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3. LAS EXPOSICIONES UNIVERSALES DE PARÍS 1855-1900 145En cualquier caso, la cifraes descomunal. Se considera que,desde el inicio del certamen, elmayor contingente de visitantesprocede de los países germánicos,seguidos por americanos del Nortey del Sur, belgas, italianos,españoles y rusos. Asimismo, doñaEmilia destaca la hegemonía delespañol como idioma extranjero enla exposición, hablado por un granEl presidente francés acompañando al Sha de Persia al Palaciode los Soberanos (L'Illustration, 4-VIII-1900, p. 73)número de hispanoamericanos, pero también por un notable grupo de turistasespañoles 120 . En cambio, parece que los británicos se retraen ante el espectáculo deParís, sin duda debido a la simpatía francesa por la guerra de los Boers. Existe, sinembargo, una división más interesante de los visitantes a aquella basada en el lugar deprocedencia. Casas y Utrillo llegan al convencimiento de que por cada visitante de laexposición “tres hacen de ardilla en la gran rueda, seis se suben al candelero de la torreEiffel, diez visitan las atracciones moleculares de la calle de París y ciento dan vueltas ála Exposición —sin fijarse en ella—” 121 . Establecen, pues, una división de los visitantesatendiendo a sus intereses personales. Así, encuentran los visitantes especialistas, quebuscan en la exposición las informaciones directamente relacionadas con su trabajo ocampo de estudio y, de otro lado, están los visitantes exposicionistas, entendidos yasiduos espectadores de este tipo de evento. A éstos les consideran dotados de unconocimiento más o menos universal, por lo que pueden referir los progresos másnotables de cada exposición. En tercer lugar figuran los visitantes ganga —como elexceso del mineral—, cuya facción numérica domina a las anteriores. Los “visitantesganga” acuden a la exposición “como pudieran ir á las verbenas; quieren malgastar biensu dinero y, mientras haya muchas exhibiciones particulares por el estilo de las quehacen la fama de los cafés conciertos, no se preocupan ni poco ni mucho de si el mundomarcha ó se está quieto” 122 . Se trata del gran público interesado por el lado más lúdico y120 PARDO BAZÁN, 1900ca, pp. 24-25.121 CASAS, R. y UTRILLO, M., “La Exposición Feria”, Pél i Ploma, nº 5, 1-VIII-1900, p. 6.122 íd., p. 8.

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