13.07.2015 Views

0de1.ABLPtomoI

0de1.ABLPtomoI

0de1.ABLPtomoI

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

592 ESPAÑA EN PARÍSrasgos del formalismo académico, al tiempo que mantiene un tono grandilocuente ytrágico de los temas y abunda en los detalles y los colores intensos. Para Picard elpausado renacimiento, asociado a las modernas corrientes artísticas, culmina a finalesde siglo en artistas como Joaquín Sorolla 313 .En el lado español preocupa, en primer lugar, mostrar la existencia de actividadcreativa. En 1867 Benito Pérez Galdós y Emilio Castelar ofrecen varios comentarios alrespecto. Las citas normalmente principian con la llamada al esfuerzo de artistas ypromotores, reconocen que es necesario mejorar las condiciones para desarrollar lasartes españolas y, sobre todo, apelan a superar la indolencia, otro de los supuestosrasgos nacionales. Así, Castelar considera que los artistas espaðoles ―necesitan mayorculto al estudio‖, al igual que los industriales necesitan mayor dedicación al trabajo paravencer el ―vicio más pernicioso de nuestra raza; la pereza nacional‖. Sin embargo en suvaloraciñn general encuentra que ―indudablemente la pintura no ha decaído enEspaða‖ 314 .También la crítica extranjera contribuye a constatar la existencia de movimientoartístico en España. Lamarre y Louis-Lande anotan en 1878 que las artes españolasremontan levemente. Además reconocen que, para escribir la historia del arte del sigloXIX, será necesario contar con los artistas españoles 315 . En este mismo año AlfredoEscobar comenta que ―nuestra sala de pinturas representa dignamente el artecontemporáneo de España. Nuestros artistas sostienen bien el nombre de la patria deVelázquez, Rivera y Murillo‖ 316 . En estas palabras aparece uno de los comentarios másrecurrentes en la crítica, tanto nacional como extranjera, como es la invocación a losgrandes maestros de la pintura española. Es una comparación prácticamente ineludiblepara todos: la situación artística contemporánea se mide con relación a los maestrosbarrocos y al genio de Goya.Igualmente en 1878 Jules Comte constata un florecimiento de las artes españolasque basa ―como se expresaba anteriormente― en la representaciñn de asuntos degénero y en una mayor dedicación de las instituciones. Además Comte valora muypositivamente la participación española de esta edición en comparación a anterioresexposiciones universales en las que ―les descendants de Velasquez [sic] et de Murillos’étaient cependant montrés peu dignes‖, mientras que en este aðo de 1878 ―ils ont313 Véase el apartado dedicado a las artes españolas en PICARD, t. I, 1907, pp. 284-286.314 CASTELAR, 1875, p. 173.315 LAMARRE y LOUIS–LANDE, 1878, p. 177.316 íd.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!