Comisión de Antigüedades de la Real Academia de la Historia ...

Historiografía de la investigación arqueológica en las Islas Canariasobra será reeditada en 1978 durante el momento de mayor auge de los brotes independentistas,después del final de la dictadura del general Franco en 1975.Una tercera etapa está representada por Sabino Berthelot, quien aunque se educó en latradición enciclopedista de la Ilustración, vive en la etapa de apogeo romántico y acaba introduciendolas tesis de la antropología racial. Retomando el enfoque historicista de Viera queprioriza la búsqueda de documentación coetánea al momento de la conquista, en su obra pasade la reivindicación romántica del guanche a defender la pervivencia actual de los aborígenesen los canarios del siglo XIX.La estrategia de Berthelot se va a dirigir a la búsqueda de cráneos aborígenes, a partirde los cuales poder ir definiendo las características raciales del aborigen 17 , a fin de crear lospuentes entre la época aborigen y los canarios de la segunda mitad del siglo XIX. Un poblacióncanaria, particularmente las élites urbanas, entonces cada vez más integrada en la expansiónultramarina africana que estaban realizando el Reino Unido, Francia y Alemania, despuésde la Revolución Industrial, los cuales tenían en los puertos canarios del Océano Atlántico suprincipal base de avituallamiento.ERUDITOS, DARWINISMO Y LA FUNDACIÓN DE LOS MUSEOS ARQUEOLÓGICOSEl surgimiento de la investigación arqueológica e instituciones museísticas en las IslasCanarias está íntimamente vinculado con la figura de dos médicos, el Dr. Juan BethencourtAlfonso (1847-1913), nombrado correspondiente de la Real Academia de la Historia en 1912,y el Dr. Gregorio Chil y Naranjo (1831-1901), los principales representantes del pensamientodarwinista en Canarias 18 .J. Bethencourt, licenciado en medicina por la Universidad de Madrid en 1872 19 , instalaráen Santa Cruz de Tenerife una consulta, trabajando posteriormente de forma paralela comoprofesor de Historia Natural en el Establecimiento de Segunda Enseñanza de Tenerife, desde1876, y en el Hospital Civil de N. S. a de los Desamparados, a partir de 1897, del que acabarásiendo director. A ello se une su influyente papel como redactor en seis periódicos locales yfundador de otros dos, incluido El Liberal de Tenerife.La necesidad de disponer de un Museo para las prácticas de los alumnos del Institutodonde mostrar la teoría darwinista de la evolución humana, llevaron a Bethencourt a fundaren 1877 el Gabinete Científico de Santa Cruz de Tenerife 20 , donde inaugura un año después,en 1878, un Museo Antropológico. Estas colecciones pasarán posteriormente al MuseoAntropológico y de Historia Natural de Santa Cruz de Tenerife, creado en 1902 por el Ayuntamientode dicha ciudad, del que fue nombrado Director honorario.La creación de una red de socios corresponsales de la entidad permitirá la realización deprospecciones arqueológicas orientadas especialmente a la localización de cuevas funerarias parala recuperación de cráneos y vasijas intactas, principalmente en Tenerife. El área prospectadamás intensivamente fue la franja suroriental de la isla, entre la capital, Santa Cruz de Tenerife,y Candelaria. Posteriormente, las ampliarán al resto de las Islas Canarias, lo que provocó enocasiones tensiones con miembros del Museo Canario cuando alguna exploración se realizabaen Gran Canaria. Pese a ello, tanto Bethencourt como Chil serán amigos y socios respectivamentedel Museo Canario y del Gabinete Científico.17BERTHELOT, S., 1840-42, Histoire Naturelle des Îles Canaries. Tome I. Partie 1. Ethnographie. Annales de laConquête. Béthune et Plon. Paris; ID., 1840-42/1978, Etnografía y Anales de la Conquista de las Islas Canarias.Goya. Tenerife, p. 170.18MEDEROS MARTÍN, A., 1997, «Trayectorias divergentes de las dos principales instituciones museísticas canarias».En G. Mora y M. Díaz-Andreu (eds.): La cristalización del pasado: génesis y desarrollo del marcoinstitucional de la arqueología en España. Universidad de Málaga-C.S.I.C.-Ministerio de Educación y Cultura.Málaga, pp. 391-400.19FARIÑA GONZÁLEZ, M. A., 1983, «El doctor D. Juan Bethencourt Alfonso o el compromiso con Canarias».Gaceta de Canarias, 5, pp. 26-38.20ANÓNIMO, 1878, Reglamento del Gabinete Científico de Santa Cruz de Tenerife. Tenerife.91