serie<br />

celestina-baritina se utiliza para incrementar el peso de lodos de perforación de pozos<br />

petroleros.<br />

<strong>El</strong> uso principal de la fluorita ha sido la producción de ácido fluorhídrico,<br />

material esencial en la fabricación de criolita sintética y de fluoruro de aluminio para la<br />

industria del aluminio. La fluorita es un elemento que se utiliza como fundente en la<br />

obtención de acero. Se usa en gr<strong>and</strong>es cantidades en la producción de esmalte y de<br />

vidrio translúcido; y los cristales perfectos se utilizan en la fabricación de lentes<br />

apocromáticas. También es usada en la industria del cemento para incorporar otros<br />

materiales al clinker (Korvell & Novak, 1999).<br />

En los últimos años una serie de estudios (González-Partida et al., 2002, 2003;<br />

Ramos-Rosique et al., 2005; Puente-Solís et al., 2005, Tritlla et al., 2004, 2005, 2006;<br />

Levresse et al., 2006) han sugerido que muchos de los yacimientos de baja temperatura<br />

con F, Sr, Ba, Pb y Zn que se encuentran en el NE de México, principalmente<br />

encajonados en rocas sedimentarias mesozoicas, son muy similares al tipo MVT<br />

(Mississippi Valley-Type).<br />

1.1 Planteamiento del Problema y Objetivos Generales<br />

Al estudiar un depósito mineral se busca integrar un conjunto de información<br />

geológica (geología regional, geología estructural, mineralogía, etc.) y geoquímica<br />

(temperaturas de formación, geoquímica de fluidos, isotopía, etc.) para lograr<br />

comprender tanto espacial como temporalmente una secuencia de eventos que han dado<br />

3


lugar a la acumulación anómala de ciertos elementos químicos que, en determinado<br />

momento, puede ser de interés económico para el ser humano. <strong>El</strong> estudio y la<br />

integración de toda esta información va encaminada a crear un modelo coherente de<br />

formación del depósito del que se han de derivar ideas que permitan prever la<br />

posibilidad de encontrar otras acumulaciones anómalas similares en ambiente<br />

geológicos análogos, es decir, que permitan prospectar nuevos depósitos minerales de<br />

una tipología determinada.<br />

En el estudio del depósito de <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> se ha buscado un doble objetivo. Por una<br />

parte determinar la morfología del cuerpo mineralizado, su sucesión mineral, las<br />

características de temperatura de formación, composición de las soluciones<br />

mineralizantes, su salinidad total, su composición en gases y la presión de formación de<br />

los depósitos para derivar de ello un modelo coherente de formación del depósito. <strong>El</strong><br />

segundo objetivo, básico para una tesis de licenciatura, ha consistido en la aplicación de<br />

los conocimientos adquiridos durante los estudios universitarios a un problema<br />

específico, adquiriendo a la vez nuevas habilidades tanto técnicas como de método<br />

científico aplicadas a dicho problema.<br />

1.2 Objetivos específicos<br />

1. Realizar una compilación de la información geológica y geoquímica existente<br />

sobre estos depósitos.<br />

2. Definir los controles geológicos de la mineralización y su secuencia<br />

paragenética<br />

3. Estudiar la geoquímica de sus fluidos.<br />

4. Proponer un modelo coherente de génesis y evolución del depósito.<br />

5. Integrar el conocimiento adquirido en el marco de los depósitos estratoligados,<br />

de baja temperatura en carbonatos del NE de México.<br />

1.3 Ubicación Geográfica<br />

<strong>El</strong> área de estudio se localiza en el extremo NE de México, más concretamente<br />

en el municipio de Zaragoza, situado en la porción norte-central del estado de <strong>Coahuila</strong>,<br />

aproximadamente a 67 kilómetros al norte de la ciudad de Muzquiz. Esta área está<br />

delimitada entre las coordenadas Longitud 28°33’30” y 28°31’10” y la Latitud<br />

101°34’30” y 101° 28’50” (Figura 1.1).<br />

4


Fig. 1.1 Ubicación geográfica del distrito minero “<strong>El</strong> <strong>Tule</strong>” (Tritlla et al., 2006)<br />

Esta área se encuentra comprendida en la carta Topográfica del INEGI “<strong>El</strong> <strong>Tule</strong>”<br />

H14C62, escala 1: 50,000 del estado de <strong>Coahuila</strong>. Geomorfológicamente, el distrito<br />

minero “<strong>El</strong> <strong>Tule</strong>” se encuentra en una zona de valles del mismo nombre, limitada por la<br />

Sierra del Burro al norte, la Sierra de <strong>El</strong> Carmen-Infante al NW y la Sierra de Santa<br />

Rosa al SW. Geológicamente, este depósito se encuentra encajonado en rocas<br />

carbonatadas mesozoicas al N de la Cuenca de Sabinas, en la plataforma Burros-Salado.<br />

En el área solo afloran rocas calizas de las formaciones Buda y Georgetown del<br />

Cretácico superior.<br />

5


6


Capitulo II<br />

Metodologías y Técnicas Analíticas<br />

7


8


2.1 Introducción al estudio microtermométrico de las inclusiones<br />

fluidas<br />

2.1.1 Introducción<br />

Las inclusiones fluidas son pequeñas cantidades de fluido (líquido y/o gas), que<br />

aparecen atrapadas como imperfecciones formadas, tanto durante el crecimiento de los<br />

minerales como posteriormente a estos, y que ocasionalmente pueden presentar sólidos<br />

en su interior (precipitados o atrapados). Si estas inclusiones quedan selladas<br />

completamente y no son afectadas por fenómenos posteri<strong>ore</strong>s (deformación,<br />

calentamiento, descompresión), tanto su composición química como sus características<br />

termodinámicas (densidad, presión interna) representan las características originales que<br />

tenían los fluidos en el preciso momento de su atrapamiento.<br />

Históricamente, estas pequeñas imperfecciones incluidas en minerales<br />

originaron el interés de algunos científicos naturalistas. Así, Abú Reikhan al-Beruniy,<br />

hombre de ciencia del antiguo Imperio Árabe, hizo las primeras observaciones<br />

registradas en la historia sobre inclusiones fluidas en cristales entre el siglo X y XI. Los<br />

primeros trabajos verdaderamente analíticos para determinar las composiciones de las<br />

inclusiones fueron realizados por Breislak (1818), Davy (1822), Brewster (1823) y<br />

Nichol (1828) (in Shepherd et al., 1985).<br />

No fue hasta Henry Clifton Sorby, en 1858, que el estudio de las inclusiones<br />

fluidas adquiere el rango de disciplina científica (Shepherd et al., 1985). Sorby propuso<br />

la hipótesis de que la burbuja presente en la mayoría de las inclusiones fluidas aparece<br />

por contracción diferencial del líquido durante el enfriamiento, desde su temperatura de<br />

formación y atrapamiento hasta la temperatura ambiente de observación. Su<br />

razonamiento lo llevo a establecer que la temperatura de atrapamiento puede estimarse<br />

calent<strong>and</strong>o la muestra hasta el punto en el que la burbuja desaparece (temperatura de<br />

homogeneización o Th). Esta hipótesis es hasta la fecha, con algunas modificaciones, el<br />

principio en el que se basan todos los estudios microtermométricos en inclusiones<br />

fluidas. La mayoría de los trabajos desde la época de Sorby hasta la década de 1950 son<br />

meramente descriptivos y, en algunas pocas ocasiones, cualitativos. Pese a las<br />

incipientes técnicas y tecnología utilizada, sus observaciones continúan siendo validas y<br />

estos trabajos son referenciados continuamente (Shepherd et al., 1985).<br />

9


2.1.2 Clasificación<br />

En la actualidad, la clasificación mas utilizada es la que propuso Roedder (1976,<br />

1981, 1984). Esta agrupa a las inclusiones fluidas de acuerdo con parámetros<br />

geométricos y morfológicos, a la vez que da una idea aproximada de su cronología.<br />

2.1.2.1.- Clasificación genética<br />

Genéticamente se distinguen en 3 grupos (Roedder, 1984):<br />

a) Inclusiones Primarias<br />

Estas inclusiones se atrapan durante el periodo de crecimiento del mineral. Su<br />

distribución puede ser tanto aleatoria dentro del cristal como siguiendo las b<strong>and</strong>as de<br />

crecimiento del mismo (Figura 2.1). Estas inclusiones en principio representarían las<br />

condiciones termodinámicas originales de los fluidos a partir de los cuales se formaron<br />

los minerales que las contienen. Watanabe (1987) observó que la abundancia de las<br />

inclusiones primarias es función de la velocidad de crecimiento de los cristales. Así, en<br />

los cristales de corindón en los que se apreciaba un crecimiento rápido se encontraban<br />

más inclusiones que en los de formación lenta (Mangas, et al., 1991).<br />

Fig. 2.1.- Mecanismos de captura de inclusiones fluidas primarias. (a) <strong>El</strong> crecimiento rápido<br />

dendrítico es cubierto por un re-crecimiento mineral. (b) La disolución parcial de un cristal<br />

preexistente origina una zona de corrosión y una superficie curva; ambas facilitan la captura<br />

de inclusiones fluidas durante el crecimiento posterior del mineral. (c) Las inclusiones son<br />

capturadas entre espirales de crecimiento individuales y a veces en el centro de ellas. (d) <strong>El</strong><br />

crecimiento sub-paralelo de cristales provoca la captura de inclusiones. (e) Una fractura en<br />

la superficie de un cristal en crecimiento provoca desarrollo imperfecto y captura de<br />

inclusiones. (f) Cualquier objeto sólido en la superficie de un cristal en crecimiento, puede<br />

ser englobado como inclusión sólida y puede también entramparse algo de fluido con el.<br />

(según Mangas et al., 1991).<br />

10


) Inclusiones Secundarias<br />

Son todas aquellas inclusiones que se atrapan normalmente a favor de fracturas,<br />

planos de expoliación o cualquier discontinuidad originada después de la formación del<br />

cristal. A través de estos planos de discontinuidad un fluido puede penetrar por efectos<br />

de capilaridad, disolución y recristalización, y quedar atrapado bajo la forma de<br />

inclusiones fluidas (Figura 2.2). En principio, no representan las condiciones de<br />

formación del mineral que las contiene, aunque pueden ser representativas del fluido<br />

que ha precipitado otro mineral posterior en la secuencia de formación, por lo que no se<br />

puede descartar su estudio a priori. Su posible utilidad viene condicionada por la<br />

pr<strong>of</strong>undidad y precisión del estudio petrográfico previo de inclusiones fluidas<br />

(Mangas et al., 1991).<br />

Wilking y Barkas (1978) establecieron dos criterios para subdividir las<br />

inclusiones secundarias. La primera categoría viene dada por aquellas inclusiones<br />

atrapadas durante un episodio de fracturación frágil, mediante la cicatrización de las<br />

fracturas; la segunda categoría agrupa a las inclusiones que, durante un episodio de<br />

deformación dúctil, son expulsadas del interior del cristal y migran hacía la periferia de<br />

los mismos.<br />

Fig. 2.2 Cicatrización de una fractura en un cristal de cuarzo que da lugar a la formación de<br />

inclusiones secundarias. Si este proceso ocurre al tiempo que desciende la temperatura, las<br />

inclusiones individuales pueden tener relaciones gas/líquido variables (Roedder, 1984, en<br />

Mangas et al., 1991).<br />

c) Inclusiones Pseudosecundarias<br />

Llamadas previamente “primario-secundarias” por la antigua literatura soviética,<br />

estas inclusiones representan un proceso intermedio de formación entre las inclusiones<br />

primarias y las secundarias.<br />

11


Si durante el crecimiento de un cristal este se fractura, esta última puede ser<br />

rellenada por el mismo fluido involucrado en la precipitación del mineral. Al continuar<br />

su crecimiento, este puede sellar la fractura, atrap<strong>and</strong>o el fluido (Figura 2.3). La<br />

paradoja consiste en que el fluido atrapado podría ser considerado como primario, pero<br />

estará incluido en un plano de fractura (Mangas et al., 1991).<br />

Fig. 2.3 Inclusiones pseudosecundarias (Ermakov, 1950): a) Confinadas a la superficie de<br />

soldadura de un cristal (sect<strong>ore</strong>s AD y BC). O bien singenéticas, con inclusiones primarias<br />

regeneradas (sect<strong>ore</strong>s AB y CD) restringidas en este último caso o superficies débilmente<br />

corroídas. E y F espacios primarios, asociados con corrosiones globulares múltiples. b)<br />

Confinadas a superficies de corrosión planas. c) Asociadas con superficies de corrosión<br />

debidas a la exfoliación (en Mangas et al., 1991)<br />

2.1.2.2.- Clasificación según el número de fases.<br />

Junto con la clasificación anterior y de forma complementaria, se utiliza una<br />

segunda clasificación basada en el número de fases presente en la inclusión a<br />

temperatura ambiente (Fig. 2.4; Mangas et al., 1991):<br />

• Mon<strong>of</strong>ásica, si sólo presenta una fase.<br />

• Bifásica, si presenta 2 fases (líquido y gas).<br />

• Trifásica, si presentan 3 fases (líquido, un sólido atrapado o precipitado y una<br />

burbuja de vapor/gas).<br />

• Polifásica, presentan más de 3 fases, combinaciones de diferentes líquidos y/o<br />

sólidos.<br />

2.1.2.3.- Otras clasificaciones<br />

12


También se ha tratado de clasificar morfológicamente a las inclusiones fluidas<br />

(Mangas et al., 1991) para limitar las ambigüedades en su estudio, aunque en muchos<br />

casos la morfología de las inclusiones viene controlada por la estructura cristalina del<br />

mineral huésped. En ocasiones, la forma de las inclusiones no obedece a la forma<br />

original de la inclusión durante su atrapamiento; se han observado gr<strong>and</strong>es inclusiones<br />

de forma irregular que, con el tiempo, se fragmentan y cambian a inclusiones más<br />

pequeñas y redondeadas (Bodnar, 1985).<br />

Asimismo, se ha observado experimentalmente que algunas inclusiones fluidas<br />

atrapadas en cristales de cuarzo sufren modificaciones en su morfología, debido<br />

principalmente a los cambios en las condiciones termobarométricas que han ocurrido<br />

desde su atrapamiento hasta las condiciones actuales. Este fenómeno es conocido como<br />

reequilibrio. Se observó que a temperatura (370°C) y presión (400 bars) constante<br />

durante 5621 horas, la inclusión cambió de una forma irregular a una en forma de cristal<br />

negativo (Bodnar et al., 1989).<br />

Fig. 2.4 Varios tipos de inclusiones fluidas. 1) Inclusiones mon<strong>of</strong>ásicas gaseosas en<br />

cuarzo; 2) inclusión bifásica, constituida por una fase líquida (L) y otra de vapor (V), en<br />

calcita; 3) inclusión polifásica, constituida por una fase líquida (L), una fase vapor (V) y un<br />

cristal de halita (H) como mineral hijo, en cuarzo; 4) Inclusión trifásica con dos fases<br />

líquidas inmiscibles (L1) y (L2) y una de vapor (V), en cuarzo. (en Van de Kerkh<strong>of</strong>, et al.,<br />

2000)<br />

13


Clasificar tanto el carácter primario o secundario como la variación morfológica<br />

en las inclusiones fluidas en estudio es un paso previo indispensable para la integración<br />

de la información obtenida en la historia geológica y de flujo de fluidos<br />

Las observaciones que se efectúan sobre las inclusiones fluidas con vistas a la<br />

utilización de las clasificaciones anteri<strong>ore</strong>s se han de realizar a temperatura ambiente<br />

(25 ºC) y siempre antes de su análisis. Este tipo de estudio se conoce como petrografía<br />

de las inclusiones fluidas.<br />

2.1.3 Hipótesis de Estudio<br />

<strong>El</strong> estudio de las inclusiones fluidas parte de dos razonamientos hipotéticos que<br />

sientan y condicionan las bases de su estudio (Roedder, 1984, en Mangas et al., 1991):<br />

1. Que el fluido atrapado representa la solución a partir de la cual el mineral precipitó<br />

y creció.<br />

2. Que una vez que este fluido queda atrapado, la cavidad está hermética y<br />

químicamente sellada y aislada hasta la actualidad. Si esto ocurre, se conserven las<br />

características fisicoquímicas originales del fluido (composición, densidad, etc.).<br />

No obstante, se deben tener en cuenta una serie de fenómenos que pueden<br />

presentarse en muchas inclusiones y que son contrarios a la completa validez de estas<br />

hipótesis. Los más importantes son (Mangas et al., 1991):<br />

2.1.2.1.- Cambio del emplazamiento y la morfología.<br />

Muchas inclusiones presentan formas diferentes a las que tenían en el momento<br />

del atrapamiento. Así, cu<strong>and</strong>o el mineral tiene una solubilidad finita en el fluido<br />

atrapado, los procesos de recristalización pueden producir estrangulamiento (necking<br />

down; Fig. 2.5).<br />

14


Fig. 2.5. Inclusión con estrangulamiento (necking down; Mangas et al., 1991).<br />

Resultado de ello es el cambio de forma o la creación de inclusiones más<br />

pequeñas. La variación de la forma será mínima si el enfriamiento es rápido, si la forma<br />

original es estable, o si la solubilidad del mineral es muy baja.<br />

Sin embargo, cu<strong>and</strong>o se produce un cambio de fases en la inclusión antes del<br />

estrangulamiento el resultado de este proceso puede dar lugar a nuevas inclusiones con<br />

características diferentes a las del fluido inicial, para lo que la interpretación físicoquímica<br />

puede ser errónea.<br />

Si las paredes de la inclusión son más solubles de un lado que de otro, el<br />

material se disolverá y recristalizará diferentemente, produciéndose un movimiento de<br />

la inclusión en el cristal. Esta diferencia de la solubilidad se debe a gradientes de<br />

temperaturas, gravedad, o esfuerzos dirigidos (Roedder y Belkin, 1979 y 1980).<br />

Algunos cambios irreversibles de volumen pueden aparecer por varios<br />

mecanismos:<br />

a) Nueva cristalización de las paredes de las inclusiones.<br />

b) Contracción del mineral que contiene las inclusiones al descender la<br />

temperatura.<br />

c) Cambios de dilatación debido a presiones internas o externas.<br />

Las inclusiones pueden sufrir una rotura con cambio de volumen si la presión<br />

interna del fluido llega a ser mayor que la presión de confinamiento externa. En este<br />

caso, el mineral se fractura, hay una relajación de la presión, y las inclusiones<br />

decrepitan totalmente. Esta fracturación total se reconoce con facilidad, y se produce<br />

tanto en la naturaleza tanto por sobrecalentamiento durante su calentamiento durante la<br />

historia geológica como en el laboratorio, debido a la mala preparación de la muestra. Si<br />

la rotura de la inclusión no llega a la superficie externa y posteriormente recristaliza, se<br />

15


forma un halo de inclusiones secundarias más pequeñas alrededor de la inclusión<br />

original. Este fenómeno se denomina decrepitación parcial y ha sido descrito por<br />

numerosos aut<strong>ore</strong>s en diferentes ambientes geológicos (Lemmlein, 1956; Touret, 1977;<br />

Bilal, 1976; Swanenberg, 1980).<br />

Por lo tanto, antes de llevar a cabo el estudio microtermométrico es fundamental<br />

observar cuidadosamente las muestras para distinguir, entre otros fenómenos, la<br />

presencia de estrangulamientos, decrepitaciones, y otros efectos mecánicos debidos a<br />

tensiones. Estos fenómenos perturbad<strong>ore</strong>s son susceptibles de producir interpretaciones<br />

parciales o totalmente erróneas. No obstante, si estos casos especiales pasan<br />

desapercibidos, pueden ser puestos en evidencia al efectuar el estudio estadístico de los<br />

diferentes grupos de inclusiones.<br />

2.1.4 Termodinámica de las Inclusiones Fluidas<br />

2.1.4.1.- Introducción<br />

Con anterioridad a la década de los 60 del siglo pasado (Mangas et al., 1991), las<br />

técnicas analíticas y microtermométricas eran demasiado primitivas para poder estudiar<br />

los diferentes sistemas acuosos y determinar la composición de estos. Las inclusiones<br />

sin fase vapor eran estudiadas us<strong>and</strong>o el diagrama PVTX del agua (Cf. Kennedy 1950,<br />

Skinner 1953, Kalyuzhnyy 1960) y en base a estos, en ocasiones, se podía inferir la<br />

composición de las fases acuosas.<br />

En los años siguientes, el interés por el estudio de las condiciones PVT en el<br />

sistema H 2 O-NaCl, junto con el estudio a detalle de los cambios de fase que ocurren en<br />

las inclusiones durante su congelación y fusión controlada (Roedder 1962, 1963), así<br />

como el incremento en los trabajos de análisis destructivos (crush-leach) (Roedder<br />

1958), condujeron al establecimiento de técnicas más precisas para estimar las<br />

salinidades de las inclusiones acuosas (Shepherd, et al., 1985).<br />

Los trabajos sobre los diagramas de Presión, Volumen y Temperatura del<br />

sistema NaCl-H 2 O ayudaron a interpretar los resultados de inclusiones fluidas que no<br />

mostraban la presencia de una fase gaseosa durante los estudios microtermométricos y<br />

de “crush–leach”, al igual que en las inclusiones que mostraban temperaturas eutécticas<br />

cercanas a los –21.2°C. Las propiedades PVT de este sistema se comenzaron a usar<br />

durante los últimos tiempos para comprender e interpretar las inclusiones que<br />

presentaban temperaturas eutécticas inferi<strong>ore</strong>s o superi<strong>ore</strong>s a las del sistema NaCl- H 2 O,<br />

16


Sólido + Líquido<br />

S + L<br />

indicativo de la existencia de otras sales en solución y, por lo tanto, de otros sistemas<br />

naturales como el H 2 O-NaCl-KCl, H 2 O-NaCl CaCl 2 , H 2 O-CO 2 -NaCl, etc. (Mangas et<br />

al., 1991).<br />

2.1.4.2.- Fundamentos<br />

De acuerdo con las consideraciones originales de Sorby (1858), las burbujas<br />

en las inclusiones fluidas son el resultado de una contracción diferencial de un fluido<br />

durante el enfriamiento, desde la temperatura de atrapamiento hasta la temperatura<br />

ambiente, por lo que la temperatura mínima de formación podría ser estimada mediante<br />

el calentamiento progresivo de la muestra, hasta que la burbuja de gas desapareciera. A<br />

esta temperatura en la que dos fases distintas se transforman en una fase única se conoce<br />

como temperatura de homogeneización ó Th. Al conocer la composición del fluido<br />

contenido en la inclusión junto con su temperatura de homogeneización, se puede<br />

deducir la densidad del fluido atrapado mediante la construcción de un diagrama PVT<br />

(Presión, Volumen y Temperatura) consider<strong>and</strong>o que los val<strong>ore</strong>s de masa y volumen<br />

son constantes (Mangas et al, 1991).<br />

P.C.<br />

Gas<br />

Hipercrítico<br />

P.C<br />

Líquido<br />

L<br />

Presión<br />

Sólido<br />

Líquido + Vapor<br />

Sólido + Vapor<br />

Volumen Molar<br />

Vapor<br />

Temperatura<br />

S<br />

S + V<br />

P.T<br />

T<br />

V<br />

P<br />

Fig. 2.6.- a) Bloque diagrama esquemático PVT de las fases en equilibrio en un cuerpo<br />

puro. b) Proyección plana P-T. S = sólido. L = liquido. V = vapor. PC = punto crítico. P-T<br />

= punto triple. P = presión. T = temperatura. (según Burrus, 1981).<br />

Al considerarse las inclusiones fluidas como sistemas cerrados, se asume que los<br />

cambios de fase se realizan a volumen constante. Si se considera una sección del<br />

17


sistema PVT paralela al plano P-T (Fig. 2.6) el equilibrio entre el vapor y el líquido<br />

viene representado por la curva de L+V-V, la cual termina en el punto crítico PC. <strong>El</strong><br />

equilibrio entre la fase líquida y la sólida está indicado por la curva de fusión. Estas dos<br />

curvas se cortan en el punto PT, el llamado punto triple, cuyas coordenadas son<br />

invariantes para cada cuerpo puro. En este punto hay coexistencia de las tres fases:<br />

sólido, líquido y vapor. <strong>El</strong> equilibrio entre los estados sólidos y vapor está representado<br />

por la curva de sublimación, que pasa también por el punto triple (Mangas, et al., 1991).<br />

A temperatura ambiente, una inclusión bifásica (líquido-vapor) estará situada<br />

dentro del campo de L-V. Durante el proceso de calentamiento esta inclusión se<br />

homogeneiza, y ab<strong>and</strong>ona dicho campo cu<strong>and</strong>o su contenido se hace mon<strong>of</strong>ásico<br />

(líquido, vapor o PC), de densidad constante. La temperatura de homogeneización es<br />

aquella a partir de la cual el contenido de la inclusión evoluciona a lo largo de una<br />

isocora, una línea univariante que representa las condiciones de P y T para ese fluido a<br />

una densidad constante (Fig. 2.7).<br />

Fig. 2.7.- Diagrama P-T a volumen constante, en el que se indican los cambios de fases<br />

para dos composiciones determinadas (curso J. Pironon).<br />

Las condiciones termobarométricas de atrapamiento del fluido están representadas<br />

por un punto de esa isocora. Si la presión de atrapamiento no es superior a la presión de<br />

vapor del fluido, es decir, si los fluidos están en ebullición, se considera que la<br />

18


temperatura de homogeneización corresponde a la temperatura de atrapamiento. En caso<br />

contrario, las verdaderas condiciones termobarométricas imperantes durante la captura<br />

del fluido están representadas por un punto de la isocora que puede determinarse<br />

únicamente cu<strong>and</strong>o se conozcan en forma independiente la presión o la temperatura<br />

reinantes durante el atrapamiento, utiliz<strong>and</strong>o un geotermómetro o un geobarómetro<br />

independientes.<br />

2.1.5 Microtermometría de inclusiones fluidas.<br />

Después de hacer un análisis petrográfico a detalle para determinar el grupo de<br />

inclusiones más representativo del fluido original (en función del objeto de estudio), la<br />

inclusión fluida se somete a los procesos de calentamiento y/o enfriamiento controlados<br />

mediante la utilización de una platina microtermométrica para identificar los cambios de<br />

fase y sus respectivas temperaturas (Mangas et al, 1991):<br />

a) Cambios de fase a baja temperatura para el sistema NaCl-H 2 O (Fig. 2.8):<br />

• Temperatura de comienzo de fusión o eutéctica (Te). Define el punto eutéctico del<br />

sistema y se determina la composición del fluido (sistema).<br />

• Temperatura de fusión de la hidrohalita (Th H ).<br />

• Temperatura de fusión final del hielo (Tf). Estos val<strong>ore</strong>s permiten conocer con cierta<br />

aproximación la salinidad de los fluidos atrapados.<br />

19


Fig. 2.8 Cambios de fase desde baja temperatura a temperatura ambiente para el sistema<br />

NaCl- H 2 O. (Curso J. Pironon)<br />

b) Cambios de fase durante el calentamiento de la inclusión (hasta la Th; Fig. 2.9)<br />

• Temperatura de homogeneización (Th) de la fase líquida, comprendiendo agua,<br />

salmuera, CO 2 , etc.<br />

• Temperatura de disolución de los cristales hijos (Ts), necesaria para conocer la<br />

salinidad total de la inclusión en un sistema saturado en NaCl.<br />

20


2.1.6 Fluidos Acuosos<br />

<strong>El</strong> líquido contenido en las inclusiones fluidas contiene en disolución diferentes<br />

variedades de sales. Estas suelen ser comunes a diferentes ambientes geológicos. En la<br />

mayoría de los ambientes aparecen NaCl, CaCl 2 y KCl como los compuestos más<br />

abundantes (en este mismo orden), salvo en algunos ambientes geológicos particulares<br />

en los que se pueden presentar concentraciones importantes de MgCl 2 , CaO 2 o LiCl y de<br />

volátiles como el CO 2 (Bodnar, 2003)<br />

Fig. 2.9 Cambios de la relación líquido-vapor durante el proceso de calentamiento de una<br />

inclusión fluida para el sistema NaCl- H 2 O. (Curso J. Pironon).<br />

2.1.6.1 Propiedades generales del sistema NaCl- H 2 O<br />

2.1.6.1.1 Observaciones a baja presión y temperatura<br />

Dependiendo de las condiciones P-T que afecten a este sistema se comportará de la<br />

siguiente manera (Mangas et al., 1991; Fig. 2.10):<br />

• Pueden aparecer tres fases sólidas (hielo, halita e hidrohalita) y no existe<br />

inmiscibilidad de líquidos.<br />

• Las curvas de solubilidad y críticas son continúas.<br />

• <strong>El</strong> punto eutéctico se sitúa a –20.8°C. Las inclusiones con composiciones entre 0 y<br />

61.9 % de peso equivalente. de NaCl comienzan a fundir a la temperatura eutéctica.<br />

• <strong>El</strong> Sistema tiene un eutéctico metaestable a –28°C.<br />

21


2.1.6.1.2.- Inclusiones fluidas acuosas subsaturadas<br />

Estas inclusiones fluidas presentan, a temperatura eutéctica (-20.8°C), tres fases:<br />

hidrohalita + hielo + vapor. La temperatura de inicio de fusión (Te) es importante, pues<br />

es característica de cada sistema. Si la Te es inferior a –20.8°C, esto significa que la<br />

solución estudiada es un fluido que contiene otras sales, aparte de NaCl. Por debajo de<br />

esta temperatura, el nuevo equilibrio univariante hielo + líquido + vapor es estable en<br />

las condiciones termobarométricas que señala la curva en el plano P-T. La<br />

determinación exacta de la temperatura de comienzo de fusión de la hidrohalita (Te) es<br />

importante, pues determina la composición del sistema. Si la temperatura (Te) es<br />

inferior a – 20.8ºC, esto significa que la solución estudiada es un fluido más complejo<br />

que el simple NaC1-H 2 O, lo que indica que se debe comprobar la presencia de otros<br />

iones, tales como Ca 2+ y Mg 2+ (Mangas et al., 1991).<br />

Fig. 2.10. Diagrama de estabilidad de las fases presentes en el sistema NaCl-H 2 O<br />

(Shepherd, 1985).<br />

La tensión del vapor de agua es débil a baja temperatura y presión, por lo que se<br />

puede considerar nula la salinidad del vapor que coexiste con el líquido o el sólido que<br />

sucesivamente se forma en la inclusión. Teniendo en cuenta esto, se interpreta que la<br />

salinidad de la inclusión viene dada por la medida de la temperatura de fusión (Tf).<br />

22


Al calentar la inclusión esta homogeneiza, y el fluido evoluciona a lo largo de<br />

una trayectoria P-T a volumen constante (isocora). Un incremento de la salinidad del<br />

sistema va acompañado de una débil disminución de la presión de vapor a baja<br />

temperatura, y de un incremento de la temperatura y presión en el punto crítico. Cu<strong>and</strong>o<br />

la densidad de un fluido disminuye la pendiente de las isocoras aumenta (Mangas et al.,<br />

1991).<br />

Uno de los cálculos que se realiza a partir de las mediciones microtermométricas<br />

es la presión de homogeneización, considerada como la presión mínima reinante durante<br />

el atrapamiento de la inclusión, aunque la presión de captura es normalmente superior.<br />

Esta presión junto con la temperatura de homogeneización, da el punto inicial de la<br />

isocora de un diagrama P-T. Para su cálculo existe un diagrama y una ecuación<br />

experimental definidas por Talanstev 1979 (en Mangas et al., 1991). Actualmente estos<br />

cálculos se realizan mediante s<strong>of</strong>tware especializado que utiliza las diferentes<br />

ecuaciones de estado propuestas para cada uno de los sistemas.<br />

Con este mismo diagrama se puede calcular la presión mínima necesaria para<br />

que no se llegue a producir la ebullición. Con los datos referentes a las temperaturas de<br />

homogeneización y salinidades, se puede calcular la pr<strong>of</strong>undidad de atrapamiento<br />

aplic<strong>and</strong>o el ábaco de Haas (1971) (en Mangas et al., 1991). Ahmad y Rose (1980)<br />

construyeron un ábaco para calcular aproximadamente la densidad de la solución más el<br />

vapor (Mangas et al., 1991). Estas pr<strong>of</strong>undidades solo son válidas para el caso en que el<br />

gradiente de presión sea hidrostático y existan pruebas geológicas para confirmarlo.<br />

En el caso de que la presión durante la captura hubiera sido mayor a la presión<br />

de vapor de la solución, es necesario hacer una corrección de la temperatura de<br />

homogeneización basándose en las propiedades volumétricas de la solución y en la<br />

aplicación de datos de P o T estimados mediante geotermómetros o geobarómetros<br />

independientes (Mangas et al., 1991).<br />

2.1.6.1.3-Inclusiones acuosas sobresaturadas<br />

Durante el enfriamiento natural de las inclusiones con soluciones altamente<br />

concentradas en NaCl se puede producir la nucleación de un cubo de halita. Si se<br />

calienta esta inclusión, la temperatura de disolución del cubo de halita (Tm NaCl ) permite<br />

obtener directamente la concentración de NaCl en la solución. Generalmente, después<br />

23


se observa la homogeneización, pero puede ocurrir que tanto la burbuja como el sólido<br />

desaparezcan al mismo tiempo. Este caso se interpreta como signo de ebullición.<br />

Cu<strong>and</strong>o la temperatura de disolución es superior a la temperatura de homogeneización,<br />

la diferencia Th–Tm NaCl , permite hacer una estimación aproximada de la presión de<br />

atrapamiento (Mangas et al., 1991).<br />

2.1.6.2 Propiedades Generales del Sistema H 2 O-NaCl-CaCl 2<br />

Las inclusiones fluidas pertenecientes a este sistema son muy comunes en<br />

muchos ambientes, incluyendo cuencas sedimentarias y rocas de medio a alto<br />

metamorfismo. Este tipo de inclusiones usualmente son identificadas durante su análisis<br />

microtermométricos debido a su baja temperatura eutéctica (aproximadamente –52°C)<br />

y por que la temperatura de fusión de la hidrohalita está por debajo de –21°C.<br />

Fig. 2.12.- Diagrama de Oakes para determinar salinidad y las relaciones de Ca y Na.<br />

(Oakes et al, 1990, en Levresse et al., 2006).<br />

Las inclusiones bifásicas (líquido + vapor; no saturadas) pertenecientes a este<br />

sistema, al congelarse forman una mezcla de hielo, hidrohalita, antarcticita (CaCl 2 6<br />

H 2 O) y vapor. Salvo para composiciones muy ricas en CaCl 2 , la antarcticita funde a la<br />

temperatura del eutéctico del sistema, rest<strong>and</strong>o una mezcla de pequeños cristales de<br />

hielo e hidrohalita. Al continuar el calentamiento, la hidrohalita se va fundiendo<br />

aument<strong>and</strong>o la cantidad de líquido en la inclusión hasta la temperatura de fusión del<br />

24


ultimo cristal de hidrohalita, que depende de la relación CaCl 2 /NaCl, rest<strong>and</strong>o hielo +<br />

liquido + vapor en la inclusión.<br />

Al continuar calent<strong>and</strong>o la inclusión, se obtiene la temperatura final de fusión<br />

del hielo. Utiliz<strong>and</strong>o todas las temperaturas de fusión de las diferentes fases<br />

(temperatura del eutéctico, la temperatura de fusión de la hidrohalita y la temperatura de<br />

fusión del último cristal de hielo) y su secuencia (diagrama Fig. 2.12), se puede calcular<br />

la relación en porcentaje de CaCl 2 /NaCl. Se toma la isotermas de la temperatura del<br />

eutéctico hasta que intersecte la isoterma de la temperatura de fusión de la hidrohalita.<br />

En este punto se dibuja una línea recta entre el punto de la temperatura de fusión del<br />

último cristal de hielo con el punto en que se intersectan la Te y Tfh y se extrapola hasta<br />

la base del diagrama. La forma mas exacta para calcular la salinidad es mediante la<br />

ecuación matemática del sistema, pero para utilizarla es necesario determinar mediante<br />

el diagrama la relación porcentual de la concentración de sales.<br />

25


2.1 Generalidades sobre los depósitos tipo MVT<br />

2.1.1 Introducción<br />

Los depósitos de tipo Mississippi Valley o MVT son yacimientos minerales de<br />

origen epigenético que se encuentran distribuidos por todo el mundo. Son denominados<br />

así por su localidad tipo en los gr<strong>and</strong>es yacimientos minerales de Pb y Zn de la cuenca<br />

del Valle de Mississippi en el centro de los Estados Unidos, donde fueron definidos<br />

hace 68 años (Bastin, 1939).<br />

En los últimos 25 años, se han llevado a cabo una serie de estudios que<br />

identificaron la estrecha asociación entre los yacimientos MVT y los procesos<br />

diagenéticos tardíos que sufren las series sedimentarias principalmente carbonatadas.<br />

Estos estudios sugieren que los depósitos MVT son producto de enormes sistemas<br />

hidrotermales relacionados a gr<strong>and</strong>es deformaciones corticales (e.g., Leach 1973;<br />

Garven 1985; Leach y Rowan 1986; Oliver 1986; Bethke y Marshak 1990; Oliver 1992;<br />

Symons et al. 1993, 1996b).<br />

En general estos yacimientos son una variada familia de depósitos epigenéticos<br />

encajados en rocas carbonatadas de plataforma, a menudo dolomías. Los cuerpos<br />

mineralizados son normalmente estratoligados, aunque pueden existir cuerpos<br />

discordantes o chimeneas de disolución mineralizadas. Se forman a partir salmueras de<br />

cuenca con salinidades medias a altas, a temperaturas y presiones bajas (Tritlla et al.,<br />

2006).<br />

2.1.2 Depósitos MVT<br />

Históricamente los depósitos MVT llamados “clásicos” son aquellos que se<br />

encuentran en el centro de los EEUU. Los mas nombrados son el de Tri-State, entre los<br />

estados de Missouri y Oklahoma (Hagni, 1976), los del SW de Winsconsin e Illinois<br />

(Heyl & West, 1982), los del centro y este de Tennessee (Main, 1976; Hoagl<strong>and</strong>, 1976;<br />

Rhodes et al, 1984). Sin embargo pueden localizarse depósitos similares por todo el<br />

mundo (Fig. 6.1) (Leach et al., 2001).<br />

Los distritos MVT pueden estar formados desde varias decenas a centenas de<br />

depósitos conteniendo en tonelaje (promedio) entre 300,000 y 3,000,000 toneladas de<br />

mineral por depósito, teniendo el mas gr<strong>and</strong>e hasta 18,000,000 toneladas de mineral<br />

bruto, con leyes de hasta un 65% con un promedio entre 10% y 15% de mineral<br />

26


(Sangster, 1990).<br />

<strong>El</strong> origen de los depósitos MVT ha estado sujeto a muchas discusiones, en parte<br />

debido a su gran importancia económica ( 65% y 77% de la reserva mundial de Pb y Zn,<br />

Tikkanen, 1986), a lo poco conocidos que son los procesos que actúan en su formación<br />

y a la ambigüedad con la que se presentan algunas de sus características entre los<br />

diferentes distritos.<br />

Fig. 2.1.- Distribución mundial de algunos de los depósitos MVT mas importantes (Leach<br />

et al., 2001)<br />

Todos los yacimientos de tipo MVT presentan una asociación mineral<br />

considerada típica de estos depósitos (esfalerita, galena, barita y fluorita), sin embargo<br />

en manera general los distritos mineros contienen un enriquecimiento de un mineral en<br />

particular sobre los demás. Los distritos conocidos como del Valle Alto del Mississippi<br />

y el Tri-State se encuentran caracterizados por tener una relación de contenido de<br />

minerales de Zn > Pb > Ba o F. Para los distritos del SE de Missouri la relación cambia<br />

y se tienen Pb > Zn >>Ba o F. Los distritos del centro de Missouri tienen una relación<br />

Ba > Pb o Zn > F y los distritos de Kentucky – Illinois están enriquecidos por Fluorita<br />

con una relación de F > Zn o Pb o Ba (Sverjensky, 1989).<br />

Algunas características encontradas en los distritos MVT como son las altas<br />

salinidades de sus fluidos, temperaturas moderadas, las composiciones isotópicas en δD<br />

y δ 18 O, y la composición de los elementos may<strong>ore</strong>s, son muy similares a aquellos<br />

encontrados en las salmueras de los campos petroleros actuales (Caro<strong>the</strong>rs y Kharanka,<br />

1978, 1980; Carpenter et al., 1980; Roedder, 1967, 1977; Hanor, 1979; Kharaka et al.,<br />

27


1980; Sverjensky, 1968, 1974, 1981; Tritlla et al., 2006).<br />

Estas similitudes condujeron a la formación de la idea de que los fluidos<br />

mineralizad<strong>ore</strong>s en realidad son verdaderas salmueras de cuenca (White, 1958; 1968;<br />

Ohle, 1980; Sverjensky, 1984; Tritlla et al., 2006). Estas ideas establecen que fluidos<br />

salinos de alta temperatura, similares a las salmueras de los campos petroleros, migraron<br />

fuera de las cuencas sedimentarias, hasta encontrar trampas estructurales, químicas o<br />

térmicas en la que eventualmente precipitaron minerales, recorriendo distancias de hasta<br />

varios cientos de kilómetros.<br />

2.1.3 Características Regionales<br />

Los depósitos MVT se encuentran ligados a secuencias de plataforma que<br />

circundan cuencas sedimentarias. Suelen formarse durante las fases de deformación del<br />

orógeno o durante las fases de relajación tectónica subsiguiente (Tritlla et al., 2006,<br />

2007)<br />

En general, los depósitos son epigenéticos y aparecen encajonados en secuencias<br />

carbonatadas de aguas someras, distribuyéndose espacialmente en cientos o miles de<br />

kilómetros cuadrados,<br />

Algunos depósitos se encuentran en asociación con arrecifes. Estos suelen<br />

situarse en altos del basamento como en el distrito Gayna River en Canadá (Ak<strong>and</strong>e et<br />

al. 1984); atolones rode<strong>and</strong>o altos del basamento como los distritos del sur este de<br />

Missouri (Larsen, 1977), en las líneas de máxima curvatura de pliegues, que pueden ser<br />

controlados por el basamento como en Pine Point (Rhodes, 1984) o en Gayna River<br />

(Hewton, 1982). La asociación con arrecifes radica en rápidos cambios de fácies<br />

laterales en la roca de caja (Sangster, 1990).<br />

Establecer las relaciones tectónicas entre los yacimientos de tipo MVT y el<br />

marco regional que lo rodea ha sido difícil de llevar a cabo. Muchos de los casos han<br />

sido complicados debido al pobre control que se tiene en las edades de la<br />

mineralización. (Bradley et al., 2003) debido a que los depósitos MVT se caracterizan<br />

por contener minerales con bajos contenidos en elementos que sean susceptibles de ser<br />

utilizados para fechamientos isotópicos. Cu<strong>and</strong>o es posible establecer algún tipo de<br />

edad (fechamiento isotópico o paleomagnético) las discrepancias debido a los rangos de<br />

error llegan a ser muy importantes (±10 a 20 Ma.; Leach et al., 2001 a). Cu<strong>and</strong>o no es<br />

28


posible fechar dichos depósitos, se ha tenido que optar por utilizar evidencias<br />

geológicas (sucesiones geológicas, emplazamientos, fracturas etc.), poniendo así la<br />

mineralización en el marco tectónico regional (Bradley & Leach, 2003).<br />

2.1.4 Características Generales de los depósitos MVT<br />

Estas son las características que se consideran comunes a todos los depósitos<br />

MVT alrededor del mundo (Sverjensky, 1986, 1989; Anderson y Macqueen, 1982;<br />

Leach et al., 1986a, b; Leach y Sangster, 1993; Tritlla et al. 2006):<br />

1) Suelen encajarse en series carbonatadas de plataforma, con espes<strong>ore</strong>s variables.<br />

2) Son mineralizaciones epigenéticas, constituidas por la acumulación de diferentes<br />

minerales como esfalerita, galena, pirita, marcasita, calcita, dolomita, barita,<br />

fluorita, celestina, calcopirita y cuarzo.<br />

3) Se forman a poca pr<strong>of</strong>undidad, en los bordes de altos del basamento, normalmente<br />

rode<strong>and</strong>o cuencas sedimentarias.<br />

4) Los depósitos se encuentran acompañados por materia orgánica, tanto hidrocarburos<br />

como bitumen tanto libres como atrapados bajo la forma de inclusiones fluidas en<br />

los minerales constituyentes del depósito.<br />

5) Poseen una morfología muy variada, y consisten en mantos de reemplazamiento, de<br />

masivos a b<strong>and</strong>eados; rellenos de bolsadas en ocasiones de origen kárstico (karst<br />

hidrotermal); cement<strong>and</strong>o brechas hidráulicas o de colapso; rellen<strong>and</strong>o fracturas o<br />

filones; etc. Suelen estar limitados a un solo nivel estratigráfico.<br />

6) Los distritos suelen estar formados por un numero elevado de depósitos de pequeño<br />

tonelaje, con unas leyes promedio del 10% de Zn+Pb. La distribución de estos<br />

depósitos suele estar controlada por elementos estratigráficos, estructurales o la<br />

combinación de ambos, localizándose siempre en unos niveles determinados, de ahí<br />

su carácter estratoligado.<br />

7) Cubren áreas muy extensas de cientos a miles de kilómetros cuadrados; form<strong>and</strong>o<br />

en ocasiones, provincias metalogenéticas.<br />

8) Texturalmente, los sulfuros muestran una gran variedad textural que va desde<br />

reemplazamientos coloidales de grano muy fino hasta gr<strong>and</strong>es cristales (de hasta<br />

decenas de centímetros) ocup<strong>and</strong>o gr<strong>and</strong>es cavidades. Las texturas son indicativas<br />

29


de precipitación rápida (col<strong>of</strong>ormes, dendríticas, esqueléticas) y pueden ser las<br />

predominantes en algunos depósitos.<br />

9) En su mayoría aparecen encajonados en series estratigráficas carbonatadas,<br />

generalmente dolomitizadas. No obstante existen algunos depósitos que encajan en<br />

rocas siliciclásticas: Laisvall en Suecia (Rirckard, 1983; Lindblom, 1986),<br />

Largentiére y St Sébastien d´Aigrefeuille en Francia (Ngoyanadji, 1988), Yava y<br />

George Lake en Canadá (Sangster & Vaillancourt, 1990) etc.<br />

10) Genéticamente, no están asociados a rocas ígneas.<br />

11) Están asociados en la mayoría de los casos a regímenes tectónicos tanto<br />

compresionales como extensionales.<br />

12) Se encuentran dispersos en el tiempo geológico sin una disposición particular.<br />

13) Estos depósitos se han formado a partir de soluciones de cuenca similares a las<br />

aguas de formación petroleras, con temperaturas, determinadas mediante inclusiones<br />

fluidas. <strong>El</strong> mecanismo más viable para el transporte de Zn y Pb es mediante<br />

complejos clorurados; el F se puede transportar mediante complejos de Mg y Ca<br />

(Spirakis, 1984; Tritlla et al. 2004). A menudo, los fluidos acuosos están<br />

acompañados por metano, hidrocarburos líquidos y bitumen.<br />

14) La composición isotópica del oxígeno y del carbono de las rocas encajonantes está<br />

ligeramente empobrecida con respecto a las rocas regionales, hecho que indica que<br />

recristalizaron en presencia de un fluido.<br />

15) Las composiciones isotópicas de oxigeno y deuterio de las aguas contenidas en las<br />

inclusiones fluidas son similares las de los fluidos presentes en las cuencas<br />

sedimentarias.<br />

16) Los datos isotópicos de plomo, muy radiogénicos, sugieren un origen crustal para<br />

los metales, que muy probablemente fueron lixiviados de los materiales<br />

sedimentarios de la misma cuenca, o bien de materiales presentes en el zócalo. <strong>El</strong><br />

origen del azufre está casi siempre asociado a una fuente evaporítica (evaporación<br />

de agua marina; lavado de evaporitas), aunque el amplio rango de composiciones<br />

que suelen observarse en algunos depósitos sugiere que esta composición puede<br />

estar modificada por procesos de oxidación/reducción en presencia de materia<br />

orgánica.<br />

30


17) La reconstrucción del grosor total de sedimentos por encima de la mineralización en<br />

el momento en que esta se formó, junto con un gradiente geotérmico anómalo,<br />

permiten calcular temperaturas en el área mineralizada que siempre son inferi<strong>ore</strong>s a<br />

las encontradas mediante inclusiones fluidas.<br />

2.1.5 Texturas.<br />

Las texturas presentes en las mineralizaciones MVT son muy variables. En<br />

algunos distritos se aprecian texturas relacionadas con relleno de cavidades producidas<br />

por la propia diagénesis (geodas, drusas, cavidades karsticas, etc.) o por los procesos de<br />

mineralización (“karst hidrotermal”, Dzulinski & Sass-Gustkiewickz, 1985), gener<strong>and</strong>o<br />

así minerales que van desde gr<strong>and</strong>es cristales idiomórficos hasta estructuras b<strong>and</strong>eadas<br />

botroidales de pequeños cristales alotriomórficos (Tritlla y Canals, 1997; Tritlla et al.,<br />

2006). Se encuentran también de forma característica en estos depósitos las brechas<br />

gravitacionales, formadas por colapsos de cavidades (Ohle, 1985; Tritlla et al., 2006,<br />

2007).<br />

La dolomita en “silla de montar” es una textura típica que aporta información<br />

sobre las condiciones de precipitación, Machel (1987) menciona que son producto<br />

típico de la reducción termoquímica del sulfato (TSR). Se presenta en forma de cristales<br />

idiomórficos con col<strong>ore</strong>s, blanco, aperlado, nacarado, con extinción ondulante y gran<br />

cantidad de inclusiones fluidas (Tritlla et al., 2006).<br />

Las ritmitas también conocidas como texturas “cebra” o “laminadas”, son<br />

debidas a la alternancia de b<strong>and</strong>as oscuras y claras. Según Fontboté (1993) la<br />

disposición en forma de b<strong>and</strong>as corresponde a un reemplazamiento parcial (b<strong>and</strong>as<br />

oscuras) y completo (b<strong>and</strong>as claras) de los carbonatos por la mineralización. Estas<br />

texturas se presentan en una variada cantidad de minerales como: baritina, fluorita,<br />

ankerita, siderita, magnesita, dolomita, pirita, esfalerita, celestina, yeso, entre otros<br />

(Tritlla y Canals, 1997; Tritlla et al. 2006).<br />

2.1.6 Génesis<br />

Se han propuesto un conjunto de modelos genéticos en la literatura para explicar<br />

algunos de los fenómenos que dan lugar a los depósitos MVT. Estos incluyen el origen<br />

de los fluidos, la fuente de los metales, la relación de los fluidos mineralizad<strong>ore</strong>s con las<br />

31


salmueras de las cuencas petroleras, etc. Las ideas propuestas sobre estos fenómenos<br />

varían de distrito a distrito y en general algunos aut<strong>ore</strong>s han aceptado solo unos pocos<br />

modelos de flujo de aguas y sobre los mecanismos de transporte y precipitación de los<br />

minerales.<br />

Modelos de circulación<br />

De los modelos propuestos sobre la circulación de los fluidos, los más aceptados<br />

son (ver Tritlla et al., 2006):<br />

1) Flujo activado por movimientos tectónicos (“Tectonically-driven flow”, Oliver<br />

1975), la corteza es sometida a esfuerzos, los cuales con el paso del tiempo forma<br />

patrones de flujo de aguas. Debido a que la deformación tectónica es muy lenta, las<br />

velocidades de flujo son lentas.<br />

2) Flujo por bombeo sísmico (Sibson et al., 1975). Este tipo de flujo genera<br />

velocidades de circulación altas a escalas locales, como en los yacimientos de Hg<br />

encajados en rocas carbonatadas en Castellón, España (Tritlla y Calderach, 1997).<br />

3) Flujo debido a procesos diagenéticos (Sharp, 1978), en caso de cuencas<br />

sobrepresurizadas, el rápido acumulamiento de sedimentos y la subsidencia, genera<br />

presiones hidrostáticas suficientes para la expulsión de las aguas intraformacionales<br />

(connatas), en caso de que no exista sobrepresión en la cuenca el modelo generará<br />

velocidades de circulación muy bajas perdiendo así temperatura, lo cual bajo estas<br />

circunstancias este modelo no es propicio para la circulación de fluidos<br />

mineralizad<strong>ore</strong>s.<br />

4) Flujo debido a gradiente topográficos (“Gravity-driven flow”, Garven y Freeze,<br />

1984), en el cual las aguas meteóricas infiltradas dentro de los edificios orogénicos<br />

fluyen por acción de la gravedad a las zonas bajas de las cuencas f<strong>ore</strong>l<strong>and</strong> asociadas.<br />

Este modelo permite velocidades relativamente altas de circulación (hasta 10 metros<br />

por año) por largos periodos de tiempo y es el más aceptado para los yacimientos<br />

MVT.<br />

32


Mecanismos de transporte y precipitación<br />

Algunos mecanismos aceptados para el transporte y la precipitación son:<br />

1) Anderson & Macqueen (1982) proponen que los fluidos lixivien y transportan los<br />

metales y otras soluciones durante su paso por las rocas.<br />

2) Sverjensky (1984) propuso el modelo del acuífero, el cual establece que durante la<br />

migración de los fluidos la interacción agua-roca provoca reacciones químicas y<br />

termodinámicas que libera metales de la roca y son transportados en forma iónica.<br />

Este fluido contiene azufre en forma reducida junto con los metales como en los<br />

depósitos Sedex, y es precipitado por cambios en el pH, dilución y descenso en la<br />

temperatura (Lydon, 1983).<br />

3) Barton (1967), Anderson (1983) y Anderson & Graven (1987) crean un modelo de<br />

Reducción de sulfato, a diferencia de Beals y Jackson, consideran que los sulfatos y<br />

los metales son transportados en solución por el mismo fluido y la precipitación se<br />

da por la reducción del sulfato por agentes reduct<strong>ore</strong>s como la materia orgánica<br />

dentro de las rocas cercanas al depósito.<br />

4) Barnes (1983) propone que los metales son transportados form<strong>and</strong>o complejos con<br />

la materia orgánica en fluidos neutros o alcalinos y la precipitación se da a<br />

consecuencia de una disminución del pH o por oxidación.<br />

5) Beals & Jackson (1966, 1967), y Anderson (1975) establecen que la precipitación de<br />

los minerales se da por la mezcla de dos fluidos diferentes, un fluido clorurado con<br />

los iones metálicos en suspensión que luego se mezcla con otro fluido con azufre<br />

reducido H 2 S de origen bacteriológico. Este es el modelo mas aceptado para la<br />

precipitación de minerales en los depósitos MVT<br />

Los fluidos involucrados en el transporte, en su mayoría, tienen características<br />

en común, pero las pequeñas diferencias en el comportamiento geoquímico, en sus<br />

zonas de flujo y recarga de minerales, así como en los procesos operantes en el sitio de<br />

precipitación y <strong>deposit</strong>o, resultan en diferencias importantes entre un yacimiento y el<br />

otro (por Ej. Sverjensky, 1984).<br />

33


34


Capitulo III<br />

Metodología, Técnicas y Equipos<br />

35


36


3.1 Metodología<br />

3.1.1 Selección de las muestras<br />

A partir de un levantamiento geológico y un muestreo detallado se llevó a cabo<br />

la descripción macroscópica de las muestras, su corte y laminación. Para los estudios<br />

petrológicos y de secuencia paragenética se utilizaron láminas delgadas st<strong>and</strong>ard; para<br />

el estudio de inclusiones fluidas se obtuvieron láminas gruesas (100-150 μm)<br />

doblemente pulidas.<br />

<strong>El</strong> estudio petrológico consistió en la determinación de la sucesión mineral, la<br />

determinación de los tipos texturales presentes y la secuencia de eventos en el depósito.<br />

Para el análisis microtermométrico de inclusiones fluidas se obtuvieron muestras<br />

de los cristales más transparentes y menos deformados, tanto de fluorita como de<br />

celestina, para evitar problemas de modificación post-atrapamiento de las inclusiones<br />

fluidas.<br />

3.1.2.-Descripción Macroscópica<br />

De las muestras obtenidas se hicieron bosquejos generales y fotografías para<br />

determinar la disposición de los minerales, se determinó la secuencia de texturas<br />

macroscópicas, la morfología y disposición de los cristales, los tipos porosidad y/o<br />

cavidades y el grado de reemplazamiento de la roca encajonante. En base a estas<br />

observaciones se seleccionaron las mej<strong>ore</strong>s y más representativas muestras para su<br />

estudio petrográfico, así como para la realización de las superficies doblemente pulidas<br />

para el estudio microtermométrico de inclusiones fluidas. Durante esta etapa se utilizó<br />

una lupa de mano de 10X, ácido clorhídrico (HCl) al 10% y una cámara fotográfica<br />

digital.<br />

3.1.3.- Laminación<br />

La laminación se llevó a cabo en el Taller de Laminación del Centro de<br />

Geociencias de la UNAM (Juan Tomás, laminador). Las muestras de gran formato se<br />

cortaron inicialmente con sierras de disco diamantado refrigeradas mediante agua; las<br />

muestras ya con formato para laminación se cortaron mediante una sierra diamantada de<br />

baja velocidad lubricada por agua Struers Minitom. Se realizaron dos tipos diferentes de<br />

láminas:<br />

37


3.1.3.1.- Laminas Delgadas (L.M.)<br />

Una vez obtenido el dado de roca, este se prepara mediante el pulido de una de<br />

sus caras a mano mediante el empleo de polvos abrasivos de carborundum de tamaños<br />

de grano sucesivamente más finos. Una vez obtenida una superficie regular, esta<br />

muestra es pegada a un portaobjetos de vidrio libre de tensiones y de tamaño estándar<br />

mediante una resina de curado UV que presenta un índice de refracción similar al<br />

bálsamo de Canadá. Este conjunto roca-lámina es desbastado hasta un espesor<br />

aproximado de 100 micras utiliz<strong>and</strong>o una laminadora Petrothin Buehler. <strong>El</strong> acabado<br />

final de la muestra se realizó a mano utiliz<strong>and</strong>o polvo abrasivo de carborundum hasta<br />

obtener una lámina de aproximadamente 33 micras de grosor (carbonatos con col<strong>ore</strong>s de<br />

cuarto y cuarzo con col<strong>ore</strong>s de primer orden según la tabla de Michel-Levy). Las<br />

láminas así obtenidas fueron cubiertas mediante un cubreobjetos de vidrio pegado con la<br />

misma resina de curado UV. Se laminaron 20 muestras entre la roca encajonante,<br />

celestina y fluorita.<br />

3.1.3.2.- Laminas doblemente pulidas para microtermometría<br />

Las muestras seleccionadas para el estudio de inclusiones fluidas fueron<br />

incluidas en resina de baja temperatura de curado, para facilitar su posterior<br />

manipulación. La baja temperatura de curado es crucial para no sobre calentar las<br />

inclusiones que pudiesen contener estas muestras, provoc<strong>and</strong>o la modificación de las<br />

propiedades volumétricas de las mismas (decrepitación). Una vez obtenido la inclusión<br />

con resina, se desbasta una cara de la muestra mediante abrasivo de carborundum, y se<br />

prepara para su pulido metalográfico. Este se realiza mediante una pulidora<br />

metalográfica Discoplan CS Struers y abrasivo de diamante de 3 y 1 μ de diámetro. Una<br />

vez se ha obtenido una superficie con brillo “espejo”, la muestra se pega a un<br />

portaobjetos por la cara pulida mediante una resina que sea soluble en acetona. La<br />

muestra se corta y se desbasta hasta un grosor que depende del grado de transparencia<br />

de la misma. Cuanto más gruesa sea la lámina, más posibilidades de encontrar<br />

inclusiones fluidas abundantes. No obstante, cuanto más gruesa, también será menos<br />

transparente, por lo cual es importante llegar a un buen equilibrio entre ambos<br />

parámetros.<br />

A continuación, se pule la nueva cara de la muestra así obtenida, a grado espejo.<br />

Para el estudio microtermométrico se separaron en una caja de petri con acetona las<br />

38


muestras del portaobjetos, se limpian de resina ya que estas se degradarían durante su<br />

calentamiento. Y se fracturan para que puedan ser introducidas en las cápsula de vidrio<br />

de cuarzo de la platina microtermométrica. Antes del despegado de la muestra, es<br />

necesario realizar su estudio petrográfico.<br />

Se laminaron 9 muestras de las cuales 8 fueron utilizadas para microtermometría<br />

de inclusiones fluidas acuosas y una para el estudio de inclusiones fluidas con<br />

hidrocarburos.<br />

3.1.3.3.- Petrografía<br />

Las laminas delgadas a 33 micras, fueron estudiados mediante microscopía<br />

óptica de polarización con un microscopio Leica DML-P triocular, con objetivos de 5X,<br />

10X, 20X y 40X, una fuente halógena de 100 w, duplicador de aumentos y cámara<br />

fotográfica digital Olympus DP11 del laboratorio de Geoquímica de Fluidos Corticales<br />

del Centro de Geociencias de la UNAM (Querétaro). Se obtuvieron fotografías de todas<br />

la láminas delgadas (con y sin analizador) a la vez que se realizó el estudio petrográfico,<br />

realizándose un bosquejo general de cada una de las láminas.<br />

3.1.3.4.- Petrografía de las inclusiones fluidas<br />

Se realizó un bosquejo de la situación de las inclusiones fluidas en las muestras<br />

seleccionadas, para así definir su carácter (primario, secundario o pseudosecundario); la<br />

situación general de las inclusiones, su grado de relleno, la presencia de hidrocarburos,<br />

cristales atrapados o cristales hijos, fracturas visibles. Esto se utiliza para determinar las<br />

relaciones de las inclusiones fluidas con la sucesión paragenética y los pulsos de fluidos<br />

que originaron los minerales y a su vez para la localización física de las inclusiones<br />

fluidas que se pretendan estudiar. <strong>El</strong> equipo fue el mismo que se utilizó para la<br />

petrografía de láminas delgadas del laboratorio de Geoquímica de Fluidos Corticales del<br />

Centro de Geociencias de la UNAM.<br />

3.2.- Técnicas y Equipos<br />

3.2.1.- Microtermometría<br />

Es el método más utilizado para el estudio de las inclusiones fluidas y se basa en<br />

el estudio de las temperaturas a las que se ocurren cambios de fase en los fluidos que<br />

39


contienen las inclusiones. Las temperaturas de fusión dan val<strong>ore</strong>s indicativos sobre la<br />

naturaleza del fluido así como de su composición química, la cual puede calcularse<br />

debido a que el punto de fusión de un fluido se encuentra intrínsecamente relacionado<br />

con el contenido de sales y disminuye a medida la temperatura de fusión (Tf)<br />

proporcionalmente con el aumento de las sales en el medio acuoso (Ley de Raoult).<br />

Las temperaturas de homogeneización se consideran como temperaturas de<br />

formación de las inclusiones, siempre que la presión durante su captura no haya<br />

excedido la presión de vapor de equilibrio de la solución (ebullición). En el caso<br />

contrario será necesario introducir correcciones de temperatura debidas a la presión<br />

(Shepherd, 1985). Las temperaturas de homogeneización permiten estimar temperaturas<br />

de atrapamiento, siempre y cu<strong>and</strong>o la presión de captura no haya excedido la presión del<br />

vapor, en caso de contrario ha de introducir una corrección por presión, estimada<br />

mediante un geobarómetro o geotermómetro independiente. También estas temperaturas<br />

permiten estimar la densidad del fluido, teniendo en un principio la composición<br />

química dada por la temperatura de fusión. <strong>El</strong> rango de estudio (según cada aparato) de<br />

este método va desde los –180 a 600°C aproximadamente (Mangas, et al., 1991)<br />

3.2.1.1.- Instrumental<br />

<strong>El</strong> análisis se realiza con la ayuda de un microscopio petrográfico de luz<br />

transmitida sobre cuya platina se coloca una platina térmica que permite el<br />

calentamiento de muestras hasta +600°C y el enfriamiento hasta cerca de los -196°C<br />

mediante la utilización de nitrógeno líquido. Dicha platina está conectada a una consola<br />

de medida y regulación electrónica en la que las variaciones de temperatura son<br />

controladas automática o manualmente. <strong>El</strong> estudio se realizo en el laboratorio de<br />

Geoquímica de Fluidos Corticales del Centro de Geociencias de la UNAM. Se<br />

utilizaron dos equipos para el estudio microtermométrico de las inclusiones fluidas.<br />

3.2.1.1.1-Platina Chaixmeca<br />

Esta platina térmica consiste en un bloque cilíndrico de latón que se coloca<br />

sobre la platina del microscopio. <strong>El</strong> cilindro posee un solenoide hueco que permite la<br />

circulación del nitrógeno líquido para descensos de temperatura, una resistencia para<br />

aumentos de temperatura, y una ventana de observación por la que cruzan los rayos del<br />

microscopía hacia los objetivos. Posee un regulador termopar que mide instantánea y<br />

40


continuamente la temperatura de la muestra el cual aparece en un tablero digital de<br />

cuatro dígitos con una resolución de ± 0.1ºC (Fig. 3.1).<br />

Fig. 3.1 Corte esquemático de la platina calentadora-refrigeradora Chaixmeca (Poty et al.,<br />

1976): 1) Sonda de resistencia de platino. 2) Cámara en la que se <strong>deposit</strong>a la muestra. 3)<br />

Condensad<strong>ore</strong>s ópticos. 4) Solenoide hueco para la circulación de nitrógeno líquido. 5)<br />

Filtro de rayos infrarrojos. 6) Resistencias eléctricas, para producir el calentamiento<br />

(Mangas et al., 1991).<br />

<strong>El</strong> censor de la platina está desplazado ligeramente con relación a la muestra,<br />

debido a que no podría existir una ventana por la que se pudiera observar la muestra.<br />

Esto causa gradientes térmicos desiguales, al ser la temperatura de a la que se encuentra<br />

la muestra diferente a la del censor. Para realizar la calibración necesaria se utilizan dos<br />

patrones de comparación: (1) inclusiones fluidas sintéticas (H 2 O pura, CO 2 puro y<br />

soluciones salinas), cuyos val<strong>ore</strong>s de temperatura de homogeneización y fusión son<br />

conocidos, (2) compuestos sintéticos (Ej. urea). Se colocan dentro de la platina estos<br />

compuestos con inclusiones sintéticas cuyo punto de fusión ya es conocido. Se congelan<br />

y luego se dejan regresar a la temperatura ambiente para observar el punto de fusión.<br />

Una vez observado el punto de fusión se elabora una gráfica con los puntos de fusión<br />

reales y los observados.<br />

<strong>El</strong> calentamiento mediante la platina Chaixmeca se realiza por medio de una<br />

resistencia eléctrica (18 v / 8.5 A) incorporada a la platina, la temperatura se controla<br />

con un reóstato situado en la consola. Para que el objetivo no se caliente durante la<br />

41


observación, se le rodea con un serpentín de refrigeración por el que pasa una corriente<br />

de agua. Es necesario un calentamiento lento para que no se produzca un desequilibrio.<br />

La muestra se congela mediante la circulación de nitrógeno líquido proveniente<br />

de un dewar presurizado, conectado a una bomba de presión, en el cual se introduce una<br />

resistencia eléctrica controlada por un transformador de regulación continua (Fig. 3.2).<br />

Con este método se consigue alcanzar temperaturas próximas a –150ºC, pero con un<br />

gran consumo de nitrógeno líquido. La muestra y el objetivo están aislados de la<br />

atmósfera por la cubierta metálica y un tubo de plástico que enlaza el objetivo con la<br />

platina. Para lograr un cierre hermético se coloca un aislante de plástico alrededor del<br />

objetivo, y para evitar la condensación de agua sobre la preparación, se ponen varios<br />

granos de gel de sílice a su alrededor.<br />

Fig. 3.2 Fotografía del equipo térmico Chaixmeca. a) Dewar contenedor de nitrógeno. b)<br />

Bomba conductora de nitrógeno. c) Microscopio con platina térmica montada. d)<br />

Regulador termopar (Laboratorio de geoquímica de fluidos corticales, CGEO, UNAM).<br />

3.2.1.1.2-Platina Linkam THMSG-600<br />

Este es un modelo de platina enfriadora y calentadora mas s<strong>of</strong>isticada y fue creada<br />

para tener un mayor control en los procesos de calentamiento y enfriamiento. La muestra<br />

se posiciona directamente sobre un bloque pequeño de plata que contiene una ventana<br />

cubierta por una lámina de cuarzo cortado paralelamente al eje cristalográfico C, en el<br />

centro de una celda térmica de aluminio desmontable. Este bloque de plata contiene una<br />

42


esistencia de platino para calentarlo, y un termopar que permite medir la temperatura<br />

dentro del bloque de plata, no en la superficie de la lámina de cuarzo. En su interior existe<br />

una cavidad con forma solenoide conectada a dos tubos de acero inoxidable conectados a<br />

la entrada y salida de nitrógeno líquido y que, a su vez, mantienen el bloque de plata<br />

elevado, sin tocar las paredes inferior y superior de la cámara de la platina.<br />

Esta platina posee dos secciones desmontables con dobles ventanas de un vidrio<br />

muy fino para dejar pasar la luz del microscopio y dejar totalmente aislado la platina del<br />

exterior. <strong>El</strong> aire que queda atrapado dentro de la cámara de la platina puede ser extraído<br />

utiliz<strong>and</strong>o nitrógeno gas, el cual se inyecta a la platina y por diferencia de densidades<br />

desplaza al aire dentro de la platina. Cuenta con dos tornillos de movimiento en los ejes<br />

X – Y, lo cual permite estudiar muchos puntos dentro de la misma muestra, haciendo su<br />

uso más cómodo.<br />

Fig. 3.3.- Platina térmica Linkam THMS600 (www.linkam.co.uk).<br />

La platina modelo THMSG600 (Fig. 3.3) tiene 3 conexiones directas, una para el<br />

tubo capilar que lo conecta con el dewar que contiene el nitrógeno, otra que se conecta<br />

al controlador de temperatura conecta a la resistencia que controla la temperatura y uno<br />

tercero que se conecta a la bomba de vació que controla el flujo de nitrógeno. La platina<br />

posee 2 conexiones extras que funcionan como sistema de purgación del aire contenido<br />

dentro de la platina. Uno se conecta a la bomba de vació, el cual bombea aire hacia la<br />

platina y otro que sirve como válvula que se abre o cierra dependiendo del sentido de la<br />

purgación.<br />

43


Posee 3 controlad<strong>ore</strong>s digitales:<br />

1) Controladora (TMS94) programable para descensos y aumentos de temperatura<br />

(manuales o automáticos), que puede programarse directamente sobre el aparato o por<br />

medio de una computadora conectada a la interfase de control térmico. <strong>El</strong> sistema de<br />

control digital térmico, maneja los cambios en la temperatura por medio de una<br />

resistencia de platino acoplada a un termopar que está colocada dentro del bloque de<br />

plata.<br />

2) Control de bombeo del nitrógeno (THM-LNP94) (Fig. 3.4), el cual al encenderse<br />

genera un vació que por efecto Bernoulli extrae en 4 velocidades diferentes nitrógeno<br />

del dewar que lo contiene manual o automáticamente. <strong>El</strong> envase térmico es un dewar<br />

LNP94/2 (Fig. 3.4) con capacidad para 3 litros de nitrógeno liquido, posee un tubo<br />

capilar protegido con una recubrimiento de poliuretano para su aislamiento, el cual<br />

se conecta directamente a la platina.<br />

3) Mezcladora de video (TMS94) y una cámara de video montada sobre el<br />

microscopio, a través de los cuales se pueden observar los análisis térmico en un<br />

monitor y grabar en video simultáneamente la imagen real de la muestra bajo<br />

observación mezclada con el termómetro del aparato (Shepherd, 1981).<br />

Fig. 3.4.- Controladora de temperatura (TMS94), bomba de nitrógeno y dewar (THM-<br />

LNP94/2) (www.linkam.co.uk)<br />

Al poder controlar los cambios de temperatura y poder ser grabado, la platina<br />

Linkam se utiliza para trabajos de mayor detalle, en los que es mas probable encontrar las<br />

fases que en la Chaixmeca son difíciles de observar como la temperatura del eutéctico,<br />

44


temperatura de fusión de la hidrohalita, así como las fases de los hidratos de gas<br />

(clatratos). Los rangos de precisión son mucho mej<strong>ore</strong>s (+-0.1°C) y la posibilidad de<br />

controlar el flujo del nitrógeno es mas precisa, lo cual permite un mejor consumo y un<br />

mejor aislamiento térmico.<br />

Para el caso “<strong>El</strong> <strong>Tule</strong>” se utilizó esta platina para apreciar los cambios de fase<br />

difíciles de observar en la platina Chaixmeca. La platina utilizada cuenta con una<br />

cámara de video Sony Digital Color Camera acoplada al microscopio (Fig 3.5). Esta<br />

platina esta montada en un microscopio petrográfico Leica DML-P, con objetivos de 5x,<br />

10x, 20x y uno PLAN-fluorita de ultra larga distancia de trabajo 50x, una fuente de luz<br />

de halógeno de 100 w y duplicador de aumentos.<br />

Fig. 3.5 Equipo Linkam del Laboratorio de geoquímica de fluidos corticales del CGEO,<br />

UNAM.<br />

3.2.2.- Microscopía UV (flu<strong>ore</strong>scencia ultravioleta, UVF)<br />

La fotoluminiscencia se origina por la excitación de una molécula mediante<br />

fotones y dependiendo del grado de excitación se desarrollan ciertas propiedades como<br />

la flu<strong>ore</strong>scencia (respuesta de luz inmediata) y la fosf<strong>ore</strong>scencia (respuesta retardada de<br />

la luz). La flu<strong>ore</strong>scencia se utiliza en el estudio de inclusiones fluidas con petróleo<br />

debido a que la mayoría de los hidrocarburos al ser excitados emiten luz en el rango<br />

visible (400-700 nm.). Esta emisión de flu<strong>ore</strong>scencia de las moléculas orgánicas se debe<br />

a la vibración de moléculas con doble enlace de carbono (Munz, 2001).<br />

45


Como fuente de excitación se utiliza una lámpara de mercurio a alta presión así<br />

como filtros para limitar la longitud de onda de la flu<strong>ore</strong>scencia de los hidrocarburos<br />

(aproximadamente 480 nm). <strong>El</strong> espectro de luz emitida puede ser cuantitativamente<br />

determinado por un espectrómetro, o cualitativamente determinado por observación del<br />

color de la luz flu<strong>ore</strong>scente. La relación entre los col<strong>ore</strong>s de flu<strong>ore</strong>scencia y la<br />

composición es altamente compleja. Los principales componentes químicos que<br />

provocan la flu<strong>ore</strong>scencia son los hidrocarburos aromáticos (Munz, 2001), sin embargo,<br />

la existencia de compuestos dominados por N, S u O pueden alterar la flu<strong>ore</strong>scencia<br />

bajo ciertas longitudes de onda (Khavari Khorasani, 1987), efecto que para evitarse<br />

deben de utilizarse filtros adecuados.<br />

Absorción UV<br />

<strong>El</strong>ectrón Excitado<br />

Emisión de Luz<br />

Espectro de luz blanca<br />

Longitudes de onda visibles<br />

Fig. 3.5.- Principio de flu<strong>ore</strong>scencia. <strong>El</strong> electrón absorbe los rayos UV, es excitado y<br />

cambia su nivel de energía y luego es liberado en forma de luz visible. (Curso J. Pironon)<br />

En la mayoría de los casos la composición de los hidrocarburos y, por lo tanto,<br />

su flu<strong>ore</strong>scencia dependen en mucho del origen, madurez térmica y ciertos aspectos de<br />

migración y degradación biológica. Así ciertas propiedades como la gravedad API<br />

pueden determinarse (cualitativamente) por el color de la flu<strong>ore</strong>scencia. Los aceites<br />

pesados muestran emisiones a mas altas longitudes de onda que los aceites ligeros (Fig.<br />

46


3.7), lo cual dependiendo de los filtros utilizados, serían col<strong>ore</strong>s amarillos y rojos para<br />

los aceites pesados, y azules o blancos para los aceites ligeros (Munz, 2001).<br />

Fig. 3.6.- (Izquierda) Equipo utilizado para la microscopía UV del laboratorio de<br />

Geoquímica de fluidos corticales del Centro de Geociencias, UNAM, Campus Juriquilla.<br />

(Derecha) Equipo utilizado para la microscopía UV del Laboratorio CREGU en Nancy,<br />

Francia.<br />

Para este estudio se utilizó un microscopio Olympus BX 51 con objetivos de 5x,<br />

10x y 50x de ultra largo alcance, con cámara digital integrada Evolution MP Color de<br />

Media Cybernetics (Fig. 3.6), con una fuente UV Olympus de longitud de onda de 480<br />

n.m.<br />

A<br />

B<br />

Fig. 3.7.- Imágenes de inclusiones fluidas con petróleo tomadas bajo luz transmitida<br />

(izquierda) y bajo flu<strong>ore</strong>scencia UV (derecha). a) Flu<strong>ore</strong>scencia azul de una inclusión con<br />

47


aceites ligeros. b) Flu<strong>ore</strong>scencia naranja de una inclusión fluida con aceites pesados<br />

(Pironon et al., 2004)<br />

3.2.3.- Microespectroscopía Raman<br />

<strong>El</strong> efecto Raman es un proceso en el que se produce una dispersión inelástica<br />

durante la interacción de un fotón en un medio. <strong>El</strong> fotón es absorbido por las moléculas<br />

del medio, y este emite otro fotón con diferente frecuencia (energía). <strong>El</strong> cambio de<br />

frecuencia del fotón está relacionado con las transiciones de energía en la molécula que<br />

absorbe el fotón. En el caso de que el fotón sea liberado con la misma energía con la<br />

que incide se le determina como una dispersión elástica y será clasificado como<br />

dispersión Rayleigh (Fig. 3.8; Burke, 2001).<br />

Hay dos tipos de procesos de dispersión Raman (Burke, 2001; Fig. 3.9):<br />

• Dispersión Stokes - cu<strong>and</strong>o el fotón pierde energía, y la molécula absorbe dicha<br />

energía, hasta llegar a un estado excitado. La frecuencia del fotón emitido es menor<br />

que la frecuencia del fotón incidente.<br />

• Dispersión anti-Stokes - cu<strong>and</strong>o el fotón recibe energía de la molécula. La<br />

frecuencia del fotón emitido es mayor que la frecuencia del fotón incidente.<br />

Las variaciones de frecuencia observadas en el fenómeno de dispersión Raman,<br />

son equivalentes a variaciones de energía. Los iones y átomos enlazados químicamente<br />

para formar moléculas y redes cristalinas, están sometidos a constantes movimientos<br />

vibracionales y rotacionales; estas oscilaciones se realizan a frecuencias determinadas<br />

en función de la masa de las partículas que intervienen y del comportamiento dinámico<br />

de los enlaces existentes. A cada uno de los movimientos vibracionales y rotacionales<br />

de la molécula le corresponderá un valor determinado de la energía molecular<br />

(Contreras, 1987).<br />

Cada material posee un conjunto de val<strong>ore</strong>s característicos de su estructura<br />

poliatómica y de la naturaleza de los enlaces químicos que la forman. <strong>El</strong> espectro<br />

Raman recoge estos fenómenos represent<strong>and</strong>o la intensidad óptica dispersada en<br />

función del número de onda que se produce y como es especifico para cada molécula se<br />

utiliza para conocer la composición de materiales, minerales, sustancias y gases<br />

(Contreras, 1987).<br />

48


Estado virtual<br />

de energía<br />

Dispersión<br />

Raman<br />

Stokes<br />

Disperción<br />

Rayleigh<br />

Dispersión<br />

Raman<br />

Anti-Stokes<br />

Absorción IR<br />

Estado vibracional<br />

de energía<br />

Fig. 3.8. - Dispersión Rayleigh, Raman Stokes y Raman Anti-Stokes. Se observa como al<br />

absorber el fotón de energía la dispersión Rayleigh conserva el mismo estado de energía, en<br />

el caso de Raman Stokes y Anti-Stokes se gana y se pierde un nivel de energía<br />

respectivamente.<br />

La aplicación de esta técnica al estudio de inclusiones fluidas se realiza bajo el<br />

mismo principio, tom<strong>and</strong>o un haz láser que se focaliza a través de la óptica de un<br />

microscopio, incide sobre la muestra, la respuesta es captada por la propia óptica del<br />

microscopio y enviada mediante un espejo oblicuo a un fotmultiplicador que mide la<br />

respuesta Raman. Los diferentes componentes –tanto fluidos como sólidos- se<br />

reconocen por la posición e intensidad de la radiación Raman (Burke, 2001).<br />

Dispersión Rayleigh<br />

Dispersión Raman<br />

Fig. 3.9. - Espectro Raman Stokes y Anti-Stokes. (J. Pironon, Apuntes).<br />

49


La intensidad de la dispersión Raman varía de acuerdo a la posición de la<br />

inclusión en la muestra, las inclusiones que se encuentran en la superficie presentarán<br />

una señal más fuerte que las localizadas a distancias may<strong>ore</strong>s de 50 micras. Debido a<br />

esto, imperfecciones en el pulido de la muestra, la composición del mineral, algunos<br />

tipos de hidrocarburos o incluso hasta una pequeña mancha de huellas dactilares pueden<br />

alterar la dispersión Raman con algunos efectos de flu<strong>ore</strong>scencia. La energía producida<br />

por la flu<strong>ore</strong>scencia es en varios ordenes de veces mayor que algunos casos de una<br />

dispersión Raman débil, por lo tal la señal queda totalmente cubierta por la<br />

flu<strong>ore</strong>scencia.<br />

Fig. 3.10.- Equipo utilizado para microespectroscopía Raman. (Laboratorio CREGU,<br />

Nancy, Francia)<br />

La microsonda Raman está constituida por una fuente láser, un conjunto de<br />

rejillas de difracción, un microscopio óptico triocular equipado con un espejo<br />

semitransparente, una CCD con foto multiplicador y una computadora que controla todo<br />

el conjunto. Se utilizó la microsonda Raman LABRAM (@ Dilor), con filtro @NOTCH<br />

y enrejado de 1800 estrías por mm. <strong>El</strong> detector, que se mantiene enfriado a -30°C, es del<br />

tipo CCD. La excitación de la radiación es debido a un láser de Argón del tipo<br />

Espectroscopia @ 2020. La resolución espectral es de 2 cm -1 . La microespectroscopía<br />

Raman colecta información en una ventana de 2800 y 3600 cm -1. Montados en un<br />

microscopios Olympus BX 51 con objetivos de 5x, 10x y 50x de ultra largo alcance,<br />

50


con cámaras de video Sony Exwave Had3 a color (Fig. 3.10) (Laboratorio CREGU,<br />

Nancy, Francia).<br />

La determinación de la concentración de cada especie gaseosa en una inclusión<br />

se analiza en la inclusión fluida homogeneizada. <strong>El</strong> contenido de metano se utiliza para<br />

el cálculo de la isopleta y del punto de arranque de las isocoras para fluidos acuosos<br />

saturados en metano. Los gases más usuales presentes en las inclusiones son el CH 4 ,<br />

CO 2 , H 2 S y N 2 especialmente en soluciones acuosas relacionadas con la migración de<br />

hidrocarburos.<br />

3.2.4.- Microespectrometría infrarroja con transformada de Fourier (FT-IR)<br />

Este tipo de espectroscopia vibracional estudia la interacción entra la radiación<br />

infrarroja (longitudes de onda de 0.75 a 1,000 mm.) y la materia. Se analiza la cantidad<br />

de radiación infrarroja absorbida o transmitida por la muestra. <strong>El</strong> registro gráfico o<br />

digital de la intensidad de radiación infrarroja transmitida o absorbida por una muestra<br />

en función de su número de onda es lo que se conoce como espectro infrarrojo (Burke,<br />

2001).<br />

Fig. 3.11.- Espectrómetro FT-IR de una inclusión fluida de petróleo. Cada estructura<br />

molecular posee una longitud de onda característica dependiendo del tipo de enlace.<br />

51


En muchos casos, debido a la combinación de compuestos, o a la respuesta<br />

especifica de ciertos elementos a la radiación infrarroja (algunas familias de los<br />

hidrocarburos), se crean interferencias dentro del espectro obtenido, para lo cual se<br />

utiliza la Transformada de Fourier (FTIR) para eliminar la interferencia en el espectro.<br />

En el caso del estudio de inclusiones fluidas con hidrocarburos, se analizan las<br />

relaciones entre CH 4 /alkanos y CH 4 /CO 2 , para así obtener las concentraciones molares<br />

de cada uno de estos compuestos (Pironon, Curso UNAM-PEMEX).<br />

Se analizan las b<strong>and</strong>as de absorción a detalle pues los intervalos de número de<br />

onda, la intensidad del área máxima, anchura media, perfil etc., permiten obtener datos<br />

fisicoquímicos moleculares. Dado que, cada molécula o especie química tiene un<br />

espectro infrarrojo característico, las aplicaciones de esta técnica son muy amplias<br />

(Burke, 2001).<br />

Fig. 3.12.- Microscopio Bruker (izquierda) y espectrómetro Bruker Equinos 55 (derecha).<br />

(Laboratorio LEM, Nancy, Francia)<br />

Se utilizó para este trabajo un espectrómetro Bruker Equinox 55 acoplado a un<br />

microscopio Bruker el cual focaliza el haz infrarrojo mediante objetivos 15x y 36x (Fig.<br />

3.12) (Laboratorio LEM, Nancy Francia). <strong>El</strong> haz infrarrojo incide sobre la muestra, la<br />

cual absorbe cierta cantidad de energía de acuerdo a su estructura molecular y el haz<br />

infrarrojo refractado es recibido por un detector MCT (mercurio, cadmio y telurio) que<br />

funciona como amplificador de la señal para en análisis de frecuencias.<br />

3.2.5.- Microscopía láser confocal de barrido (Confocal Láser Scanning<br />

Microscopy)<br />

La microscopía confocal láser se utiliza para la reconstrucción tridimensional<br />

(volumétrica) de estructuras flu<strong>ore</strong>scentes bajo ciertas longitudes de onda. La<br />

52


confocalidad se basa en que la luz emitida o reflejada por una muestra se concentra en<br />

un solo plano focal e impide que luz que sea emitida de otro punto que no sea el focal<br />

no sea tomada en cuenta (Alpin et al., 1999).<br />

En un barrido confocal (laser scanning), las lentes del microscopio enfocan la<br />

luz láser sobre un solo punto de la muestra (el punto focal). La flu<strong>ore</strong>scencia y la luz<br />

reflejada por la muestra vuelven atraves<strong>and</strong>o el objetivo. <strong>El</strong> microscopio y el sistema<br />

óptico del módulo de barrido enfocan la luz emitida por el punto focal sobre un segundo<br />

plano, el punto confocal (pinhole). A través de la pequeña abertura de este punto, la luz<br />

del punto focal llega hasta el detector. La luz que no procede de este punto no atraviesa<br />

la abertura (Pironon et al., 1998).<br />

<strong>El</strong> principio confocal se representa de forma esquemática (Fig. 3.13) para la<br />

microscopía de epiflu<strong>ore</strong>scencia, es decir se utiliza al mismo tiempo el microscopio<br />

como condensador y como objetivo. Este aparato funciona mediante la interacción de<br />

un difusor de rayos (un espejo dicroico) que refleja un rayo láser colimado y polarizado<br />

que a su vez es introducido a través de una ranura sobre la parte trasera de la lente del<br />

objetivo y lo enfoca sobre la muestra.<br />

La luz que refleja la muestra vuelve a atravesar la misma lente. <strong>El</strong> rayo de luz se<br />

enfoca a través del pinhole (es decir, la ranura confocal) para excluir, de esta forma, la<br />

luz extrafocal (luz emitida por zonas de la muestra que están por encima o por debajo<br />

del plano focal). <strong>El</strong> volumen del corte óptico depende de diferentes parámetros como el<br />

diámetro (variable) de la abertura y la longitud de onda. Un detector sensible a la luz<br />

(por ejemplo un fotodiodo) colocado tras la abertura confocal registra los datos<br />

intrafocales de cada punto de la muestra. La señal de salida analógica se digitaliza y se<br />

transmite a una computadora (Pironon et al., 1998).<br />

Se utiliza como detector a un puntual que sólo recibe la luz de un punto de la<br />

muestra. De esta forma, el microscopio confocal permite observar sólo un punto de la<br />

muestra en cada momento, a diferencia del microscopio convencional con el que puede<br />

verse una zona mayor de la muestra. Así, la imagen completa de la muestra sólo se<br />

consigue mediante la exploración punto por punto de ésta, para lo cual debe desplazarse<br />

el punto luminoso o la muestra (Alpin et al., 1999).<br />

Mediante un motor (automático y programable) de movimiento vertical (eje Z)<br />

se hace mover la platina del microscopio confocal. Así cada determinada distancia el<br />

aparato toma imágenes del punto confocal (Aplin et al., 1999).<br />

53


Fig. 3.13.- Diagrama esquemático del principio de microscopía confocal. (Ramos-Rosique<br />

et al., inédito).<br />

De lo anterior se obtienen imágenes bidimensionales (cortes) seriados de la<br />

inclusión en dirección del eje Z. Como se conoce la distancia entre los cortes, es posible<br />

reconstruir tridimensionalmente la morfología de la inclusión y de su burbuja. Con esto<br />

se genera un sólido 3D y se calcula a partir de los voxels (pixels en 3D) el volumen<br />

general de la inclusión y su relación volumétrica con la burbuja de gas a la temperatura<br />

ambiente. Generalmente se considera que la relación gas/hidrocarburo en una inclusión<br />

a temperatura ambiente es una característica “única” de la composición del<br />

hidrocarburo. Así se puede estimar el volumen de la cavidad de la inclusión fluida y<br />

restar el volumen del hidrocarburo líquido con una exactitud superior al 95% y con una<br />

resolución espacial inferior a 0.5 micras (Pironon et al., 1998).<br />

54


Fig. 3.14 Microscopio Confocal de Barrido. (Laboratorio CREGU, Nancy, Francia).<br />

Se utilizaron 2 equipos para diferentes partes del trabajo. Para los análisis<br />

realizados en el Instituto de Neurobiología de la UNAM (Campus Juriquilla, Qro.) se<br />

utilizó un Microscopio confocal PCM 2000 modelo Eclipse E-600 marca Nikon con dos<br />

lásers, uno de He-Ne Uniphase modelo 1208-1; y otro láser Argón Spectra-Physics<br />

modelo 263-C04, el equipo viene con una lámpara de flu<strong>ore</strong>scencia marca Nikon y<br />

micrómetro marca Nikon. <strong>El</strong> s<strong>of</strong>tware de captura es Simple PCI versión 4.0.6 Compix<br />

Inc., proporcionado por Imaging Systems.<br />

Para el trabajo realizado en el laboratorio CREGU en Nancy, Francia, se utilizó<br />

un microscopio confocal MRC 1024 BIO-RAD, con un láser Kriptón-Argón a 488 nm<br />

con un microscopio Nikon Diaphot 300 y un sistema de control por computadora.<br />

Modelado por el método PIT y DUAN-EOS.<br />

Toda la información recolectada por las técnicas microtermométricas y<br />

espectroscópicas se utiliza junto con estos 2 programas para la modelización<br />

termodinámica de las inclusiones fluidas. <strong>El</strong> PIT (Petroleum Inclusión<br />

Thermodynamics) se aplica en inclusiones fluidas con hidrocarburos; el AIT (Aqueous<br />

Inclusión Thermodynamics) se utiliza para modelizar las inclusiones fluidas acuosas.<br />

Este s<strong>of</strong>tware está desarrollado y es propiedad del Laboratorio PAIR, del CREGU en<br />

Nancy (Francia).<br />

PIT<br />

Todos los aceites en estado natural que tienen una misma composición química<br />

poseen una misma relación volumétrica. De esta forma si se utiliza el grado de relleno<br />

de la fase vapor en las inclusiones fluidas con hidrocarburos, combinado con los datos<br />

55


de las temperaturas de homogeneización (Thiéry et al., 2000) se pueden caracterizar los<br />

diversos tipos de hidrocarburos para: (1) reconstruir las condiciones termobarométricas<br />

de los aceites; (2) modelizar la composición química de los hidrocarburos; y (3)<br />

comprender los procesos previos o posteri<strong>ore</strong>s al atrapamiento que afectan a las<br />

inclusiones fluidas (agr<strong>and</strong>amiento, mezcla de aceites, mezcla de gases y líquidos,<br />

lixiviación de aceites por gases).<br />

AIT<br />

Debido a que no existe una ecuación de estado para el sistema el sistema CH 4 -<br />

H 2 O-NaCl, para generar una isocora de una inclusión fluida arriba de la temperatura de<br />

homogeneización se utiliza para este método una combinación de técnicas. Se determina<br />

la concentración de metano en las inclusiones mediante microespectroscopía Raman por<br />

encima de la temperatura de homogeneización us<strong>and</strong>o una curva de calibración (T,<br />

mNaCl). La isopleta se calcula us<strong>and</strong>o el modelo termodinámico de Duan et al. (1992) y<br />

la isocora se infiere dibuj<strong>and</strong>o una recta paralela entre la isocora del metano (la<br />

concentración de metano afecta directamente a la presión de homogeneización) y las<br />

condiciones P-T del atrapamiento de inclusión acuosa (Pironon et al., 1998)<br />

Al utilizar estos métodos por separado se obtienen en las gráficas P-T una<br />

isopleta que modela la relación de las fases presentes en una inclusión fluida con una<br />

isocora que representa la temperatura mínima de atrapamiento. Sin embargo al conjugar<br />

la información de las inclusiones acuosas con las de petróleo (si son sincrónicas ambas)<br />

y cruz<strong>and</strong>o las isocoras de ambos modelos, se puede establecer una temperatura y una<br />

presión real de atrapamiento.<br />

56


Capitulo IV<br />

Marco Geológico<br />

57


58


4.1 Geología Regional<br />

La evolución geológica del NE de México a principios del Mesozoico está<br />

dominada por el desarrollo de un margen pasivo asociado a la apertura del Golfo de<br />

México. En el NE de México afloran principalmente rocas carbonatadas marinas del<br />

Jurásico y del Cretácico, cubiertas por sedimentos terrígenos del Terciario relacionados<br />

con la erosión del frente orogénico Laramídico. (Salvador, 1987, 1991 a, b y c; Pindell,<br />

1985, 1993; Ross <strong>and</strong> Scotese, 1988; Pindell et al., 1988; Pindell & Barrett, 1990;<br />

Bartok, 1993; Marton <strong>and</strong> Buffler, 1993).<br />

Durante la apertura del golfo de México (Triásico–Jurásico) el basamento fue<br />

fracturado y separado en varios bloques por fallas normales de desplazamiento lateral<br />

(Falla La Babia, San Marcos y Mojave-Sonora) (Eguiluz, 2001). La separación y<br />

subsidencia de los bloques conformaron los elementos paleogeográficos conocidos<br />

como los bloques de <strong>Coahuila</strong>, Burro-Salado, Tamaulipas, la Mula y Monclova<br />

(bloques levantados), y las cuencas de Sabinas, Burgos, Popa-Parras y Tampico–<br />

Mizantla (bloques hundidos). Estos elementos tectónicos controlarán los patrones de<br />

sedimentación posteri<strong>ore</strong>s a finales del Jurásico y Cretácico (Padilla y Sánchez, 1986;<br />

Wilson, 1990, Goldhammer, 1999; Eguiluz, 2001).<br />

4.2 Serie Estratigráfica<br />

La deformación laramídica dejó expuesta gran parte de las unidades <strong>deposit</strong>adas<br />

desde el Jurásico Temprano. La columna estratigráfica del NE de México ha sido<br />

compilada a partir de información obtenida en superficie y también del subsuelo<br />

(Eguiluz, 2001), así como por correlaciones estratigráficas del N del Golfo de México y<br />

del Sureste de Texas (Goldhammer et al. 1991, 1999). Algunas de las formaciones más<br />

antiguas no afloran en todo el NE y ha sido inferida su existencia por estratigrafía o por<br />

pozos petroleros de las cuencas productoras (Charleston, 1973; Márquez, 1979;<br />

González, 1984; Eguiluz, 1996, 1997).<br />

Durante la apertura del Golfo de México (Triásico-Jurásico) se <strong>deposit</strong>aron<br />

lechos rojos y sedimentos vulcanoclásticos en los bloques bajos de los sistemas de fallas<br />

(Stone, 1975, Todd & Mitchum, 1977; Salvador, 1987, 1991 a, b). En el NE a estos<br />

depósitos continentales Mixon et al. (1959) los denominaron como Grupo Huizachal.<br />

Estos mismos aut<strong>ore</strong>s dividen el grupo en dos unidades formacionales, Formación La<br />

Boca (Carniano–Pleinsbachiano) como miembro inferior y Formación La Joya<br />

(Bathoniano–Calloviano) como miembro superior.<br />

59


Fig. 4.1.- <strong>El</strong>ementos paleogeográficos del NE de México (Modificado de Puente-Solís et al,<br />

2005).<br />

La Formación La Boca es correlacionable con la formación Eagle Mills de<br />

Texas (Stone, 1975; Todd & Mitchum, 1977; Salvador, 1987, 1991 a, b) y consiste de<br />

lechos rojos continentales, arkosas y sedimentos vulcanoclásticos, restringidos<br />

60


únicamente a cuencas de Rift (Stone, 1975; Wilson, 1990). La Formación La Joya<br />

sobreyace discordantemente sobre la Fm. anterior y la conforman sedimentos lacustres,<br />

terrígenos siliciclásticos costeros y calizas de agua dulce (Corpstein, 1974; Padilla<br />

Sánchez, 1982; Michalzik, 1988). Este grupo aflora únicamente en el anticlinorio<br />

Huizachal–Peregrina al oeste de Cd. Victoria (Corpstein, 1974), y su distribución por<br />

todo el NE de México es inferida por pozos petroleros y correlaciones estratigráficas<br />

con el S y SE de Texas.<br />

Durante el Calloviano el agua marina comienza a incursionar a las cuencas<br />

continentales producto de la apertura (rifting), <strong>deposit</strong>ándose gr<strong>and</strong>es espes<strong>ore</strong>s de<br />

evaporitas (yesos esencialmente). Este paquete evaporítico ha sido denominado como<br />

Formación Minas Viejas y aflora en el área Monterrey-Saltillo (Weidie & Martínez,<br />

1970; Laudon, 1984). Esta formación sobreyace discordantemente al Grupo Huizachal<br />

(Formaciones La Boca y La Joya) y al basamento Paleozoico. Su espesor estimado<br />

aproximado es de 1000 metros y se le correlaciona con la Formación Louann del SE de<br />

Texas (Humphrey, 1856; Weidie & Wolleben, 1969; Oivanki, 1974; Stone, 1975;<br />

Meyer & Ward, 1984, Wilson et al., 1984; Finneran, 1986).<br />

La transgresión marina comienza hacía el Oxfordiano, <strong>deposit</strong>ándose sedimentos<br />

terrígenos costeros que cambian transicionalmente a fácies marinas someras de<br />

carbonatos y rampas de grainstones de alta energía hacia mar abierto.<br />

La Formación La Gloria del Oxfordiano temprano (Imlay, 1936) está<br />

conformada por sedimentos terrígenos costeros y representa la etapa transgresiva<br />

clástica de la Formación Zuloaga de mayor pr<strong>of</strong>undidad (Imlay, 1936; Stone, 1975;<br />

Oivanki, 1974). Cambia lateralmente hacia la cuenca a un paquete de areniscas de grano<br />

grueso de ambiente de playa, a clastos mas finos de ambientes marinos de aguas<br />

someras donde se intercalan con los carbonatos de la Formación Zuloaga (Oivanki,<br />

1974). Tiene un espesor promedio de 50 a 100 metros lleg<strong>and</strong>o hasta los 700 en los<br />

bloques mas pr<strong>of</strong>undos (Oivanki, 1974). Sobreyace discordante a la Formación Minas<br />

Viejas, al Grupo Huizachal (Formaciones La Boca y La Joya) y al basamento<br />

paleozoico (Goldhammer y Johnson, 1999).<br />

La Formación Zuloaga de edad Oxfordiano (Imlay, 1936) se correlaciona con la<br />

Formación Smackover que aflora al N del Golfo de México, marc<strong>and</strong>o el<br />

establecimiento de condiciones de mar abierto en el mismo (González-García, 1976;<br />

Zwanziger, 1979; Padilla Sánchez, 1986). Esta Formación varía lateralmente hacia la<br />

61


Formación La Gloria en los flancos de los elementos paleogeográficos positivos<br />

(Bloque de <strong>Coahuila</strong>, Archipiélago de Tamaulipas; Goldhammer, 1999). La<br />

composición de las rocas de esta formación cambia de fácies lateralmente, desde<br />

mudstones pelágicos a wackstones, packstones de oolitas y pelitas, así como evaporitas<br />

en las zonas proximales a las paleoislas (Michalzic, 1988; Johnson, 1991).<br />

La Formación Olvido se encuentra dividida en dos fácies, una inferior de edad<br />

Kimmeridgiano temprano formada por evaporitas (anhidrita y yesos) y arcillas rojas,<br />

correlacionable con la Formación Búnker del N del Golfo de México; y una superior<br />

también de edad Kimmeridgiano, formada por carbonatos con cambios laterales a<br />

siliciclastos cerca de los elementos positivos paleogeográficos, y que se correlaciona<br />

con la formación Haynsville del sur de Texas (Stone, 1975; Carrillo-Bravo, 1963, Todd,<br />

1972; Padilla Sánchez, 1982; Salvador, 1987, 1991a, b; Wilson 1990). La Formación<br />

Olvido se dispone concordantemente a la formación Zuloaga. <strong>El</strong> nivel evaporítico<br />

típicamente presenta un espesor de entre 20 y 50 metros, y la fase carbonatada entre los<br />

100 y 200 metros (Stone, 1975; González-García, 1976; Padilla Sánchez, 1986).<br />

La Formación La Caja se <strong>deposit</strong>ó entre el Kimmeridgiano y el Berriasiano<br />

medio. Está formada por intercalaciones rítmicas de arcillas carbonosas, limonitas y<br />

areniscas de grano fino, con espes<strong>ore</strong>s que varían entre los 25 y los 150 metros<br />

(Fortunato, 1982; Padilla Sánchez, 1986; Salvador, 1987, 1991a, b,). Contiene mantos<br />

de fosfatos con gr<strong>and</strong>es concreciones de micrita fosfática con amonites. Esta formación<br />

se encuentra distribuida cerca del bloque Burros-Salado y del Archipiélago de<br />

Tamaulipas, indic<strong>and</strong>o un levantamiento en el nivel del mar.<br />

La Formación La Casita (Kimmeridgiano Tardío – Hauteriviano) representa un<br />

periodo de aumento en el aporte de terrígenos (Stone, 1975; Fortunato, 1982; Fortunato<br />

y Ward, 1982; Smith, 1987; Salvador, 1987, 1991 a, b; Mizchalzik y Schumann, 1994).<br />

Su espesor de entre 650 a 800 metros, varía en función de la posición que ocupa con<br />

respecto al bloque de <strong>Coahuila</strong>, que fue la principal fuente de terrígenos. Esta<br />

Formación se correlaciona con el Grupo Cotton Valley (McFarlan y Stone, 1977; Todd<br />

y Mitchum, 1977). Litológicamente, está constituida por margas oscuras, limolitas,<br />

areniscas que progradan de finas a gruesas, con intervalos de conglomerados, e<br />

intercalaciones de carbonatos con arenas y lutitas negras hacia las zonas más pr<strong>of</strong>undas<br />

(Fortunato y Ward, 1982).<br />

62


Fig. 4.2. - Columna crono-estratigráfica de la cuenca de Sabinas (modificado de<br />

Goldhammer et al., 1999 por Puente-Solís et al., 2005).<br />

La Formación Taraises (Berriasiano-Hauteriviano) corresponde a las fácies de<br />

mar pr<strong>of</strong>undo de la Formación La Casita (Smith, 1981; Blauser, 1981). Esta formación<br />

se correlaciona con la Formación Houston del N del Golfo de México (McFarlan y<br />

Stone, 1977; McFarlan y Menes, 1991), y sobreyace concordantemente a la Formación<br />

La Caja. La Formación Taraises está representada por intercalaciones rítmicas de<br />

lutitas y margas oscuras con sus espes<strong>ore</strong>s de entre 135 y 500 metros, en función de su<br />

63


posición geográfica con respecto al bloque de <strong>Coahuila</strong> (Blauser, 1981). Hacia la<br />

localidad de Potrero Minas Viejas y el Cañón Cortinas, en la cima de la Formación<br />

Taraises aparece una delgada capa (20 metros) de calizas arrecifales, llamadas San<br />

Juan, correlacionables al N de Golfo de México con la Formación Knowles.<br />

Del Barremiano al Aptiano temprano, en el bloque de <strong>Coahuila</strong> se sedimentaron<br />

depósitos de clásticos gruesos proximales (Formaciones Arcosa Pátula y La Mula)<br />

producto de la disgregación continua del mismo bloque. Estos clásticos cambian a<br />

fácies de evaporitas marinas restringidas y a los carbonatos marinos de la Formación La<br />

Virgen, dispuestos en el interior de la plataforma (Golhammer, 1999; González, 1976,<br />

1977; Lehmann et al, 1999; Padilla y Sánchez, 1986; Wilson & Ward, 1993).<br />

Desde el Hauteriviano hasta mediados del Aptiano se forma una extensa<br />

plataforma carbonatada rodeada de arrecifes que recibe el nombre de Formación<br />

Cupido (Bebout & Loucks, 1977; Winker & Buffler, 1988; McFarlan y Menes, 1991).<br />

Esta Formación está representada por un grueso paquete de calizas grises y arrecifales<br />

con espes<strong>ore</strong>s de entre 700 y 1200 metros (Imlay 1936; Humphrey, 1956; Conklin y<br />

Mo<strong>ore</strong>, 1977; Wilson & Pialli, 1977; Golhammer et al., 1991; Lehmann, 1997;<br />

Lehmann et al., 1998; Lehmann et al., 2000). Hacia el este de esta Formación se<br />

<strong>deposit</strong>aron fácies de mar abierto en secuencias de calizas micríticas y arcillas<br />

conocidas como la Formación Tamaulipas Inferior (Ross, 1981).<br />

La Formación La Peña (Aptiano Tardío) sobreyace concordante a la Formación<br />

Cupido. Se distribuye por casi todo el NE de México y cambia a fácies mas pr<strong>of</strong>undas<br />

hacia el Este (Formación Otates). La Formación La Peña está constituida por una serie<br />

de capas de caliza con algunas interestratificaciones de arcillas, de limolitas y arcillas.<br />

Su espesor promedio es de 200 metros y varía dependiendo del relieve topográfico<br />

preexistente (Formación Cupido o Formación Tamaulipas Inferior) (Tinker, 1982).<br />

En el NE de México y durante el Albiano se formaron gr<strong>and</strong>es plataformas<br />

carbonatadas de mar abierto. Sobre la cuenca de Sabinas, los carbonatos marinos<br />

someros cubrieron (Fm. Acatita) y rodearon (Fm. Aurora) el bloque <strong>Coahuila</strong>. La<br />

Formación Acatita (Albiano Temprano a Medio) está representada por fácies lagunares<br />

de carbonatos, anhidritas y yesos (Humphreys, 1956). Las evaporitas <strong>deposit</strong>adas<br />

representan el relieve topográfico todavía imperante del bloque <strong>Coahuila</strong>, hacia los<br />

márgenes de la formación cambian a fácies mas carbonatadas de calizas y dolomías.<br />

64


La Formación Aurora (Albiano Temprano a Medio) marca la segunda mayor<br />

fase de deposición de carbonatos de plataforma del NE de México (Wilson, 1975;<br />

Smith, 1981, Goldhammer & Johnson, 1999). Yace concordantemente sobre la<br />

Formación La Peña y posee espes<strong>ore</strong>s constantes entre los 500 y 700 metros. Consiste<br />

de una plataforma carbonatada de bajo ángulo con bancos de rudistas en sus limites<br />

arrecifales y cambia a fácies mas pr<strong>of</strong>undas hacia el E de la Cuenca de Sabinas con el<br />

nombre de Formación Tamaulipas Superior.<br />

Hacia el Cenomaniano temprano ocurrió otro evento de inundación, formándose<br />

un conjunto de depósitos carbonatados de plataforma (Formación Georgetown) sobre la<br />

península de Burro-Salado; lutitas y calizas delgadas (Formación Del Río), además de<br />

calizas arrecifales y margosas (Formación Buda) sobre el talud de la plataforma, hacia<br />

la cuenca. En el Cenomaniano tardío se <strong>deposit</strong>aron hacia la cuenca calizas lodosas<br />

(Fm. Cuesta del Cura) y lutitas (Formación Indidura) (Golhammer, 1999; Lehmann el<br />

at., 1999; McFarlan & Menes, 1991; Padilla y Sánchez, 1986; Wilson & Ward, 1993).<br />

A finales del Cretácico, la provincia del Oeste de México experimenta el<br />

levantamiento laramídico con orientación hacia el Este. Este causa la aparición de una<br />

cuenca de antepaís en la que se <strong>deposit</strong>aron gran cantidad de sedimentos terrígenos<br />

durante el Terciario que medida que se erosionaba el frente orogénico de la Sierra<br />

Madre Oriental.<br />

4.2 Evolución Sedimentaria<br />

La evolución sedimentaria del NE de México esta representada por 3<br />

supersecuencias deposicionales relacionadas con: (1) la apertura del Golfo de México;<br />

(2) la deriva del mismo y la transgresión marina; y (3) la formación y colmatación de<br />

una cuenca de antepaís (Eguiluz, 2001).<br />

4.2.1 Primera Supersecuencia (Pre Calloviano – Oxfordiano)<br />

Se caracteriza por la deposición de secuencias de ambiente continental y costero.<br />

Consiste en conglomerados, evaporitas y terrígenos de ambiente costero con un total de<br />

2500 m de potencia (Eguiluz de Antuñano, 2001). De acuerdo con su posición<br />

estratigráfica se le otorgan edades a este periodo deposicional de Calloviano (?) y<br />

Oxfordiano Inferior (Goldhammer et al., 1991). Estas unidades, principalmente salinas,<br />

65


corresponden a la Formación Minas Viejas (Humphry & Díaz, 1956) y se desarrollan<br />

principalmente en el centro de la cuenca.<br />

Hacia el bloque Burro–Salado las evaporitas decrecen en espesor y en ocasiones<br />

desaparecen, para ser reemplazadas por anhidritas o carbonatos con espes<strong>ore</strong>s de hasta<br />

500 m, identificadas como Formación Olvido (Heim, 1926). Esta está constituida por<br />

una mezcla de litologías, en sus primeras dos terceras partes anhidrita y carbonatos, y la<br />

parte superior carbonatos de alta energía, indicad<strong>ore</strong>s de un cambio de supersecuencia<br />

deposicional.<br />

Hacia los flancos de la cuenca en la costa estas fácies evaporíticas cambian a<br />

sedimentos terrígenos costeros de la Formación La Gloria (Imlay, 1936). Estas<br />

secuencias terrígenas se encuentran bien controladas hacia los bordes de los bloques<br />

emergidos <strong>Coahuila</strong>, la Mula y Monclova hacia el SO de la cuenca, los cuales son<br />

evidencias de transgresión marina. <strong>El</strong> ciclo deposicional correspondiente a la primera<br />

supersecuencia se desarrollo en condiciones costeras y de sabkha. Se puede agrupar<br />

toda esta primera supersecuencia a un ciclo transgresivo (evaporitas y carbonatos de<br />

baja energía Fm. Minas Viejas y Fm. Olvido) y regresivo (terrígenos de la Fm. La<br />

Gloria).<br />

4.2.2 Segunda supersecuencia (Kimmeridgiano- Cenomaniano)<br />

<strong>El</strong> límite transicional marcado por los carbonatos de alta energía de la<br />

Formación Olvido marca el inicio de la segunda supersecuencia relacionada a las<br />

condiciones de subsidencia y deriva continental. Esta etapa se encuentra dominada<br />

principalmente por periodos de levantamiento eustático (Todd & Mitchum, 1977; Vail<br />

et al., 1984; Haq et al., 1987; Scott et al., 1988; Goldhammer et al., 1991; 1998 a, b;<br />

Scott, 1993; Yurewicz et al., 1993; Lehmann et al., 1998).<br />

La parte superior de la Formación Olvido consiste en carbonatos con nódulos de<br />

evaporitas, calcarenitas y grainstones oolíticos de alta energía, con una potencia de hasta<br />

400 metros. Estos carbonatos marcan el inicio de la transgresión (Transgresive System<br />

Tract, TST; Haq et al., 1987) y cubren los sedimentos terrígenos de la Formación La<br />

Gloria.<br />

Las lutitas calcáreas oscuras de la Formación La Casita (Kimmeridgiano–<br />

Hauteriviano) marcan la superficie de máxima inundación (Maximum Flooding Surface,<br />

MFS; Haq et al., 1987), cubriendo un área mayor que la supersecuencia anterior. En la<br />

66


Cuenca de Sabinas, la Formación La Casita consiste en 3 miembros: (1) el inferior<br />

conformado por lutitas; (2) el intermedio, formado por areniscas intercaladas con<br />

carbonatos; y (3) uno superior formado por sedimentos arcillosos. Durante este tiempo,<br />

el límite NO de la cuenca fue inundado y el bloque La Mula fue rodeado por el océano.<br />

<strong>El</strong> espesor de esta formación varía desde los 60 m en los flancos hasta los 800 m en el<br />

centro de la cuenca. Hacia el SE de la cuenca en condiciones mas pr<strong>of</strong>undas se<br />

<strong>deposit</strong>aron fácies mas carbonatadas de la Formación Taraises siguiendo bajo el mismo<br />

sistema transgresión – regresión.<br />

La subsidencia de la cuenca continúa durante el Hauteriviano y el Barremiano,<br />

en donde se observa un cambio gradual en al sedimentación. Las fácies carbonatadas de<br />

la Formación Cupido y Formación La Virgen representan el inicio de las condiciones<br />

de plataforma (Imlay, 1940). La Formación La Virgen consiste en evaporitas<br />

<strong>deposit</strong>adas en un ambiente de laguna, mientras la Formación Cupido representa el<br />

establecimiento de una barrera arrecifal (Murillo-Muñeton, 1999) que restringió la<br />

entrada normal de agua marina y controlo la salinidad de dicha laguna. Estas fácies<br />

representan un sistema progradantes durante un periodo de alto nivel marino (Higsht<strong>and</strong><br />

System Tract, HST). Ambas formaciones (Cupido y La Virgen) poseen espes<strong>ore</strong>s de<br />

entre los 600 y 800 m. y cambia lateralmente a fácies de terrígenos de las Formación<br />

Houston y San Marcos hacia los bordes de los bloques no inundados. La caliza Cupidito<br />

(Wilson, 1977) es un desarrollo gradacional de la parte superior del arrecife de la<br />

Formación Cupido, extendiéndose hacia la Cuenca de Chihuahua al oeste. Hacia el este<br />

fue reemplazada por fácies carbonatadas micríticas de la Formación Tamaulipas<br />

Inferior. La Caliza Cupidito posee espes<strong>ore</strong>s de 250 m adelgazándose hasta los 5 m<br />

hacia la Cuenca de Chihuahua indicativo de un periodo de transgresión TST (Eguiluz,<br />

2001).<br />

Las lutitas y calizas arcillosas de la Formación La Peña (Imlay, 1936;<br />

Humphrey, 1949), representan la continua subsidencia e incremento en el nivel del mar<br />

hasta el grado de formar una superficie de máxima inundación que se extendió por toda<br />

la cuenca y el bloque Burros-Salado. Hacia el bloque de <strong>Coahuila</strong>, que no fue inundado<br />

por completo, se <strong>deposit</strong>ó la Formación Las Uvas, compuesta por fácies terrígenas<br />

arenosas (Eguiluz, 1994).<br />

La transgresión marina se mantiene para el Albiano y hasta entrado el<br />

Cenomaniano se desarrollaron carbonatos de cuenca y lutitas, con la deposición de<br />

67


diferentes unidades, la Formación Tamaulipas Inferior en la Cuenca de Sabinas; La<br />

Formación Acatita, Formación Aurora, en la Cuenca de Sabinas y el bloque de<br />

<strong>Coahuila</strong>; y la Formación Kiamichi, La Formación Georgetown y la Formación Buda y<br />

la Formación del Río hacia en la plataforma Burro Salado.<br />

4.2.3 Tercera supersecuencia (Cenomaniano – Paleógeno)<br />

Este ciclo corresponde a una etapa regresiva y de deposición de terrígenos en<br />

una cuenca de antepaís relacionada con la erosión del frente orogénico laramídico. En la<br />

Cuenca de Sabinas, los sedimentos terciarios se encuentran totalmente erosionados.<br />

Del Cenomaniano en adelante, el régimen eustático cambia y se <strong>deposit</strong>an<br />

secuencias regresivas con altos contenidos en terrígenos, como la Formación Eagle<br />

Ford (Roemer, in Sellards et al., 1932), la Formación Austin (Shumard, in Sellards et al.<br />

1932) y la Lutita Upson (Dumble, 1892). Hacia el SE de la cuenca hubo un ligero<br />

cambio deposicional y se <strong>deposit</strong>o la Formación San Felipe.<br />

Los rangos de acumulación de sedimentos varían considerablemente a lo largo<br />

de las tres mega secuencias, encontr<strong>and</strong>o durante la etapa de apertura “sinrift” cerca de<br />

2500 m. de sedimentos entre el Calloviano y el Oxfordiano, con promedios de<br />

sedimentación de 0.178 mm. anuales (Goldhammer et al., 1999). Del Oxfordiano al<br />

Albiano se acumularon un 40% menos de sedimentos promedi<strong>and</strong>o 0.10 mm. anuales.<br />

Del Cenomaniano hasta el Paleógeno la tasa de sedimentación fue aun menor<br />

promedi<strong>and</strong>o cerca de 0.039 mm. anuales de sedimentos <strong>deposit</strong>ados (Eguiluz, 2001).<br />

Aunque de acuerdo con Goldhammer y Johnson (1999), el espaciamiento requerido para<br />

la deposición de las gr<strong>and</strong>es cantidades de sedimentos encontrados en la Cuenca de<br />

Sabinas no puede ser totalmente explicado por la subsidencia de la cuenca y a su vez el<br />

establece 4 supersecuencias deposicionales dentro de un espacio similar de tiempo,<br />

relacion<strong>and</strong>o estrictamente los cambios de sedimentación a los niveles relativos del mar.<br />

Esta zona representa un lugar crítico para la comprensión del contexto tectónico<br />

regional de México, puesto que muestra el desarrollo del margen pasivo del Golfo de<br />

México y el margen convergente de arcos del Pacifico que marca el origen de la<br />

deformación laramídica. <strong>El</strong> marco estratigráfico y tectónico de la región establece las<br />

condiciones preferentes –más no condicionales – para el desarrollo de los yacimientos<br />

del tipo MVT en las plataformas carbonatadas del NE de México.<br />

68


4.4 Marco Geológico del Distrito Minero “<strong>El</strong> <strong>Tule</strong>”<br />

<strong>El</strong> distrito minero “<strong>El</strong> <strong>Tule</strong>” se ubica al NE de la Cuenca de Sabinas, en el borde<br />

del paleo-bloque Burros-Salado en la porción norte-central de <strong>Coahuila</strong>, 70 Km. al norte<br />

de la ciudad de Muzquiz. En la totalidad del distrito minero solo afloran dos unidades<br />

formacionales pertenecientes al Grupo Washita de edad Cretácico Superior.<br />

4.4.1 Grupo Washita<br />

Humphrey (1956) le da el nombre de Grupo Washita a las unidades de<br />

sedimentos finos y rocas carbonatadas del Albiano Tardío que se encuentran al NE de<br />

México en el bloque Burros - Salado. Tiene su localidad tipo en Fort Wachita en el<br />

estado de Oklahoma.<br />

Se separan de este grupo las 3 unidades formacionales siguientes:<br />

4.4.2 Formación Georgetown<br />

Fue definida por Humphrey (1956). Está formada por una secuencia de calizas<br />

claras a negras de estratos delgados que varían en potencia de 0.15 a 2.0 m. Algunos de<br />

estos estratos contienen nódulos de hematita y pedernal, presentan rudistas y trazas de<br />

equinoideos como fauna. La localidad tipo se encuentra en Fort Washita en el NE del<br />

condado de Marshall, Oklahoma, de donde deriva su nombre. Aflora a lo largo del NE<br />

de México en el bloque Burro-Salado y más al N en Texas<br />

Dada su posición estratigráfica y faunística, se le asignó una edad del Albiano<br />

Superior. Se puede correlacionar por su posición estratigráfica con las calizas Cuesta<br />

del Cura. Según Humphrey y Díaz (1956) los sedimentos se <strong>deposit</strong>aron en un ambiente<br />

de plataforma abierta pelágica con subsidencias lentas y continuas.<br />

En Texas esta formación es generadora y almacenadora de hidrocarburos (Illich<br />

et al., 1999). En el campo petrolero de Giddings hacia el centro de Texas posee rangos<br />

de porosidad y permeabilidad del orden de 1 al 5 porciento y de los 0.003 a los 0.03<br />

milidarcys (Kim et al., 2003).<br />

4.4.3 Formación Del Río (Cenomaniano Temprano)<br />

Descrita por Hill y Vaughn (1898) como la extensión al suroeste de Texas de la<br />

formación Grayson (Gracig, 1894). Humphrey (1956) la define como lutitas de color<br />

69


gris a verde olivo claro, nodular y laminado con estratos arcillosos calcáreos<br />

intercalados, con amonites y equinoideos. La roca intemperiza a un material calichoso<br />

blanquecino. Su localidad tipo se encuentra hacia el N en el Valle del Río Gr<strong>and</strong>e cerca<br />

del Río Texas, E.U.A. Estratigráficamente, yace concordantemente sobre la caliza<br />

Georgetown y subyace a una delgada sección de calizas correspondientes a la<br />

Formación Buda. <strong>El</strong> espesor varía, con su localización en <strong>Coahuila</strong>, entre 15 a 30<br />

metros. Aflora a lo largo del NE de México en el bloque Burro-Salado y más al N, en<br />

Texas. Por su posición estratigráfica y su contenido de amonites y equinoideos se le<br />

atribuye una edad del Cenomaniano Temprano. Humphrey y Díaz (1956) indican que<br />

los sedimentos se <strong>deposit</strong>aron en un ambiente de plataforma abierta pelágica, con<br />

subsidencia lenta y contínua.<br />

4.4.4 Formación Buda (Cenomaniano Temprano)<br />

La Formación Buda fue descrita por Hill (1891) y Vaughn (1900) como<br />

referencia a las calizas de color gris claro antiguamente conocida como Caliza Burnt y<br />

Caliza Vola (Adkins, 1933; Humphrey 1956) del centro de Texas. Presenta<br />

intercalaciones delgadas de lutitas arcillo-arenosas regularmente estratificadas,<br />

compactas y con pequeños nódulos de hematita y una gran abundancia de Gasterópodos<br />

y Pelicípodos. Corresponde a los cuerpos superi<strong>ore</strong>s del Grupo Washita, o bien a las<br />

calizas de la Formación Cuesta del Cura. La localidad tipo se encuentra en Shoal<br />

Creek, Austin Texas.<br />

Aflora a lo largo del NE de México en el bloque Burro-Salado y más al N en<br />

Texas. En la región de “<strong>El</strong> <strong>Tule</strong>” la caliza Buda ha sido subdividida en tres horizontes:<br />

el inferior de color gris, estratos gruesos, grano fino, la zona media es caliza gris,<br />

estratos delgados, fosilíferos, y la unidad superior gris clara a blanca porcelanizada, de<br />

estratos gruesos (Torres-Hernández, 2003). La Formación Buda está cubierta por la<br />

Formación Cuesta del Cura.<br />

Por su posición estratigráfica se le asignó una edad del Cenomaniano Temprano,<br />

correlacionable a los cuerpos superi<strong>ore</strong>s del Grupo Washita y de la Formación Cuesta<br />

del Cura (Humphrey y Díaz, 1956). Los sedimentos se <strong>deposit</strong>aron en un ambiente de<br />

plataforma abierta pelágica con subsidencia lenta y continua.<br />

70


Hacia el centro y sur de Texas algunas fácies de la Formación Buda se<br />

encuentran como roca almacenadora de hidrocarburos que podrían ser aceites migrados<br />

de la Formación Eagle Ford (Illich, et al. 1999). Al igual que la Formación<br />

Georgetown hacia el sur y centro de Texas la Formación Buda posee porcentajes de<br />

porosidad entre los (1-5%) y permeabilidades del orden de 0.003-0.03 milidarcys (Kim<br />

et al., 2003).<br />

71


72


73<br />

Capitulo V<br />

Distrito Minero <strong>El</strong> <strong>Tule</strong>


74


5.1 Antecedentes de los depósitos de <strong>El</strong> <strong>Tule</strong><br />

Una de las primeras menciones en la literatura sobre el Distrito Minero de <strong>El</strong><br />

<strong>Tule</strong> es el trabajo de Gillson (1960). Este autor indica superficialmente las<br />

características geológicas del distrito, describiéndolo como una sucesión de mantos<br />

horizontales discontinuos emplazados cerca de la cima de la Caliza Georgetown<br />

(Cretácico Inferior) que subyace a la Arcilla Del Río o a la Caliza Buda cu<strong>and</strong>o no se<br />

presenta la anterior. Según este mismo autor, los mantos presentan leyes variables desde<br />

menos del 50 a más del 80% en CaF 2 , y espes<strong>ore</strong>s comprendidos entre 50 cm. y 2<br />

metros. Hasta 1958 este distrito minero había producido 50,000 toneladas de fluorita en<br />

bruto con destino a las plantas de flotación de la compañía Fluorita de México en<br />

Muzquiz, <strong>Coahuila</strong> (Gillson, 1960).<br />

Van Alstine (1962), en un informe para el Consejo de Recursos Naturales No<br />

Renovables, realizó un estudio sobre los principales distritos de fluorita de México. Este<br />

estudio provee información básica sobre la geología y la de los may<strong>ore</strong>s distritos<br />

mineros que hasta 1959 habían sido explotados por fluorita en todo el país. Este autor<br />

indicó que las dos terceras partes de los depósitos de fluorita en México encajan en<br />

calizas del Cretácico Inferior, mientras que el resto se encuentran ubicados en lutitas o<br />

rocas volcánicas y cerca de intrusivos riolíticos terciarios. Asimismo, indicó que estos<br />

yacimientos aparecen bajo la forma de mantos, vetas, chimeneas, cuerpos cónicos,<br />

cuerpos tabulares e irregulares de reemplazamiento, así como en cavidades por brechas<br />

de colapso. Los depósitos en mantos generalmente son más pequeños y contienen<br />

minerales de grado mayor a los demás. Las reservas de fluorita en estos distritos fueron<br />

estimadas en 5 millones de toneladas con un promedio de 65% de CaF 2 (Van Alstine,<br />

1963).<br />

Tempe y Grogan (1963) realizaron los primeros estudios sobre la geología de los<br />

yacimientos de fluorita del N de México. En este trabajo establecen las relaciones<br />

estructurales de la mineralización de los principales distritos mineros en mantos de<br />

<strong>Coahuila</strong>. Estos mismos aut<strong>ore</strong>s propusieron que los distritos mineros de fluorita son<br />

esencialmente monominerálicos y que se emplazaron en carbonatos del Cretácico<br />

Inferior hacía los límites de la Formación Georgetown con la Formación Del Río y<br />

Buda (cu<strong>and</strong>o las arcillas Del Río no se encontraban presentes por falta de deposición).<br />

En el mismo trabajo (Tempe y Grogan, 1963), sugirieron que la mineralización del<br />

distrito minero de La Encantada Buenavista y otros distritos como <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> está<br />

75


elacionada con los cuerpos intrusivos riolíticos terciarios que afloran en sus<br />

alreded<strong>ore</strong>s. Sin embargo para el distrito <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> no encontraron evidencias de<br />

magmatismo superficial para lo cual propusieron que el origen del fluor debería ser<br />

considerado como un posible fluido residual de la actividad hidrotermal posterior al<br />

emplazamiento de los cuerpos riolíticos. Estos mismos aut<strong>ore</strong>s, en la mina San Miguel<br />

del distrito minero de <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> realizaron secciones estructurales cruz<strong>and</strong>o los mantos. A<br />

partir de estas secciones concluyeron que las soluciones mineralizantes se focalizaron a<br />

través de límites de permeabilidad causados por la presencia de las arcillas de la<br />

formación Del Río. Así, según los mismos aut<strong>ore</strong>s, la mineralización continuó<br />

reemplaz<strong>and</strong>o los carbonatos de esta formación lateralmente, siguiendo los límites de<br />

permeabilidad de las arcillas Del Río, hasta el límite entre las Formaciones Georgetown<br />

y Buda, en la cual los fluidos mineralizantes comenzaron a reemplazar la formación<br />

Buda. Al mismo tiempo las arcillas Del Río comenzaron a ser sustituidas por fluorita<br />

masiva, al grado de perder volumen y colapsar dej<strong>and</strong>o espacios abiertos, que fueron<br />

posteriormente rellenados por celestina (Fig. 5.2). Esta descripción y conclusiones,<br />

como se verá, son erróneas.<br />

Cárdenas y Cerrón (1970), en un informe para el Consejo de Recursos Minerales<br />

sobre los yacimientos de fluorita de <strong>Coahuila</strong>, recopilaron información sobre el<br />

potencial de explotación de la fluorita en dicho Estado así como realizaron una<br />

descripción de las características geológicas de dichas mineralizaciones. Establecen<br />

como uno de los distritos más importantes en producción al distrito minero <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> y<br />

proponen como reservas totales para estas minas cerca de 378,405 toneladas, con una<br />

ley promedio del 60% de CaF 2 .<br />

Posteriormente, Van Alstine (1976) propuso que los distritos mineros de fluorita<br />

conservaban relaciones morfoestructurales asociadas a fallas normales pr<strong>of</strong>undas, las<br />

cuales facilitaron un movimiento de gr<strong>and</strong>es volúmenes de fluidos con F hacia las rocas<br />

carbonatadas de la región. Lo anterior reafirmó la idea que atribuía a los cuerpos<br />

magmáticos como fuente directa de la mineralización.<br />

En otro trabajo para el Consejo de Recursos Minerales, Kesler (1974) hace un<br />

estudio sobre inclusiones fluidas en muestras de fluorita tomadas en yacimientos de F-<br />

Pb-Zn-Ag. Este trabajo tuvo como objetivo buscar relaciones genéticas entre la fluorita<br />

como mineral guía de mineralizaciones con sulfuros. Determinó temperaturas de<br />

formación de alrededor de 150°C para los yacimientos de fluorita (Pico Etéreo, San<br />

76


Miguel, San Vicente, <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> y la Encantada – Buenavista) y de entre 270° y 350°C<br />

para los yacimientos de sulfuros (Distritos Muzquiz, Boquillas y Cuatro Palmas). Las<br />

salinidades reportadas son de entre un 10 a 15% eq. en peso de NaCl en los<br />

yacimientos de fluorita y de un 26% eq. en peso de NaCl en los yacimientos de sulfuros,<br />

estas últimas salinidades inferidas a partir de la presencia de cristales hijos de halita,<br />

pero sin realizar ningún tipo de estudio microtermométrico o geoquímico. Según el<br />

mismo autor, estas diferencias podían estar ligadas a que los fluidos fueron producto del<br />

emplazamiento de intrusivos riolíticos y que la fluorita precipitó en aureolas de<br />

metasomatismo lejos de los cuerpos intrusivos, mientras que los sulfuros precipitaron en<br />

las zonas más cercanas a la fuente.<br />

Fig. 5.2 Dibujo representativo de la evolución genética de la mineralización de fluorita de<br />

“<strong>El</strong> <strong>Tule</strong>” (Tempe y Grogan, 1963).<br />

Posteriormente, Kesler (1977) realiza uno de los primeros estudios geoquímicos<br />

en los yacimientos de fluorita del NE de México, utiliz<strong>and</strong>o las técnicas de<br />

microtermometría e isotopía estable de S en muestras de los principales distritos<br />

mineros del estado de <strong>Coahuila</strong>. Este autor estudió mediante microtermometría una gran<br />

cantidad de inclusiones fluidas en cristales de fluorita tomados en mantos, vetas y las<br />

77


“aureolas” de mineralización en contacto con los cuerpos riolíticos. La mayor parte de<br />

las inclusiones estudiadas eran secundarias, de pequeño tamaño y de formas poco<br />

regulares, bifásicas y mon<strong>of</strong>ásicas (L-V y V). Las inclusiones fluidas que presentaron<br />

únicamente fase vapor fueron explicadas bajo fenómenos de ebullición periódica<br />

(Kesler, 1981). En algunas inclusiones encontró hidrocarburos en forma liquida, aunque<br />

no explicó su origen o significado. Los sólidos encontrados en las inclusiones primarias<br />

en los mantos mineralizados correspondieron a cristales pequeños e irregulares,<br />

incoloros y con una alta birrefringencia (no fueron identificados). La microtermometría<br />

se centro únicamente en fluorita y as inclusiones contenidas en los cristales de celestina<br />

y yeso de algunos de los distritos no fueron estudiadas.<br />

Los resultados microtermométricos arrojaron temperaturas de homogeneización<br />

de entre 130° y 437°C, con salinidades de 8 a 40 eq. en peso de NaCl, donde los<br />

val<strong>ore</strong>s más bajos en Th y salinidad provenían de los mantos estratoligados, y los más<br />

altos de las vetas directamente en contacto con los cuerpos intrusivos riolíticos.<br />

Los resultados de isotopía de S tomadas de muestras de sulfatos (celestitas)<br />

sugirieron que la composición isotópica del S (δ 34 S) es más pesada hacia los cuerpos<br />

riolíticos que hacia las rocas carbonatadas. Kesler (1977) concluye que los datos, pese a<br />

ser similares a los encontrados en distritos mineros del tipo MVT en el Valle del<br />

Mississippi, en <strong>Coahuila</strong> se comportan de forma mas ambigua, guard<strong>and</strong>o una relación<br />

mas estrecha con el magmatismo riolítico, y que los cambios en temperatura y salinidad<br />

se debieron a las distancia con la fuente del flúor y los fluidos. Este autor concluye que<br />

las mineralizaciones se forman en el instante en que los magmas riolíticos interceptan<br />

aguas formacionales contenidas en las calizas, calentándoles y enriqueciéndolas en F y<br />

S.<br />

Kesler (1981, estudió la isotopía estable de S y Sr en depósitos de celestina,<br />

barita y yeso de esta área, sosteniendo que probablemente que estos depósitos fueron<br />

formados por elementos derivados de la cuenca debido a procesos diagenéticos (Kesler,<br />

1977). Mientras el S en celestina parece ser derivado de las rocas carbonatadas locales,<br />

el Ba y el Sr encontrados en la barita y celestina pudieron ser derivados de rocas<br />

clásticas (Arcosa Pátula y Arcosa San Marcos). La celestina de el <strong>Tule</strong> fue considerada<br />

tiempo después como un producto diagenético derivado de materiales salinos de la<br />

formación McKnight (Fm. Aurora – Acatita) (Magliola-Mundet, 1989).<br />

78


Kesler (1983) realizó un estudio sobre la geoquímica del Sr, analiz<strong>and</strong>o la<br />

relación isotópica 87 Sr/ 86 Sr en estos depósitos. Este autor indica que la composición<br />

isotópica del Sr en las fluoritas del NE de México se puede interpretar a partir de una<br />

mezcla de Sr proveniente de cuerpos riolíticos emplazados durante el terciario con Sr<br />

derivado de las rocas carbonatadas del Cretácico. A su vez sugiere que son las calizas<br />

en las que se emplaza la mineralización la fuente principal del Sr para la mayoría de las<br />

muestras tomadas de los distritos mineros de <strong>Coahuila</strong>. La roca caliza presentó val<strong>ore</strong>s<br />

de 600 ppm de Sr en promedio mientras que la riolita solo un promedio de 20 ppm de<br />

Sr. Indic<strong>and</strong>o así que entre el 70 y el 98% del Sr encontrado en las muestras proviene de<br />

los carbonatos y de igual forma entre el 70 y el 98% del F proviene de las rocas<br />

riolíticas (Kesler et al., 1983).<br />

No es hasta los estudios realizados por el Programa de Ge<strong>of</strong>luidos del Centro de<br />

Geociencias de la UNAM (González-Partida, 2002, 2003; Lamadrid et al., 2006;<br />

Levresse et al., 2006; Puente-Solís et al., 2005a, 2005b; Ramos-Rosique, 2004; Ramos-<br />

Rosique et al., 2005; Tritlla et al. 2004a y b, 2005, 2006a y b; 2007; Víllareal-Fuentes<br />

et al., 2005;) que se ha sugerido que este distrito junto con otros de iguales<br />

características son comparables con la tipología MVT (Mississippi Valley-Type<br />

<strong>deposit</strong>s).<br />

González-Partida et al. (2002), mediante el análisis microtermométrico,<br />

petrográfico y de flu<strong>ore</strong>scencia UV en muestras de fluorita provenientes de los mantos<br />

de la mina La Purísima del distrito La Encantada – Buenavista, encuentra rangos de Th<br />

obtenidos en inclusiones fluidas acuosas de entre 80° y 170°C y salinidades de entre 7.8<br />

y 18.1% eq. en peso de NaCl, así como la presencia de inclusiones fluidas con<br />

hidrocarburos (Th entre 50° y 150°C). También sugieren que los resultados tan<br />

dispersos de Th obtenidos por Kesler (1977) correspondieron a muestras de fluorita<br />

tomadas cerca de las aureolas de decrepitación por calor debidas al emplazamiento de<br />

cuerpos riolíticos (distrito minero Pico Etéreo). Concluyeron que la fuente del F fue<br />

probablemente producto de la movilización de fluidos corticales que lixiviaron las rocas<br />

de la provincia alcalina magmática Trans-Pecos. Estos mismos fluidos movilizaron<br />

hidrocarburos provenientes de las rocas sedimentarias de la cuenca, los cuales quedaron<br />

atrapados durante la mineralización en forma de inclusiones fluidas.<br />

Mediante estudios de microtermometría, flu<strong>ore</strong>scencia UV, espectroscopia<br />

Raman e infrarroja así como CLSM, González-Partida et al. (2003) aportaron un mayor<br />

79


número de datos e interpretaron a este y otros distritos mineros de <strong>Coahuila</strong> como<br />

similares a los del tipo MVT. Este distrito posee mantos estratoligados que abarcan<br />

varios kilómetros cuadrados de mineralización sobre rocas del grupo Washita.<br />

Encontraron que la mineralización no posee características que los ligue directamente<br />

con el magmatismo terciario abundante en toda la zona. La modelización P-T realizada<br />

con los datos presentados en inclusiones de hidrocarburos y acuosas, permitió<br />

interpretar la evolución de los fluidos. Estos parecen estar estrechamente ligados a<br />

salmueras de cuenca con altos contenidos de materia orgánica típicas de los yacimientos<br />

tipo MVT. Propusieron que estos fluidos removilizaron el F en su paso por el paquete<br />

sedimentario hasta encontrar una trampa estructural (carbonatos mesozoicos) en la que<br />

las condiciones químicas fueron propicias para su precipitación.<br />

Fig. 5.3.- Relación de halógenos Na/Br vs. Cl/ Br. En inclusiones fluidas de fluorita del<br />

depósito La Encantada (Tritlla et al., 2004a)<br />

Tritlla et al. (2004a) retoman la discusión sobre le origen del F y los mecanismos<br />

de precipitación de fluorita. Llegan a la conclusión de que la fluorita es producto de la<br />

mezcla de dos fluidos diferentes, uno de baja salinidad y otro de alta salinidad<br />

probablemente agua marina evaporada y muy evolucionada. Las inclusiones fluidas de<br />

80


hidrocarburos se encontraron compuestas por aceites pesados y bitumen, indicativos de<br />

una alta degradación térmica. Las temperaturas en inclusiones acuosas y de<br />

hidrocarburos (Th 50° y 150°) junto con la degradación térmica observada, indica la<br />

presencia de un proceso de termorreducción de sulfato (TSR) provoc<strong>and</strong>o la<br />

maduración “in situ” de los hidrocarburos. <strong>El</strong> proceso de maduración orgánica produjo<br />

una gran cantidad de gases, lo cual aumentó la presión del fluido y se formaron así<br />

brechas por fracturación hidráulica. Este trabajo propuso que la precipitación del F fue<br />

producto de un desequilibrio químico en los fluidos, en el que complejos de MgF +<br />

reaccionaron con el CO 2 producto de la degradación térmica de la materia orgánica y<br />

precipitaron form<strong>and</strong>o fluorita (Tritlla et al. 2004a).<br />

En Tritlla et al. (2004b) se utilizó la geoquímica de halógenos para determinar<br />

origen de los fluidos responsables de la mineralización de los yacimientos de fluorita y<br />

celestina en <strong>Coahuila</strong>. Los datos obtenidos en celestina fueron interpretados como una<br />

salmuera que proviene de la mezcla de dos fluidos, uno de alta salinidad que sufrió<br />

evaporación y que posteriormente se diluyo con otro fluido (Fig. 5.3). Esta idea de la<br />

mezcla también se apoya en datos microtermométricos (Tritlla et al., 2004a), puesto<br />

que las salinidades calculadas son mucho men<strong>ore</strong>s al las salinidades que les<br />

correspondería por su composición en halógenos.<br />

Las técnicas utilizadas durante los trabajos realizados al distrito minero La<br />

Encantada – Buenavista, se aplicaron en otros distritos de fluorita, celestina, barita y<br />

metales base Pb-Zn del NE de México que poseen características similares a los de la<br />

Encantada – Buenavista (Puente-Solís et al, 2005; Ramos-Rosique, et al, 2005; Tritlla et<br />

al., 2005, 2006, 2007) los cuales en conjunto presentan las siguientes características:<br />

1. Se alinean paralelos a los bordes de las estructuras paleogeográficas may<strong>ore</strong>s,<br />

mostr<strong>and</strong>o tener una alta relación con sistemas hidráulicos emplazados durante<br />

periodos de deformación. (González-Partida et al., 2003; Lamadrid et al., 2006;<br />

Levresse et al., 2006; Puente-Solís et al, 2005; Ramos-Rosique, et al, 2005;<br />

Tritlla et al., 2004a y b, 2005, 2006a y b, 2007).<br />

2. Suelen aparecer como mantos de reemplazamiento concordantes con la<br />

estratificación, encajonados en rocas carbonatadas de plataforma a diferentes<br />

niveles estratigráficos: la barita encaja en rocas de plataforma del<br />

Kimmeridgiano en la Formación Olvido y del Barremiano en la Formación<br />

81


Cupido; la fluorita en las fácies de plataforma del Albiano Formación<br />

Georgetown y Buda hacia la Plataforma Burros-Salados; y la celestina hacia la<br />

Formación Aurora de la Cuenca de Sabinas y la Formación Acatita en la<br />

Plataforma de <strong>Coahuila</strong> (Puente-Solís, 2005)<br />

3. Estas mineralizaciones pueden presentar alteraciones hidrotermales de baja<br />

temperatura, como dolomitización (Tritlla et al., 2005, 2006, 2007) y<br />

silicificaciones incipientes rode<strong>and</strong>o los mantos estratiformes. Se encuentran<br />

texturas epigenéticas como b<strong>and</strong>as rítmicas de tonos claros y oscuros, radiales<br />

en “abanico”, reemplazamientos coloidales de grano fino, hasta cristales<br />

euhedrales a subhedrales de varios centímetros (Tritlla et al., 2006; 2007).<br />

4. Suelen presentar olor fétido debido a la presencia de H 2 S, materia orgánica en<br />

forma de bitumen e hidrocarburos en las inclusiones fluidas ( González-Partida<br />

et al., 2002, 2003; Kesler, 1977; Lamadrid et a., 2006, Ramos-Rosique et al.,<br />

2005; Tritlla et al., 2004, 2005, 2006, 2007).<br />

Varios aut<strong>ore</strong>s han reportado datos estudios microtermométricos de inclusiones<br />

fluidas en los yacimientos de F, Ba, Pb-Zn y Sr de la zona arroj<strong>and</strong>o resultados<br />

similares en temperaturas de homogeneización (Th) y salinidades.<br />

Autor Año Mina Mineral Th<br />

% en peso<br />

eq. de NaCl<br />

Kesler 1977 <strong>El</strong> Triangulo 126-161°C<br />

Kesler 1977 Santo Domingo 132-160°C<br />

Kesler 1977 <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> Fluorita 128-164°C<br />

González-Partida<br />

et al. 2002 La Purísima Fluorita 50-155°C 5.7-18.3%<br />

González-Partida<br />

et al. 2002 <strong>El</strong> Triangulo 112-138°C 11-15%<br />

González-Partida<br />

et al. 2003<br />

La Encantada<br />

Buenavista Fluorita 80-130°C ~14%<br />

Ramos-Rosique<br />

et al. 2005 <strong>El</strong> Venado Celestina 70-130°C 8-14%<br />

Ramos-Rosique<br />

et al. 2005 <strong>El</strong> Volcán Celestina 70-130°C 8-14%<br />

Puente-Solís et al. 2005a San Marcos Celestina 64.5-105°C 6-13°C<br />

Puente-Solís et al. 2005a Sierra de los Alamitos Pb-Zn 75-160°C 6.8-21.5%<br />

Villarreal-Fuentes<br />

et al. 2005 Sierra de los Alamitos Celestina 64-120°C 4-16%<br />

Puente-Solís et al. 2005b Sierra del Venado Celestina 50-120°C 4.18-14.77%<br />

Lamadrid et al. 2006 <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> Celestina 130-180°C 10.2-12.03%<br />

Lamadrid et al. 2006 <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> Fluorita 120-135°C ~20%<br />

Tabla 5.1.- Tabla de temperaturas reportadas en trabajos anteri<strong>ore</strong>s.<br />

82


Las características de los fluidos determinados a partir de los estudios de<br />

inclusiones fluidas son muy similares a las encontradas en los campos petroleros de la<br />

Cuenca de Sabinas (González- Partida et al., 2002, González-Partida et al., 2003, Tritlla<br />

et al., 2004, 2005, 2006, 2007).<br />

5.2 Distrito Minero de <strong>El</strong> <strong>Tule</strong>.<br />

<strong>El</strong> Distrito Minero <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> es el único reconocido hasta el momento en el NE de<br />

México que presenta celestina y fluorita en sucesión pasiva en la misma estructura<br />

mineralizada. La mineralización se presenta bajo la forma de mantos estratoligados<br />

claramente epigenéticos y con gran continuidad lateral<br />

Este yacimiento ha sido considerado por algunos aut<strong>ore</strong>s (Tempe y Grogan,<br />

1963; Kesler, 1977; Kesler y Jones, 1981) como un distrito minero genéticamente<br />

relacionado a los cuerpos riolíticos terciarios, los cuales se encuentran distribuidos por<br />

todo el NO del estado de <strong>Coahuila</strong>. Esta idea surge en parte porque en otras zonas<br />

mineralizadas, como en el distrito de La Encantada-Buenavista en el NO de <strong>Coahuila</strong>,<br />

se encuentran potentes mantos de fluorita (mineralógicamente muy similar a la<br />

encontrada en el <strong>Tule</strong>, Levresse et al., 2006) cortados por cuerpos riolíticos y otros<br />

cuerpos de fluorita en forma de skarns también relacionados a los intrusivos riolíticos<br />

(Kesler, 1977). Sin embargo algunos aut<strong>ore</strong>s ( Lamadrid et al., 2006; Tritlla et al., 2005,<br />

2006, 2007) han sugerido que la génesis de estos yacimientos no esta controlada por<br />

magmatismo alguno debido a que en el distrito de <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> no se ha observado la<br />

presencia de cuerpo ígneo alguno o de sus efectos.<br />

5.3 Estructura del Yacimiento.<br />

<strong>El</strong> depósito “<strong>El</strong> <strong>Tule</strong>” esta constituido por un manto estratoligado de celestina y<br />

fluorita que varía en espesor desde unos pocos centímetros hasta unos 2 m como<br />

máximo. Algunos aut<strong>ore</strong>s (Kesler, 1977; Kesler y Jones, 1981) indican que el cuerpo<br />

mineralizado se encuentra encajado en la Formación Georgetown, utiliz<strong>and</strong>o a la<br />

formación del Río como limite de permeabilidad superior. No obstante, las últimas<br />

interpretaciones indican que el manto mineralizado se encuentra exclusivamente<br />

encajonado en los carbonatos de la Formación Buda (S. Baca, com. per. en Tritlla et al.,<br />

2006).<br />

83


Durante el presente estudio realizó un muestreo detallado según secciones<br />

verticales que cruzan el manto mineralizado en varios puntos del yacimiento.<br />

Fig. 5.4 Foto panorámica de algunas de las minas del distrito minero “<strong>El</strong> <strong>Tule</strong>”.<br />

La roca encajonante es una caliza arrecifal, porosa, en ocasiones con altos<br />

contenidos de arcilla, y con alta permeabilidad secundaria producto de la disolución y<br />

fracturación que presenta. Asimismo, se observan algunos nódulos de sílice (de<br />

diferentes tamaños) de origen diagenético, claramente anteri<strong>ore</strong>s a la formación del<br />

depósito.<br />

<strong>El</strong> manto mineralizado está controlado estructuralmente por una superficie de<br />

estratificación que ha jugado como falla sub horizontal (layer parallel slip) durante su<br />

historia, cre<strong>and</strong>o espacios irregulares abiertos que han sido afectados por el proceso de<br />

mineralización hidrotermal, ya sea por la presión del fluido, la corrosión parcial de las<br />

paredes de la estructura, como por la fuerza de cristalización de la celestina, cre<strong>and</strong>o<br />

una estructura en “chorizeras” o “pinch <strong>and</strong> swell”, parcialmente<br />

ocupadas/reemplazadas por cristales de celestina dispuestos según ritmitas, y<br />

ocasionalmente por cristales de fluorita.<br />

<strong>El</strong> manto mineralizado se caracteriza por la presencia de diferentes texturas que<br />

se encuentran distribuidas en vertical (zoneamiento) con respecto al manto<br />

mineralizado. Hacia las paredes del manto (limites superior e inferior) se observa un<br />

84


eemplazamiento incipiente de la roca por cristales de celestina, formándose ritmitas de<br />

este mismo mineral de grano fino. En el centro del manto coexisten cristales<br />

deformados de celestina, con cristales idiomórficos gr<strong>and</strong>es no deformados (posteri<strong>ore</strong>s)<br />

que crecen en abanico, sugiriendo un crecimiento en espacio vacío. Esta celestina no<br />

ocupa completamente dicha porosidad, que es posteriormente utilizada por una<br />

generación tardía de fluorita.<br />

Fig. 5.5.- Estructura del manto, siguiendo la estratificación.<br />

La presión del fluido y la fuerza de cristalización de la celestina, así como las<br />

superficies de deslizamiento permitieron durante el crecimiento crear estas cavidades<br />

(del tipo “pinch <strong>and</strong> swell”). A mediana escala se aprecian, en los lugares donde el<br />

manto aumenta su espesor, como los gr<strong>and</strong>es cristales no deformados de celestina<br />

presentan b<strong>and</strong>eamientos en decimétricos en tonalidades de blanco, los cuales se<br />

disponen según ritmitas de mayor escala.<br />

La fluorita aparece siempre de forma muy subordinada, presentándose como la<br />

última fase en precipitar, siempre posterior a la celestina. La fluorita se presenta bajo la<br />

forma de cristales subhedrales a euhedrales de col<strong>ore</strong>s blanco, morado o incoloro con<br />

algunos horizontes oscuros debido a la presencia de materia orgánica. Las may<strong>ore</strong>s<br />

cantidades de fluorita siempre se localizan a favor de las cavidades más tardías que no<br />

fueron ocupadas completamente por celestina, apareciendo en forma de gr<strong>and</strong>es<br />

85


cristales de subhedrales a euhedrales. <strong>El</strong> resto de la fluorita aparece en pequeñas<br />

cantidades alrededor de todo el yacimiento en diferentes niveles del manto.<br />

A<br />

Fig. 5.6 B<strong>and</strong>eamientos rítmicos (ritmitas). A) Horizontes de ritmitas en bolsada,<br />

intercalación de b<strong>and</strong>as blancas y oscuras. B) Muestra de mano donde se observan las<br />

b<strong>and</strong>as de cristales más gr<strong>and</strong>es (blanco) con b<strong>and</strong>as de cristales pequeños mal<br />

desarrollados (oscuro).<br />

Una de las características principales de este distrito es la coexistencia de<br />

celestina y fluorita en el mismo nivel mineralizado, a diferencia de otros distritos<br />

mineros estratoligados (p.e. La Encantada-Buenavista), en el que se aprecian varios<br />

niveles de mineralización monominerálica controlados estructuralmente por la<br />

intersección de barreras de baja permeabilidad y fallas de bajo ángulo (“layer-parallel<br />

slip”; Tritlla et al., 2004).<br />

C<br />

B<br />

D<br />

A<br />

Fig. 5.7.- Cristales de celestina y fluorita rellen<strong>and</strong>o espacios. Izquierda: gr<strong>and</strong>es cristales<br />

de celestina no deformada y fluorita (morada) rellen<strong>and</strong>o espacios . Derecha: a) Celestina<br />

microcristalina; b) Cristales tabulares de celestina deformada; c) Cristal centimétrico de<br />

celestina sin deformar; d) Cristal de fluorita rellen<strong>and</strong>o espacios entre cristales deformados<br />

de celestina .<br />

5.4 Petrografía y Mineragrafía<br />

Se realizó un muestreo detallado en el distrito (122 muestras), tanto cort<strong>and</strong>o el<br />

nivel mineralizado como en los alreded<strong>ore</strong>s del yacimiento, para determinar la<br />

86


mineralogía y petrografía, las texturas de reemplazamiento en la roca de caja, así como<br />

su sucesión mineralógica.<br />

5.4.1 Roca Encajonante.<br />

La roca mineralizada es una fácies arrecifal de la Formación Buda. Está<br />

constituida por calizas porosas con alto contenido de fósiles, las cuales van de<br />

mudstones a packstones, con terrígenos arcillosos. Aparecen abundantes zonas de<br />

disolución, con la formación de pequeños espelotemas y la generación de una alta<br />

porosidad. Es común la presencia de nódulos de sílice microcristalina, en texturas<br />

col<strong>of</strong>ormes. Estos nódulos de sílice (silex) claramente predatan la mineralización, y<br />

muy probablemente se formaron durante las tapas diagenéticas tempranas que afectaron<br />

a estos carbonatos.<br />

Cabe destacar que en el área estudiada no se han observado niveles evaporíticos<br />

que serían esperables en rocas de plataforma. No obstante, si que se han observado<br />

moldes de evaporitas (porosidad móldica) al microscopio, porosidad que ha sido<br />

ocupada por los minerales presentes en el depósito. (Fig. 5.10).<br />

Fig. 5.8.- Roca Encajonante y Fósiles. Caliza micrítica con alta porosidad<br />

secundaria, algunos de estos poros presentan hábitos de cristales anteri<strong>ore</strong>s<br />

(moldes de anhidritas) (izquierda). Fósiles reemplazados por cristales de<br />

celestina (derecha).<br />

5.4.2 Manto mineralizado<br />

La mineralización presenta texturas que observan claros patrones de<br />

reemplazamiento (celestina) y de crecimiento en espacios abiertos (celestina y fluorita),<br />

que difieren con las observaciones realizadas por aut<strong>ore</strong>s anteri<strong>ore</strong>s (Kesler, 1977;<br />

87


Tempe & Grogan, 1963). A continuación se presenta una revisión textural y<br />

mineragráfica de los minerales económicos presentes en el manto.<br />

5.4.2.1.- Celestina<br />

La celestina se formó en el primer estadio de la mineralización donde la primera<br />

generación de celestina se caracteriza por aparecer bajo la forma de cristales<br />

subhedrales pequeños y deformados, dispuestos bajo la forma de ritmitas pas<strong>and</strong>o a<br />

cristales subhedrales a euhedrales ya centimétricos también deformados. Esta<br />

generación de celestina da paso a la principal (volumétricamente habl<strong>and</strong>o), constituida<br />

por cristales euhedrales decimétricos sin deformar.<br />

En todos los casos, la celestina se observa al microscopio de polarización<br />

(nícoles paralelos) como cristales prismáticos de col<strong>ore</strong>s traslucidos, amarillos y<br />

blancos, con un relieve apenas superior al del medio de montaje (resina UV). Bajo<br />

nícoles cruzados posee una baja birrefringencia, con col<strong>ore</strong>s de interferencia de primer<br />

orden gris, amarillo y azul y extinción simétrica. Se han observado las siguientes<br />

texturas:<br />

Caracterìsticas texturales presentes en la celestina<br />

Ritmitas<br />

Las ritmitas son fácies constituidas por la alternancia rítmica de dos litologías<br />

diferentes, en el caso de los yacimientos minerales se refiere a una sucesiva<br />

intercalación de dos o más horizontes de minerales dispuestos en b<strong>and</strong>as. En el<br />

yacimiento <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> se observa esta sucesión hacia las paredes de la estructura<br />

mineralizada (y en las zonas de menor grosor del manto), en contacto con roca<br />

encajonante “fresca” a escala micrométrica (observables bajo lámina delgada, Fig. 5.9)<br />

y hacia el interior del depósito, estas ritmitas son de escala centi-decimétrica (Fig. 5.6).<br />

Estas intercalaciones rítmicas (micrométricas) están constituidas por cristales<br />

pequeños y deformados de celestina (horizontes claros) con restos de la roca caliza<br />

encajonante parcialmente corroida (horizontes oscuros). Esta ritmicidad celestina-roca<br />

está mimetiz<strong>and</strong>o un b<strong>and</strong>eamiento (figura 5.9) previo de origen diagenético,<br />

determinado por la disposición en b<strong>and</strong>as subparalelas de moldes evaporitas (anhidrita),<br />

actualmente substituidos por celestina y calcita (este último posterior a la<br />

88


mineralización económica). La fuerza de crecimiento de la celestina, nucleada a partir<br />

de las antiguas anhidritas, es la que finalmente genera la disposición ritmítica, tanto al<br />

“separar” la roca como al incluir parcialmente fragmentos de la misma (cristales<br />

poiquilíticos) (Fig. 5.9).<br />

Fig. 5.9.- A) Ritmitas a escala micrométrica donde se observan los cristales de celestina<br />

siguiendo a los moldes de anhidrita (en color gris turbio). B) Ampliación de la fotografía<br />

donde se observan los moldes de anhidrita con cristales de celestina creciendo dentro. C)<br />

Restos corroidos de anhidrita dispuestos poikeliticamente en un cristal de celestina.<br />

Obsérvese que estos col<strong>ore</strong>s son muy similares a los que presenta la anhidrita en estado<br />

natural. D) Micr<strong>of</strong>otografía de cristales de anhidrita en una secuencia sedimentaria del<br />

Golfo de México (arriba a la derecha).<br />

Estas ritimitas adquieren mayor dimensión a medida que nos movemos hacia el<br />

centro de la estructura mineralizada, al ir aument<strong>and</strong>o paralelamente el tamaño de los<br />

cristales de celestina, disminuyen los restos de roca encajonante, encontrándose ya<br />

completamente corroida en algunos sect<strong>ore</strong>s. La ritmicidad en esta zona viene dada<br />

tanto por la sucesión de cristales de celestina creciendo en abanico hacia el interior de la<br />

estructura, así como por los cambios de color debido a los diferentes pulsos de fluido.<br />

En este caso, la ritmicidad no es producto de la substitución de una estructura previa<br />

(evaporitas), si no es debida a un régimen pulsatil de fluidos a partir del cual precipitó<br />

89


esta generación de celestina. Este régimen pulsatil provoca pequeñas diferencias en la<br />

composición del fluido así como en la velocidad de nucleación (Fig. 5.9).<br />

Los cristales de calcita que reemplazan fantasmas de cristales previos en textura<br />

fenestral encontrados en la roca encajonante podrían representar cristales de anhidrita<br />

que durante el flujo hidrotermal fueron removidos y corroidos para posteriormente<br />

reprecipitan en forma de celestina con algunas inclusiones de lo que quedo de este<br />

mineral. Esto explica porque la mineralización se concentra en un solo manto<br />

mineralizado y un solo nivel estratigráfico en la zona.<br />

Cristales Subhedrales deformados de celestina<br />

Una característica única de este yacimiento es que las primeras generaciones de<br />

celestina en precipitar aparecen deformadas por lo que son, al menos, sincrónicas con la<br />

generacion y movimiento de la estructura mayor. Estas celestinas se presentan bajo la<br />

forma de cristales prismáticos con extinción ondulante por deformación, tal y como se<br />

pone de manifiesto por la distribución de las inclusiones fluidas, dispuestas según zonas<br />

de crecimiento de la celestina, también deformados. En todo caso, la deformación puede<br />

deberse debido a que la celestita simula cementos sin-cinemáticos (que han crecido a la<br />

vez que se da la deformación), o que esta deformación es posterior a la formación de la<br />

celestina, probablemente debido a la cinética de precipitación de este mineral.<br />

Fig. 5.10.- Cristales deformados de celestina, la extinción ondulante del cristal así como la<br />

falta de fracturas indican que la deformación se llevó a cabo durante el crecimiento del<br />

cristal. Se observa el gran contenido de inclusiones fluidas que siguen planos paralelos al<br />

cristal (eje c).<br />

90


Cristales Euhedrales decimétricos no deformados de celestina.<br />

Se encuentran como la tercera generación de celestina conformada por cristales<br />

idiomórficos de centimétricos a decimétricos no deformados dispuestos hacia el centro<br />

del manto. Estos cristales son de euhedrales a subhedrales y son los mas gr<strong>and</strong>es vistos<br />

en el distrito. Se localizan en acumulaciones irregulares dentro de la superficie de<br />

corrimiento sub-horizontales similar al tipo pinch & swell creciendo en espacios vacíos.<br />

Haciendo un análisis individual de los cristales de celestina se observaron<br />

inclusiones de cristales subhedrales corroidos que presentan altos col<strong>ore</strong>s de<br />

interferencia y son similares a la anhidrita, mineral común en cuencas sedimentarias<br />

producto de la deshidratación de los niveles evaporíticos en rocas de plataforma.<br />

Fig. 5.11.- Cristales euhedrales de celestina sin deformación (izquierda). Cristal de<br />

celestina sin deformar (color blanco) creciendo en un molde de anhidrita (café claro) que<br />

conserva relinctos de la anhidrita, junto con matriz microcristalina (café oscuro) de cristales<br />

de cuarzo bipiramidal que corroen el cristal no deformado de celestina.<br />

5.4.3 Fluorita:<br />

En el yacimiento aparece siempre como mineral tardío, llen<strong>and</strong>o espacios vacíos<br />

dejados por las superficies de desplazamiento horizontal y que no fueron rellenados por<br />

la celestina. Es de destacar que no se encuentran inclusiones de celestita dentro de los<br />

cristales de fluorita lo cual es una evidencia de que no existió co-precipitación (Tritlla et<br />

al., 2005; Fig. 5.13). Se observo que los cristales de fluorita rellenan los huecos dejados<br />

tanto por la roca encajonante como entre los cristales subhedrales deformados y los<br />

cristales euhedrales y subhedrales de celestina no deformados.<br />

91


La fluorita al microscopio se observa como cristales cúbicos incoloros con<br />

zoneamiento por disposición de b<strong>and</strong>as de color. Es un mineral isotrópico (al cruzar<br />

nícoles no presenta comportamiento óptico) euhedral y el con exfoliación perfecta.<br />

Fig. 5.12.- Cristales de fluorita. Los cristales de fluorita son incoloros bajo luz normal<br />

(izquierda). La fluorita es un mineral isotrópico que al cruzar los nícoles se observa de color<br />

negro con líneas de clivaje de col<strong>ore</strong>s de alto orden (derecha).<br />

Cuarzo bipiramidal<br />

Dentro de los cristales de fluorita se observan inclusiones de cuarzo bi-piramidal<br />

junto a acumulaciones de materia orgánica de col<strong>ore</strong>s amarillo, café y negro y caolinita<br />

siguiendo en ocasiones los planos de crecimiento. La materia orgánica pasa de material<br />

sólido a líquido, incluyendo aceite atrapado en forma de inclusiones fluidas. Se observa<br />

que estos cristales de cuarzo forman una matriz microcristalina que corroe a cristales de<br />

celestina y fluorita (Fig. 5.11).<br />

Esto mismo que se observa en cristales de fluorita de distritos mineros similares<br />

al del <strong>Tule</strong> como el de Kentucky-Illinois. Las diferentes texturas y col<strong>ore</strong>s de la materia<br />

orgánica (bitumen) aparentan haber sufrido varios episodios de degasificación y<br />

variación térmica (Richardson & Pinckney, 1984).<br />

5.4.4 Secuencia Mineral (Paragénesis)<br />

La estructura mineralizada presenta 3 episodios de precipitación que conservan<br />

características petrográficas distintivas entre ellas. <strong>El</strong> primer episodio se representa por<br />

la formación de ritmitas micrométricas (celestina 1) y macrométricas (celestina 2) de<br />

cristales subhedrales y anahedrales con evidencias de deformación. Un segundo<br />

92


episodio (celestina 3) de cristales de subhedrales a euhedrales de celestina sin deformar,<br />

que crecen en espacios vacíos (mayor abundancia en el distrito). <strong>El</strong> último episodio está<br />

constituido por cristales de fluorita también sin deformar creciendo entre los cristales de<br />

las anteri<strong>ore</strong>s generaciones. Sincrónicamente a estos se observa la precipitación de<br />

cristales bipiramidales de cuarzo (típicos de sistemas hidrotermales de baja<br />

temperatura).<br />

Fig. 5.13.- Secuencia paragenética del distrito minero “<strong>El</strong> <strong>Tule</strong>”<br />

5.5 Resultados de Geoquímica<br />

5.5.1 Inclusiones Fluidas<br />

5.5.1.1 Petrografía<br />

Se seleccionaron 8 muestras para el estudio microtermométrico. A tal efecto, se<br />

realizó un bosquejo general de la cada una de las muestras. Se localizaron los minerales<br />

presentes, la posición de las fracturas y las zonas de mayor abundancia de inclusiones<br />

fluidas. Una vez descrita la muestra, se describieron y clasificaron las inclusiones<br />

fluidas según su posición, morfología, grado de relleno, color y tamaño.<br />

Una vez localizadas las inclusiones a estudiar, se descartaron aquellas que<br />

presentasen fenómenos de modificación post-atrapamiento, como decrepitación,<br />

93


“necking down” y pérdida de fluido (“leakage”), puesto que estos fenómenos alteran los<br />

resultados analíticos, tanto la salinidad como las temperaturas de homogeneización.<br />

En general, solo se estudiaron aquellas inclusiones fluidas primarias que no<br />

presentasen indicios “a priori” de modificación, puesto que son las que representan a las<br />

condiciones y composición de los fluidos que dieron origen al depósito.<br />

Fig. 5.14.- Inclusiones fluidas en celestina (izquierda) y fluorita (derecha).<br />

Una vez encontradas y localizadas las inclusiones, se procedió a la separación de<br />

las laminas doblemente pulidas del portaobjetos, para lo cual se utilizó una caja de petri<br />

y acetona para despegar la muestra. Durante este proceso las muestras se rompen<br />

dependiendo de las zonas de fractura y de crecimiento cristalográfico, para lo cual la<br />

localización previa de las inclusiones fluidas mediante dibujos, fotografías o croquis<br />

evita mucho trabajo de recuperación de las muestras.<br />

5.5.1.2 Inclusiones fluidas en Celestina<br />

Tipos de Inclusiones Fluidas<br />

En todas las muestras de celestina que se han estudiado, se ha puesto en<br />

evidencia la presencia de inclusiones primarias bifásicas (L-S, L-V) y trifásicas (L-V-<br />

S). Asimismo, se localizaron inclusiones mon<strong>of</strong>ásicas (L) secundarias, posiblemente<br />

muy tardías con respecto a la formación del depósito. La presencia de estas inclusiones<br />

mon<strong>of</strong>ásicas es común en la celestina debido a que esta presenta planos de exfoliación<br />

perfectos que pueden atrapar agua de cualquier origen por capilaridad.<br />

Se escogieron para el estudio aquellas inclusiones fluidas bifásicas y trifásicas<br />

localizadas en zonas con un mayor número de inclusiones fluidas y con relaciones<br />

94


volumétricas (L/V) consistentes. Se observaron petrográficamente los sólidos dentro de<br />

estas inclusiones para determinar por métodos ópticos si eran cristales atrapados o<br />

cristales hijos. Esto se comprobó posteriormente durante los análisis<br />

microermométricos.<br />

Fig. 5.15.- Inclusiones fluidas en celestina. Se observa una inclusión bifásica (L-V) con<br />

textura regular semi circular y una relación de líquido de 0.95.<br />

Para las muestras de “<strong>El</strong> <strong>Tule</strong>” se utilizo una platina calentable y enfriable<br />

Chaixmeca montada en un microscopio Zeiss con objetivos de 5x y 20x de largo<br />

alcance. Debido a su practicidad y facilidad de manejo se utilizó para medir en todas las<br />

muestras temperaturas de homogeneización (Th) y de fusión del ultimo cristal de hielo<br />

(Tf). Para congelar las muestras se utilizó nitrógeno líquido proveniente del almacén de<br />

gases del Instituto de Neurobiología.<br />

Resultados microtermométricos.<br />

Para el estudio microtermométrico se escogieron 4 muestras (números 02, 12, 43<br />

y 79) que representaran los 2 episodios de mineralización de la celestina. Las muestras<br />

02 y 79 corresponden el primer episodio de mineralización. La muestra 02 fue tomada<br />

del borde superior del manto, y se caracteriza por presentar una serie de pequeños<br />

cristales alargados y deformados; la muestra 79 forma parte de la segunda generación y<br />

es parte de un gran cristal subhedral deformado de este mineral. Las muestras 12 y la 43<br />

son parte del tercer episodio de mineralización y fueron tomadas del centro de la<br />

mineralización de gr<strong>and</strong>es cristales decimétricos no deformados.<br />

95


Se midieron 162 inclusiones fluidas en celestina, de las cuales 95 corresponden a<br />

inclusiones de los primeros episodios de mineralización (muestras 02 y 79),<br />

caracterizadas por la presencia mayoritaria de inclusiones fluidas bifásicas (solo 5<br />

trifásicas) con un grado de relleno (L/V) de entre 0.7 y 0.9. Asimismo, se midieron 67<br />

inclusiones fluidas correspondientes al segundo episodio de mineralización, de las<br />

cuales 12 fueron inclusiones trifásicas y el resto bifásicas, con un grado de relleno (L/V)<br />

alrededor de 0.9.<br />

Los resultados obtenidos del análisis microtermométrico indican temperaturas<br />

eutécticas del sistema cercanas a los –40°C (en las inclusiones que se logro identificar),<br />

con temperaturas de fusión de la hidrohalita entre los –18°C y los -14°C. Las<br />

temperaturas de fusión del último cristal de hielo varían entre los –12°C y los 0°C, y las<br />

temperaturas de homogeneización se sitúan entre los +80°C y los +220°C.<br />

La temperatura del eutéctico alrededor -40°C sugiere la presencia de CaCl 2 en la<br />

solución; no obstante, las temperaturas de fusión de la hidrohalita (entre –18°C y los -<br />

14°C) indican sin lugar a dudas que dicha salmuera está dominada por NaCl como sal<br />

mayor en solución. Así, la salinidad para cada inclusión fué calculada mediante el<br />

programa MacFlinCor (Brown y Hageman, 1994) consider<strong>and</strong>o el sistema NaCl-H 2 O y<br />

a partir de las temperaturas de fusión del último cristal de hielo. Las salinidades así<br />

calculadas se encuentran entre el 0 y el 14% en peso equivalente de NaCl.<br />

Durante los ensayos microtermométricos se intentaron homogeneizar los sólidos<br />

presentes en las inclusiones fluidas para determinar si eran cristales hijos o sólidos<br />

atrapados. Estos no homogeneizaron ni a altas temperaturas, por lo que se les ha<br />

considerado como cristales atrapados durante la precipitación de la celestina.<br />

Inclusiones fluidas en la celestina deformada.<br />

Las muestras de los cristales precipitados en el primer episodio de<br />

mineralización de la celestina (muestras 02 y 79) presentan una gran dispersión en las<br />

temperaturas de homogeneización (80°C hasta los 200°C) y en salinidad (0 al 17%). En<br />

el diagrama Th vs. Salinidad se observa una dispersión de las familias de datos hacia<br />

val<strong>ore</strong>s de Th may<strong>ore</strong>s a igual salinidad sugiriendo que han sido afectadas por<br />

deformación o calentamiento, aument<strong>and</strong>o su volumen original (stretching) y, por tanto,<br />

su Th. Además, es posible que también existan pérdidas de fluido (“leakage”), que<br />

originarían una dispersión similar a la de una mezcla de fluidos.(Fig. 5.17). Pese a esta<br />

96


dispersión en los datos, se puede observar que la mayoría de las inclusiones presenta<br />

temperaturas de homogeneización a los 130°C y una salinidad entre el 10 y el 13%.<br />

La celestina es un mineral con poca dureza (3.5 en la escala de Moss) el cual al<br />

estar sometido a un esfuerzo tiende a romperse. Al crecer bajo un esfuerzo constante los<br />

minerales tienden a deformarse plásticamente, modific<strong>and</strong>o así sus condiciones<br />

originales de atrapamiento.<br />

20<br />

15<br />

Stretching<br />

% de wt. en NaCl<br />

10<br />

5<br />

0<br />

12<br />

10<br />

8<br />

6<br />

4<br />

2<br />

Frecuencias<br />

2<br />

4<br />

6<br />

8<br />

10<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de homogeneización (Th)<br />

Fig. 5.16.- Diagrama Th vs. salinidad junto con sus histogramas de frecuencia para la Th y<br />

salinidad (% eq. en peso de NaCl). En círculos negros se observan los datos para la muestra<br />

2 y en triángulos rojos los datos representativos de la muestra 79.<br />

Celestina no deformada<br />

Las muestras estudiadas representativas del segundo episodio de mineralización<br />

(muestras 12 y 43) tomadas de cristales de celestina euhedrales y sin deformar,<br />

muestran rangos de temperatura de homogeneización entre los 110° y los 220°C, con un<br />

máximo de frecuencia entre los 130° y los 140°C. Las salinidades calculadas varían<br />

entre 0-12 % en peso equivalente de NaCl, con un máximo de frecuencia entre 7-9% en<br />

peso equivalente de NaCl.<br />

97


Pese a observarse incrementos de temperatura producidos por cambios postatrapamiento<br />

(stretching), los datos encontrados en los cristales no deformados<br />

pertenecientes al segundo episodio de mineralización (muestras 12 y 43) son presentan<br />

una distribución que indica que sus características iniciales se han conservado mejor<br />

que en el caso anterior. Así, a partir de la distribución de los datos, una vez filtrados, es<br />

posible determinar que uno de los mecanismos de precipitación que actuó para la<br />

formación del depósito es la mezcla de soluciones, posiblemente entre un fluido de<br />

menor salinidad y temperatura con otro de mayor salinidad y temperatura.<br />

20<br />

15<br />

% de wt. en NaCl<br />

10<br />

5<br />

Stretching<br />

0<br />

10 8 6 4 2<br />

Frecuencias<br />

1<br />

2<br />

3<br />

4<br />

5<br />

6<br />

7<br />

8<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de homogeneización (Th)<br />

Fig. 5.17.- Diagrama Th vs. Salinidad junto con los correspondientes e histogramas de<br />

frecuencia para la Th y salinidad. Los círculos rojos representan los datos de la muestra 12<br />

y los triángulos negros a la muestra 43. La distribución sugiere una posible mezcla entre un<br />

fluido de menor salinidad y temperatura con otro de mayor salinidad y temperatura.<br />

Es importante resaltar la ausencia de inclusiones fluidas con hidrocarburos en<br />

estos cristales de celestina. Estos son usualmente comunes en minerales en cuencas<br />

sedimentarias y ya observados en distritos minerales de la zona del estado de <strong>Coahuila</strong><br />

(González-Partida et al., 2003; Puente-Solís et al., 2005; Ramos-Rosique et al., 2005;).<br />

98


20<br />

15<br />

% de wt. en NaCl<br />

10<br />

5<br />

0<br />

20<br />

15<br />

10<br />

5<br />

Frecuencias<br />

2<br />

4<br />

6<br />

8<br />

10<br />

12<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura dehomogeneización (Th)<br />

Fig. 5.18.- Diagrama compuesto de las muestras de celestina con procesos de deformación<br />

(2 y 79 en rojo) y sin deformar (12 y 79 en negro). Se observa en el campo redondeado<br />

donde coinciden el mayor numero de datos a los 130°C y entre los 7-9% de salinidad.<br />

5.5.1.3 Fluorita<br />

Tipos de Inclusiones Fluidas<br />

Inclusiones Acuosas<br />

La fluorita representa el último episodio de mineralización en la zona. Se<br />

escogieron 4 muestras de cristales gr<strong>and</strong>es y translucidos (muestras 13a, 13b, 77a y 77b)<br />

para los estudios de microtermometría. Se estudiaron un total de 123 inclusiones fluidas<br />

de las cuales las más abundantes fueron bifásicas (87) y algunas trifásicas (36). La<br />

morfología de estas inclusiones es en su mayoría regular, de formas redondeadas salvo<br />

algunas que presentan formas irregulares y que probablemente representen inclusiones<br />

fluidas reequilibradas (Fig. 5.20), al estar rodeadas de “nubes” constituidas por<br />

abundantes inclusiones fluidas mucho más pequeñas. Las relaciones volumétricas<br />

observadas se sitúan entre 0.8 0.9 (L/V). En su mayoría las inclusiones primarias<br />

encontradas se distribuyen principalmente siguiendo los planos de crecimiento del<br />

99


cristal. Se encontraron a su vez inclusiones bifásicas y trifásicas claramente secundarias<br />

que siguen planos de fractura.<br />

Las inclusiones trifásicas encontradas en fluorita presentaban uno o varios<br />

sólidos atrapados pero, debido al tamaño tan pequeño del cristal resultó muy difícil<br />

observar algunas de sus propiedades ópticas que pudiesen dar pistas sobre su<br />

composición. No obstante, la alta birrefringencia observada en algunos cristales así<br />

como la forma de los mismos indican que pudiese tratarse de carbonatos (calcita o<br />

dolomita). Se observaron que algunos de estos cristales (los mas pequeños) quedaban<br />

atrapados por tensión superficial entre los contactos de la fase vapor y la fase liquida<br />

d<strong>and</strong>o apariencia en ocasiones de una doble burbuja.<br />

Fig. 5.19 (Izquierda) Inclusión fluida en fluorita que presenta un sólido en suspensión<br />

dentro entre la fase vapor y la fase líquida. (Derecha) Inclusión con un sólido<br />

probablemente dolomita o calcita que observa un proceso de reequilibrio con nubes de<br />

inclusiones fluidas muy pequeñas.<br />

Microtermometría<br />

Se identificaron las temperaturas del eutéctico para la fluorita cerca de los –80°C<br />

lo cual indica que el fluido se encuentra en el sistema CaCl 2 . Las temperaturas de fusión<br />

para la hidrohalita (Tfh) varían entre los –28°C y los –22°C. Las temperaturas de fusión<br />

del último cristal de hielo varían desde los -14°C hasta los 0°C con un mayor número d<br />

inclusiones que fusionan entre los -10°C y los -8°C. La salinidad presenta dos rangos<br />

de val<strong>ore</strong>s, el primero entre 0.5-3% y uno segundo, representado por una mayor<br />

cantidad de datos, que va de los 11.5-15% en peso equivalente de de NaCl, con un<br />

máximo de distribución entre 13-13.5%.Al igual que en la celestina los sólidos<br />

100


encontrados en las inclusiones de fluorita son cristales atrapados durante la<br />

precipitación del mineral.<br />

Estas inclusiones fluidas presentan la homogenización a temperaturas entre los<br />

120 y los 155 grados, con un máximo de distribución entre 130-135°C.<br />

20<br />

15<br />

% de wt. en NaCl<br />

10<br />

5<br />

0<br />

35<br />

30<br />

25<br />

20<br />

15<br />

10<br />

Frecuencias<br />

5<br />

5<br />

10<br />

15<br />

20<br />

25<br />

30<br />

35<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de homogeneización (Th)<br />

Fig. 5.20.- Gráfica de Th vs. Salinidad de las muestras de fluorita. <strong>El</strong> grupo de mayor<br />

salinidad presenta una distribución que sugiere la mezcla de fluidos. <strong>El</strong> grupo similar<br />

temperatura de homogeneización pero mucha menor salinidad podría representar la<br />

invasión del sistema por fluidos poco o nada salinos, de origen meteórico.<br />

Se observaron dos grupos de datos en un diagrama Th vs. salinidad (fig. 5.21)<br />

caracterizados por diferencias importantes en salinidad, aunque Th similares.<br />

<strong>El</strong> grupo de mayor salinidad representa las inclusiones fluidas claramente<br />

primarias, y se distribuyen según una línea de mezcla de fluidos, al igual que en el caso<br />

de las inclusiones fluidas en celestina no deformada. Es de destacar la nula dispersión<br />

de los datos que refleja la ausencia de fenómenos post-atrapamiento.<br />

<strong>El</strong> segundo grupo, también muy bien definido, lo constituye un grupo de<br />

inclusiones fluidas de similar temperatura de homogeneización que el caso anterior<br />

(140-150°C) pero aun más baja dispersión, y salinidad prácticamente nula. Estas<br />

101


inclusiones representarían inclusiones fluidas secundarias que no detectadas como tales<br />

durante el estudio petrográfico. Este comportamiento podría representar la invasión del<br />

sistema por fluidos poco o nada salinos, de origen meteórico.<br />

Inclusiones fluidas con Hidrocarburos<br />

En el muestreo de campo se encontraron horizontes dentro de la mineralización<br />

en los que se observaban cristales de fluorita de col<strong>ore</strong>s mas oscuros, los cuales al<br />

romperse desprendían un olor fétido, por lo que se relacionaron con la presencia de<br />

materia orgánica en su interior. La observación de estas muestra bajo microscopía<br />

óptica de polarización permitió confirmar la presencia de hidrocarburos líquidos y<br />

sólidos, bajo la forma de inclusiones fluidas, atrapados en los cristales de fluorita.. Esta<br />

es una característica común de los yacimientos de fluorita que aparecen encajonados en<br />

los carbonatos mesozoicos en <strong>Coahuila</strong> y, por extensión, en México. Asimismo, a nivel<br />

mundial se ha visto que la fluorita, en los depósitos de baja temperatura, es un mineral<br />

que suele ir asociado a materia orgánica líquida, sólida o gaseosa.<br />

Así, se llevó a cabo un estudio específico sobre las asociaciones de inclusiones<br />

fluidas que contenían hidrocarburos. Estos sistemas mixtos (acuosos y de<br />

hidrocarburos) <strong>of</strong>recen la posibilidad de calcular las condiciones reales de atrapamiento<br />

y registrar cambios en la presión durante la formación de los depósitos.<br />

La coexistencia en un mismo plano cristalográfico de inclusiones fluidas acuosas<br />

y con hidrocarburos es la prueba de su co-atrapamiento y de que, por tanto, dan<br />

información precisa sobre un pulso de fluido. Estas inclusiones se localizaron (muestra<br />

54) en zonas aisladas de los cristales de fluorita, en su mayoría atrapadas cerca de los<br />

bordes exteri<strong>ore</strong>s, junto con cristales de cuarzo bipiramidal y agrupamientos de un<br />

material oscuro interpretado como materia orgánica.<br />

En su mayoría las inclusiones de hidrocarburos observadas son pequeñas<br />

(algunas micras de diámetro), con morfología alargada y con fenómenos de reequilibrio<br />

(inclusiones hijas más pequeñas).<br />

Las inclusiones estudiadas son las más gr<strong>and</strong>es y se encuentran coexistiendo con<br />

inclusiones acuosas. Estas inclusiones son bifásicas a polifásicas, encontrándose<br />

mezclas in homogéneas de agua y aceite (color amarillo-ámbar), junto con gases y<br />

sólidos atrapados, ya sea materia orgánica degrada (bitumen) o cristales atrapados (L-V,<br />

102


L-V-S, L 1 -L 2 -V, L 1 -L 2 -V-S, donde L 1 es agua y L 2 es aceite). Los índices de relleno en<br />

estas inclusiones varían entre 0.90 a 0.95 de líquido en las inclusiones mas gr<strong>and</strong>es (ver<br />

Tabla). Las inclusiones fluidas acuosas y de hidrocarburo coexisten hacia el centro de<br />

los cristales entre los bordes oscuros de materia orgánica (Fig. 5.21).<br />

Fig. 5.23 (Izquierda) Inclusiones con hidrocarburos están rodeadas por materia orgánica<br />

degradada junto con cristales bipiramidales de cuarzo. (Derecha) Coexistencia de<br />

inclusiones fluidas con hidrocarburos (amarillo) e inclusiones fluidas acuosas<br />

(translucidas).<br />

5.5.1.5 Análisis y Modelación de Inclusiones Fluidas acuosas y con hidrocarburos<br />

Como se vio en el capitulo de técnicas analíticas, la información que se puede<br />

obtener del estudio de un solo sistema de las inclusiones fluidas es relativamente<br />

limitada. Cu<strong>and</strong>o es posible y existen evidencias del atrapamiento de dos fluidos<br />

inmiscibles, resulta muy ventajoso analizar ambos. Para determinar las condiciones<br />

reales de atrapamiento de un conjunto de fluidos y, por ende, de la precipitación del<br />

mineral que las contiene, es necesario estudiar el las inclusiones con hidrocarburos<br />

junto con las inclusiones acuosas. Una vez analizados ambos, es posible obtener<br />

diagramas de P-T (Presión – Temperatura) en ambos sistemas. <strong>El</strong> cálculo de sus<br />

respectivas isocoras permite determinar mediante su cruce las condiciones más<br />

probables de atrapamiento.<br />

A tal efecto, se seleccionó una muestra de fluorita en la que coexisten<br />

inclusiones fluidas de hidrocarburos y acuosas. Se realizó un estudio de<br />

microespectroscopía Raman, microespectrometría infrarroja (FT-), y reconstrucción<br />

volumétrica de las inclusiones fluidas con hidrocarburos mediante microscopía confocal<br />

láser (CLSM). Este se llevó a cabo en el Laboratorio de Investigación de Inclusiones<br />

103


Acuosas e Hidrocarburos (Petroleum <strong>and</strong> Aquos Inclusiones Research PAIR) del<br />

CREGU-G2R-NRs de Nancy, Francia.<br />

Microespectroscopía Raman en inclusiones acuosas<br />

Esta técnica se utiliza para determinar la cantidad de metano (CH 4 ) que se<br />

encuentra fraccionado en la fase vapor de inclusiones fluidas acuosas. Esta<br />

determinación se realiza cu<strong>and</strong>o la inclusión está homogeneizada ya que así el cálculo<br />

de la cantidad de metano se corresponde con el total del volumen de la inclusión.. En las<br />

inclusiones fluidas acuosas medidas se obtuvieron porcentajes molales que varían<br />

desde el 0.070 al 0.114. A partir de estos val<strong>ore</strong>s, se calcularon las isopletas e isocoras<br />

para este sistema y se representaron un gráfico P-T (figura 5.28)<br />

Mineral Inclusión Fase Th(°C) m NaCl m CH4 m H2S<br />

Fluorita 5 L(v) 133,7 3,62 0,070 0,143<br />

Fluorita 6 L(v) 133 2,81 0,082 0,153<br />

Fluorita 7 L(v) 133 3,25 0,114 0,171<br />

Fluorita 8 L(v) 133 2,91 0,093 0,155<br />

Fluorita 9 L(v) 132,8 3,71 0,095 0,166<br />

Tabla 5.1: Resultados del análisis de inclusiones acuosas contenidas en los cristales de<br />

fluorita del <strong>Tule</strong> obtenidos mediante microespectroscopía Raman<br />

Microtermometría de las inclusiones con hidrocarburos.<br />

Las temperaturas de homogeneización de los hidrocarburos son cercanas a los<br />

65°C, excepto en un caso con 98°C.<br />

N° inclusión Th (°C) [CH 4 ]m [CO 2 ]m [Alk]m CH 2 /CH 3 m<br />

HC1 82,0 29,5 1,9 68,6 5,0<br />

HC2 67,0 38,8 0,7 60,5 5,1<br />

HC3 71,0 30,9 0,9 68,2 5,2<br />

HC4 98,3 48,3 1,5 50,2 7,1<br />

Tabla 5.2 Datos obtenidos mediante con el microespectroscopio infrarrojo.<br />

Microespectroscopía Infrarroja (FT-IR)<br />

Las inclusiones fluidas con hidrocarburos fueron analizadas mediante<br />

microespectroscopía infrarroja para determinar la relación CH 4 /alkanos y CH 4 /CO2 en<br />

una inclusión fluida de hidrocarburos, permitiendo la obtención de las concentraciones<br />

molares de CH 4 , CO 2 y alkanos en dicha muestra. <strong>El</strong> análisis reveló aceites con una<br />

104


elación de CH 2 /CH 3 cercano a 5 molal, cerca de un 30% de CH 4 , y CO 2 en<br />

concentración de 0.7 y 1.9 molal, todo ello indicativo de la presencia de hidrocarburos<br />

pesados<br />

Fig. 5.24 Inclusiones fluidas con hidrocarburos, se observan las fases liquida, gaseosa y<br />

sólidas (bitumen y cristales atrapados).<br />

Fig. 5.25 Espectro FT-IR, inclusión HC2. Se observa el espectro de las especies químicas<br />

CH 2 y CH 3 así como el del agua y el CO 2<br />

Microscopía confocal láser de barrido (CLSM)<br />

De las 4 inclusiones medias con microespectroscopía infrarroja, se tomaron las 3<br />

inclusiones que mostraron no haber sufrido fenómenos de agr<strong>and</strong>amiento, para s medir<br />

105


la relación volumétrica entre el aceite y la fase vapor. Esta relación es una característica<br />

básica para el modelado de la presión real de atrapamiento de las inclusiones con<br />

hidrocarburos y para caracterizar el tipo de hidrocarburos atrapados.<br />

Inclusión<br />

Volumen<br />

min.<br />

(µm 3 )<br />

Volumen<br />

max.<br />

(µm 3 )<br />

Diámetro<br />

vapor<br />

min.<br />

(µm)<br />

Diámetro<br />

vapor<br />

max.<br />

(µm)<br />

Volumen<br />

vapor<br />

min.<br />

(µm 3 )<br />

Volumen<br />

vapor<br />

max.<br />

(µm 3 )<br />

%<br />

volumen<br />

%<br />

volumen<br />

min. de max. de<br />

vapor vapor<br />

contra el contra el<br />

aceite aceite<br />

HC1 209,00 260,00 3,10 3,28 15,59 18,47 5,66 8,12<br />

HC2 322,00 470,00 3,66 3,81 25,66 28,94 5,18 8,25<br />

HC3 86,30 99,00 2,20 2,45 5,57 7,72 5,33 8,22<br />

Tabla 5.3: Resultados del cálculo de la relación volumétrica entre el aceite y la fase vapor<br />

obtenidas mediante la microscopia confocal con escanéo láser para las inclusiones de<br />

hidrocarburo en la fluorita.<br />

Fig. 5.27 Imagen confocal de una inclusión con petróleo. a) imagen con flu<strong>ore</strong>scencia. b)<br />

imagen con luz transmitida.<br />

106


Diagrama del modelado PIT de Inclusiones Fluidas con Hidrocarburos<br />

<strong>El</strong> modelado de las inclusiones fluidas acuosas se basa en la aplicación de la<br />

ecuación de estado de Duan et al. (1992) utiliz<strong>and</strong>o para ello los datos de salinidad (Tf)<br />

y temperatura de homogeneización (Th) obtenidos a partir de microtermometría, y de la<br />

concentración molar de los gases en la inclusión, estimada mediante microsonda<br />

Raman.<br />

Fig. 5.28 Modelado de P-T para la precipitación de fluorita. Se observa el punto en el que<br />

se cruzan las isocoras de las inclusiones acuosas con las de hidrocarburo.<br />

107


Para el modelado de las inclusiones fluidas con hidrocarburos se utiliza la<br />

ecuación de estado de Peng-Robinson, utiliz<strong>and</strong>o los datos de Th y el % del volumen<br />

de gas que se mide mediante CSLM y la estimación de la longitud de las cadenas de<br />

carbono del hidrocarburo mediante FTIR. Ambos conjuntos de datos son evaluados<br />

mediante la utilización del s<strong>of</strong>tware llamado PIT (Petroleum Inclusion<br />

Thermodynamics), obteniéndose diagramas P-T (presión-temperatura) que incluyen la<br />

isopleta y la isocora de los hidrocarburos.<br />

A partir de los datos obtenidos se ha modelizado la isopleta e isocora para cada<br />

una de las inclusiones fluidas analizadas (acuosas e hidrocarburos) <strong>El</strong> cruce de la<br />

isocora de las inclusiones acuosas y de la isocora de las inclusiones con hidrocarburos<br />

indica condiciones de presión y temperaturas entre los 380 y 450 bar para temperaturas<br />

de 135°C.<br />

108


5.5.1.4 Evolución de los fluidos durante la formación del depósito<br />

Si se comparan los datos obtenidos de Th y salinidad en celestina y fluorita se<br />

puede observar que los datos de una y otra (sin tomar en cuenta la deformación de los<br />

primeros episodios de mineralización de la celestina) corresponden a rangos muy<br />

diferentes en salinidad, los val<strong>ore</strong>s para la celestina se concentran entre los 7-9% en<br />

cambio para la fluorita se concentran entre los 13-14%. No obstante, ambos minerales<br />

precipitaron en un rango de temperaturas similares. A partir de la disposición de los<br />

datos en el diagrama Th vs. salinidad (Fig. 5.22) se puede observar una disposición que<br />

indica una posible mezcla entre dos fluidos, est<strong>and</strong>o representado el de mayor salinidad<br />

por los fluidos atrapados en la fluorita y en alguna de las muestras de celestina. Cabe<br />

recordar que la fluorita es la última fase en precipitar, hecho que sugiere que al menos el<br />

F, quizás también el _Sr, estarían ligados al fluido de mayor salinidad y temperatura.<br />

Fig. 5.22.- Diagrama de Th vs. Salinidad de celestina (rojo) y fluorita (negro). Pese a<br />

presentar una salinidad distinta, los datos acoplados de celestina y fluorita observan una<br />

clara mezcla de fluidos.<br />

109


110


Capitulo VI<br />

Discusión de los resultados<br />

111


112


6.1 Generalidades sobre la celestina en sistemas de baja temperatura<br />

Composicionalmente, la celestina es un sulfato de estroncio (SrSO 4 ) que<br />

cristaliza en el sistema ortorrómbico. Suele presentarse bajo la forma de cristales a<br />

menudo idiomórficos con hábito prismático o tabular, pudiendo crecer en formas<br />

radiales, fibrosas o granulares. Aparece con col<strong>ore</strong>s blanco, amarillo, azul o incoloro y<br />

posee un lustre vítreo a perlados en superficies de exfoliación. Posee una dureza de<br />

entre 3 y 3.5 y densidad de 3.95 a 4. (Korbel y Novak, 1999).<br />

La celestina es un mineral de gran importancia económica al ser la fuente<br />

principal de estroncio. <strong>El</strong> Sr, bajo la forma del carbonato estroncianita (SrCO 3 ) se usa<br />

para pigmentos, vidrios, fuegos artificiales, imanes y metalurgia. Hacia 1997, más del<br />

75% del estroncio consumido en los Estados Unidos se utilizó como aditivo en la<br />

construcción de pantallas para televis<strong>ore</strong>s como requerimiento para bloquear rayos X<br />

(Ober 1999). Los principales product<strong>ore</strong>s mundiales son en la actualidad España,<br />

México, China y Turquía.<br />

La mayor parte de la bibliografía nos remite al hecho de que la mayoría de la<br />

celestina se encuentra en carbonatos marinos de plataforma y evaporitas, comúnmente<br />

sobre yaciendo sedimentos de origen clástico, de edades desde el Silúrico hasta el<br />

Plioceno (Hanor, 2004) y se presenta en una gran variedad de yacimientos<br />

sedimentarios (Kinsman, 1969; Baker y Bloomer 1988; Saunders et al. 1988; Esch,<br />

1995) e ígneos (Heinrich y Vian 1967; Hatorri, 1989).<br />

6.1.1 Geoquímica de la Celestina<br />

<strong>El</strong> Ba, Sr y S son relativamente abundantes en la corteza terrestre. Faure (1998)<br />

propone los val<strong>ore</strong>s de abundancia media de estos elementos en: Ba, 250 ppm; Sr, 260<br />

ppm y S, 310 ppm. Se encuentran en la mayoría de las rocas ígneas o silicicásticas con<br />

concentración entre las 200 - 900 ppm, y aumenta en la medida que el Si, el K y el C<br />

crecen en abundancia, indicativo de su elemento relacionado con rocas ácidas. Así<br />

mismo el Ba aumenta en concentración en las rocas mas potásicas y el Sr en las rocas<br />

mas cálcicas debido a la relación con el radio atómico (Hanor, 2001).<br />

<strong>El</strong> Azufre existe en la naturaleza de diferentes formas, pero en forma mayoritaria<br />

como sulfuro S 2- 2-<br />

, sulfato SO 4 y como azufre nativo S 0 . <strong>El</strong> azufre en la corteza terrestre<br />

113


se encuentra controlado en su mayoría en estado de reducción, en forma de H 2 S y<br />

sulfuros metálicos, en condiciones oxidantes se encuentra principalmente como sulfatos<br />

disueltos y en anhidritas, yeso, celestina y barita como fases sólidas.<br />

Debido a las condiciones anóxicas anteri<strong>ore</strong>s al Proterozoico, las formas<br />

oxidadas de sulfatos como la celestina o barita son prácticamente inexistentes en rocas<br />

antiguas, salvo algunos yacimientos muy locales y por fuentes volcánicas (en el<br />

Arqueano; Buick & Dunlop, 1990).<br />

La celestina suele estar presente como una fase mineral diagenética menor en<br />

sedimentos carbonatados marinos. Una de las causas de su precipitación es a partir de la<br />

inversión de la aragonita a la calcita, o la recristalización de carbonatos.<br />

<strong>El</strong> Ba 2+ y el Sr 2+ son elementos que poseen un alto potencial iónico y pueden ser<br />

transportados en fluidos acuosos en forma de cationes divalentes hidratados poseyendo<br />

una alta solubilidad en agua. Al entrar en contacto con sulfatos la reacción produce<br />

sólidos de una muy baja solubilidad, por lo que los fluidos acuosos pueden contener<br />

altas concentraciones tanto de Sr y Ba como de sulfatos (SO 4 ) pero nunca aparecer en el<br />

mismo fluido (West, 1974).<br />

Debido a que Sr y Ba pueden estar presentes en cualquier tipo de fluidos<br />

acuosos, tanto la celestina como la barita se forman en una gran cantidad de ambientes<br />

tanto sedimentarios, como metamórficos e ígneos. Sin embargo las condiciones de<br />

presión y temperatura son mas restringidas para la celestina - que posee una menor<br />

solubilidad a mayor temperatura - que para la barita la cual precipita desde los 0 hasta<br />

los 400°C con presiones de 1 a 2000 bares (Bowers et al., 1984).<br />

6.1.2 Tipos de yacimientos de Celestina<br />

La distribución de yacimientos de celestina, así como los ambientes y tipos de<br />

yacimientos, se encuentran mucho más limitados que aquellos en los que se precipita la<br />

barita. La barita posee una solubilidad inversa a la de la celestina, por lo que se puede<br />

encontrar en un variado rango de ambientes de temperaturas y presiones. La celestina<br />

solo se puede formar en algunos procesos que discriminan la precipitación del Sr sobre<br />

el Ba ó cu<strong>and</strong>o se encuentran fuentes con una relación muy alta de Sr/Ba.<br />

114


6.1.3 Mecanismos de precipitación para la celestina<br />

Fluidos ascendentes ricos en Sr mezclados con agua marina<br />

Estos yacimientos son conocidos como depósitos exhalativos submarinos, los<br />

cuales se derivan en dos clases, los depósitos volcanogénicos, cuya formación esta<br />

directamente relacionada a la convección de fluidos por calor magmático, y los<br />

depósitos exhalativos sedimentarios (sedex) en la que no se involucra actividad<br />

magmática. Los fluidos ricos en Sr y Ba se derivan de la lixiviación de rocas<br />

continentales o marinas. <strong>El</strong> sulfato que se encuentra en el agua marina sufre una<br />

reducción parcial, alter<strong>and</strong>o la composición isotópica de los minerales precipitados a<br />

val<strong>ore</strong>s mas altos puesto que (Hanor, 2004).<br />

Precipitación biológica<br />

Existen ciertos organismos microscópicos planctónicos presentes en aguas<br />

marinas y de aguas continentales llamados Acantharians, que utilizan el SrSO 4 como<br />

parte de su estructura en su exoesqueleto. En la actualidad se encuentran en<br />

prácticamente todas las aguas del mundo (Bernstain et al.1992).<br />

Reacción de fluidos ricos en Sr con sulfato no marino<br />

Estas reacciones son algunas que se efectúan con sulfatos de calcio en minerales<br />

evaporíticos, aguas que contienen sulfatos por evaporación y/o disolución de evaporitas.<br />

La mayoría de los yacimientos mas gr<strong>and</strong>es de celestina en el mundo se han formado<br />

donde los que fluidos ricos en estroncio han reaccionado con los sulfatos de ambientes<br />

evaporíticos y carbonatados. En algunos casos remplazan yesos y anhidritas en domos<br />

salinos.<br />

Precipitación por cambios de presión y temperatura<br />

De acuerdo a la química de los minerales en la serie barita-celestina, la barita es<br />

más común a precipitarse bajo cambios de presión a temperaturas constantes o a<br />

cambios de temperatura bajo los 100°C. La celestina por su parte es un mineral con<br />

solubilidad inversa a la temperatura, por lo que es menos probable que precipite con<br />

115


fluidos que sufran de enfriamiento por debajo de los 100°C, por otra parte si el fluido es<br />

de mayor temperatura bien podría precipitarse este mineral. (Hanor, 2000).<br />

6.1.4 Depósitos singenéticos producto de diagénesis temprana<br />

Müller (1962) propuso que muchas de las gr<strong>and</strong>es concentraciones de celestina<br />

en el mundo se debían a procesos de evaporación de agua marina. Observó también que<br />

en el yacimiento de Hemmelte-West en la formación Upper Malm en Alemania, la<br />

celestina presentaba texturas megascópicas que correspondían perfectamente con<br />

aquellas de la precipitación masiva de anhidritas. Sin embargo no se estableció si estas<br />

texturas representaban una <strong>deposit</strong>ación singenética, o un reemplazamiento posterior a<br />

la precipitación de la anhidrita.<br />

Los argumentos que apoyan la teoría singenética de Müller eran 2 sencillas<br />

propuestas, la celestina precipita entre las etapas de precipitación de los carbonatos y el<br />

yeso dentro de la evaporación de agua marina; y sus cálculos de balanceo en los que se<br />

sugiere que aproximadamente el 63% del Sr presente inicialmente en el agua marina no<br />

se encuentran presentes por co-precipitación en ninguno de los minerales evaporíticos y<br />

por lo tanto queda libre para la precipitación de celestina (Hanor, 2004).<br />

Sin embargo Zherebtsova & Volkova (1966) encontraron experimentalmente<br />

que el Sr es lixiviado posteriormente en la etapa de precipitación de la halita.<br />

Encontraron también que el yeso y la anhidrita poseen concentraciones superi<strong>ore</strong>s de Sr<br />

a las del nivel del mar (0.09-0.41% de peso en Sr), pudiendo representar el Sr faltante<br />

en los cálculos de Müller.<br />

La teoría singenética no explica por completo las gr<strong>and</strong>es acumulaciones de<br />

celestina que es posible encontrar en series sedimentarias, que pueden llegar a contener<br />

hasta varios millones de toneladas de este mineral (Kesler y Jones 1981; Scholle et al.<br />

1990).<br />

6.1.5 Depósitos epigenéticos producto de diagénesis pr<strong>of</strong>unda<br />

La mayoría de los gr<strong>and</strong>es depósitos de celestina alrededor del mundo presenta<br />

una serie de características que sugieren una génesis diferente a la singenética. Las<br />

texturas macro y microscópicas de estos depósitos muestran evidencias físicas claras de<br />

reemplazamientos de la roca de caja por cristales de celestina. Así mismo las<br />

composiciones isotópicas de Sr y S de estos yacimientos no coincide con aquellas del<br />

116


agua marina, evidenci<strong>and</strong>o un fraccionamiento isotópico producto de procesos<br />

diferentes a los encontrados durante la diagénesis temprana. (Carlson, 1987; Scholle et<br />

al. 1990).<br />

De acuerdo a lo anterior se supone que la mayoría de los depósitos de celestina<br />

se han formado en respuesta al desarrollo de un régimen tectónico que moviliza fluidos<br />

con altas concentraciones de Sr de las pr<strong>of</strong>undidades de las cuencas hacia la superficie,<br />

donde las condiciones más oxidantes son propicias para la oxidación de S y su<br />

precipitación. Los fluidos de cuenca poseen una relación preferencial de Sr/Ba y alta<br />

salinidad, necesaria para precipitar preferencialmente de Sr sobre el Ba. Las<br />

concentraciones isotópicas, sugieren a su vez una mezcla de fluidos entre aquellos<br />

formados por la evaporación de agua de mar con aguas meteóricas o el agua connota<br />

dentro de las rocas. Estas salmueras de cuenca pudieron lixiviar altas cantidades de Sr<br />

en su interacción y búsqueda de equilibrio químico entre el agua y la roca (Hanor,<br />

2004). Estos procesos que son muy similares a los encontrados en los depósitos tipo<br />

MVT (Tritlla et al., 2006, 2007). Garven & Raffensperger (1997) establecen que los<br />

fluidos tanto en las cuencas sedimentarias como en la corteza continental están sujetos a<br />

diferentes fuerzas que pueden movilizar gr<strong>and</strong>es cantidades de fluidos y gr<strong>and</strong>es<br />

cantidades de Sr, result<strong>and</strong>o en la precipitación de gr<strong>and</strong>es cantidades de celestina en<br />

estos lugares con altos contenidos de sulfatos.<br />

6.2 Generalidades sobre la fluorita en sistemas de baja temperatura<br />

La fluorita (CaF 2 ) o fluoruro de calcio, cristaliza en el sistema cúbico. Se<br />

presenta en col<strong>ore</strong>s muy variados desde translucido pas<strong>and</strong>o por amarillo, blanco, rojo,<br />

verde, azul, negro, café y morado. Cristalográficamente se presenta en cristales cúbicos,<br />

octaédricos y mas raramente combinaciones de cubo y rombododecaedro<br />

(tetraquisexahedros), así como bajo la forma de agregados masivos, granulares y,<br />

típicamente, b<strong>and</strong>eados (rimitas de tipo cebra). Posee un lustre vítreo con una densidad<br />

aproximada de 3.2 y una dureza de 4 (Korbel y Novak, 1999)<br />

La fluorita se puede encontrar en ambientes tanto sedimentarios como ígneos<br />

(magmáticos y/ o hidrotermales). Algunos de los procesos involucrados en la<br />

precipitación de fluorita durante eventos ígneos están controlados por el marco<br />

tectónico, asimilación magmática, asociación mineralógica, contaminación del magma,<br />

117


gradiente geotérmico, contenido de volátiles, pr<strong>of</strong>undidad y tiempo (Hannah & Stein,<br />

1990).<br />

Los depósitos de fluorita principalmente se han encontrado en ambientes<br />

extensionales, dominados por fallas normales pr<strong>of</strong>undas como vías de transporte de<br />

fluidos con contenido de F y altas temperaturas rellen<strong>and</strong>o vetas en fracturas. (Worl et<br />

al., 1973). En muchos distritos mineros se encuentran mineralizaciones que van desde<br />

stockworks, chimeneas y reemplazamientos estratoligados, y probablemente también<br />

ligados a estos mismos fenómenos distensivos (Rowan et al., 1996). Sin embargo<br />

existen aun muchas interrogantes sobre la relación estrecha entre la actividad ígnea y la<br />

mineralización (Pennines, U.k., Dunham, 1983; Illinois-Kentucky, Richardson &<br />

Pinckney, 1984; <strong>Coahuila</strong>, México, Kesler, 1977, González-Partida et al., 2003; Tritlla<br />

et al., 2004).<br />

6.2.1 Origen del F en medios sedimentarios y diagenéticos<br />

Existen diferentes teorías que han sido bien aceptadas para explicar el origen del<br />

F en medios sedimentarios y diagenéticos. En ambientes sedimentarios, se han<br />

encontrado hasta cientos de ppm de F en calcitas con alto Mg y aragonita (Ohde &<br />

Gitano, 1980; Ichikuni, 1979). Sin embargo las concentraciones de F en fluidos<br />

diagenéticos son insuficientes como para que estos puedan precipitar directamente las<br />

gr<strong>and</strong>es cantidades de fluorita que se encuentran.<br />

6.2.2 Mecanismos de precipitación en yacimientos de baja temperatura<br />

Diversos aut<strong>ore</strong>s han propuesto varias hipótesis que tratan de explicar los<br />

procesos que controlan la precipitación de este mineral, desde el simple enfriamiento<br />

del fluido mineralizante, dilución del fluido mineralizante por agua meteórica, la mezcla<br />

de dos salmueras distintas, hasta el incremento de los fluidos ácidos originales (Burt &<br />

Sheridan, 1980; Ruiz et al., 1985; Richardson & Holl<strong>and</strong>, 1979; Deloule, 1982).<br />

Por Mezcla<br />

La mezcla de una solución que contenga flúor y una solución diferente con<br />

calcio, se ha propuesto como un posible mecanismo de precipitación de fluorita en los<br />

yacimientos de baja temperatura (Richardson & Hol<strong>and</strong>, 1979). Características como el<br />

118


<strong>and</strong>eamiento de diferentes col<strong>ore</strong>s, la salinidad constante en las inclusiones fluidas y la<br />

falta de coherencia entre de la salinidad con la temperatura, son algunas características<br />

que se oponen a la mezcla de fluidos (Spirakis & Heyl, 1995). Richardson & Holl<strong>and</strong><br />

(1979) mostraron que en soluciones con altas concentraciones de F, el calcio puede<br />

encontrarse presente en pequeñas cantidades. Sin embargo al agregar una solución con<br />

altas concentraciones de calcio, se forman complejos de CaF + los cuales aumentan la<br />

solubilidad de la fluorita, haciendo muy difícil su precipitación, siendo necesarios<br />

cambios bruscos en temperatura, pH o presión para su precipitación. Este mecanismo<br />

puede no ser la única causa de precipitación, la combinación con otros mecanismos que<br />

actúan de forma conjunta (como los de ruptura de complejos químicos, Ej. MgF + )<br />

pueden precipitar cantidades importantes de fluorita (Tritlla et al., 2004).<br />

Por Enfriamiento<br />

Varios aut<strong>ore</strong>s han propuesto este mecanismo como importante para la<br />

precipitación de la fluorita (Putnam et al, 1983; Richardson & Holl<strong>and</strong>, 1979). En los<br />

depósitos de fluorita de baja temperatura, este proceso debería de generar temperaturas<br />

de formación no muy homogéneas. Roedder (1968) en el depósito de Kentucky-Illinois<br />

(USA) determino temperaturas constantes en las primeras etapas de precipitación de la<br />

fluorita (177°C-187°C), aunque en las etapas posteri<strong>ore</strong>s de precipitación la temperatura<br />

es aun mas alta (Spry et al., 1990). Estas observaciones han determinado que el<br />

enfriamiento no es quizás el mecanismo por el cual precipite la fluorita en estos<br />

yacimientos de baja temperatura.<br />

Dolomitización de la roca encajonante<br />

Los complejos de MgF + poseen una fuerza iónica superior a los complejos de<br />

CaF + . Durante los procesos de dolomitización, la solución mineralizadora intercambia el<br />

magnesio por el calcio de la roca, decreciendo así la solubilidad de la fluorita<br />

permitiendo su precipitación (Richardson & Holl<strong>and</strong>, 1979). Siendo este un mecanismo<br />

apto y común en fluidos ricos en flúor y procesos de dolomitización, el volumen en los<br />

yacimientos de baja temperatura suele ser muy superior al que puede precipitarse de<br />

esta forma.<br />

119


Ruptura de los complejos de MgF + por CO 2<br />

Alternativamente a la dolomitización como medio para romper los complejos de<br />

MgF + , Spirakis & Heyl (1988), propusieron que la adición de CO 2 por la disolución de<br />

los carbonatos o la degradación térmica de la materia orgánica formaría complejos de<br />

MgHCO + 3 deslig<strong>and</strong>o así el complejo MgF + liber<strong>and</strong>o el F y fav<strong>ore</strong>ciendo la<br />

precipitación de fluorita. Como la cantidad de CO 2 liberada esta en función de la<br />

temperatura el pH, los tipos de materia orgánica y otros fact<strong>ore</strong>s que son variables, el<br />

flujo de dióxido de carbono y la precipitación seria variable de acuerdo a las<br />

condiciones. Estas oscilaciones dentro de la precipitación es la que facilitaría la<br />

redisolución de los minerales ya formados, al igual que los b<strong>and</strong>eamientos y<br />

recristalizaciones.<br />

6.3 Génesis del distrito minero <strong>El</strong> <strong>Tule</strong><br />

Introducción<br />

Existen dos principales teorías para explicar el origen de los gr<strong>and</strong>es depósitos<br />

de celestina en el mundo:<br />

1. precipitación singenética por evaporación de agua marina (Müller <strong>and</strong> Puchelt,<br />

1061; Müller, 1962; Brodtkorb et al. 1982).<br />

2. reemplazamiento epigenético de carbonatos y sulfatos de calcio por celestina<br />

(Carlson 1987, Scholle et al. 1990).<br />

Durante muchos años los gr<strong>and</strong>es yacimientos de celestina alrededor del mundo<br />

fueron considerados como singenéticos, formados durante las primeras etapas de<br />

evaporación del agua marina. Mediante experimentos de laboratorio Zherebtsova y<br />

Volkova (1966) demostraron que la celestina es reincorporada al agua marina durante<br />

las etapas posteri<strong>ore</strong>s a su precipitación, por lo que la única forma de incorporar gr<strong>and</strong>es<br />

cantidades de Sr a una roca sería mediante la transformación local de aragonita a calcita<br />

o dolomita, o por lixiviación de rocas preexistentes (Hanor, 2004).<br />

Kesler & Jones (1981) sugirieron que los depósitos de celestina de <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> y el resto de<br />

los yacimientos de <strong>Coahuila</strong>, son cuerpos de reemplazamiento sobre carbonatos, que se<br />

formaron durante los primeros momentos de la diagénesis a partir del Sr removilizado<br />

localmente. Apoyaron su idea present<strong>and</strong>o datos sobre la composición isotópica del<br />

120


azufre y del oxigeno en la celestina (apenas 13 muestras de todo el estado) y observaron<br />

que se mantenía de acuerdo a los estándares internacionales de composición isotópica<br />

del agua marina para la época (Claypool, 1980), sin tomar en cuenta el posible<br />

reequilibrio isotópico que podían sufrir estas rocas debido a eventos geológicos<br />

posteri<strong>ore</strong>s a su formación. Estos aut<strong>ore</strong>s no análisis microtermométricos en las<br />

muestras de celestinas e infirieron las temperaturas de formación como temperaturas<br />

bajas similares a las encontradas en minerales evaporíticos o de diagénesis temprana.<br />

<strong>El</strong> <strong>Tule</strong><br />

<strong>El</strong> estudio microtermométrico de la celestina del distrito minero de <strong>El</strong> <strong>Tule</strong><br />

muestra temperaturas de atrapamiento en las inclusiones fluidas de aproximadamente<br />

130°C, temperatura que se esperaría para procesos de mayor pr<strong>of</strong>undidad a los<br />

propuestos por Kesler & Jones (1981), así como una salinidad claramente superior a la<br />

del agua marina (7-9% de peso equivalente en NaCl), indic<strong>and</strong>o que los procesos de<br />

formación de este yacimiento conlleva un enriquecimiento en sales de las soluciones<br />

hidrotermales.<br />

Los yacimientos de fluorita del estado de <strong>Coahuila</strong>, habían sido hasta hace<br />

algunos años relacionados al magmatismo e intrusivos riolíticos terciarios (Tempe &<br />

Grogan, 1963; Kesler, 1977). Las temperaturas obtenidas mediante microtermometría<br />

marcaban temperaturas muy ambiguas que iban desde los 120°C hasta los 350°C<br />

(Kesler, 1977). Esta ambigüedad es debida principalmente a que las muestras de mayor<br />

temperatura fueron tomadas directamente de las aureolas de metamorfismo de contacto<br />

cercanas a los ígneos terciarios (riolitas) que post-datan la formación de los cuerpos de<br />

fluorita (Tritlla et al., 2006). Por otra parte, las temperaturas mas bajas - que se<br />

encuentran en la mayoría de los yacimientos de todo el estado - fueron tomadas en los<br />

mantos estratoligados que observan reemplazamiento e inclusiones fluidas con<br />

hidrocarburos.<br />

Las temperaturas observadas en este trabajo en cristales de fluorita (135°C con<br />

salinidades promedio de 13% en peso equivalente de NaCl) son coherentes con aquellos<br />

presentados en trabajos anteri<strong>ore</strong>s (Tabla 5.1; González-Partida et al, 2002, 2003; Tritlla<br />

et al., 2004a, 2004b) y representan las temperaturas y salinidades esperadas para<br />

fluidos migrados desde las cuencas sedimentarias.<br />

121


En el distrito minero <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> las texturas presentes en la celestina indican un<br />

reemplazamiento de la roca carbonatada a favor de niveles carbonatados con moldes de<br />

cristales de anhidrita. Estos niveles evaporíticos actuaron como precurs<strong>ore</strong>s del sulfato<br />

necesario para la precipitación de la celestina. Esta última, aparece pseudomorfiz<strong>and</strong>o<br />

en parte moldes de anhidrita, ejemplific<strong>and</strong>o así con claridad el carácter epigenético del<br />

yacimiento.<br />

La fluorita aparece como cristales euhedrales rellen<strong>and</strong>o los espacios abiertos<br />

dejados por la celestina al precipitar. Esta fluorita presenta inclusiones fluidas con y<br />

presenta un alto contenido de materia orgánica tanto bajo la forma de bitumen (sólido)<br />

como hidrocarburos líquidos y gaseosos (en las inclusiones fluidas). La presencia de<br />

materia orgánica líquida hace imposible la participación de fluidos de origen<br />

magmático que habrían degradado la materia orgánica de las rocas a volátiles simples<br />

(CO 2 , SO 2 )<br />

Las evidencias antes expuestas son concordantes con las características<br />

encontradas en yacimientos del tipo MVT (Roedder, 1968, 1984; Leach, Sangster,<br />

Hanor, Wilkinson, 2000) contradiciendo cualquier participación de actividad ígnea en<br />

los procesos de mineralización como los anteri<strong>ore</strong>s aut<strong>ore</strong>s habían sugerido (Kesler,<br />

1977; Kesler & Jones, 1981; Tempe & Grogan, 1963).<br />

6.3.1 Régimen tectónico compresivo (Orogenia Larámide)<br />

Apoyados en los estudios petrográficos realizados en las muestras de <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> se<br />

puede concluir que la celestina y la fluorita precipitaron esencialmente en periodos<br />

diferentes, con la característica especial de que la primera y segunda generaciones de<br />

celestina precipitaron sincrónicamente en una zona sometida a una débil pero constante<br />

deformación. La mineralización sigue los limites de permeabilidad sub-horizontales a la<br />

estratificación, generándose una superficie ondulada cuyo movimiento fue facilitado por<br />

la presión del fluido permitiendo el movimiento entre los estratos, hecho que ha sido<br />

observado previamente en otros yacimientos de fluorita en el NO del estado de <strong>Coahuila</strong><br />

(González-Partida, 2003; Tritlla el al., 2004a, 2004b, 2005, 2006, 2007).<br />

Como se vio en el capitulo introductorio a los yacimientos de tipo MVT, estos<br />

depósitos se encuentran genéticamente relacionados a gr<strong>and</strong>es sistemas hidrotectónicos,<br />

los cuales se forman (en algunos casos) por la expulsión de fluidos de<br />

122


cuenca debido a la deformación de gr<strong>and</strong>es cinturones orogénicos (Bradley & Leach,<br />

2003). Estos sistemas movilizan gr<strong>and</strong>es volúmenes de agua (Tectonic driven flow;<br />

Oliver, 1975) a bajas velocidades de flujo. Sin embargo en cuencas sedimentarias<br />

sobrepresurizadas (Sharp, 1978) las velocidades de flujo de fluidos movilizados pueden<br />

alcanzar hasta varios metros por año. Este fenómeno ocasiona que en sistemas<br />

confinados se alcancen altas presiones. La alta presión y la velocidad de flujo fav<strong>ore</strong>cen<br />

un alto índice de formación de cristales (nucleación) por sobre el crecimiento de los<br />

mismo, encontrándose una precipitación masiva de pequeños cristales.<br />

<strong>El</strong> presente trabajo sugiere que estos cristales de celestina de la primera y<br />

segunda generación fueron precipitados bajo condiciones de deformación debida al<br />

desplazamiento lateral de los estratos (layer parallel slip) bajo un régimen de alta<br />

presión de fluidos evidenciado por una alta tasa de nucleación (formación de nuevos<br />

cristales) por sobre el crecimiento de los mismos. En el contexto tectónico del área de<br />

estudio, el único evento regional que sugiere una deformación de tal magnitud que<br />

pudiese afectar los flancos de la Cuenca de Sabinas es la Orogenia Laramídica, sin<br />

embargo sin una forma de poder acotar la edad de la mineralización y compararla con la<br />

de la deformación y el cese de la misma, solo queda como sugerencia de los aut<strong>ore</strong>s e<br />

hipótesis de trabajo para trabajos siguientes.<br />

La siguiente generación de celestina conserva las mismas características<br />

químicas de la primera y segunda generación. Los resultados microespectrométricos<br />

muestran el mismo ambiente de precipitación oxidante, en el que se encuentran trazas<br />

de CH 4 , CO 2 y H 2 S en las inclusiones fluidas, sin embargo la ausencia de evidencias de<br />

deformación y la precipitación de celestina sustituyendo los carbonatos sin disposición<br />

preferencial de los cristales (textura isótropa) marca un cambio en las condiciones<br />

físicas de la precipitación. La celestina del tercer episodio no se encuentra deformada y<br />

crece en cristales de subhedrales a euhedrales de hasta varios cm. de grosor.<br />

6.3.2 Cambio de régimen de fluidos – Relajación y precipitación de Fluorita<br />

La aparición de cristales de celestina sin deformar, sugiere el cese de la<br />

deformación, provoc<strong>and</strong>o un período de estabilidad, permitiendo el crecimiento de<br />

gr<strong>and</strong>es cristales idiomórficos de celestina, cuya fuerza de cristalización es suficiente<br />

para continuar abriendo espacio en la estructura mineralizada. Esta situación de<br />

crecimiento estable ha sido reportado por distintos aut<strong>ore</strong>s a lo largo de distintos<br />

123


distritos mineros del estado de <strong>Coahuila</strong> (Ramos-Rosique et al., 2005, Puente-Solís et<br />

al., 2005a; Villareal-Fuentes, 2005, Puente-Solís et al, 2005b; Tritlla et al, 2005, 2006).<br />

La petrografía realizada en muestras del manto mineralizado de <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> indica<br />

que después de la precipitación de la segunda generación de la celestina, la velocidad de<br />

nucleación de los cristales disminuye y, por consiguiente, aumenta el tamaño de los<br />

cristales de celestina en el yacimiento. Esto puede interpretarse como un cambio en el<br />

régimen pulsatil de la cuenca, pas<strong>and</strong>o de un flujo de fluido controlado por deformación<br />

compresiva a un dominado por un ambiente distensivo generalizado, permitiendo un<br />

crecimiento más lento (menor nucleación) de los cristales. La fluorita pese a no<br />

encontrarse evidencias de co-precipitación con la última generación de celestina,<br />

continua precipit<strong>and</strong>o bajo estas mismas condiciones distensivas, baja nucleación y alto<br />

grado de crecimiento en los cristales.<br />

Tritlla et al. (2004a y b) mediante análisis de halógenos en las inclusiones<br />

fluidas, sugieren que los fluidos involucrados en la precipitación de la fluorita en el<br />

yacimiento de La Encantada – Buenavista, muestran una mezcla de aguas meteóricas<br />

evolucionadas con salmueras de cuenca. La infiltración de aguas meteóricas es un hecho<br />

común en cuencas sedimentarias que han visto procesos de distensión y generación de<br />

fallas normales, las cuales sirven como conductos de flujo para estos fluidos hacia las<br />

pr<strong>of</strong>undidades de la cuenca.<br />

La relación entre yacimientos de fluorita y aguas meteóricas no sucede como<br />

hecho aislado, Rowan (1996) y Richardson & Holl<strong>and</strong> (1979) lo mencionan como<br />

mecanismo muy viable para la formación de yacimientos de fluorita en distritos<br />

importantes alrededor del mundo. Estos fluidos se infiltran mediante fallas normales<br />

producto de una tectónica distensiva y en su paso por las rocas, lixivian el F de rocas<br />

félsicas y lo movilizan a áreas propicias para su precipitación como fluorita (Levresse et<br />

al., 2006).<br />

Estos procesos observados en yacimientos de fluorita alrededor del mundo<br />

permiten sugerir que el emplazamiento de los cuerpos de fluorita de <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> y otros<br />

yacimientos similares de <strong>Coahuila</strong>, pudieron formarse obedeciendo al cambio de<br />

régimen tectónico del NE de México. <strong>El</strong> cual después del cese de la deformación<br />

laramídica, sobreviene un periodo de distensión y formación de fallas normales<br />

124


propuesto para esta región hacia el Mioceno (Ar<strong>and</strong>a et al., 2005; Goldhammer, 1999;<br />

Eguiluz, 2001).<br />

125


6.3 Mecanismos de precipitación y modelos propuestos<br />

Celestina.<br />

Así como los estudios petrográficos lograron establecer diferencias temporales y<br />

tectónicas entre las primeras generaciones de celestina, con la última generación de<br />

celestina y de fluorita, los estudios microtermométricos y geoquímicos evidencian una<br />

historia distinta en la evolución de las condiciones físico-químicas (temperatura,<br />

presión, salinidad de los fluidos, presencia de materia orgánica y de sulfatos preexistentes)<br />

que propiciaron su precipitación.<br />

Los fluidos son el mecanismo más eficiente para el transporte de calor en la<br />

corteza, así como de solutos (Na, Cl, K, F, etc.). La salinidad y el contenido en<br />

halógenos de las fases líquidas presentes en las inclusiones fluidas estudiadas, son muy<br />

similares a las aguas de formación que acompañan a los hidrocarburos en el Golfo de<br />

México (González-Partida et al., 2002). Estas salmueras, que migraron junto con los<br />

hidrocarburos, fueron probablemente movilizadas y expulsadas de la cuenca hacia los<br />

bordes de las plataformas de Burros-Salado (en el caso del <strong>Tule</strong>) y de <strong>Coahuila</strong> (en el<br />

caso de las minas de la Sierra de los Alamitos) durante la compresión Laramídica. Estos<br />

fluidos evolucionaron debido a la circulación a través de la serie sedimentaria,<br />

enriqueciéndose en solutos (aumentaron su salinidad) y en Sr y F debido a reacciones<br />

diagenéticas (inversión de la aragonita a calcita, alteración de feldespatos, etc.)<br />

Estas aguas continuaron su migración hasta que encontraron las rocas de la<br />

Formación Buda las cuales funcionaron como una verdadera trampa química en los<br />

niveles evaporíticos (anhidrita CaSO 4 ). Esta formación se caracteriza porque algunas de<br />

sus fácies poseen altos contenidos de materia orgánica, hecho ya conocido en los<br />

campos petroleros del centro de Texas, donde los miembros superior (Fm. Buda) e<br />

inferior (Fm. Georgetown) del Grupo Washita son rocas generadoras y almacén de<br />

hidrocarburos (ref. Giddings). La combinación de estos fluidos propició la precipitación<br />

de celestina sincrónicamente con la deformación.<br />

Dicha mezcla es puesta en evidencia por los datos microtermométricos que<br />

delinean una posible mezcla de dos fluidos, uno de alta salinidad y alta temperatura<br />

(salmuera en migración con Sr lixiviado) y un segundo de baja salinidad y baja<br />

temperatura, con abundante sulfato, de posible origen diagenético. Esta interpretación es<br />

apoyada por lo expuesto por West (1974), quien indica que el estroncio en forma<br />

126


hidratada es muy soluble en fluidos acuosos, pero al entrar en contacto con sulfatos,<br />

precipita especies minerales sólidas (celestina).<br />

<strong>El</strong> cese de la compresión, permitió la precipitación de cristales de celestina en<br />

forma de cristales más gr<strong>and</strong>es sin deformación hasta el cese de la precipitación de<br />

celestina posiblemente al cambiar el régimen de expulsión de aguas.<br />

Fig. 6.1.- Modelo genético de la migración de fluidos ricos en Sr +2 por expulsión durante la<br />

compresión laramídica.<br />

127


Fluorita<br />

La fluorita de <strong>El</strong> <strong>Tule</strong> precipitó bajo las mismas condiciones físicas post -<br />

orogénicas que la ultima generación de celestina, sin embargo, es apreciable un cambio<br />

importante en la geoquímica de los fluidos: salinidades distintas, de entre 7-9% en peso<br />

eq. De NaCl (celestina) y de 13-14% en peso eq. de NaCl (fluorita); ausencia total de<br />

materia orgánica en la celestina y la concentración de esta en la fluorita bajo la forma<br />

degradada (bitumen) y en inclusiones fluidas con hidrocarburos.<br />

Varios aut<strong>ore</strong>s (Richardson y Holl<strong>and</strong>, 1979; Rowan et al., 1996) proponen que<br />

los yacimientos de fluorita alrededor del mundo se encuentran relacionados a eventos<br />

distensivos en el que las aguas meteóricas fluyen debido a gradientes topográficos<br />

(Gravity driven flow, Garven & Freeze, 1984) por los planos de fallas donde convergen<br />

con rocas ígneas emplazadas en las zonas de debilidad y lixivian el F de ellas.<br />

Este modelo físico es muy similar a lo que parece haber ocurrido posteriormente<br />

a la orogenia Larámide en el NE de México, el cambio en los esfuerzos propició tanto el<br />

fallamiento en las zonas deformadas como la entrada de aguas meteóricas en las zonas<br />

emergidas, así como el emplazamiento de intrusivos ígneos por las zonas de debilidad<br />

(magmatismo terciario). Estas aguas penetraron a la corteza superior por gravedad hasta<br />

donde probablemente se encontraron con gradientes anómalos de temperatura debido a<br />

los emplazamientos ígneos. Lixiviaron el F en pr<strong>of</strong>undidad y por convección fueron<br />

movilizados hasta las zonas en que precipitaron fluorita. La naturaleza química del F de<br />

este y otros yacimientos de fluorita es idéntica a la del F encontrado en emplazamientos<br />

riolíticos posteri<strong>ore</strong>s, mostr<strong>and</strong>o tener un origen común probablemente a gr<strong>and</strong>es<br />

pr<strong>of</strong>undidades (Levresse et al., 2006).<br />

Richarson y Holl<strong>and</strong> (1979) proponen la mezcla como un mecanismo probable<br />

para la precipitación de fluorita, en el cual un fluido rico en F puede precipitar fluorita<br />

al encontrarse con un fluido rico en Ca 2+ como serían las aguas intersticiales. Tritlla et<br />

al. (2004a) propone la combinación de dos mecanismos de precipitación, (1) en el que<br />

se mezclan dos tipos de fluido de diferente origen uno con altos contenidos de F en<br />

forma de complejos de MgF+ y otro con Ca, (2) si el fluido con alto contenido de Ca<br />

contenía CO 2 como sería normal en un medio con carbonatos, esta mezcla pudo<br />

propiciar la ruptura de los complejos de MgF+. Mediante la microespectroscopía<br />

Raman se determino un alto contenido en CO 2 en las inclusiones fluidas de la fluorita de<br />

<strong>El</strong> <strong>Tule</strong>, por lo que la ruptura de los complejos que pudieron transportar el F,<br />

128


liberándolos y precipit<strong>and</strong>o como fluorita gracias al exceso de Ca 2+ en las soluciones<br />

debido tanto a la disolución/sustitución de la anhidrita por celestina, así como por el<br />

medio ambiente carbonatado.<br />

Queda por comprender el destino final del Mg ya que no hay evidencias físicas<br />

de intercambio iónico (dolomitización) o precipitación de alguna especie química de<br />

Mg. <strong>El</strong> alto contenido de CO 2 sugiere un ambiente con pH ácido en el cual el Mg tiende<br />

a mantenerse en solución.<br />

Fig. 6.2.-Modelo genético de la migración de fluidos ricos en F 1- por infiltración de aguas<br />

meteóricas durante el periodo de extensión.<br />

129


130


Capitulo VII<br />

Conclusiones y Recomendaciones<br />

131


132


Conclusiones<br />

Las texturas y la mineralogía presentes en las rocas del Distrito Minero de “<strong>El</strong><br />

<strong>Tule</strong>”, ejemplifican claramente una historia de sucesión de eventos regionales que<br />

provocaron cambios en la secuencia mineral del depósito estudiado. La primera y<br />

segunda generación de celestina se encuentra evidentemente deformada en los cristales<br />

desde masivos –quizás precipitados por sobre-saturación – hasta tabulares. Los<br />

minerales no crecen libremente y fueron sometidos a esfuerzos durante su crecimiento<br />

evidenci<strong>and</strong>o una zona de alto flujo de fluidos y de movimientos sub-horizontales (layer<br />

parallel slip).<br />

La tercera generación de celestina muestra un cambio en los patrones de<br />

precipitación. Se observa un crecimiento lento y constante en el que los cristales crecen<br />

idiomórficos con hábitos cristalográficos euhedrales y tamaño centimétrico. Evidencian<br />

también un cambio en los patrones de flujo, pas<strong>and</strong>o de un alto flujo a uno menor, en el<br />

que se observa ya un periodo de estabilidad sin deformación.<br />

La fluorita crece bajo patrones similares a la segunda generación de celestina,<br />

bajo cristales euhedrales, siempre rellen<strong>and</strong>o espacios vacíos tanto de la roca<br />

encajonante, sin mostrar evidencias de precipitación simultánea.<br />

Esta sucesión de los minerales es evidenciada por el cambio brusco del tipo de<br />

precipitación (de celestina a fluorita) y obedece a dos fact<strong>ore</strong>s relacionados:<br />

• Un cambio del régimen tectónico de la cuenca, debido primero a la deformación<br />

compresiva de la orogenia Larámide (celestina deformada sin-orogénica) y al<br />

periodo de relajación consecuente (celestina y fluorita no deformados postorogénicos);<br />

• Un cambio en el régimen de flujo de fluidos relacionado primeramente a la<br />

expulsión de salmueras de la cuenca por compresión lixivi<strong>and</strong>o el Sr de la serie<br />

carbonatada, seguido de un flujo de aguas meteóricas movilizadas por gravedad y<br />

luego por convección donde lixiviaron el F en pr<strong>of</strong>undidad y migran hacia la<br />

plataforma.<br />

Esta mineralización puede considerarse como zonas de flujo preferente de fluido<br />

y calor en la corteza en las cuales estos fluidos mineralizaron a favor de estructuras que<br />

fueron reactivadas durante las etapas de deformación o relajación de esfuerzos. La<br />

133


mineralogía de estas zonas es un fiel reflejo de la composición de los fluidos<br />

movilizados expulsados del paquete de sedimentos, así como de los procesos<br />

geoquímicos que gobiernan la precipitación de fases minerales y la interacción de estos<br />

fluidos con la roca regional. Asimismo, estos fluidos son los responsables del transporte<br />

de calor hacia zonas más superficiales y distantes, provoc<strong>and</strong>o la aparición de<br />

gradientes anómalos de temperatura en zonas permeables que actuaron como<br />

paleoacuíferos. La asociación espacial y temporal de hidrocarburos o sus productos de<br />

degradación con estructuras de pale<strong>of</strong>lujo dominadas por fluidos acuosos es<br />

relativamente común y ha de ser vista como uno de los mecanismos de maduración y<br />

movilización de materia orgánica más íntimamente relacionados con la formación de<br />

orógenos.<br />

La información microtermométrica obtenida en conjunto con las características<br />

geológicas observables en campo: el carácter estratoligado de los mantos, la<br />

mineralización se da en rocas carbonatadas de plataforma, las texturas epigenéticas, así<br />

como la mineralización observada petrográficamente que muestran una nula relación<br />

con actividad ígnea, forman características muy similares de este yacimiento con los del<br />

tipo MVT.<br />

134


Recomendaciones<br />

Trabajo de campo a detalle para determinar nuevas áreas de prospección<br />

siguiendo los niveles evaporíticos.<br />

Estudios de isotopía estable de O y S para determinar las fuentes de las aguas<br />

involucradas en la mineralización y el origen del S encontrado en los sulfatos.<br />

Estudiar la relación 87 Sr/ 86 Sr en los carbonatos, celestina y fluorita para<br />

determinar la firma isotópica de los diferentes pulsos de fluido.<br />

Acotar la edad de la mineralización mediante un fechamiento isotópico.<br />

Estudio petrográfico a detalle de otros yacimientos de celestina para buscar más<br />

evidencias de precipitación sincrónica a la deformación.<br />

135


136


137<br />

Bibliografía


138


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163


164


165<br />

Anexos


166


Anexo A<br />

Gráficas de Microtermometría<br />

Muestra 030002<br />

Cristales de celestina tomados de una roca mineralizada hacia los limites externos del<br />

m<strong>and</strong>o mineralizado. En esta muestra se midieron 37 inclusiones en su mayoría bifásicas y<br />

algunas trifásicas con un sólido atrapado. Los rangos de temperatura obtenidos oscilan entre<br />

en las temperaturas de fusión entre los –12.4°C y los 0°C grados. Para la temperatura de<br />

homogeneización se midieron temperaturas entre los 95.3°C y los 200°C.<br />

5<br />

Muestra 02<br />

-15<br />

Muestra 02<br />

4<br />

Frecuencia<br />

3<br />

2<br />

1<br />

Temperatura de Fusión<br />

-10<br />

-5<br />

0<br />

-14 -12 -10 -8 -6 -4 -2 0<br />

Temperatura de Fusión<br />

Muestra 02<br />

10<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de Homogeinización<br />

8<br />

Frecuencia<br />

6<br />

4<br />

2<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de Homogeneización<br />

167


Muestra 030012<br />

Celestina pura tomada dentro del manto mineralizado en la zona de celestina masiva.<br />

En esta muestra se midieron 42 inclusiones fluidas en su mayoría bifásicas. Los rangos de<br />

temperatura obtenidos para la Tf oscilaron entre los –8.2°C y los 0°C. Para el Th entre los<br />

111.5 ° y los 215 ° C.<br />

6<br />

Muestra 12<br />

-15<br />

Muestra 12<br />

5<br />

Frecuencia<br />

4<br />

3<br />

2<br />

Temperatura de Fusión<br />

-10<br />

-5<br />

1<br />

0<br />

-12 -10 -8 -6 -4 -2 0<br />

Temperatura de Fusíon<br />

6<br />

Muestra 12<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de Homogeinización<br />

5<br />

4<br />

Frecuencia<br />

3<br />

2<br />

1<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de Homogeneización<br />

168


Muestra 030013a<br />

Cristal de fluorita pura tomado en el contacto de la mineralización con la roca caliza.<br />

En esta muestra se midieron 35 inclusiones fluidas entre bifásicas y trifásicas. Los rangos de<br />

temperatura obtenidos para Tf fueron de entre –9.7°C y los –0.4°C. Para Th de –121°C y<br />

145.3°C.<br />

10<br />

Muestra 13a<br />

-15<br />

Muestra 13a<br />

8<br />

Frecuencia<br />

6<br />

4<br />

2<br />

Temperatura de Fusión<br />

-10<br />

-5<br />

0<br />

-12 -10 -8 -6 -4 -2 0<br />

Temperatura de Fusión<br />

14<br />

Muestra 13a<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de Homogeinización<br />

12<br />

10<br />

Frecuencia<br />

8<br />

6<br />

4<br />

2<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de Homogeneización<br />

169


Muestra 030013b<br />

Cristal de fluorita bien desarrollado tomado en el borde interno de la zona de contacto<br />

entre el manto y la roca encajonante. Se midieron 29 inclusiones fluidas en su mayoría<br />

bifásicas. Las temperaturas tomadas para Tf se observaron rangos entre los –10.3°C y –<br />

8.5°C,. Para Th los rangos oscilan entre los 129.9°C y los 135.2°.<br />

12<br />

Mue stra 13b<br />

-15<br />

Muestra 13b<br />

10<br />

Frecuencia<br />

8<br />

6<br />

4<br />

Temperatura de Fusión<br />

-10<br />

-5<br />

2<br />

0<br />

-12 -10 -8 -6 -4 -2 0<br />

Temperatura de Fusión<br />

Muestra 13b<br />

30<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de Homogeinización<br />

25<br />

20<br />

Frecuencia<br />

15<br />

10<br />

5<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de Homogeneización<br />

170


Muestra 030043<br />

Cristales de celestina tomados dentro de manto mineralizado en una zona de caliza<br />

muy porosa. Para esta muestra se midieron 23 inclusiones fluidas en su mayoría bifásicas<br />

con rangos de Tf entre los –7.5°C y los 0°C, y para Th entre 107.6°C y los 185.3°C.<br />

3.5<br />

.<br />

Muestra 43<br />

-15<br />

Muestra 43<br />

3<br />

Frecuencia<br />

2.5<br />

2<br />

1.5<br />

1<br />

Temperatura de Fusión<br />

-10<br />

-5<br />

0.5<br />

0<br />

-12 -10 -8 -6 -4 -2 0<br />

Temperatura de Fusión<br />

3.5<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Muestra 43<br />

Temperatura de Homoneinización<br />

3<br />

2.5<br />

Frecuencia<br />

2<br />

1.5<br />

1<br />

0.5<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de Homogeinización<br />

171


Muestra 030077a<br />

Cristales de fluorita tomados dentro del manto mineralizado en una zona de caliza<br />

arrecifal fosilífera. Se midieron 33 inclusiones fluidas e su mayoría Bifásicas. Los rangos de<br />

Tf se comportaron entre los –10.3°C y 0.5°; y para Th 134.6°C y 152.8°C.<br />

10<br />

Muestra 77a<br />

-15<br />

Muestra 77a<br />

8<br />

Frecuencia<br />

6<br />

4<br />

2<br />

Temperatura de Fusión<br />

-10<br />

-5<br />

0<br />

-12 -10 -8 -6 -4 -2 0<br />

Temperatura de Fusión<br />

10<br />

Muestra 77a<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de Homogeinización<br />

8<br />

Frecuencia<br />

6<br />

4<br />

2<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de Homogeneización<br />

172


Muestra 030077b<br />

Cristales de fluorita tomados dentro de la zona de disolución de la caliza arrecifal<br />

dentro del mismo sitio de muestreo. Las temperaturas tomadas en esta muestra varían en<br />

rangos de Tf desde los –10.7°C y los –9.6°C y rangos de Th de 141.1°C y los 145.8°C.<br />

12<br />

Mue stra 77b<br />

-15<br />

Mue stra 77b<br />

10<br />

Frecuencia<br />

8<br />

6<br />

4<br />

Temperatura de Fusión<br />

-10<br />

-5<br />

2<br />

0<br />

-12 -10 -8 -6 -4 -2 0<br />

Temperatura de Fusión<br />

20<br />

Mue stra 77b<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de Homogeneización<br />

15<br />

Frecuencia<br />

10<br />

5<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de Homogeneización<br />

173


Muestra 030079<br />

Cristales de celestina tomados dentro de un túnel de extracción en el manto<br />

mineralizado, en una zona de calizas reemplazadas por celestina y fluorita. Petrograficamente<br />

(L.M) muestra gr<strong>and</strong>es cristales de celestina deformados con fluorita rellen<strong>and</strong>o espacios.<br />

La lectura de los datos mostró gran ambigüedad en la distribución de las<br />

temperaturas, form<strong>and</strong>o rangos para Tf que van desde los –9.6°C a –0.6°C y para Th de<br />

88.5°C y los 200°C. La dispersión mostrada por la gráfica de Th vs. Tf dificulta la<br />

comprensión del comportamiento de los fluidos en esta muestra.<br />

10<br />

Muestra 79<br />

-15<br />

Muestra 79<br />

8<br />

Frecuencia<br />

6<br />

4<br />

2<br />

Temperatura de Fusión<br />

-10<br />

-5<br />

0<br />

-12 -10 -8 -6 -4 -2 0<br />

Temperatura de Fusión<br />

Muestra 79<br />

6<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatur a de Homogeinizac ión<br />

5<br />

4<br />

Frecuencia<br />

3<br />

2<br />

1<br />

0<br />

50 100 150 200 250<br />

Temperatura de Homogeneización<br />

174


Anexo B<br />

Tablas de Temperaturas<br />

Muestra 030002 Celestina<br />

Inclusión Tf Th W% Morfología<br />

a -8.4 147.3 12.17 Bifásica L(v)<br />

b -4.8 137.8 7.54 Bifásica L(v)<br />

c -8.7 12.52 Bifásica L(v)<br />

d -5.4 129.2 8.38 Bifásica L(v)<br />

e -4.4 137.8 6.96 Bifásica L(v)<br />

f -7.2 182.5 10.73 Bifásica L(v)<br />

g -6.7 156.6 10.1 Bifásica L(v)<br />

h 10.4 14.36 Bifásica L(v)<br />

i -7.7 11.34 Bifásica L(v)<br />

j -6 9.19 Bifásica L(v)<br />

k -3.1 117.8 5.01 Bifásica L(v)<br />

l -4.1 6.52 Bifásica L(v)<br />

m -4.2 6.67 Bifásica L(v)<br />

n -3.2 126.6 5.17 Bifásica L(v)<br />

o -2.1 125.3 3.44 Bifásica L(v)<br />

p -2.3 3.37 Bifásica L(v)<br />

q -5.7 8.87 Bifásica L(v)<br />

r -6 9.19 Trifásica L(v)s<br />

s -6.3 200 9.58 Trifásica L(v)s<br />

t 0 127.2 0 Bifásica L(v)<br />

w -3.8 6.08 Bifásica L(v)<br />

y -6.3 129.3 9.58 Bifásica L(v)<br />

ab -6.5 9.84 Bifásica L(v)<br />

ac -6.6 9.97 Bifásica L(v)<br />

ad -10.1 14.05 Bifásica L(v)<br />

175


ae -10.8 185.3 14.77 Bifásica L(v)<br />

af -10 126.3 13.95 Bifásica L(v)<br />

ag -10.4 158.3 14.36 Bifásica L(v)<br />

ah -9.1 158.2 12.97 Bifásica L(v)<br />

ai -9.6 13.52 Bifásica L(v)<br />

aj -9.7 95.3 12.62 Bifásica L(v)<br />

ak -10.4 14.36 Trifásica L(v)s<br />

al 6 128.3 9.19 Bifásica L(v)<br />

am -9.9 186.1 13.84 Bifásica L(v)<br />

an -9.2 127.3 13.08 Bifásica L(v)<br />

ao -12.4 124.4 16.33 Bifásica L(v)<br />

ap -9.6 13.52 Bifásica L(v)<br />

Muestra 030012 Celestina<br />

Inclusión TF TH W%<br />

Morfologí<br />

a<br />

a -5.4 133.1 8.38 Trifásica L(v)S<br />

b -4.3 132.8 6.81 Trifásica L(v)S<br />

c -6.6 9.97 Bifásica L(v)<br />

d -1.2 1.98 Bifásica L(v)<br />

e -5.1 7.96 Bifásica L(v)<br />

f -4.3 6.81 Bifásica L(v)<br />

g -1.5 132.6 2.47 Bifásica L(v)<br />

h -5.1 160 7.96 Bifásica L(v)<br />

i -0.5 0.83 Bifásica L(v)<br />

j -1.6 120.2 2.63 Bifásica L(v)<br />

k -1.3 118 2.14 Bifásica L(v)<br />

l -5.2 132.7 8.1 Bifásica L(v)<br />

m -4.1 141.8 6.52 Bifásica L(v)<br />

n -4.3 6.81 Bifásica L(v)<br />

176


o -4.9 7.68 Bifásica L(v)<br />

p -1.2 132.5 1.98 Bifásica L(v)<br />

q -4 160 6.37 Trifásica L(v)S<br />

r -3.4 160 5.47 Bifásica L(v)<br />

s -0.3 0.5 Bifásica L(v)<br />

t -0.2 135 0.33 Bifásica L(v)<br />

u -4.4 144.8 6.97 Bifásica L(v)<br />

v -4.2 128 6.67 Bifásica L(v)<br />

w -0.4 111.5 0.66 Bifásica L(v)<br />

x -2 3.28 Bifásica L(v)<br />

y -2.2 121.6 3.6 Bifásica L(v)<br />

z -6.1 197.1 9.32 Trifásica L(v)S<br />

aa -1.3 2.14 Bifásica L(v)<br />

ab -5.4 137.2 8.38 Bifásica L(v)<br />

ac -6.2 159.3 9.45 Trifásica L(v)S<br />

ad -1.2 1.98 Bifásica L(v)<br />

ae -4.3 118.3 6.81 Bifásica L(v)<br />

af -1.1 117.1 1.82 Bifásica L(v)<br />

ag -5.8 215 8.92 Bifásica L(v)<br />

ah -5.4 164.6 8.38 Trifásica L(v)S<br />

ai -2.5 4.07 Bifásica L(v)<br />

aj -8.2 11.94 Bifásica L(v)<br />

ak -6 9.19 Bifásica L(v)<br />

al -6.4 9.71 Bifásica L(v)<br />

am -6.2 9.45 Bifásica L(v)<br />

an -7.1 10.61 Bifásica L(v)<br />

ao -5.1 7.96 Bifásica L(v)<br />

ap -1.6 118.7 2.63 Bifásica L(v)<br />

aq -5.6 8.65 Bifásica L(v)<br />

ar -5.9 9.05 Bifásica L(v)<br />

177


Muestra 030013a Fluorita<br />

Inclusión TF TH W% Morfología<br />

a -9.2 134 13.08 Bifásica L(v)<br />

b -8.2 124 11.94 Trifásica L(v)S<br />

c -9 121 12.86 Trifásica L(v)S<br />

d -8.4 128 12.17 Trifásica L(v)S<br />

e -8.7 130 12.52 Trifásica L(v)S<br />

f -9.3 128 13.19 Trifásica L(v)S<br />

g -9 124 12.86 Trifásica L(v)S<br />

h -8.8 124 12.63 Trifásica L(v)S<br />

i -8.6 127 12.40 Trifásica L(v)S<br />

j -8.4 130 12.17 Trifásica L(v)S<br />

k -8.2 128 11.94 Trifásica L(v)S<br />

l -8.1 128 11.82 Trifásica L(v)S<br />

m -9.2 132 13.08 Trifásica L(v)S<br />

n -8.5 128 12.29 Trifásica L(v)S<br />

o -8.2 130 11.94 Trifásica L(v)S<br />

p -1.2 139.8 1.98 Bifásica L(v)<br />

q -0.8 139.7 1.32 Bifásica L(v)<br />

r -0.8 1.32 Bifásica L(v)<br />

s -0.4 0.66 Bifásica L(v)<br />

t -1.6 139.5 2.63 Bifásica L(v)<br />

u -0.6 140 0.99 Bifásica L(v)<br />

v -8.9 132.4 12.74 Bifásica L(v)<br />

w -9.3 132.2 13.19 Bifásica L(v)<br />

x -9.3 138.8 13.19 Bifásica L(v)<br />

y -9.1 133.2 12.97 Bifásica L(v)<br />

178


z -9.3 133.6 13.19 Bifásica L(v)<br />

aa -9.3 133.1 13.19 Trifásica L(v)S<br />

ab -9.4 132.5 13.30 Bifásica L(v)<br />

ac -9.1 132.4 12.97 Bifásica L(v)<br />

ad -9.7 132.8 13.62 Trifásica L(v)S<br />

ae -0.9 145.3 1.49 Bifásica L(v)<br />

af -1 1.65 Bifásica L(v)<br />

ag -0.7 1.16 Trifásica L(v)S<br />

ah -0.4 0.66 Trifásica L(v)S<br />

Muestra 030013b Fluorita<br />

Inclusión TF TH W%<br />

Morfologí<br />

a<br />

a -9.2 131.1 13.08 Bifásica L(v)<br />

b -9.6 135.2 13.52 Trifásica L(v)S<br />

c -9.1 131 12.97 Bifásica L(v)<br />

d -9.4 129.9 13.30 Bifásica L(v)<br />

e -9.8 130.2 13.73 Bifásica L(v)<br />

f -9.2 132.3 13.08 Bifásica L(v)<br />

g -9.4 131.1 13.30 Bifásica L(v)<br />

h -10.3 132.2 14.26 Trifásica L(v)S<br />

i -9.5 132.1 13.41 Bifásica L(v)<br />

j -9.6 132.2 13.52 Bifásica L(v)<br />

k -9.4 132.8 13.30 Trifásica L(v)S<br />

l -9.4 132.2 13.30 Bifásica L(v)<br />

m -9.4 132.2 13.30 Bifásica L(v)<br />

n -9.2 130.2 13.08 Bifásica L(v)<br />

o -9.2 133.1 13.08 Bifásica L(v)<br />

p -9.3 131.2 13.19 Bifásica L(v)<br />

q -9.4 130.3 13.30 Bifásica L(v)<br />

179


-9.3 131.4 13.19 Bifásica L(v)<br />

s -9.7 133.1 13.67 Bifásica L(v)<br />

t -9.3 131.1 13.19 Trifásica L(v)S<br />

u 9.8 130.8 13.73 Bifásica L(v)<br />

v -9.2 129.9 13.08 Bifásica L(v)<br />

w -9.6 131.4 13.52 Bifásica L(v)<br />

x -9.8 130.4 13.73 Bifásica L(v)<br />

y -10.3 130.6 14.26 Trifásica L(v)S<br />

z -8.9 129.7 12.74 Bifásica L(v)<br />

aa -9.1 130.5 12.97 Bifásica L(v)<br />

ab -8.8 130.4 12.63 Trifásica L(v)S<br />

ac -8.5 131.6 12.29 Trifásica L(v)S<br />

Muestra 030043 Celestina<br />

Inclusión Tf Th W% Morfología<br />

a -6.2 107.6 9.45 Bifásica L(v)<br />

b -2.8 135.5 4.55 Bifásica L(v)<br />

c -5.1 141.3 7.96 Trifásica L(v)S<br />

d -4.3 162.1 6.81 Bifásica L(v)<br />

e 0 112.4 0 Bifásica L(v)<br />

f -1.4 130.2 2.31 Bifásica L(v)<br />

g -1.3 141.2 2.14 Bifásica L(v)<br />

h -1.7 185.3 2.79 Bifásica L(v)<br />

i -4.1 6.52 Bifásica L(v)<br />

j -1.1 171.6 1.82 Trifásica L(v)S<br />

k -1 140.7 1.65 Bifásica L(v)<br />

l 164.3 Bifásica L(v)<br />

m -1.6 152.3 2.63 Bifásica L(v)<br />

n -7.1 10.61 Bifásica L(v)<br />

180


o -7.1 178.3 10.61 Bifásica L(v)<br />

p -6.8 155.3 10.23 Trifásica L(v)S<br />

q -1.3 125.9 2.14 Bifásica L(v)<br />

r -3.9 151.3 6.23 Bifásica L(v)<br />

s -3.1 130.1 5.01 Bifásica L(v)<br />

t -4.6 149.3 7.25 Bifásica L(v)<br />

u -3 145.5 4.86 Trifásica L(v)S<br />

v -7.5 148.6 11.1 Bifásica L(v)<br />

w -1.6 127.3 2.63 Trifásica L(v)S<br />

Muestra 030077a Fluorita<br />

Inclusión TF TH W% Morfología<br />

a 134.6 Bifásica L(v)<br />

b -0.6 150.8 0.99 Bifásica L(v)<br />

c -0.5 150.8 0.83 Bifásica L(v)<br />

d -0.5 151.2 0.83 Bifásica L(v)<br />

e -0.9 151.2 1.49 Bifásica L(v)<br />

f -9.1 12.97 Trifásica L(v)S<br />

g -9.4 135.2 13.30 Trifásica L(v)S<br />

h Bifásica L(v)<br />

i -1.2 150.2 1.98 Bifásica L(v)<br />

j -0.5 150.8 0.83 Bifásica L(v)<br />

k -9.2 135.1 13.08 Trifásica L(v)S<br />

l -9.2 134.3 13.08 Bifásica L(v)<br />

m -1.1 152.8 1.82 Bifásica L(v)<br />

n -0.8 147.7 1.32 Bifásica L(v)<br />

o -0.7 150.1 1.16 Bifásica L(v)<br />

p -1.3 147.3 2.14 Bifásica L(v)<br />

q -0.8 148.1 1.32 Bifásica L(v)<br />

181


-0.8 151.2 1.32 Bifásica L(v)<br />

s -9.4 140.8 13.30 Bifásica L(v)<br />

t -9.8 137.2 13.73 Bifásica L(v)<br />

u -9.6 138.6 13.52 Trifásica L(v)S<br />

v -9.4 138.2 13.30 Bifásica L(v)<br />

w -9.2 137.5 13.08 Trifásica L(v)S<br />

x -10.2 135.5 14.16 Bifásica L(v)<br />

y -10 135.5 13.95 Bifásica L(v)<br />

z -0.6 146.7 0.99 Bifásica L(v)<br />

aa -0.9 146.2 1.49 Bifásica L(v)<br />

ab -9.6 138.6 13.52 Bifásica L(v)<br />

ac -0.6 146.3 0.99 Bifásica L(v)<br />

ad -0.7 146.5 1.16 Bifásica L(v)<br />

ae -0.7 146.3 1.16 Bifásica L(v)<br />

af -1.1 144.3 1.82 Bifásica L(v)<br />

ag -9.8 138.6 13.73 Trifásica L(v)S<br />

Muestra 030077b Fluorita<br />

Inclusion TF TH W% Morfología<br />

a -9.8 145.4 13.73 Bifásica L(v)<br />

b -10.8 145.1 14.77 Bifásica L(v)<br />

c -10.3 145.8 13.26 Bifásica L(v)<br />

d -10.3 144.8 14.26 Bifásica L(v)<br />

e -9.6 145.2 13.52 Trifásica L(v)S<br />

f -10.2 145.3 14.16 Bifásica L(v)<br />

g -10.6 144.4 14.56 Bifásica L(v)<br />

h -10.1 144.8 14.05 Bifásica L(v)<br />

i -9.7 144.6 13.67 Trifásica L(v)S<br />

j -10.1 143.7 14.05 Bifásica L(v)<br />

k -9.7 143.2 13.67 Bifásica L(v)<br />

182


l -10.6 143.4 14.56 Bifásica L(v)<br />

m -10.5 143.2 14.47 Bifásica L(v)<br />

n -10.4 142.8 14.36 Trifásica L(v)S<br />

o -10.4 142.6 14.36 Bifásica L(v)<br />

p -10.3 143.2 14.26 Bifásica L(v)<br />

q -10.5 142 14.47 Trifásica L(v)S<br />

r -9.8 144.5 13.73 Trifásica L(v)S<br />

s -10.5 144.8 14.47 Bifásica L(v)<br />

t -9.6 145.2 13.52 Trifásica L(v)S<br />

u -10.2 141.1 14.16 Bifásica L(v)<br />

v -10.7 141.6 14.67 Bifásica L(v)<br />

w -10.3 141.3 14.26 Bifásica L(v)<br />

x -10.1 144.2 14.05 Bifásica L(v)<br />

y -10.1 143.2 14.05 Bifásica L(v)<br />

z -10.3 142.6 14.26 Bifásica L(v)<br />

aa -10.2 142.4 14.16 Bifásica L(v)<br />

Muestra 030079 Celestina<br />

Inclusión TF TH W% Morfología<br />

d 98.3 Bifásica L(v)<br />

e 109.3 Bifásica L(v)<br />

f -1.2 109.3 1.98 Bifasica L(v)<br />

g -6.5 9.84 Bifasica L(v)<br />

h -6.2 9.45 Bifasica L(v)<br />

i -7.5 11.1 Bifásica L(v)<br />

j -7.3 10.85 Trifásica L(v)<br />

k -6.2 9.45 Bifásica L(v)<br />

l -1.5 2.47 Bifásica L(v)<br />

m -1.3 2.14 Bifásica L(v)<br />

183


n 134 Bifásica L(v)<br />

o -6.1 9.32 Bifásica L(v)<br />

p 114.3 Bifásica L(v)<br />

q 138.5 Bifásica L(v)<br />

r -6.3 9.58 Bifasica L(v)<br />

s -1.3 109.6 2.14 Bifasica L(v)<br />

t -1.1 133.6 9.82 Bifásica L(v)<br />

u -6.4 9.71 Bifásica L(v)<br />

v -1.1 1.82 Bifásica L(v)<br />

w -4.1 6.52 Bifásica L(v)<br />

x -4.2 6.67 Bifásica L(v)<br />

y -4.4 6.96 Bifásica L(v)<br />

z 1.2 110 1.98 Bifásica L(v)<br />

aa<br />

L(v)<br />

ab -3.2 85.2 5.17 Bifasica L(v)<br />

ac -1.3 145.8 2.14 Trifásica L(v)S<br />

ad 1.6 142.7 2.63 Bifásica L(v)<br />

ae -4.1 6.52 Bifásica L(v)<br />

af Bifásica L(v)<br />

ag -0.6 88.5 0.99 Bifásica L(v)<br />

ah -9.3 13.19 Bifásica L(v)<br />

ai -6.3 9.58 Bifásica L(v)<br />

aj -8.9 134.2 12.74 Bifásica L(v)<br />

ak -9.2 13.08 Bifásica L(v)<br />

al 120 Bifásica L(v)<br />

am -9.1 12.97 Bifasica L(v)<br />

an -9.3 170.2 13.19 Bifásica L(v)<br />

ao -6.3 123.2 9.58 Bifásica L(v)<br />

ap -9.3 118.9 13.19 Bifásica L(v)<br />

aq -6.3 9.58 Bifásica L(v)<br />

ar -9.6 13.52 Bifasica L(v)<br />

184


as -9.6 13.52 Bifasica L(v)<br />

at -9.5 120.2 13.41 Bifásica L(v)<br />

au -9.1 119.2 12.97 Bifásica L(v)<br />

av -9.4 165 13.3 Bifasica L(v)<br />

aw -1.1 95.2 1.82 Bifasica L(v)<br />

ax -9.3 88.3 13.19 Bifásica L(v)<br />

ay -2.8 130.1 4.55 Bifásica L(v)<br />

az -9.2 13.08 Bifásica L(v)<br />

ba -9.5 13.41 Bifasica L(v)<br />

bb<br />

bc -8.8 12.63 Bifasica L(v)<br />

bd -9.2 13.08 Bifasica L(v)<br />

be -8.7 12.52 Bifásica L(v)<br />

bf -6.1 87.7 9.32 Bifásica L(v)<br />

bg -6.2 200 9.45 Bifásica L(v)<br />

bh -5.9 89.3 9.05 Bifásica L(v)<br />

bi -8.2 11.94 Bifásica L(v)<br />

bj -8.1 11.82 Bifásica L(v)<br />

bk -8.3 12.06 Bifásica L(v)<br />

Tabla de temperaturas y fases en I.F.<br />

Especies<br />

Disueltas<br />

Temperatura<br />

eutéctica<br />

Composición<br />

eutéctica<br />

NaC1 -10,6ºC 23,3% NaC1<br />

Fases<br />

Sólidas<br />

H 2 O<br />

NaC1<br />

2H 2 O<br />

Nombre<br />

Hielo<br />

hidrohalita<br />

NaC1 NaC1 halita<br />

Características<br />

Hexagonal<br />

Incoloro<br />

I.R. E.1,313<br />

W.1,309<br />

Monoclínico<br />

Incoloro<br />

I.R. 1,416<br />

Cúbico<br />

incoloro<br />

I.R. 1,544<br />

Temperatura y<br />

Modo de fusión<br />

0ºC<br />

congruentemente<br />

0,1ºC<br />

incongruentemente<br />

185


CaC1 2 -49,8ºC 30,2% CaC1 2<br />

CaC1 2 6<br />

H 2 O<br />

MgC1 2<br />

-33,6ºC<br />

21,0% MgC1 2<br />

MgC1 2 12H 2 O<br />

antarcticita<br />

KC1 -10,6ºC 19,7 KC1 KC1 silvita<br />

NaC1-<br />

KC1<br />

NaC1-<br />

CaC1 2<br />

NaC1-<br />

MgC1 2<br />

-22,9ºC<br />

-52ºC<br />

-35ºC<br />

20,17%<br />

NaC1<br />

5,81% KC1<br />

1,8% NaC1<br />

29,4% CaC1 2<br />

1,56% NaC1<br />

22,75%<br />

MgC1 2<br />

186<br />

Hexagonal<br />

Incoloro<br />

I.R. E.1,393<br />

W.1,417<br />

Cúbico<br />

incoloroamarillento<br />

I.R. 1,490<br />

30.08ºC<br />

incongruentemente<br />

-16,4ºC<br />

congruentemente


Anexo C<br />

Artículos publicados y resúmenes de congresos<br />

A continuación se presentan los trabajos que han sido presentados y publicados que<br />

parten de los estudios presentados en esta tesis.<br />

Artículos publicados con arbitraje<br />

Tritlla, J.; Levresse, G.; Corona-Esquivel, R.; Banks, D.; Lamadrid, H. <strong>and</strong> Bourdet, J.<br />

(2006).- “Depósitos de Pb Zn-Cu-Ba-F-Sr epigenéticos estratoligados en series<br />

sedimentarias en relación con salmueras de cuenca: depósitos de tipo “Mississippi<br />

Valley” (MVT) y similares en México”. Boletín de la Sociedad Geológica Mexicana,<br />

Volumen del Centenario, LVIII-1, 103-139.<br />

Tritlla, J.; Levresse, G.; Corona-Esquivel, R.; Banks, D.; Lamadrid, H. <strong>and</strong> Bourdet, J.<br />

(2007).- Low-temperature, carbonate-hosted Pb-Zn-Cu-Ba-F-Sr <strong>deposit</strong>s in mexico: a<br />

geological <strong>and</strong> geochemical approach. GSA Bulletin. Aceptado. En prensa.<br />

Resúmenes para congresos<br />

“FLUJO DE FLUIDOS FOCALIZADOS POR ESTRUCTURAS CORTICALES Y SU<br />

PAPEL EN LA MADURACIÓN DE M.O.: EL CASO DE EL TULE, FM. BUDA,<br />

CUENCA DE SABINAS, COAHUILA.”<br />

Lamadrid, H. 1 , Tritlla, J. 1 , Levresse G. 1 , Pironon, J. 1 ; Bourdet, J. 1 y Carrillo-Chávez, A. 1<br />

1 Programa de Ge<strong>of</strong>luidos, Centro de Geociencias, UNAM Campus Juriquilla, Queretaro 76230, <strong>Mexico</strong>; e-mail:<br />

jordit@geociencias.unam.mx<br />

2 CREGU, BP 23, 54501 V<strong>and</strong>oeuvre-les-Nancy, France,<br />

En el NE de México aparecen un conjunto de estructuras a lo largo de la serie<br />

carbonatada mesozoica que testimonian la existencia de zonas de circulación preferencial de<br />

187


fluidos durante la compresión laramídica y la extensión subsiguiente. Estas estructuras<br />

consisten en zonas de reemplazamiento de los carbonatos por cementos de celestina, fluorita<br />

y calcita que, en algunos casos, llegan a tener importancia económica. <strong>El</strong> estudio de estas<br />

estructuras es una oportunidad única para conocer el quimismo de las aguas de formación<br />

antiguas, el régimen de expulsión de estos fluidos durante los procesos de deformación de la<br />

cuenca así como para poder estimar las condiciones termobarométricas imperantes durante la<br />

diagénesis tardía de estas formaciones así como su papel en la maduración y expulsión de<br />

hidrocarburos a través de zonas preferenciales de flujo.<br />

Una de las estructuras de flujo de fluido más interesantes se encuentra en el distrito<br />

minero de <strong>El</strong> <strong>Tule</strong>, al norte de la población de Muzquiz (<strong>Coahuila</strong>). Esta se sitúa en una zona<br />

levemente deformada a favor de una superficie de estratificación en los carbonatos de la Fm<br />

Buda (Cretácico superior), que muestra evidencias de movimiento sub-horizontal (layerparallel<br />

slip). La superficie de estratificación es ondulada y, en las zonas de mayor apertura,<br />

se presenta parcialmente cementada por varias generaciones de celestina, la primera de las<br />

cuales presenta indicios de deformación, así como por una generación tardía de fluorita.<br />

La celestinas presentan inclusiones fluidas bifásicas (L+V) y escasas trifásicas<br />

(L+V+S azufre ) con Th entre 130 y 180°C y salinidades de entre 1.76 y 2.06 molal de NaCl. La<br />

fluorita presenta dos familias de inclusiones fluidas: (1) inclusiones trifásicas (L+V+S no<br />

identificado) cuya fase vapor contiene CH 4 , H 2 S y trazas de CO 2 , con Th alrededor de 130°C y<br />

salinidad media de 3,5 molal de NaCl; (2) inclusiones de hidrocarburos bifásicas a trifásicas<br />

(L+V+S bitumen ) de color café oscuro a claro con Th de alrededor de 98°C.<br />

La reconstrucción de las condiciones de atrapamiento para la fluorita indica presiones<br />

de alrededor de 400 bares a 135°C. La presencia de S 0 como sólido en las inclusiones<br />

fluidas de los cristales de celestina junto con la ausencia de materia orgánica sugiere la<br />

presencia de un ambiente altamente oxidante, con exceso de sulfato y con pequeñas<br />

cantidades de materia orgánica. Esta última habría sido completamente oxidada mediante un<br />

proceso de termorreducción de sulfato (TSR).<br />

Trabajo presentado en el Simposium de Rocas Carbonatadas y Plays de PEMEX, Cd. Del<br />

Carmen, Marzo 2006<br />

188


“EVIDENCIAS DE ESTRUCTURAS MINERALIZADAS POR MIGRACIÓN DE<br />

FLUIDOS CORTICALES, EL CASO EL TULE, FM. BUDA, CUENCA DE SABINAS,<br />

COAHUILA.”<br />

Lamadrid, H. 1 ; Tritlla, J. 1 ; Levresse G. 1 y Bourdet, J. 2<br />

1 Programa de Ge<strong>of</strong>luidos, Centro de Geociencias, UNAM Campus Juriquilla, Queretaro 76230, <strong>Mexico</strong>; e-mail:<br />

lamadrid@geociencias.unam.mx<br />

2 CREGU, BP 23, 54501 V<strong>and</strong>oeuvre-les-Nancy, France,<br />

En el NE de México aparecen un conjunto de estructuras a lo largo de la serie<br />

carbonatada mesozoica que testimonian la existencia de zonas de circulación preferencial de<br />

fluidos durante la compresión laramídica y la extensión subsiguiente. Estas estructuras<br />

consisten en zonas de reemplazamiento de los carbonatos por cementos de celestina, fluorita<br />

y calcita que, en algunos casos, llegan a tener importancia económica. <strong>El</strong> estudio de estas<br />

estructuras es una oportunidad única para conocer la composición química de las aguas de<br />

formación antiguas, el régimen de expulsión de estos fluidos durante los procesos de<br />

deformación de la cuenca así como para poder estimar las condiciones termobarométricas<br />

imperantes durante la diagénesis tardía de estas formaciones así como su papel en la<br />

maduración y expulsión de hidrocarburos a través de zonas preferenciales de flujo.<br />

Una de las estructuras de flujo de fluido más interesantes se encuentra en el distrito<br />

minero de <strong>El</strong> <strong>Tule</strong>, al norte de la población de Muzquiz (<strong>Coahuila</strong>). Esta se sitúa en una zona<br />

levemente deformada a favor de una superficie de estratificación en los carbonatos de la Fm<br />

Buda (Cretácico superior), que muestra evidencias de movimiento sub-horizontal (layerparallel<br />

slip). La característica mas destacable de este yacimiento es la presencia en un<br />

mismo depósito de cantidades significativas de celestina y fluorita, coexistiendo en las<br />

mismas estructuras. <strong>El</strong> yacimiento posee una superficie de estratificación ondulada y, en las<br />

zonas de mayor apertura, se presenta parcialmente cementada por varias generaciones de<br />

celestina, la primera de las cuales presenta indicios de deformación, así como por una<br />

generación tardía de fluorita.<br />

189


La mineralización se concentra en un manto estratoligado formado por barreras de<br />

permeabilidad de bajo ángulo que siguen a la estratificación. Se observan dos episodios de<br />

mineralización de celestina, (1) hacia las paredes del manto, b<strong>and</strong>eamientos rítmicos<br />

(ritmitas) de cristales finos y deformados que forman horizontes de alto y bajo<br />

reemplazamiento de la roca original, y hacia el centro del manto cristales subhedrales<br />

deformados, y (2) cristales euhedrales idiomórficos gr<strong>and</strong>es (varios cm.) sin deformar<br />

dispuestos en el manto. La fluorita aparece de forma subordinada a la celestina, como un<br />

mineral tardío que se forma en las cavidades y espacios vacíos dejados por la segunda<br />

generación de celestina.<br />

La celestinas presentan inclusiones fluidas bifásicas (L+V) y escasas trifásicas<br />

(L+V+S azufre ) con Th entre 130° y 180°C y salinidades de entre 8 y 11% wt. eq de NaCl<br />

(peso equivalente en NaCl). La fluorita presenta dos familias de inclusiones fluidas: (1)<br />

inclusiones trifásicas (L+V+S no identificado ) cuya fase vapor contiene CH 4 , H 2 S y trazas de CO 2 ,<br />

con Th alrededor de 130°C y salinidad entre el 10 y el 14 % en wt. eq. de NaCl; (2)<br />

inclusiones de hidrocarburos bifásicas a trifásicas (L+V+S bitumen ) de color café oscuro a claro<br />

con Th de alrededor entre 90 y 130°C.<br />

Trabajo presentado en la Reunión Anual de la Unión Ge<strong>of</strong>ísica Méxicana (UGM), Puerto<br />

Vallarta, Noviembre, 2006.<br />

190

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