ESCRIBIR Un acto de reconocimiento

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22.07.2015 Views

ESCRIBIRFernando Vázquez RodríguezUn acto de reconocimiento____________________________________Escribir es, de alguna manera, poner afuera nuestro pensamiento. La escritura expone nuestroyo. Cuando escribimos logramos asistir a una puesta en escena de nuestra subjetividad.Gracias a la escritura hacemos permanentes actos de reconocimiento, de agnición. Nosconvertimos en actores y espectadores de nuestra propia obra.De allí la dificultad y la importancia de la escritura. No sólo por la fijación o la evidencia de laletra, por la certeza del documento; sino, además, porque la escritura nos permite reconocer,por no decir confrontar, cada idea o propuesta, cada iniciativa o intención, cada proyecto outopía. La escritura es como un yunque en el cual podemos medir la calidad material delpensamiento.Es escribiendo como descubrimos nuestras incompetencias o nuestra confusión; es al escribircuando mejor podemos apreciar nuestras limitaciones o nuestras posibilidades insospechadas.En el acto de la escritura, entonces, comprobamos si somos meros repetidores o productoresde conocimiento.Por supuesto escribir no es traducir el habla o el lenguaje oral. Son dos códigos diferentes.Escribir es trabajar con una materia escurridiza y de difícil acercamiento. La palabra escrita noes fácil de domeñar. Es resbalosa; dice a pesar de nosotros; es ambigua, dice por todos losintersticios; es inagotable, dice mucho más de lo esperado; es pudorosa, dice menos de lo queesperábamos ... la palabra escrita, la materia prima del que escribe, está repleta de aristas, desombras; de irregularidades y zonas inexploradas que la convierten, la mayoría de las veces,en una entidad desconocida. De allí también esa idea, según la cual, escribir es un trabajoartesanal. Una tarea de alta orfebrería o de talla exquisita.Y si es un lugar común afirmar que sólo se aprende a investigar, investigando; ni qué decir dela escritura. Sólo se aprende a escribir, escribiendo. Una y otra vez; tachando, volviendo haciaatrás; retomando o relacionando; haciendo glosas, recurriendo al inciso, al alargamiento o a lasupresión. Es en ese trabajo de arado, yendo una y otra vez sobre el mismo surco, insertando,aglomerando, en donde cobra sentido el escribir. No hay iluminaciones, ni actos epifánicos. Esen el ensayo frecuente, en la duda, en la búsqueda de un mejor término -en esa búsqueda dela palabra precisa- desde donde va tomando forma la escritura. Es así como empezamos aconocer o a tratar esa materia de la palabra escrita.Hasta la misma idea de un título o la organización -la arquitectura- de un escrito merecen unespecial cuidado. Cuáles conectores son los que deben usarse; cuáles son las preposicionesindicadas; dónde comete uno vicios del lenguaje; cuándo presenta problemas de concordancia... pero más allá del buenuso de la gramática, de la ortografía o la sintaxis, también hay quereflexionar sobre la calidad de los argumentos, sobre la construcción de las ideas. Escribir noes sólo redactar; es, sobre todo, lograr pensar con claridad. Poder ordenar los pensamientos.La redacción es un medio, no el fin último de la escritura. Mejor aún, la redacción es unatécnica necesaria para que la creación salga a la luz con mayor facilidad.Creo que la escritura cumple un papel fundamental en el trabajo educativo. Cómo es denecesario que los docentes empecemos a escribir. O al menos, que aceptemos que nosabemos lidiar con la escritura. Y digo que es necesario porque la mayoría de nuestra prácticadocente se está convirtiendo en un activismo sin reflexión, sin distanciamiento. Si a eseactivismo repetitivo no le ponemos el alto de la escritura, difícilmente comprenderemos quéestamos haciendo y cómo lo hemos venido haciendo. Quizá peor: la memoria de talesexperiencias morirá con nosotros y nunca sabremos el alcance o las limitaciones de nuestraspropuestas. Es necesario, impostergable, que los maestros empecemos a escribir. Es a partirde ese acto de reconocimiento como la práctica deja de ser inmediatismo y se convierte enestrategia; es por ese acto de reconstrucción que el habla dentro de la clase se transforma endiscurso intencional ... es necesario que los maestros escribamos para que la tradición no seasólo información sino posibilidad de proyecto, comunicación orientada al porvenir.Cabría decir una cosa más: la escritura no es sólo privilegio de los literatos o de los poetas.

<strong>ESCRIBIR</strong>Fernando Vázquez Rodríguez<strong>Un</strong> <strong>acto</strong> <strong>de</strong> <strong>reconocimiento</strong>____________________________________Escribir es, <strong>de</strong> alguna manera, poner afuera nuestro pensamiento. La escritura expone nuestroyo. Cuando escribimos logramos asistir a una puesta en escena <strong>de</strong> nuestra subjetividad.Gracias a la escritura hacemos permanentes <strong>acto</strong>s <strong>de</strong> <strong>reconocimiento</strong>, <strong>de</strong> agnición. Nosconvertimos en <strong>acto</strong>res y espectadores <strong>de</strong> nuestra propia obra.De allí la dificultad y la importancia <strong>de</strong> la escritura. No sólo por la fijación o la evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> laletra, por la certeza <strong>de</strong>l documento; sino, a<strong>de</strong>más, porque la escritura nos permite reconocer,por no <strong>de</strong>cir confrontar, cada i<strong>de</strong>a o propuesta, cada iniciativa o intención, cada proyecto outopía. La escritura es como un yunque en el cual po<strong>de</strong>mos medir la calidad material <strong>de</strong>lpensamiento.Es escribiendo como <strong>de</strong>scubrimos nuestras incompetencias o nuestra confusión; es al escribircuando mejor po<strong>de</strong>mos apreciar nuestras limitaciones o nuestras posibilida<strong>de</strong>s insospechadas.En el <strong>acto</strong> <strong>de</strong> la escritura, entonces, comprobamos si somos meros repetidores o productores<strong>de</strong> conocimiento.Por supuesto escribir no es traducir el habla o el lenguaje oral. Son dos códigos diferentes.Escribir es trabajar con una materia escurridiza y <strong>de</strong> difícil acercamiento. La palabra escrita noes fácil <strong>de</strong> domeñar. Es resbalosa; dice a pesar <strong>de</strong> nosotros; es ambigua, dice por todos losintersticios; es inagotable, dice mucho más <strong>de</strong> lo esperado; es pudorosa, dice menos <strong>de</strong> lo queesperábamos ... la palabra escrita, la materia prima <strong>de</strong>l que escribe, está repleta <strong>de</strong> aristas, <strong>de</strong>sombras; <strong>de</strong> irregularida<strong>de</strong>s y zonas inexploradas que la convierten, la mayoría <strong>de</strong> las veces,en una entidad <strong>de</strong>sconocida. De allí también esa i<strong>de</strong>a, según la cual, escribir es un trabajoartesanal. <strong>Un</strong>a tarea <strong>de</strong> alta orfebrería o <strong>de</strong> talla exquisita.Y si es un lugar común afirmar que sólo se apren<strong>de</strong> a investigar, investigando; ni qué <strong>de</strong>cir <strong>de</strong>la escritura. Sólo se apren<strong>de</strong> a escribir, escribiendo. <strong>Un</strong>a y otra vez; tachando, volviendo haciaatrás; retomando o relacionando; haciendo glosas, recurriendo al inciso, al alargamiento o a lasupresión. Es en ese trabajo <strong>de</strong> arado, yendo una y otra vez sobre el mismo surco, insertando,aglomerando, en don<strong>de</strong> cobra sentido el escribir. No hay iluminaciones, ni <strong>acto</strong>s epifánicos. Esen el ensayo frecuente, en la duda, en la búsqueda <strong>de</strong> un mejor término -en esa búsqueda <strong>de</strong>la palabra precisa- <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> va tomando forma la escritura. Es así como empezamos aconocer o a tratar esa materia <strong>de</strong> la palabra escrita.Hasta la misma i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> un título o la organización -la arquitectura- <strong>de</strong> un escrito merecen unespecial cuidado. Cuáles conectores son los que <strong>de</strong>ben usarse; cuáles son las preposicionesindicadas; dón<strong>de</strong> comete uno vicios <strong>de</strong>l lenguaje; cuándo presenta problemas <strong>de</strong> concordancia... pero más allá <strong>de</strong>l buenuso <strong>de</strong> la gramática, <strong>de</strong> la ortografía o la sintaxis, también hay quereflexionar sobre la calidad <strong>de</strong> los argumentos, sobre la construcción <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as. Escribir noes sólo redactar; es, sobre todo, lograr pensar con claridad. Po<strong>de</strong>r or<strong>de</strong>nar los pensamientos.La redacción es un medio, no el fin último <strong>de</strong> la escritura. Mejor aún, la redacción es unatécnica necesaria para que la creación salga a la luz con mayor facilidad.Creo que la escritura cumple un papel fundamental en el trabajo educativo. Cómo es <strong>de</strong>necesario que los docentes empecemos a escribir. O al menos, que aceptemos que nosabemos lidiar con la escritura. Y digo que es necesario porque la mayoría <strong>de</strong> nuestra prácticadocente se está convirtiendo en un activismo sin reflexión, sin distanciamiento. Si a eseactivismo repetitivo no le ponemos el alto <strong>de</strong> la escritura, difícilmente compren<strong>de</strong>remos quéestamos haciendo y cómo lo hemos venido haciendo. Quizá peor: la memoria <strong>de</strong> talesexperiencias morirá con nosotros y nunca sabremos el alcance o las limitaciones <strong>de</strong> nuestraspropuestas. Es necesario, impostergable, que los maestros empecemos a escribir. Es a partir<strong>de</strong> ese <strong>acto</strong> <strong>de</strong> <strong>reconocimiento</strong> como la práctica <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser inmediatismo y se convierte enestrategia; es por ese <strong>acto</strong> <strong>de</strong> reconstrucción que el habla <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la clase se transforma endiscurso intencional ... es necesario que los maestros escribamos para que la tradición no seasólo información sino posibilidad <strong>de</strong> proyecto, comunicación orientada al porvenir.Cabría <strong>de</strong>cir una cosa más: la escritura no es sólo privilegio <strong>de</strong> los literatos o <strong>de</strong> los poetas.


Esa es una <strong>de</strong> las múltiples escrituras posibles. A lo mejor, es necesario apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> ellos, <strong>de</strong>su tradición en el dominio <strong>de</strong> la palabra escrita; revisar las entrevistas, los diarios, o aquellostextos ensayísticos en don<strong>de</strong> los artesanos <strong>de</strong> la literatura han consignado sus inquietu<strong>de</strong>s, susbatallas. Sí, los educadores tenemos que consumir mucha literatura, pero a la par que ladisfrutamos, <strong>de</strong>bemos apren<strong>de</strong>r a mirar sus formas <strong>de</strong> construcción, sus códigos <strong>de</strong>composición, sus maneras <strong>de</strong> producirse. Con tales herramientas, en principio, yconjugándolas con nuestra experiencia educativa, lograremos poner en escritura algunos <strong>de</strong>los matices <strong>de</strong> ese oficio <strong>de</strong> enseñar que <strong>de</strong>cidimos convertir en una opción <strong>de</strong> vida.____________________________________1* El profesor Vásquez Rodríguez (nacido en Capira, 1955) es ensayista, escritor y semiólogo. Actual director nacional <strong>de</strong> laLínea <strong>de</strong> Investigación en Lectura y Escritura <strong>de</strong> la Maestría en Educación <strong>de</strong> la Pontificia <strong>Un</strong>iversidad Javeriana. Los artículospresentados aquí, hacen parte su libro Oficio <strong>de</strong> Maestro. Bogotá 2000; Facultad <strong>de</strong> Educación - PUJ. (Nota <strong>de</strong> HF. González).

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