Revista del Cobre Nº 23

¿Por qué suenan las campanas de la iglesia? preguntó Rudi
porque es navidad contestó Gustav,¿no te acuerdas?
está claro que no refunfuño Rudi .
¡ Escuchad! exclamó karl,¿ por qué no vamos a la iglesia y cantamos
villancicos con la gente?
Karl emprendió el camino seguido de Gustav y Rudi. A través de la
ventana de la iglesia vieron una tenue luz.
Karl llamó a la puerta antes de pasar .Con gran curiosidad, los tres
muñecos entraron en la iglesia, pero no cabía ni una aguja. Estaba
repleta de gente. “Hemos llegado tarde” refunfuñó Karl. “Vaya” dijo
Gustav. “¿Y ahora qué?” preguntó Rudi . “Vayamos al café” concluyó
Karl cerrando la puerta. El café estaba enfrente de la iglesia. “Mirad
ese letrero colgando” exclamó Rudi
“Pollo asado con col” leyó Karl en alto. “¡Estupendo!” exclamó Gustav
“estoy muerto de hambre, vamos a entrar”. Y los tres juntos se
adentraron en el café. Había una mesa libre al fondo. “Acogedor”
dijo Karl quitándose la cacerola de la cabeza. Gustav estaba de
acuerdo, “muy acogedor” repitió. “Muy agradable” asintió Rudi con
la cabeza. En la radio se escuchaban villancicos. Los clientes se reían
con los chistes que contaba el camarero. “Dime” susurró Rudi,”¿Qué
es lo peor que le puede ocurrir a un muñeco de nieve?”
“¡Derretirse!” dijo Gustav “¿acaso no lo sabes?” “Eso es lo que yo
pensaba” murmuró Rudi señalando debajo de la mesa “¡Oh, no! “se
lamentó Gustav. “¡Salgamos de aquí!” grito Karl y, agarrando su cacerola,
salió a trompicones del café .