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328 ESPAÑA EN PARÍSde jurados españoles, pero únicamente refiere su nombre y, en algunos casos, ladedicación sin citar el grupo y clase a la que fueron adscritos.De todos modos, el número inicial de jurados no satisfizo al duque de Sexto, yaque protesta ante la Comisión Imperial por carta de 1 de mayo de 1900, alegando que larepresentación española en este órgano es inferior a la habida en la exposición de 1889,mientras que el número de expositores es mucho mayor. Al igual que sucede enanteriores certámenes, la preeminencia francesa en el Jurado Internacional es unaconstante, como también el reparto un tanto aleatorio de plazas entre los paísesparticipantes. Las autoridades francesas atienden principalmente a dos criterios: elnúmero de expositores y la superficie ocupada por cada país. El duque de Sexto solicita,además de un aumento de efectivos, las vicepresidencias en los Grupos II de ―Obras deArte‖, X de ―Alimentación‖ y XIII de ―Hilos, Tejidos y Vestidos‖, debido a ladestacada presencia española en los mismos 295 .El peso representativo de España en el Jurado Internacional queda matizado si seatiende a las cifras brindadas por el comisario general, según las cuales a España seadjudican diecinueve jurados titulares y cinco jurados suplentes, entre los que no figuraninguna presidencia de grupo y tan sólo cinco de ellos son vicepresidentes —en losgrupos X y XIII y tres en el Jurado Superior—. La cifra, de nuevo, es insignificante encomparación con el porcentaje destinado a otros países. Alemania recibe un abultadonúmero con 72 titulares y 21 suplentes, también Gran Bretaña con 68 titulares y 25suplentes 296 . Se cuestiona la importancia numérica de estos comisionados y su solidezprofesional, pues en ocasiones se supeditada al rango social que ocupan:―Suelen ser hijos ó sobrinos de un ministro, nietos de un título ó próceres descendientesde un académico conocido; y esto lo mismo en España que en los demás países, dondela influencia nombra para Jurado á cada marmolillo que, como decía cierto expositor demanzanilla, quita el sentido‖ 297 .El buen funcionamiento de este sistema radica, en buena parte, en la dotacióneconómica que se le adjudica. En el año 1897 se conceden dos créditos extraordinarioscon cargo a la sección séptima del Ministerio de Fomento, con destino a los trabajospreliminares y preparatorios que efectúen las comisiones general y regia. El Consejo deMinistros aprueba, a principios de año, 30.000 pesetas y en septiembre se concedenotras 40.000. Prácticamente los mismos recursos son votados en el año siguiente,295 A. N. F., F12, 4228, Correspondencia.296 PICARD, t. V, 1902-3, p. 181.297 VALERO DE TORNOS, 1900, p. 182.

4. LA PARTICIPACIÓN ESPAÑOLA 329aunque los desembolsos más destacados suceden vísperas de la apertura de laexposición 298 . El año previo al certamen son aprobados dos créditos de 650.000 y870.000 pesetas y, ya entrado el año 1900, los gastos se sufragan con otro crédito de400.000 pesetas 299 . En total, España consume algo más de dos millones de aquellaspesetas participando en la exposición de París de 1900, en los que quedan incluidos losgastos por transportar la colección hasta el recinto expositivo. En 1900, dos millones depesetas equivalían a 315.291,64 francos; por tanto, se trataba de una cifra un tantodespreciable, alejada de los esfuerzos económicos de otras potencias 300 . Por ejemplo,México aprueba dos millones de francos, Gran Bretaña —sólo la metrópoli— utilizados millones y medio de francos, algo más de tres millones se gasta Austria, mientrasque Alemania supera los seis, pero el coste del envío de los objetos recae, en estos dosúltimos casos en los expositores. Italia utiliza 900.000 francos, como Turquía —aunqueesta segunda deja a cargo de los expositores los gastos del transporte de sus objetos—, yEstados Unidos excede los siete millones porque sufraga los gastos de transporte deaquellos objetos que representan las fuerzas productivas del país, mientras que el costedel viaje de las colecciones individuales es afrontado por los propios expositores 301 .La Cámara de Comercio de Madrid considera que los dispendios de 1900, en losque se quintuplica la inversión realizada once años antes para la universal de 1889, noconllevan la superación de los resultados obtenidos en el número y calidad de losexpositores presentados ni de las recompensas recabadas. No encuentra un éxitoequiparable en términos absolutos ni proporcionales a la inversión. Insinúa que estasituación está relacionada con el modelo organizativo desarrollado, en el que se hadejado en un plano secundario a las cámaras de comercio. Además, considera que buena298 Para los créditos de 1897 véase ―Ministerio de Hacienda. Reales Decretos‖, Gaceta de Madrid, 26-II-1897, p. 873 y 24-IX-1897, p. 1285. Y para los dineros posteriores, concretamente sobre la concesión deun crédito de 66.850 pts véase ―Proyecto de Ley‖, Gaceta de Madrid, 6-IX-1898, p. 1044.299 ―Ministerio de Hacienda. Reales Decretos‖, Gaceta de Madrid, 18-II-1899, p. 637; 26-X-1899, p. 285y 14-X-1900, p. 181. En 1900 el crédito extraordinario se concede a la Sección 7ª del Ministerio deAgricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas. El dossier de este crédito se acompaña de una nota enla que se especifica su distribución: 70.000 pts para completar los gastos ocasionados por los obreros enParís, 900 para haberes del personal de la comisión española, 261.525 para completar los gastos de laComisaría Regia, 20.000 para imprevistos y 47.575 para gastos extraordinarios del personal diplomático yconsular en París. A. M. AA. EE., Fondo Política, Subfondo Política Exterior, Serie Exposiciones yConcursos, París, Leg. H-3220.300 Para realizar esta conversión se ha utilizado una carta de la Embajada de España en París al ministrode Estado, con fecha de 11 de diciembre de 1900 y firma de Fernando León y Castillo, en la que seexplica que 47.575 pesetas equivalen a 7.500 francos, según se desprende de los cálculos que realizan enla Embajada española para cifrar el gasto del personal diplomático y consular. Es decir, 1 franco equivalíamás o menos a 6,34 pesetas. A. M. AA. EE., Fondo Política, Subfondo Política Exterior, SerieExposiciones y Concursos, París, Leg. H-3220.301 PICARD, t. I, 1902-3, pp. 256-257.

4. LA PARTICIPACIÓN ESPAÑOLA 329aunque los desembolsos más destacados suceden vísperas de la apertura de laexposición 298 . El año previo al certamen son aprobados dos créditos de 650.000 y870.000 pesetas y, ya entrado el año 1900, los gastos se sufragan con otro crédito de400.000 pesetas 299 . En total, España consume algo más de dos millones de aquellaspesetas participando en la exposición de París de 1900, en los que quedan incluidos losgastos por transportar la colección hasta el recinto expositivo. En 1900, dos millones depesetas equivalían a 315.291,64 francos; por tanto, se trataba de una cifra un tantodespreciable, alejada de los esfuerzos económicos de otras potencias 300 . Por ejemplo,México aprueba dos millones de francos, Gran Bretaña —sólo la metrópoli— utilizados millones y medio de francos, algo más de tres millones se gasta Austria, mientrasque Alemania supera los seis, pero el coste del envío de los objetos recae, en estos dosúltimos casos en los expositores. Italia utiliza 900.000 francos, como Turquía —aunqueesta segunda deja a cargo de los expositores los gastos del transporte de sus objetos—, yEstados Unidos excede los siete millones porque sufraga los gastos de transporte deaquellos objetos que representan las fuerzas productivas del país, mientras que el costedel viaje de las colecciones individuales es afrontado por los propios expositores 301 .La Cámara de Comercio de Madrid considera que los dispendios de 1900, en losque se quintuplica la inversión realizada once años antes para la universal de 1889, noconllevan la superación de los resultados obtenidos en el número y calidad de losexpositores presentados ni de las recompensas recabadas. No encuentra un éxitoequiparable en términos absolutos ni proporcionales a la inversión. Insinúa que estasituación está relacionada con el modelo organizativo desarrollado, en el que se hadejado en un plano secundario a las cámaras de comercio. Además, considera que buena298 Para los créditos de 1897 véase ―Ministerio de Hacienda. Reales Decretos‖, Gaceta de Madrid, 26-II-1897, p. 873 y 24-IX-1897, p. 1285. Y para los dineros posteriores, concretamente sobre la concesión deun crédito de 66.850 pts véase ―Proyecto de Ley‖, Gaceta de Madrid, 6-IX-1898, p. 1044.299 ―Ministerio de Hacienda. Reales Decretos‖, Gaceta de Madrid, 18-II-1899, p. 637; 26-X-1899, p. 285y 14-X-1900, p. 181. En 1900 el crédito extraordinario se concede a la Sección 7ª del Ministerio deAgricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas. El dossier de este crédito se acompaña de una nota enla que se especifica su distribución: 70.000 pts para completar los gastos ocasionados por los obreros enParís, 900 para haberes del personal de la comisión española, 261.525 para completar los gastos de laComisaría Regia, 20.000 para imprevistos y 47.575 para gastos extraordinarios del personal diplomático yconsular en París. A. M. AA. EE., Fondo Política, Subfondo Política Exterior, Serie Exposiciones yConcursos, París, Leg. H-3220.300 Para realizar esta conversión se ha utilizado una carta de la Embajada de España en París al ministrode Estado, con fecha de 11 de diciembre de 1900 y firma de Fernando León y Castillo, en la que seexplica que 47.575 pesetas equivalen a 7.500 francos, según se desprende de los cálculos que realizan enla Embajada española para cifrar el gasto del personal diplomático y consular. Es decir, 1 franco equivalíamás o menos a 6,34 pesetas. A. M. AA. EE., Fondo Política, Subfondo Política Exterior, SerieExposiciones y Concursos, París, Leg. H-3220.301 PICARD, t. I, 1902-3, pp. 256-257.

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