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Conferencia de Juan Carlos Tedesco - Virtual Educa

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Tecnologías <strong>de</strong> la Información y <strong>de</strong>sigualdad educativa en América Latina<strong>Juan</strong> <strong>Carlos</strong> Te<strong>de</strong>sco *Quisiera comenzar esta exposición explicitando el punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cual mereferiré a las tecnologías <strong>de</strong> la información y la innovación en educación. Dicho punto <strong>de</strong>partida consiste en sostener la necesidad <strong>de</strong> incorporar la dimensión <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sigualdadsocial y educativa en la agenda <strong>de</strong> discusiones sobre las tecnologías <strong>de</strong> la información. Estepostulado implica reconocer que la dinámica <strong>de</strong> la así llamada “sociedad <strong>de</strong>l conocimiento”no garantiza necesariamente mayores niveles <strong>de</strong> justicia social, equidad y cohesión. Lasten<strong>de</strong>ncias al aumento <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sigualdad, <strong>de</strong> la segmentación espacial y <strong>de</strong> la fragmentacióncultural <strong>de</strong> la población, claramente visibles hoy en vastas regiones <strong>de</strong>l planeta, estánasociadas a una serie <strong>de</strong> rasgos <strong>de</strong>l actual mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo social, entre los cuales se<strong>de</strong>stacan la concentración <strong>de</strong> la riqueza y la creciente disociación entre crecimientoeconómico y eliminación <strong>de</strong> la pobreza.Para ejemplificar estos fenómenos sólo basta con observar lo que ha sucedido enAmérica Latina en la década <strong>de</strong> los ’90. El crecimiento económico <strong>de</strong> ese período permitióla incorporación <strong>de</strong> 32 millones <strong>de</strong> personas a la población económicamente activa <strong>de</strong>zonas urbanas, pero sólo 9.1 millones consiguieron empleos formales. Los 20 millonesrestantes obtuvieron puestos <strong>de</strong> trabajo <strong>de</strong>l sector informal, basados en contratos precarios y<strong>de</strong> muy bajos ingresos. Los más afectados por este tipo <strong>de</strong> empleos o por la <strong>de</strong>socupación,fueron las mujeres, los jóvenes y las personas pobres. Con respecto a la distribución <strong>de</strong> lariqueza y la equidad social, las informaciones disponibles indican que existe una claraten<strong>de</strong>ncia a la concentración <strong>de</strong>l ingreso. Según datos procesados por el PNUD, elcoeficiente <strong>de</strong> Gini para el conjunto <strong>de</strong> los países <strong>de</strong> la región creció entre 1990 y 2003 <strong>de</strong>l0.554 al 0.566, mientras que el promedio mundial fue <strong>de</strong> 0.381 1 .La literatura sobre las dimensiones, magnitu<strong>de</strong>s y causas <strong>de</strong>l aumento <strong>de</strong> la<strong>de</strong>sigualdad en el marco <strong>de</strong>l nuevo capitalismo es abundante y no es este el lugar parareferirse a ella 2 . Sólo quisiéramos sostener, como punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong> la reflexión sobre elvínculo entre educación, nuevas tecnologías y <strong>de</strong>sigualdad, que estamos frente a unacuestión central para la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l sentido <strong>de</strong> la acción social. Las tecnologías <strong>de</strong> lainformación no <strong>de</strong>finen por ellas mismas los objetivos sociales que preten<strong>de</strong>mos alcanzar.Ellas pue<strong>de</strong>n utilizarse para ampliar la <strong>de</strong>sigualdad o para reducirla. Definir una u otraorientación implica superar enfoques basado exclusivamente en paradigmas científicos otécnicos. Necesitamos ampliar la mirada e introducir la dimensión ética, que nos permitajustificar por qué y para qué <strong>de</strong>seamos construir una sociedad don<strong>de</strong> todos tengan lasmismas oportunida<strong>de</strong>s.1 Ver, por ejemplo, PNUD. La <strong>de</strong>mocracia en América Latina. Hacia una <strong>de</strong>mocracia <strong>de</strong> ciudadanos yciudadanas. Buenos Airees, 2004.2 La bibliografía sobre la sociedad <strong>de</strong>l conocimiento y las nuevas <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s es muy amplia. Entre otros,pue<strong>de</strong>n verse R. Castel. Metamorfosis <strong>de</strong> la cuestión social. Una crónica <strong>de</strong>l salariado. Buenos Aires,Paidos, 1997. D. Cohen. Riqueza <strong>de</strong>l mundo, pobreza <strong>de</strong> las naciones. Buenos Aires, Fondo <strong>de</strong> CulturaEconómica, 1998. P. Rosanvallon. La nueva cuestión social. Buenos Aires, Manantial, 1995.1


Todos uste<strong>de</strong>s están al corriente <strong>de</strong> la literatura sobre las tecnologías <strong>de</strong> lainformación y la educación. Buena parte <strong>de</strong> esta literatura tien<strong>de</strong> a presentarlas como ungran factor igualador <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la población. Sintéticamente expuesto, eshabitual postular la potencialidad <strong>de</strong>mocratizadora <strong>de</strong> las TICs en los siguientes aspectos:• la oportunidad <strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r a materiales <strong>de</strong> alta calidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sitios remotos• <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> la localización física <strong>de</strong> los sujetos• <strong>de</strong> acce<strong>de</strong>r a un aprendizaje interactivo y a propuestas <strong>de</strong> aprendizaje flexibles• <strong>de</strong> reducir la presencia física para acce<strong>de</strong>r a situaciones <strong>de</strong> aprendizaje• <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollar servicios para el aprendizaje que permitan superar la situación <strong>de</strong>acceso limitado a la información que tienen principalmente los países pobres• <strong>de</strong> generar mejor información sobre los progresos, preferencias y capacidad <strong>de</strong> losaprendizajes la posibilidad <strong>de</strong> evaluar y certificar los aprendizajes on-line y laposibilidad <strong>de</strong> usar las nuevas tecnologías para incrementar la eficiencia, elmejoramiento <strong>de</strong>l servicio educativo y la reducción <strong>de</strong> costos.A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> su impacto <strong>de</strong>mocratizador, también se supone que las tecnologías <strong>de</strong> lainformación permitirían incrementar los logros <strong>de</strong> aprendizaje <strong>de</strong> los estudiantes <strong>de</strong>bido a:i) cambios en los procesos y estrategias didácticas - pedagógicas implementadas por losdocentes; ii) la promoción <strong>de</strong> experiencias <strong>de</strong> aprendizaje más creativas y diversas y iii) laposibilidad <strong>de</strong> propiciar un aprendizaje in<strong>de</strong>pendiente y permanente <strong>de</strong> acuerdo a lasnecesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los sujetos.Estas promesas <strong>de</strong> la aplicación <strong>de</strong> las nuevas tecnologías en la educación, sinembargo, están lejos <strong>de</strong> cumplirse. No se trata <strong>de</strong> negar la potencialidad <strong>de</strong>mocratizadora oinnovadora <strong>de</strong> las nuevas tecnologías. El punto que queremos enfatizar es que el ejercicio<strong>de</strong> esa potencialidad no <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> las tecnologías mismas, sino <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los sociales ypedagógicos en los cuales se inserte su utilización.En este sentido, sería un verda<strong>de</strong>ro milagro que las ten<strong>de</strong>ncias al aumento <strong>de</strong> la<strong>de</strong>sigualdad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> los ingresos y la riqueza que se expresa en el planomacro social no esté acompañada por <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s en el acceso a los bienes y serviciosmás significativos <strong>de</strong> esta nueva sociedad como son la información y el conocimiento. Elconcepto <strong>de</strong> brecha digital, -aunque su significado sea objeto <strong>de</strong> discusión - refleja el<strong>de</strong>sigual acceso <strong>de</strong> las personas a las instituciones y al uso <strong>de</strong> las tecnologías a través <strong>de</strong> lascuales se produce y se distribuyen las informaciones y los conocimientos más importantes.Esta concentración <strong>de</strong> conocimientos e informaciones en los circuitos <strong>de</strong> las nuevastecnologías – como es el caso <strong>de</strong> Internet, por ejemplo - explica la necesidad <strong>de</strong> incorporara<strong>de</strong>cuadamente la dimensión tecnológica en las políticas educativas <strong>de</strong>mocráticas. No2


hacerlo pue<strong>de</strong> con<strong>de</strong>nar a la marginalidad a todos los que que<strong>de</strong>n fuera <strong>de</strong>l dominio <strong>de</strong> loscódigos que permitan manejar estos instrumentos 3 .Para acercarnos a la comprensión <strong>de</strong> este problema es importante resumir losindicadores cuantitativos disponibles. La primera dimensión <strong>de</strong> la brecha digital es la quese refiere al acceso a los diferentes tipos <strong>de</strong> tecnología. Con respecto a la telefonía fija, latecnología <strong>de</strong> mayor antigüedad, los datos disponibles muestran que los países <strong>de</strong> la OCDEalcanzaron niveles <strong>de</strong> penetración superiores al 50% por cada 100 habitantes antes <strong>de</strong> 1995y que esa situación se mantiene relativamente estable. Los países latinoamericanos, por suparte, si bien tuvieron un crecimiento sostenido que les permitió elevar su nivel <strong>de</strong>participación en ese período <strong>de</strong>l 10 al 18%, todavía están lejos <strong>de</strong> los países <strong>de</strong>sarrollados.Con respecto a la telefonía móvil, <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo más reciente, los países <strong>de</strong> la OCDEya alcanzaron un nivel <strong>de</strong> penetración muy alto (cercano a la universalización) que haprovocado la <strong>de</strong>saceleración <strong>de</strong>l ritmo <strong>de</strong> crecimiento. Los países <strong>de</strong> América Latina estánacortando la brecha, pero en el 2006 recién alcanzaron una tasa <strong>de</strong> 54% <strong>de</strong> abonados. Lapenetración <strong>de</strong> computadoras sigue una ten<strong>de</strong>ncia similar, pero la brecha es aun mayor.Mientras en los países <strong>de</strong>sarrollados la expansión se ha estancado a partir <strong>de</strong> 2003 en unnivel superior al 50%, los latinoamericanos mantienen un lento crecimiento que lespermitió llegar en el 2005 a una tasa <strong>de</strong> sólo el 10% <strong>de</strong> computadoras por cada 100habitantes. Por último, el acceso a Internet muestra a partir <strong>de</strong>l año 2000 una fuerteampliación <strong>de</strong> la brecha entre ambos grupos <strong>de</strong> países: en la OCDE se registra unapenetración cercana al 60% mientras que en la región latinoamericana es <strong>de</strong> sólo el 18% 4 .Las distancias en el acceso están asociadas a la brecha en la calidad <strong>de</strong> dicho acceso.Al respecto, el indicador más elocuente es la penetración <strong>de</strong> banda ancha. Mientras el 15%<strong>de</strong> los usuarios <strong>de</strong> los países <strong>de</strong>sarrollados disponen <strong>de</strong> esta posibilidad, sólo lo tienen el2% <strong>de</strong> los latinoamericanos. Este rezago constituye un significativo obstáculo para laadopción <strong>de</strong> nuevas aplicaciones electrónicas basadas en este tipo <strong>de</strong> dispositivo.Asimismo, mientras en los países <strong>de</strong>sarrollados evoluciona <strong>de</strong> manera equilibrada el ritmo<strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong> ancho <strong>de</strong> banda y el crecimiento <strong>de</strong>l número <strong>de</strong>suscriptores, en los países latinoamericanos crecen más rápidamente los suscriptores que lacapacidad <strong>de</strong> conectarlos a la red mundial, lo cual afecta la calidad <strong>de</strong>l servicio.El acceso a las nuevas tecnologías está íntimamente asociado al ingreso económico,al nivel educativo, al género y la etnia. Así, por ejemplo, el usuario sudafricano medio <strong>de</strong>Internet tiene un ingreso económico siete veces superior al promedio nacional; el 90% <strong>de</strong>los usuarios latinoamericanos proviene <strong>de</strong> los sectores más ricos <strong>de</strong> la población; en todaslas regiones <strong>de</strong>l mundo, porcentajes muy altos <strong>de</strong> los usuarios tienen títulos universitarios;en EEUU el uso <strong>de</strong> or<strong>de</strong>nadores en las casas en cinco veces superior en los niños que en las3 M. Palami<strong>de</strong>ssi (comp.) La escuela en la sociedad <strong>de</strong> re<strong>de</strong>s. Una introducción a las tecnologías <strong>de</strong> lainformación y la comunicación en la educación. Buenos Aires. Fondo <strong>de</strong> Cultura Económica, 2006.4 Un panorama completo <strong>de</strong> la información disponible sobre la brecha digital en América Latina pue<strong>de</strong> verseen M. Guerra, M. Hilbert, V. Jordán y C. Nicolai. Panorama Digital 2007 <strong>de</strong> América Latina y el Caribe;Avances y <strong>de</strong>safíos <strong>de</strong> las políticas para el <strong>de</strong>sarrollo con las Tecnologías <strong>de</strong> Información yComunicaciones. Cepal, Santiago <strong>de</strong> Chile, 2008.3


niñas; los jóvenes tienen mucho más acceso que los adultos y las diferencias por gruposétnicos también es muy significativa 5 .Estos promedios ocultan importantes <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s internas. Para el caso <strong>de</strong>América Latina, con datos comparables correspondientes al año 2001, se podía apreciar quela penetración <strong>de</strong> Internet alcanzaba su máximo nivel en Chile don<strong>de</strong>, no obstante, el accesoera cercano al 20 %. El resto <strong>de</strong> los países tenían porcentajes significativamente menores ysi bien la expansión es muy rápida, los limites a esa expansión impuestos por la ausencia <strong>de</strong>infraestructura <strong>de</strong> conectividad y por las condiciones <strong>de</strong> pobreza general <strong>de</strong> la poblaciónson muy fuertes.Si bien no cabe duda que disminuir la brecha digital implica diseñar y aplicarpolíticas que vayan mucho más allá <strong>de</strong> la expansión <strong>de</strong> la infraestructura física y ladisponibilidad <strong>de</strong> equipamiento, es muy importante que esas políticas sean objeto <strong>de</strong> unanálisis cuidadoso 6 . Así, por ejemplo, se sabe que la competitividad <strong>de</strong> las diferentestecnologías <strong>de</strong> acceso no han mostrado resultados concluyentes y que, sin embargo, se hanefectuado inversiones muy significativas (por ejemplo en satélites) sin resultados positivos,porque estuvieron centradas en previsiones ina<strong>de</strong>cuadas con respecto a las ten<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>lmercado.En este sentido, es importante señalar que existen <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s muy notorias en eldiseño e implementación <strong>de</strong> estrategias nacionales o regionales <strong>de</strong> largo plazo en estecampo. Los procesos <strong>de</strong> incorporación <strong>de</strong> las tecnologías son más bien el resultado <strong>de</strong> las<strong>de</strong>mandas sociales y <strong>de</strong> las presiones <strong>de</strong> las empresas productoras <strong>de</strong> equipamiento. Estaspresiones estimulan la <strong>de</strong>sregulación y la privatización <strong>de</strong> las comunicaciones, lo cualgenera paradójicamente un contexto inverso al que tuvo lugar en los países <strong>de</strong>sarrollados.Al respecto, no hay que olvidar que Internet se construyó especialmente en los EstadosUnidos, con financiamiento público <strong>de</strong> largo plazo. Ese <strong>de</strong>sarrollo tuvo lugar primero en elámbito científico y luego se extendió al sector comercial y privado. En los países en<strong>de</strong>sarrollo, en cambio, este proceso tiene lugar con una cronología invertida, don<strong>de</strong> elriesgo es que Internet se <strong>de</strong>sarrolle primero como un instrumento privado comercial antesque educativo y científico. Por otra parte, es importante recordar que la brecha digital es unproceso dinámico y cada vez que los países en <strong>de</strong>sarrollo alcanzan un <strong>de</strong>terminado nivel, lainnovación tecnológica cambia la frontera y re-establece la distancia.¿Qué papel juega el sistema educativo en este proceso <strong>de</strong> expansión? Si biencarecemos <strong>de</strong> informaciones sistemáticas al respecto, existe un alto consenso en reconocerque existen avances significativos en la enseñanza superior y que la conectividad en el nivelprimario y secundario, en cambio, es aun muy precaria y <strong>de</strong>sigual. Las políticas en estesentido enfrentan dificulta<strong>de</strong>s significativas tanto por la carencia <strong>de</strong> infraestructura <strong>de</strong>5 PNUD, Informe <strong>de</strong> Desarrollo Humano 2001. Poner el a<strong>de</strong>lanto tecnológico al servicio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollohumano. New York, 2001. PNUD. Desarrollo Humano en Chile. Las nuevas tecnologías: ¿un salto alfuturo?. Santiago <strong>de</strong> Chile, 2006.6 Bernardo Sorj. Brasil@povo.com; A luta contra a <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong> na socieda<strong>de</strong> da informaçao. Brasilia,J.Zahar-UNESCO, 2003.4


comunicaciones como por la necesidad <strong>de</strong> enfrentar lo que ha dado en llamarse un contexto<strong>de</strong> “exceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>mandas”, don<strong>de</strong> es necesario optar permanentemente entre <strong>de</strong>dicar losescasos recursos disponibles a satisfacer las necesida<strong>de</strong>s básicas <strong>de</strong> equipamiento <strong>de</strong> lasescuelas, nutrición y salarios docentes o invertir en los requerimientos propios <strong>de</strong>l proceso<strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo tecnológico.En este contexto, los países <strong>de</strong> América Latina pue<strong>de</strong>n mostrar experienciasinnovadoras muy interesantes <strong>de</strong> baja <strong>de</strong>nsidad tecnológica y significativa cobertura (porejemplo, la telesecundaria en México o los programas <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>na O Globo, en Brasil);experiencias <strong>de</strong> portales educativos y <strong>de</strong> incorporación masiva <strong>de</strong> computadoras en lasescuelas <strong>de</strong> enseñanza básica (Proyecto Enlaces en Chile, Fundación Omar Dengo, enCosta Rica, portal educ. ar en Argentina, portal Colombia Apren<strong>de</strong>, <strong>de</strong> Colombia.). Estas yotras experiencias son objeto <strong>de</strong> intercambios y <strong>de</strong>bates entre los países miembros <strong>de</strong>RELPE, la red latinoamericana <strong>de</strong> portales educativos, lo que les ha permitido incrementarsu acervo <strong>de</strong> recursos por compartir estándares comunes <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo y catalogación,generar observatorios y enriquecerse a partir <strong>de</strong> la transferencia tecnológica.Recientemente, algunos países han comenzado a implementar programas <strong>de</strong>l tipo “unalaptop por alumno”, que tienen fuertes atractivos pero, al mismo tiempo, altos riesgos <strong>de</strong>implementación. Uruguay, Brasil y Argentina son algunos <strong>de</strong> los países que ya hanavanzado en proyectos <strong>de</strong> este tipo, con distintas estrategias. Mientras algunos han <strong>de</strong>cididocomenzar por la escuela primaria, Argentina <strong>de</strong>cidió hacerlo por el ciclo superior <strong>de</strong> laescuela secundaria técnica.Las experiencias son muy diversas, pero existe consenso en reconocer que laincorporación <strong>de</strong> las nuevas tecnologías <strong>de</strong> la información en las escuelas es probablementela estrategia más importante <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la universalización <strong>de</strong>l acceso. Eneste sentido, también se reconoce que el papel <strong>de</strong>l Estado es fundamental 7 . Sólo a título <strong>de</strong>ejemplo, los estudios internacionales <strong>de</strong> PISA y TIMSS muestran que mientras en lospaíses <strong>de</strong>sarrollados menos <strong>de</strong>l 10% <strong>de</strong> los estudiantes <strong>de</strong> octavo grado usan computadorassólo en su escuela, en el caso <strong>de</strong> Chile esa cifra sube a 49%. Lo mismo vale para el 37% <strong>de</strong>los estudiantes <strong>de</strong> 15 años mexicanos y el 24% <strong>de</strong> los uruguayos 8 .Pero a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> esta dimensión cuantitativa <strong>de</strong> la brecha digital, es importanteanalizar las promesas <strong>de</strong> las tecnologías <strong>de</strong> la información <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vistaespecíficamente pedagógico. En este aspecto, se <strong>de</strong>stacan dos problemas principales: ladinámica <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> contenidos y el impacto <strong>de</strong> las nuevas tecnologías sobre losresultados <strong>de</strong> aprendizaje.Con respecto a los contenidos, la paradoja que plantean las nuevas tecnologías esque mientras los sistemas educativos intentan introducir mayores niveles <strong>de</strong><strong>de</strong>scentralización en la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> los currículo <strong>de</strong> enseñanza, los contenidos <strong>de</strong> software,7 Sobre experiencias <strong>de</strong> introducción <strong>de</strong> tecnologías <strong>de</strong> la información en los países <strong>de</strong> América Latina pue<strong>de</strong>verse José J. Brunner y <strong>Juan</strong> C. Te<strong>de</strong>sco (eds.), Las nuevas tecnologías y el futuro <strong>de</strong> la educación. BuenosAires, Septiembre Grupo Editor, 2003.8 M. Guerra y otros, op. cit., pág. 22.5


web-sites, materiales multimediales, vi<strong>de</strong>os, etc. son producidos y evaluados por otrosactores, generalmente las empresas multinacionales que concentran el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> producción.Esta situación podría cambiar a partir <strong>de</strong> la ten<strong>de</strong>ncia a la producción <strong>de</strong> contenidospor parte <strong>de</strong> los usuarios, cada vez más fuerte en Internet, en lo que se <strong>de</strong>nomina la web 2.0.Estos fenómenos nuevos <strong>de</strong>ben ser analizados con atención. En el caso específico <strong>de</strong>lsistema educativo, es importante consi<strong>de</strong>rar la dimensión institucional <strong>de</strong> la participación<strong>de</strong> los usuarios. Por un lado, existe una obligación política por parte <strong>de</strong> los organismospúblicos (Ministerios <strong>de</strong> <strong>Educa</strong>ción) <strong>de</strong> asumir su responsabilidad en las <strong>de</strong>cisiones acerca<strong>de</strong> los contenidos que <strong>de</strong>ben ser transmitidos por las instituciones educativas. Estaobligación implica <strong>de</strong>finir diseños curriculares en el amplio sentido <strong>de</strong> la palabra:conocimientos, valores, actitu<strong>de</strong>s, competencias, habilida<strong>de</strong>s, etc., a ser aprendidas por losalumnos. Por el otro, el “usuario” en el sistema educativo es institucional y colectivo, encontraposición al habitual usuario individual que pue<strong>de</strong> ser aceptado en otros ámbitos <strong>de</strong><strong>de</strong>sempeño. El clásico <strong>de</strong>bate entre centralización y <strong>de</strong>scentralización, entrehomogeneización y diversificación curricular, asume ahora nuevas modalida<strong>de</strong>s. Loimportante, nuevamente, es reconocer que la incorporación <strong>de</strong> las nuevas tecnologías nogarantiza una u otra orientación. Definir dicha orientación es una tarea política, al servicio<strong>de</strong> la cual pue<strong>de</strong>n ponerse las tecnologías.En el mismo sentido, es importante observar las ten<strong>de</strong>ncias que se <strong>de</strong>sarrollen <strong>de</strong>s<strong>de</strong>el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> los costos <strong>de</strong> estas estrategias. Existe la posibilidad que los sectores <strong>de</strong>altos recursos intenten diferenciarse en el uso <strong>de</strong> las tecnologías <strong>de</strong> la información, por locual buscarán contenidos que se adapten a las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los alumnos y a la comunida<strong>de</strong>ducativa a la que pertenecen aunque tengan que pagar por ellos. Los sectores con bajosrecursos que acce<strong>de</strong>n a la red están prácticamente obligados a consumir únicamenteaquellos que son <strong>de</strong> distribución gratuita, es <strong>de</strong>cir los producidos por los portales oficiales uotros portales que no cobren por el acceso a los materiales 9 . Este es otro terreno <strong>de</strong> pugna,don<strong>de</strong> el software libre viene dando una difícil pero sostenida batalla y ya aparecendistintas versiones <strong>de</strong> software-educativos, aplicaciones <strong>de</strong> escritorio, graficadores,programas <strong>de</strong> edición multimedial, para citar sólo algunos ejemplos- que cumplen coneficiencia las funciones <strong>de</strong>l software propietario.En cuanto a los impactos sobre los resultados <strong>de</strong> aprendizaje, las investigaciones alrespecto indican que es preciso adoptar posiciones muy pru<strong>de</strong>ntes. Citaremos, al respecto,tres estudios importantes. El primero <strong>de</strong> ellos es el informe sobre los EEUU, ARetrospective on Twenty Years of <strong>Educa</strong>tion Technology Policy 10 . Las conclusiones <strong>de</strong>este informe indican que está aumentando el “gap” entre la promesa sobre el potencial <strong>de</strong>las tecnologías y los caminos por los cuales las dichas tecnologías pue<strong>de</strong>n producirrealmente cambios en las escuelas. Si bien las innovaciones y el financiamiento aumentanrápidamente, las investigaciones sobre cómo las tecnologías afectan el proceso <strong>de</strong>enseñanza-aprendizaje producen resultados muy lentamente.9 S. Gvirtz. y L. Manolakis. Op.cit.10 K.McMillan Culp, M. Honey, E. Mandinach. A Retrospective on Twenty Years of <strong>Educa</strong>tionTechnology Policy. U.S. Department of <strong>Educa</strong>tion, Office of <strong>Educa</strong>tional Technology, october 2003.6


El segundo estudio que merece ser citado es el que efectuaron Alvaro Marchesi yElena Martín en España 11 . Los objetivos <strong>de</strong> este estudio estuvieron orientados a indagaracerca <strong>de</strong> los cambios en las creencias y actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los profesores con respecto a lastecnologías <strong>de</strong> la información, a <strong>de</strong>tectar cambios en las actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los alumnos y en suvaloración <strong>de</strong> la enseñanza, a medir la influencia <strong>de</strong> los contenidos multimedia einteractivos en el aprendizaje <strong>de</strong> los alumnos, a valorar efectos diferenciales en función <strong>de</strong>conocimientos previos, motivación, interés, etc., a comprobar el impacto <strong>de</strong> la utilización<strong>de</strong> las tecnologías en las relaciones entre alumnos y a i<strong>de</strong>ntificar las condiciones quefacilitan o dificultan su utilización.Los resultados son muy interesantes porque permiten comprobar que los profesorescambian sus expectativas sobre las potencialida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l uso <strong>de</strong> las tecnologías a medida quelas conocen: cuanto más las conocen, menos expectativas tienen. Por otra parte, también secomprueba que los profesores tien<strong>de</strong>n a valorar mucho más el mo<strong>de</strong>lo tradicional <strong>de</strong>organización <strong>de</strong>l aula que el mo<strong>de</strong>lo basado en el uso <strong>de</strong> las tecnologías. Según los autores,“Los datos recogidos y las comparaciones realizadas sugieren que la enseñanza conor<strong>de</strong>nador no cambia por si misma el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> enseñanza y aprendizaje <strong>de</strong> losprofesores.” Y que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> los resultados <strong>de</strong> aprendizaje, los resultados indicanque no hay ninguna diferencia significativa entre las calificaciones <strong>de</strong> los que pasaron porel aula informática y los que siguieron en el aula tradicional.Por último, citaremos el estudio <strong>de</strong> Goery Delacôte 12 , director <strong>de</strong>l museo <strong>de</strong> ciencias<strong>de</strong> San Francisco. Si bien se trata <strong>de</strong> un estudio <strong>de</strong> hace más <strong>de</strong> una década, susconclusiones siguen siendo válidas en términos conceptuales. Delacôte mostró que lasescuelas dotadas <strong>de</strong> computadoras y <strong>de</strong> una red local no necesariamente operaban en formainnovativa, ya que no distribuían jamás las informaciones recolectadas en el exterior y lared era utilizada sólo para distribuir instrucciones a los terminales y recolectar losresultados <strong>de</strong> los ejercicios para evaluación. Las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> investigación y <strong>de</strong> acceso ala información para resolver un problema, buscar una explicación, etc. jamás eranaseguradas, lo cual le permitió sostener que una función tecnológica correcta (la red local)al servicio <strong>de</strong> una función pedagógica tradicional (la instrucción), tien<strong>de</strong> a reforzar elenfoque tradicional. En estos contextos, la red local queda confinada en una sala <strong>de</strong> clase oen el laboratorio, la instrucción se organiza por disciplina y en los horarios habituales, locual provoca que el computador sea utilizado para enseñar más que para apren<strong>de</strong>rEstas informaciones y el somero análisis que las acompaña permiten apreciar que esnecesario colocar las estrategias <strong>de</strong> incorporación <strong>de</strong> las tecnologías <strong>de</strong> la información en laeducación en el marco <strong>de</strong> una política educativa sistémica dirigida a reducir las<strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s, a romper el <strong>de</strong>terminismo social <strong>de</strong> los resultados <strong>de</strong> aprendizaje y apromover procesos <strong>de</strong> enseñanza-aprendizaje orientados por el objetivo <strong>de</strong> “apren<strong>de</strong>r a11 Alvaro Marchesi y Elena Martín. Tecnología y aprendizaje; Investigación sobre el impacto <strong>de</strong>lor<strong>de</strong>nador en el aula. Madrid, Instituto IDEA, 2003.12 Goéry Delacôte. Savoir apprendre; Les nouvelles métho<strong>de</strong>s. Paris, Ed. Odile Jacob, 1996.-7


apren<strong>de</strong>r”. Esa misión no nace naturalmente <strong>de</strong> las tecnologías sino que proviene <strong>de</strong> fuera<strong>de</strong> ellas. Obviamente, infraestructura <strong>de</strong> conectividad y provisión <strong>de</strong> equipamientos son lacondición necesaria para cualquier otra política en este campo.Al respecto, creo que existe un consenso amplio acerca <strong>de</strong> la hipótesis según la cualno existe una suerte <strong>de</strong> “<strong>de</strong>terminismo tecnológico” en la modificación <strong>de</strong> los estilos o losmo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> enseñanza y aprendizaje. Incorporar las tecnologías <strong>de</strong> la información noproduce necesaria ni automáticamente un cambio en los procesos <strong>de</strong> enseñanza yaprendizaje que tienen lugar en las escuelas. Sin embargo, la pregunta que subyace a estadiscusión se refiere a las enormes dificulta<strong>de</strong>s que existen para modificar los estilospedagógicos tradicionales. No es exagerado afirmar que la historia <strong>de</strong> la educación consiste,en gran parte, en la historia <strong>de</strong> los intentos <strong>de</strong> modificar dichos estilos. Creo que estapermanencia o esta dificultad para cambiar, no pue<strong>de</strong>n ser explicadas sólo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la propiadimensión pedagógica sino que nos encontramos ante un fenómeno social y cultural <strong>de</strong>enorme relevancia.Intentemos imaginar cómo sería una sociedad que logre universalizar efectivamenteel acceso a la educación, que permita a los alumnos construir pensamiento crítico,capacidad para resolver problemas, trabajar en equipo, experimentar y compren<strong>de</strong>r lacomplejidad <strong>de</strong>l mundo que nos ro<strong>de</strong>a. La pregunta obligada es: ¿qué tipo <strong>de</strong> sociedad escapaz <strong>de</strong> asumir la presencia <strong>de</strong> una población educada <strong>de</strong> esa manera?. Aceptemos quepara avanzar en la construcción <strong>de</strong> una sociedad capaz <strong>de</strong> universalizar el dominio <strong>de</strong> esascompetencias implica, entre otras transformaciones, una justa distribución <strong>de</strong>l ingreso y unamucha mayor <strong>de</strong>nsidad en la participación política. Por lo tanto, es un <strong>de</strong>safío “sistémico”,que trascien<strong>de</strong> lo pedagógico. Pero sostener que trascien<strong>de</strong> lo pedagógico no significa <strong>de</strong>cirque no pueda ni <strong>de</strong>ba trabajarse en esta dimensión.En ese sentido, es fundamental discutir la tensión entre contenidos y competencias,evitando tanto la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que sólo hay que transmitir contenidos como la inversa, muyfrecuente en los discursos pedagógicos, que sostiene que los contenidos ya no sonimportantes. El <strong>de</strong>safío que enfrentamos es transmitir conocimientos sobre losconocimientos o, dicho en otros términos, apren<strong>de</strong>r a apren<strong>de</strong>r es metacognición. Estimoque este es un punto fundamental en el análisis y la transformación <strong>de</strong> nuestras prácticaspedagógicas. Poner la mirada sobre las operaciones cognitivas nos permite, incluso,revalorizar algunas operaciones <strong>de</strong>nostadas y rechazadas en el pasado como, por ejemplo,apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> memoria. No se trata, por supuesto, <strong>de</strong> reivindicar las pautas <strong>de</strong> la pedagogíatradicional. Se trata, en cambio, <strong>de</strong> reflexionar y compren<strong>de</strong>r el sentido que tienen y el lugarque ocupan estas operaciones cognitivas en el proceso <strong>de</strong> aprendizaje. Si sabemos por qué<strong>de</strong>bemos memorizar o por qué <strong>de</strong>bemos automatizar una <strong>de</strong>terminada operación, siconocemos el sentido y el lugar que ocupa esa operación en el proceso global <strong>de</strong>laprendizaje, entonces la memorización o la repetición cambian completamente <strong>de</strong>significado. Un ejemplo que ilustra muy bien esta i<strong>de</strong>a lo brinda el aprendizaje <strong>de</strong> uninstrumento musical o <strong>de</strong> algún <strong>de</strong>porte. En estos casos, el aprendizaje implica repetir yautomatizar movimientos que permitirán ser creativos en el momento en que dichacreatividad sea necesaria.8


El otro aspecto sobre el cual las tecnologías <strong>de</strong> la información abren muchasesperanzas es el que se refiere a su impacto en las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> co-construcción <strong>de</strong>laprendizaje. Al respecto, vale la pena recordar que una <strong>de</strong> las paradojas <strong>de</strong> esta sociedadinformatizada es que genera al mismo tiempo más conectividad, más red, más capacidad <strong>de</strong>estar juntos y también causa más exclusión, más segmentación, más fragmentación. Losque entran en la red están más juntos que antes, pero entre los que entran y los que sequedan afuera hay mucha más separación que antes. En muchos casos las tecnologíastien<strong>de</strong>n a juntar a los que piensan igual. Cuando se analiza el uso <strong>de</strong> Internet, laconformación <strong>de</strong> las re<strong>de</strong>s, los blogs, y los intercambios que se producen, se aprecia que laspersonas se agrupan, se conectan y dialogan con los que piensan igual y no con losdiferentes 13 . Esto va asociado a ten<strong>de</strong>ncias que no son propias <strong>de</strong> las tecnologías sino <strong>de</strong> lasociedad. En una sociedad cada vez más <strong>de</strong>sigual, más segmentada y polarizada, no escasualidad que las tecnologías acompañen este proceso. Para modificar esta ten<strong>de</strong>ncia esnecesario incorporar la dimensión política, entendida como expresión <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>orientar el uso <strong>de</strong> las tecnologías hacia procesos <strong>de</strong> respeto a la diversidad, <strong>de</strong> solidaridad y<strong>de</strong> “apren<strong>de</strong>r a vivir juntos”.En el diseño <strong>de</strong> estas estrategias es necesario reconocer que la variable clave son losdocentes. Po<strong>de</strong>mos actuar sobre el equipamiento <strong>de</strong> las escuelas, los contenidoscurriculares, el tiempo <strong>de</strong>dicado a la enseñanza y muchos otros factores importantes ynecesarios. Sin embargo, en términos <strong>de</strong> políticas educativas, probablemente lo más difícilsea la cuestión docente. Cuando nos referimos a los docentes, es necesario reconocer queno estamos ante un cuerpo homogéneo. En el caso particular <strong>de</strong> la incorporación <strong>de</strong> lastecnologías <strong>de</strong> la información a la cultura profesional <strong>de</strong>l docente, es evi<strong>de</strong>nte que existeuna significativa heterogeneidad <strong>de</strong> situaciones.En el caso argentino, por ejemplo, una encuesta relativamente reciente mostraba queal menos un veinticinco por ciento <strong>de</strong> los docentes consi<strong>de</strong>raban a las tecnologías como unenemigo. Había otro veinticinco por ciento que estaba totalmente <strong>de</strong> acuerdo y un grupoque podía ser consi<strong>de</strong>rado como indiferente. Las estrategias respecto <strong>de</strong> los docentes, lascapacitaciones y la formación no pue<strong>de</strong>n ser las mismas con aquellos que ya están en unasituación <strong>de</strong> no prejuicio y entusiasmo, que con otros que son indiferentes o que todavíatienen una actitud <strong>de</strong> resistencia. Es necesario diseñar estrategias diferenciadas quepermitan enfrentar la heterogeneidad <strong>de</strong> situaciones que existen en la realidad.Concluyo alertando sobre la necesidad <strong>de</strong> que los procesos <strong>de</strong> introducción <strong>de</strong> lastecnologías <strong>de</strong> la información en las escuelas sean acompañados por instancias <strong>de</strong>experimentación y <strong>de</strong> evaluación, que son las únicas que pue<strong>de</strong>n evitar falsas ilusiones ygarantizar que las enormes inversiones que requieren estos procesos tengan los efectosbuscados. En este terreno, la acción está ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> altos riesgos. Sin embargo, la inaccióntambién es muy riesgosa. No tomar medidas que permitan introducir masivamente lastecnologías <strong>de</strong> la información en las escuelas implica <strong>de</strong>jar excluida a una parte importante<strong>de</strong> la población <strong>de</strong>l acceso a estos bienes. Creo que <strong>de</strong>bemos introducir mayores dosis <strong>de</strong>experimentación y <strong>de</strong> innovación en las políticas públicas, tal como permitimos en otros13 Un estudio muy interesante al respecto pue<strong>de</strong> verse en Azi Lev-On et Bernard Manin, “Internet: la maininvisible <strong>de</strong> la délibération”, en Esprit, n° 324, mayo <strong>de</strong> 2006.9


ámbitos <strong>de</strong> la sociedad. La posibilidad <strong>de</strong> garantizar el éxito <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> ir construyendosocialmente una cultura <strong>de</strong> <strong>de</strong>bate público sobre estos temas, con el máximo <strong>de</strong>información, rigor y transparencia.10


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