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— 53 —Miéntras la administracion descansaba en laquimérica esperanza de que las medidas tomadascontra los chinos tendrian un éxito completo,la revolucion de éstos se organizaba, no sdloen Batavia, sino hastamucho mâs léjos. Al caboestalld repentinamente, â pesar de la incredulidadde algunos miembros del Consejo. El Gobernadorgeneral salid de su letargo el 26 de Setiembrede 1740, cuando se Ie comunicd la noticia deque la rebelion y armamento de los chinos se manifestabaen todos los puntos, y que numerosasreuniones amenazaban â la ciudad, que â pocosmomentos se vid atacada por todos lados.En medio de esta inesperada crisis se tomaronmedidas un tanto eficaces para defenderse de losagresores. Los consejeros del gobierno de la colonia,baron Van-Imheff y Mauricio Van-Aarden,fueron provistos, â peticion suya, de los poderesy medios necesarios para defender la ciudad enaquel extremo. Ayudados de las tropas disponibles, de la guardia urbana y de los empleadosarmados, lograron poner expeditas las comunicacionescon el campo é intimidar â los chinosreunidos en la ciudad, que se disponian â auxiliarâ sus companeros de las afueras. El pusilânimegobernador Valckenier, habiendo reunidoel Consejo, propuso la cuestion de si seria con-5.