Los Sentidos de la Violencia - Centro de Estudios en Seguridad ...
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A su padre le acortaron la condena y salió de la cárcel 3 años antes de lo previsto.“Lo primero que hizo fue llegar a vernos a la casa. Se encontró con que mi madretenía otro hombre y otro hijo, los agarró a golpes y los echó de la casa. Se destruyóel hogar al tiro”. La madre, con su pareja y el hijo de ambos, se fue a vivir a Mendoza,Argentina. Desde entonces Eduardo no la ha visto más. Eduardo comenzó a vivir consu padre y sus hermanos. Siguió asistiendo al Liceo Darío Salas, mientras su padreseguía en sus andanzas, aunque siempre cariñoso y protector. A los pocos meses llevóa la casa a otra mujer. La conviviente del padre tenía un carácter fuerte, “pero mipapá, con su propio carácter, la podía controlar”. Eduardo tenía 16 años y cursabasegundo medio cuando su padre cayó preso nuevamente. Esta vez lo condenaron a10 años por robo con violencia. La convivencia de Eduardo con la mujer de su padrese hizo conflictiva. En sus propias palabras: “Llegó un momento en que caí en unadepresión y dejé el liceo. Me fui a la casa del menor de mis tíos, también delincuente”.Con su tío, Eduardo se inició en la delincuencia, primero como monrero, luego comoasaltante de locales comerciales. Tenía 18 años cuando fue detenido y procesado porrobo con intimidación. Fue condenado a 5 años y hoy, a los 23 años, esta próximoa quedar en libertad. Es miembro activo de la comunidad evangélica dentro de lacárcel y confía que “con la ayuda de Dios y de mis hermanos voy a salir adelante ya cambiar de vida”. Y agrega: “El delincuente es delincuente por que tiene situacionesfamiliares o personales muy difíciles. Hay heridas en el corazón y pienso que gentecomo yo y gente peor que yo, si se les dieran herramientas podrían cambiar paramejor”.Historias de condenadosLuis Barros Lezaeta28MerindoDesde que tuvo uso de razón, Merindo supo que su madre lo abandonó cuando tenía1 año y 8 meses. Merindo se crió solo con su padre. Este era tallador en vidrio ytrabajaba en una fábrica de cristales. Ambos vivían en una pieza dentro de la mismafábrica. Merindo recuerda que era una mediagua de 6 x 3. “Mi papá, que en pazdescanse, era alcohólico, pero no murió de cirrosis. Mi papá murió de dieciochopuñaladas en el pecho que le dieron en una pelea por una mujer. Yo tenía 10 años.Mi papá estuvo hospitalizado 4 meses y allí se murió”. Merindo continuó viviendosolo en la mediagua que había compartido con su padre. Los patrones de su padrese preocuparon de su mantención y una trabajadora de la fábrica le preparaba lacomida. Luego ubicaron a un tío del niño, le dieron su tutela y el tío decidió internarloen un hogar de menores. Merindo cuenta que su experiencia allí fue mala. “Un hogarde menores es un lugar donde uno llega y es lo mismo que llegar a la cárcel. Allí, ano ser que sea un cabrito que anda botado en la calle, todos son delincuentes. Es lomismo que aquí en cana. Espero que me entienda. Aquí en cana estamos todos presosy llega un cabro primerizo que no ha robado en su perra vida, pues bien, esa personapor el solo hecho de conversar conmigo, que yo aquí, que yo acá, que yo he robadoesto y he robado esto otro, a la semana sabe como robar. El roce con gente que andarobando es una escuela de delincuencia. Así que en el hogar de menores afiné lamano. Cuando chicos todos teníamos un ideal, yo admiraba a los cabros más grandespor que pa´ ser delincuente tenía que ser inteligente. Así que me dije que yo queríaser como ellos o más que ellos”. A los 13 años Merindo se arrancó del hogar demenores. Junto a otros compañeros se dedicó a la monra y al cogoteo. Tenía 16 añoscuando lo detuvieron por hurto. Entonces se llevó la mayor sorpresa de su vida. Lollevaron al juzgado y allí había una mujer que le dijeron era su madre. Nunca ha
Historias de condenadossabido como lograron ubicarla, pero el hecho es que estaba allí y pudo conocerlatras 14 años sin saber de ella. Su madre firmó su ingreso a un centro de menoresdonde permaneció 17 meses. La mujer fue a verlo varias veces, pero según Merindo:“con mi mamá es una distancia muy grande por que la conocí por casualidad”. Tantoes así que, al salir del centro de menores, no quiso ir donde su madre y prefirió vivirpor cuenta propia. Volvió a sus andanzas, sólo que ahora delinquía en grande,integrando una banda de asaltantes de locales comerciales. Tenía 18 años cuandolo detuvieron por robo con intimidación. Lo condenaron a 5 años. Cumplió sucondena y, a los pocos meses de estar libre, reincidió. Esta vez lo condenaron a 10años. Hoy tiene 30 años y le faltan 4 años para volver a quedar en libertad. Cuandose le pregunta, ¿qué crees que te faltó para tener una vida distinta a la que hastenido?, Merindo se queda pensativo un rato y luego musita simplemente: “es quemi vida ha sido muy re fea”.Historias como éstas son las que reiteran los entrevistados. Las más frecuentes sonhistorias como las de Claudio, de Nelson, de Merindo, es decir, historias que hablande descontención, maltrato, abandono en plena niñez. Menos frecuentes son historiascomo la de Tito, vale decir, historias que confrontan ganas de tener con la falta deoportunidades para conseguirlo y el ejemplo de jóvenes delincuentes que sí tienenlo que quieren. La historia de Eduardo, vástago de una familia de delincuentes esun caso único entre los entrevistados.Ahora bien, si se contrastan las historias de los entrevistados con las teorías esbozadasacerca del origen de la violencia, se observa que tanto la teoría psicoanalítica, comola teoría de la frustración – agresión, arrojan luces acerca de los motivos que habríantenido los entrevistados para ejercer la delincuencia de forma violenta.Desde el punto de vista de la teoría psicoanalítica, la experiencia traumática quecaracteriza la niñez y la adolescencia de buena parte de los entrevistados, se avienecon el supuesto de las dificultades que encuentra el sujeto para elaborar sus impulsosdestructivos en circunstancias de descontención, de maltrato, de abandono, porparte de su entorno familiar y adulto. Los niños necesitan para su desarrollo personalde un sentimiento de seguridad, de estabilidad externa sin la cual pueden desquiciarse.Requieren pues de un entorno adulto presente, fuerte, cariñoso, seguro, confiable.Requieren de adultos que les transmitan consistentemente las convenciones y normasdel medio social, que les definan un marco de realidad que los provea de certezasy un marco moral que les inculque límites entre lo tenido por bueno y por malo,que los traten amablemente, cosa que puedan sentir la vida como un hogar al quepertenecen. Winnicott, el afamado psicoanalista inglés, afirma al respecto: “Eldesarrollo del “Yo” requiere de un soporte ambiental, de un hogar contenedor”. Yél mismo, tras su larga experiencia con jóvenes antisociales, llega a sostener que:“La tendencia a la delincuencia se originaría en una falla ambiental en el soportedel Yo" 18 .18 D.W. Winnicott, Op.Los sentidos de la violencia29
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A su padre le acortaron <strong>la</strong> con<strong>de</strong>na y salió <strong>de</strong> <strong>la</strong> cárcel 3 años antes <strong>de</strong> lo previsto.“Lo primero que hizo fue llegar a vernos a <strong>la</strong> casa. Se <strong>en</strong>contró con que mi madret<strong>en</strong>ía otro hombre y otro hijo, los agarró a golpes y los echó <strong>de</strong> <strong>la</strong> casa. Se <strong>de</strong>struyóel hogar al tiro”. La madre, con su pareja y el hijo <strong>de</strong> ambos, se fue a vivir a M<strong>en</strong>doza,Arg<strong>en</strong>tina. Des<strong>de</strong> <strong>en</strong>tonces Eduardo no <strong>la</strong> ha visto más. Eduardo com<strong>en</strong>zó a vivir consu padre y sus hermanos. Siguió asisti<strong>en</strong>do al Liceo Darío Sa<strong>la</strong>s, mi<strong>en</strong>tras su padreseguía <strong>en</strong> sus andanzas, aunque siempre cariñoso y protector. A los pocos meses llevóa <strong>la</strong> casa a otra mujer. La convivi<strong>en</strong>te <strong>de</strong>l padre t<strong>en</strong>ía un carácter fuerte, “pero mipapá, con su propio carácter, <strong>la</strong> podía contro<strong>la</strong>r”. Eduardo t<strong>en</strong>ía 16 años y cursabasegundo medio cuando su padre cayó preso nuevam<strong>en</strong>te. Esta vez lo con<strong>de</strong>naron a10 años por robo con viol<strong>en</strong>cia. La conviv<strong>en</strong>cia <strong>de</strong> Eduardo con <strong>la</strong> mujer <strong>de</strong> su padrese hizo conflictiva. En sus propias pa<strong>la</strong>bras: “Llegó un mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que caí <strong>en</strong> una<strong>de</strong>presión y <strong>de</strong>jé el liceo. Me fui a <strong>la</strong> casa <strong>de</strong>l m<strong>en</strong>or <strong>de</strong> mis tíos, también <strong>de</strong>lincu<strong>en</strong>te”.Con su tío, Eduardo se inició <strong>en</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>lincu<strong>en</strong>cia, primero como monrero, luego comoasaltante <strong>de</strong> locales comerciales. T<strong>en</strong>ía 18 años cuando fue <strong>de</strong>t<strong>en</strong>ido y procesado porrobo con intimidación. Fue con<strong>de</strong>nado a 5 años y hoy, a los 23 años, esta próximoa quedar <strong>en</strong> libertad. Es miembro activo <strong>de</strong> <strong>la</strong> comunidad evangélica <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong>cárcel y confía que “con <strong>la</strong> ayuda <strong>de</strong> Dios y <strong>de</strong> mis hermanos voy a salir a<strong>de</strong><strong>la</strong>nte ya cambiar <strong>de</strong> vida”. Y agrega: “El <strong>de</strong>lincu<strong>en</strong>te es <strong>de</strong>lincu<strong>en</strong>te por que ti<strong>en</strong>e situacionesfamiliares o personales muy difíciles. Hay heridas <strong>en</strong> el corazón y pi<strong>en</strong>so que g<strong>en</strong>tecomo yo y g<strong>en</strong>te peor que yo, si se les dieran herrami<strong>en</strong>tas podrían cambiar paramejor”.Historias <strong>de</strong> con<strong>de</strong>nadosLuis Barros Lezaeta28MerindoDes<strong>de</strong> que tuvo uso <strong>de</strong> razón, Merindo supo que su madre lo abandonó cuando t<strong>en</strong>ía1 año y 8 meses. Merindo se crió solo con su padre. Este era tal<strong>la</strong>dor <strong>en</strong> vidrio ytrabajaba <strong>en</strong> una fábrica <strong>de</strong> cristales. Ambos vivían <strong>en</strong> una pieza <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> mismafábrica. Merindo recuerda que era una mediagua <strong>de</strong> 6 x 3. “Mi papá, que <strong>en</strong> paz<strong>de</strong>scanse, era alcohólico, pero no murió <strong>de</strong> cirrosis. Mi papá murió <strong>de</strong> dieciochopuña<strong>la</strong>das <strong>en</strong> el pecho que le dieron <strong>en</strong> una pelea por una mujer. Yo t<strong>en</strong>ía 10 años.Mi papá estuvo hospitalizado 4 meses y allí se murió”. Merindo continuó vivi<strong>en</strong>dosolo <strong>en</strong> <strong>la</strong> mediagua que había compartido con su padre. <strong>Los</strong> patrones <strong>de</strong> su padrese preocuparon <strong>de</strong> su mant<strong>en</strong>ción y una trabajadora <strong>de</strong> <strong>la</strong> fábrica le preparaba <strong>la</strong>comida. Luego ubicaron a un tío <strong>de</strong>l niño, le dieron su tute<strong>la</strong> y el tío <strong>de</strong>cidió internarlo<strong>en</strong> un hogar <strong>de</strong> m<strong>en</strong>ores. Merindo cu<strong>en</strong>ta que su experi<strong>en</strong>cia allí fue ma<strong>la</strong>. “Un hogar<strong>de</strong> m<strong>en</strong>ores es un lugar don<strong>de</strong> uno llega y es lo mismo que llegar a <strong>la</strong> cárcel. Allí, ano ser que sea un cabrito que anda botado <strong>en</strong> <strong>la</strong> calle, todos son <strong>de</strong>lincu<strong>en</strong>tes. Es lomismo que aquí <strong>en</strong> cana. Espero que me <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>da. Aquí <strong>en</strong> cana estamos todos presosy llega un cabro primerizo que no ha robado <strong>en</strong> su perra vida, pues bi<strong>en</strong>, esa personapor el solo hecho <strong>de</strong> conversar conmigo, que yo aquí, que yo acá, que yo he robadoesto y he robado esto otro, a <strong>la</strong> semana sabe como robar. El roce con g<strong>en</strong>te que andarobando es una escue<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>de</strong>lincu<strong>en</strong>cia. Así que <strong>en</strong> el hogar <strong>de</strong> m<strong>en</strong>ores afiné <strong>la</strong>mano. Cuando chicos todos t<strong>en</strong>íamos un i<strong>de</strong>al, yo admiraba a los cabros más gran<strong>de</strong>spor que pa´ ser <strong>de</strong>lincu<strong>en</strong>te t<strong>en</strong>ía que ser intelig<strong>en</strong>te. Así que me dije que yo queríaser como ellos o más que ellos”. A los 13 años Merindo se arrancó <strong>de</strong>l hogar <strong>de</strong>m<strong>en</strong>ores. Junto a otros compañeros se <strong>de</strong>dicó a <strong>la</strong> monra y al cogoteo. T<strong>en</strong>ía 16 añoscuando lo <strong>de</strong>tuvieron por hurto. Entonces se llevó <strong>la</strong> mayor sorpresa <strong>de</strong> su vida. Lollevaron al juzgado y allí había una mujer que le dijeron era su madre. Nunca ha