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— 302 —ejercian. Las freouentes hostilidades entre Pontianaky Sambas, su estado continuo de alarma,de agitacion, y mâs principalmente la conductaturbulenta de la poblacion china, amenazabansumergir estos dominios en la anarquia. Los principes, sin tornar en cuenta las lecciones de la experiencia,y contra lo estipulado en los tratadoscelebrados con la Compaflia, habian tolerado enellos el frecuente desembarco de chinos, y su numerohabiase aumentado de un modo tan alarmantepara la conservation de su autoridad, queno se encontraban ya en estado de oponerles resistencia.Asi fué que vieron regresar con satisfactionentre ellos â las autoridades holandesas yâ la expedicion armada que las condujo en 1848,cuando de nuevo tomaron posesion de los dere^chos que correspondianâ la Holanda en aquellasapartadas regiones.Los nuevos contratos celebrados con SambasMampanwa, Pontianak y Matan sirvieron paraasegurarse el ejercicio de su soberania sobre aquellaparte de Borneo. Con todo, el Gobierno holandesse vid tambien colocado en una situationmuy embarazosa y difitil, respecte â la inmensapoblacion china, poco dispuesta â acomodarse ysujetarse â sus leyes. Venciendo graves dificultades,por causa de la insubordinacion de los chi-