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_ i _y dilatadas regiones coslase mucha sangre, comotodas las conquistas, porque la iiistoria ticne aün suspaginas escritas con sangre, aquella posesion llevabaà cumplimiento un designio del Eterno. Derribadoslos idolos, objeto de adoracion de los pueblosaniericanos ; suavizadas sus coslumbres ; cchada enaquella lierra virgen la semilla de una civilizacion,que habia de prevalecer, andando el tiempo, consuraadaslas casi fabulosas epopeyas de las conquislasde Méjico y el Peru, los pueblos de la vieja Europase lanzaban, movidos de vin secrelo impulso, à nuevosdcscubrimientos y conquislas en aquellos procelososmares. Los Portugueses y espanoles primcro,y despucs los inglescs y holandeses, arribaron à lascostas de las Indias Orientales y â los innumerablesarchipiélagos occanicos, exlendiendo por aquellasremotas regiones el impcrio de la cultura. La grjndeobra continuo sin interrupcion. El Evangelio, consus dulzuras y esperanzas, sucede à la idolalria, alfalalismo y al culto de la materia, y no esta muyremoto el dia en que la civilizacion se habrà exlendidopor igual en toda la tierra.Jastificadas estân, pues, las invasionesquc llevanla cultura al seno de la barbarie, y la verdad â lasmansiones del error. Y puesto que como quiera quesea, es un hecho que se verifican, cumple â las nacionescolonizadoras organizar sus conquistas de una