Fontanarrosa, Roberto – El mundo ha vivido equivocado - Lengua ...

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13.07.2015 Views

Fontanarrosa, Roberto El mundo ha vivido equivocado y otros cuentosrabioso. Yo decía que la tenía en la pinche negrura de oscuridad como monja de clausuraporque el quelonio se me cimbraba de los nervios y las ataduras de las arterias.Al bocinazo de la largada ya nomás la liebre pajona me le sacó 20 varas a miquelonio que venía pisando tejo y retejo con lindo ritmo de marinera. Pero a los 40 miPlatanera le husmeaba el culo a la pajona y le zapateaba un mandoble y retintín puyangosobre las ancas, y si viera usted, compadre, los carantones empalidecidos de los costerosy los negrazos bembones melé y chincheros que habían jugado sus moneditas a lapajona. ¿Qué se paró la liebre en algún momento? ¿Qué se entretuvo en grupines esapajona mientras corría? Ni para mear, compadre. Rosca y caldera, que era un cuetazomadre la leporina. Pero ya le dije que mi quelonio no era de achuchar con la boya y sobrelos 150 le quebró el paso a la pupila del Bomba y pasó a ganar pinche coraje. Perofaltando 30 nomás la liebraza metió pelota, arrugó oreja, y no sé cómo no reventó calderapero pasó de nuevo al frente y ganó por el hocico, que me la caga pinche boliche cada vezque me acuerdo, compadre. Había perdido todo, compadre. Había quedado más seco quetortilla de carcamela. Y el "Batelera" Calaña que me la tenía prometida y pesada, no delas pavas, mi alma."Pero al rato viene el Bomba Barbacuñado y me pide que le pase la método deentrenamiento que yo había repicado para el quelonio. Se había quedado con los ojos deespanto por el suceso, se pasó la carrera a culo mordido admirando a la Platanera y elnegro zambo quebracho quería saber cómo había hecho yo para lograr ese cuetazo. 'Noes gratis el jamón del puerco' le dije yo, y le dije que no podía decirle cuál era el métodoque había gastado porque era un pinche secreto que venía bajando de antaño y era elorgullo de la escudería. Pero que podía venderle a la Platanera si había platita y de la queduele. Bomba Barbacuñado me compró el quelonio en buena cifra."Yo pagué mis horqueras, limpié el cañazo, y todavía tuve monedas paracomprarme una bicicleta de canastera. Platanera corrió incluso varias disparadas para elBomba y mal no anduvo, compadre. Después ya las viejas y los curados renegados detragos tardos, los borrachitos de Mimbrería, los que hablan de puro calzones amplios ymajaretes empezaron a contar mil historias sobre la carrera entre mi Platanera y laliebre. Hasta escuché decir que había ganado la Platanera de narigada. Pero la verdadque sirve, la de la piedra, compadre, fue que ganó la pajona de raye y moco sobre eltimbrazo le digo. Esa es la verdad. Fue marinera la tortuguita. ¡Bachicha madre elquelonio! Pero para que una tortuga le refile el fieltro a una liebre pajona... ¡Pingacostura! difícil que me lo veo, compadre...33

<strong>Fontanarrosa</strong>, <strong>Roberto</strong> <strong>–</strong> <strong>El</strong> <strong>mundo</strong> <strong>ha</strong> <strong>vivido</strong> <strong>equivocado</strong> y otros cuentosrabioso. Yo decía que la tenía en la pinche negrura de oscuridad como monja de clausuraporque el quelonio se me cimbraba de los nervios y las ataduras de las arterias.Al bocinazo de la largada ya nomás la liebre pajona me le sacó 20 varas a miquelonio que venía pisando tejo y retejo con lindo ritmo de marinera. Pero a los 40 miPlatanera le husmeaba el culo a la pajona y le zapateaba un mandoble y retintín puyangosobre las ancas, y si viera usted, compadre, los carantones empalidecidos de los costerosy los negrazos bembones melé y chincheros que <strong>ha</strong>bían jugado sus moneditas a lapajona. ¿Qué se paró la liebre en algún momento? ¿Qué se entretuvo en grupines esapajona mientras corría? Ni para mear, compadre. Rosca y caldera, que era un cuetazomadre la leporina. Pero ya le dije que mi quelonio no era de achuc<strong>ha</strong>r con la boya y sobrelos 150 le quebró el paso a la pupila del Bomba y pasó a ganar pinche coraje. Perofaltando 30 nomás la liebraza metió pelota, arrugó oreja, y no sé cómo no reventó calderapero pasó de nuevo al frente y ganó por el hocico, que me la caga pinche boliche cada vezque me acuerdo, compadre. Había perdido todo, compadre. Había quedado más seco quetortilla de carcamela. Y el "Batelera" Calaña que me la tenía prometida y pesada, no delas pavas, mi alma."Pero al rato viene el Bomba Barbacuñado y me pide que le pase la método deentrenamiento que yo <strong>ha</strong>bía repicado para el quelonio. Se <strong>ha</strong>bía quedado con los ojos deespanto por el suceso, se pasó la carrera a culo mordido admirando a la Platanera y elnegro zambo quebracho quería saber cómo <strong>ha</strong>bía hecho yo para lograr ese cuetazo. 'Noes gratis el jamón del puerco' le dije yo, y le dije que no podía decirle cuál era el métodoque <strong>ha</strong>bía gastado porque era un pinche secreto que venía bajando de antaño y era elorgullo de la escudería. Pero que podía venderle a la Platanera si <strong>ha</strong>bía platita y de la queduele. Bomba Barbacuñado me compró el quelonio en buena cifra."Yo pagué mis horqueras, limpié el cañazo, y todavía tuve monedas paracomprarme una bicicleta de canastera. Platanera corrió incluso varias disparadas para elBomba y mal no anduvo, compadre. Después ya las viejas y los curados renegados detragos tardos, los borrachitos de Mimbrería, los que <strong>ha</strong>blan de puro calzones amplios ymajaretes empezaron a contar mil historias sobre la carrera entre mi Platanera y laliebre. Hasta escuché decir que <strong>ha</strong>bía ganado la Platanera de narigada. Pero la verdadque sirve, la de la piedra, compadre, fue que ganó la pajona de raye y moco sobre eltimbrazo le digo. Esa es la verdad. Fue marinera la tortuguita. ¡Bachic<strong>ha</strong> madre elquelonio! Pero para que una tortuga le refile el fieltro a una liebre pajona... ¡Pingacostura! difícil que me lo veo, compadre...33

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