En Diálogo número 1. Revista Independiente de la Inmigración - Eapn

ENTREVISTA CONMANUEL ZAGIRRE CANOEn DiálogoRevista independiente de la inmigraciónNacido en Bacares (provincia de Almería) en 1947 a los quince años se afilia a la Unión SindicalObrera. Entre 1969 y 1971 ocupa la secretaría general en Cataluña de dicho sindicato, ydespués de ocupar el cargo secretario de Relaciones Políticas y Sindicales en la ejecutiva federal,en julio de 1977, fue elegido secretario general nacional, cargo que desempeña durante másde 25 años, hasta el 13 de abril de 2002 (VII Congreso de la USO). Desde octubre de 2001 esvicepresidente de la Confederación Mundial del Trabajo. El pasado 21 de junio participó en elEncuentro Internacional de marroquíes de Europa que se celebró en Tánger (Marruecos).¿Qué impresión tiene usted una vezha participado en este encuentro?Excelente. Me ha permitido conocer yparticipar de un proyecto luminosocomo es el de organizar esa inmensarealidad social, humana, política, yeconómica, que es la emigraciónmarroquí en Europa. Además, me hapermitido iniciar contactos con compañerosmilitantes de este universomarroquí que, además deenriquecerme perso comprobar,aunque someramente por la falta detiempo, la enorme potencialidad deMarruecos cuando se expresa enforma abierta, dinámica, plural, como loes ésta ciudad, volcada hacia su propioexterno, acogedora e integradora, perotambién se nota que muy comprometidacon su propio desarrollo ycrecimiento.¿Cree usted que este tipo de iniciativaspueden ayudar a romper estereotipostanto en la sociedadmarroquí como en la española?Por supuesto que sí. Los procesos deencuentro profundo, de conocimiento yaprecio mutuo, son siempre complicadosy a veces mucho más entrevecinos que tanto han compartido en eltranscurso de los siglos y en la actualidadcontemporánea. Los prejuicios sonlos peores obstáculos y enemigos dedichos encuentros. Por eso, reitero,esta idea del Foro Civil de los marroquíesen Europa me parece luminosaporque en una medida notable parte decompañeros y amigos marroquíes quellevan mucho tiempo en España yexpresan justamente esa capacidad deencuentro y de ausencia de prejuiciospropia de quien conoce y vive en lasdos orillas. No le oculto, no obstante,que estas luminosas iniciativas como elForo se ven muy afeadas ante ampliossectores de la sociedad marroquícuando comprobamos que las empresasespañolas en esta zona del nortede Marruecos .Pagan salarios de supervivencia o deexplotación. Sin la menor duda, desdeEspaña, ya sea en el trato a los marroquíesallí o al comportamiento demuchas empresas españolas aquí,hay que seguir haciendo un granesfuerzo para derribar los estereotiposy prejuicios a que se refería. Asimismo,las élites marroquíes, como el Foro,deben esforzarse por hacer ver yentender en Marruecos que la sociedadespañola en su conjunto no es sóloni fundamentalmente las empresas, lasautoridades o los salvajes que protagonizaronincidentes como el de El Ejidohace unos años.¿Qué valoración le merece el debateque existe en Marruecos sobre laregionalización y la democratización?Pues me parece de enorme interés ytranscendencia aunque se expresetodavía con una inevitable dosis deconfusión e incertidumbre. Como tuveocasión de decir en mi intervención enel Encuentro de Tánger, la Democraciareal no se condiciona necesariamentea una forma de Estado centralizado oregionalizado, a pesar de las aparienciasque puedan percibirse en Marruecossobre el proceso de transiciónespañola a la Democracia y la creacióndel Estado de las Autonomías, vistos launa y el otro como las dos caras de unamisma moneda.En absoluto; en España las cosasdebieron ser como fueron, con aciertosy errores, y en Marruecos deben sercomo la soberanía popular y nacionalmarroquí las determinen. Somospaíses distintos, hermanos aunquesoberanos, y no hay efecto miméticoalguno de la trayectoria o experienciahistórica o actual del uno sobre el otro.Por lo tanto, a mí me parece que losustantivo en Marruecos es la profundidady la calidad de la Democracia en elorden social, económico y humano, yno sólo en el orden político o en el de laarticulación del Estado. En mi intervenciónenfaticé mucho la metáfora de larelación entre el cuchillo y el pan. Elcuchillo es siempre un medio, uninstrumento; sirve para algo tan noblecomo partir y repartir el pan. Claro queel cuchillo puede servir para algo taninnoble como asesinar a alguien. Perolo más importante, sin lugar a dudas,es el pan, es decir, el trabajo, el crecimientoeconómico, la redistribución y lajusticia social, la erradicación de lapobreza y la marginación, la igualdadplena de las mujeres, el acceso a losbienes materiales básicos de la educación,la salud y el hábitat, también, porsupuesto, las libertades civiles, sindicalesy políticas, de culto, depensamiento, de expresión, etc.Dicho más claramente, el pueblo y lasociedad marroquí deben luchar prioritariamentepor la calidad y la cantidaddel pan. Sin descuidar el valor y laimportancia del cuchillo, no obstante.Que el Estado deba tener una configuraciónregionalizada o no, debe debatirsey decidirse en función y al serviciode la profundidad social,20