22.07.2015 Views

Descargar revista número 95 - Colegio oficial de Medicos de Navarra

Descargar revista número 95 - Colegio oficial de Medicos de Navarra

Descargar revista número 95 - Colegio oficial de Medicos de Navarra

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

libros50Hay testimonios realmente sorpren<strong>de</strong>ntes,¿con cuál se quedaría? Quizá,por curiosa, podría <strong>de</strong>stacar la historia<strong>de</strong>l pamplonés Jesús Torrens, requeté <strong>de</strong>lTercio <strong>de</strong>l Rey, herido <strong>de</strong> gravedad en Somosierra,y dado en su casa por muertodurante más <strong>de</strong> seis meses, con funeralesy novenario incluidos. Tras sobrevivir milagrosamente,y una auténtica odisea porhospitales y campos <strong>de</strong> concentraciónrepublicanos, finalmente es canjeado enla frontera <strong>de</strong> Irún. Al verle, durante elintercambio, su madre protestó porque“aquel no era su hijo”: hemipléjico porun tiro en el cuello, andrajoso, y con 30kilos menos, no le reconocía. Entonces,Jesús, en el mismo puente <strong>de</strong> Irún, le preguntó:“Señora Manuela, ¿Quién soy yopues?”. Y ambos se abrazaron llorando.A pesar <strong>de</strong>l tiempo transcurrido, Jesús,cada vez que contaba aquel pasaje, sevolvía a emocionar.El libro recoge también testimonios<strong>de</strong> profesionales <strong>de</strong>l mundo sanitario.Así es. Médicos, sanitarios, enfermeras—tanto <strong>de</strong> vanguardia como <strong>de</strong> hospitales<strong>de</strong> retaguardia—, una radióloga yuna farmacéutica cuentan cómo vivieronsu guerra particular. El testimonio <strong>de</strong>lDr. Joaquín Santamaría es sobrecogedor.Santamaría <strong>de</strong>cía que le había tocadovivir la guerra <strong>de</strong> la peor manera posible:como médico <strong>de</strong> hospitales <strong>de</strong> sangre,viviendo en primera línea y en primerapersona la parte más terrible <strong>de</strong> la guerra.Trabajando generalmente en condicioneslímite, asistiendo cuerpos y almas<strong>de</strong>strozados por las balas y la metralla,y viendo muchas veces morir a chicosque justo comenzaban a vivir. Su relato,cargado <strong>de</strong> humanidad y vocación por laprofesión médica, es, quizá, junto al <strong>de</strong>un capellán <strong>de</strong> requetés, el más impresionante<strong>de</strong>l libro. Al final, siempre <strong>de</strong>janun poso <strong>de</strong> tristeza. Santamaría <strong>de</strong>cíaque, para él, la mayor <strong>de</strong>cepción <strong>de</strong> laguerra —refiriéndose a la represión enla retaguardia— había sido “comprobarla cantidad <strong>de</strong> asesinos en potencia quetiene una sociedad, y que cuando venque hay impunidad salen a la luz”. Sufríarecordando el sufrimiento ajeno.Sorpren<strong>de</strong>n también los numerosostestimonios <strong>de</strong> mujeres cuando, alhablar <strong>de</strong> la guerra civil, su papelha pasado generalmente <strong>de</strong>sapercibido.Se recogen las historias <strong>de</strong>veintiséis mujeres, también muy diversasen sus circunstancias: enfermeras, visitadoras<strong>de</strong> frentes, costureras, cautivasen prisiones, oficinistas… todas ellas conuna implicación directa y un compromisototal con los acontecimientos. Detodos, quizá me resultó especialmenteimpactante el <strong>de</strong> la margarita (voluntariacarlista) estellesa Pilar Díaz Iribarren.Esta mujer, a sus 20 años, movida porsus convicciones y la generosidad quemantuvo hasta el último día <strong>de</strong> su vida,solicitó trabajar como enfermera en unhospital <strong>de</strong> prisioneros, en condicionesnada fáciles. Poco antes <strong>de</strong> morir, unprisionero le pidió que se hiciera cargo<strong>de</strong> su hija <strong>de</strong> 18 meses. Pilar lo cumplió:se la llevó a casa y la crió como a unahija hasta los 11 años, cuando su familiala reclamó. Lo cierto es que, a través<strong>de</strong>l libro, he tenido la suerte <strong>de</strong> conocergente extraordinaria.¿Se pue<strong>de</strong>, ejerciendo, sacar tiempopara investigar y escribir sobrecosas en principio poco relacionadascon la Medicina? Si, con esfuerzo,por supuesto. Han sido muchas horas<strong>de</strong>dicadas al libro y robadas a otras facetas<strong>de</strong> la vida, sobre todo a la familia,Ï Ï Tendiendo vendas.Archivo Jaurrieta.pero viendo el resultado, ha merecido lapena. Tuve a<strong>de</strong>más la suerte <strong>de</strong> estar tresaños en el Servicio Normal <strong>de</strong> Urgencias<strong>de</strong> Tu<strong>de</strong>la, don<strong>de</strong> los días libres entreguardias posibilitaban sacar ratos paraescribir. Es lo que me llevé <strong>de</strong> esa etapaprofesional en Tu<strong>de</strong>la: buenos recuerdos,unos compañeros excepcionales y más<strong>de</strong> dos mil folios <strong>de</strong> testimonios trascritos.El cuerpo <strong>de</strong>l libro. Por otra parte,fue una labor apasionante, y siempre mehan interesado más estas historias que elBritish Medical Journal, la verdad.Para terminar, ¿Cómo afrontan laguerra civil los protagonistas <strong>de</strong>llibro <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sus recuerdos y la perspectivahumana <strong>de</strong> unos acontecimientosque sucedieron hace ya 75años? En eso hay bastante unanimidad.Resulta significativo que, con el paso<strong>de</strong> los años, en los testimonios se damás valor a los episodios <strong>de</strong> perdón, <strong>de</strong>sacrificio, <strong>de</strong> compasión, <strong>de</strong> generosidadcon el compañero o incluso con el enemigo,que a las hazañas militares épicaso las historias <strong>de</strong> heroísmo. La fuerza <strong>de</strong>lperdón perdura en la memoria humana,quizá porque, en aquellas circunstancias,el perdón pudo llegar a ser algo heroico.Recuerdo un <strong>de</strong>talle. En abril <strong>de</strong> 1937,en el frente <strong>de</strong> Vizcaya, el monte Saibigainfue escenario <strong>de</strong> terribles combates.En días sucesivos, la cima cambió <strong>de</strong>manos hasta en seis ocasiones. La últimanº <strong>95</strong> | octubre 2011

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!