no aventaja a <strong>la</strong> vida, no p<strong>la</strong>nea sobre el<strong>la</strong>, así como, por lo<strong>de</strong>más, tampoco en Natán es una abstracción muerta; al contrario,proviene <strong>de</strong> una experiencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida, <strong>de</strong> una experienciaprofunda y profundamente e<strong>la</strong>borada. La sabiduría <strong>de</strong>Minna no es, si <strong>la</strong> consi<strong>de</strong>ramos <strong>de</strong> manera directa, <strong>de</strong>l todo"sabia"; es el recto impulso <strong>de</strong> un ser auténticamente humanohacia una vida que tenga un sentido y que sólo pue<strong>de</strong> realizarseen común y en el amor. Siempre es, por lo tanto, unimpulso que apunta a percibir seres concretos en su concretahumanidad, a hacer suyos los problemas <strong>de</strong> éstos, pero al mis-mo tiempo a captar <strong>de</strong> una so<strong>la</strong> mirada lo mejor que éstostienen en sí y a ayudarlos, justamente gracias a esta mirada,a encontrarse y realizarse por sí solos en el mejor sentido <strong>de</strong>sus posibilida<strong>de</strong>s.Son, con todo, elementos positivos que no se reúnen enparte alguna para formar una "figura i<strong>de</strong>ar. Minna pue<strong>de</strong> equivocarse,pue<strong>de</strong> alimentar concepciones irreales acerca <strong>de</strong> loshombres y <strong>la</strong>s situaciones, sólo que a través <strong>de</strong> todos los erroressu lúcida razón y su autenticidad ética siempre vuelven aabrirse paso, victoriosamente, y trasforman en verdad <strong>la</strong> concepciónfalsa, con tanta frecuencia como el rígido moralismoestoico <strong>de</strong> que está poseído TelIheim trasforma en equívocaciónsu recto objetivo con respecto a sí mismo. Minna es enlo más profundo <strong>de</strong> su ser <strong>de</strong> una valentía inalterable, <strong>de</strong> unavalentía a <strong>la</strong> que nada pue<strong>de</strong> afectar, y <strong>de</strong> ahí que, <strong>de</strong>licada,graciosa y <strong>de</strong>cidida, atraviese con toda sencillez, sin ningún<strong>de</strong>spliegue espectacu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> energía ni gran<strong>de</strong>s gestos, los mástrágicos conflictos. En eIJa se encarna lo que hay <strong>de</strong> humanamentemejor en el espíritu alemán <strong>de</strong> <strong>la</strong>s "luces",La afinidad y el contraste entre Minna y Tellheim proporcionana <strong>la</strong> comedia otra tonalidad fundamental: el contrapesogracias al cual <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> TeIJheim a lo trágicono se ve simplemente frenada y <strong>de</strong>sbaratada, o mejor dicho,sí, pero <strong>de</strong> manera tal que el interesado, IJevado a superar surígida moral, confirma y aumenta su valor <strong>de</strong> hombre. Lamoral estoica se encuentra, así, reducida a nada frente a unmundo encarnado por Minna en el que <strong>la</strong> virtud no necesita<strong>de</strong> un inflexible y pesado aparato <strong>de</strong> <strong>de</strong>beres y en el quereina esa ética <strong>de</strong> <strong>la</strong> que <strong>la</strong> moral tradicional querría ser guardianaaun en medio <strong>de</strong> una sociedad todavía corrompida. Este142
juego <strong>de</strong> dos tonalida<strong>de</strong>s da a <strong>la</strong> intriga exterior un sentidointerior,una significación espiritual. El <strong>de</strong>sen<strong>la</strong>ce feliz impuestopor <strong>la</strong> ley <strong>de</strong> <strong>la</strong> comedia no es un happy end, ni menosaún una glorificación <strong>de</strong>l régimen fe<strong>de</strong>riquiano; es el cuento<strong>de</strong>hadas <strong>de</strong> <strong>la</strong> Aufkliirung que cuenta <strong>la</strong> inevitable victoria <strong>de</strong><strong>la</strong> razón afinada en gracia. Ahí tocamos lo más profundo <strong>de</strong> <strong>la</strong>concepción que Lessíng se hace <strong>de</strong>l mundo, inconmoviblementeseguro <strong>de</strong> que es -<strong>de</strong> que sigue siéndolo, a <strong>de</strong>specho <strong>de</strong> todoslos infortunios y pese a <strong>la</strong> lúcida conciencia que tiene <strong>de</strong> todas<strong>la</strong>s disonancias que existen en <strong>la</strong> realidad-, <strong>de</strong> que en su esenciaúltima el mundo es, digo, armonía. ¡Entonces, en <strong>la</strong> plenitud<strong>de</strong> su existencia, en el período en que más feliz vivió,el mejor hecho para él, es cuando aparece <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> uncuento realista, eminentemente terrenal, bril<strong>la</strong>ndo con una luzterrenalEsta concepción <strong>de</strong>l mundo une a Lessing con MazadProfundo es su parentesco y se extien<strong>de</strong> a todos los dominios.Acaso, en lo que compete a <strong>la</strong>s i<strong>de</strong>as, aparece con una c<strong>la</strong>ridadaún mayor en otras obras, como por ejemplo La f<strong>la</strong>utd mágicay Natán el Sabio. Justamente en Minna OQn Barnhelm, en sudiálogo tan conforme al genio <strong>de</strong> Lessing, <strong>de</strong> forma tan intelectualizada,es don<strong>de</strong> aparecen con mayor niti<strong>de</strong>z <strong>la</strong>s díferenciascon <strong>la</strong> música, sobre todo con <strong>la</strong> <strong>de</strong> Mozart, como quetoda <strong>la</strong> construcción <strong>de</strong> <strong>la</strong> obra, el ininterrumpido surgimiento<strong>de</strong>problemas morales, p<strong>la</strong>nteados con su forma conceptual yresueltos una y otra vez bajo formas éticas siempre renovadas,todo, digo, crea por cierto una leve y aérea atmósfera poética,.pero a primera vista ésta parece lo más lejana posible <strong>de</strong> unacomposición musical mozartiana.y sin embargo en eso estriba el parentesco, pues el "ínteIectualismo" <strong>de</strong> <strong>la</strong> lengua y <strong>de</strong>l diálogo <strong>de</strong> Minna van Bomheimconsi<strong>de</strong>rado en su totalidad, en sus líneas fundamentales,no es, como por ejemplo en los dramáticos versos <strong>de</strong> Natán elSabio, un instrumento <strong>de</strong> formu<strong>la</strong>ción intelectual <strong>de</strong>finitiva. Alcontrarioe . Toda <strong>la</strong> composición <strong>de</strong> <strong>la</strong> obra <strong>de</strong>semboca en <strong>la</strong>superación (Aufhebe'n, en el triple sentido hegeliano) <strong>de</strong> <strong>la</strong>sfalsas concepciones moralizantes, <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ten<strong>de</strong>ncias a <strong>la</strong> petrificación<strong>de</strong>l moralismo estoico, a partir <strong>de</strong> una ética humanay mediante un constante vaivén <strong>de</strong> los valores, y por elloninguna formu<strong>la</strong>ción intelectual particu<strong>la</strong>r pue<strong>de</strong> mantenerse,143
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