Dolor neuropatico. Latinoamerica 2009.pdf
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20Guías para el diagnóstico yel manejo del dolor neuropáticodel trigémino), en los síndromes de dolor regional, en el dolor asociado con disfuncióndel sistema nervioso autónomo y en el dolor refractario a tratamientosfarmacológicos. Por lo tanto, hay que determinar criterios que definan el “fracasoterapéutico” para considerar la posibilidad de un tratamiento invasivo, el cual debeser orientado por el especialista en manejo del dolor (Guevara 2006, Moulin 2007).Terapias complementarias: aunque se usan ampliamente en la práctica, existemuy poca evidencia científica que sustente su empleo, el médico está obligado ainformar al paciente sobre este hecho. Su empleo, o la recomendación de su uso,requieren mucha prudencia y ética.Acupuntura: puede ser útil como complemento del tratamiento farmacológico ycomo parte del tratamiento multimodal, siempre y cuando se cuente con recursohumano calificado y con el acuerdo del paciente.Ácido tiótico (ácido alfa lipóico) y citidin-monofosfato de uridina. Estos dos productos,están disponibles en algunos países latinoamericanos, son considerados comocomplementarios en el manejo de la neuropatía diabética dolorosa (Ziegler 2004,Tang 2007).Terapia herbal (fitoterapia). Carece de suficiente evidencia.Este tipo de tratamientos quedan a criterio del médico tratante, quien debeintegrar en su práctica el entorno sociocultural.
21Capítulo 6Capítulo 6Manejo farmacológico del dolorneuropáticoEl manejo de pacientes con DN es complejo y la respuesta a los tratamientosexistentes es frecuentemente inadecuada. Incluso, con medicamentos bien establecidospara el manejo del dolor neuropático, la eficacia es imprevisible, la dosificaciónpuede ser complicada, el inicio del efecto analgésico es lento y los efectossecundarios pueden ser intolerables (Dworkin 2007).La literatura europea y norteamericana aporta guías, algoritmos de tratamientoy recomendaciones, para el manejo y tratamiento del DN (Finnerup 2005, Attal2006, Dworkin 2007; Moulin 2007). Sin embargo, enAmérica Latina, la prescripción y la disponibilidad demedicamentos y de recursos, están supeditadas porregulaciones de las entidades de salud, que apruebanen forma muy restringida la inclusión de medicamentosy equipos. Así, por ejemplo el uso de analgésicosopioides en nuestra subregión, es dramáticamentebajo debido, a las limitaciones en la disponibilidad, laaccesibilidad y a los sistemas regulatorios excesivosLa propuesta central delas presentes guías reflejala importancia de laterapia multimodal, queaborda distintos blancosterapéuticos, para lograrmayores posibilidades deéxitoque dificultan su comercialización y prescripción (Pain & Policy Studies Group2008).
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20Guías para el diagnóstico yel manejo del dolor neuropáticodel trigémino), en los síndromes de dolor regional, en el dolor asociado con disfuncióndel sistema nervioso autónomo y en el dolor refractario a tratamientosfarmacológicos. Por lo tanto, hay que determinar criterios que definan el “fracasoterapéutico” para considerar la posibilidad de un tratamiento invasivo, el cual debeser orientado por el especialista en manejo del dolor (Guevara 2006, Moulin 2007).Terapias complementarias: aunque se usan ampliamente en la práctica, existemuy poca evidencia científica que sustente su empleo, el médico está obligado ainformar al paciente sobre este hecho. Su empleo, o la recomendación de su uso,requieren mucha prudencia y ética.Acupuntura: puede ser útil como complemento del tratamiento farmacológico ycomo parte del tratamiento multimodal, siempre y cuando se cuente con recursohumano calificado y con el acuerdo del paciente.Ácido tiótico (ácido alfa lipóico) y citidin-monofosfato de uridina. Estos dos productos,están disponibles en algunos países latinoamericanos, son considerados comocomplementarios en el manejo de la neuropatía diabética dolorosa (Ziegler 2004,Tang 2007).Terapia herbal (fitoterapia). Carece de suficiente evidencia.Este tipo de tratamientos quedan a criterio del médico tratante, quien debeintegrar en su práctica el entorno sociocultural.