para triunfadores - T F I O n l i n e

para triunfadores - T F I O n l i n e para triunfadores - T F I O n l i n e

pubs.tfionline.com
from pubs.tfionline.com More from this publisher
13.07.2015 Views

Su madre no se preocupó mucho.—Te enseñaré cómo se hace —le dijo tiernamente mientras leponía una manzana en la mano—. Lleva esta y ponla allá. Luego vena buscar otra.Muchas veces nos proponemos abarcar todo un año, o todo unmes, o toda una semana; mas Dios nos dice: «Un día a la vez» 1 . Noestamos capacitados para cargar con todas las preocupaciones delfuturo. Enfrentémonos más bien a cada prueba y a cada exigenciacuando se nos presente.Abi MayCuenta con que Dios hará grandes cosas,y emprende grandes cosas para Dios.William Carey ■1Mateo 6:34Ponerse en marcha179

C o n D i o s a l v o l a n t eTodavía recuerdo cuando yo solita, segura de mí misma y orgullosade mi capacidad, conducía mi automóvil por las carreteras de lavida. Yo decidía mi destino. Me encantaban esas horas solitariasque pasaba en la ruta observando la puesta de sol, me gustaba sentirel agarre de las ruedas en el asfalto y me apasionaba poder ir encualquier momento donde me diera la gana. Era dueña de mi vida yprocuraba disfrutar de ella todo lo posible.Claro que también hubo situaciones difíciles, tramos solitariosy oscuros en que la noche parecía tragarme, ocasiones en que tuveque echarme en el lodo para localizar una avería o tapar una fugade aceite, días en que tuve que cambiar un neumático bajo unsol abrasador o una lluvia torrencial, momentos de confusión ycontrariedad en que tuve que retroceder por haberme metido en unavía sin salida. Andar sola no siempre era pura fiesta; pero siempreme las arreglaba para olvidar esos desafortunados incidentes yreemprender viaje en busca de aventuras.Así discurrió mi vida hasta que te vi haciendo dedo y te di unaventón. Te pregunté a dónde ibas, y respondiste:—A donde tú vayas.Al poco tiempo entablamos una entrañable amistad. Siempreestabas dispuesto a mirar el mapa e indicarme la ruta cuando meperdía. No sé cómo, pero te conocías todos los recorridos.180 Momentos de sosiego para triunfadores

C o n D i o s a l v o l a n t eTodavía recuerdo cuando yo solita, segura de mí misma y orgullosade mi capacidad, conducía mi automóvil por las carreteras de lavida. Yo decidía mi destino. Me encantaban esas horas solitariasque pasaba en la ruta observando la puesta de sol, me gustaba sentirel agarre de las ruedas en el asfalto y me apasionaba poder ir encualquier momento donde me diera la gana. Era dueña de mi vida yprocuraba disfrutar de ella todo lo posible.Claro que también hubo situaciones difíciles, tramos solitariosy oscuros en que la noche parecía tragarme, ocasiones en que tuveque echarme en el lodo <strong>para</strong> localizar una avería o tapar una fugade aceite, días en que tuve que cambiar un neumático bajo unsol abrasador o una lluvia torrencial, momentos de confusión ycontrariedad en que tuve que retroceder por haberme metido en unavía sin salida. Andar sola no siempre era pura fiesta; pero siempreme las arreglaba <strong>para</strong> olvidar esos desafortunados incidentes yreemprender viaje en busca de aventuras.Así discurrió mi vida hasta que te vi haciendo dedo y te di unaventón. Te pregunté a dónde ibas, y respondiste:—A donde tú vayas.Al poco tiempo entablamos una entrañable amistad. Siempreestabas dispuesto a mirar el mapa e indicarme la ruta cuando meperdía. No sé cómo, pero te conocías todos los recorridos.180 Momentos de sosiego <strong>para</strong> <strong>triunfadores</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!