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lu —co buques. El objeto de la expedicion era peiietrar por elestrecho de Magallanes en el Océano Pacifico, descubrir tierras, comerciar con los indios, y haeer la guevra al rey deEspana, que procuraba por todos los meJios reducir los holandesesâ su obediencia.La escuadrilla, despues de haber perdido à su almirante yvarios marinos, que murieron de resultas de una liebre devoradora,hallóse, el 6 de Abril de 1599, à la altura del estrechode Magallanes ; tardé cinco meses en atravesarle. Jamaseste peligroso paso habia visto tantos y tan grandes bajeles.El ü'io y el hambre diezmaban la tripulacion. No tenianque corner sino focas, almejas, caracoles, y se disputabanun penguino ó pâjaro bobo, salado. En tan horroroso estado,azotados por las tempestades y.próximos a perecer, colmadosde trabajos y privacioncs, los oficiales superiores seaseguraron por este solemne juramento : « Juramos que ni»los peligros, ni los padecimientos, ni el temor nos obliga-»rân à empefiar nada contrario al honor de la patria y à los»iutereses de nuestro viaje ; juramos asimismo no omilir nada»para establecer el poder neerlandes en los paises que suini-»nislran al rey de Espana todos esos tesoros, con los cuales»nos ha hccho tan larga é injusta guerra. »En la mar del Sur se dispersaron los cinco navios. Sebaldde Weert, uno de los comandantes, carecia de viveres, àpesar de la mortalidad que se habia declarado entre sus marineros.Habia perdido y a el piloto y el carpintero; las chalupasestaban inserviblcs, los màsliles rolos, las vêlas destrozadas,y sin embargo, el comandante creyôse obligado à seguirâ la escuadra. Mas los vientos le contrariaron, y la tripulacionprorumpiô en murmullos, exigiendo ordenase el regreso.El comandante le habló del juramento prestado, y de ladeshonra que les traeria abandonar en pleno estio al Almirante,despues de haber sobrellevado durante todo el inviernotantos trabajos por seguirle. Mas viendo que de nada Serviansus razonamientos, les dijo : « No puedo impediros re-