21.08.2015 Views

In-fusiones de jazz

Otra mirada al jazz.

Otra mirada al jazz.

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Julián Ruesga Bono (edición) - Norberto Cambiasso - Luís ClementeLuc Delannoy - Chema García MartinezSantiago Ta<strong>de</strong>o - Daniel Varelaarte-factocolectivo, cultura, contemporánea


Edita:arte/facto, Colectivo Cultura ContemporáneaColabora:ICAS, <strong>In</strong>stituto <strong>de</strong> la Cultura y las Artes <strong>de</strong> Sevilla.arte-facto@telefonica.netwww.parabolica.netCoordinación editorial: Julián Ruesga Bono y Mac <strong>de</strong> PazDiseño y Maquetación: KratesImpreso en los talleres <strong>de</strong> Gráficas Tebas, Sevilla.© <strong>de</strong> los textos los autoresDepósito legal: SE 7820-2010ISBN: 978-84-614-5668-0


0PrologoCuando comenzábamos a trabajar en este proyecto conocimos el libro<strong>de</strong> David Morley, “Medios, mo<strong>de</strong>rnidad y tecnología” (Gedisa 2008). Enuno <strong>de</strong> los capítulos, Morley, refiere una anécdota que presenta como unahistoria apócrifa. En África occi<strong>de</strong>ntal, en los años ‘60, alguien preguntóa un antropólogo, cómo se podía distinguir entre las tradiciones “vivas”<strong>de</strong> las danzas tribales y las que habían sido reinventadas instrumentalmentepor el Estado local como atracciones turísticas. El antropólogo respondióque era relativamente fácil distinguir entre los dos fenómenos,pues todo <strong>de</strong>pendía <strong>de</strong> si los trajes para las danzas llevaban cremallerasmo<strong>de</strong>rnas o “tradicionales”, hechas con lazos <strong>de</strong> cuero y dientes <strong>de</strong> animales.En su opinión, dada su mayor comodidad, sólo los trajes que llevabancremalleras mo<strong>de</strong>rnas podían enten<strong>de</strong>rse como parte <strong>de</strong> una tradiciónviva, mientras que el uso fetichista <strong>de</strong> las cremalleras supuestamente“tradicionales” (pero menos prácticas) hechas <strong>de</strong> cuero y dientes eraclaramente una indicación <strong>de</strong> falta <strong>de</strong> “autenticidad”.Alguien sugirió que con este libro parecía que nos proponíamosobservar algunas cremalleras <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> contemporáneo. En cierta formaera cierto, no tanto por su supuesta “autenticidad” –una i<strong>de</strong>a y términoque no nos interesa- sino por su viva proximidad a nosotros. Queríamos<strong>de</strong>tenernos en algunas cremalleras, que vivimos como propias y formandoparte <strong>de</strong> nuestro locus cultural, pertenecientes al espacio cultural quehabitamos y nos instituye como oyentes. A<strong>de</strong>más, la anécdota que cuentaMorley nos prevenía <strong>de</strong> no confundir tradición con fosilización <strong>de</strong>herencias culturales, <strong>de</strong> alguna manera las tradiciones persisten por sudinamismo y su capacidad <strong>de</strong> adaptación al entorno que cambia, no porsu museificación social.7


Hemos querido enfocar diferentes zonas <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> que nos interesan yqueríamos que fueran observadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> distintas miradas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> puntos<strong>de</strong> observación diferentes. Para ello los autores, en cada capítulo, hantenido libertad para elegir el modo <strong>de</strong> encararlos y <strong>de</strong>sarrollarlos. Aún enposibles discrepancias, las miradas que se proponen son miradas complementarias.Los diferentes capítulos son capas que, superpuestas, ofrecenuna visión contrastada <strong>de</strong> la amplitud, extensión y variedad creativa <strong>de</strong>l<strong>jazz</strong> contemporáneo. A la vez, nos hemos alejado <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l manual<strong>de</strong> referencias, pretendiendo un libro <strong>de</strong> información y <strong>de</strong>bate que ofrezcadiferentes perspectivas sobre temas históricos que constituyen al <strong>jazz</strong>contemporáneo. Es verdad que algunos espacios se solapan, es algoinevitable cuando se topografía una superficie, se secciona y fragmentapara <strong>de</strong>spués construir la representación general con las diferentes partes.Una labor que pensamos correspon<strong>de</strong> al lector; al fin y al cabo es el lectorquien aúna y selecciona la información para convertirla en conocimientoal construir su propia mirada.En los ‘60, Glenn Gould hablaba <strong>de</strong>l "escucha <strong>de</strong> nuevo tipo" como <strong>de</strong>lsujeto primordial <strong>de</strong> la revolución cultural y musical que trajo consigo lagrabación fonográfica y la radio. Las mediaciones tecnológicas son clavespara enten<strong>de</strong>r la producción, difusión y recepción <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong>. Esto, sumadoa que nació y se fraguó en un país con una compleja historia <strong>de</strong> interaccionesmulticulturales, ha hecho inevitable que se convirtiera en una músicaculturalmente promiscua y abierta a “lo otro”, y al “otro”, diferente.Este libro muy bien podría haberse titulado: “Apuntes para otra historia<strong>de</strong>l <strong>jazz</strong>”, en él revisamos músicos y músicas que normalmente quedanfuera <strong>de</strong> las narrativas al uso o, a lo más, son reseñados como notasa pie <strong>de</strong> página o anécdotas exóticas en las historias <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> norteamericano.Así, el libro revisa la “<strong>jazz</strong>ificación” <strong>de</strong> algunas músicas y las transformaciones<strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> en su encuentro con otras músicas –a través <strong>de</strong> losmúsicos que la han hecho posible y los contextos que han propiciadoestas operaciones. Des<strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los ‘50, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> hasido el resultado <strong>de</strong> diversas re-lecturas, a través <strong>de</strong> sucesivas y diferentesgeneraciones <strong>de</strong> músicos y audiencias, en su difusión por diferentesterritorios geográficos y culturales. Este es nuestro punto <strong>de</strong> partida.arte-facto, Colectivo, Cultura, Contemporánea8


<strong>In</strong>-<strong>fusiones</strong> 1<strong>de</strong> <strong>jazz</strong><strong>In</strong>troducciónJulián Ruesga BonoLo interesante, lo que nos cautiva es cómo el <strong>jazz</strong> respon<strong>de</strong> a las condicionescambiantes y los sonidos <strong>de</strong> un lugar concreto. Cómo una pieza <strong>de</strong> <strong>jazz</strong> es laintersección <strong>de</strong> muchas cosas diferentes para cada músico. Esa intersección esel presente, y cuando suena todo está ahí y no hay más que eso. Es, comotodo presente, lo único que realmente po<strong>de</strong>mos tener.Marcelo Cohen: notas en el CD “El Presente” <strong>de</strong> Luis NachtNo le falta razón a Ted Gioia cuando califica al <strong>jazz</strong> como “el másglorioso <strong>de</strong> los híbridos”. Toda la historia <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> está llena <strong>de</strong> intersecciones,encuentros y polinizaciones cruzadas con otras músicas. Des<strong>de</strong>su mismo origen ha estado marcado por el cruce y el mestizaje con lassonorida<strong>de</strong>s y estilos más heterogéneos. “El más glorioso <strong>de</strong> los híbridos”fue el primero en viajar a la velocidad que la mo<strong>de</strong>rnidad alcanzaba,lo que le facilitó el encuentro con otras músicas y adquirir un sentidoevolutivo y heterodoxo que ha sido su seña <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad durante todoel siglo XX. La grabación, si no <strong>de</strong>l primer disco <strong>de</strong> <strong>jazz</strong> al menos <strong>de</strong>lprimer disco en don<strong>de</strong> aparece la palabra “<strong>jazz</strong>” en la carátula -exactamente:“jass”- fue en 1917; un 78 rpm <strong>de</strong> la Original Dixieland JassBand que incluía dos títulos: “Livery Stable Blues” y “Dixie Jass BandOne Step”. Dos años <strong>de</strong>spués, en 1919, la Original Dixieland Jass Ban<strong>de</strong>ra contratada por el Hammersmith Palais <strong>de</strong> Danse <strong>de</strong> Londres y participabaen Francia en las celebraciones <strong>de</strong> la firma <strong>de</strong>l Tratado <strong>de</strong>Versalles. Los discos <strong>de</strong> la banda fueron editados ya en 1918 en<strong>In</strong>glaterra, Francia, España, Alemania e <strong>In</strong>dia y en 1919 grabaron enLondres con músicos ingleses para la discográfica Columbia. El <strong>jazz</strong>,que nació como una forma musical regional, muy vinculado a unacomunidad, se volvió internacional en poco tiempo.9


<strong>In</strong>-<strong>fusiones</strong> <strong>de</strong> <strong>jazz</strong>La difusión mundial <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> se realizó a una velocidad sorpren<strong>de</strong>ntepara la época. Consecuencia tanto <strong>de</strong>l aumento <strong>de</strong> la influencia norteamericanaen el mundo tras la Primera Guerra Mundial, como <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> los nuevos medios y tecnologías <strong>de</strong> la comunicación –sobretodo la radio y la aparición <strong>de</strong> la industria fonográfica norteamericana,que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su inicio fue <strong>de</strong> carácter transnacional. Las nuevas infraestructurasen el transporte y las re<strong>de</strong>s financieras internacionales tambiénfacilitaron la difusión <strong>de</strong> la música <strong>de</strong> <strong>jazz</strong> que, junto al cine, se convirtióen la aportación más influyente <strong>de</strong> Estados Unidos a la cultura internacionalen la primera mitad <strong>de</strong>l siglo XX. Ambos aban<strong>de</strong>raron el <strong>de</strong>sarrolloy expansión <strong>de</strong> las industrias culturales y simbolizaron lo que seestaba conformando, en los años veinte, bajo el rótulo <strong>de</strong> cultura <strong>de</strong>masas. Tanto el cine como el <strong>jazz</strong> consiguieron suscitar la admiración <strong>de</strong>los amantes <strong>de</strong> las noveda<strong>de</strong>s en todos los países. Su rápida y tempranapresencia internacional fue un prece<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> lo que hoy llamamos glo -balización cultural.Tal vez el <strong>jazz</strong> sea el género musical que mejor refleje la transformación<strong>de</strong> la cultura occi<strong>de</strong>ntal a lo largo <strong>de</strong>l siglo XX. Su nacimiento y<strong>de</strong>sarrollo fue paralelo al <strong>de</strong> los sistemas <strong>de</strong> comunicación <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidadque han sido potentes agentes <strong>de</strong> cambio cultural. Gracias a ellospaulatinamente las músicas populares salieron <strong>de</strong> su aislamiento ycomenzaron a interrelacionarse con otras músicas más allá <strong>de</strong> su vecindadinmediata. El <strong>jazz</strong> llegó a ser producto y causa <strong>de</strong> procesos y ten<strong>de</strong>ncias<strong>de</strong> amplio alcance, su <strong>de</strong>sarrollo fue simultáneo al <strong>de</strong> los mediosque lo facilitaron y su evolución se escribió en los discos. A través <strong>de</strong> losmedias llegó a audiencias situadas mucho más allá <strong>de</strong> su punto <strong>de</strong> origen,<strong>de</strong> no haber sido así, seguramente, habría quedado reducido a seruna música folclorizada ligada a un territorio.Por otro lado las innovaciones tecnológicas lograron una auténticarevolución en la percepción y la representación <strong>de</strong>l mundo. No sólo setransformó la forma en que se realizaba la creación, también la forma enque las personas percibían el mundo y experimentaban las obras <strong>de</strong> creación.Las fuerzas que dominaban las artes populares, y empezaban aconformar la cultura <strong>de</strong> masas en los años ‘20, eran tecnológicas e industriales:la prensa, la cámara fotográfica, el cine, el disco y la radio. Detodas ellas, la radio fue la que influyó <strong>de</strong> forma más directa sobre lamúsica en un primer momento. Su capacidad para llegar simultánea-10


Julián Ruesga Bonomente a millones <strong>de</strong> personas, y hacer que cada una <strong>de</strong> ellas se sintierainterpelada como un individuo, la convirtió en un po<strong>de</strong>roso instrumento<strong>de</strong> información masiva y un valioso medio <strong>de</strong> difusión cultural. La radiopermitió que un número teóricamente ilimitado <strong>de</strong> oyentes escucharamúsica a distancia. De este modo se convirtió en un instrumento privilegiado<strong>de</strong> expansión <strong>de</strong> la música. Pero lo más importante fue quetransformó su función, la <strong>de</strong>scontextualizó, al separar la ejecución <strong>de</strong> laaudición y favoreció la escucha atenta individual. La historia <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> esinconcebible sin ella.A la vez, la velocidad y la capacidad alcanzadas por el transportenaval transatlántico facilitó el <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> productos, personas ei<strong>de</strong>as a través <strong>de</strong>l océano. El <strong>jazz</strong> se extendió tanto a través <strong>de</strong>l Atlánticocomo por el Pacífico y el Índico. Bandas <strong>de</strong> baile americanas, filipinas,rusas, británicas y japonesas marcaron un circuito extendido <strong>de</strong>s<strong>de</strong>Kobe, Shangai, Manila, Singapur y Hong Kong hasta Kuala Lumpur,Bangkok, Colombo, Bombay y Johannesburgo, entreteniendo a comunida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> funcionarios coloniales y a élites nativas en los salones <strong>de</strong> baile<strong>de</strong> los hoteles o a bordo <strong>de</strong> los transatlánticos que comunicaban las ciuda<strong>de</strong>sportuarias más importantes <strong>de</strong>l mundo (Atkins 2003, xv). Músicoscomo el pianista Teddy Weatherford trabajaron principalmente en lasgran<strong>de</strong>s ciuda<strong>de</strong>s portuarias <strong>de</strong> Asia, como Shangai y Calcuta, a mediados<strong>de</strong> los años ’20 (Hobsbawm 1999, 213). En ese mismo periodo <strong>de</strong>tiempo, los músicos filipinos habían ganado cierta reputación como losmúsicos <strong>de</strong> <strong>jazz</strong> más capaces <strong>de</strong> la Costa <strong>de</strong>l Pacífico. Tocando en salones<strong>de</strong> baile <strong>de</strong> hoteles en Kobe y Osaka, los filipinos pusieron el estándar<strong>de</strong> funcionamiento que inspiró a los primeros músicos <strong>de</strong> <strong>jazz</strong> <strong>de</strong>Japón; su reputación fue tal que recibieron los salarios más altos entrelos no norteamericanos en los salones <strong>de</strong> baile y cabarets que animabanla vida nocturna en la Shanghai <strong>de</strong> entreguerras (Atkins 2003, xv). Elfilipino <strong>de</strong> origen español Fe<strong>de</strong>rico Elizal<strong>de</strong>, ya en 1928, dirigía laorquesta hot <strong>de</strong>l hotel Savoy <strong>de</strong> Londres, integrada por músicos <strong>de</strong> <strong>jazz</strong>británicos y norteamericanos.La Primera Guerra Mundial marcó un punto y aparte respecto a lai<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Civilización Occi<strong>de</strong>ntal mantenida durante el siglo XIX. En losaños ’20 el <strong>jazz</strong> representó el espíritu <strong>de</strong> la época y estuvo asociado a lai<strong>de</strong>a <strong>de</strong> un cambio radical <strong>de</strong> las costumbres y hábitos cotidianos. El <strong>jazz</strong>era expresión <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rnidad y progreso, valores sostenidos por las cla-11


Los clarores 2<strong>de</strong>l <strong>jazz</strong>Luc DelannoyDos aproximaciones parecen a<strong>de</strong>cuadas para pensar la transculturacióny el mestizaje musical en el <strong>jazz</strong>. Un estudio analítico partiendo <strong>de</strong> unalista <strong>de</strong> temas pre-establecidos o bien recurrir a testimonios biográficosy musicales y <strong>de</strong> ahí <strong>de</strong>scubrir ten<strong>de</strong>ncias que corren en nuestras socieda<strong>de</strong>s.Al igual que en trabajos anteriores como ¡Caliente! 1 y Carambola2 me inclino por la segunda opción. Sus calida<strong>de</strong>s son sus mismos<strong>de</strong>fectos: no po<strong>de</strong>mos preten<strong>de</strong>r un rigor académico. A lo largo <strong>de</strong> unasviñetas, trataré <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificar y acotar unas i<strong>de</strong>as que consi<strong>de</strong>ro fundamentalesen cuanto a los temas <strong>de</strong> la transculturación y <strong>de</strong>l mestizaje,con unas preferencias por lo latino. El propósito es encaminar futurasreflexiones, quedando retratos por esbozar, historias por escribir. Lo quees evi<strong>de</strong>nte, en el <strong>jazz</strong> como en cualquiera música, es la manifestación<strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> reconocerse y <strong>de</strong> ser reconocido. Un <strong>de</strong>seo que nace con elimpulso vital <strong>de</strong> la música, cada quien con su propia visión <strong>de</strong>l mundo,viviendo en temporalida<strong>de</strong>s y geografías a veces distintas.Viñetas musicales transculturalesLas i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s se <strong>de</strong>finen con trayectorias.Michel FoucaultEn su diario <strong>de</strong> viaje, cantando las ciuda<strong>de</strong>s fronterizas y refiriéndosea la ciudad <strong>de</strong> Tijuana, el guitarrista norteamericano J.J. Cale las cali-1 Delannoy, Luc. ¡Caliente! Una historia <strong>de</strong>l Jazz Latino. México. FCE. 2001.2 Delannoy, Luc. Carambola. Vidas en el Jazz Latino. México. FCE. 2005.47


Los clarores <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong>fica <strong>de</strong> land of broken dreams. Con la clave cubana <strong>de</strong> trasfondo: incisivacomo una fatalidad pero cristalina como un sueño vivo –Hey gringo,can you take us across the bor<strong>de</strong>r? La mayoría <strong>de</strong> estos sueños encallanen una playa interrumpida por un muro <strong>de</strong> paneles metálicos, símbolo<strong>de</strong>l miedo, allí al extremo noroeste <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Tijuana. Del otrolado, más sueños. El pianista Mccoy Tyner soñando con su Lady FromCaracas. Pero aquí, en Tijuana, como en Mexicali, los gringos vienenpor implantes <strong>de</strong>ntales baratos, medicinas baratas, cirugía plástica abuen precio y prostitutas <strong>de</strong> todas formas y tamaños, otros sueños, otrasrealida<strong>de</strong>s. El sueño <strong>de</strong> huir <strong>de</strong> su realidad siempre estará vivo, <strong>de</strong> amboslados <strong>de</strong>l muro. Algunos años antes, el contrabajo Charles Mingus, <strong>de</strong>paso por la misma ciudad, relatando sus Tijuana Moods, entro tambiénen un Colloquial Dream. Conversaciones furtivas entre trombón, saxofón,trompeta con sordina –I am with the blues– y el tremendo groove<strong>de</strong>l contrabajo que mantiene vivas las esperanzas, I always manage achange, even with the blues. En las ciuda<strong>de</strong>s fronterizas todas las conversacionesse transforman en sueños y todos nos imaginamos <strong>de</strong>l otrolado. “Una frontera, son muchas cosas y, a la propia vez nada, o son sololímites virtuales (y reales) <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> que se trate. Cosa <strong>de</strong> humanos.Viéndolo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la óptica <strong>de</strong> lo musical y lo cultural, una fronteraapenas si es distancia, <strong>de</strong>sinformación o ignorancia.” (Jorge Rocha.)Al sureste <strong>de</strong> México, a unos pasos <strong>de</strong> una frontera discreta, casi anónimacon Belice, Adrian Martínez con el Garifuna All Stars Band cantaBaba en homenaje a sus ancestros garinagu expulsados por los británicos<strong>de</strong> las islas caribeñas San Vincente y Las Granadinas. Más al sur aún, enel pueblo <strong>de</strong> Punta Gorda la voz <strong>de</strong>l veterano Paul Nabor se proyecta hastalas comunida<strong>de</strong>s garífunas <strong>de</strong> Guatemala y la ciudad hondureña <strong>de</strong>Triunfo <strong>de</strong> la Cruzas. En un bar <strong>de</strong> Puerto Lempira, en La Mosquitia hondureña,a principio <strong>de</strong> los ‘80 me acuerdo haber escuchado Jah Son ofAfrica <strong>de</strong> U-Roy. Ecos africanos <strong>de</strong> una potente radioemisora <strong>de</strong> una isla,Jamaica, dirigidos a la cuenca <strong>de</strong>l Caribe. Ecos africanos como se escuchanen la música <strong>de</strong> Thelonious Monk –sin el dub-. Con su piano, instrumentoeuropeo por excelencia, Monk es el más africano y también máscubano <strong>de</strong> los pianistas estaduni<strong>de</strong>nses <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong>. Vivía girando. Las estructurasmelódica y rítmica <strong>de</strong> sus obras son claras y abiertas; establece unpuente musical i<strong>de</strong>al entre los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> los esclavos africanos48


Luc Delannoyimplantados en Estados Unidos y los llevados a América Latina. Monktambién tien<strong>de</strong> un puente hacia la música clásica europea <strong>de</strong>l siglo XX.Absorbió técnicas <strong>de</strong> la música impresionista tocando acor<strong>de</strong>s “a laRavel”, “a la Debussy”, al tiempo que improvisaba sobre armonías complejas.Por lo <strong>de</strong>más, es posible que haya estudiado la do<strong>de</strong>cafonía, asícomo a los discípulos <strong>de</strong> Arnold Schoenberg y Anton Webern, cuyascaracterísticas principales son la brevedad y el silencio. Un silencio que sehace tan presente y sugestivo como en la interpretación <strong>de</strong> RoundMidnight <strong>de</strong>l pianista argentino Adrian Iaies 3 . La música <strong>de</strong> Monk un testimonioperfecto <strong>de</strong>l resultado <strong>de</strong> una transculturación. Bemsha Swing–¡sin duda!- y luego con matices azerís, obsequio <strong>de</strong> Vagif Mustafa Za<strong>de</strong>h.Al tocar con el intérprete <strong>de</strong> kora Toumani Diabaté la composiciónJackie-<strong>In</strong>g <strong>de</strong> Thelonious Monk, el trombonista norteamericano RoswellRudd realiza una síntesis socio-cultural excepcional; pero más allá <strong>de</strong>esta síntesis, más allá <strong>de</strong> la práctica que une instrumentos <strong>de</strong> distintasculturas, como él mismo muestra en sus recientes grabaciones con músicosmongoles, boricuas, nuyoricans, lo primordial en la música es elimpulso empático <strong>de</strong> sus sonidos y silencios. Estos impulsos se revelanmás fuertes que la ten<strong>de</strong>ncia occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> querer <strong>de</strong>scubrir todo, <strong>de</strong>excavar, etiquetar, catalogar y poner en discos y museos para completarla apropiación. Es legítimo preguntarse el propósito <strong>de</strong> una prácticamusical que preten<strong>de</strong> grabar el testimonio musical <strong>de</strong> una síntesis socioculturalfuera <strong>de</strong> su contexto original. ¿A que correspon<strong>de</strong> el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>realizar tal grabación? ¿Estaríamos aquí frente a una manipulación <strong>de</strong>sentimientos estéticos, a la producción en serie <strong>de</strong> postales musicales?No po<strong>de</strong>mos olvidar que estas grabaciones, sin quitarles su mérito musicalintrínseco, como tantas otras que reflejan encuentros culturales pasanpor el filtro <strong>de</strong>l gusto y <strong>de</strong>l oído occi<strong>de</strong>ntal, buscando una pureza sonoraque es aséptica, esterilizada según algunos músicos y críticos, quitando“imperfecciones” que son las que le hacen moverse con swing. Sonproductos sin implicaciones sociales concretas. Acordémonos quemuchas disqueras han iniciado una cruzada para limpiar las grabacionesrealizadas antes <strong>de</strong> la era digital. <strong>In</strong>cluso en unos conciertos se preten-3 Aunque la presencia africana en la Argentina fue mínima, sus ecos difusos se perciben en el tango yla milonga. En México los tambores africanos resuenan en las cuerdas <strong>de</strong>l huapango y <strong>de</strong>l son jarocho.49


Jazz-flamenco 3azuladoLuís ClementePolíglota y maravilloso lenguaje específico en la Babel <strong>de</strong> tribusmusicales, el flamenco se toma unas vacaciones y conjuga con otras lenguas,naciendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa ciudad infinita y espiral una música abstracta.La creatividad en el flamenco <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ser una historia <strong>de</strong> sen<strong>de</strong>ros quese bifurcan: no se crearon nuevos palos, estilos, pero sí nuevos sonidos…y es ahí don<strong>de</strong> <strong>de</strong>staca el <strong>jazz</strong>-flamenco, enhebrado en espectáculos,festivales y discos <strong>de</strong> diferente lustre. Las dicotomías, los sonidosengarzados, marcan las renovaciones en el flamenco, que <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> crearen vertical para volcarse sobre hibri<strong>de</strong>z horizontal. Es como si tantoesfuerzo técnico <strong>de</strong> flamenco les <strong>de</strong>jara agotados, sin ganas para abrirse:a los músicos flamencos les cuesta más introducirse en el <strong>jazz</strong>, elnuevo estilo <strong>de</strong>be más a los curiosos músicos <strong>de</strong> <strong>jazz</strong> que a los flamencos,por lo que el término correcto será <strong>jazz</strong>-flamenco, como gustosarama <strong>jazz</strong>ística, más que florido brote <strong>de</strong>l árbol flamenco.Un estilo azulado y azuzado. También hay diferencias entre el aficionado;el <strong>de</strong> <strong>jazz</strong>, más <strong>de</strong>splegado, ha visto evolucionar más rápidamente,o ha escuchado más otras músicas. Bajo la marca <strong>de</strong> <strong>jazz</strong> latino y elascenso <strong>de</strong>l bilingüismo, se han visto nuevas yemas gracias al colaboracionismo,savia nueva. Cuando ese pulpo flamenco que <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ensimismarseextien<strong>de</strong> sus tentáculos, llega a rozar gemas y aerolitos, a la vezque al músico le cuesta menos entrar en el <strong>jazz</strong> o en el flamenco connaturalidad, parece que <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser cosa <strong>de</strong> francotiradores y ya se le vela punta a este reciente estilo. Que hay vida más allá <strong>de</strong> Paco. Hoy esinteresante motivo central <strong>de</strong> tesis doctorales y llegan a publicarse libros<strong>de</strong> partituras, transcripciones <strong>jazz</strong>-flamenco con DVD, recogiendo pie-77


Jazz-flamenco azuladozas <strong>de</strong> consagrados, hasta hay uno con 65 partituras <strong>de</strong> varios artistas.Pero tampoco es oro toda la fusión que suena y a veces se convierte encareo, lo fronterizo sin confianza, estar <strong>de</strong> vuelta sin haber ida, inclusohay <strong>jazz</strong>istas que se sienten como universitarios en la primera cita conuna camarera, cuando se meten en lo flamenco. Ya lo <strong>de</strong>cía el bateríaLarry Martín: “El flamenco encaja muy bien con el <strong>jazz</strong>. Pero el <strong>jazz</strong> esuna trampa, te pi<strong>de</strong> mucho y te da poco….”Lo efímero. Junto al eventual “intervencionismo” oficial, se halla elinterés digno <strong>de</strong> recalcar por el flamenco que han <strong>de</strong>mostrado algunasprogramaciones <strong>de</strong> <strong>jazz</strong> alentando a músicos <strong>de</strong> los dos campos parasubir juntos al escenario. Festivales y seminarios promueven encuentrosy pudimos ver al supercontrabajista Dave Holland con Pepe Habichuelay familia o a George Colligan componiendo por alegrías. O meter a JoeHen<strong>de</strong>rson por bulerías. A Bobby McFerrin mezclando “El concierto <strong>de</strong>Aranjuez” y “Spain” sobre el piano <strong>de</strong> Chick Corea. O cuando enMontreaux Quincy Jones quiso producir a Camarón. <strong>In</strong>cluso ayer, enjulio <strong>de</strong> 2009, Wynton Marsalis cerraba la edición <strong>de</strong>l Festival <strong>de</strong> JazzVitoria-Gasteiz con una suite aflamencada (esbozada seis años antescomo “De Cai a Nueva Orleáns”) que contó con diálogo <strong>de</strong> pianos frentea Chano Domínguez y Tomasito replicando al top dancer, taconeo yclaqué. Una <strong>de</strong> las más hermosas muestras <strong>de</strong> <strong>fusiones</strong> tuvo lugar en laBienal <strong>de</strong>l 92 a cargo <strong>de</strong>l cantaor Enrique Morente y el percusionistanorteamericano Max Roach, quien aportaba doce músicos (nueve percusionistas)<strong>de</strong> su banda M’Boom, mientras que Morente ponía <strong>de</strong> su partecatorce flamencos, entre los que se encontraban jóvenes renovadorescomo Raimundo Amador y componentes <strong>de</strong> La Barbería <strong>de</strong>l Sur. Unproyecto enriquecedor, gitanos y negros frente a frente intentando mezclaresos dos lenguajes sin partitura, pero <strong>de</strong> una sola representación ysin plasmación discográfica… aunque su edición es uno <strong>de</strong> los proyectos<strong>de</strong>l inquieto cantaor para 2011.Las sucesivas escuelas alternativas han servido <strong>de</strong> fermento para elestilo, por ejemplo la labor <strong>de</strong>l Taller <strong>de</strong> Musics, que se involucra enambos campos y fomenta la fusión entre ellos; tuvo su antece<strong>de</strong>nte en laEscola <strong>de</strong> Zeleste, en 1978. O el ciclo anual Seminario <strong>de</strong> Jazz yFlamenco <strong>de</strong>l Teatro Central, con cursos y jams <strong>de</strong> reputados músicos;<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1999 produce activida<strong>de</strong>s didácticas y conciertos especiales, “Jazzviene <strong>de</strong>l Sur”, con todos los maestros sobre el escenario dando frutos78


Luís Clementecomo The New York Flamenco Reunion, “Cruce <strong>de</strong> caminos” y“Pasajes” <strong>de</strong>l concierto <strong>de</strong> cierre <strong>de</strong> 2002. Un recuerdo al conciliador pioneroSan Juan Evangelista y no se pue<strong>de</strong> olvidar la escuela <strong>de</strong> GerardoNúñez, ni a productores como Trueba, promocionando por medio <strong>de</strong>Calle 54, tampoco han sido pocas las muestras <strong>de</strong>l interés <strong>de</strong>l selloNuevos Medios por el género, al igual que lo ha manifestado Karonte.Salpican títulos como Flamencos en Nueva York o Manhattan <strong>de</strong> laFrontera, <strong>de</strong> Gerardo Núñez y José Antonio Rodríguez, proliferan músicoscomodines y esforzados. <strong>In</strong>strumentistas titánicos que han engran<strong>de</strong>cidoel término (hasta los gran<strong>de</strong>s hallazgos conseguidos por JorgePardo y Chano Domínguez, con sobresalientes carreras que concordaronen un disco <strong>de</strong> versiones <strong>de</strong> Paco) impulsan a<strong>de</strong>más el baile abstracto,porque cuando la música se supedita al baile a veces se producen empeñosinteresantes… como el combo <strong>de</strong> Gerardo Núñez con Israel Galváno el ejemplo <strong>de</strong> Joaquín Grilo en el espectáculo “De noche”, don<strong>de</strong> bailabasobre el trío Pardo-Benavent-Tino. El saxofonista publica discosfrescos, salpicados por la improvisación, cada vez menos encorsetados,y el bajo <strong>de</strong> Benavent es un orgullo español: fichado en 1980 por Paco<strong>de</strong> Lucía para pasar toda la década con él, ha colaborado con MilesDavis y ha grabado mil y un discos, como el celebrado Touchstone <strong>de</strong>Chick Corea en 1982 junto a Paco <strong>de</strong> Lucía; con el algecireño llega laliberación <strong>de</strong> la guitarra, re<strong>de</strong>fine todo un mundo, y entre 1981 –año enque publica el rompedor Yo sólo quiero caminar- y 1983 actuó junto aJohn McLaughlin, Al DiMeola y Larry Coryel, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> participar endiscos <strong>de</strong> éxito <strong>de</strong> DiMeola y Corea.<strong>In</strong>solitos instrumentistasPor necesidad. Un pequeño <strong>de</strong>talle armónico, una subida <strong>de</strong> cuerda,un… los pormenores vanguardistas en la guitarra flamenca, su electrificación…¡que no toquen la rosa!, <strong>de</strong>cían, pero a la guitarra, que haalcanzado un elevadísimo nivel técnico, se le pi<strong>de</strong> ya algo más. Sonmuchos los guitarristas en este universo en expansión, don<strong>de</strong> orbita elsonido <strong>de</strong> Pat Metheny, que ha grabado con Vicente Amigo y EnriqueMorente; hay que oír los hallazgos <strong>de</strong> Andrés Olaegui a la guitarra eléctricaen sus dos CDs, variando soleá, campanilleros, bulerías… pasa con79


Free Jazz y Música 4ContemporáneaSobre la disonancia y la liberación <strong>de</strong> las FormasDaniel VarelaTerreno General (y observaciones puntuales)La improvisación asociada al <strong>jazz</strong> tiene elementos característicos. Delas iniciales escalas <strong>de</strong> blues, los estilos <strong>de</strong>rivaron en mayor complejidady <strong>de</strong>sarrollo instrumental. A partir <strong>de</strong> una melodía o <strong>de</strong> una canción, lasmodificaciones realizadas por los instrumentistas en los solos llevaban aterritorios nuevos para luego retornar al hogar conocido <strong>de</strong> la melodíainicial. Los <strong>de</strong>svíos melódicos, las notas ajenas a la armonía original, lasvariaciones rítmicas <strong>de</strong> un tema, el agregado <strong>de</strong> adornos, o en las formas<strong>de</strong> <strong>jazz</strong> ulteriores, la sustitución armónica (el uso <strong>de</strong> acor<strong>de</strong>s con notascomunes y a su vez las melodías o notas <strong>de</strong> paso <strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong> éstasvariantes) abriría nuevos mundos.Hasta aquí hablamos <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los elementos constitutivos <strong>de</strong>l<strong>jazz</strong>, <strong>de</strong> su posible esqueleto. Si se trata <strong>de</strong> <strong>jazz</strong> <strong>de</strong> New Orleans, Swing,Be Bop, Cool o Modal –por sólo citar algunos estilos– pareciera que elfuncionamiento nuclear no es muy diferente. Los musicólogos <strong>de</strong>dicadosa establecer estas diferencias <strong>de</strong> estilo seguramente discreparán,pero no parece <strong>de</strong>scabellado pensar que –resumidos a una mínimaexpresión– hablamos <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> como una estructura básica <strong>de</strong> tema(forma canción o melodía-estribillo) –improvisación y retorno al tema.Después <strong>de</strong> todo, ¿qué es el <strong>jazz</strong>?Para respon<strong>de</strong>r a esto y vincularlo con el título <strong>de</strong> nuestro escrito<strong>de</strong>bemos estar atentos a otros <strong>de</strong>sarrollos musicales <strong>de</strong>l siglo XX y allíconectaremos estos dos enormes territorios. En lo que toca al <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong>l <strong>jazz</strong>, se han manifestado –a poco <strong>de</strong> sus inicios– intereses en cruzar111


Free Jazz y Música Contemporánea<strong>de</strong>scubrimientos musicales <strong>de</strong> distinto origen para enriquecer la creación.Para los gustos más populares, son emblemáticos los ejemplos <strong>de</strong>la Rhapsody in Blue (1924), <strong>de</strong> George Gershwin y el Ebony Concerto(1945), <strong>de</strong> Igor Stravinsky, compuesto por encargo <strong>de</strong>l clarinetistaWoody Herman e interpretado por Benny Goodman. Entre muchos otrosejemplos, la influencia <strong>de</strong> la música clásica aportó en éstos casos coloresinstrumentales (por ejemplo orquestales) y cierto sentido armónico,más allá <strong>de</strong>l blues expandido, hacia algunos aspectos <strong>de</strong>l Romanticismoy el Impresionismo. Por otra parte, la organización <strong>de</strong> las voces instrumentaleso el contenido <strong>de</strong> los solos en el <strong>jazz</strong> podría fertilizarse a través<strong>de</strong> un mayor conocimiento <strong>de</strong> la “gran música <strong>de</strong> occi<strong>de</strong>nte”; situaciónque <strong>de</strong> igual forma llamó la atención <strong>de</strong> los compositores a lo largo<strong>de</strong> décadas en numerosos países. Por sólo citar dos ejemplos <strong>de</strong> las primerasdécadas podríamos mencionar la fascinación que sintieron por el<strong>jazz</strong> Darius Milhaud tanto como el pionero <strong>de</strong>l do<strong>de</strong>cafonismo enArgentina, Juan Carlos Paz.Justamente, la emancipación <strong>de</strong> la disonancia surgió en la composición<strong>de</strong> origen académico y fue una <strong>de</strong> las mayores revoluciones en la historia<strong>de</strong> la música. El Romanticismo tardío necesitó <strong>de</strong> armonías cada vezmás expandidas y <strong>de</strong>rivativas (con el uso <strong>de</strong> acor<strong>de</strong>s ampliados o modulacionesa tonalida<strong>de</strong>s lejanas y con <strong>de</strong>sbor<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los esquemas formales<strong>de</strong>l clasicismo). Las músicas <strong>de</strong> Brahms, Bruckner, Wagner, Liszt, Busonio Mahler abonaron el terreno para lo que Schönberg, Berg y Webern concretaríansólo unos pocos años más tar<strong>de</strong>. La abstracción <strong>de</strong> las formasclásicas –aún usadas en el Romanticismo– fue llevada a extremos visionarioscomo en las Sechs kleine Klavierstücke, Opus 19 (1911) <strong>de</strong> ArnoldSchönberg y su “lógica consecuencia”, las Fünf Stücke für OrchesterOp.10 (1911) <strong>de</strong> Anton Webern. La revolución iniciada por el atonalismolibre primero y el do<strong>de</strong>cafonismo más tar<strong>de</strong> llevó a la música a un territoriohasta entonces inexplorado y permitió concebir una organización <strong>de</strong>los sonidos imposible <strong>de</strong> pensar en épocas <strong>de</strong>l Clasicismo – y aún indigestaspara la mayoría <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong> nuestro planeta.El <strong>jazz</strong> entonces no estuvo ausente a la hora <strong>de</strong> las influencias mutuascon otros géneros musicales. Tampoco la composición <strong>de</strong> música contemporáneafue ajena a la fascinación por el <strong>jazz</strong> mientras evolucionabahacia formas <strong>de</strong> creación más abiertas en los años cincuenta, sesenta ysetenta. Así, el <strong>jazz</strong> y la música <strong>de</strong> origen académico comenzaron a cru-112


Daniel Varelazarse <strong>de</strong> modo más fecundo. Podría <strong>de</strong>cirse que el aspecto quizá mássobresaliente en ese cruce <strong>de</strong> caminos es el concepto <strong>de</strong> improvisación.Aquella vieja i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> variantes espontáneas a partir <strong>de</strong> untema o melodía se hizo más compleja en la medida que pudo hacerseabstracción <strong>de</strong> ése concepto. De sus orígenes en el <strong>jazz</strong> - aunque, comobien reconociera Derek Bailey (1) hay improvisación en tradiciones tandiferentes como el Barroco, el Flamenco o la música <strong>de</strong> la <strong>In</strong>dia - , laimprovisación se cruzó con la disonancia surgida <strong>de</strong> la música contemporáneaa medida que transcurría el siglo XX. El territorio común fue el<strong>de</strong> la creación espontánea, sujeta a mayor o menor grado <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminacióny el campo <strong>de</strong> pruebas fueron la composición académica (en realidad,sus márgenes más radicales) y el “<strong>jazz</strong>” que, cada vez más lejano <strong>de</strong>la tradición, tomaría dimensiones visionarias en el universo free y susvariantes como las llamadas música total, improvisación no- idiomática,composición instantánea, “insect music” y tantas otras.La abstracción <strong>de</strong> la música contemporánea permitió formalizar algoque el <strong>jazz</strong> hacía intuitivamente. Con los ojos <strong>de</strong> la composición, el sonidoya no sería tan primario como en la vieja New Orleans y tambien el<strong>jazz</strong> podría beneficiarse <strong>de</strong> organizar (quizá <strong>de</strong> modo más crudo) sumateria prima sonora. Si tomamos los sonidos como objetos físicoscapaces <strong>de</strong> ser organizados, pue<strong>de</strong> haber una diferente consciencia paracomponer, así sea espontáneamente. Mientras que en el <strong>jazz</strong> más convencional(sea éste una banda <strong>de</strong> “swing” hasta el mo<strong>de</strong>rno <strong>jazz</strong> neoconservador<strong>de</strong> los años ochenta – Wynton Marsalis por caso - se trata <strong>de</strong>una gimnasia <strong>de</strong> reglas armónicas y escalísticas; el <strong>jazz</strong> <strong>de</strong> la era free<strong>de</strong>vino en el más ancho campo <strong>de</strong> una música improvisada hasta prescindir<strong>de</strong>l término “<strong>jazz</strong>”. Mientras tanto, la música <strong>de</strong> origen académico<strong>de</strong>sarrollaba experimentos móviles gracias al azar promovido porJohn Cage, la escuela <strong>de</strong> Nueva York y los europeos surgidos <strong>de</strong>l circuito<strong>de</strong> Darmstadt en los cincuenta y sesenta (2). Los parámetros musicales<strong>de</strong> frecuencia (altura <strong>de</strong> sonido, registro), intensidad, timbre y articu-1 Bailey, D: Improvisation. Its Nature and Practice in Music. Moorland Publishing. Ashbourne,1980. Se trata <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los primeros libros sobre improvisación libre. En él, Bailey recurre a unanálisis <strong>de</strong> estilos <strong>de</strong> improvisación en diferentes tradiciones musicales, incluso el rock.2 Heffley, M: Northern Sun, Southern Moon: Europe’s Reinvention Of Jazz. Yale UniversityPress. Yale and London, 2005. Reciente trabajo <strong>de</strong>l musicólogo norteamericano discípulo <strong>de</strong>Anthony Braxton. Heffley vivió en Alemania durante un período que le permitió entrevistar a granparte <strong>de</strong> los protagonistas <strong>de</strong> free <strong>jazz</strong> europeo y documentó la evolución <strong>de</strong>l género en la Europa<strong>de</strong> los años sesenta en a<strong>de</strong>lante.113


Como 5un enorme sícuando el <strong>jazz</strong> europeo alcanzó su mayoría <strong>de</strong> edadNorberto CambiassoPero la vida <strong>de</strong> cualquier sociedad presenta una infinita variedad <strong>de</strong> preocupacio -nes microscópicas, cada una <strong>de</strong> las cuales, como una célula, está codificada conlas características <strong>de</strong>finitorias <strong>de</strong>l organismo social completo. El fenómeno <strong>de</strong>l<strong>jazz</strong> soviético es una <strong>de</strong> ellas.S. Fre<strong>de</strong>rick StarrPor estos tiempos los europeos tuvieron dos experiencias históricas <strong>de</strong> algúnmodo paralelas a aquellas afroamericanas <strong>de</strong> la pérdida <strong>de</strong> la cultura original yla adaptación a una nueva: se auto<strong>de</strong>struyeron como po<strong>de</strong>res mundiales en susbatallas entre sí y con América, y se reorganizaron bajo la sombra americana.Como los afroamericanos, cuando se volcaron a la improvisación libre paradotar <strong>de</strong> significado a su propia historia y a su nuevo presente, estaban inspi -rándose en las ruinas y <strong>de</strong>spojos internos y externos...Mike Heffley 1“Un fantasma recorre Europa”: La disolución <strong>de</strong> los imperios coloniales”Iluminismo es el abandono que hace el hombre <strong>de</strong> su minoría <strong>de</strong>edad”, respondía el filósofo Immanuel Kant cuando le preguntabansobre aquella época que la nuestra tan injustamente <strong>de</strong>sprecia. Y agregaba:“Minoría <strong>de</strong> edad es no po<strong>de</strong>r servirse <strong>de</strong>l propio entendimiento ynecesitar <strong>de</strong> la tutela <strong>de</strong> uno ajeno.”1 Las citas pertenecen a S. Fre<strong>de</strong>rick Starr. Red & Hot: The Fate of Jazz in the Soviet Union. OxfordUniversity Press, Oxford, 1983, p.18 y a Mike Heffley. Northern Sun, Southern Moon: Europe’sReinvention of Jazz. Yale University Press, New Haven, 2005, p.286. Todas las traducciones <strong>de</strong>linglés y <strong>de</strong>l francés nos pertenecen.137


Como un enorme síVarias décadas le llevó al <strong>jazz</strong> en Europa acce<strong>de</strong>r a su mayoría <strong>de</strong>edad, liberarse <strong>de</strong> los viejos dogmas genéricos, <strong>de</strong> la imitación compulsiva<strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los norteamericanos. Cuando lo hizo, a partir <strong>de</strong> lasegunda mitad <strong>de</strong> la década <strong>de</strong>l ’60, su emancipación fue tan radical queterminó por convertirse en otra cosa, irreconocible, intolerable para lostradicionalistas a ultranza: la improvisación libre.Pue<strong>de</strong> que la historia <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> europeo hasta entonces, salvo honrosasexcepciones como la <strong>de</strong>l guitarrista gitano <strong>de</strong> origen belga DjangoReinhardt, careciera <strong>de</strong> distinción. Y aún así, el surgimiento <strong>de</strong> unamúsica <strong>de</strong> raíz continental, aunque respetuosa a su vez <strong>de</strong> las idiosincrasiasregionales, se encuentra indisolublemente ligado a las condicioneshistóricas <strong>de</strong> la Europa <strong>de</strong> posguerra.Una Europa que no acababa <strong>de</strong> recuperarse <strong>de</strong> las heridas que supoinfligirse a sí misma en las dos gran<strong>de</strong>s guerras y se encontraba ya divididapor la escalada <strong>de</strong> otra guerra fría que la rebajaba a mero rehén <strong>de</strong>los intereses <strong>de</strong> dos flamantes superpotencias. Que incluso <strong>de</strong>bía asistir,perturbada y confundida, al <strong>de</strong>smoronamiento <strong>de</strong> su imperio colonial ya la transformación <strong>de</strong> sus venerables socieda<strong>de</strong>s por las fuerzas opuestaspero complementarias, igualmente ajenas, <strong>de</strong> la sovietización y laamericanización. Una Europa, en fin, que al promediar la década <strong>de</strong>l ’50entraría en un estado <strong>de</strong> ansiedad generalizada a ambos lados <strong>de</strong> la cortina<strong>de</strong> hierro.En Europa occi<strong>de</strong>ntal los po<strong>de</strong>res coloniales presenciaron cómo <strong>de</strong> lanoche a la mañana se <strong>de</strong>smoronaban sus orgullosos imperios <strong>de</strong> ultramaren Asia y en África al calor <strong>de</strong> los movimientos in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ntistas, <strong>de</strong> lasguerrillas <strong>de</strong> liberación nacional y <strong>de</strong>l costo que sus propias socieda<strong>de</strong>s<strong>de</strong>bieron pagar por su participación en el esfuerzo contra Hitler y susaliados.Holanda tuvo que conce<strong>de</strong>r la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> <strong>In</strong>donesia en 1949,<strong>de</strong>cretada unilateralmente por el lí<strong>de</strong>r nacionalista Sukarno cuatro añosantes. Bélgica abandonó apresurada y <strong>de</strong>sastrosamente el Congo en 1960.Después <strong>de</strong> la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> Dien Bien Phu en 1954 ante las tropas comunistas<strong>de</strong> Ho Chi Minh, Francia lograría escapar <strong>de</strong>l pantano <strong>de</strong> <strong>In</strong>dochinagracias a la generosidad (y a la estupi<strong>de</strong>z) <strong>de</strong> su principal protector yfinancista: Estados Unidos. Sólo para enterrarse unos meses más tar<strong>de</strong> enuna insurrección argelina que acabaría con la Cuarta República, someteríaa la sociedad francesa a un trauma <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s proporciones y allanaría138


Norberto Cambiassoel camino para la aventura presi<strong>de</strong>ncialista <strong>de</strong>l general De Gaulle y su plan<strong>de</strong> reconstruir la perdida gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong>l país galo en clave europea.La proverbial flema inglesa se las ingenió para mantener las formasa medida que el sur asiático (Pakistán, Birmania, Ceylán y la <strong>In</strong>dia enparticular) y Oriente medio (Palestina, Irak) se sustraían a su dominiocolonial. Pero per<strong>de</strong>ría <strong>de</strong>finitivamente la compostura con el papelón <strong>de</strong>Suez (compartido con franceses e israelíes) en 1956, cuando el coronelegipcio Gamal Abdul Nasser nacionalizara el canal y, gracias a la presión<strong>de</strong> Estados Unidos, sometiera al imperio más formidable <strong>de</strong> antañoa una humillación <strong>de</strong>sconocida hasta entonces.Acontecimientos en apariencia lejanos que tendrían consecuenciasconsi<strong>de</strong>rables en socieda<strong>de</strong>s muy distantes <strong>de</strong>l optimismo <strong>de</strong> comienzos<strong>de</strong> los ’50, cosa que sumada a la incipiente mo<strong>de</strong>rnización bajo lainfluencia norteamericana, las conduciría por el camino <strong>de</strong> una crecientepolitización a finales <strong>de</strong> esa misma década. 2 Más importante aún, lasheridas (pos)coloniales y el fantasma <strong>de</strong> la americanización a ultranza seconjugarían para la búsqueda gradual <strong>de</strong> alianzas y soluciones <strong>de</strong> caráctercontinental.Políticas <strong>de</strong> la guerra fríaMás allá <strong>de</strong> la coyuntura histórica europea, serían las transformacionesrevolucionarias <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> afroamericano -gracias a la confluencia <strong>de</strong>lmovimiento por los <strong>de</strong>rechos civiles, la guerra fría y el anticolonialismolasque terminarían por allanar el camino hacia un <strong>jazz</strong> continental autónomo.Como bien señala la crítica <strong>In</strong>grid Monson:2 Dos muestras <strong>de</strong> la persistencia <strong>de</strong>l tópico <strong>de</strong> la <strong>de</strong>scolonización en la década siguiente, fascinadapor los movimientos tercermundistas y dominada por las controversias en torno a la guerra <strong>de</strong>Vietnam. Los provos holan<strong>de</strong>ses celebraron en 1965 varios happenings <strong>de</strong> protesta en torno a laestatua <strong>de</strong>l general Van Heutz, supuesto pacificador <strong>de</strong> la <strong>In</strong>dias Orientales (<strong>In</strong>donesia) y, por en<strong>de</strong>,símbolo insigne <strong>de</strong>l más rancio imperialismo holandés. Un año más tar<strong>de</strong>, la London School ofEconomics (LSE) viviría uno <strong>de</strong> los conflictos más intensos y prolongados <strong>de</strong> la breve estación <strong>de</strong>lradicalismo estudiantil británico. ¿La razón? El nombramiento inconsulto <strong>de</strong> Walter Adams comodirector, un hombre asociado al gobierno racista <strong>de</strong> Rho<strong>de</strong>sia (actual Zimbabwe). El conflicto seexten<strong>de</strong>ría hasta 1969, con varios arrestos, algunos profesores expulsados, la Escuela cerrada duranteun mes y una especie <strong>de</strong> LSE en exilio durante ese periodo. Sobre el primer acontecimiento cf.Richard Kempton. Provo: Amsterdam’s Anarchist Revolt. Autonomedia, Brooklyn, NY, 2007. Sobreel segundo, David Caute. The Year of the Barrica<strong>de</strong>s: A Journey through 1968. Harper and Row,New York, 1988 y Dennis Dworkin: Cultural Marxism in Postwar Britain: History, the New Left,and the Origins of Cultural Studies. Duke University Press, Durham, 1997.139


Jazz 6electrónicoSantiago Ta<strong>de</strong>oEl <strong>jazz</strong> electrónico tien<strong>de</strong> a camuflarse bajo otras apariencias dominantes,es un gen recesivo que sólo se manifiesta en raras ocasiones, peroque pue<strong>de</strong> vivir y <strong>de</strong>sarrollarse en todo tipo <strong>de</strong> climas y coor<strong>de</strong>nadassonoras. Aparece en cualquier parte y hasta es posible que sus autoresrenieguen <strong>de</strong> él, lo nombren <strong>de</strong> otra manera o, directamente, ni lonobren. En <strong>de</strong>finitiva, el <strong>jazz</strong> electrónico, salvo excepciones <strong>de</strong> las quehablaré, es un estilo esquivo, inexistente en la práctica, ese amigo quepasa <strong>de</strong>sapercibido en las fiestas. Es el hermano pequeño y mocoso <strong>de</strong>l<strong>jazz</strong>, el primo freaky y asocial <strong>de</strong> la electrónica, paradigma <strong>de</strong> la fusióny, al mismo tiempo, el fenómeno opuesto a la fusión. Es contradictorio,inconstante, camaleónico, ignorado cuando no <strong>de</strong>nostado y, sin embargo,apasionante, hasta el punto <strong>de</strong> merecer un capítulo en este libro quetienes entre manos.DefiniciónDefinir un estilo es siempre una tarea complicada, máxime cuandoésta rara vez <strong>de</strong>ja satisfecho al lector, dado que, en el mejor <strong>de</strong> los casos,sólo sirve como aproximación. En lo que respecta al <strong>jazz</strong> electrónico,todavía no existe ninguna enciclopedia musical que proponga una <strong>de</strong>finición,ni tampoco tengo constancia <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> alguna obra pertenecienteal ámbito académico que ofrezca una <strong>de</strong>finición. El objetivo<strong>de</strong> este primer apartado es trazar un perfil que sea lo más satisfactorio ycompleto posible, <strong>de</strong> tal manera que el lector sepa a qué me refiero cuan-181


Jazz electrónicodo hablo <strong>de</strong> <strong>jazz</strong> electrónico, qué movimientos, ten<strong>de</strong>ncias y, en <strong>de</strong>finitiva,qué música acepta esa etiqueta estilística. Es posible que la mayortentación sea acotar, restringir al máximo posible el concepto <strong>de</strong> nu-<strong>jazz</strong>para que el lector se haga una i<strong>de</strong>a lo más clara posible <strong>de</strong> en qué consisteel estilo. Pues bien, precisamente por eso será mejor confesar <strong>de</strong>s<strong>de</strong>el inicio que mi objetivo es justamente el contrario, ofrecer una panorámicalo más amplia posible <strong>de</strong> la escena, <strong>de</strong>mostrar que se encuentra enlos lugares más insospechados, aunque sea para llegar a la conclusión <strong>de</strong>que no existe una escena <strong>de</strong>nominada <strong>jazz</strong> electrónico, dicho esto sinánimo alguno <strong>de</strong> provocar. El estilo, en cambio, sí es una realidad, perodado que se presenta con los más variopintos disfraces, el reto será reconocerlo,catalogarlo, explicarlo, <strong>de</strong>tectar su alcance, sus inesperadasmutaciones y los recovecos en los que se escon<strong>de</strong>.Empecemos el viaje con una presentación obvia: el <strong>jazz</strong> electrónicoconsiste en la fusión <strong>de</strong> <strong>jazz</strong> y electrónica. A partir <strong>de</strong> aquí, evi<strong>de</strong>ntemente,po<strong>de</strong>mos y <strong>de</strong>bemos añadir precisiones, acotaciones y capas <strong>de</strong> complejidad.Para empezar, afirmo que el <strong>jazz</strong> electrónico pue<strong>de</strong> manifestarseaún en ausencia <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los dos elementos, sin que haya <strong>jazz</strong> o electrónica,y tampoco digo esto con ánimo alguno <strong>de</strong> provocar. Ahora bien,son excepciones, y se habla estrictamente <strong>de</strong> nu-<strong>jazz</strong> cuando se dan citalos dos lenguajes. Por otra parte, rara vez escuchamos una integraciónperfectamente equilibrada <strong>de</strong> ambos estilos (entre otros motivos, porquela perfección matemática y el arte son conceptos reñidos), sino que suelepredominar uno <strong>de</strong> ellos. Eso ocurre por una razón principal que noslleva a la primera particularidad <strong>de</strong>l estilo: al <strong>jazz</strong> electrónico se suelellegar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el <strong>jazz</strong> o <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la electrónica, pues el término medio sóloexcepcionalmente funciona como punto <strong>de</strong> partida. Lo que implica quela música que nos ocupa pertenece al mismo tiempo a la escena <strong>jazz</strong>ísticay a la escena electrónica, se <strong>de</strong>sarrolla paralelamente en ambas, casisiempre <strong>de</strong> manera in<strong>de</strong>pendiente, como si una vertiente ignorara laexistencia <strong>de</strong> la otra, y eso resulta tan atractivo como <strong>de</strong>scorazonador ala hora <strong>de</strong> afrontar un estudio <strong>de</strong> este tipo. Es una ilusión pensar, simanejamos criterios exclusivamente artísticos, en la existencia <strong>de</strong> unaescena mixta a medio camino entre el <strong>jazz</strong> y la electrónica. Sería muybonito sí, pero no encuentro argumentos para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r una i<strong>de</strong>a así, <strong>de</strong>modo que, cuando en a<strong>de</strong>lante me refiera a la ‘escena nu-<strong>jazz</strong>’, lo haréo bien por cuestiones comerciales, como marca que ayuda a ven<strong>de</strong>r dis-182


Santiago Ta<strong>de</strong>ocos, o por motivos <strong>de</strong> sencillez. Esta característica complica notablementeel estudio <strong>de</strong>l estilo, pues <strong>de</strong>be ser analizado por duplicado: fijándonosen sus manifestaciones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el lado electrónico y en las contemporáneas<strong>de</strong>l lado <strong>jazz</strong>ístico.El lector que se conforme con una presentación más o menos clarapue<strong>de</strong> pasar directamente al siguiente apartado, pero quien no tenga miedoa una generosa dosis <strong>de</strong> confusión, está invitado a seguir leyendo. JoséMaría García Martínez, periodista <strong>de</strong> el El País y <strong>de</strong> la revista Cua<strong>de</strong>rnos<strong>de</strong> Jazz, ofrece una <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l estilo: “se habla <strong>de</strong> ‘Nu Jazz’ comogénero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los años noventa, refiriéndose a un complejo sonoro que hermanalas texturas <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> ‘acústico’ (be-bop, hard bop, cool-<strong>jazz</strong>) con el‘funk’, la música electrónica y la improvisación más o menos libre (free<strong>jazz</strong>). Lo que también se conoce como ‘electronic <strong>jazz</strong>’ (electro-<strong>jazz</strong>, e-<strong>jazz</strong>, <strong>jazz</strong>tronica), ‘<strong>jazz</strong> house’, ‘phusion’, ‘future <strong>jazz</strong>’, ‘acid <strong>jazz</strong>’ o ‘groove<strong>jazz</strong>…” 1 . García Martínez, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> sumirnos en un proceloso mar<strong>de</strong> términos, cuestión que precisamente por eso protagonizará el siguienteapartado, ejemplifica la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> nu-<strong>jazz</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el lado <strong>jazz</strong>ístico.Vemos que aparecen el funk y la improvisación (“más o menos libre”),pero se aventura a enumerar estilos <strong>de</strong> <strong>jazz</strong> acústico, los tres presentes enlas propuestas <strong>jazz</strong>ísticas <strong>de</strong> nu-<strong>jazz</strong>, pero obviando otros igualmenteinfluyentes, como el post-bop, el <strong>jazz</strong> modal, el free-<strong>jazz</strong> o incluso elswing <strong>de</strong> los años ‘30, pues hasta existe una bien nutrida corriente <strong>de</strong> nu<strong>jazz</strong>swingueante que podría ser consi<strong>de</strong>rada como subestilo, el nu-swing(véase la compilación Electro Swing, editada por Wagram Music en el2009). De hecho, no hay ningún estilo <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> “tradicional” que no tengasu equivalente electrónico, y no son el bebop, el hard bop y el cool-<strong>jazz</strong>los principales. Eso sí, introduce dos datos muy valiosos, que son la situacióntemporal, “los años noventa”, y el concepto <strong>de</strong> “textura”, puesmuchas veces el componente <strong>jazz</strong>ístico <strong>de</strong> los temas <strong>de</strong> nu-<strong>jazz</strong>, especialmenteen los pertenecientes a la vertiente electrónica, es la exploración <strong>de</strong>la textura, la presencia <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados timbres <strong>de</strong> la trompeta, el pulsorítmico <strong>de</strong>l contrabajo o <strong>de</strong>l piano, esto es, una atmósfera <strong>de</strong> <strong>jazz</strong> más que<strong>jazz</strong> propiamente dicho. Por último, no puedo estar <strong>de</strong> acuerdo con lainclusión <strong>de</strong> acid <strong>jazz</strong> como posible <strong>de</strong>nominación, pues ese es otro estilo1 Extraído <strong>de</strong>l programa <strong>de</strong> mano asociado a la serie <strong>de</strong> conciertos Jazz A L’Ivam, titulada “Nu-Jazz”, que tuvo lugar <strong>de</strong> Octubre a Noviembre <strong>de</strong>l 2007.183


El 7<strong>jazz</strong> en 2010<strong>In</strong>forme <strong>de</strong> situaciónChema García MartínezLa verda<strong>de</strong>ra tradición <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> es la innovaciónStefon HarrisFue un “erase una vez que se era” en un lugar <strong>de</strong> la Alcarria, que unciudadano <strong>de</strong> espada al cinto alzó su voz, con el permiso <strong>de</strong> la autoridadcompetente, contra lo que, a su enten<strong>de</strong>r, no era <strong>jazz</strong>, sino otra cosa. Unsuceso que el lector conoce por haber dado la vuelta al mundo, y vuelta,hasta <strong>de</strong>venir en mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> lo que los comunicólogos <strong>de</strong>finen como un“fenómeno mediático”: “espectador <strong>de</strong>nuncia a un festival <strong>de</strong> <strong>jazz</strong>”.La escena inédita/insólita/digna <strong>de</strong> un film <strong>de</strong> los Hermanos Marx,vino a escenificar un cisma que algunos preten<strong>de</strong>n ignorar, en su mirara otro lado, y si antaño fueron Eddie Condon y su legión pre-neocon lanzandosus naves en contra <strong>de</strong>l infiel bebopper (“el bebop no es <strong>jazz</strong>”,dijo Louis Armstrong), ahora es Wynton Marsalis, trompetista, compository máximo responsable <strong>de</strong> la vuelta a los “viejos-buenos tiempos <strong>de</strong>l<strong>jazz</strong>”, quien, como se sabe, tuvo el gesto <strong>de</strong> donar su colección <strong>de</strong> discosal espectador que, con su gesto, generó un verda<strong>de</strong>ro terremoto.Lo que es <strong>jazz</strong> y lo que no lo es. Aquí no hay compañerismo quevalga. Des<strong>de</strong> su <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong>l “Jazz at the Lincoln Center” en pleno corazón<strong>de</strong> la Gran Manzana, Marsalis blan<strong>de</strong> la enseña <strong>de</strong>l “verda<strong>de</strong>ro <strong>jazz</strong>”.Se habla <strong>de</strong>l trompetista como el “salvador <strong>de</strong> las esencias”, lo que podríaser cierto si no fuera porque, en tiempos como los presentes, nada es loque parece y todo parece moverse conforme a reglas <strong>de</strong> incertidumbreque no resultan sencillas <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r ni interpretar. De tal suerte quehoy, el más conservador <strong>de</strong> los “revivalistas” pue<strong>de</strong> abrir eventualmentelas puertas <strong>de</strong>l piso a las vanguardias que han sido y son, y tampoco nos239


El <strong>jazz</strong> en 2010<strong>de</strong>berá extrañar si acudimos a un recital <strong>de</strong> “avant gar<strong>de</strong>” y suenan LouisArmstrong o Jelly Roll Morton, en versión no literal, por supuesto.En tiempos como los presentes, las corrientes <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> se distinguenmenos por su contenido estético que por la audiencia que acu<strong>de</strong> a los conciertosy enhebran las distintas tribus urbanas. Quienes escuchan a LarryOchs (pongamos que hablo <strong>de</strong> Sigüenza) pero nunca a Wynton Marsalisy quienes lo contrario. Las diferencias <strong>de</strong> criterio confluyen en el común<strong>de</strong>nominador <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a preconcebida. Con la Iglesia hemos topado.El nuevo mesíasEl <strong>jazz</strong> <strong>de</strong> la posmo<strong>de</strong>rnidad obra a partir <strong>de</strong> materiales <strong>de</strong> segundamano combinados entre sí para producir un espejismo <strong>de</strong> novedad. Laera <strong>de</strong> los “ismos”, también en el <strong>jazz</strong>, es cosa <strong>de</strong>l pasado. El músico <strong>de</strong><strong>jazz</strong> <strong>de</strong>l 2010 ha renunciado a pensar en futuro. Su mundo es el presentehecho carne musical en un pasado en el que todos, vanguardistas o no,se reconocen.El <strong>jazz</strong> <strong>de</strong>l siglo XXI es una música sin i<strong>de</strong>ologías ni lí<strong>de</strong>res. Unamanifestación artística atomizada perfectamente inocua y absolutamentealejada <strong>de</strong>l espíritu promiscuo que <strong>de</strong>finió las décadas prece<strong>de</strong>ntes. Sugrado <strong>de</strong> influencia en la opinión pública es dramáticamente limitado.En 2010, el <strong>jazz</strong>, es solo eso: música.¿Por qué ha <strong>de</strong> haber siempre una “Gran Voz” conduciendo al “rebaño”: “músi -cos <strong>de</strong> <strong>jazz</strong>, diríjanse al pasillo nº 2”?. Para algunos pue<strong>de</strong> que ese sea el cami -no más fácil, para mí, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, no lo es. En mi opinión, lo que ocurre eneste momento es que no hay una, sino muchas “gran<strong>de</strong>s voces” circulando porlos circuitos <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong>. Estoy yo mismo y Herbie Hancock y W ayne Shorter… loque ha cambiado es el método. A hora, no creamos sobre el vacío, por así <strong>de</strong>cir -lo, sino que primero examinamos cual ha sido nuestra respectiva contribución ala historia <strong>de</strong> la música y, a partir <strong>de</strong> ahí, buscamos una posible nueva dirección.Lo que está claro es que los días <strong>de</strong> la “Gran Única Voz” son cosa <strong>de</strong>l pasado.Sirvieron a su propósito permitiéndonos acce<strong>de</strong>r a los <strong>de</strong>más a un im portantecaudal <strong>de</strong> información, y ya está .Ron CarterCuanto hoy se escucha sobre los escenarios <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> viene <strong>de</strong>terminadopor las dos revoluciones que han sacudido los cimientos <strong>de</strong>l género240


Chema García Martínezen los últimos años, aún cuando su alcance real aún se nos escapa en suverda<strong>de</strong>ra dimensión. La primera, acaecida en los años ochenta, elevó lafigura <strong>de</strong>l joven Wynton Marsalis a la <strong>de</strong>l nuevo mesías para una generación<strong>de</strong> intérpretes cuya propuesta conservadora en lo musical encontróel acuerdo cómplice la industria discográfica y el <strong>de</strong> cierta crítica. Sinembargo, la aportación <strong>de</strong> Marsalis va más allá <strong>de</strong> sus más que obviashabilida<strong>de</strong>s instrumentales y el soporte i<strong>de</strong>ológico tras las mismas, sustentadoen las teorías <strong>de</strong>l periodista y crítico musical Stanley Crouch. Noresulta <strong>de</strong>scabellado <strong>de</strong>cir que la aportación <strong>de</strong>l trompetista a la historia<strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> es equiparable a las <strong>de</strong> Louis Armstrong o Charlie Parker.Marsalis ha hecho algo que nadie ha hecho antes: transformar el pathos<strong>de</strong> esta música.En última instancia, la música <strong>de</strong> Marsalis es la consecuencia directa<strong>de</strong> un <strong>jazz</strong> huérfano <strong>de</strong> lí<strong>de</strong>res carismáticos. En ella, el peso <strong>de</strong> la ejecuciónse traslada <strong>de</strong>l creador, en su acepción más amplia, al intérpreteentendido el primero como quien obra a partir <strong>de</strong> materiales ajenos, tal ycomo viene ocurriendo en la música europea <strong>de</strong> concierto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace unsiglo. Si el <strong>jazz</strong> ha seguido una línea evolutiva clara y meridiana <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sufundación y hasta nuestros días, fundada en el libre albedrío <strong>de</strong>l creador(el “cómo” <strong>de</strong> la interpretación por encima <strong>de</strong>l “qué” se está interpretando),Marsalis parece haber roto esa línea, en su empeño <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar lapropia historia <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> como un bien a preservar y difundir con el mismorespeto y <strong>de</strong>dicación que los clásicos <strong>de</strong>dican a lo suyo. Des<strong>de</strong> su perspectiva,el “qué” resulta tan importante, sino más, que el “cómo”.Más paradojas: el enemigo público nº 1 <strong>de</strong> los músicos <strong>de</strong> vanguardiacuenta con un apoyo social infinitamente superior al <strong>de</strong> la mayoría<strong>de</strong> quienes se reivindican a sí mismos como “músicos <strong>de</strong> su tiempo”.Marsalis enseña el <strong>jazz</strong> a quien no sabe. A los suyos, los “afro-norteamericanos”,les muestra el camino para recuperar el orgullo <strong>de</strong> raza a través<strong>de</strong> su creación más preciada: el <strong>jazz</strong>. Gracias a sus <strong>de</strong>svelos, nuestramúsica cuenta por vez primera en su historia con un “ministerio” dotadocon todos los equipamientos imaginables. Su imagen choca con lanorma entre los músicos <strong>de</strong> <strong>jazz</strong>: Marsalis calza corbata y traje Prêt-àporter.John Zorn, que sería su contrapartida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el “lado obscuro <strong>de</strong>la fuerza”, no sale a la calle sin su uniforme <strong>de</strong> guerrillero urbano cuidadosamentearrugado. El portavoz <strong>de</strong>l “off <strong>jazz</strong>” y la alegre mezcolanza<strong>de</strong> géneros, toca su música en locales <strong>de</strong> aforo reducido para un público241


A p é n diceJazz en españolBibliografía <strong>de</strong> las escenas localesJulián Ruesga BonoLos libros sobre música en general y sobre <strong>jazz</strong> en particular no sólosuponen un valioso recurso pedagógico y un importante canal <strong>de</strong> difusión<strong>de</strong> la propia música; también representan para los aficionados una ventanaque nos permite conocer las i<strong>de</strong>as que conforman los universos creativos<strong>de</strong> los músicos y los mundos y contextos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> la música tomaforma. Cada día es más abundante la bibliografía en español sobre el <strong>jazz</strong>,tanto traducciones <strong>de</strong> libros escritos en otras lenguas, inglés fundamentalmente,como libros <strong>de</strong> autores hispanohablantes. Toda esta informaciónpermite contrastar opiniones y perspectivas sobre esta música, multiplicarlos focos <strong>de</strong> observación y romper tópicos que <strong>de</strong>sbloqueen esos espacioscomunes en los que a veces parece que nos instalamos al hablar <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong>.En la bibliografía a disposición <strong>de</strong>l aficionado empieza a haber unnúmero ya importante <strong>de</strong> volúmenes <strong>de</strong>dicados a las diferentes escenasnacionales <strong>de</strong> los países castellanoparlantes, en los que se muestra la historia<strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> y sus protagonistas. Junto a trabajos puramente <strong>de</strong>scriptivos,se han publicado otros que prestan especial atención a los <strong>de</strong>sarrollos<strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> atendiendo los contextos sociales, culturales, estéticos ymusicales particulares <strong>de</strong> estos países. Unos pocos han mostrado interéspor su circulación pública, enfocando al público <strong>de</strong> <strong>jazz</strong> y a músicospoco conocidos, contextualizando esta música <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> procesos másamplios <strong>de</strong> mo<strong>de</strong>rnización y mundialización cultural.Naturalmente el mayor volumen <strong>de</strong> información sobre músicos hispanoses el aportado a través <strong>de</strong> las publicaciones <strong>de</strong>dicadas al JazzLatino. Al fin y al cabo es el género más antiguo, y extendido, y muyrelacionado con el mainstraim norteamericano. Uno <strong>de</strong> sus focos ha261


Jazz en españolsido, y es, Nueva York. Hablar <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> sin valorar la interrelación y lasaportaciones <strong>de</strong> los músicos caribeños, o los fuertes vínculos establecidospor músicos cubanos y puertorriqueños con los músicos <strong>de</strong>l be bop,es difícil. Uno <strong>de</strong> los primeros textos escritos en español don<strong>de</strong> se tratala influencia cubana en el <strong>jazz</strong> norteamericano es el artículo <strong>de</strong>l etnomusicólogocubano Fernando Ortiz, “Saba, samba y pop”, publicado en elMensuario <strong>de</strong> Arte, Literatura, Historia y Cultura, en la Habana en1950. La visita a La Habana <strong>de</strong>l musicólogo norteamericano MarshallW. Stearns y las conversaciones mantenidas con él le sirven al autor <strong>de</strong>pretexto para reflexionar sobre la música cubana y su difusión e influenciafuera <strong>de</strong>l país, en especial su relación con el bop neoyorkino. Esteartículo se reeditó años <strong>de</strong>spués en una recopilación <strong>de</strong> artículos cortos<strong>de</strong> Fernando Ortiz, el libro Etnia y Sociedad (Editorial Ciencias Sociales,La Habana, 1993), con un nuevo título, “La influencia afrocubana enel <strong>jazz</strong> norteamericano”. Aunque este texto es el único <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong>dicadoal <strong>jazz</strong>, la recopilación <strong>de</strong> artículos, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> una excelente introducciónal trabajo <strong>de</strong> Fernando Ortíz, reune una colección <strong>de</strong> textos quetratan diversos aspectos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la cultura afrocubana y losdiferentes cruces que la han conformado: diversidad cultural y étnica <strong>de</strong>los esclavos africanos, instituciones, fiestas, cultura cotidiana, instrumentosmusicales, sonorida<strong>de</strong>s, rituales, vida social, religiosidad, transculturaciónmulata, etc, una especie <strong>de</strong> arqueología <strong>de</strong> los basamentossocio-culturales <strong>de</strong> la música cubana y el posterior <strong>jazz</strong> afrocubano.El musicólogo inglés John Storm Roberts fue <strong>de</strong> los primeros estudiososen interesarse por este tema e investigarlo en profundidad. Dos <strong>de</strong>sus libros han sido traducidos al español. En 1978 se editó en BuenosAires La música negra afroamericana (Editorial Víctor Lerú) y en 1982EDAMEX editó en México otro volumen, El toque latino. En amboslibros el autor pone <strong>de</strong> manifiesto la importancia <strong>de</strong> las aportaciones <strong>de</strong>las músicas caribeñas al <strong>jazz</strong> y sus afinida<strong>de</strong>s a través <strong>de</strong>l sustrato africanocomún compartido por ambas y propone que los ingredientes hispanosen el <strong>jazz</strong> inicial <strong>de</strong> Nueva Orleans son más importantes <strong>de</strong> lo quese ha consi<strong>de</strong>rado y uno <strong>de</strong> los motivos <strong>de</strong> la facilidad <strong>de</strong> mezcla posteriorentre las músicas caribeñas y el <strong>jazz</strong>. En La música negra afroame -ricana, Storm Roberts expone un panorama general <strong>de</strong> la riqueza sonoray la complejidad <strong>de</strong> formas musicales <strong>de</strong> África y la diáspora africana,muestrando el peso <strong>de</strong> su presencia en el <strong>jazz</strong>, el blues, el son, la262


Julián Ruesga Bonosalsa, la samba y en otras músicas. En El toque latino, ofrece una miradanovedosa sobre la enorme importancia <strong>de</strong> la influencia latina en lamúsica popular norteamericana. Del merengue a las gran<strong>de</strong>s tradiciones<strong>de</strong> la salsa pasando por el cubop, plantea una exhaustiva revisión <strong>de</strong> laimportante contribución <strong>de</strong> los ritmos latinos a la música norteamericana.Con los años se ha convertido en un libro <strong>de</strong> referencia. Está lleno<strong>de</strong> información bien documentada sobre la música latina y su influenciaen la música norteamericana y proporciona información sobre el <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> estos géneros en sus países <strong>de</strong> origen. Hay otro libro <strong>de</strong> JohnStorm Roberts, no traducido al español, <strong>In</strong> Latin Jazz: The First of theFusions, 1880s to Today, (Schirmer Books, 1999) en el que Robertsinvestiga y narra la historia <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> latino y los músicos que lo hanhecho posible. A través <strong>de</strong> una <strong>de</strong>tallada revisión <strong>de</strong> documentos históricos(periódicos, revistas, hojas promocionales <strong>de</strong> las discográficas,etc,), Roberts ofrece un claro relato crítico <strong>de</strong> la polinización y cruce <strong>de</strong>la música <strong>de</strong> baile latina y el <strong>jazz</strong>. Repasa las principales ten<strong>de</strong>ncias ylos encuentros más importantes <strong>de</strong> los últimos 120 años: el ragtime, eltango, la rumba, el cubop, la bossa nova, y la formalización gradual <strong>de</strong>l<strong>jazz</strong> latino. En el recorrido se arroja algo <strong>de</strong> luz sobre los artistas más<strong>de</strong>stacados, como Machito, Tito Puente, Ray Baretto, Astrud Gilberto,Chick Corea, Dizzy Gillespie, Eddie Palmieri, Stan Getz, Jerry González,Mongo Santamaría, Cal Tja<strong>de</strong>r, y muchos otros.En la estela <strong>de</strong> los libros <strong>de</strong> Storm han aparecido varios libros en castellano,entre ellos los <strong>de</strong> Isabelle Leymarie sobre el <strong>jazz</strong> latino y lasmúsicas <strong>de</strong>l Caribe. A <strong>de</strong>stacar Jazz Latino (MaNonTroppo, Barcelona,2005) y Músicas <strong>de</strong>l Caribe (Ediciones Akal. Madrid, 1996). También,Oye como va… (La Esfera <strong>de</strong> los Libros, Madrid, 2003) <strong>de</strong> José Arteaga,una interesante y amena historia casi novelada <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> latino.Una excelente presentación e introducción a la importante aportacióncubana en la gestación <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> latino es el libro firmado por RaúlFernán<strong>de</strong>z, Latin Jazz: La Combinación Perfecta (SmithsonianFolkways, 2002). El libro es bilingüe, inglés/español, editado enEE.UU., y escrito por un cubano, profesor <strong>de</strong> Ciencias Sociales en laUniversidad <strong>de</strong> California en Irvine. El volumen forma parte <strong>de</strong> un proyecto<strong>de</strong> la Smithsonian <strong>In</strong>stitution <strong>de</strong> EE.UU. <strong>de</strong>stinado a presentar ydivulgar el <strong>jazz</strong> latino en Norteamérica. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l libro, el proyectoincorporó la edición <strong>de</strong> un CD que recopila una antología <strong>de</strong> grabacio-263


AutoresNorb erto Cambiasso fue editor y director <strong>de</strong> “Esculpiendo Milagros”, revistapionera en lengua hispana en la difusión <strong>de</strong> músicas experimentales y rockeuropeo. Da clases <strong>de</strong> comunicación, estética y crítica cultural en la Universidad<strong>de</strong> Buenos Aires, la Universidad Nacional <strong>de</strong> Quilmes, la Universidad Nacional<strong>de</strong> La Plata y el Conservatorio <strong>de</strong> Música Manuel <strong>de</strong> Falla. Co-autor <strong>de</strong>l libroDías Felices: los usos <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la Escuela <strong>de</strong> Chicago al funcionalismo. Haescrito numerosos artículos sobre temas que van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el teatro a la políticainternacional, aunque su principal interés consiste en las relaciones entre arte,música experimental y contextos socio-políticos. Actualmente es co-curador <strong>de</strong>l“Archivo sobre músicas experimentales argentinas” para el Centro Cultural <strong>de</strong>España en Buenos Aires (CCEBA) <strong>In</strong>tegrante <strong>de</strong>l consejo <strong>de</strong> redacción <strong>de</strong> la revista“Parabólica”.Luis Clemen te, Licenciado en Ciencias <strong>de</strong> la <strong>In</strong>formación. Ha colaborado enrevistas musicales, como “Ruta 66”, “Rock <strong>de</strong> Lux” y “Efe Eme”, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>otras revistas especializadas en flamenco. Colaborador en periódicos “El Correo<strong>de</strong> Andalucía”, “Diario 16 Andalucía”, “El País <strong>de</strong> las Tentaciones”, “ABC” y“Diario <strong>de</strong> Sevilla”, don<strong>de</strong> ejerció <strong>de</strong> coordinador musical <strong>de</strong>l suplemento cultural.Ha publicado las biografías <strong>de</strong> Kiko Veneno, Pata Negra y Ketama, a<strong>de</strong>más<strong>de</strong> “Filigranas. Una historia <strong>de</strong> <strong>fusiones</strong> flamencas”, los libros-CDs “Historia <strong>de</strong>lrock sevillano”, “Triana. La historia” y el ensayo “Flamenco!!! <strong>de</strong> evolución”.Luc Del annoy, Doctor en Filosofía por la Universidad Libre <strong>de</strong> Bruselas. Entresus principales publicaciones se encuentran: Carambola; Caliente! Una historia<strong>de</strong>l Jazz Latino; Billie Holiday; Pres: the Story of Lester Young (Premio ASCAPDeems Taylor Award por la Excelencia en Periodismo Musical, 1994); LesterYoung: Profession Prési<strong>de</strong>nt; The Life of Orchids; L’Annuaire du Jazz Vol 1 y 2;Le Gui<strong>de</strong> du Jazz. Está preparando el libro Le Dessein Musical. <strong>In</strong>troducción a lafilosofía <strong>de</strong> la música. Ha realizado una serie <strong>de</strong> 8 programas sobre la Historia <strong>de</strong>lJazz Latino para CBC Radio. En 2002 fue nominado al Grammy por el AlbumCarambola <strong>de</strong> Chico O’Farrill, en el 2000 gano el Moe Berger Benny CarterAward para <strong>In</strong>vestigación Musical. También el University of Arkansas PressASCAP - American Society of Composers, Authors & Publishers.275


José María García Martíne z, ha sido <strong>de</strong>legado en Madrid <strong>de</strong> la revista“Quartica Jazz” (1983-1987) y corresponsal en España <strong>de</strong> la revista “JazzPodium” y la “European Jazz Fe<strong>de</strong>ration” (1987-1990). Ha dirigido y presentadoalgunos programas <strong>de</strong> Radio. También ha trabajado como asesor artístico paradiversas discográficas. Es miembro <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> Redacción <strong>de</strong> “Cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong>Jazz” y ejerce el cargo <strong>de</strong> Director Artístico en “Sichem Music” (promocionesmusicales). Es autor <strong>de</strong> las siguientes publicaciones: 20 años <strong>de</strong>l Club <strong>de</strong>Música y Jazz San Juan Evangelista (1989). Del fox trot al <strong>jazz</strong> flamenco. El<strong>jazz</strong> en España 1919-1996 (1996). La Música Étnica. Un viaje por las músicas<strong>de</strong>l mundo (2002) y Coordinador con Mª Antonia García Jiménez <strong>de</strong> GuíaProfesional <strong>de</strong>l Jazz (1999).Julián Ruesga Bono , dirige la revista <strong>de</strong> cultura contemporánea “Parabólica”.Editor <strong>de</strong> los libros <strong>In</strong>tersecciones, la música en la cultura electro-digital, SV Q,el arte contemporáneo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Sevilla y Más allá <strong>de</strong>l rock. Escribe sobre música,artes visuales y cultura en Zehar, Parabólica, Toma<strong>jazz</strong> y otras publicaciones.Fue director <strong>de</strong> la revista “arte-facto”.S antiag o Ta<strong>de</strong>o Cervera, es miembro <strong>de</strong>l Colectivo Acid Jazz Hispano yforma parte <strong>de</strong>l dúo Le Divan Japonais. Es director <strong>de</strong> contenidos <strong>de</strong> la web AcidJazz Hispano. Presenta y dirige el programa <strong>de</strong> radio La Revancha Del Jazz(Scanner FM, UPV Radio), forma parte <strong>de</strong> la redacción <strong>de</strong> la revista “SoulNation”, colabora con las revistas “Enlace Funk” y “Hip Hop Nation” y ha participadoen el suplemento sobre Jazzaldia 2007 <strong>de</strong> El Diario Vasco.Daniel V arela, pianista, compositor y crítico musical. Escribe <strong>de</strong> forma in<strong>de</strong>pendientesobre músicas experimentales <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1992. Ha escrito para las revistasargentinas “Esculpiendo Milagros” y “Perro Negro”. Contribuye actualmentecon las revistas “Perfect Sound Forever” (USA), “Musicworks” (Canadá), “TheSound Projector” (<strong>In</strong>glaterra) y “Parabólica” (España). Actualmente es co-curador<strong>de</strong>l “Archivo sobre músicas experimentales argentinas” para el CentroCultural <strong>de</strong> España en Buenos Aires (CCEBA).276


<strong>In</strong>dicePrologo 7arte-facto c.c.c.<strong>In</strong>-fu siones <strong>de</strong> <strong>jazz</strong> 9Julián Ruesga BonoLos clarores <strong>de</strong>l <strong>jazz</strong> 47Luc DelannoyJazz-flam enco azulado 77Luís ClemeneteFree Jazz y Mú sica Contemporán ea 111Daniel VarelaComo un eno rme sí 13 7Norberto CambiassoJazz elec trónico 18 1Santiago Ta<strong>de</strong>oEl <strong>jazz</strong> en 20 10 23 9Chema García MartínezApend ice 26 1Julián Ruesga Bono277

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!