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El conocimiento entre nosotros: reflexiones desde lo social - Temas

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Jorge Núñez Jover• <strong>El</strong> 20 de febrero se promulgó la Ley 1011 delGobierno Revolucionario que creó la ComisiónNacional de la Academia de Ciencias de Cuba yla subordinó al Consejo de Ministros. También enese año comenzó el despliegue de <strong>lo</strong>s centros deinvestigación asociados al Ministerio de Industriascon el Che al frente.• Se crea el Instituto de Ciencias Básicas y PreclínicasVictoria de Girón, institución decisiva en la trayectoriaposterior de las ciencias médicas cubanas• <strong>El</strong> 8 de marzo Fidel Castro inaugura la EstaciónExperimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey,primera institución de <strong>conocimiento</strong> fundada por laRevolución en el sector agropecuario.Son algunos pocos ejemp<strong>lo</strong>s que demuestran el vigorde la política revolucionaria en materia de educacióny ciencia. <strong>El</strong>la permitió que en Cuba la racionalidadcientífica se encontrara plenamente con un proyectode emancipación popular. <strong>El</strong> concepto «política <strong>social</strong>del <strong>conocimiento</strong>» intenta resumir <strong>lo</strong> ocurrido. Con élnos referimos al conjunto de decisiones orientadas a laproducción, apropiación, distribución y aplicación del<strong>conocimiento</strong>, a fortalecer sus bases institucionales,y la definición de agendas que proyectan objetivos yprioridades de amplio y favorable impacto <strong>social</strong>.Subrayamos varios puntos importantes:1) Se trata de una estrategia permanente, sostenidae impulsada <strong>desde</strong> <strong>lo</strong>s más altos niveles de gobierno.2) Es una expresión que habla del esfuerzo por convertirel <strong>conocimiento</strong>, en sus diferentes expresiones ycon <strong>lo</strong>s más diversos asentamientos institucionalesen fuente de bienestar humano. Conecta procesosaparentemente alejados como pueden ser laconstrucción de sectores de alta tecno<strong>lo</strong>gía yla educación primaria, la universalización de launiversidad, <strong>entre</strong> otros.3) En un sentido normativo, el concepto promueveaproximaciones y sinergias <strong>entre</strong> la pluralidad de políticasen juego, no siempre bien conectadas <strong>entre</strong> sí.4) Facilita una comprensión más unitaria del<strong>conocimiento</strong>, al reunir las ciencias naturales, <strong>social</strong>es,ingenierías, humanidades; así como el <strong>conocimiento</strong>tradicional y el científico. Todas esas expresiones delsaber son relevantes para el desarrol<strong>lo</strong>.La existencia de una política del <strong>conocimiento</strong> es laque hace posible el proceso de apropiación <strong>social</strong> deeste 8 y <strong>lo</strong> dota de una amplia función <strong>social</strong>. Los alcancesy consecuencias de esa política permean <strong>lo</strong>s más diversosámbitos de la sociedad cubana. Son como el oxígenoque, al estar casi siempre a nuestra disposición, nopercibimos su presencia. Parece natural que las personassepan leer y abarroten las ferias del libro, que disfrutende la cultura; es inadmisible que <strong>lo</strong>s niños no tenganmaestros. Lo que sucede es que hemos naturalizado <strong>lo</strong>que en realidad es una construcción <strong>social</strong>, una gananciade políticas <strong>social</strong>es que han marcado la trayectoria denuestro país durante décadas, y que han permitido, <strong>entre</strong>otros, <strong>lo</strong>s siguientes resultados:1. La construcción de un sistema educativo incluyenteen el que todos <strong>lo</strong>s ciudadanos tienen el derechoconstitucional de estudiar gratuitamente a <strong>lo</strong> largo detoda su vida. De la calidad de ese sistema depende engran medida la existencia de una capacidad cultural,de una racionalidad extendida, que permita a lasociedad enfrentar desafíos productivos y políticos,<strong>entre</strong> otros.2. La existencia de un amplio sistema de institucionesculturales, bibliotecas, editoriales, proyectos,organizaciones y programas educativos queaprovechan <strong>lo</strong>s medios de comunicación. Todos el<strong>lo</strong>spromueven la cultura, de modo formal o informal.3. Un sistema de salud igualmente incluyente apoyadoen la formación de personas calificadas con capacidadpara ofrecer servicios de calidad y generar, asimilar yadaptar las tecno<strong>lo</strong>gías y <strong>conocimiento</strong>s científicosque demandan.4. La existencia de una ciencia nacional. Lo fundamentalde su base institucional tiene algo más de doscentenares de organizaciones dedicadas a lainvestigación —incluidas las ciencias <strong>social</strong>es y lashumanidades— y 64 instituciones de educaciónsuperior, capaces de ofrecer enseñanza terciariay de posgrado, que incluyen la formación deinvestigadores, y responder por una parte significativade la producción científica del país.La cristalización de esas formas institucionalesque promueven la cultura, la ciencia, el cuidado dela salud y la educación son resultados visibles de lapolítica revolucionaria. En Cuba se ha desplegado unformidable esfuerzo por conectar el <strong>conocimiento</strong> aldesarrol<strong>lo</strong> <strong>social</strong>. Quizás esto debería alentar el debatesobre el tema, pero, según creo, no está recibiendo laatención intelectual que merece.La función <strong>social</strong> del <strong>conocimiento</strong>Sin ánimo de agotarlas, cabe mencionar las siguientesfunciones <strong>social</strong>es: 91. Asegurar la base de <strong>conocimiento</strong>s que posibilitenla construcción sobre bases racionales de unproyecto de nación afincado en las tradiciones,va<strong>lo</strong>res, intereses y expectativas de <strong>lo</strong>s pueb<strong>lo</strong>s. Lag<strong>lo</strong>balización neoliberal ha construido un tejidoeconómico, político, comunicativo y cultural que96


<strong>El</strong> <strong>conocimiento</strong> <strong>entre</strong> <strong>nosotros</strong>: <strong>reflexiones</strong> <strong>desde</strong> <strong>lo</strong> <strong>social</strong><strong>El</strong> desarrol<strong>lo</strong> del país e incluso su gobernabilidad, de cara ala transición generacional que ocurrirá a todos <strong>lo</strong>s nivelesde gobierno y dirección en unos pocos años, so<strong>lo</strong> será posiblecreando <strong>desde</strong> ahora mecanismos de construcción de políticas yconducción de <strong>lo</strong>s asuntos públicos que se apoyen firmementeen las capacidades de <strong>conocimiento</strong> creadas.reproduce, casi inevitablemente, patrones más omenos uniformes de desarrol<strong>lo</strong>: mode<strong>lo</strong>s únicosde organización de la economía, técnicas similaresde diseño de políticas, pautas idénticas de consumo—incluido el cultural—, <strong>entre</strong> otras copias quedebieran ser indeseables. Todo esfuerzo a favor deun proyecto de nación debe enfrentar esa tendenciaal mimetismo acrítico. La única respuesta posible esla construcción de alternativas creativas fundadasen las capacidades de <strong>conocimiento</strong> disponibles,fuertemente vinculadas a va<strong>lo</strong>res y principios. Lacapacidad científica nacional debería poder generarlas tecno<strong>lo</strong>gías físicas y sobre todo las <strong>social</strong>es:procedimientos de organización que permitanconstruir el mode<strong>lo</strong> de desarrol<strong>lo</strong> deseado. <strong>El</strong>capitalismo ha desarrollado mucho las técnicaspara persuadir al cliente de la maravilla de lasmercancías que produce. <strong>El</strong> <strong>social</strong>ismo tiene quegenerar tecno<strong>lo</strong>gías <strong>social</strong>es que promuevan unclima verdaderamente colaborativo, participativo,e incentiven la solidaridad <strong>entre</strong> las personas. De<strong>lo</strong> contrario, seguirá apelando a las armas melladasdel capitalismo, como decía el Che.2. Extender y convertir en patrimonio colectivola capacidad de pensamiento para enfrentar eldogmatismo, el misticismo, la irracionalidad, laaceptación acrítica de interpretaciones y proyectosque no se apoyen en la experiencia práctica ycarezcan de fundamentos científicos y culturalesdebidamente argumentados. La educación,el <strong>conocimiento</strong>, deben ayudar a fundar unaracionalidad <strong>social</strong> crítica y, a la vez, constructiva,ajena a estereotipos que enajenan el pensamientoy la realidad. Es indiscutible la importancia de estetipo de capacidad para el ejercicio de la ciudadanía,el desempeño laboral e incluso para la conduccióninteligente de <strong>lo</strong>s asuntos personales y familiares. <strong>El</strong><strong>conocimiento</strong> es un va<strong>lo</strong>r en sí mismo que enriqueceel sentido de vida de las personas.3. Disponer de un nivel razonable de capacidadesprofesionales y de investigación para formular yresponder preguntas relevantes en ámbitos tandisímiles como economía, salud, cultura, educación,agricultura, turismo, medio ambiente, cambioclimático, prevención contra riesgos y desastres,<strong>entre</strong> otros. Tal capacidad de indagación esdeterminante para poder crear e impulsar agendasde investigación que respondan a <strong>lo</strong>s problemasmás acuciantes del país.4. Conocer nuestro medio natural y <strong>social</strong>. <strong>El</strong><strong>conocimiento</strong> detallado de la geografía nacional,la distribución de sus recursos naturales, de<strong>lo</strong>s asentamientos poblacionales, de <strong>lo</strong>s flujosdemográficos; la identificación exhaustiva de lasvulnerabilidades de ciertas comunidades y gruposhumanos, <strong>entre</strong> otros, son recursos esenciales paraformular e impulsar estrategias de desarrol<strong>lo</strong>.5. Fortalecer la autoconciencia nacional, que seríaficticia y endeble si no se apoya en el estudioprofundo de la historia y la cultura del país. Todalaguna, todo descuido de su custodia —que incluyela base documental contenida en archivos y basesde datos, y el acceso a fuentes situadas en otrospaíses—, y toda manipulación, infringen un dañosevero a la autoconciencia nacional.6. Garantizar la trasmisión intergeneracional del<strong>conocimiento</strong>. Lo conquistado en esta materianunca es irreversible. En primer lugar porque<strong>lo</strong>s saberes en sí mismos caducan en plazosrelativamente breves y sobre todo porque ladiscontinuidad intergeneracional puede conducira que capacidades creadas con grandes esfuerzospuedan desaparecer con <strong>lo</strong>s que las crearon.7. Articular capacidades nacionales e internacionalespara el trabajo en red orientado a la soluciónde problemas del desarrol<strong>lo</strong>. Quizás la mayoroportunidad de un sistema de educación superior yciencia de proyección nacional esté en la posibilidadde organizar redes que puedan crear capacidades,generar y diseminar <strong>conocimiento</strong>s <strong>social</strong>menterelevantes.8. Desarrollar, sobre la base del <strong>conocimiento</strong>, ladeliberación pública de <strong>lo</strong>s temas que más interesena la nación y a sus ciudadanos. La discusión yevaluación de políticas públicas y el ejercicio de lacrítica <strong>social</strong> son elementos constituyentes de unademocracia realmente participativa que aliente elejercicio de una ciudadanía comprometida.97


Jorge Núñez Jover9. Hacer posibles el mejor funcionamiento y desarrol<strong>lo</strong>del sector productivo, mediante la educación generaly la preparación técnica de <strong>lo</strong>s trabajadores. Laproductividad tiene raíces culturales y el desempeñolaboral no es indiferente a la capacidad educativa ytécnica. Cualquier estrategia económica —desarrol<strong>lo</strong>de las industrias turística, médico-farmacéutica debase biotecnológica, petroquímica, de producciónde alimentos y viviendas, por mencionar algunas—carece del apoyo básico si no se cuenta con laspersonas adecuadas para lidiar con las tecno<strong>lo</strong>gíasy sus respaldos científicos.10. Mantener una actitud receptiva y a la vez crítica yselectiva respecto a la producción cultural, científicay tecnológica que hoy circula en el mundo g<strong>lo</strong>bal,y que constituye un volumen de informaciónverdaderamente avasallador. Una buena parte de<strong>lo</strong>s problemas que afectan a la sociedad reclamanrecursos técnicos que no es necesario crear, sinobuscar, encontrar, seleccionar y adaptar.11. Crear sectores económicos fuertemente respaldadosen el <strong>conocimiento</strong> como vía para resolver problemasnacionales y, a la vez, insertarnos ventajosamentecon productos de alto va<strong>lo</strong>r agregado, en el mercadointernacional a fin de superar la clásica dependenciade las materias primas. <strong>El</strong><strong>lo</strong> so<strong>lo</strong> es posible si elpaís dispone, en esos sectores, de capacidades deciencia, tecno<strong>lo</strong>gía e innovación verdaderamenterelevantes, cuya enorme concentración en <strong>lo</strong>spaíses industrializados es un peligro para la granmayoría de las naciones. Pero la «economía del<strong>conocimiento</strong>» es también una oportunidadpara aquel<strong>lo</strong>s que <strong>lo</strong>gren movilizar <strong>lo</strong>s recursoshumanos, la capacidad institucional, la creatividad,la flexibilidad y motivación que semejante empeñoreclama. Esas capacidades son muy costosas decrear y difíciles de mantener, además de estar sujetasa la más cruenta competencia internacional, por <strong>lo</strong>que se necesita mucha determinación política y unpotencial de creatividad.Sobre <strong>lo</strong>s avatares del <strong>conocimiento</strong> hoyLos <strong>lo</strong>gros incuestionables de la política del<strong>conocimiento</strong> que por décadas, y en medio de enormesdificultades, la Revolución cubana ha encaminado,contribuyen a oscurecer <strong>lo</strong>s problemas que merecenser debatidos. Así, con frecuencia se alude al «capitalhumano» disponible, a <strong>lo</strong>s altos niveles educativosalcanzados, o se exaltan las indudables ventajasde nuestro sistema de educación respecto a <strong>lo</strong>s deotras naciones. <strong>El</strong> discurso político y <strong>lo</strong>s medios decomunicación han expuesto públicamente algunosproblemas que afrontamos, como la no utilizaciónproductiva de determinados resultados de la ciencia,el manejo inadecuado de la lengua o la desproporción<strong>entre</strong> la infraestructura científica del sector agrícolay la productividad real de la agricultura cubana. Sinembargo, estos son síntomas particulares de unproblema más general que mostraré a través de susprincipales facetas: 101. <strong>El</strong> <strong>conocimiento</strong> como va<strong>lo</strong>r. Hace mucho tiempo,Fernando Ortiz, cuya agudeza no cesa de sorprendernos,escribió:No importa, pues, en Cuba ser o no mentalmentecivilizado; es preciso únicamente ser listo. En otros países,cuando se quiere apartar a un individuo de una sendadistanciada de la que sigue la mayoría, se le dice: no seasignorante; aquí le decimos: no seas bobo, porque la cultura nointerviene absolutamente en el éxito de <strong>lo</strong>s triunfadores, y la boberíaes nuestra muerte civil, que castigamos con la más implacablede las armas: con el choteo, sin pensar que esta es de dosfi<strong>lo</strong>s y propia de <strong>lo</strong>s pueb<strong>lo</strong>s que carecen de otras másnobles, más civilizadas y más dignas. 11La política del <strong>conocimiento</strong> que he analizadotransformó sustancialmente la situación a la que aludedon Fernando. Estudiar, calificarse, llegó a convertirseen Cuba en una necesidad intelectual y moral y enun buen camino hacia el bienestar <strong>social</strong> e individual.La Campaña de Alfabetización, la del Sexto grado,<strong>lo</strong>s sucesivos esfuerzos por la universalización dela educación superior, <strong>lo</strong>s planes de formación demaestros, <strong>entre</strong> otras muchas iniciativas, pusieron a <strong>lo</strong>scubanos a estudiar, a la vez que trabajar, en muchoscasos.Es difícil estimar en qué situación nos encontramosahora en relación con este punto. Las dificultadeseconómicas y <strong>social</strong>es de <strong>lo</strong>s 90 y las medidas quese adoptaron para contrarrestarlas trajeron consigofenómenos como la «inversión de la pirámide deingresos» de la cual hablan economistas y soció<strong>lo</strong>gos:la retribución de un ingeniero puede ser mucho menorque la de un taxista o un maletero de hotel. Para poderentrar al sector turístico algunas personas renunciarona sus títu<strong>lo</strong>s universitarios. La «viveza» que moviliza elesfuerzo por la sobrevivencia <strong>lo</strong>s llevó a desestimar <strong>lo</strong>sropajes del saber.En <strong>lo</strong>s 90, las matrículas de la enseñanza superiorse redujeron considerablemente, con el propósito deno generar desempleo profesional. La tasa bruta deingreso a las universidades cubanas llegó a ser muybaja, incluso comparada con el contexto regional. Esasituación se contrarrestó parcialmente a partir de 2002con la creación de sedes universitarias en <strong>lo</strong>s municipios,<strong>lo</strong> cual incluyó el pago de un subsidio por estudiar a unnumeroso grupo de jóvenes desvinculados del estudio yel trabajo. <strong>El</strong> país ha hecho un enorme esfuerzo para elpago de salarios a profesores, así como para inversiones98


constructivas y edición de libros. Como resultado deel<strong>lo</strong>, la educación superior se instaló en <strong>lo</strong>s más diversoslugares y la tasa bruta de matrícula rebasó el 60%, <strong>lo</strong>cual constituyó un resultado espectacular y una formade saldar una deuda <strong>social</strong> acumulada. 12Sin embargo, la calidad de estas ofertas educativasy el rendimiento real de no pocos estudiantes, que sevincula con deficiencias en la formación precedente,distan de ser las deseadas. Tampoco es seguro que esastitulaciones permitan acceder a empleos apropiadosy bien remunerados. Los perfiles de estudio másextendidos no se relacionan directamente con lasprincipales necesidades del país, <strong>lo</strong> cual incrementa lasdudas sobre el trabajo posterior.Si se emprenden medidas correctivas que reduzcanlas matrículas, ¿qué harán <strong>lo</strong>s jóvenes que no accedana la educación superior? ¿Cuáles son las opcionesformativas reales que tiene para el<strong>lo</strong>s el país en uncontexto económico tan difícil?A <strong>lo</strong>s efectos de nuestro tema puede conjeturarseque, al iniciarse la segunda década del sig<strong>lo</strong> x x i, el<strong>conocimiento</strong> como va<strong>lo</strong>r <strong>social</strong> en Cuba, expresado enel deseo y la oportunidad de las personas de desarrollarproyectos apoyados en la educación permanente,atraviesa por no pocas dificultades. Hay preguntas quenos desafían: ¿Cómo premiamos hoy el <strong>conocimiento</strong>?¿Qué lugar ocupa este en nuestra estructura de va<strong>lo</strong>res?¿Ser listo amenaza con volver a ser más importante queser sabio, como conjeturó don Fernando?2. La calidad de la educación. <strong>El</strong> espacio clave del<strong>conocimiento</strong> es la educación. Un sistema educativode calidad es fundamento esencial del desarrol<strong>lo</strong> <strong>social</strong>,sobre todo en el sig<strong>lo</strong> que corre. La Revolución puedemostrar como uno de sus <strong>lo</strong>gros el haber construidoel mejor sistema público y masivo de educación de estecontinente y probablemente uno de <strong>lo</strong>s mejores delmundo. No obstante, hoy está bastante generalizada lapercepción de que no pasa por su mejor momento.Son crecientes las dificultades de aprendizaje que seobservan en <strong>lo</strong>s estudiantes que arriban a la universidad:<strong>desde</strong> <strong>lo</strong>s <strong>conocimiento</strong>s básicos en las ciencias y lasmatemáticas hasta el dominio de la lengua materna yla historia nacional.Está lejos de alcanzarse el objetivo de que, deforma generalizada, la educación superior en lassedes municipales tenga la misma calidad de la quese <strong>lo</strong>gra en las universidades. En estas últimas, lafalta de laboratorios, las limitaciones en el acceso acomputadoras, <strong>entre</strong> otras carencias, también afectanla formación de <strong>lo</strong>s estudiantes.En Cuba existe una notable tradición educativaque parte <strong>desde</strong> su fundación como nación y que laRevolución enriqueció notablemente. Las percepcionescríticas sobre la calidad del sistema educativo y la<strong>El</strong> <strong>conocimiento</strong> <strong>entre</strong> <strong>nosotros</strong>: <strong>reflexiones</strong> <strong>desde</strong> <strong>lo</strong> <strong>social</strong>formulación de opiniones sobre su posible soluciónno son nuevas. Sin embargo, <strong>lo</strong>s diagnósticos y lasalternativas nunca han sido parte de un debate ampliodonde toda esa rica experiencia pudiera ser movilizadapara la formulación de preguntas y la elaboración derespuestas. Tampoco la divulgación de esa percepcióncrítica encontró en <strong>lo</strong>s medios de comunicación yel discurso oficial el mismo eco que las opinioneslaudatorias que contradecían el criterio de muchaspersonas vinculadas al hecho educativo.Las preguntas que nos desafían son, <strong>entre</strong> otras:¿Cuál es, hoy, la salud de nuestro sistema educacional?¿Qué consecuencias tienen <strong>lo</strong>s problemas de calidadde la educación en una sociedad y un mundo altamentecomplejo que reclama cada vez más del <strong>conocimiento</strong>para el entendimiento correcto y la actuación eficaz?3. La educación científica y tecnológica. En particular llamala atención el lugar, probablemente insuficiente, quela ciencia y la tecno<strong>lo</strong>gía están ocupando en nuestrosistema educativo. La formación en ciencias quemuestran muchos jóvenes que terminan el grado 12no parece alcanzar <strong>lo</strong>s estándares deseados, <strong>lo</strong> cual sevincula, <strong>entre</strong> otros factores, a la carencia y formaciónde <strong>lo</strong>s maestros en <strong>lo</strong>s niveles preuniversitarios. En estecampo, hemos tenido retrocesos.La educación técnico-profesional, esencial parael funcionamiento de <strong>lo</strong>s sectores productivos y ladotación de servicios básicos a la sociedad se haresentido por <strong>lo</strong>s impactos del Período especial.Los estudiantes universitarios en carreras deciencias e ingenierías —exceptuando la informática—representan una fracción muy baja del total. 13 Losmecanismos motivacionales y las perspectivas laboralesque llevaron a muchos jóvenes en <strong>lo</strong>s 60 y <strong>lo</strong>s 70 aoptar por estas carreras no parecen estar operandode igual modo. Este tema se vincula mucho a <strong>lo</strong>s dosanteriores. La capacidad de las universidades de aceptarestudiantes de esas carreras a partir de la década de<strong>lo</strong>s 90 decreció considerablemente y, en ocasiones,<strong>lo</strong>s destinos laborales de <strong>lo</strong>s que ingresaron perdieronmucho de su va<strong>lo</strong>r e interés.No obstante, la dotación de graduados en estoscampos es fundamental para el despegue de laproducción, la sustitución de importaciones, laasimilación de tecno<strong>lo</strong>gías y la inserción ventajosa en lascadenas productivas g<strong>lo</strong>bales. La industria petroquímicarequiere ingenieros químicos, la biotecno<strong>lo</strong>gía demandaun número creciente de graduados en ciencias eingenierías en <strong>lo</strong>s más variados campos. Las carrerasagropecuarias, relevantes para la estrategia alimentaria,disminuyeron sus matrículas, básicamente por desinterésde <strong>lo</strong>s estudiantes y ahora se intenta incrementarlas através de las sedes municipales. Tales campos, tomados99


Jorge Núñez Jover<strong>entre</strong> muchos, también requieren de técnicos mediosbien formados. Pareciera que esas demandas actuales,y sobre todo futuras, no disponen de las respuestasesperadas. Probablemente hay situaciones diferentes enotros como <strong>lo</strong>s estudios de medicina y la informática.La educación de alto nivel, incluida la formación demaestros en ciencias y doctores, no atraviesa tampocopor una mejor situación. 14 <strong>El</strong> número limitado degraduados en esas áreas, el deterioro de las condicionesmateriales de las universidades y la no disponibilidadde oportunidades de formación en el exterior sin laamenaza del robo de cerebros —como tuvimos hasta<strong>lo</strong>s 80— parece influir en el<strong>lo</strong>. Si estas observacionesfueran correctas, ¿será que estamos comprometiendoel futuro científico y tecnológico del país?4. La ciencia y el cambio generacional. En <strong>lo</strong>s 60, <strong>lo</strong>s 70y aún en <strong>lo</strong>s 80 se formó el grueso de la intelectualidadcubana ocupada en el campo de la ciencia y la educación.Muchos de <strong>lo</strong>s líderes científicos con que contamos hoy,y una parte considerable de <strong>lo</strong>s mejores profesores quetrabajan en las universidades han visto pasar sus añosde juventud. Pero las universidades y otras institucionesde <strong>conocimiento</strong> no parecen tener en la actualidad lacapacidad de atraer y retener el suficiente número dejóvenes capaces de restituir y ampliar su patrimoniohumano. Para no pocos de el<strong>lo</strong>s sus proyectos de vidano se satisfacen con <strong>lo</strong> que estas les proponen y se vana trabajar a otros sectores. En bastantes casos, tampocoles complace <strong>lo</strong> que el país les ofrece, y se marchan.La trasmisión intergeneracional del <strong>conocimiento</strong>requiere que <strong>lo</strong>s claustros de profesores e investigadorestrabajen junto a <strong>lo</strong>s más jóvenes por un períodoque permita la transferencia de va<strong>lo</strong>res, saberes yexperiencias. La tarea de <strong>lo</strong>s jóvenes es la reproducciónampliada de esas capacidades. Las motivaciones paraquedarse trabajando en las universidades y conservar esasuerte de patrimonio que es el <strong>conocimiento</strong> adquiridono se limitan a temas salariales.En <strong>lo</strong>s últimos años se han producido variosaumentos de salario a <strong>lo</strong>s profesores y maestros. Desdeluego que aún no satisfacen las necesidades de la vidacotidiana y es probable que muchos puedan recibirmejores remuneraciones en tareas que poco tienenque ver con el perfil para el cual fueron formados, 15o simplemente emigren al extranjero, hacia lugares dondehay políticas definidas de captación de talentos.Existen otras cuestiones, además del salario. Losjóvenes que optan por trabajar en la universidadse encuentran con problemas que afectan su buendesempeño laboral; por ejemp<strong>lo</strong>, en la dotación delaboratorios y bibliotecas. Tropiezan también conlimitaciones para un pleno acceso a Internet, y con lasregulaciones sobre formación académica y movilidadinternacional, <strong>entre</strong> otras cuestiones. Las consecuenciasson visibles: la capacidad de la universidad para retenerel talento que forma es limitada. Los llamados que leshacen <strong>lo</strong>s que <strong>lo</strong>s formaron a que permanezcan, confrecuencia no tienen la recepción deseada. ¿Podremosencaminar políticas que reviertan el desaprovechamientoy la migración de talentos, bien alentadas por las políticasde robo de cerebros?5. La infraestructura del <strong>conocimiento</strong>. <strong>El</strong> <strong>conocimiento</strong>es, <strong>desde</strong> luego, un producto cultural y <strong>social</strong>, unpatrimonio espiritual. Pero se produce y circula sobresoportes materiales. <strong>El</strong> deterioro de <strong>lo</strong>s laboratorios deinvestigación y de algunos fondos bibliográficos, porcitar dos ejemp<strong>lo</strong>s, pueden servir para comprender elproblema que enfrentamos.<strong>El</strong> país hace un esfuerzo editorial impresionante,pero hay muchas obras claves, incluidas las clásicas—por ejemp<strong>lo</strong>, en ciencias <strong>social</strong>es—, o coleccionesde revistas de ciencias e ingenierías que se han vistonotablemente menguadas por el efecto combinado delas carencias económicas y la aplicación creciente denormas de propiedad intelectual.En <strong>lo</strong>s tiempos de las Ediciones R 16 un jovenuniversitario tenía fácil acceso a Max Weber o a literaturaen inglés de primer nivel sobre termodinámica.Actualmente es más difícil. Generaciones deuniversitarios construimos bibliotecas privadas con<strong>lo</strong>s libros que nos <strong>entre</strong>gaban, sin carácter devolutivo,cuando cursábamos nuestras carreras. Esas bibliotecashan funcionado también como recursos familiaresy <strong>social</strong>es. Hoy, por <strong>lo</strong> general, <strong>lo</strong>s libros deben serdevueltos al término de <strong>lo</strong>s estudios. Tampoco están a laventa, de modo que no siempre se pueden adquirir obrasde consulta que deberían acompañar al profesionaltoda su vida.Hay un aspecto de infraestructura que hoy provocaespecial preocupación. Se trata del acceso de lapoblación a la computación y medios semejantes. <strong>El</strong>índice de computadoras por estudiantes en cualquiernivel de enseñanza es tal que el acceso a esos mediostécnicos es en extremo limitado. Adquirirlas en elmercado nacional, cuando han sido puestas a la venta,es algo que está fuera del alcance de <strong>lo</strong>s menguadossalarios de la mayoría de <strong>lo</strong>s cubanos. Las capacidadesinformáticas son parte de la alfabetización del ciudadanodel sig<strong>lo</strong> x x i. La Revolución barrió con el analfabetismoy extendió la educación a todos; hoy corremos el riesgode carencias cognoscitivas y habilidades del tipo que unaalfabetización moderna no se puede permitir.No existe informatización posible de la sociedadsin el acceso extendido a <strong>lo</strong>s medios informáticos, susrequerimientos y códigos culturales. En este punto hayque subrayar las profundas implicaciones de nuestrocreciente alejamiento de <strong>lo</strong>s niveles internacionales100


de acceso a Internet. <strong>El</strong> b<strong>lo</strong>queo norteamericano esespecialmente cruel en este tema. Estamos rodeadosde cables submarinos que nos <strong>lo</strong> posibilitarían enlas condiciones económicas que <strong>lo</strong> hacen <strong>lo</strong>s demáspaíses de la región. No se trata so<strong>lo</strong> de la convenienciade que el ciudadano pueda acceder a la información,sino incluso del uso de Internet con fines estrictamenteprofesionales. <strong>El</strong> acto aparentemente simple de «bajar»un documento que puede nutrir una investigacióno enriquecer una clase, e incluso servir de paliativoa la imposibilidad de producción o compra de librosimpresos, es hoy una tarea muy difícil de realizar ennuestras universidades, por no ir más lejos.Actualmente el Open Access o Acceso Abierto(AA) representa una alternativa real, y de crecienteimportancia, a la tendencia privatizadora —dominanteen las últimas décadas— de las publicaciones científicas.En un documento discutido en la Conferencia Regionalde Educación Superior de América Latina y el Caribecelebrada en 2008, se señala la importancia científica,política y cultural del AA como antídoto al capitalismoacadémico encarnado en la privatización de laspublicaciones y <strong>lo</strong>s monopolios que se sirven de el<strong>lo</strong>.Refiriéndose a <strong>lo</strong>s que investigan, incluidos profesoresuniversitarios, allí se dice:Para todos, ya sean de países ricos o pobres, el AA damás oportunidad de construir sobre el trabajo de <strong>lo</strong>spredecesores y colegas/competidores de todo el mundo.Los científicos en cuanto lectores están bien servidospor el AA, y para <strong>lo</strong>s científicos en países pobres, si lasconexiones de Internet están cubiertas con suficiente ancho de banda,la brecha de la información para la cual trabajan tenderáa disminuir con el crecimiento del AA. 17En otras palabras, el «suficiente ancho de banda»que da acceso al AA equivale a mucho más que unanecesidad técnica: es la manera en que <strong>lo</strong>s profesionalesdel Sur podemos acceder al <strong>conocimiento</strong> que el capitalnos niega. Nuestras dificultades objetivas en estecampo son grandes y el retraso creciente respecto a lamayoría de <strong>lo</strong>s países co<strong>lo</strong>ca a nuestras comunidades de<strong>conocimiento</strong> en una desventajosa situación respectoa sus pares internacionales. No queda otra alternativaque concebir el acceso a Internet como un bien yuna oportunidad <strong>social</strong> e individual que las políticaseducativas, culturales, económicas, de salud, <strong>entre</strong> otras,deben defender a ultranza.6. La política científica y tecnológica (PCT). Desde <strong>lo</strong>s 60,la Revolución echó las bases institucionales y humanasde la ciencia nacional. La creación del Centro Nacionalde Investigaciones Científicas (CENIC), en 1965, ilustrael vigor de aquella política. 18 Otro buen ejemp<strong>lo</strong>, <strong>entre</strong>muchos, es el impulso que personalmente dio FidelCastro a la ciencia en la Universidad, sobre todo a partirde 1967-1968. 19<strong>El</strong> <strong>conocimiento</strong> <strong>entre</strong> <strong>nosotros</strong>: <strong>reflexiones</strong> <strong>desde</strong> <strong>lo</strong> <strong>social</strong>La PCT ha sido un componente clave de la política<strong>social</strong> del <strong>conocimiento</strong>. En <strong>lo</strong>s 70 y <strong>lo</strong>s 80 continuóla ampliación de la base científica nacional, incluida laformación del patrimonio humano. Hasta <strong>lo</strong>s primerosaños de esa última década se formaron muchos jóvenesen el exterior, sobre todo en <strong>lo</strong>s países de Europa delEste.Desde inicios de <strong>lo</strong>s 80 Cuba incorporó labiotecno<strong>lo</strong>gía, con carácter preferente, en la agenda deciencia y tecno<strong>lo</strong>gía. Hacia la mitad de esa década y en<strong>lo</strong>s años que siguieron, Fidel orientó el relanzamientode la ciencia universitaria con énfasis en sus aplicacionesproductivas. Fiel a su convicción sobre el papel de laciencia en el desarrol<strong>lo</strong> —asunto al que se dedicaronbuena parte de <strong>lo</strong>s debates del IV Congreso delPCC—, se involucró personalmente y respaldó sudesenvolvimiento, en un contexto donde se percibía lacrisis del <strong>social</strong>ismo europeo y se adivinaba su posteriordesaparición, desenlace que, como advirtió el propioFidel, está vinculado con el problema del uso de laciencia. 20A principios de <strong>lo</strong>s 90 se creó el Ministerio deCiencia, Tecno<strong>lo</strong>gía y Medio Ambiente (CITMA) yse formularon nuevas ideas sobre la PCT. Una deellas consistía en incorporar la innovación comotema clave de la política a través de la creación deun Sistema de ciencia e innovación tecnológica. Lanueva denominación respondía al reiterado interésde aprovechar las potencialidades de la ciencia paraimpulsar la economía, y mejorar <strong>lo</strong>s servicios de salud,<strong>entre</strong> otros objetivos. Pasado más de un decenio,la conexión <strong>entre</strong> ciencia y producción no alcanza<strong>lo</strong>s niveles deseables. Con excepción del po<strong>lo</strong> de labiotecno<strong>lo</strong>gía, que trabaja a cic<strong>lo</strong> cerrado, y algún otrosector, no existe una dinámica de innovación en el paísque permita aprovechar plenamente las capacidadescientíficas creadas.Son varios <strong>lo</strong>s problemas que explican <strong>lo</strong> anterior. <strong>El</strong>sector productivo carece de una cultura de la innovación.La importación de buena parte de las tecno<strong>lo</strong>gías, juntoal deterioro y retraso técnico de un área no desestimablede la industria, 21 influyen negativamente. Mientras todaslas teorías de la innovación asumen a las empresas comoactores claves en la absorción de <strong>conocimiento</strong>s parala generación de innovaciones, en Cuba eso no pareceocurrir en la medida necesaria. 22Del lado del sector científico, salvo aquel<strong>lo</strong>scentros que han recibido un respaldo prioritario,tampoco las cosas han sido fáciles. La política deautofinanciamiento lanzada por el CITMA en <strong>lo</strong>s 90buscaba generar una actitud más productiva por partede <strong>lo</strong>s centros de investigación. Sin embargo, las bajascapacidades del sector productivo para demandar yfinanciar investigaciones provocaron que no pocos101


Jorge Núñez Joverde el<strong>lo</strong>s sustituyeran las actividades investigativaspor la realización de servicios científico-técnicos,<strong>lo</strong> que suponía un escaso aprovechamiento de suspotencialidades. Mientras tanto, la falta de inversiónha determinado un variable nivel de deterioro en suinfraestructura.Desde <strong>lo</strong>s 90 cambió la inserción internacionalde la ciencia y la educación superior cubana, antespreferentemente vinculadas a Europa del Este yla Unión Soviética. Aunque con variaciones <strong>entre</strong>áreas del <strong>conocimiento</strong> e instituciones, <strong>lo</strong>s víncu<strong>lo</strong>sse establecieron con diferentes países de AméricaLatina y Europa. <strong>El</strong><strong>lo</strong> permitió a algunas personasy grupos realizar investigaciones que carecían deposibilidades materiales en Cuba y ofrecer programasde formación —cuya comercialización se estimulóinstitucionalmente—, <strong>lo</strong> que mejoró sus condicionesde vida y trabajo.En esos años se incrementó la emigración decientíficos, profesores y otros profesionales. Y comootra cara del mismo proceso comenzó a observarse unfenómeno típico de <strong>lo</strong>s países periféricos: la articulación—en ausencia de suficiente apoyo <strong>lo</strong>cal— de algunosgrupos de científicos con colegas de otros países, quepasó a ser más intensa que sus lazos con las institucionesy problemas nacionales. Es una forma de enajenación dela ciencia al desarrol<strong>lo</strong> nacional, que se suele denominar«robo interior de cerebros»: el científico no se marchade su país, pero <strong>lo</strong> que investiga tributa a interesesfrecuentemente exógenos. Una falsa comprensión dela universalidad de la ciencia sirve para legitimar esaopción. 23Pese a todo, el actor mejor representado en <strong>lo</strong>spremios de innovación que el CITMA otorga cada añoson algunos centros y grupos de investigación. Estosignifica que el país sigue operando según el llamado«empujón de la ciencia»; es decir, el enlace <strong>entre</strong> esta yla producción continúa respondiendo a una lógica devinculación impulsada <strong>desde</strong> la ciencia; se trata de unesquema que el mundo superó décadas atrás.Incluso, en ocasiones, <strong>lo</strong>s grupos de investigaciónhan creado capacidades de <strong>conocimiento</strong> y tecno<strong>lo</strong>gíaque son más utilizadas en el exterior que en nuestro país,desaprovechando oportunidades económicas y posiblesmejoras en la calidad de vida de la población. 24La «introducción de resultados» en ciencias <strong>social</strong>es,incluidas las económicas, no parece correr mejorsuerte. No es visible que sus recomendaciones, si bienpueden ser solicitadas y atendidas, estén influyendosignificativamente en <strong>lo</strong>s mecanismos de toma dedecisiones. En realidad <strong>lo</strong> mejor de la PCT cubana hadescansado con frecuencia en las iniciativas de FidelCastro. En este terreno, como en otros, el país estáabocado a la necesidad de generar otros mecanismosque permitan construir e impulsar las políticasapoyándose cada vez más en la experiencia colectivaque atesora.Los órganos encargados de orientar la PCT enCuba han experimentado cambios. En 1974 tuvimosel Consejo Nacional de Ciencia y Tecno<strong>lo</strong>gía; en 1976se fundó el Comité Estatal de ese perfil. Luego, lasfunciones regresaron a la Academia de Ciencias deCuba (ACC) hasta la creación del CITMA, en 1994. Enrealidad, <strong>lo</strong>s documentos básicos de política científicay tecnológica tienen más de una década y no parecenejercer la influencia deseable en el curso real de la cienciay la tecno<strong>lo</strong>gía cubanas actuales. En parte por la escasezde financiamiento que pueda respaldar las prioridadesidentificadas, y por carencias en las formulaciones dela misma política. 25Probablemente ha llegado el momento de repensarla arquitectura del sistema cubano de ciencia ytecno<strong>lo</strong>gía, elaborar nuevas bases conceptuales y crear<strong>lo</strong>s instrumentos necesarios para conectar ciencia,tecno<strong>lo</strong>gía y desarrol<strong>lo</strong> <strong>social</strong> de mejor manera. Laspolíticas deberán reconstruirse con miradas másholísticas e intersectoriales. Los sistemas de innovaciónno so<strong>lo</strong> incluyen a <strong>lo</strong>s centros de investigación. Lasempresas, <strong>lo</strong>s gobiernos, ministerios, sistemas de saludy educativo y medios de comunicación, respaldados poruna base legal adecuada, son claves en la construccióndel sistema.La proyección de la PCT que el país necesita nopuede ser función exclusiva de un ministerio. Se tratade un debate que puede y debe movilizar a la ampliacomunidad de <strong>conocimiento</strong> que el país ha creado. Enparticular merecen especial atención las universidadescomo instituciones de <strong>conocimiento</strong>. Ya mencionamosque la universidad fue un sitio fundacional de la ciencianacional, sobre todo en el período 1962-1974/75. Laidea de que el CNIC fuera parte de la Universidad deLa Habana a partir de 1966 ilustra bien el papel que sele atribuyó a esta. En 1985, Fidel volvió a reconocer elprotagonismo de las universidades, orientándolas a lainnovación y otorgándoles respaldo financiero.En las dos últimas décadas, algunos grupos universitariosfueron capaces de exportar sus producciones y conectarsecon el aparato productivo. 26 Sin embargo, la más recientedefinición sobre el «objeto <strong>social</strong>» de las universidadesha creado no pocas dificultades e incertidumbres. Noparece debidamente perfilada la «idea de universidad»por la cual el país apuesta. Pareciera, a veces, que se lave como una institución exclusivamente docente. Encambio, una con creciente capacidad de investigacióny clara vocación productiva, fuertemente articuladacon <strong>lo</strong> nacional y <strong>lo</strong> internacional, absolutamentesumergida en la dinámica <strong>social</strong>, política y económica, esprobablemente el tipo de universidad que el país necesita102


y el único que puede ejercer la función formadora quele corresponde.Tanto por su escasa dotación material como porrazones vinculadas al patrimonio humano que ya hemosmencionado antes, no parece que estén creadas lascondiciones para incrementar su papel en el desarrol<strong>lo</strong>nacional, al menos en materia de formación de altonivel, investigación e innovación. <strong>El</strong> potencial declivede la ciencia universitaria puede traer consecuenciasirreparables.La terca realidad nos impone que es so<strong>lo</strong> en lasuniversidades donde surge y f<strong>lo</strong>rece el talento que luegopodría dar frutos en otras instituciones […] Contarcon las universidades para el desarrol<strong>lo</strong> científico noes una opción a tomar o dejar. Si no hay ciencia en lasuniversidades, para que ese talento pueda f<strong>lo</strong>recer en lascondiciones adecuadas, no habrá ciencia en ninguna parte.No podemos esperar a que las limitaciones económicasse resuelvan y es mucho <strong>lo</strong> que se puede avanzar si seimplementan las políticas adecuadas. 27Epí<strong>lo</strong>go«Talentos tenemos en Cuba más que guásimas»,decía José Martí. Hoy tenemos talentos más que decasi todo <strong>lo</strong> demás. Ese talento es clave para pensar ytransformar el presente y diseñar y construir el futuro.La participación <strong>social</strong> como signo deseable de nuestrapolítica debería poder aprovechar tantas inteligencias.La Revolución las cultivó, pero ¿se estánaprovechando con suficiente sistematicidad y amplitudpara discutir <strong>lo</strong> que a todos nos compete, para desatar<strong>lo</strong>s nudos que atan las fuerzas productivas y limitan elavance de nuestra sociedad? <strong>El</strong> tema queda abierto.En cualquier caso no olvidemos que el desarrol<strong>lo</strong>del país e incluso su gobernabilidad, de cara a latransición generacional que ocurrirá a todos <strong>lo</strong>sniveles de gobierno y dirección en unos pocos años,so<strong>lo</strong> será posible creando <strong>desde</strong> ahora mecanismos deconstrucción de políticas y conducción de <strong>lo</strong>s asuntospúblicos que se apoyen firmemente en las capacida<strong>desde</strong> <strong>conocimiento</strong> creadas. <strong>El</strong> país que queremos debeser una construcción colectiva y deberá estar fundadaen el <strong>conocimiento</strong>, va<strong>lo</strong>res y principios fomentadospor la Revolución.Quedan muchos puntos en el tintero. Apenas quieroagregar que <strong>entre</strong> <strong>lo</strong>s desafíos del <strong>social</strong>ismo cubano,sugiero agregar este que, de modo integral, y en unesfuerzo por trascender las visiones parciales he llamadopolítica <strong>social</strong> del <strong>conocimiento</strong>.Creo que, visto de conjunto, el dilema del<strong>conocimiento</strong> se aprecia con más claridad. Su óptimoaprovechamiento, su conversión en fuerza <strong>social</strong>transformadora, nos desafía como nación y proyectopolítico. Aprovechemos las capacidades creadas.Notas<strong>El</strong> <strong>conocimiento</strong> <strong>entre</strong> <strong>nosotros</strong>: <strong>reflexiones</strong> <strong>desde</strong> <strong>lo</strong> <strong>social</strong>1. Con todo el riesgo de la simplificación, asumo por <strong>conocimiento</strong>la capacidad para convertir datos e información en accionesefectivas. Su cualidad más sobresaliente es ser una capacidadhumana. Su trasmisión implica un proceso intelectual de enseñanzay aprendizaje. Puede ser explícito o tácito, científico o cotidiano,<strong>entre</strong> otras distinciones.2. Véase, por ejemp<strong>lo</strong>, la reciente «Declaración de Lisboa», de laXIX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, disponible enwww.oei.com.3. Hebe Vessuri et al., «<strong>El</strong> futuro nos alcanza: mutaciones previsiblesde la ciencia y la tecno<strong>lo</strong>gía», en Ana Lucía Gazzola y AxelDidriksson, eds., Tendencias de la educación superior en América Latina yel Caribe, IESALC, Caracas, 2008.4. Cristina Escrigas et al., «Nuevas dinámicas para la responsabilidad<strong>social</strong>», La educación superior en tiempos de crisis, GUNI, Barce<strong>lo</strong>na,2009, p. 3.5. Lynn V. Meek, Ulrich Teichler y Mary-Louise Kearney, eds., HigherEducation, Research and Innovation: Changing Dynamics, UNESCO-INCHER, Kassel, Alemania, 2009.6. Celso Furtado, Creatividad y dependencia, Sig<strong>lo</strong> XXI Editores,México, DF, 1979.7. Fidel Castro, «Discurso en la clausura de Pedagogía 90», Granma,La Habana, 25 de marzo de 1990, p. 3.8. Entiendo por apropiación <strong>social</strong> del <strong>conocimiento</strong> el procesomediante el cual las personas participan de actividades de producción,adaptación, consumo, aplicación de <strong>conocimiento</strong>s y acceden a susbeneficios. Significa que la gente interioriza el <strong>conocimiento</strong> y <strong>lo</strong>convierte en referente para el juicio y para la actividad.9. Probablemente el primer intento de someter a debate público eltema de la función <strong>social</strong> del <strong>conocimiento</strong> es el libro, aparecido en1939, La función <strong>social</strong> de la ciencia, de John Desmond Bernal, notablemarxista inglés. Sobre el tema es recomendable leer el texto deSerguei Kara-Murza, «La función <strong>social</strong> de la ciencia en la situaciónde crisis» (en Mª Ángeles Velamazán, Fernando Vea et al., coords.,La historia de la ciencia y de la técnica: un arma cargada de futuro, CulturaPublicaciones, Diputación de Cádiz, Cádiz, 2009, pp. 15-25). Se tratade un estudio sobre las consecuencias que para el sistema científicoruso ha tenido la transición al capitalismo en ese país.10. Las informaciones disponibles no colaboran demasiado coneste esfuerzo. Hay informaciones valiosas que no están disponiblesy, en no pocos casos, las cifras oficiales requieren una escrupu<strong>lo</strong>sarevisión para ser efectivamente consideradas.11. Fernando Ortiz, Entre cubanos. Psico<strong>lo</strong>gía tropical, Editorial deCiencias Sociales, La Habana, 1987, pp. 14-5. (<strong>El</strong> énfasis es mío.JNJ)12. <strong>El</strong> amplio acceso a la educación superior tiene consecuenciasextraordinarias en términos de inclusión, justicia <strong>social</strong>, equidadétnica y territorial, <strong>entre</strong> otras.13. Los estudiantes de ciencias e ingenierías (incluidas lasagropecuarias) representan 9,49% del total, según el Departamentode Estadísticas del Ministerio de Educación Superior (MES).Están en marcha algunas medidas que pretenden contrarrestaresta tendencia.14. De 1992 hasta el 1 de noviembre de 2009 se han otorgado enCuba 42 646 títu<strong>lo</strong>s de máster. Las ciencias pedagógicas representan103


Jorge Núñez Jover35%, seguidas de las biomédicas (25%), económicas (11%), técnicas(10%), naturales y <strong>social</strong>es (7%) y agropecuarias (4%). En total,ciencias e ingenierías so<strong>lo</strong> representan 21%. <strong>El</strong> número de títu<strong>lo</strong>s dedoctor registrados en la Comisión Nacional de Grados Científicosasciende a 10 369. La cifra de doctores en ciencias (17,2%)e ingenierías (32,1%, incluidas las agropecuarias) es relativamentealta, pero las defensas de doctorados en esas áreas han descendidomucho en la última década. Por ejemp<strong>lo</strong>, <strong>entre</strong> 2002 y 2008,la cantidad de doctorados en ciencias pedagógicas fue 1 169,mientras que la suma de ciencias naturales, matemáticas, técnicas,agropecuarias y biomédicas fue de 1 387. ¿Es esa una proporciónadecuada para nuestro desarrol<strong>lo</strong> <strong>social</strong>? (Datos aportados por laComisión Asesora para la Educación de Posgrado y la ComisiónNacional de Grados Científicos del MES).15. En la literatura internacional se le denomina brain wasteo desperdicio de cerebros, tan nefasto como el brain drain o drenajede cerebros.16. Ediciones Revolucionarias fue un organismo editorial que naciópor iniciativa de Fidel Castro el 7 de diciembre de 1965 y se dedicóa editar libros para la educación superior. Ediciones R encarna ladecisión revolucionaria de convertir el patrimonio bibliográficouniversal en patrimonio <strong>social</strong> de <strong>lo</strong>s cubanos. En <strong>lo</strong>s términos quemanejamos en este ensayo, un acto radical de apropiación <strong>social</strong>del <strong>conocimiento</strong>.17. Hebe Vessuri et al., ob cit. (<strong>El</strong> énfasis es mío. JNJ)18. <strong>El</strong> CENIC se fundó el 1 de julio de 1965, bajo la iniciativa ydirección de Fidel. En 1966, pasó a formar parte de la Universidadde La Habana. Ha tenido un papel fundamental en la formaciónde investigadores y el aprovechamiento de la colaboracióninternacional.19. <strong>El</strong> 13 de marzo de 1969 Fidel decía: «La universidad no estarávinculada so<strong>lo</strong> a <strong>lo</strong>s procesos productivos. La universidad deberávincularse a las investigaciones, y las universidades deberán sercentros de investigación de todo tipo». Fidel Castro, «Discurso porel XII Aniversario del Asalto a Palacio Presidencial», Granma. LaHabana, 14 de marzo de 1969.20. En el libro Cien horas con Fidel, (Ignacio Ramonet y Fidel Castro,Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, 2006),el Comandante reflejó muy bien <strong>lo</strong> que se convirtió en una de lasgraves carencias del <strong>social</strong>ismo europeo: su incapacidad de convertir<strong>lo</strong>s avances científicos en <strong>lo</strong>gros productivos, en innovaciones quepermitieran al <strong>social</strong>ismo aventajar al capitalismo en la dinámicatecnoproductiva.21. Heriberto Rosabal y Ariel Terrero, «Comercio exterior. Pescaen aguas revueltas», Bohemia, La Habana, 4 de diciembre de 2009,pp. 28-35.22. Un informante clave comentó: «<strong>El</strong> perfeccionamientoempresarial no nos ha ayudado a resolver <strong>lo</strong>s problemas existentescon la transferencia de resultados de investigación a la produccióny <strong>lo</strong>s servicios. De hecho, las empresas “perfeccionadas” no puedenpagar por trabajos de I+D+i (Investigación, Desarrol<strong>lo</strong> e innovación)que contraten, so<strong>lo</strong> por “servicios”, “cursos” o “productos” quea veces las universidades o centros de investigación no estamosautorizados a “vender”. Por otra parte, en estos, el estímu<strong>lo</strong> directoal innovador, en proporción a <strong>lo</strong>s ingresos que genera su actividad,está casi ausente [...] La dinámica innovadora está determinada, en elcorto plazo, por la creación, desarrol<strong>lo</strong> y desaparición de pequeñasempresas de base tecnológica, las cuales muchas veces terminantransfiriendo su tecno<strong>lo</strong>gía, ya más desarrollada, o siendo absorbidaspor las grandes empresas, que son más eficientes a la hora de escalarla tecno<strong>lo</strong>gía y expandir <strong>lo</strong>s mercados. En Cuba ese eslabón nosfalta». (Car<strong>lo</strong>s Rodríguez, comunicación personal, 2009).23. Dentro de las comunidades académicas coexisten diferentesculturas que incluyen variadas percepciones de la ciencia. Esconveniente fomentar una imagen de ella, a través de la educaciónde <strong>lo</strong>s científicos, que insista en su nexo con va<strong>lo</strong>res no epistémicosy subraye la idea de su no neutralidad.24. Véase «<strong>El</strong> tortuoso camino de una inversión» (Trabajadores, LaHabana, 26 de octubre de 2009, p. 3). Se trata de un relato en elque el director del Grupo Empresarial LABIOFAM explica lascapacidades creadas por Cuba en materia de tecno<strong>lo</strong>gías para elcontrol de vectores con el uso de biolarvicidas, <strong>lo</strong>s avances en laexportación de tales productos e incluso la creación de fábricas enotros países. Producir<strong>lo</strong>s en Cuba «permitiría sustituir importaciones,aumentar las exportaciones, financiar el consumo nacional y mejorarla calidad de vida de <strong>lo</strong>s cubanos». Pero en el país «no prosperan nisu aplicación masiva ni la construcción de una fábrica» aprobadaoriginalmente en 2002.25. Por ejemp<strong>lo</strong>, se predica la relevancia de la empresa, pero no secrean <strong>lo</strong>s marcos legales y financieros adecuados que incentiven lainnovación empresarial. No se consigue la articulación sistémicade <strong>lo</strong>s actores de la innovación; no se presta la debida atencióna la formación y retención del patrimonio humano de la ciencia;no se formulan estrategias para articular la ciencia, la tecno<strong>lo</strong>gía yla innovación a las políticas de la educación superior y posgrado.Al concentrase en <strong>lo</strong>s beneficios inmediatos del <strong>conocimiento</strong>,desalienta otras trayectorias potencialmente importantes; al focalizar<strong>lo</strong>s intereses en algunas áreas y proyectos, pierde de vista otrassin las cuales las primeras no pueden avanzar («mode<strong>lo</strong> focal» <strong>lo</strong>llaman Ernesto Estévez y Beatriz Aragón, «Deshojando margaritas:¿nanociencias o nanotecno<strong>lo</strong>gías?», 2009 (en prensa). Esto últimoafecta especialmente a las universidades.26. Las universidades crearon estructuras de interfase del tipo«Oficinas de transferencia de resultados de investigación» que,en una u otra medida, apoyaron la introducción en la prácticade <strong>conocimiento</strong>s y tecno<strong>lo</strong>gías ofertadas por las institucionesy su comercialización. En este camino algunas universidadesincorporaron <strong>lo</strong> que en la literatura se denomina «tercera misión»,es decir, una intervención más directa en el desarrol<strong>lo</strong> económicoy <strong>social</strong>.27. Car<strong>lo</strong>s Rodríguez, cit.©, 2011104

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