13.07.2015 Views

LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

LIBRO DE CONCORDIA COMPLETO - Escritura y Verdad

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

12] Hay en esta creencia muchos errores grandes y perniciosos que sería prolijo enumerar. Pienseel prudente lector tan sólo esto: si verdaderamente es ésta la justicia cristiana, ¿qué diferencia hay entrela filosofía y la doctrina de Cristo? Si conseguimos remisión de pecados por medio de actos espontáneos,¿de qué provecho nos es Cristo? Si podemos justificarnos por nuestra razón, o por las obras de nuestrarazón, ¿qué necesidad tenemos de Cristo o de regeneración?13] A causa de estas opiniones la discusión ha llegado al extremo de que muchos hacen burlade nosotros, porque enseñamos que es preciso buscar una justificación distinta de la merajustificación filosófica.14] Nos hemos enterado de que algunos, dejando a un lado el Evangelio, han explicado laética de Aristóteles en vez del sermón. Y no iban muy equivocados, si es verdad lo que defiendennuestros adversarios. Como Aristóteles ha escrito tan eruditamente en materia de ética, nada hay yaque indagar sobre ella.15] Vemos que circulan libros en los que se comparan palabras de Cristo con sentencias deSócrates, de Zenón y de otros, como si Cristo hubiese venido al mundo a promulgar leyes por medio de lascuales pudiéramos conseguir remisión de pecados, y no la tuviésemos por su gracia y por sus propiosméritos.16] Por tanto, si aceptamos la doctrina de nuestros adversarios según la cual conseguimosremisión de pecados y justificación por las obras de nuestra razón, no hay ninguna diferencia entre lajusticia filosófica, ciertamente farisaica, y la justicia cristiana.17] Si bien nuestros adversarios, para no olvidar del todo a Cristo, exigen el conocimiento de lahistoria de Cristo, y admiten que por su mérito se nos ha infundido cierto hábito, o como ellos dicen, primagratia, una primera gracia, que consideran como una inclinación a amar a Dios con más fervor,conceden no obstante muy poco a este hábito, porque piensan que los actos de la voluntad siguen siendode la misma especie antes y después de recibir dicho hábito. Imaginan que la voluntad puede amar a Dios,pero que este hábito la mueve a hacerlo con más fervor. Afirman que conseguimos primero este hábito porprevios merecimientos, y que conseguimos después por las obras de la ley un aumento de este hábito, yvida eterna.18] Así es como entierran a Cristo, para que los hombres no puedan beneficiarse de El como de unMediador, seguros de que por su mediación consiguen, por gracia, remisión de pecados yjustificación, y sueñen al contrario que por medio de su propio cumplimiento de la ley merecenperdón de pecados, y que por medio de este mismo cumplimiento de la ley son justificadosdelante de Dios, siendo así que nunca se satisface a la ley cuando la razón ejecuta sólo actosciviles, sin temer a Dios y sin creer que Dios se preocupa de ello. Por mucho que hablen de esehábito, ni puede haber en los hombres amor de Dios sin la justicia de la fe, ni puede entenderse loque es amor de Dios.19] La distinción que inventan entre el meritum congrui, o mérito debido, y el meritumcondigni, o mérito verdadero y completo, es tan sólo una artimaña para no dar la impresión deque siguen a Pelagio. Porque si Dios concede la gracia necesariamente por el meritum congrui, omérito debido, ya no es meritum congrui, sino meritum condigni, o mérito verdadero y completo.Pero no saben lo que dicen. Cuando ya existe ese hábito de amor, imaginan que el hombre puedeconseguir mérito de condigne. Pero por otra parte quieren que dudemos de que haya hábito.¿Cómo sabrán pues si consiguen mérito de congruo o de condigno, es decir, en parte o porcompleto?20] Pero todo esto ha sido inventado por hombres ociosos, que no saben cómo se consigueremisión de pecados, ni cómo se aleja de nosotros la confianza en nuestras obras cuando se tratadel juicio de Dios o de los temores de nuestra conciencia. Hipócritas seguros de sí mismos,piensan siempre que merecen de condigno, con mérito completo y verdadero, posean o no ese51

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!