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Fontanarrosa, Roberto – El mundo ha vivido equivocado - Lengua ...

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<strong>Fontanarrosa</strong>, <strong>Roberto</strong> <strong>–</strong> <strong>El</strong> <strong>mundo</strong> <strong>ha</strong> <strong>vivido</strong> <strong>equivocado</strong> y otros cuentosaceptar la modificación de los motivos que <strong>ha</strong>cen que él deba alejarse de Rusia!—Vamos por partes. Vamos por partes —se rearmó Lacarra Grey, adoptando unapostura de oración litúrgica, buscando la mejor explicación—. Por supuesto y usted estáde acuerdo, me alegra, que un científico era un elemento demasiado frío para nuestrasnecesidades. Un domador, un domador de focas, siempre obtiene una mayoridentificación en la platea cinematográfica...—¿Quién no <strong>ha</strong> visto alguna vez un domador de focas? —se preguntó MenéndezJoya.—Y en cuanto a los motivos —prosiguió Lacarra Grey— compréndame que ladivergencia ideológica que lleva al protagonista a huir de Rusia, es quizás demasiadocomplicada, demasiado fina, demasiado sesuda para el espectador común. Hay que estarmuy empapado en las filosofías políticas para entenderlo. Hay que saber mucho delSoviet, del proletariado. Y eso hubiese sido arriesgar a meterse ya en una cosa altamentecomprometida y ¿quién sabe si no? ir a parar en un panfleto.—¡Pero señor mío! —tronó Kaseusku—. <strong>El</strong> protagonista comprende que no puededesarrollar su intelecto científico en la Rusia Comunista. Decide huir de Rusia. ¡Y suesposa queda como rehén del Partido y finalmente muere aherrojada en Siberia! ¿Quétiene eso de complejo? ¿Qué tiene de difícil?—Maestro, maestro —contemporizó Lacarra Grey— observe qué cruel. Quéanécdota cruel la suya, la de su libro...—¡Es que no se trata de un capricho, señor —pareció que se pondría de pieKaseusku —porque eso no es sólo ficción! Mi libro está inspirado en la realidad. En cosasque les <strong>ha</strong>n pasado a conocidos míos. Y a mí, personalmente. ¡Y exijo respeto a mipasado!—¡Ni <strong>ha</strong>blar de eso! —se ofendió Lacarra Grey—. Puedo jurarle, profesor, quelagrimeaba como una criatura cuando leí su libro. Por algo fue que elegimos su novelapara llevarla a la pantalla. Pero así y todo la historia de la mujer nos parecía demasiadodura. La variamos por algo más ágil. <strong>El</strong> protagonista tiene relaciones clandestinas conuna ecuyére, que es la querida de un alto comisario soviético. Este se entera y jura mataral protagonista que debe huir entonces, apresuradamente, alcanzando sólo a llevarse asu foca predilecta, Denise.—¿Vio usted a la foca en la película? —preguntó Menéndez Joya—. Una maravilla.Una maravilla.—La mujer del protagonista, entonces —prosiguió Lacarra Grey— se queda enRusia. Pero no va a parar a la Siberia. Despec<strong>ha</strong>da, ya que se <strong>ha</strong> enterado de la relaciónde su marido con la ecuyére, se va a vivir con un astro del fútbol soviético. Lo que nos daocasión de incluir esos seis minutos del partido de fútbol donde el público delira. Eso esidioma cinematográfico. Es el mismo problema resuelto de otra forma.Sí —barbotó el literato— pero en mi novela el protagonista huye a Finlandia,donde pasa ocho años viviendo en la taiga, en una casuc<strong>ha</strong> de cañas, donde continúasus estudios sobre la vivisección de los arácnidos y desde donde comienza a investigarqué <strong>ha</strong> sido de la suerte de su pequeña hija Pavlova.—Sí —refrendó Lacarra Grey— Alexandra, en la película. Bueno, ahí ya entranproblemas de producción. De eso también <strong>ha</strong>blamos antes de firmar el contrato,profesor. Encontrar un sitio similar a la taiga nos llevaba una eternidad y un drenaje dedinero que hubiese elevado los costos de la película a picos inalcanzables. Por eso nosdecidimos por Río de Janeiro. Que por otra parte, para qué nos vamos a engañar, es másdivertido que la taiga. Nos pareció de más sustancia, de más peso conceptual que elprotagonista huyera a Río de Janeiro con su foca amaestrada, triunfando ambos allícomo pasistas en la comparsa "Maracangal<strong>ha</strong>". Deberá reconocerme que las escenas delcarnaval de Río son casi el punto más alto de la película. Luego viene el encuentro delprotagonista con su hija. En su libro, la hija <strong>ha</strong> logrado salir de Rusia y vive en Angora,Turquía, empleada en una compañía telefónica. Bueno, con Turquía nos pasaba lomismo que con Finlandia. Problemas insalvables de producción. Por otra parte, casi no104

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