13.07.2015 Views

priego - Periodicoadarve.com

priego - Periodicoadarve.com

priego - Periodicoadarve.com

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Sonría, por favor, graciasANA GARCIAHace algún tiempo leí una crítica cinematográfica enel periódico. Me gustó el tema de la película y hubieraido a verla si no fuera porque la película hacía tiempoque la habían quitado de las carteleras. La película lavi más tarde en televisión. Se llamaba "Gran Cañón»y me gustó y me gusta. Hace unas semanas leí en unarevista de coches un artículo titulado "El motociclistaanónimo» y hace unos pocos días, en el dominical deun periódico, otro titulado "Sonría, por favor» . Aparentementeno tienen nada que ver una películaestadounidense, un artículo sobre coches y motos yotro sobre la sonrisa. Yo creo que sí.La película está ambientada en Los Angeles en losaños ochenta. No hay nada peor para la sociedadestadounidense que las críticas que su propio cine lehace, por blandas que nos parezcan a los europeos.Seis personajes viven en una gran ciudad dondepalabras <strong>com</strong>o 'amistad, solidaridad, ayuda, sonrisa,gracias hace tiempo que desaparecieron del vocabulariode sus habitantes. Personajes que viven en unasituación límite: la deshumanización de una ciudad,donde es mejor no tener una avería en el cocheporque nadie se parará a ayudar; al contrario, laspandillas destrozarán al coche y a su dueño; dondepara robar un reloj no importa destrozar una pierna deun tiro. Ciudad donde los niños recién nacidos sonabandonados en las calles, donde conviven el centrolujoso de los pudientes y la miseria de los desheredados:sólo hay que volver la esquina. Una ciudad de laque un personaje masculino sólo recuerda un gestode ayuda anónimo: un día iba a cruzar, despistado,una céntrica calle antes de que el semáforo cambiarade color. En ese momento la mano de una desconociday sonriente mujer le agarró por detrás del cuellode la camisa y evitó que lo atropellara un autobús. El,sorprendido, no tuvo tiempo de darle las graciascuando la vio alejarse. Una ciudad donde está malvisto dar las gracias y donde demostrar el agradecimientoes un síntoma de falta de carácter.Puede parecer que la historia de esta películaqueda lejana para el espectador español. Para muchossí, pero no para el autor del primer artículo,sorprendido porque un motociclista al que recogióuna mañana de febrero en la Nacional Vilo reconociótres años después. El había ayudado a un <strong>com</strong>pañeroen apuros, había hablado con él, lo había recogido enla lluvia. Para el motociclista fue sorprendente que undesconocido le ayudara, quizá porque no lo esperabay ahora él hace lo mismo. Para el periodista autor delartículo era su costumbre y lo es, pues espera quealguien, si un día lo necesita, le ayude.No lo es para la autora del segundo artículo,periodista parlamentaria que echa de menos en lospolíticos la sonrisa natural, la palabra amable. No lo espara mí. Hace unos días oía sorprendida cómo unaamiga me contaba que tropezó a la entrada de unsupermercado, se hizo daño en un pie y estuvocojeando casi una semana. En el supermercadonadie le preguntó si se encontraba bien, yeso quefueron muchos los que la vieron tropezar, y casi cayóencima de ellos. En el trabajo nadie se dio cuenta. LosAngeles no están tan lejos. Hemos perdido la costumbrede ayudar a los demás. No sonreímos, la sonrisaha desaparecido de las caras de aquellos que, corriendo,nos cruzamos por la calle. Nadie saluda alviejo que se ha pasado la vida trabajando y ahora seha convertido en una pesada carga para susestresados familiares. Nadie da las gracias al que lecede el asiento en el autobús, quizá porque nadiecede el asiento, ni deja pasar en las taquillas de lasestaciones de autobuses al viajero al que se le escapael autobús. Las cosas no se piden, se exigen con untono de voz alto y autoritario. Nos hemos perdido enun mundo que no es el nuestro, entre caras de gentesconocidas que hemos convertido en desconocidasporque hemos pasado corriendo delante de ellas. Yasólo sonríen los niños pequeños a todo el que los miray sonríe con cariño. Solo conversan los viejos con losviejos, sin oídos jóvenes que los escuchen con todaslas tardes del mundo por delante para aprender delpozo sin fondo de su saber. Hemos olvidado cómoconversar, cómo escuchar, cómo sonreír.Estamos en noviembre, el "mes de los Santos»para todos los que tenemos algo de campesinos ennuestras venas. Nada traemos cuando nacemos.Nada nos llevaremos cuando, un día, alguien lleveflores a nuestra tumba. Pero siempre algo dejamos y,mientras ese día llega, ihola, buenos días, sonría, porfavor, encantada de hablar con usted, gracias!Cada vez más, y en la actualidad más que nunca, seacentúan los grandes problemas medioambientales,y en algunos casos <strong>com</strong>o el de nuestra Andalucía,quizás demasiado.No está de más incidir de nuevo en la problemáticaen que nos desenvolvemos y recalcar la toma deconciencia sobre los mismos, en bien de nuestropresente y nuestro futuro.Debemos reflexionar sobre nuestro <strong>com</strong>portamientoy dar un giro radical en la mayoría de nuestroshábitos y ello sólo puede lograrse con una buenaGestión, producción y utilización de los recursosdisponibles y, sobre todo, modificando los hábitosconsumistas desordenados y claramente alocados.Pero, para esto, deben diseñarse políticas encaminadasa reducir el consumo de la población así<strong>com</strong>o a utilizar debidamente y eficazmente los recursos,materiales y energía. La calidad de vida bienentendida, no es, ni está, por el camino tomado, susconsecuencias las estamos viendo día a día: falta deagua, enfermedades, violencia, crispación, pérdidade la sensibilidad humana ... este camino nos ofreceuna sentencia de muerte.Para una elección de vida se requiere madurez,<strong>com</strong>pasión, sabiduría, humanidad ...Hoy por hoy, se produce por producir, para obtenerla mayor ganancia, sin valorar consecuencias, yno hay razón para utilizar la riqueza natural, pero sinacabar con ella, sin envenenar el medio acuático ni laatmósfera.Las fuentes se están agotando mientras los sumiderosnos desbordan. Tomamos los materiales y laenergía de la tierra y devolvemos a ella desperdicios.Las tres reglas o puntos de H. Daly para encontrarun equilibrio son:ADARVE· N° 467 • PÁGINA 6Más allá delos límitesJ.L. GALLEGO1 2 El ritmo de explotación de una fuente renovableno puede ser mayor que su tasa de regeneración.2 2 Para una fuente de energía renovable, la tasade explotación no debe superar a la que exigiría lautilización de una fuente de energía renovable que<strong>com</strong>pesare la pérdida de la energía no renovable.3 2 Para un elemento contaminante, la tasa deemisión no debe superar la capacidad de que eseelemento sea reciclado, absorbido o esterilizado porel medio ambiente.Sin embargo, la realidad es muy distinta:- Se utilizan recursos y se producen desechos aniveles insostenibles.- Hay tasas excesivas de insumos, no necesarias.- La capacidad de la tierra para abastecer eslimitada.La realidad mundial en cuanto a los recursosrenovables e incluso no renovables es alarmante;alimentos, agua, bosques, y otras especies vivas y norenovables: <strong>com</strong>bustibles, fósiles, materiales ...A esto añadimos la insolidaridad, <strong>com</strong>o la muertede millones de seres humanos al año ipor hambre!Desgraciadamente, la sociedad del desarrollo y laTecnología <strong>com</strong>o muchas veces ya se ha dicho, estambién la de la contaminación, la violencia, lainsolidaridad.Problemas <strong>com</strong>o la capa de Ozono, el efectoinvernadero, desertización, no es un signo de progreso,sino todo lo contrario.Organismos internacionales, Gobiernos, científicos,ecologistas, técnicos, consumidores, debemosponer freno a esta cadena de destrucción; diseñandopolíticas de equilibrio, atendiendo a las necesidadesdel presente sin <strong>com</strong>prometer el futuro y sus generaciones.No permitiendo la perduración de la pobreza,del alto desempleo, crisis, violencias, guerras ... y sindejar de ser una sociedad culta, humanizada. Unarevolución de otro orden, de otra forma de pensar y deactuar, un nuevo humanismo que aliente nuevossistemas de valores para re<strong>com</strong>poner nuestro equilibrio.Nuevas motivaciones espirituales, éticas, filosofías,sociales, políticas, económicas, artísticas, quellenan en la mayoría el vacío y dan un sentido a la vida.Hay que devolver a nuestras vidas el amor, la amistad,la <strong>com</strong>prensión, la solidaridad, el espíritu desacrificio, la convivencia ... las otras formas de vida,que al igual que nuestro planeta hemos contaminadoy que está a punto de explotar.Si analizamos quién es el responsable de estecaos, no podemos achacarlo a los organismos internacionales,gobiernos. Somos todos aquellos que<strong>com</strong>emos cada día y consumimos sin control algunolos que contaminamos más allá de los límites, losinsolidarios con las cuatro quintas partes restantes dela humanidad.Pero todo se vuelve contra nosotros y algunosefectos empezamos a sufrir. Si bien la puerta a laesperanza queda abierta si no olvidamos nuestrasresponsabilidades y dejamos a un lado los egoísmos.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!