Escuelas de Tiempo Completo desde la perspectiva del Derecho a la Educación

ESCUELAS DE TIEMPO COMPLETO DESDE LA PERSPECTIVA DEL DERECHO A LA EDUCACIÓN
capacidad de las personas para el ejercicio de su libertad, vivir con dignidad y consolidar
comunidades basadas en la justicia. Es por ello que, “el derecho a la educación ha sido
definido como el epítome de los demás derechos humanos.”
Como se explicó anteriormente, la necesidad de educar en y para los derechos humanos se
expresa en la misma Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el artículo 26
reconoce tres dimensiones del derecho a la Educación:
La gratuidad y obligatoriedad.
El contenido o el tipo de educación a la que se tiene derecho.
El derecho preferente de los padres de escoger el tipo de educación para sus hijos.
La primera dimensión, la obligatoriedad y la gratuidad
son dos condiciones esenciales para garantizar la
exigibilidad de este derecho. El Estado debe asegurar
que todos reciban una educación elemental que
satisfaga las necesidades básicas de aprendizaje; es
decir, las competencias que las personas requieren
para aspirar a un despliegue de su vida, tanto en la
perspectiva de su desarrollo personal como en la de insertarse en el mundo laboral.
Esta primera dimensión de los derechos humanos se refleja en lo establecido en el artículo 3°
de Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, sin embargo, a consecuencia de
las reformas realizadas en 1992 a este artículo y de las disposiciones que emanan en el
Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica de 1992 se formula la Ley
General de Educación de 1993, la cual reglamenta el artículo 3° Constitucional con base en
elementos principales como el derecho del individuo a recibir educación, la obligación del
Estado a garantizar la educación primaria y secundaria en forma gratuita y laica, con el fin de
mejorar la calidad educativa a nivel nacional y el progreso técnico.
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