IV - Etimología y gramática en la Antigüedad tardía ... - InterClassica

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Etimología y gramática en la Antigüedad tardíarevelación de Dios en beneficio de su pueblo, sino también el patrón queconformaba la vida de dicho pueblo, desempeñaba un papel muy importante.Es precisamente en esa interpretación donde entra en juego la etimología.Aplicando los conocimientos adquiridos en las escuelas paganas, loscomentaristas cristianos recurrían a la gramática, en concreto a la prácticaetimológica, y a la retórica no para corregir los textos, sino para leerloscorrectamente. Se favorecía con ello la recuperación del sentido originario dela palabra de Dios y su verdadero entendimiento. La etimología ayudaba adesvelar la verdad divina de las Escrituras. En concreto su desarrollo estuvoligado estrechamente al de los nomina sacra, principal reto de los exegetascristianos durante los siglos II al V (cf. Amsler, 1989: 83). La explicación delos nomina sacra estaba autorizada por el evangelio de Mateo (cf. Curtius1981: 693 s.). Jerónimo dedicaría a esta cuestión el liber de nominibushebraicis.La búsqueda del sentido verdadero de los nombres nos recordaría alVarrón gramático-anticuario que con ayuda de la etimología intentaba nosólo recuperar la lengua de la época de los reyes sino los primeros tiemposde la ciudad. De un modo similar, los comentaristas cristianos con suindagación sobre el origen de los nombres intentaban llegar a comprender elorigen de la creación para así recobrar el origen de la realidad y del lenguaje.Las etimologías de los comentaristas cristianos tenían más carácterexegético que técnico. Los distintos exegetas reconocían la existencia de dosniveles diferentes de interpretación de las Escrituras, uno literal y otroespiritual. Aunque la etimología tenía cabida en ambos niveles, su empleovaría de unos autores a otros. A lo largo de los siglos se observa que, poco apoco, las figuras retóricas van ganando preeminencia sobre la etimología enestas cuestiones exegéticas (cf. Curtius, 1981: 78).En lineas generales se puede decir que la cultura cristiana modificó tansólo parcialmente los principios de la cultura pagana relativos a la etimología,incidiendo más en el plano cuantitativo, esto es, en la introducción de nuevostérminos, que en el sustancial y metodológico que permaneció estrechamente127

Concepto de etimologíaligado a la tradición clásica (cf. Ferrari, 1978: 27).La exégesis bíblica se difundió por Occidente en el siglo III. Losprimeros escritos exegéticos latinos datan de finales de ese siglo. Sinembargo, este tipo de literatura no se cultivó con interés hasta la segundamitad del siglo IV. Su práctica se llevaría a cabo tanto en las homilías comoen los comentarios destinados a la lectura. Los primeros exegetas latinos(Victorino de Pettau, Tertuliano, Hilario de Poitiers y Ambrosio) fueron muyalegóricos. Pero poco a poco se practicó una exégesis menos alegórica y másliteral. Una muestra de ello fue Mario Victorino, autor de conversión tardíaal cristianismo, c. 355, quien comentó por primera vez en lengua latina lascartas de Pablo. Y lo hizo de una forma ajena a la tradición patrística. Siguióen su comentario las normas de los comentarios escolares de autores clásicosexcluyendo por completo de ellos la interpretación alegórica (cf. Simonetti,1991: 1370; Hadot, 1971: 289 ss.). La exégesis cristiana en Occidentealcanzaría su cima en el siglo IV con dos autores, Jerónimo y Agustín.En las siguientes páginas intentaremos analizar cuál es el uso que dana la etimología estos dos exegetas y también Casiodoro 146 .5. 4. 1 - JerónimoJerónimo (347-419/20) se formó exegéticamente en Oriente con Dídimoy los libros de Orígenes. Sus primeras obras no fueron sino paráfrasis de loscomentarios del autor alejandrino. No obstante, poco a poco se fue distanciandode su maestro. Al parecerle excesivo el alegorismo practicado, no sólo porOrígenes, sino también por otros autores 147 , se replantearía la exégesis bíblicay se decantaría por una mayor atención al aspecto filológico y crítico, lo quelo llevaría a traducir del hebreo el Antiguo Testamento.Dio a su obra exegética la forma de comentario. En su ejecución fue fiela las concepciones gramaticales que había aprendido de Donato (cf. Jay,128

Etimología y gramática <strong>en</strong> <strong>la</strong> Antigüedad tardíareve<strong>la</strong>ción de Dios <strong>en</strong> b<strong>en</strong>eficio de su pueblo, sino también el patrón queconformaba <strong>la</strong> vida de dicho pueblo, desempeñaba un papel muy importante.Es precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> esa interpretación donde <strong>en</strong>tra <strong>en</strong> juego <strong>la</strong> etimología.Aplicando los conocimi<strong>en</strong>tos adquiridos <strong>en</strong> <strong>la</strong>s escue<strong>la</strong>s paganas, loscom<strong>en</strong>taristas cristianos recurrían a <strong>la</strong> gramática, <strong>en</strong> concreto a <strong>la</strong> prácticaetimológica, y a <strong>la</strong> retórica no para corregir los textos, sino para leerloscorrectam<strong>en</strong>te. Se favorecía con ello <strong>la</strong> recuperación del s<strong>en</strong>tido originario de<strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra de Dios y su verdadero <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to. La etimología ayudaba adesve<strong>la</strong>r <strong>la</strong> verdad divina de <strong>la</strong>s Escrituras. En concreto su desarrollo estuvoligado estrecham<strong>en</strong>te al de los nomina sacra, principal reto de los exegetascristianos durante los siglos II al V (cf. Amsler, 1989: 83). La explicación delos nomina sacra estaba autorizada por el evangelio de Mateo (cf. Curtius1981: 693 s.). Jerónimo dedicaría a esta cuestión el liber de nominibushebraicis.La búsqueda del s<strong>en</strong>tido verdadero de los nombres nos recordaría alVarrón gramático-anticuario que con ayuda de <strong>la</strong> etimología int<strong>en</strong>taba nosólo recuperar <strong>la</strong> l<strong>en</strong>gua de <strong>la</strong> época de los reyes sino los primeros tiemposde <strong>la</strong> ciudad. De un modo simi<strong>la</strong>r, los com<strong>en</strong>taristas cristianos con suindagación sobre el orig<strong>en</strong> de los nombres int<strong>en</strong>taban llegar a compr<strong>en</strong>der elorig<strong>en</strong> de <strong>la</strong> creación para así recobrar el orig<strong>en</strong> de <strong>la</strong> realidad y del l<strong>en</strong>guaje.Las etimologías de los com<strong>en</strong>taristas cristianos t<strong>en</strong>ían más carácterexegético que técnico. Los distintos exegetas reconocían <strong>la</strong> exist<strong>en</strong>cia de dosniveles difer<strong>en</strong>tes de interpretación de <strong>la</strong>s Escrituras, uno literal y otroespiritual. Aunque <strong>la</strong> etimología t<strong>en</strong>ía cabida <strong>en</strong> ambos niveles, su empleovaría de unos autores a otros. A lo <strong>la</strong>rgo de los siglos se observa que, poco apoco, <strong>la</strong>s figuras retóricas van ganando preemin<strong>en</strong>cia sobre <strong>la</strong> etimología <strong>en</strong>estas cuestiones exegéticas (cf. Curtius, 1981: 78).En lineas g<strong>en</strong>erales se puede decir que <strong>la</strong> cultura cristiana modificó tansólo parcialm<strong>en</strong>te los principios de <strong>la</strong> cultura pagana re<strong>la</strong>tivos a <strong>la</strong> etimología,incidi<strong>en</strong>do más <strong>en</strong> el p<strong>la</strong>no cuantitativo, esto es, <strong>en</strong> <strong>la</strong> introducción de nuevostérminos, que <strong>en</strong> el sustancial y metodológico que permaneció estrecham<strong>en</strong>te127

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