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Huertas del Iregua, economía verde en La Rioja

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<strong>Huertas</strong> <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong>, economía <strong>verde</strong> <strong>en</strong> <strong>La</strong> <strong>Rioja</strong>Recuperación<strong>del</strong> patrimoniosocial, culturaly natural a piede ríoCiruelo <strong>en</strong> flor y escribano soteñoÓleo Artisan / Lino, 61 x 45 cm


ción ciudadana no solo consiguió quecerezos, perales y melocotoneros. Ala talla se recuperara dos meses después,sino que creó un poso de apegola Fiesta de la Ciruela, justo <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>aHemos comprobado que algunascomi<strong>en</strong>zos de agosto le toca el turno aplantas vi<strong>en</strong><strong>en</strong> bi<strong>en</strong> para ahuy<strong>en</strong>taral patrimonio cultural que permitiótemporada de recolección de la fruta.que Panal, dieciséis años después yesta vez con un mo<strong>del</strong>o de colaboracióna determinados insectos dañinos paralas cosechas. Por ejemplo, la raíz <strong>del</strong>Por último, el domingo anterior al díade Navidad se celebra la Jornada decooperativa de vecinos y vecinas,la Pasa, festejo con el que se iniciótagete o clavel chino es eficaz para evitarconsiguiera el dinero necesario parael proyecto <strong>en</strong> 1999 y que sirve paraadquirir de un anticuario otra talla el ataque de gusanos nematodos.dar a conocer la “segunda vida” comogótica de la Virg<strong>en</strong> María, v<strong>en</strong>didapasa de las ciruelas, además de melocotones,peras y hasta tomates. TodosMercedes Pesotambién <strong>en</strong> Nalda hace set<strong>en</strong>ta años.Agricultora y responsable de producción de <strong>Huertas</strong> <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong>Entre una y otra fecha, <strong>en</strong> Panal impulsaronellos recib<strong>en</strong> el nombre de “orejones”.también la recuperación deuna de las estrellas de su huerta: la ciruela claudia reina <strong>verde</strong>.“<strong>La</strong>s cirueleras estaban abandonadas, pero es que, además, todoel paisaje social y cultural que estaba unido a ellas también había desaparecido<strong>La</strong> necesidad de recuperar la id<strong>en</strong>tidad culturalcampesina de Naldacasi totalm<strong>en</strong>te”. Así pinta cómo estaba el panorama Ra-quel Ramírez, secretaria de Panal e impulsora de varios de los proyectossurgidos a partir de esta organización, incluido el de <strong>Huertas</strong> <strong>del</strong><strong>Iregua</strong>. “Esto nos hizo ver –añade– que a través de la puesta <strong>en</strong> cultivode una variedad de fruta tradicional podíamos empr<strong>en</strong>der otras accionesde recuperación <strong>del</strong> patrimonio cultural, de dinamización socialy, por qué no, de formación y creación de empleo”. Para llevar a mejorpuerto estos objetivos, desde Panal surge <strong>en</strong> el año 2000 la Asociaciónpara el Empleo y el Desarrollo Sost<strong>en</strong>ible y <strong>en</strong> Igualdad de Nalda y suEntorno, más conocida como El Colletero.Con la colaboración de la cooperativa agrícola de la localidad y elAyuntami<strong>en</strong>to de Nalda, El Colletero empr<strong>en</strong>dió el camino para devolverel protagonismo a la variedad de ciruela claudia reina <strong>verde</strong>. Lohizo con la celebración de tres festejos que repres<strong>en</strong>tan el ciclo agrícolade la fruta y fom<strong>en</strong>tan la participación ciudadana. Desde <strong>en</strong>tonces,el primer domingo de abril ti<strong>en</strong>e lugar la Fiesta <strong>del</strong> Ciruelo <strong>en</strong> Flor,que coincide no solo con la floración de este frutal, sino también deCon el comi<strong>en</strong>zo de siglo se multiplican las iniciativas de El Colletero:participan <strong>en</strong> la recuperación y mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de un rebaño de cabrasque conlleva la formación e integración social de un pastor cabreroproced<strong>en</strong>te de la inmigración búlgara; empr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> labores de limpiezay rehabilitación g<strong>en</strong>eral <strong>del</strong> río Torredano, aflu<strong>en</strong>te <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong>; pon<strong>en</strong><strong>en</strong> marcha el proyecto “El huerto escolar: experi<strong>en</strong>cia educativa de desarrollosost<strong>en</strong>ible”, y fom<strong>en</strong>tan la gestión integrada y conservadora dehuertas, arbolados (especialm<strong>en</strong>te choperas) y zonas de parajes naturales.Fue también a partir de 2001 cuando comi<strong>en</strong>zan a hacerse cargo<strong>del</strong> mant<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to de algunos cerezales y cirueleras, sobre todo de losagricultores tradicionales más significados que se iban jubilando y queya no recolectaban los frutos.El salto cualitativo se da <strong>en</strong> 2004, cuando pasan a <strong>en</strong>cargarse <strong>del</strong>cuidado completo de las cirueleras, cedidas por esos mismos agricultoresjubilados. “Pusimos un cartel <strong>en</strong> la plaza para anunciar qu<strong>en</strong>os ofrecíamos a limpiar y cultivar sus tierras –explican <strong>en</strong> El Colle-56


Con la producción de las huertas que gestionan <strong>en</strong> El Colletero se ll<strong>en</strong>an ci<strong>en</strong> bolsas semanales que se destinan a otras tantas familias asociadas a la cooperativa.57


<strong>La</strong> iniciativa cuajó de tal manera que <strong>en</strong> 2007 se crea otra organización<strong>en</strong> la que se consigue implicar a un pueblo cercano: la AsociaciónCiruela de Nalda y Quel. <strong>La</strong> variedad claudia reina <strong>verde</strong> solose da <strong>en</strong> los valles <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong> y el Cidacos (donde se levanta Quel) yse caracteriza por su dulzura y su predisposición a ser secada. Todoeste movimi<strong>en</strong>to permite que <strong>en</strong> la actualidad se comercialice con lamarca Ciruela de Nalda y Quel tanto <strong>en</strong> fresco como deshidratada,proced<strong>en</strong>te de dieciseis municipios de ambos valles. Casi <strong>en</strong> paralelo,desde El Colletero surg<strong>en</strong> nuevas iniciativas, que se concretan <strong>en</strong> doscooperativas de trabajo: Nalda Cop XXI, dedicada a la infancia y laeducación, y Mar <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong>, c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> la at<strong>en</strong>ción a los mayores y laayuda a domicilio.<strong>La</strong> formación y el respeto ambi<strong>en</strong>tal,dos características es<strong>en</strong>cialesUna de las tradiciones que han revitalizado desde El Colletero es el secadoartesanal de pasas de ciruelas.tero–, pero tuvimos que retirarlo a los pocos días porque t<strong>en</strong>íamosmás peticiones que capacidad de gestionar las tierras”. <strong>La</strong> respuestaera lógica porque se veían re<strong>verde</strong>cer tierras abandonadas y regresabauna id<strong>en</strong>tidad de la cultura campesina <strong>del</strong> pueblo que se perdíapoco a poco.Con los pasos dados hasta ese mom<strong>en</strong>to quedaba ya poco para que elproyecto <strong>Huertas</strong> <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong> <strong>en</strong>trara <strong>en</strong> acción. “En 2007 com<strong>en</strong>zamosa diseñarlo y <strong>en</strong> 2009 ya estaban cultivadas las primeras huertas”, recuerdaYolanda Rico, <strong>en</strong>cargada de la logística y coordinación. Se puededecir que septiembre de 2009 es la fecha oficial de puesta <strong>en</strong> marcha, yaque es <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to cuando comi<strong>en</strong>za, por un lado, la búsqueda dehuertas a recuperar y, por otro, los espacios naturales a restaurar.Sin embargo, quedaba un apartado es<strong>en</strong>cial: la formación. Gracias ala colaboración económica de la Fundación Biodiversidad y a la obt<strong>en</strong>ciónde fondos europeos, se empr<strong>en</strong>dieron cursos de formación paradesarrollar con garantías todas las etapas <strong>del</strong> proceso, desde el cultivo ala comercialización. Se dio prefer<strong>en</strong>cia a los desempleados de Nalda y apersonas con problemas de integración social. “Trabajamos mucho conlas mujeres, como una forma de aum<strong>en</strong>tar su autoestima d<strong>en</strong>tro de laslabores <strong>del</strong> campo. Siempre p<strong>en</strong>samos <strong>en</strong> ofrecer servicios adaptados alas personas y ya <strong>en</strong>tonces la que podía pagar lo hacía, y a la que no, le58


dábamos becas, coordinándonos condan también al control de las plagas.Hlos servicios sociales <strong>del</strong> Ayuntami<strong>en</strong>to”.Raquel Ramírez resume de estaque antes era difícil observar, comoan adquirido experi<strong>en</strong>cia, sacan a<strong>del</strong>ante “Ahora vemos con más asiduidad aveslas huertas con éxito y hasta nosmanera los primeros pasos de <strong>Huertas</strong>perdices y abubillas”, concluy<strong>en</strong> diversasvoces d<strong>en</strong>tro de El Colletero.<strong>del</strong> <strong>Iregua</strong>. En El Colletero consideranpued<strong>en</strong> mostrar un camino a seguir fr<strong>en</strong>te a lafundam<strong>en</strong>tal este período de formación,agricultura int<strong>en</strong>siva de grandes latifundios.Que el <strong>Iregua</strong> vea mermada la car-y para consolidarlo contaron conga de contaminantes y el acoso a susRicardo Ruizel asesorami<strong>en</strong>to y pres<strong>en</strong>cia de profesoresde la Universidad de <strong>La</strong> <strong>Rioja</strong>,el visón europeo. Los ríos de <strong>La</strong> <strong>Rioja</strong>riberas ti<strong>en</strong>e otro b<strong>en</strong>eficiario directo:Presid<strong>en</strong>te de la cooperativa agrícola de Naldaque diseñaron el programa educativo.Durante todo el proceso no se ha perdido de vista el marchamoambi<strong>en</strong>tal <strong>del</strong> mismo. Desde las m<strong>en</strong>cionadas restauraciones de choperas<strong>en</strong> las márg<strong>en</strong>es <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong> y el Torredano hasta el respeto escrupulosoa la rotación de cultivos, el uso de abono orgánico, la utilizaciónde fitosanitarios naturales y la comercialización solo de productosson de los pocos <strong>del</strong> norte de Españaque acog<strong>en</strong> a uno de los mamíferos más am<strong>en</strong>azados <strong>del</strong> contin<strong>en</strong>te(está declarado <strong>en</strong> peligro de extinción). Según los últimos datos <strong>del</strong>Gobierno de <strong>La</strong> <strong>Rioja</strong>, el río <strong>Iregua</strong> es el tercer cauce de la región conuna población mayor, tras el Ebro y el Najerilla. El visón cu<strong>en</strong>ta conun plan de recuperación, al igual que el águila-azor perdicera, otrade temporada (sin necesidad de recurrir a invernaderos y muy pocoa cámaras de frío), El Colletero ha mant<strong>en</strong>ido altas las exig<strong>en</strong>cias desost<strong>en</strong>ibilidad. En este apartado les ha asesorado la empresa VidarConsultoría y Servicios Agrarios, que <strong>en</strong>tre otras prestaciones han facilitadotrampas de captura masiva y de monitoreo para controlar conantelación las plagas, y sus conocimi<strong>en</strong>tos para realizar medidas prev<strong>en</strong>tivasde lucha contra las mismas.Mercedes Peso, responsable de Producción de <strong>Huertas</strong> <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong>,constata que “hemos comprobado que algunas plantas vi<strong>en</strong><strong>en</strong> bi<strong>en</strong>para ahuy<strong>en</strong>tar a determinados insectos dañinos para las cosechas. Porejemplo, la raíz <strong>del</strong> tagete o clavel chino es eficaz para evitar el ataquede gusanos nematodos. <strong>La</strong> albahaca plantada <strong>en</strong>tre pimi<strong>en</strong>tos y tomatestambién disuade <strong>del</strong> ataque de otros insectos”. Raquel Ramírez añadeel efecto b<strong>en</strong>eficioso de la vegetación natural: “uno de nuestros propósitosprincipales es mant<strong>en</strong>er las lindes <strong>en</strong>tre el resto de huertas y loscaminos, respetando, por cierto, la ley de lindes, que la gran mayoría nocumple y met<strong>en</strong> la azada hasta la orilla de los caminos”. En esas lindescrece una vegetación propicia para alojar pájaros insectívoros que ayu-El proyecto ha implicado a gran parte de la población de Nalda <strong>en</strong> actividadescomo la elaboración de “orejones” de melocotones.59


En primer término, uno de los terr<strong>en</strong>os que se cultivan d<strong>en</strong>tro <strong>del</strong> proyecto <strong>Huertas</strong> <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong> y, al fondo, los cortados de Peña Baj<strong>en</strong>za.60


especie catalogada <strong>en</strong> peligro de extinción que ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> Nalda una desus áreas de interés especial para su recuperación. Ambos planes hancontribuido a fr<strong>en</strong>ar el declive <strong>del</strong> mamífero y la rapaz.De la incredulidad, al principio,al reconocimi<strong>en</strong>to social posteriorFinalizado el plan para recuperar las huertas y su <strong>en</strong>torno, concluida laetapa de formación y realizada la prospección de socios interesados <strong>en</strong><strong>en</strong>trar a formar parte <strong>del</strong> club de consumo, los cultivos de dec<strong>en</strong>as devariedades de frutas, verduras y hortalizas estaban ya <strong>en</strong> disposición desalir hacia los cli<strong>en</strong>tes. Eso ocurrió <strong>en</strong> mayo de 2010, fecha <strong>en</strong> la que<strong>en</strong>tregaron las primeras cestas. Diez personas <strong>en</strong> formación, otras diezcomo voluntarias (desde mujeres que <strong>en</strong>vasan a agricultores que lesced<strong>en</strong> un tractor) dos contratadas a jornada completa (Yolanda Rico yMercedes Peso) y otras empleadas según las necesidades tiran a<strong>del</strong>antede una iniciativa que suma ya ci<strong>en</strong> socios y el reconocimi<strong>en</strong>to <strong>del</strong> resto<strong>del</strong> pueblo, que al principio contempló incrédulo la av<strong>en</strong>tura <strong>en</strong> la quese embarcaban sus mujeres, hijas o simplem<strong>en</strong>te vecinas.El reconocimi<strong>en</strong>to llega desde el alcalde de Nalda, Daniel Osés,que no oculta la importancia de esos logros: “no solo han conseguidorecuperar el cultivo tradicional de frutas que eran popularm<strong>en</strong>tereconocidas, sino que dinamizan la economía <strong>del</strong> pueblo, creanpuestos de trabajo y devuelv<strong>en</strong> a Nalda el protagonismo que siempretuvo como suministradora de productos de calidad de su huerta”. <strong>La</strong>gran mayoría de los agricultores también ha acabado por admitir laviabilidad de la propuesta de El Colletero. Ricardo Ruiz, presid<strong>en</strong>tede la cooperativa agrícola de Nalda, reconoce que algunos de suscolegas “p<strong>en</strong>saban que estaban locas, pero se ha visto que val<strong>en</strong>,han adquirido experi<strong>en</strong>cia, sacan a<strong>del</strong>ante las huertas con éxito yhasta nos pued<strong>en</strong> mostrar un camino a seguir fr<strong>en</strong>te a la agriculturaint<strong>en</strong>siva de grandes latifundios, para regresar a la familiar característicade Nalda, Albelda o Alberite”. Añade además que han rotocon la dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia <strong>del</strong> intermediario. “Al ir directam<strong>en</strong>te al consumidor–asegura Ruiz– evitan la injusticia de t<strong>en</strong>er que v<strong>en</strong>der atreinta céntimos un kilo de pera confer<strong>en</strong>cia que te <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tras <strong>en</strong> elmercado a 1,50 euros”.<strong>La</strong>s huertas están abiertas para contemplarla biodiversidad cultivadaLos habitantes de Nalda conoc<strong>en</strong> de primera mano las huertas de ElColletero, pero los socios y socias que forman el club de consumo tambiénti<strong>en</strong><strong>en</strong> oportunidad de acercarse e incluso participar <strong>en</strong> algunastareas. Sea <strong>en</strong> la recogida de las cestas, sea <strong>en</strong> los paseos por las huertas<strong>del</strong> <strong>Iregua</strong>, les sorpr<strong>en</strong>de la biodiversidad de cultivos: habas, guisantes,coliflor de distintas variedades, coles (berza amarilla, asa de cántaro,lombarda, coles de Bruselas), espinaca, escarola, acelga, apio, achicoria,lechuga, patata, alubia, cebolla (<strong>verde</strong> y roja), ajo, borraja, calabacín, pepino,calabaza (también con difer<strong>en</strong>tes variedades), alcachofa, ber<strong>en</strong>j<strong>en</strong>a,pimi<strong>en</strong>tos (<strong>verde</strong>, de asar), rábanos, remolacha de mesa, tomateorejón (destinado al secado al sol), caparrón (“variedades de caparrónriojano hay diez y nosotras int<strong>en</strong>tamos sacarlas todas”, apuntan), garbanzos,cardo… Y esto sin contar la fruta. Solo <strong>en</strong>tre las ciruelas, apartede la claudia reina <strong>verde</strong>, han com<strong>en</strong>zado a experim<strong>en</strong>tar con el cultivode ciruela de la rosa, de Tolosa, amarilla y sanjuaneña.A la hora de plantearse el futuro, <strong>en</strong> El Colletero prefier<strong>en</strong> hablar, másque de ampliar su iniciativa (“con ci<strong>en</strong> socios t<strong>en</strong>emos bastante”, aseguran),de replicarla; que se exti<strong>en</strong>da la idea y la acción al resto de municipios<strong>del</strong> valle <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong>. Falta hace. Gonzalo Villalba, socio de Vidar y técnicode la Asociación Ciruela de Nalda y Quel, confirma la ineficacia de aquelplan especial de 1988 para proteger este paraje: “el número de edificacionesno ha parado de aum<strong>en</strong>tar, de tal forma que hoy <strong>en</strong> día podemos <strong>en</strong>contraralrededor de 1.300 a ambos lados <strong>del</strong> río y <strong>en</strong> ap<strong>en</strong>as diez kilóme-61


<strong>La</strong> jugosa fresa de Nalda es otra de las variedades locales que se han recuperadod<strong>en</strong>tro de <strong>Huertas</strong> <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong>.tros, las cuales no respetan <strong>en</strong> absoluto la legislación actual, <strong>en</strong>contrando<strong>en</strong> ocasiones aberraciones como urbanizaciones resid<strong>en</strong>ciales y auténticasmansiones, todas ellas construidas sin permiso”. Se confía <strong>en</strong> que la inclusiónde la zona <strong>en</strong> la red Natura 2000 repare estos desatinos.Afortunadam<strong>en</strong>te, hay personas que se empecinan <strong>en</strong> que reine eloptimismo. Una de las huertas que trabajan desde El Colletero se sitúajusto fr<strong>en</strong>te a las Puertas de <strong>La</strong> <strong>Rioja</strong>, es decir, fr<strong>en</strong>te a Peña Baj<strong>en</strong>za.El río <strong>Iregua</strong> su<strong>en</strong>a cerca. No se le ve porque lo arropa una abigarradaformación de sauces, alisos y chopos. En las alturas los buitres leonados,emblemas de estas peñas junto al búho real, el águila real y el halcónperegrino, planean <strong>en</strong> grupo. Alrededor, aparte de alguna parcelacon chalet, piscina y alambrada, sobresale de nuevo la biodiversidadagrícola que inspira al proyecto <strong>Huertas</strong> <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong>: ciruelos, higueras,granados, avellanos, castaños de Indias, nísperos, olivos, tomateras,alubias, girasoles… Entre esta “mezcla pacífica” de cultivos sobresaleuno por su color y aroma. Unos surcos con fresas invitan a servirse ycomprobar que todo está <strong>en</strong> ord<strong>en</strong>, que la calidad agrícola y culinariano ti<strong>en</strong>e por qué estar reñida con la ambi<strong>en</strong>tal.62


Mercedes Peso, agricultora y responsable de Producción de<strong>Huertas</strong> <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong>Ver de nuevo cómo se produc<strong>en</strong> fresas deNalda supone una gran alegría para muchoshabitantes <strong>del</strong> puebloA Merche, como la llaman todas sus compañeras <strong>en</strong> El Colletero,el proyecto <strong>Huertas</strong> <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong> le ha servido para re<strong>en</strong>contrarsecon labores, frutos y aromas que recuerda <strong>del</strong> pasado, cuandoayudaba a sus padres <strong>en</strong> las tareas agrícolas. Ahora es una de lasdos empleadas d<strong>en</strong>tro de la iniciativa y se muestra satisfecha departicipar activam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la misma.P. ¿Todo ha sido tan satisfactorio desde el principio?R. No, al principio mucha g<strong>en</strong>te dudaba de nuestro proyecto, sobretodo los agricultores, aunque también es cierto que hemos apr<strong>en</strong>didocosas de ellos. También pasamos mom<strong>en</strong>tos muy duros, porque las fincasque nos cedieron estaban <strong>en</strong> muy mal estado. Había que limpiarlas,desbrozarlas y luego empezar a preparar la tierra y cultivar.P. Y esa recuperación se hizo con métodos de cultivo que volvíana la tradición y respetan el <strong>en</strong>torno. ¿Un motivo más queinvitaba a la incompr<strong>en</strong>sión?R. <strong>La</strong> g<strong>en</strong>te nos decía que sin los fitosanitarios químicos no íbamos asacar a<strong>del</strong>ante las cosechas, pero se sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> cuando v<strong>en</strong> que t<strong>en</strong>emosuna producción tan bu<strong>en</strong>a o mejor que la de ellos. Por ejemplo, les hemosdemostrado que dejando determinadas hierbas <strong>en</strong>tre los cultivos no disminuyela producción e incluso algunas ahuy<strong>en</strong>tan a insectos dañinos.No es necesario echar herbicidas o plaguicidas a las primeras de cambio.P. ¿Al final se han dado cu<strong>en</strong>ta de lo b<strong>en</strong>eficioso <strong>del</strong> proyecto?R. Sí, y más cuando vuelv<strong>en</strong> a probar sabores y recuperar tradicionesque casi se pierd<strong>en</strong>. Lo de ver de nuevo cómo se produc<strong>en</strong> fresas deNalda, que fue una de las estrellas de estas huertas hace treinta años,Mercedes Peso recoge algunos de los tomates y lechugas que se repartiráncon posterioridad a socios y socias de la cooperativa.y cómo volvemos al secado natural de varios frutos (pasas, orejones demelocotón, tomate, etc.), al sol y sin ninguna ayuda de combustibles,supone una gran alegría para muchos habitantes <strong>del</strong> pueblo.Mi<strong>en</strong>tras Merche sigue con las tareas agrícolas <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>a recogidade tomates, rescatamos unas palabras suyas de la <strong>en</strong>trevista quela periodista Vanessa Ruíz le hace <strong>en</strong> la revista Cuadernos <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong>.En ella habla de su responsabilidad al fr<strong>en</strong>te de la producción de<strong>Huertas</strong> <strong>del</strong> <strong>Iregua</strong>: “No es lo mismo llevar una huerta familiar <strong>en</strong>la que, si se te echa a perder algún producto, no pasa nada, quedar de comer a más de ci<strong>en</strong> familias. Además, el trabajo de campoes duro de por sí y muy sacrificado, siempre ti<strong>en</strong>es que estarp<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te de algo, de qué plantar, de si hay que podar, prepararla tierra, qué poner para primavera... <strong>La</strong> tarea es muy compleja”.63

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