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60 ESPAÑA EN PARÍSal progreso como a la tradición. Ante el ritmo vertiginoso de cambios y la aceleracióndel ritmo de vida el hombre siente el profundo deseo de asirse al pasado, necesita ser uneslabón de la cadena histórica, reteniendo el pasado con objeto de no desarraigarse. Porello, las exposiciones universales sintetizan los inventos considerados decisivos en lahistoria del progreso de la humanidad y a su lado se introducen objetos ajenos a eseprogreso, como antigüedades, colecciones etnográficas u obras de arte.Las exposiciones universales son en sí mismas un museo efímero pero, a su vez,generan museos permanentes. La Exposición de 1851 en Londres da lugar al SouthKensington Museum, la colección de objetos etnográficos de pueblos no europeospresentados en las salas de Trocadero y en el Palacio de la Industria de 1878 genera elMusée d’Ethnographie con sede en el mismo Trocadero y tras la clausura de laExposición Internacional Panamá-Pacífico de 1915 en San Francisco gran parte de lacolección etnográfica se dona a la Universidad de California, integrando en laactualidad los fondos del Lowie Museum of Antropology de Berkeley.En otras ocasiones, parte de las colecciones presentadas en la exposición seintegran en los fondos de museos ya existentes. La repatriación de los productospresentados en la exposición recae sobre la nación propietaria, por lo que ésta procuraen lo posible que su colección no regrese al país. Para reducir gastos se subastan losobjetos o son cedidos a instituciones del país anfitrión. Es el caso de la colección demonumentos arquitectónicos de España presentada en la Exposición Universal deFiladelfia en 1876, que acaba siendo depositada en el Museo de Bellas Artes dePensilvania y en los fondos de la Escuela de Artes Industriales, donde también ingresanlos modelos en yeso de arquitectura arábiga. Sin embargo, los productos alimenticios seponen en subasta, pero como no se logran vender se entregan a establecimientosbenéficos 127 . Un cronista de la exposición de 1889 reconoce que la mayor parte de loscomités extranjeros regalan a los museos franceses sus colecciones etnográficas. De ahíla riqueza museística de esta capital; Portugal, Nueva Zelanda, Noruega, Rumanía optanpor dejar en París este tipo de objetos 128 .Las galerías de las exposiciones son el lugar por el que toda persona apegada alsiglo debe pasar y al que ha de concurrir todo país deseoso de ser tomado en cuenta.Utilizando la expresión de Pierre Nora, las exposiciones universales son lieux demémoire donde las ilusiones de eternidad se apoyan en restos materiales creando127 ESCOBAR, A. de, “Cartas de Filadelfia”, I. E. A., 15-I-1877, pp. 31-34.128 IOB, “Crónicas de la Exposición de París”, I. E. A., 30-X-1889, pp. 258-259.

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