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646 ESPAÑA EN PARÍSinstalación de estos productos. Según el informe de un obrero francés comisionado en1867, España presenta algunas encuadernaciones según su catálogo, el problema esencontrarlas. Así describe su situación:―Enfin!...à côté d’un poteau, accolé à une exposition de bandages, livres brochures etdiverses, nous apercevons une vitrine d’environ 75 centimètres à 1 mètre carré delargeur, sur 50 centimètres de profondeur, contenant des reliures, aucune indication nepouvant nous renseigner si cette boîte vitrée était une exposition de reliures ou l’annexedu bandagiste-libraire. Puis, encore pas moyen de l’ouvrir pas de délégué à la sectionespagnole‖ 415 .La cita muestra el caos de la exposición, donde se mezclan materiales dediferente naturaleza sin solución de continuidad. Además, los productos carecen deindicaciones o información y tampoco parece posible acceder a los mismos paraanalizarlos directamente. Es un material inaccesible y por lo tanto inútil para loscomisionados. Entonces, este obrero encuadernador decide forzar la vitrina para hojearlos libros en el momento en que llega el empleado, que molesto no responde a suspreguntas. La reflexión final sobre la colección española introduce un sentimiento decomprensión hacia los fabricantes que se abstienen de participar en cualquier certamensi las condiciones expositivas son éstas.Otra instalación que se presta a situaciones penosas es narrada en las páginas deThe Illustrated London News. En una habitación del piso alto del pabellón anexo deEspaña se recrea una escuela española, con todos sus elementos: maestro, alumnos,pupitres y material escolar. La seriedad que pretendía la exposición, queda bastantecomprometida porque sin un intérprete allí nadie entiende las órdenes del maestro ni lasreacciones de los estudiantes. No obstante, el cronista repara en el mobiliario,comparándolo con el utilizado en su país 416 .También en 1867 Francisco de Orellana considera que el estado de la primeraenseñanza española que se desprende de la presentación en París, desgraciadamente, en―su conjunto era un reflejo demasiado fiel del desorden que suele caracterizar nuestras415 Exposition Universelle 1867 à Paris. Exposition de 1867. Délégation des ouvriers…, 1868, vol. II, pp.122-126. En el volumen I se analiza además la exposición de 1855, estableciendo una comparación delmedallero otorgado a los productos de encuadernación en ambas exposiciones sin citar productosespañoles.416 ―The eye is at once caught by a school-desk, long enough for five children, supported by five simplecast-iron standards. Instead of a bench, as in England, with all the attendant inconvenience of steppingover, there are five round seats, each seat resting on a continuation of the iron standard, like some manymusic-stools before a pianoforte. When the class is told to stand, each child stands at once by the side ofhis seat, and can leave or resume his place without difficulty. When used for needlework, cushions areattached to the desk, to which the girls may pin their work‖. Véase: ―Class 89. Apparatus and methodsused in the instruction of children‖ by the Rev. Canon Norris M. A., The Illustrated London News, 3-VIII-1867, p. 140.

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