iografías médicas66Ricardo IIIRey <strong>de</strong> Inglaterra(1ª parte)Ï“¡Un caballo! ¡Un caballo!¡Mi reino por un caballo!”“Vida y Muerte <strong>de</strong>l Rey Ricardo III"W.ShakespeareJESÚS REPÁRAZ PADRÓSMás <strong>de</strong> cinco siglos han transcurrido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la muerte<strong>de</strong>l rey Ricardo III <strong>de</strong> Inglaterra (1.452-1.485)y todavía hoy su figura continúa siendo objeto<strong>de</strong> <strong>de</strong>bate y suscitando entre los historiadores uninagotable interés por <strong>de</strong>svelar los enigmas <strong>de</strong> su vida y las extrañascircunstancias que ro<strong>de</strong>aron sus escasos dos años <strong>de</strong> reinado.Pocos personajes, ciertamente, han merecido tanta atencióny han inspirado con tal fecundidad a escritores y biógrafoscomo este soberano misterioso, capaz <strong>de</strong> <strong>de</strong>spertar en torno así las pasiones más violentas y los más enconados sentimientos.Consi<strong>de</strong>rado por sus <strong>de</strong>tractores como la pura encarnación <strong>de</strong> lamaldad, Ricardo III fue i<strong>de</strong>ntificado durante largo tiempo con elestereotipo <strong>de</strong>l monarca perverso y amoral, dispuesto a sacrificara su ambición cualquier principio ético o <strong>de</strong> simple humanidad.Sin embargo, este tópico infamante se fue <strong>de</strong>svaneciendo conel transcurso <strong>de</strong> los años. Poco a poco, la historiografía tradicionalcomenzó a ser puesta en tela <strong>de</strong> juicio;muchas afirmaciones, tenidas por indiscutibleshasta entonces, fueron sometidas a crítica yanálisis, y con ello, la posibilidad <strong>de</strong> que las iniquida<strong>de</strong>satribuidas a Ricardo pudieran, al menosen parte, no ser ciertas fue abriéndose paso.En esta línea revisionista, a principios <strong>de</strong>l sigloXX un grupo <strong>de</strong> medievalistas británicos pusoen marcha un movimiento <strong>de</strong>dicado al estudio<strong>de</strong> las fuentes históricas originales relacionadascon la persona <strong>de</strong> Ricardo. Fruto <strong>de</strong> su actividad fue la creación<strong>de</strong> varias socieda<strong>de</strong>s internacionales (las llamadas “socieda<strong>de</strong>sricardianas”) cuyos objetivos se centraron en la rehabilitación <strong>de</strong>la reputación <strong>de</strong>l monarca y la honra <strong>de</strong> su memoria. Muy pronto,esta corriente apologética alcanzó un enorme auge y provocó“Extrañascircunstanciasro<strong>de</strong>aron sus escasosdos años <strong>de</strong> reinado”Ï Ricardo III.un entusiasmo que, transcendiendoel ámbito <strong>de</strong> los especialistas,se extendió al públicoen general. Así, el que antañofuera paradigma <strong>de</strong> la perfidiapasó a convertirse en una especie<strong>de</strong> ídolo <strong>de</strong> masas. Buena prueba <strong>de</strong> ello es el hecho <strong>de</strong> que,ya en nuestros días, Ricardo III aparezca en el puesto 81º <strong>de</strong> lalista <strong>de</strong> los “Cien Británicos más Gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la Historia”, una clasificaciónelaborada mediante votación popular bajo patrocinio<strong>de</strong> la BBC en el año 2.002.nº <strong>100</strong> | Diciembre 2012
iografías médicasRicardo <strong>de</strong> York, últimosoberano <strong>de</strong> la dinastía inglesa<strong>de</strong> los Plantagenet, nacióen Fotheringay Castle (Northamptonshire)el 4 <strong>de</strong> Octubre<strong>de</strong> 1.452. Apenas faltabaun año para que Inglaterracayera <strong>de</strong>finitivamente venciday humillada por Franciaen la Guerra <strong>de</strong> los CienAños. Aquella <strong>de</strong>rrota iba aconmocionar profundamentea la sociedad británicahasta el extremo <strong>de</strong> precipitarlaa un conflicto civil. Laenfermedad mental <strong>de</strong>l porentonces rey inglés EnriqueVI <strong>de</strong> Lancaster y la ambición<strong>de</strong> su rival, el duque<strong>de</strong> York, hicieron que en laprimavera <strong>de</strong> 1.455 sus respectivasCasas se lanzaran auna feroz disputa por el tronoque tardaría treinta añosÏ Ï La batalla <strong>de</strong> TewKesbury (1471),durante la Guerra <strong>de</strong> las Dos Rosas.en resolverse y que <strong>de</strong>jaría el reino inglés al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l colapso.Durante los primeros años <strong>de</strong> aquella guerra, llamada <strong>de</strong> lasDos Rosas, fue el citado duque <strong>de</strong> York (padre <strong>de</strong>l futuro RicardoIII) quien li<strong>de</strong>ró el bando <strong>de</strong> la Rosa Blanca. Su muerte, ocurrida enla batalla <strong>de</strong> Wakefield en 1.460, <strong>de</strong>jó la jefatura <strong>de</strong> los yorkistasen manos <strong>de</strong> su primogénito Eduardo. El pequeño Ricardo, quecontaba por entonces ocho años <strong>de</strong> edad, quedó bajo la custodia<strong>de</strong> sir Richard Neville, tío materno suyo y con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Warwick.Fue precisamente en casa <strong>de</strong> Neville don<strong>de</strong> Ricardo conoció a suprima, Ana Neville, quien más tar<strong>de</strong> se convertiría en su esposa.Apenas se conocen datos fiables sobre la infancia <strong>de</strong> Ricardo.Ni los rasgos presuntamente malévolos <strong>de</strong> su carácter ni sus célebres<strong>de</strong>formida<strong>de</strong>s físicas -<strong>de</strong>talles que pasaron a formar parte<strong>de</strong>l acervo popular a través <strong>de</strong> la obra que W.Shakespeare escribiósobre Ricardo III un siglo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> éste- estándocumentados <strong>de</strong> forma fehaciente; <strong>de</strong> hecho, aunque unánimementeaceptados por los historiadores durante mucho tiempo,en la actualidad tien<strong>de</strong>n a consi<strong>de</strong>rarse fruto <strong>de</strong> la imaginación<strong>de</strong>l dramaturgo inglés. Se sabe que Shakespeare compuso su tragediabajo la fuerte impresión que en él produjo la lectura <strong>de</strong>la “Historia <strong>de</strong>l Rey Ricardo III”, publicada por Tomás Moro en1.513 y en la que, por motivos políticos, se atribuían a Ricardograves taras físicas y morales. Moro ejercía por entonces comosubcomisario <strong>de</strong> la ciudad <strong>de</strong> Londres y mantenía una estrecharelación <strong>de</strong> amistad y cooperación con el rey Enrique VIII, segundomonarca <strong>de</strong> la dinastía Tudor. Uno <strong>de</strong> los principales problemas <strong>de</strong>los primeros Tudor fue justificar la legitimidad <strong>de</strong> su presencia enel trono, y Moro habría contribuido a esta labor con la publicación<strong>de</strong> un escrito <strong>de</strong>nigratorio sobre el último <strong>de</strong> los Plantagenet.Existen, en cualquier caso, <strong>de</strong>scripciones contradictorias <strong>de</strong>laspecto físico que Ricardo pudo tener ya en su edad adulta. Así,mientras ciertas crónicas contemporáneas hacen alusión a los <strong>de</strong>fectos<strong>de</strong> su porte, otros testimonios, como el <strong>de</strong> la con<strong>de</strong>sa <strong>de</strong>Desmond (que en una ocasión bailó con el monarca), <strong>de</strong>claranque “Ricardo era el hombre más apuesto <strong>de</strong> los presentes en lasala, excepción hecha <strong>de</strong> su hermano Eduardo”. Debe tenerseen cuenta que ninguna <strong>de</strong> estas fuentes resulta excesivamentedigna <strong>de</strong> crédito, ya que, a menudo, las expresiones que aparecenen ellas respon<strong>de</strong>n más a intereses particulares <strong>de</strong> adulacióno <strong>de</strong> crítica que a la propia realidad. Con todo, la ya mencionadaobra <strong>de</strong> Shakespeare fue, merced a su extraordinaria difusión, laprincipal fuente que alimentó la leyenda negra <strong>de</strong> Ricardo, quienaparece retratado en ella como un personaje no sólo físicamenterepulsivo (corto <strong>de</strong> estatura, <strong>de</strong> miembros <strong>de</strong>formes, espaldagibosa, hombros <strong>de</strong>sequilibrados y aviesa mirada), sino como unverda<strong>de</strong>ro monstruo <strong>de</strong> abyección y <strong>de</strong> maldad.Tampoco conocemos gran cosa <strong>de</strong> las andanzas <strong>de</strong> Ricardodurante sus años <strong>de</strong> niñez. Sí sabemos, no obstante, que trasla <strong>de</strong>rrota y muerte <strong>de</strong> su padre en Wakefield, el apoyo militar yfinanciero que sir Richard Neville prestó a la Casa <strong>de</strong> York consiguiócambiar el rumbo <strong>de</strong> la guerra. Fue gracias a la ayuda <strong>de</strong>lcon<strong>de</strong> <strong>de</strong> Warwick como el hermano mayor <strong>de</strong> Ricardo pudoabandonar su refugio <strong>de</strong> Gales y, en 1.461, entrar victorioso enla capital londinense para ser proclamado rey bajo el nombre <strong>de</strong>Eduardo IV. Enrique VI, hasta entonces titular <strong>de</strong> la corona inglesa67COLEGIO DE MÉDICOS DE NAVARRA