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3. LAS EXPOSICIONES UNIVERSALES DE PARÍS 1855-1900 147exposición antes de su apertura y, una vez inaugurada, a veinte tiques de entrada por unvalor de un franco cada uno. Además, el propietario del bono podía beneficiarse de unareducción de un 25% del precio de entrada a los establecimientos especializados delinterior de la exposición y, aproximadamente, del 35% de descuento en los billetes deida y vuelta con destino a París en ferrocarril desde la frontera francesa y en las líneasmarítimas del Mediterráneo durante el periodo de celebración de la exposición.Igualmente, al finalizar la exposición, podía participar en un sorteo de premios 125 .La emisión de bonos suponía sesenta millones de tiques a los que se sumó unasegunda emisión de tres millones más dictada por el Estado, medida que provocó unsuperávit de bonos y el consiguiente descenso de su valor, siempre inferior al precioestablecido de un franco 126 . El criterio para calcular tantos millones de tiques se basó enel número de visitas registradas en 1889 —en torno a 32 millones—, estimando que sedoblarían los índices de concurrencia, como habían sucedido hasta entonces. Estamisma regla se aplicó para el cálculo de los gastos, duplicando los habidos en 1889 —sobre 43 millones de francos—. Sin embargo, quedaron inutilizados cerca de veintemillones de tiques al descontar de las entradas los pases gratuitos a expositores,comisionados y personal de servicios 127 .Las entradas en 1900, como en anteriores exposiciones, tienen diferentes preciosatendiendo al momento de visita. Las entradas matinales previas a la apertura a las diez,consideradas para el estudio de la exposición, valían dos francos; entre las diez y las seisde la tarde costaban un franco y las entradas vespertinas, desde las seis de la tarde hastael cierre, dos francos durante todos los días de la semana, excepto los domingos quedisminuían a un franco 128 .El balance económico de la exposición de 1900 no queda muy claro. Las cuentasse cancelaron definitivamente varios años después, en un lapso de entre tres y doceaños. Siguiendo las fuentes que manejan los datos del cierre temprano se habla de125 A. G. P. (Archivo General de Palacio), Secc. Reinados, Caja 19.074, Expte. 15.126 Doña Emilia refiere la presencia en las puertas de la Exposición de revendedores de tiquets, “un papelmoneda que se cotiza en Bolsa con altibajos: el precio oficial es de un franco; pero hay días en que secompran á veinticinco céntimos, y se cree que al final de la Exposición valdrán cinco”, PARDO BAZÁN,1900ca, p. 29. La inflación quiebra el presupuesto de los visitantes que, bono de veinte tiques en mano,planean utilizar uno para cada día pero al final “combinación arriba, viernes abajo, que son las cinco, queson las diez, entramos con veinte tiques cuatro veces”, VALERO DE TORNOS, 1900, p. 111.127 MÁS, 1910, pp. 20-23. Tomando los datos de otros autores, este presupuesto se amplía en cincomillones, por lo que modifican en la misma cantidad los ingresos a obtener por la venta de tiques.FINDLING y KIMBERLY, 1990, p. 155.128 Estos precios experimentan un alza los días de celebraciones especiales, como el banquete de losalcaldes, el día de la horticultura o durante las fiestas nocturnas. PICARD, t. VI, 1902-3, pp. 152-153.

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