0de1.ABLPtomoI

0de1.ABLPtomoI 0de1.ABLPtomoI

alonsorobisco
from alonsorobisco More from this publisher
13.07.2015 Views

734 ESPAÑA EN PARÍSEste cronista opina que hay ocasiones, como la presente, en las que un paísnecesita realizar el máximo esfuerzo y si llega la ocasión, tirar la casa por la ventana―aðade―. Este impulso corresponde tanto a los productores, como al Estado, que debeanimar la participación nacional. En cambio en el certamen de 1900 España brinda―atendiendo al parecer de Siliñ― una imagen infame:―Nuestra «leyenda de oro» quedñ borrada hace dos años con la paz de París. La«leyenda negra», la que nos pinta como un pueblo de toreros y chulos, refractario á lamoderna cultura, más africano que europeo, debió haber muerto ahora en París tambiény no hemos acertado á matarla. Antes parece que nuestro empeño todo se cifra en quecircule libre de trabas por el mundo. ¡Exponemos cantaores y no exponemosmáquinas!‖ 633 .De este modo, parece que España se muestra incapaz de sacudirse las leyendasdel pasado y remozar su imagen a partir de la colección de París. Más bien podríaseñalarse que colabora a difundir una imagen nacional a base de aspectos folclóricos yetnográficos en menoscabo de características económicas e industriales, dondepredomina lo lúdico e, incluso, jocoso. El proceso parece indicar que la especializacióneconómica española tiende a la industria del entretenimiento, más que a desarrollar elsector mecánico, que, por otra parte, brindaría al país una imagen más seria, profesionaly verdaderamente industrial.De otra parte, estas colecciones mecánicas llevadas a París evidencian ciertaespecialización regional en sus efectivos. La geografía de los talleres y fábricas de estosproductos se corresponde con las actuales comunidades autónomas de Cataluña,Valencia, Madrid y País Vasco. Las provincias del arco mediterráneo, básicamente lascatalanas, son las protagonistas centrales de esta sección. Su participación en lasdiferentes ediciones universales se asocia, progresivamente, a la mecánica aplicada alsector textil, cuya concreción alcanza el grado máximo en la exhibición de 1900. Lasfábricas vascas, en cambio, recogen la herencia de las antiguas ferrerías, concentrándoseen la fabricación de armas. Los establecimientos madrileños son más variados en cuantoa su producción y evidencian la importancia de este lugar en el tejido industrial del país.633 íd., p. 52. El subrayado es del autor.

5. LA COLECCIÓN MATERIAL 7355.5. TRANSPORTES, COMUNICACIONES Y ELECTRICIDAD5.5.1. Localización y comisionadosLa colección de expositores de materiales para el transporte, las comunicacionesy los aparatos eléctricos comparte instalaciones con los expositores de la colecciónmecánica, por lo que se remite a dicho epígrafe para localizar estos productos en elrecinto expositivo.Aparatos eléctricos en la Galería de Máquinas, sección extranjera (Le Panorama…, 1900)Este grupo de expositores y productos no posee, precisamente, un cuerpo decomisionados vigoroso. Más bien sucede todo lo contrario. Además, cuando se habilitapersonal para acudir a las exposiciones de París suele hacerlo con el objetivo de estudiarestos productos y, en menor medida, para defender la producción nacional. De hecho,solamente figura un jurado internacional adscrito a estos materiales en las cincoexposiciones universales parisinas del siglo XIX.El gobierno español envía a la Exposición Universal de 1867 un solocomisionado vinculado a los medios de transporte, de donde se desprende el escasointerés que éstos suscitan en la organización española. Se trata, además, de una

734 ESPAÑA EN PARÍSEste cronista opina que hay ocasiones, como la presente, en las que un paísnecesita realizar el máximo esfuerzo y si llega la ocasión, tirar la casa por la ventana―aðade―. Este impulso corresponde tanto a los productores, como al Estado, que debeanimar la participación nacional. En cambio en el certamen de 1900 España brinda―atendiendo al parecer de Siliñ― una imagen infame:―Nuestra «leyenda de oro» quedñ borrada hace dos años con la paz de París. La«leyenda negra», la que nos pinta como un pueblo de toreros y chulos, refractario á lamoderna cultura, más africano que europeo, debió haber muerto ahora en París tambiény no hemos acertado á matarla. Antes parece que nuestro empeño todo se cifra en quecircule libre de trabas por el mundo. ¡Exponemos cantaores y no exponemosmáquinas!‖ 633 .De este modo, parece que España se muestra incapaz de sacudirse las leyendasdel pasado y remozar su imagen a partir de la colección de París. Más bien podríaseñalarse que colabora a difundir una imagen nacional a base de aspectos folclóricos yetnográficos en menoscabo de características económicas e industriales, dondepredomina lo lúdico e, incluso, jocoso. El proceso parece indicar que la especializacióneconómica española tiende a la industria del entretenimiento, más que a desarrollar elsector mecánico, que, por otra parte, brindaría al país una imagen más seria, profesionaly verdaderamente industrial.De otra parte, estas colecciones mecánicas llevadas a París evidencian ciertaespecialización regional en sus efectivos. La geografía de los talleres y fábricas de estosproductos se corresponde con las actuales comunidades autónomas de Cataluña,Valencia, Madrid y País Vasco. Las provincias del arco mediterráneo, básicamente lascatalanas, son las protagonistas centrales de esta sección. Su participación en lasdiferentes ediciones universales se asocia, progresivamente, a la mecánica aplicada alsector textil, cuya concreción alcanza el grado máximo en la exhibición de 1900. Lasfábricas vascas, en cambio, recogen la herencia de las antiguas ferrerías, concentrándoseen la fabricación de armas. Los establecimientos madrileños son más variados en cuantoa su producción y evidencian la importancia de este lugar en el tejido industrial del país.633 íd., p. 52. El subrayado es del autor.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!