Sexualidades migrantes. Género y transgénero - Feminaria

Sexualidades migrantes. Género y transgénero - Feminaria Sexualidades migrantes. Género y transgénero - Feminaria

dianamaffia.com.ar
from dianamaffia.com.ar More from this publisher
13.07.2015 Views

menos) del bien común”. Ver: Alejandra Ciriza, “Democracia yciudadanía de mujeres. Encrucijadas teóricas y políticas”, AtilioBorón, comp., Teoría y filosofía política, Buenos Aires, CLACSO-EUDEBA, 1999; Michael Walzer, Ibidem.15Ver Silvia Delfino, “Desigualdad y diferencia”, en la revistaDoxa. Cuadernos de Ciencias Sociales, Año 9, N o 18, BuenosAires, verano de 1998 y Flavio Rapisardi, “Estudios Culturales: unacartografía”, El Grito. Revista de Cultura, Año 1, N o 1, Buenos Aires,enero de 1999.16Ver Judith Butler, Gender Trouble, New York, Routledge1990.17Uno de los debates más prolíficos en torno a este problemafue el planteado por Judith Butler y Nancy Fraser, Social Text 52/53, N os 3 y 4, Duke University Press, otoño-invierno de 1997.18Ernesto Laclau y Chantal Mouffe abordan la noción deantagonismo, en tanto “principio de amenaza”, como aquello queconstituye al sujeto. La amenaza del otro funciona como el exteriorconstitutivo que niega/positiviza. Ver E. Laclau, Emancipación ydiferencia, Buenos Aires, Ariel, 1996.19Este enfoque fue planteado, tempranamente y previamenteal postestructuralismo, en el ámbito de la “política de la diferencia”,por las feministas socialistas y gays de izquierda. Desde estaperspectiva se criticó la existencia de identidades preconstituidas yde mapas del reparto social en función de las mismas. Por ejemplo,Sheila Rowbotham propone no reificar la diferencia sexual comoinstancia decisiva de una política emancipatoria feminista, y GuyHocquenghem rechaza la constitución de un tercer género identitariogay, en tanto considera esta intención como una estrategialiberal restrictiva y no emancipatoria. En la Argentina, también aprincipios de los ‘70, Néstor Perlongher llamaba a liberar a lahomosexualidad, no a los homosexuales a la idea de una “identidadgay”. Ver, entre otros/as, para la cuestión de género,Rowbotham, Sheila. “Lo malo del patriarcado” y Alexander Sally yTaylor Barbara. “En defensa del patriarcado”, Historia Popular yTeoría Socialista, Barcelona, Grijalbo, 1984. Para la cuestión deidentidad sexual ver: Hocqueghem Guy. Homosexualidad y sociedadrepresiva, Buenos Aires: Psicoteca, 1973. Perlongher Néstor.114 Rapisardi

“La batalla homosexual en la Argentina”, reportaje del SemanarioAsí del 3 de julio de 1973, Prosa Plebeya, Ferrer C. y Baigorria O.comps., Buenos Aires, Colihue, 1997.20Por ejemplo, los reclamos de las denominadas “sidentidades”o “personas que conviven con vih” no proponen la instauración deservicios específicos, sino que critican los precarios sistemas desalud pública, en tanto señalan la distancia que existe entre lasprestaciones existentes y los conocimientos presentados en congresospor parte de las corporaciones médicas y laboratorios multinacionales.21Aquí se debe diferenciar entre “experiencias autentificadoras”y “experiencias materiales de la desigualdad”. En relación a lasegunda, Silvia Delfino sostiene: “...se concibe al antagonismocomo una materialidad que puede tener, en un momento históricoespecífico, el aspecto de una diferencia cultural, étnica, religiosa,genérica, generacional o de orientación sexual en tanto experienciaconcreta de la desigualdad”. Ver Delfino S. “Género y regulacionesculturales”, Las marcas del género en la cultura, Forastelli F.y Triquell X. comps., Córdoba, Centro de Estudios Avanzados dela U.N.C., 1999.22Delfino, S. Ibid. Ver Williams R. Problems of Materialism,Londres: Verso, 1987. Thompson, E. P. La formación histórica de laclase obrera, Barcelona, Laia, 1987.23El concepto de “experiencia autentificadora” resulta problemáticoen relación con la configuración de identidades. En torno aesta categoría existe un debate entre fenomenólogos ypostestructuralistas. Para estos últimos la experiencia es siempre elresultado de la interacción discursiva, por lo que la misma nuncapuede ser fundadora de conocimiento y carece de “papel formativo”.En este sentido, no existe una “experiencia de las mujeres” o“una experiencia lésbica”, en tanto estas son resultado de lainteracción sociosimbólica que excede al colectivo en cuestión. Estedebate es desarrollado, desde una defensa de la fenomenología,por Alcoff, Linda M. “The Politics of Postmodernism Feminism,Revisited”, Cultural Critique N o 36, 1997.24Este modo de reparto jerarquizante de los espacios socialeses propio del multiculturalismo que puede ser entendido como unaRegulaciones políticas: identidad, diferencia y desigualdad 115

menos) del bien común”. Ver: Alejandra Ciriza, “Democracia yciudadanía de mujeres. Encrucijadas teóricas y políticas”, AtilioBorón, comp., Teoría y filosofía política, Buenos Aires, CLACSO-EUDEBA, 1999; Michael Walzer, Ibidem.15Ver Silvia Delfino, “Desigualdad y diferencia”, en la revistaDoxa. Cuadernos de Ciencias Sociales, Año 9, N o 18, BuenosAires, verano de 1998 y Flavio Rapisardi, “Estudios Culturales: unacartografía”, El Grito. Revista de Cultura, Año 1, N o 1, Buenos Aires,enero de 1999.16Ver Judith Butler, Gender Trouble, New York, Routledge1990.17Uno de los debates más prolíficos en torno a este problemafue el planteado por Judith Butler y Nancy Fraser, Social Text 52/53, N os 3 y 4, Duke University Press, otoño-invierno de 1997.18Ernesto Laclau y Chantal Mouffe abordan la noción deantagonismo, en tanto “principio de amenaza”, como aquello queconstituye al sujeto. La amenaza del otro funciona como el exteriorconstitutivo que niega/positiviza. Ver E. Laclau, Emancipación ydiferencia, Buenos Aires, Ariel, 1996.19Este enfoque fue planteado, tempranamente y previamenteal postestructuralismo, en el ámbito de la “política de la diferencia”,por las feministas socialistas y gays de izquierda. Desde estaperspectiva se criticó la existencia de identidades preconstituidas yde mapas del reparto social en función de las mismas. Por ejemplo,Sheila Rowbotham propone no reificar la diferencia sexual comoinstancia decisiva de una política emancipatoria feminista, y GuyHocquenghem rechaza la constitución de un tercer género identitariogay, en tanto considera esta intención como una estrategialiberal restrictiva y no emancipatoria. En la Argentina, también aprincipios de los ‘70, Néstor Perlongher llamaba a liberar a lahomosexualidad, no a los homosexuales a la idea de una “identidadgay”. Ver, entre otros/as, para la cuestión de género,Rowbotham, Sheila. “Lo malo del patriarcado” y Alexander Sally yTaylor Barbara. “En defensa del patriarcado”, Historia Popular yTeoría Socialista, Barcelona, Grijalbo, 1984. Para la cuestión deidentidad sexual ver: Hocqueghem Guy. Homosexualidad y sociedadrepresiva, Buenos Aires: Psicoteca, 1973. Perlongher Néstor.114 Rapisardi

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!