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5. LA COLECCIÓN MATERIAL 647cosas, pareciéndose más a un baratillo en día de feria, que á una exposición de objetosdestinados á enseñanza‖ 417 . Eleva sus críticas hacia los fabricantes y productores ajenosa París, mostrando su intolerancia hacia la incuria que parece dominar al país. Además,le desesperan los modos en que participa el Estado como expositor ya que selecciona dela Imprenta Nacional docenas de libros, casi todos en rústica ―como los ejemplares delas Balanzas de Comercio y de la Estadística criminal y mercantil―, pero rotos yacartonados. Ciertamente, habían sido obras maestras en su momento, pero su estado deconservación debiera haber influido para desecharlos de la colección nacional 418 .Desde luego, su descripción viste de desastre la imagen española en esta sección:―Casi todo, libros, instrumentos y enseres, se halla revuelto y confundido encima ydebajo de unos bancos, que sin duda eran modelos de mesas; mezclados los objetos deunos exponentes con los de otros; invisibles algunos, y no pocos sin rotulación niindicaciones‖ 419 .Del mismo modo que había sucedido en 1867, en la siguiente edición universalparisina el tipo de material presentado en este grupo por España fue mostrado de unmodo similar, permaneciendo impracticable para los visitantes interesados en suanálisis. La mayor parte de la colección se componía de libros o documentos instaladosen vitrinas que únicamente se abrían para los miembros del jurado, con lo que sólo sepodía contemplar las tapas cuando su ubicación lo permitía. Sobre este particularexisten algunos comentarios en las crónicas de Ángel Fernández de los Ríos, quienprotesta ante la imposibilidad de consultar la colección de libros presentados en 1878por estar colocada en un estante de altura tan elevada como la propia sala del Palacio dela Industria o por la ―muralla de volúmenes‖ que tapizan una de las paredes comoejemplos de las variedades tipográficas utilizadas en el país 420 . Otro cronista, Boutelou,puntualiza la imagen de esta colección, criticando la instalación porque impide ellucimiento de sus piezas; opina que la colección española contiene un número bastantede objetos notables pero que ―no lucían lo que debieran por estar aglomerados y engeneral mal dispuestos‖ 421 .Otra de las deficiencias que aflora en los comentarios de los visitantes señalaausencias en la composición de las colecciones. Así, en 1878 es Emilio Ruiz Salazar417 íd., p. 219.418 ORELLANA, 1867, p. 134.419 íd., p. 220.420 FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS, 1878, p. 118.421 BOUTELOU, 1879, p. 194.

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