Kardaberaz Aitari Om.. - Euskerazaintza

«Los vascos han sido considerados siempre como un pue-» blo eminentemente religioso. De una religiosidad seria» y profunda, que calaba en lo hondo de las costumbres,» sin perderse en la hojarasca de las manifestaciones» externas, que con frecuencia revisten un carácter casi»diríamos folklórico.» Incluso se ha llegado a insinuar por algunos autores,»y la advertencia se repite con ligera facilidad, que» la religiosidad vasca en su seriedad, en su tendencia» a considerar los aspectos más duros de la religión,»presenta cierto tinte de jansenismo. Quizá el hecho» de haber sido vasco el patriarca del jansenismo... el» célebre abate de Saint-Cyran, ha contribuido a ello.» Sin embargo, podemos afirmar rotundamente, y sin» miedo a equivocaciones, que nada tiene de jansenista» la devoción vasca. Prueba clara de ello tenemos en»la rapidez con que se propagó entre nosotros el tí-» pico culto antijansenista, la devoción al Sagrado Co-» razón de, Jesús, que por primera vez en España se» predicó en la Iglesia de San Antón, y el lugar pre-» ferente que ocupó inmediatamente en la vida religiosa» de nuestros mayores.» Lo que ocurría es que el pueblo vasco comprendía» que la religión es asunto serio y la vivía con serie-» dad, con esa seriedad característica suya que a mu-» chos autores clásicos parecíera taciturnídad. Por ello,» para entender la vida pasada del pueblo vasco, no» puede prescindirse de su vivir religioso.»geroxego oraindik:«En la religiosidad vasca pesan mucho los Novísimos,» y ello no es ningún defecto. Pero ellos no absorben» todo. Hemos mencionado antes el florecimiento que» alcanzó entre nosotros el culto al Sagrado Corazón,» que es culto de la confianza y del amoŕ. No sólo se» divulgó, sino que penetró en el pueblo fiel,» (19).