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590 ESPAÑA EN PARÍShaciendo retratar a sus personajes más relevantes, pero también atesorando pintura depaisaje, naturalezas muertas y escenas costumbristas.Otro asunto que abunda en la colección española son los cuadros de costumbresy tipos nacionales, abriendo uno de los ámbitos en los que los comentarios de la críticaofrecen gran trascendencia para la conformación de la imagen nacional en París. Yxart yOller perciben en 1878 que la temática costumbrista desarrollada por la colecciónescultórica colabora al asentamiento de la imagen tópica de España a través de variaspiezas, como la escultura del torero Lagartijo, realizada por Bellver, o la escultura deuna manola, diseñada por Eduardo Pagés. Con el mismo objetivo entienden la inclusiónde piezas de asunto religioso, como el busto de Pío IX, y obras relacionadas con el temade la hidalguía, como la escultura de Don Quitote, ejecutadas por Pagés y Serratacosa,respectivamente. Consideran que estas piezas:―com molts altres objectes que no citarem, contribueixen a mantenir i confirmar lofalsíssim concepte que tenen los estrangers de nostres costums i estat actual; qualconcepto no desapareixerà fins que nostres artistes se resolguin a deixar as explotació,cessant en la tarea de presentar a l‘estranger una Espanya convencional, o que japerteneix a la història‖ 310 .España era algo más que un país de toreros, manolas, inquisidores o hidalgos,según denuncian estos cronistas. También anotan cómo esta estereotipación de larealidad nacional, en buena medida era propiciada desde dentro, desde la selecciónpracticada por los mismos españoles. Del mismo modo, el corresponsal de La Iberiapercibe la sorna con que varios pintores dan color a algunas escenas y costumbresespañolas:―Miralles pinta un hombre vestido de mujer, con los brazos en jarra, al lado de otra quetoca la guitarra. Una y otra miran á dos frailes que asoman la cabeza sobre un muro.Moreau nos presenta la venta con borricos y majos. La guitarra domina en la escena.Rougerou muestra dos españoles que se baten á cuchillo en presencia de varios majos yarrieros. Agraeil pinta un cuadro de toros y picadores en un corral en donde estáanunciada una corrida de toros a muerte. Worns, un majo que toca la guitarra, mientrasque un torero declara su atrevido pensamiento á una manola. De forma que los que venestas cosas creen que los españoles vivimos tocando la guitarra y que todos en Españasomos toreros ú cosa parecida‖ 311 .Según las vistas de estos lienzos la realidad nacional quedaba contenida dentrode unos marcos demasiado estrechos para algunos españoles de la época. Ni las mujeresespañolas eran exclusivamente flamencas o manolas, ni los hombres majos, gitanos,flamencos o frailes. Sobre estos aspectos ya se había pronunciado Eugenio de Ochoa en310 CABRÉ, 1995, pp. 69-70.311 El Corresponsal, ―Correspondencia con el extranjero, París 27 de mayo al Sr. Director de La Iberia‖,La Iberia, 30-V-1878, p. 2.

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