Sexualidades migrantes. Género y transgénero - Feminaria
Sexualidades migrantes. Género y transgénero - Feminaria Sexualidades migrantes. Género y transgénero - Feminaria
permiten evaluar la historia de la homosexualidad durante eseperíodo.Por su parte, Phillip Aries (1987) se refiere a la época en que lahomosexualidad se reconoce como enfermedad o perversión y lasitúa entre el siglo XVIII y comienzos del XIX. En esa época elhomosexual varón se asociaba con el travesti y con el paidófilo,criterio que según Pollak (1987) habría de modificarse en el siglo XX.En nuestro país, fueron los médicos quienes adhirieron a lacriminalización y judicialización de los homosexuales y por extensióna los travestis: se los clasificó como “invertidos” y se contó conla policía para detenerlos, sin que fuera necesario que produjesen“escándalo en la vía pública” o que se ofrecieran como prostitutos.El criterio persiste –es suficiente con recordar la batalla legaloriginada alrededor del Código de Convivencia sancionado por laLegislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires– aunque no selos denomine invertidos.En cualquiera de las descripciones jurídicas, o derivadas demedicina forense y legal, o de la psiquiatría, lo habitual reside enmarcar al que se considera homosexual pasivo –fuese travesti o no–respecto del que es considerado activo. A partir de esta diferenciaciónelemental solía avanzarse ideológicamente en la caracterizaciónde su delito o patología.El miedo hacia lo diferente, tomando como paradigma de lanormalidad la clasificación binaria hombre-mujer, comunmente seconvierte en actos agresivos, discriminatorios, y caracterizados porel odio hacia las víctimas.La espiritualidadLa defensa de todos los derechos de las personas transgénero,tal como la enuncié en trabajos anteriores (Giberti, E. 2002 et alter),reclama una cuidadosa enumeración que incluye desde los problemasque pueden encontrar en sus empleos tal como James Greenlo describió, hasta el uso de tarjetas de crédito. En este nivel, lacoalición de personas democráticas es imprescindible para habilitarlas prácticas que sean necesarias para denunciar las violaciones52 Giberti
de estos derechos y al mismo tiempo cuidar la difusión y esclarecimientodestinado a las comunidades.Esta postura no es antagónica con la evaluación de algunasconductas de algun@s transgénero, así como la utilización decategorías clínicas que permitan observar con criterio diagnósticolas estructuras psíquicas de las personas transgénero, diversas entresí. Las diferencias en la estructuración del psiquismo no parecenindicar la existencia de una modalidad común y compartida entrelas personas transgenéricas. En ellas es posible encontrar transtornosy modalidades depresivas, esquizoides, paranoides, histéricas y,por decirlo de alguna manera, también equilibrios convivenciales(esta última no es una categoría nosológica, pero resulta muy clarapara generalizar, criterio que, aunque peligroso, puede ser aclaratorio).Tal como sucede en los universos no-transgenéricos.Mi práctica clínica me permitió advertir una coincidenciaentre las personas homosexuales y transexuales con las quemantuve una relación profesional. Por otra parte, la revisiónbibliográfica me condujo a un aporte de Jed Chandler quedesemboca en la misma observación, y no por casualidad, cita almismo autor que yo había recordado al revisar mis apuntes clínicosdonde constan entrevistas con personas transgénero: Jan Morris.Escritor y periodista transexual, en su biografía 3 recuerda que,cuando tenía cinco años, se dio cuenta de que él debía ser una niñay no un varón. Este dato parecería ser sistemáticamente compartidopor las personas transgénero y remite a la interpretación psicoanalíticaque localiza en la temprana infancia los procesos identificatorioscon la madre. Pero no transcurre por ese andarivel etario lacoincidencia que quiero subrayar, sino la aparición, durante lasentrevistas o en alguno de las biografías escritas por transexuales,de un discurso que tiende hacia la espiritualidad. Es decir, no sólola marcación de una diferencia “por encima” de quienes no sontransgénero, asociada con una espiritualidad iluminada, sino laintervención divina en sus actos. Jan Morris, al referirse a su dobleexperiencia sexual la enlaza con sus viajes a Oriente y condescripciones que se asemejan a un deseo de iniciación. Sintetizasus experiencias mencionando una ‘higher path’, como la ‘trayectoriamás alta’ destinada a superar sexo y género como unaTransgéneros: síntesis y aperturas 53
- Page 1: SEXUALIDADES MIGRANTESGÉNERO Y TRA
- Page 4 and 5: Colección Temas ContemporáneosDia
- Page 6 and 7: natural de una asignación cultural
- Page 8 and 9: convivencia no sólo permiten aprec
- Page 10 and 11: I. Complejidad y ParadojasEn 1965,
- Page 12 and 13: de lo verdadero o lo falso, no refl
- Page 14 and 15: del barrio, andar en patines y en b
- Page 16 and 17: Leer Orlando era, estar en el prese
- Page 18 and 19: La imagen del pensamiento está lig
- Page 20 and 21: tienen como base un cuerpo humano,
- Page 22 and 23: verdadero, de lo normal y lo anorma
- Page 24 and 25: das masculinas o sea los testículo
- Page 26 and 27: “El problema es aminorado con cir
- Page 28 and 29: pensamiento habituado a dos sexos,
- Page 30 and 31: soporte en el que pasaría algo. [.
- Page 32 and 33: mía, y por otra los travestis que
- Page 34 and 35: grupo separado y no quieren se incl
- Page 36 and 37: social. Sostienen que es un movimie
- Page 38 and 39: también nos construimos” (más a
- Page 40 and 41: veces, en 1950 y en 1952, se conoci
- Page 42 and 43: En 1971 había sostenido: “el tra
- Page 44 and 45: épocas nos conduce a la antropolog
- Page 46 and 47: tema hermafroditismo como una dimen
- Page 48 and 49: un mínimo de 10.000 transexuales v
- Page 50 and 51: La transexualidad se instituyó com
- Page 54 and 55: experiencia de la que ell@s podría
- Page 56 and 57: equal civil rights and liberties fo
- Page 58 and 59: Hirschfeld, M.: Sexualpatology, cit
- Page 60 and 61: apropriaciones por parte del pensam
- Page 62 and 63: En relación al tratamiento, Benjam
- Page 64 and 65: mayor o menor medida: sociología;
- Page 66 and 67: naturaleza/cultura pero, en contras
- Page 68 and 69: definiciones colectivas de la femin
- Page 70 and 71: transexuales generalmente se articu
- Page 72 and 73: y el sexo se concibe como fijo. A p
- Page 74 and 75: como una mujer, por lo tanto debe s
- Page 76 and 77: clasificarse como “homosexual”
- Page 78 and 79: género. En tanto que el género se
- Page 80 and 81: 14Debo esta clarificación al Dr. J
- Page 82 and 83: 28Sosteniendo la tesis del conformi
- Page 84 and 85: Fernández, J. (2000): El travestis
- Page 86 and 87: Los sexos ¿son o se hacen?Diana Ma
- Page 88 and 89: gible de que macho y hembra son las
- Page 90 and 91: seguido, es desagregada seguidament
- Page 92 and 93: desde ninguna necesidad médica, si
- Page 94 and 95: salud de por vida, y el cruento apr
- Page 96 and 97: 2A partir de este momento, las cita
- Page 98 and 99: una construcción paranoica de Frie
- Page 100 and 101: constituido por la idéntica cualif
de estos derechos y al mismo tiempo cuidar la difusión y esclarecimientodestinado a las comunidades.Esta postura no es antagónica con la evaluación de algunasconductas de algun@s transgénero, así como la utilización decategorías clínicas que permitan observar con criterio diagnósticolas estructuras psíquicas de las personas transgénero, diversas entresí. Las diferencias en la estructuración del psiquismo no parecenindicar la existencia de una modalidad común y compartida entrelas personas transgenéricas. En ellas es posible encontrar transtornosy modalidades depresivas, esquizoides, paranoides, histéricas y,por decirlo de alguna manera, también equilibrios convivenciales(esta última no es una categoría nosológica, pero resulta muy clarapara generalizar, criterio que, aunque peligroso, puede ser aclaratorio).Tal como sucede en los universos no-transgenéricos.Mi práctica clínica me permitió advertir una coincidenciaentre las personas homosexuales y transexuales con las quemantuve una relación profesional. Por otra parte, la revisiónbibliográfica me condujo a un aporte de Jed Chandler quedesemboca en la misma observación, y no por casualidad, cita almismo autor que yo había recordado al revisar mis apuntes clínicosdonde constan entrevistas con personas transgénero: Jan Morris.Escritor y periodista transexual, en su biografía 3 recuerda que,cuando tenía cinco años, se dio cuenta de que él debía ser una niñay no un varón. Este dato parecería ser sistemáticamente compartidopor las personas transgénero y remite a la interpretación psicoanalíticaque localiza en la temprana infancia los procesos identificatorioscon la madre. Pero no transcurre por ese andarivel etario lacoincidencia que quiero subrayar, sino la aparición, durante lasentrevistas o en alguno de las biografías escritas por transexuales,de un discurso que tiende hacia la espiritualidad. Es decir, no sólola marcación de una diferencia “por encima” de quienes no sontransgénero, asociada con una espiritualidad iluminada, sino laintervención divina en sus actos. Jan Morris, al referirse a su dobleexperiencia sexual la enlaza con sus viajes a Oriente y condescripciones que se asemejan a un deseo de iniciación. Sintetizasus experiencias mencionando una ‘higher path’, como la ‘trayectoriamás alta’ destinada a superar sexo y género como unaTransgéneros: síntesis y aperturas 53