Comisión de Antigüedades de la Real Academia de la Historia ...

La documentación de la Comisión de Antigüedades de la Real Academia de la Historia sobre Canariassidente de la Comisión de Monumentos Históricosy Artísticos de Canarias que enviase ala Real Academia de la Historia informes ycalcos de todas las inscripciones y objetos delos aborígenes.La Piedra inscrita de Anaga (Tenerife)A raíz del hallazgo del 22 de Agosto de1886 de la Piedra de Anaga, M. de Ossuna,presentó un avance del descubrimiento en laLa Ilustración Española y Americana 119 . Por lacorrespondencia de la Real Academia de laHistoria se enteró que se había encargado aFrancisco Fernández y González para queinformase de este hallazgo publicado en LaIlustración. Esto le incitó a ponerles en conocimientoel 8 de marzo de 1888 que durantesus exploraciones en Anaga había localizadodos piedras, una de las cuales tenía una inscripcióncon signos alfabéticos que debía serla que se deseaba estudiar, sobre la cual lescomunica que va a escribir una memoria.La familia Ossuna disponía de una importantehacienda en Roque Bermejo (Anaga,Tenerife) y Manuel de Ossuna solía pasar largastemporadas durante el verano, siendo suprincipal aliciente las excursiones que solíarealizar en Anaga en compañía de JacintoLópez, empleado del faro de Anaga, a vecesbuscando restos arqueológicos.En el barranco de Chamorga de Anaga,en la trasera de la casa del mayordomo de suhacienda, la Casa Blanca, se levantan 7 riscosFIGURA 4.—Portada del libro La Inscripción de Anaga (Tenerife)de Manuel de Ossuna y Van den-Heede.denominados Los Obispos, que corresponden a formaciones basálticas ergidas verticalmenteque han quedado al descubierto por procesos de erosión diferencial. M. de Ossuna, aunqueasumía su origen geológico de diques basálticos, consideraba que en su parte superior habíansido colocadas piedras por acción humana para conformar una especie de altares o torres funerarias120 . Junto a estas supuestas estructuras, y en dirección hacia el Norte, realizó diversasexcavaciones en agosto de 1886 que resultaron infructuosas salvo en la presencia de algunoscarbones 121 , lo que resulta lógico puesto que la zona al pie de los diques basálticos correspondea una barranquera bastante erosionada por el agua de lluvia.Como alternativa ante la falta de resultados positivos en la excavación, recurrió a un jovenpastor de apellido Melián que trepó al gran risco que se levanta detras de los diques basálticosexcavando en varias hendiduras y en una de ellas localizó una piedra brillante cristalinahexagonal 122 .Animado por el hallazgo, continuó las excavaciones al otro lado del risco, abriendo unagran zanja, en la cual uno de los trabajadores, Juan de Sosa y Gallardo, a escasos 0.40 m. deprofundidad, localizó el 22 de agosto de 1886 otra piedra brillante cristalina pentagonal de119OSSUNA Y VAN DEN-HEEDE, M. de, 1887, «Viaje a Anaga». La Ilustración Española y Americana, 37, 38 y 39.120ID., 1889, La inscripción de Anaga (Tenerife). Imprenta de Anselmo J. Benítez. Tenerife, p. 20.121Ibid., p. 26.122Ibid., p. 27.111