Fontanarrosa, Roberto – El mundo ha vivido equivocado - Lengua ...
Fontanarrosa, Roberto – El mundo ha vivido equivocado - Lengua ... Fontanarrosa, Roberto – El mundo ha vivido equivocado - Lengua ...
Fontanarrosa, Roberto – El mundo ha vivido equivocado y otros cuentosEl siervo, cuyo nombre desconozco, se había partido el cráneo al caer a tierrajunto con el dragón. Por otra parte sus piernas estaban quemadas hasta el hueso por losefectos de la respiración del animal. No hubiese servido entonces para el trabajo.Faenamos el animal, la cola se repartió entre los perros, las patas, magras encarne y fibrosas, fueron para los siervos, y varios se llevaron aletas dorsales comorecuerdos. A mí por el lanzazo en el pecho me correspondió una oreja y Arturo, porsupuesto, que no hizo absolutamente nada, se quedó, con el cogote y la cabeza para sucomedor personal.El insoportable del Príncipe Valiente sobrevivió a los golpes a pesar de variasfracturas y un principio de conmoción cerebral que, lamentablemente, no fue grave. Metemo que con el tiempo, el cantar de los trovadores vaya confundiendo al responsable dela asfixia del dragón con el joven Val. Siempre tiene más éxito una gesta que hable de unesbelto príncipe que una que narre la acción de un sucio siervo. La tradición oral nosuele ser muy fiel con el paso de los años.De mí, seguramente, ningún trovador cantará nada, dado que no soy muy afecto ainvitar a los trovadores ni a darles banquetes en su honor a esos muertos de hambre.Cuando volvíamos al castillo, el maricón del Caballero Negro se acercó y me dijo:"Llegará un día en que no queden dragones sobre la tierra".Lo miré y no le contesté nada. Siempre me elige a mí para venir a hacer esoscomentarios afeminados. Seguro que a Val no se le acerca por temor a que Ivanhoe seentere.114
- Page 178: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 182: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 186: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 190: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 194: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 198: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 202: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 206: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 210: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 214: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 218: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 222: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 226: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 232: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 236: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 240: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 244: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
- Page 248: Fontanarrosa, Roberto - El mundo ha
<strong>Fontanarrosa</strong>, <strong>Roberto</strong> <strong>–</strong> <strong>El</strong> <strong>mundo</strong> <strong>ha</strong> <strong>vivido</strong> <strong>equivocado</strong> y otros cuentos<strong>El</strong> siervo, cuyo nombre desconozco, se <strong>ha</strong>bía partido el cráneo al caer a tierrajunto con el dragón. Por otra parte sus piernas estaban quemadas <strong>ha</strong>sta el hueso por losefectos de la respiración del animal. No hubiese servido entonces para el trabajo.Faenamos el animal, la cola se repartió entre los perros, las patas, magras encarne y fibrosas, fueron para los siervos, y varios se llevaron aletas dorsales comorecuerdos. A mí por el lanzazo en el pecho me correspondió una oreja y Arturo, porsupuesto, que no hizo absolutamente nada, se quedó, con el cogote y la cabeza para sucomedor personal.<strong>El</strong> insoportable del Príncipe Valiente sobrevivió a los golpes a pesar de variasfracturas y un principio de conmoción cerebral que, lamentablemente, no fue grave. Metemo que con el tiempo, el cantar de los trovadores vaya confundiendo al responsable dela asfixia del dragón con el joven Val. Siempre tiene más éxito una gesta que <strong>ha</strong>ble de unesbelto príncipe que una que narre la acción de un sucio siervo. La tradición oral nosuele ser muy fiel con el paso de los años.De mí, seguramente, ningún trovador cantará nada, dado que no soy muy afecto ainvitar a los trovadores ni a darles banquetes en su honor a esos muertos de <strong>ha</strong>mbre.Cuando volvíamos al castillo, el maricón del Caballero Negro se acercó y me dijo:"Llegará un día en que no queden dragones sobre la tierra".Lo miré y no le contesté nada. Siempre me elige a mí para venir a <strong>ha</strong>cer esoscomentarios afeminados. Seguro que a Val no se le acerca por temor a que Ivanhoe seentere.114